Archivo de la etiqueta: soterramiento

El soterramiento en Almería «es inasumible»

El alcalde de Almería ha decidido dejar al margen su entrevista con los responsables de Transportes o de Adif para hacer públicas las dudas que le plantea las noticias que le llegan sobre la financiación de la integración del ferrocarril. Según explica Ramón Fernández-Pacheco, «Adif pretende construir otras cuatro torres más detrás de la estación en sus terrenos, desarrollar la zona de los antiguos talleres con la construcción de un edificio comercial de 80.000 metros cuadrados y otra torre más en esa parcela» porque así se permite en el plan, pero que «la intención siempre ha sido que todo eso se materialice cuando Adif financie el soterramiento. Esa fue siempre la pretensión cuando se firmó el convenio con el Gobierno de Zapatero». Sin embargo, las primeras comunicaciones, «extraoficiales porque no hay forma de comunicarse oficialmente con ellos, es que los tiros no van por ahí. Es que ellos quieren sus torres, quieren sus desarrollos urbanísticos, pero quieren exigir al Ayuntamiento que se haga cargo de unas cantidades que son del todo inasumibles”.

Fernández Pacheco sostiene que en su momento se aprobaba el Plan Especial del Sistema General Ferroviario con la intención de que con los aprovechamientos urbanísticos de estos suelos se pudieran costear las obras de integración. Reconoce el regidor de la capital que la preocupación va creciendo ,porque de momento, “no hay una propuesta en firme y que se está negociando”, por eso no habla de porcentajes definitivos que tendría que abonar el Ayuntamiento, pero que al no reunirse en ningún momento el Consejo de Administración de ‘Almería Alta Velocidad’ ni al haber encuentro alguno con representantes de Transportes o de Adif para hablar del tema».

Asegura Fernández-Pacheco que van “a pelear por una financiación justa” pero que no se disipna las dudas del Consistorio. Preguntado por los porcentajes que en su día se marcaron para la actuación asegura que “solamente hay un convenio para la primera fase, la correspondiente al paso a nivel de El Puche, pero no para la segunda porque aún ni siquiera hay un proyecto decidido”. Tantas vueltas han dado los proyectos, las intenciones, las fases e incluso el uso o no de la estación histórica en la última década, que ahora toca casi empezar por el principio que es establecer quién paga qué y cuándo.

La cuestión es que estos planes se firman el 7 de mayo de 2010 cuando se formaliza el acuerdo entre el Gobierno central -entonces representado por el ministro de Fomento, José Blanco-, la Junta de Andalucía -con la presencia de la consejera de Obras Públicas Rosa Aguilar, y el Ayuntamiento de Almería -con el alcalde Luis Rogelio Rodríguez-Comendador a la cabeza-, en el que se establecían los primeros porcentajes de participación en esta integración del ferrocarril en la ciudad. Unos porcentajes que se hacían patentes en julio de ese mismo año cuando el estudio informativo de esta actuación se sometía a información pública. Se hablaba entonces de una inversión de 244,16 millones de euros, cuantía que ha variado con los muchos cambios que ha ido sufriendo la idea original de la infraestructura. Pero ahí sí que se reflejaba un reparto de las aportaciones: el Gobierno pagaría el 74,2% de la obra contando por un lado, con las aportaciones que se consiguieran con los suelos propiedad del Estado, es decir, sus parcelas del Toblerone y la correspondiente a los antiguos talleres, y por otro, inversiones directas. Al Ayuntamiento de Almería le correspondería el 12,3% de la inversión mientras que a la Junta le tocaba aportar el 7,4% y a los privados el 6,1.

Según los presupuestos generales previstos para 2021, la Línea de Alta Velocidad entre Almería y Murcia y su extensión a Granada se va a convertir -ya lleva un año de vuelta a los tajos- en el principal proyecto de infraestructura de los próximos años en Almería y uno de los caballos de batalla del Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en Andalucía. La línea Almería-Murcia recibirá una asignación de 395 millones de euros para avanzar en los tramos ya adjudicados (Pulpí-Vera, Los Arejos-Níjar, Níjar-Río Andarax y los accesos a la capital). Además, se destinan, atención, 192,93 millones de euros al proyecto denominado como ‘corredores TEN-T’ y que incluye la adecuación de la línea convencional entre Almería y Granada a estándares europeos: ancho AVE y electrificación, entre otros. El proyecto ya está redactado y no requiere en principio de declaración de impacto ambiental puesto que discurre por suelos ya ferroviarios, lo que permitiría incluso que se iniciaran los trabajos en 2021.

Integración del ferrocarril en León

Tras cuatro años de intensos trabajos, el Administrador de InfraestructuasFerroviarias (Adif) da por terminada la obra para la integración del ferrocarril en León, aunque faltan algunos remates, de tal forma que en fechas próximas el nuevo apeadero de la capital leonesa podrá acoger a los viajeros. Igualmente está previsto que en los próximos días se ponga a disposición de Estaciones el nuevo aparcamiento y vial de acceso, situado junto al nuevo edificio, anexo a la estación, así como las oficinas de alquiler de coches, que actualmente realizan su trabajo en zonas del entorno.

Una vez terminada la plataforma Adif tiene que establecer en breve que los primeros convoyes puedan empezar a circular por las vías soterradas. Las estimaciones que baraja el administrador de infraestructuras es que a finales de año se pueda comenzar el proceso de pruebas, siempre dependiente de la finalización del tramo de enlace con Bifurcación Galicia, de las obras de electrificación y del propio desarrollo del proceso de puesta en servicio. La fecha para la puesta en marcha del transporte de personas a través del túnel, y que pondrá fin al fondo de saco de la actual estación de León, estará condicionado por los resultados de las pruebas y la aprobación del expediente de puesta en servicio por parte de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, según publica Leonoticias.

La culminación de la obra de integración del tren en la ciudad es más visible que nunca en la salida Norte del túnel. En esa zona, entre el barrio del Crucero y el municipio de San Andrés del Rabanedo, se puede observar cómo ya se han colocado las pantallas acústicas que eliminen el molesto sonido del paso de los trenes, así como la instalación de las vías que regresan a la superficie para continuar la ruta hacia Asturias o Galicia.

La intervención va a permitir devolver el paso de los trenes que circulan hacia el norte por la capital leonesa, para que sigan su trayecto hacia Asturias o a la bifurcación que abre acceso a la línea convencional que une León con Ponferrada y Vigo. De esa forma, se elimina el fondo de saco, que desde hace casi una década obliga a los convoyes de viajeros a realizar una maniobra de marcha atrás desde la circunvalación ferroviaria del sur de la capital para acceder a la zona de andenes de la estación de ferrocarril.

La obra de integración del ferrocarril en León se ha extendido desde hace cuatro años, condicionada por un ritmo alterno de los trabajos. De hecho, la intervención se ha saltado dos de las fechas tope anunciadas por el Ministerio de Fomento (ahora de Transportes) para resolver la transformación prevista. Han pasado más de cuatro años desde que Adif iniciara, en octubre de 2016, los trabajos de marcación para desarrollar una integración que llega a su fin y que permitirá ahorrar varios minutos de viaje a los pasajeros de la línea Madrid-A Coruña y Madrid-Gijón, además de permitir que la alta velocidad avance hacia el Principado.

Estaciones singulares: Cádiz

En la segunda mitad del siglo XIX, el ferrocarril es la principal inversión económica en España. La primera línea ferroviaria que se tiende en Andalucía une Córdoba a Sevilla, que comienza a levantarse en 1856, con aportación de capital esencialmente francés. Pronto se multiplican los proyectos ferroviarios en la región, aunque dentro de un sistema claramente radial, con Madrid como núcleo ineludible y que, en muchos casos, busca salida para productos minerales. En 1859 comienzan a circular los primeros trenes entre Córdoba y Sevilla (desde 1875 en manos de MZA, principal empresa ferroviaria española junto a Norte) y al año siguiente lo hacen entre Sevilla y Jerez , aunque al tratarse de empresas diferentes cada una construye su propia estación, lo que obliga luego a crear un ramal para conectarlas. Y en 1861 el ferrocarril llega ya a Cádiz. La primera locomotora llega el 13 de marzo a una pequeña estación junto a los muelles gaditanos, construida de madera y de una sola planta.

Durante las primeras implantaciones de caminos de hierro en Andalucía, se levantan numerosas estaciones provisionales, simples barracones de madera, que suplen las funciones de edificios de viajeros, pero también se construyen otros edificios con un sentido de menor provisionalidad, como las primeras estaciones de Córdoba y Sevilla. Como sucede en el resto del país, los principales edificios de viajeros andaluces son representativas de la evolución de los distintos lenguajes arquitectónicos, desde el clasicismo y eclecticismo hasta el regionalismo, y el desarrollo de las nuevas tecnologías en la arquitectura del hierro, desde la cercha triangulada tipo Polonceau a las grandes armaduras de arcos articulados, sostiene Inmaculada Aguilar Civera, investigadora y profesora de Arte en Valencia.

Entre las primitivas estaciones, Málaga es el referente a la modernidad por la envergadura y amplitud de su estructura metálica, que la convierte incluso en modelo de otras estructuras metálicas construidas en las décadas siguientes. A ella hace referencia el proyecto de ampliación de la estación de Cádiz, que realiza Agustín Sáez de Jubera en 1901, en cuya memoria comenta: “Al proponer aumentar la longitud del edificio de viajeros hasta 104,00 metros se propone también separar 8,00 metros las cerchas que constituyen la gran cubierta central. Esta modificación es inspirada por el deseo de poner las nuevas edificaciones de la compañía en armonía con las tendencias actuales de la construcción moderna que trata de dar a las obras metálicas aspecto de ligereza por el aumento de las luces. La estación de Atocha de Madrid es un ejemplo de la aplicación de esta tendencia y del agradable efecto que produce. Por otra parte, la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces tiene en su red una cubierta de edificio de viajeros, que aún construida en 1869, ha sido concebida en proporciones armónicas. Nos referimos a la estación de Málaga, cuyas cerchas principales, distanciadas 8,50 metros, tienen 31 metros de luz y que después de 30 años se conserva admirablemente».

La Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, constituida en 1877, es la tercera empresa en importancia en el periodo de explotación privada de los ferrocarriles españoles. Financiada también en una parte sustancial por capitales franceses, al igual que sus competidoras Norte y MZA (acaparan el 65% de los activos, frente al 10% de la andaluza), tiene sin embargo un devenir empresarial bastante conflictivo que lleva a una traumática incautación de la explotación por parte del Gobierno del Frente Popular en mayo de 1936, debido a la paralización parcial del servicio normal en varias líneas de la compañía, a causa de los graves problemas económicos de la empresa que impiden la adquisición de combustible para la alimentación de las locomotoras.

Dentro de la arquitectura fabril de hierro del XIX, cuyas formas no son consecuencia del ornato añadido sino orgullosa expresión de los avances de la ciencia y de la tecnología, preludio de una modernidad que se consolida varios años después, deja dos piezas de entidad en el centro histórico de Cádiz, ambas muy próximas, entre los muelles y el borde amurallado. La Fábrica de Tabacos (1883) que se sitúa sobre el Baluarte de la Alhóndiga; y la estación de ferrocarril (1905) sobre rellenos en aguas de la Bahía al pie de la muralla.

Significativas son las dos estaciones proyectadas por el ingeniero Agustín Sáez de Jubera, la de Sevilla San Bernardo y la de Cádiz. Distintas en su disposición, al ser la primera de paso y la segunda de término, el ingeniero propone distintas soluciones arquitectónicas, pero con un mismo lenguaje, el ecléctico. El anteproyecto de la estación de Cádiz, como estación término de la línea de Sevilla a Jerez y Cádiz, se presenta en 1890, por Luciano Villars, consejero de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. Durante los diez años siguientes se suceden diversos proyectos (1892, 1894) de ampliación del edificio, sobre la base del plan original de 1890. En 1901, De Jubera presenta el proyecto definitivo que es aprobado en enero de 1902.

El edificio de viajeros se configura en dos pabellones paralelos a ambos lados de las vías; uno para el servicio de llegada y el otro para el de salida. La fachada principal está formada por dos dependencias que flanquean la gran cubierta metálica, cuyo testero está acristalado. El inmueble es un ejemplo del eclecticismo imperante; las formas adquieren total libertad de modo que no pueden ser definidas a través de términos puramente clásicos, donde resalta el friso neohelénico que recorre las pilastras y cornisas, que se ven enriquecidos con el contraste del ladrillo rojo imperante en toda la obra. Es singular el concepto espacial y decorativo que va a adquirir el espacio interior de la gran nave, pues sus laterales, a imitación de las basílicas cristianas, plantean en cada entrepaño un gran ventanal acristalado que cobija dos arquillos ciegos, donde se colocan escudos heráldicos.

De Jubera combina perfectamente la ornamentación de estos edificios con la gran estructura metálica, de 800 toneladas de peso, y las marquesinas laterales. La armadura metálica, de 31 metros de luz, está formada por cerchas tipo inglés con cordón ligeramente curvo, que resulta de gran amplitud y ligereza. La decoración en hierro utiliza los órdenes clásicos. Los capiteles de las columnas son de orden compuesto, jónico y corintio; y los faldones de las marquesinas presentan elementos vegetales muy utilizados en el estilo ecléctico. La longitud total de la estación es de 110 metros con una altura de 17 metros, la cual dispone de cuatro vías. El resultado es de una gran belleza y plasticidad.

La estación queda ‘tocada’ cuando sobre la plaza que la comunica con los muelles y el resto de la ciudad, a escasa distancia de su fachada principal, se construye en 1959 un desafortunado edifico tardo historicista para uso de Aduana. Poco antes de fonal de siglo XX se plantea una operación para reponer y ampliar el espacio ferroviario y su entorno, que incluye la demolición de la Aduana. «Hasta que un grupo de ciudadanos, de buena fe pero escasamente informados, plantean la defensa de esa construcción carente de valor, y en consecuencia la Dirección de Bienes Culturales de la Junta incluye la pieza en su Inventario de Bienes, por lo cual en el actual plan de la ciudad se protege con el simple grado de ‘interés ambiental’, explica un cronista local. Se edifica una nueva estación, mientras que la antigua se restaura como parte del Plan de Infraestructuras de Trasporte de Fomento 2000-2007; pero no se derriba la Aduana que ocupa la plaza y oculta la bella fachada que durante la primera mitad del siglo XX caracteriza un elegante umbral de la ciudad al mundo de la mar.

Con el soterramiento del tren, la operación de mayor relevancia y de transformación urbanística en la historia reciente, y una vieja aspiración de la ciudad, Cádiz abandona la antigua terminal de Andaluces. Para permitir la entrada los trenes, se construye en 1998 una estación en el barrio de Cortadura que sirve como terminal provisional durante las obras. El soterramiento incluye la construcción de una nueva terminal y la recuperación para la ciudad de la antigua estructura ferroviaria. El nuevo edificio, que está algo más alejado de la plaza de Sevilla, en pleno centro, se levanta en 2002; cuenta con seis vías, dos de ellas reservadas a trenes de cercanías, con acceso restringido para viajeros con títulos de transporte para los mismos.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), licita en 2015 un concurso público para dar un nuevo uso a las antiguas dependencias ferroviarias de Andaluces y aprovechar no solo el edificio sino el espacio que protege la monumental marquesina. Con ocasión de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra anualmente en Madrid, se firma con la empresa Driblo el contrato de adjudicación para su explotación por un periodo de 15 años. El inmueble posee una superficie total de 5.500 metros cuadrados que se reparten de la siguiente manera: dos torreones de 600 metros cuadrados, dos laterales de 1.800 metros cuadrados y el interior de una marquesina de 3.100 metros cuadrados. Según el plan comercial. el nuevo espacio gastronómico acoge la hostelería en las dos naves laterales, junto con la venta de productos frescos con formato de mercado tradicional, así como puntos de venta y degustación de productos gourmet, que se sitúan en la nave central.

Recientemennte, el consistorio gaditano acuerda la reordenación de la Plaza de Sevilla, tras llegar a un acuerdo con Adif, que lleva el peso absoluto de las actuaciones. Según el nuevo plan, se espera la puesta en marcha de los proyectos del mercado gastronómico y del hotel que se pretende levantar sobre el vestíbulo de la antigua estación. Sus promotores están a la espera de la confirmación oficial de la firma del convenio y de las licencias de obra ya que, por ejemplo en el caso del hotel, los trabajos están previstos para la primavera de 2019 y, un año más tarde, ni siquiera han podido empezar.

(Fuentes. Inmaculada Aguilar Civera, en «Estaciones históricas en Andalucía». Domingo Cuéllar Villar , en «La Compañía de los Ferrocarriles Andaluces en las décadas de 1920 y 1930: agio privado vs interés público», Revista de Obras Públicas. La Voz de Cádiz)

Estaciones singulares: El Carmen Murcia

La reina Isabel II inaugura la línea Madrid-Cartagena el 24 de octubre de 1862, a pesar de que «las obras de la vía férrea se hallaban bastante lejanas de su conclusión», resalta Fernando Cos, cronista de la Corte. La Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), propiedad del marqués de Salamanca, se encarga del trazado y su explotación durante 90 años, al que deben contribuir los municipios de la región murciana mediante el pago al Estado de 12 millones de reales. «La provincia necesita salir de su letargo y abatimiento, dando impulso a su riqueza mediante las vías de comunicación», destaca el diario ‘La Paz’ de Murcia. El primer viaje entre la capital de España y la provincia tiene lugar el 1 de febrero de 1863 y sirve de estreno para la estación del Carmen de la capital del Segura.

El tren real recorre el trayecto que enlaza Cartagena y Murcia, y para ello los empleados de la compañía MZA tienen que improvisar parte de la infraestructura, por medio de una desviación provisional sobre el trazado definitivo. La prueba de esta provisionalidad es sin duda el hecho de que el tramo no queda abierto al tráfico de forma regular hasta el mes de febrero del año siguiente. Entre el conjunto de elementos que deben improvisarse para la visita real, se incluyen también los edificios. Según cuentan las crónicas de la época, en alusión a esta inauguración, las estaciones no se hallan edificadas. Tanto en Cartagena como en Murcia, es decir, en los dos puntos donde la reina debe tomar y dejar el tren, se improvisan dos tiendas guarnecidas y decoradas con elementos vegetales, en sustitución de las correspondientes estaciones.

La llegada del ferrocarril supone un impulso económico en la región. La minería alcanza un gran desarrollo en Águilas, Mazarrón, Cartagena y La Unión, lo que permite a esta última población la consecución de su independencia de Cartagena, con la unión de las localidades de El Garbanzal, Herrerías, Portmán y Roche. La industria del esparto destaca en Águilas, Cehegín, Cieza y Ricote con la producción de cordelería y alpargatería. San Pedro del Pinatar desarrolla el comercio marítimo con la inauguración de la Aduana (1857) y de un puerto de cabotaje en la pedanía de El Mojón, y Fortuna potencia su riqueza termal con la construcción del Gran Hotel del Balneario. Archena mejora sus comunicaciones con la inauguración del puente de madera sobre el río Segura (1865), y Albudeite con el puente de Los Barrancos; y Lorca contempla el nacimiento del Teatro Guerra (1861), el primero en la historia de la región, inaugurado un año antes que el Teatro de los Infantes de Murcia (1862).

La estación se sitúa en el castizo barrio del Carmen, al sur del centro urbano, es un edificio de base rectangular de dos plantas y estilo ecléctico. Aunque sobria en su conjunto, la construcción luce algunos elementos ornamentales tales como unos balcones rematados con barandillas de estilo mudéjar, o el escudo (fachada posterior) y el reloj (fachada principal) que coronan la cornisa superior entre volutas y guirnaldas. En ese mismo lugar se puede apreciar las siglas MZA en honor de la compañía. La combinación entre el ladrillo, material predominante, y los materiales usados para rematar los diferentes vanos, ángulos o cornisas dan al conjunto su aspecto polícromado.

El edificio de pasajeros de Murcia se proyecta en un principio, siguiendo las normas de una estación de segundo orden como la de Guadalajara; aunque en el informe del ingeniero José Almazán aparece como de primer orden. El proyecto lo revisa la Dirección de Ferrocarriles, que propone unas cuantas modificaciones, y el 4 de septiembre de 1863 se contratan las obras para su construcción. Se aumenta notablemente el ancho de la estación, a fin de que haya más espacio para el tránsito de pasajeros y mercancías, y se amplía también el edificio de viajeros, que incluye la remodelación de la fachada y el interior para adecuarla a su categoría, lo que da por resultado un edificio ecléctico, sencillo y funcional, compuesto de dos pisos, con el inferior de mayor longitud, por lo tanto con un predominio general del sentido horizontal.

Los balcones del piso superior son de igual diseño que los del inferior, es decir, coronados por una barandilla de ladrillo de estilo mudéjar. Remata el edificio una cornisa recta únicamente interrumpida por el reloj, bajo el cual aparecen las siglas de la compañía (MZA). La decoración es muy pobre, bastante escasa, ya que se reduce al remate del reloj que amplía su asentamiento en dos volutas con formas vegetales y una guirnalda de flores que recuerda el estilo griego llamado corintio. Un pequeño friso que rodea todo el edificio, decorado con palmetas apenas visibles desde el exterior. Lo más destacable, sin duda, es el juego de color obtenido de la alternancia del material: ladrillo y zinguería empleada para remarcar las partes estructurales y remates del edificio ( ángulos, coronamientos, zócalos, jambas y soleras de puertas y ventanas). Estos detalles de zinguería están muy presentes en los edificios que dejan en toda América los arquitectos jesuitas.

El proyecto prevé también una marquesina de hierro sobre los andenes y un abrigo de 30 metros de longitud para que los viajeros puedan proteger del sol. Esta marquesina se sustituye en 1910 por otra estructura metálica similar. El andén principal, que tiene 10 metros. está cubierto por una marquesina de 7,20 metros. Los muelles de mercancías, plataformas y guías se disponen de manera que en un futuro, de ser necesario, se puedan ampliar. Desde su inauguración, se realizan numerosas modificaciones que no alteran el alma básica del edificio.

A finales de 2006 surgen los primeros planes de integración de Murcia en la red de Alta Velocidad. El tren la divide, obstaculiza la comunicación entre los barrios y limita su crecimiento hacia el sur, donde se encuentran la estación y la estructura ferroviaria. Aún hoy se discute en la capital del Segura sobre el ferrocarril. En 2009, los proyectos se concretan en la edificación de una nueva estación con cuatro andenes subterráneos y siete vías (posteriormente se elevan a ocho), que supone la construcción de un largo túnel de casi 5 kilómetros para soterrar las vías a su paso por la ciudad. Sin embargo, a finales de 2012 la opción del soterramiento pierde fuerza debido a su coste económico y a que puede retrasar la llegada del AVE, por lo que se plantea la construcción de una estación provisional en Los Dolores para hacer efectivos los nuevos planes ferroviarios entre 2014 y 2015. En 2016 se opta por la llegada de la Ata Velocidad a la estación existente y en superficie. Un año más tarde se inicia la colocación de unos muros de protección acústica para las obras, y comienzan una serie de protestas que consiguen que de nuevo se apruebe la llegada soterrada del AVE.

En los últimos cuatro años Murcia contempla cómo se levanta una nueva estación, en esta ocasión intermodal, que se emplaza próxima a la actual, con una rasante deprimida alrededor de 8 metros respecto de la existente. Dispone de un edificio en superficie situado en el extremo oeste de los andenes y sobre la vertical de los mismos. La fachada principal, orientada al oeste, da frente a la gran avenida que se construye sobre el eje ferroviario tras el soterramiento. El edificio dispone de un gran vestíbulo que será el núcleo central de la estación, custodiado a ambos lados por dos bloques adosados de servicios. El vestíbulo conecta con los andenes a través de grandes huecos que posibilitan la entrada de luz natural. «Esta estación se ha adaptado para los requerimientos del AVE y la realidad es que, a día de hoy, tenemos la estación preparada para la alta velocidad pero no tenemos alta velocidad», se queja el Gobierno murciano. Fomento invierte 5 millones de euros en esta infraestructura.

«La solución de soterramiento adoptada en Murcia va a suponer una importante revitalización de todo el barrio de El Carmen, con una nueva estación intermodal que permitirá conectar a los pasajeros con sus distintos lugares, además de generar un nuevo espacio de relación, comercio y gestión que revitalizará la vida de toda la zona, junto con nuevos proyectos de viviendas, grandes zonas ajardinadas y espacios de encuentro». Los arquitectos locales reclaman, junto a urbanistas y sociólogos, tener una voz presente en este proceso de reestructuración ferroviaria que integre todas las competencias técnicas al servicio de la ciudad. «Para devolver el papel dinámico, cívico y simbólico de la estación de tren, es fundamental la intervención de los arquitectos en estas materias, ya que esta cuestión nos afecta y perfectamente se incorpora dentro de nuestro negociado, puesto que estamos hablando de cómo un elemento de la ciudad puede generar una barrera«.

Pero los retrasos se acumulan e invalidan todas las previsiones. Las obras para la llegada del AVE a la región sufren otra dilación debido a un modificado en el proyecto del soterramiento que se adjudica en 2019 a la UTE formada por Ferrovial y Acciona. Hasta el verano del año 2021 no se prevé ejecutar la fase intermedia que permita la entrada de la Alta Velocidad. Después habrá que realizar las pruebas y obtener los permisos, y si no hay más retrasos, el servicio comercial puede comenzar en 2022.

(Fuentes. Francisco Wais, en «Histooria de los ferrocarriles españoles». La Opinión de Murcia. La Verdad de Murcia. Fundación de los Ferrocarriles Españoles)

Estaciones singulares: Norte de León

La antigua estación del Norte de León luce su nuevo aspecto, repintada en blanco y gris, y la estructura de hierro exhibe su característico color rojo, lo que devuelve a la ciudad una vista que le ha acompañado durante más de 150 años con la excepción de unos años en los ochenta cuando se desmontó por unas obras en los andenes. La marquesina es heredera de la estructura centenaria, ya que en aquellos trabajos desarrollados hace treinta años se desmonta y amplía para cubrir todo el lateral del edificio, cuando la original sólo lo hacía hasta la mitad.

Los operarios se afanan en la colocación de las columnas y las cerchas de la estructura que cubre los andenes de la antigua estación desde el día de su inauguración –el 8 de noviembre de 1863– y que en poco tiempo va a hacer lo propio con el paseo peatonal que se ejecutará en superficie sobre el tramo soterrado y que abarcará desde la avenida de Palencia hasta Doctor Fleming, donde habrá un mirador para poder contemplar los trenes en el momento en el que empiecen a salir a la superficie. Las obras de soterramiento permiten el paso del ferrocarril por debajo del antiguo paso a nivel del Crucero; los viajeros cogerán el tren justo debajo de la vieja marquesina tres años después de lo previsto inicialmente.

El caso es que en las fase de planificación del soterramiento llega a plantearse un cambio de ubicación, pero ante la insistencia del Ayuntamiento, la marquesina vuelve a su sitio, recupera todo su esplendor y se hace más visible para vecinos y visitantes. A ello contribuye el nuevo paseo peatonal y la desaparición del edificio anejo a la antigua estación. El inmueble se levanta en los años 70 para acoger la estafeta de Correos, aunque dos décadas después pierde su función original tras la supresión del transporte postal por ferrocarril. El derribo llega tras una petición cursada por el alcalde de la ciudad, Antonio Silván, y respaldada por la Asociación Ferroviaria Cultural ‘Reino de León’. El objetivo fundamental pasa por poner en valor la fachada sur de la vieja estación –que sigue sin tener un uso definido– y para mejorar la visión de su marquesina.

La culminación de estos trabajos desarrollados en los últimos meses permiten asomarse a lo que vive León aquel 8 de noviembre de 1863 cuando el tren aparece en la ciudad. El nuevo transporte hace soñar a los leoneses con un espléndido futuro, por lo que se vive el acontecimiento como uno de los grandes días festivos. La estación es arquitectónicamente impresionante y responde a las inquietudes manifestadas por las autoridades, que encargan tan magna construcción al ingeniero jefe de la Compañía del Noroeste. León Eduardo Saavedra y Moragas, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, arquitecto, arqueólogo y arabista español, cumple el mandato y entrega a los leoneses un nuevo estandarte para la vieja ciudad castellana.

El convoy con diez coches que entra en «la mejor estación del país» parte la víspera de Madrid, de la estación del Norte, rumbo a Valladolid, donde los pasajeros bajan a tomar un chocolate. Ese 8 de noviembre, el tren hace parada en Palencia y después de descansar, inicia viaje a León. A las 10.00 de la mañana la comitiva llega a su destino y asiste a una ceremonia inaugural plena de boato, tan solo empeñada por la ausencia de representantes de la Casa Real. Entonces, León y Palencia están a cinco horas de distancia (hoy no llega a sesenta minutos). «Es una de las más bellas y grandiosas de España, un golpe de vista que embarga» los ánimos, recoge La Correspondencia de España días después. Los obispos de Astorga y Palencia bendicen la nueva línea y las tres locomotoras que hacen presencia en el acto.

Tras los discursos, se sirve un ágape en los talleres de la estación. Del menú de lujo elaborado por Emile Huguenin Dubois, conocido como Emilio Lhardy. dan cuenta cuatrocientas personas invitadas a la ceremonia, entre las que no hay ni una sola mujer, como atestigua el propio ingeniero Saavedra en su libro ‘La mujer leonesa’. Al baile de gala en el Teatro Principal, sí están invitadas y acuden con sus mejores trajes y joyas. Casi a medianoche, los leoneses miran al cielo, iluminado con un gran castillo de fuegos artificiales.

Bajo esa potente luz brilla la marquesina de la estación, levantada en piezas en los talleres de la compañía ferroviaria, hecha de acero roblonado, y unidas todas sus piezas con remaches, sin un sólo tornillo, tal como muestra con maestría Eiffel en su torre de París. De ese mismo estilo, metálico, francés, industrial, moderno y extremadamente bello, diseña Saavedra los puentes con los que tiene que salvar los ríos que jalonan la línea Palencia-León, con capital y tecnología extranjera para paliar el atraso tecnológico español, su evidente retraso en la revolución industrial, todo traído de fuera para mayor gloria de la expansión de las incipientes y poderosas compañías extranjeras. Hasta el reloj de la estación es francés.

Aunque la obra no corresponde a Eiffel, ni tan siquiera su empresa, en el imaginario popular ronda la figura del ingeniero francés como artífice de la estructura metálica del edificio de viajeros. Toda estructura metálica de cierta envergadura recuerda a la torre Eiffel, actualmente la imagen más representativa de Francia con sus 300 metros de altura, 10.100 toneladas de hierro forjado y 18.038 piezas unidas por dos millones y medio de remaches. Su construcción, sin embargo, despierta una gran polémica, pues muchos la consideran una estructura carente de sensibilidad artística y como decían muchos artistas un “monstruo de hierro”. Se habla incluso de destruirla. Cuando comienza su construcción hay un grupo de intelectuales y artistas, entre los que destacan Maupassant, Dumas, Garnier y Zola, que firman una carta de protesta dirigida al comisario de la Exposición parisina, en la que se quejan de esa «torre vertiginosa y ridícula que domina París, como una gigantesca y oscura chimenea de fábrica«. Más adelante muchos de esos mismos detractores se convierten en sus mayores admiradores. Y aunque la construcción leonesa recuerde a las obras de los talleres Eiffel, de ellos tan solo tiene una ligera semejanza en la forma de fabricarla: piezas de hierro forjado unidas por remaches.

«Las antiguas estaciones de ferrocarril, con sus marquesinas de diseño modernista y forjadas en hierro, bajo las que aguardan los viajeros, a menudo con expresión impaciente, tienen un encanto especial. La antigua estación leonesesa goza de ese privilegio. Situada al principio de la Avenida de Astorga, en un edificio de dos plantas que corona un reloj, es un claro ejemplo de las modestas aspiraciones de todo lo provinciano, de la búsqueda de un equilibrio entre fuerzas centrífugas, que impulsan en la dirección de imitar los boatos de los centros administrativos, y otras centrípetas de conformidad con lo que se tiene. Se ve, posando en su fachada una mirada superficial, que los que la diseñaron no aspiraban a nada especial –a pesar de ser León un centro neurálgico en las comunicaciones del noroeste de España–, que renunciaban a intentar pasar a la historia con una construcción original, ostentosa, sino que solo pretendían que el edificio cumpliera sin alardes con su cometido de ser punto de partida y llegada de gente parecida, en su mayoría sujetos anónimos de un tiempo histórico neutro, uniformador». Esta descripción literaria corresponde al escritor local y colaborador de La Nueva Crónica José Javier Carrasco, quien parece discrepar de los cronistas que relatan los acontecimientos que vive León con la llega del ferrocarril a la ciudad.

Sin embargo, el escritor leonés rinde a su manera un tributo especial a la infraestructura ferroviaria que conecta a los leoneses con el mundo exterior y sus diversas facetas. «La antigua estación de León tenía dos relojes, uno el de la fachada del exterior, que indicaba al que entraba si disponía de tiempo o debía apresurarse, y otro en el interior, en el primer andén, para saber si el tren que esperábamos llegaba puntual o con retraso. Ignoro cómo funcionaban esos dos relojes y quién se encargaba de su puesta a punto. León, cuando se construyó la estación en 1863, apenas contaba con relojes en la vía pública que permitieran saber en qué hora se movían quienes carecían de uno de cadena. Era necesario preguntar o entrar en un café para orientarse. Sin relojes quizá se vivía mejor, en un estado de gracia que nos igualaba a nuestros remotos antepasados que, como las plantas, se guiaban gracias al movimiento del sol, y contaban con un margen suficiente para hacer lo que querían y no lo que con el paso del tiempo se verían obligados a hacer. La ciudad sin relojes como una Arcadia en la que nada nos determina».

El edificio de viajeros leonés, como casi todos, dispone de salas de espera donde aguardan los viajeros separados por la clase de billetes adquiridos para viajar (primera, segunda y tercera). La más moderna del momento, con telégrafo, despacho de billetes, oficina y vivienda para el jefe de estación, facturación de equipajes y ‘restaurant, con letreros al gusto francés de la época. Un prodigio pagado por la Compañía del Noroeste, que elige León como buque insignia para la conquista del Oeste y del Norte, la avanzadilla de los grandes puertos de montaña, de la impresionante obra de ingeniería que aguarda más allá de Busdongo, el reto técnico que desafía todos los conocimientos de la época. Por eso León y su estación del Norte, es el orgullo de la compañía, una exhibición de poderío y riqueza, una muestra de la pujanza del capitalismo y una prueba de lo que es capaz la modernísima tecnología, en la locomotora de vapor que arrastra la hilera de coches y vagones, en los carriles y vías férreas, en el edificio y en la marquesina. Donde no se escatima esfuerzo, ingenio e inversión.

La marquesina, que se instala en 1870, es de acero roblonado y tiene unidas todas sus piezas con remaches y sin un solo tornillo, como la torre Eiffel, y de un claro estilo afrancesado, como otras tantas realizadas en aquella época por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España que absorbe a la del Noroeste. Una empresa de capital mayoritariamente francés (a través de Chemins de Fer du Nord) que levanta las principales estaciones de Castilla y León. La participación de ingenieros franceses marca la inspiración de muchas de ellas, joyas del pasado con un estilo afrancesado que aún conservan. En León destaca la espléndida cubierta metálica sobre los andenes, y las mamparas acristaladas en uno de sus flancos. Ahora bien, se trata de una intervención más modesta que la efectuada en Palencia ya que, prácticamente, toda la decoración se centra en los frontones de remate del cuerpo central – con su característico reloj rematando el eje de simetría – y de los cuerpos laterales, que únicamente se enfatizan mediante el uso de pilastras almohadilladas .

Como rasgos típicos, destacan los resaltos de pilastras en fachada, la decoración de los huecos de la planta superior, los pináculos de remate decorados con elementos secesionistas, las impostas de forjado resaltadas con sendas molduras paralelas y los antepechos escalonados, según una detallada descripción de la arquitecto Aurora María Martínez Corral. Respecto de los frontones de remate destacar la variante introducida en el frontón del cuerpo principal, con sendas réplicas de menor importancia a ambos lados de la parte central y la mayor sencillez que presentan los frontones de los cuerpos laterales con respecto al frontón ubicado en el remate del cuerpo central y en recursos compositivos generales de las fachadas: enfatización cuerpos central y extremos, presencia de pilastras, pináculos, impostas y cornisas, sostiene Martínez en su estudio técnico.

Durante 117 años, la marquesina se mantiene intacta, hasta que en 1980, los 60 metros de longitud fabricados de arte y belleza se amplían a 90 para cubrir la ampliación del edificio de ladrillo industrial que conserva apenas difuminada alguna traza de su diseño original. De nada sirve tampoco que la estación se proteja con la declaración del Bien Material y que la marquesina reciba la catalogación de Bien Inmaterial. A punto está de acabar derruida, bajo la acción de la piqueta, de no ser por las 16.000 firmas salvadoras que se recogen en la ciudad y que la Asociación Leonesa de Amigos del Ferrocarril (Alaf) guarda como un tesoro, que exige la conservación del edificio y la cubierta alzada sobre las vías. La histórica marquesina se rearma después de ser desmontada y restaurada para permitir la ejecución del cajón ferroviario que haga posible el soterramiento del AVE a su paso por León. Cuando se culmine esta obra, se prevé suprimir definitivamente el fondo de saco en el que se configura la actual estación de trenes, que obliga a que los convoyes salgan en retroceso de la capital para llegar al enlace sur y alargar unos 20 minutos el trayecto con origen o destino en Asturias. Lo demás es historia ya contada.

(Imagen del primitivo edificio de 1883 del famoso Jean Laurent. Instituto Patrimonio Cultural de España)

(Fuentes. María del Carmen Heredia Campos, en «La eleganciade lo útil. El legado de hierro de Eiffel en España». Diario de León. La Nueva Crónica. Aurora María Martínez Corral, en «Estación de ferrocarriles de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte en Valencia. Génesis. De la idea al proyecto. De los materiales a la construcción»)

La estación de Abando se salva, de momento

Hay gritos que no se escuchan. Quizá porque el ruido ha acabado por dejarnos sordos. Y en esta cuestión que se nos plantea hay un auténtico clamor. La llegada soterrada del TAV a Bilbao tiene en un vilo a la comunidad técnica. Ingenieros, arquitectos y amantes del ferrocarril temen por el futuro de la estación de Renfe y Adif. «La de Abando es ejemplar por su colocación en la ciudad, su vestíbulo de acceso y la respuesta a la plaza Circular. Pero sobre todo por su propia configuración y atinadas proporciones. Su mutilación sería sencillamente un crimen que los ciudadanos no debemos consentir», escribía en las páginas de El Correo, Javier Cenicacelaya.

Los técnicos del Consistorio planteaban la posibilidad de cortar una parte de la estación para unir con mayor facilidad las calles Bailén, en San Francisco, y Padre Lojendio, en El Ensanche. El soterramiento de Abando, además de poner fin a la trinchera de vías que separa el centro de la ciudad y el barrio de Bilbao la Vieja, permitirá liberar 107.000 metros cuadrados para que Bilbao siga creciendo. Un plan muy goloso.

«¿Hasta cuándo se va a seguir especulando con el patrimonio histórico de Bilbao como si de solares de tratara? ¿Hasta cuándo?». El prestigioso arquitecto bilbaíno se hace la misma pregunta que otros cientos de ciudadanos de la capital vizcaína. Si bien es cierto que hay edificios centenarios que se han recuperado para la villa tras haber perdido la utilidad para la que fueron creados (la Alhóndiga, por ejemplo, y en breve, la Aduana), no es menos verdad que otros (Depósito Franco) han sufrido el efecto del negocio.

¿Qué futuro le espera a Abando? Esa es la pregunta del millón. El estudio de arquitectura G&C con sede en Loiu, que trabaja sobre el planeamiento de esta zona para el Ayuntamiento, propone la conservación en su integridad de la cubierta de la estación, un hangar de inmensas proporciones que confiere una personalidad propia al recinto. Es una primera victoria, pero no acaban ahí las dudas. El primer estudio adjudicado para ordenar todo ese ámbito contempla mejorar las conexiones peatonales entre ambas zonas y sentar las bases de su urbanismo. La venta de viviendas es clave para la obtención de plusvalías con las que sufragar la nueva terminal, cuyo coste asciende a 350 millones, según las previsiones confirmadas por el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna.

De momento, el proyecto preserva la gran marquesina, aunque sigue muy abierta la función que pueda tener la estación actual en el futuro. Se ha especulado con ampliar la superficie comercial y de exposiciones, ya presente desde 1996 gracias al centro Vialia, e incluso con utilizar el espacio para una eventual extensión del Museo de Bellas Artes.

Abando ha ido cambiando de cara para adaptarse a los tiempos. Arrancó en 1963 (cuando era un municipio independiente, luego anexionado a Bilbao) con un edificio de estilo inglés en el que tiene una gran participación Charles Blaker Vignoles. Después de tres intentos fallidos de reforma, el actual edificio, obra del arquitecto Alfonso Fungairiño, se levanta en 1948. Presenta dos zonas: el edificio de acceso de los viajeros, de líneas clásicas y granito en los basamentos, y la bóveda que protege los andenes, construida sobre 12 arcos metálicos separados 16 metros entre sí. El hangar ha sido la solución más utilizada para cubrir algunas de las estaciones más emblemáticas de Europa, como la de Atocha de Madrid, St. Pancras de Londres, Termini de Roma y la Central de Amberes.

«Me preocupa la actitud iconoclasta, irreverente e ignorante de quienes se toman la libertad (¿con qué legitimación?) de destruir el patrimonio de todos. Y me preocupa la connivencia de algunos equipos que se autoproclaman como líderes de la arquitectura y el urbanismo. Me gustaría recordar a todos que cuando se hizo la adecuación de la estación de Atocha, en Madrid, para la llegada del AVE de Sevilla se respetó escrupulosamente la estación, creándose un elegante salón urbano que permite el tránsito de millones de viajeros al año. También quiero recordar que en España son muy contadas las estaciones con grandes estructuras metálicas, y más escasas aún con bóvedas roblonadas del tipo de la de Abando. Quedan magníficos ejemplos como la Estación del Norte de Valencia, la de Francia de Barcelona y La Coruña-San Cristóbal, entre otras». Jav‪ier Cenicacelaya lleva tiempo gritando para salvar Abando. No quiere que se produzca un disparate urbanístico que, efectivamente puede ser muy rentable, pero que empobrece la ciudad al eliminar una de sus joyas patrimoniales. Y no olvidemos que el patrimonio es de todos.

Quinto ataque a las obras del AVE en Murcia

Las obras de soterramiento que se están efectuando en Murcia han vuelto a sufrir un nuevo acto vandálico. Es la quinta ocasión en menos de dos meses en el que se producen ataques contra maquinaria y medios materiales relacionados con las actuaciones previas para la eliminación de las vías del tren. La diferencia respecto a los sucesos anteriores radica en que, en esta ocasión, se han hallado pruebas dejadas por los autores del sabotaje.

A las 4.35 horas y tras ser alertados por la Sala ‘092’, los agentes de la Policía Local se personan en las vías del tren que transcurren junto al Camino Mota de los Alemanes, en Los Dolores, donde se encontraba ardiendo la maquinaria de las obras, estacionadas en el interior del vallado que delimita el tendido ferroviario y junto a la puerta de acceso en el tramo PK 525 + 550.

Los policías se encontraron una excavadora ardiendo -cuyo incendio requirió la intervención de Bomberos-, mientras la segunda no presentaba daños a simple vista, pero en la que descubren una botella de detergente abierta, envuelta en una bolsa de supermercado, la cual, por el olor que desprendía, parecía contener gasolina. Los agentes vieron un tapón azul en el suelo, junto a la rueda delantera derecha de la máquina, y, al lado de la trasera, un guante de plástico similar a los que suele haber en los surtidores de gasolineras. La valla ubicada en el margen izquierdo de la vía, sentido Beniel desde Murcia, también presentaba un roto justo a la altura de las máquinas.

Como en los cuatro actos vandálicos que han sufrido estas obras en apenas dos meses, también anoche se personaron unidades de Policía Nacional y Policía Científica que se hicieron cargo tanto de los vestigios encontrados como de la custodia de la maquinaria para una inspección más exhaustiva por parte de esta última

Esta ha sido la quinta noche de atentados contra la maquinaria que trabaja en las obras previas al soterramiento de las vías. La anterior tuvo lugar el pasado día 21, cuando se derribaron postes, pantallas de metacrilato, soportes de muretes y tuercas de sujeción; el 12 de septiembre unos encapuchados prendieron fuego a otras dos máquinas que se encontraban en un solar entre las calles Limonar y Pintor Saura Pacheco; el 29 de septiembre, dos camiones sufrieron un incendio junto al paso a nivel de Senda de los Garres; y el martes 3 de octubre fue la noche más violenta, cuyas consecuencias, además de los daños valorados en miles de euros, obligaron a interrumpir el tráfico ferroviario durante varios días en la región.

(Imagen Juan Carlos Caval. La Verdad)

Más voces piden no ampliar el tranvía de Vitoria

Prosigue la polémica por la ampliación del tranvía en Vitoria. El último en pronunciarse es el exalcalde José Ángel Cuerda (PNV) quien es partidario de paralizar la ampliación del tranvía hacia el sur de la ciudad y hacer «un estudio de unas características diferentes al que se ha hecho ahora» sobre esta infraestructura. El que fuera alcalde de la capital alavesa entre 1979 y 1999 participó hace unos días en el foro municipal de movilidad que debatía esta ampliación, a la que se opone una plataforma vecinal que aboga por aplazar las obras para acometerlas de manera conjunta con el soterramiento de las vías del tren anunciada por Adif.

Cuerda insta al Gobierno municipal de Vitoria, integrado por PNV y PSE, a «pensar en los ciudadanos» y analizar la sostenibilidad del trazado desde el punto de vista medioambiental, económico y social. En su opinión, el proyecto en este momento tiene «una serie de inconvenientes muy serios«, como «la falta de un análisis de lo que es el tranvía en Vitoria y la necesidad previa de abordar la envergadura económica y ciudadana» de su ampliación.

«A mí me parecería una medida muy prudente que existiera ahora una paralización del proyecto para poder estudiar a fondo estas circunstancias» y después «tomar las decisiones que en su caso procedan», sostiene el exalcalde. «Yo preferiría que este proyecto se paralizara y hacer un estudio de unas características diferentes al que se ha hecho ahora», concluye.

La posible paralización del tranvía de Vitoria para estudiar la obra de manera conjunta con el soterramiento de la alta velocidad ferroviaria a su paso por la ciudad ya se debatió el mes pasado en el Parlamento vasco. Los populares defendieron ese aplazamiento por entender que el trazado del tren ligero hasta la Universidad supone una «invasión del espacio peatonal» de los barrios de Adurza y San Cristóbal, y no responde a las necesidades reales de la ciudad. La iniciativa, apoyada en parte por Elkarrekin Podemos, no salió adelante al oponerse el PNV, EH Bildu y PSE-EE, los mismos grupos que en el Ayuntamiento pactaron la financiación de la infraestructura.

Mientras, el pleno municipal aprueba por unanimidad una petición a Euskotren para que estudie la viabilidad de implantar un servicio de tranvía nocturno los fines de semana y los días festivos en la ciudad, como ya sucede durante las Fiestas de La Blanca y la Aste Nagusia bilbaína. Tanto el equipo de gobierno (PNV-PSE) como las formaciones de la oposición (PP, EH Bildu, Podemos e Irabazi) han apoyado la moción, presentada a debate por todos los grupos municipales salvo el PP, en la que piden a esta empresa pública que aborde junto a la compañía municipal de transportes Tuvisa este estudio.

La moción aprobada contempla que este análisis se coordine con el servicio municipal de tráfico y con el Departamento municipal de Medio Ambiente y que incida en la posible afección acústica de los convoyes a las viviendas que se encuentran en el trazado del metro ligero. La petición de un servicio nocturno de tranvía los fines de semana y festivos en Vitoria es una reivindicación histórica en la ciudad desde que hace 7 años se implantase durante las fiestas de La Blanca, con la que se busca equiparar este medio de transporte al «gautxori» nocturno de los autobuses urbanos, que verían liberadas rutas y vehículos con la llegada del metro ligero nocturno.

La Corporación municipal ha dado el primer paso para solicitar a Euskotren este servicio, a través de la elaboración de este estudio que, según dicta la moción, deberá someterse al examen de los consejos vecinales afectados por este servicio. Actualmente, el servicio de tranvía finaliza alrededor de las 23.00 horas durante los fines de semana y festivos, a excepción de las fiestas de La Blanca. En ellas Euskotren ofrece servicios del 4 al 9 de agosto de manera ininterrumpida toda la noche, a excepción del 9 de agosto, jornada en la que el servicio finaliza a las 3.37 horas de la madrugada.

Vitoria debe fijar la entrada del TAV en la ciudad

alcalde-vitoria-estacion-tren

El diputado general de Álava, Ramiro González, considera que es el Ayuntamiento de Vitoria el que tiene que pronunciarse de una «forma clara» sobre cuál es el modelo de soterramiento que prefiere para la llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV) a la ciudad. Así lo ha afirmado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Diputados en la que también ha asegurado «desconocer» el coste final de las obras y cuál será la aportación de cada institución, aunque González defiende que la mayor parte del coste corra a cargo del Ministerio de Fomento «porque es el competente». A su juicio, el resto de las instituciones tienen que estar dispuestas a hablar y a sentarse a negociar.

González reconoce haber mantenido «alguna reunión» con el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, respecto a este asunto, pero no desvela ninguna estimación económica concreta barajada por el consistorio. Respecto al proyecto, González cree que es la ciudad la que tiene que sentirse «cómoda» porque va a cambiar su fisonomía de forma importante. La propuesta, acordada el pasado mes de enero entre el Gobierno vasco, el Ayuntamiento de Vitoria y Adif, baraja distintas soluciones para la conexión y acceso del TAV en Vitoria, aunque sí contempla el soterramiento de la red ferroviaria que transcurre por el centro urbano.

El alcalde vitoriano, Gorka Urtaran, defiende un proyecto que pasa por enterrar las vías en paralelo al actual corredor, lo que supondría una solución definitiva en sustitución de la barajada hace unos años, y que soterraba el ferrocarril por el norte con una estación intermedia a la altura del parque de Arriaga. Lo que aún está sin definir es la entrada del TAV por Salburua, que es zona protegida por su valor medioambiental.

El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, anunciaba hace un par de semanas que su equipo acepta el soterramiento de los accesos de la infraestructura -y las correspondientes estaciones- en Bilbao y Vitoria, una de las grandes reivindicaciones de las administraciones vascas durante el último año que el Gobierno central venía rechazando una y otra vez. De la Sernaecía «sí por primera vez» a la opción, para la que se deben concretar ahora los correspondientes proyectos. Lakua ya maneja bocetos, pero Madrid asegura que deben hacerse retoques «técnicos». Ambos gobiernos y los ayuntamientos pactarán un sistema de financiación compartido.

Con esta nueva lista de labores en el horizonte, el ministro de Fomento no quiere confirmar la fecha marcada por su antecesora, Ana Pastor, a lo largo de 2019. Consciente de que el plazo es ya prácticamente inalcanzable, De la Serna se limita a señalar que las obras pendientes se irán ejecutando «lo antes posible». Una vez que se liciten los tramos del nudo de Bergara y se concreten los proyectos definitivos para los accesos de Bilbao y Vitoria «podremos hablar de fechas más concretas», zanja.

Euskadi reclama a Fomento que defina la entrada del TAV en las tres capitales vascas en 2017

estacion-abando

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, ha mantenido un encuentro con los alcaldes de Vitoria, Bilbao y San Sebastián para analizar los proyectos de llegada del Tren de Alta Velocidad a las tres capitales vascas, que espera tener definidos en un año, y han acordado solicitar una nueva reunión con el ministro de Fomento, Iñigo De la Serna. Tras la reunión, la consejera y los tres alcaldes han comparecido ante los medios de comunicación para informar de la reunión en la que han hablado de la disposición del Ministerio de Fomento para analizar los proyectos de entrada del TAV a Vitoria y Bilbao de forma soterrada y, «dado que la encomienda de gestión de acceso a San Sebastián le corresponde al Gobierno vasco», ha concretado que también es necesario buscar un proyecto de forma «coordinada y acordada» con Fomento.

Tapia anuncia que van a solicitar una reunión con De la Serna, en la que se pueda analizar «de forma concreta» los aspectos que deberían recoger los proyectos para, a partir de ahí, convocar las reuniones técnicas de cada una de las ciudades que nos lleven a formular el correspondiente proyecto con el objetivo de que el TAV llegue a las capitales «de forma simultánea» a la finalización de la obra. La consejera reconoce que el Nudo de Bergara es realmente donde se produce el «principal cuello de botella«, pero, «una vez solucionado eso, es necesario garantizar que se hacen los proyectos de acuerdo con los intereses de la ciudades».

La consejera ve «posible» tener definidos los trabajos y dice que la tarea ahora estará en acordar junto con los municipios, Gobierno vasco y Fomento la «solución y plasmarla en un proyecto constructivo que se pueda adjudicar y licitar». «Si no nos damos prisa, evidentemente el cuello de botella se trasladará a las capitales y eso es lo que queremos evitar», advierte.

El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, por su parte, valora «muy positivamente» el compromiso expresado por el Ministerio de Fomento para «potenciar» la entrada del TAV en la capital alavesa de forma soterrada, con un planteamiento que se ha puesto sobre la mesa por parte de Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Vitoria, que supone una «solución definitiva» para la integración de la Alta velocidad en la capital alavesa frente a la alternativa «provisional» que se manejaba en la pasada legislatura de Maroto (PP). Urtaran subraya que el «esfuerzo económico» que se va a realizar va a ser «para siempre» o, por lo menos, para los próximos 150 años«. «La solución que planteemos debe ser eficaz y eficiente, pero sobre todo, definitiva», insiste, aunque no ha querido entrar en los «detalles» de la financiación porque sería «aventurar demasiado».

El regidor vitoriano señala que el proyecto que las Instituciones vascas plantean, propone conectar el TAV con otros medios de transporte públicos, de manera que se genere intermodalidad entre la futura estación de Tren. Tras el soterramiento, el alcalde señala que va a quedar un espacio «importante» en la ciudad que sería «muy atractivo» para el desarrollo de actividad y explica que ahora es necesario pasar «de las palabras a los hechos».

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, por su parte, destaca que quiere ir «de la mano» del Gobierno vasco en este asunto porque el TAV es una infraestructura «muy importante» que, entre otras cosas, dotará a la ciudad de una «conectividad extraordinaria». Asimismo, diceo que el proyecto de soterramiento va a «mejorar la calidad de vida de los bilbaínos». «Hacer desaparecer la brecha que divide la ciudad ha sido siempre nuestra apuesta», asegura.

Respecto a la financiación, Aburto cree que es una cuestión que «hay que abordar» y en la que el Ayuntamiento de Bilbao «no se va a esconder» porque, «como una Administración vasca más, contribuirá al soterramiento«, aunque cree que es «pronto» para hablar de cifras. «No cabe duda que se va a liberar un espacio de 90.000 metros cuadrados que va a tener unos aprovechamientos que pueden aportar mucho a la financiación«, asegura.

El regidor de San Sebastián, Eneko Goia, dice que, a diferencia de Bilbao y Vitoria, el proyecto de llegada a San Sebastián no incluye soterramiento, sino que tiene que tener en cuenta otras variables, ya que se va a ubicar en medio del edificio Tabakalera y de las estaciones de autobuses, Renfe y cercanías. Además, precisa que, en materia presupuestaria, el proyecto del ayuntamiento no difiere mucho del presentado por Adif.

Goia explica que van a poner sobre la mesa el transporte de mercancías, que en la actualidad atraviesa la ciudad, con lo que se buscará una solución a través de una variante. También indica que las obras de una tercera vía están en marcha lo que les coloca en un escenario a dos años vista de llegada de la red ferroviaria europea a San Sebastián. «Tenemos que estar preparados para cuando llegue esta situación tan beneficiosa», precisa.