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Estaciones singulares: Cádiz

En la segunda mitad del siglo XIX, el ferrocarril es la principal inversión económica en España. La primera línea ferroviaria que se tiende en Andalucía une Córdoba a Sevilla, que comienza a levantarse en 1856, con aportación de capital esencialmente francés. Pronto se multiplican los proyectos ferroviarios en la región, aunque dentro de un sistema claramente radial, con Madrid como núcleo ineludible y que, en muchos casos, busca salida para productos minerales. En 1859 comienzan a circular los primeros trenes entre Córdoba y Sevilla (desde 1875 en manos de MZA, principal empresa ferroviaria española junto a Norte) y al año siguiente lo hacen entre Sevilla y Jerez , aunque al tratarse de empresas diferentes cada una construye su propia estación, lo que obliga luego a crear un ramal para conectarlas. Y en 1861 el ferrocarril llega ya a Cádiz. La primera locomotora llega el 13 de marzo a una pequeña estación junto a los muelles gaditanos, construida de madera y de una sola planta.

Durante las primeras implantaciones de caminos de hierro en Andalucía, se levantan numerosas estaciones provisionales, simples barracones de madera, que suplen las funciones de edificios de viajeros, pero también se construyen otros edificios con un sentido de menor provisionalidad, como las primeras estaciones de Córdoba y Sevilla. Como sucede en el resto del país, los principales edificios de viajeros andaluces son representativas de la evolución de los distintos lenguajes arquitectónicos, desde el clasicismo y eclecticismo hasta el regionalismo, y el desarrollo de las nuevas tecnologías en la arquitectura del hierro, desde la cercha triangulada tipo Polonceau a las grandes armaduras de arcos articulados, sostiene Inmaculada Aguilar Civera, investigadora y profesora de Arte en Valencia.

Entre las primitivas estaciones, Málaga es el referente a la modernidad por la envergadura y amplitud de su estructura metálica, que la convierte incluso en modelo de otras estructuras metálicas construidas en las décadas siguientes. A ella hace referencia el proyecto de ampliación de la estación de Cádiz, que realiza Agustín Sáez de Jubera en 1901, en cuya memoria comenta: “Al proponer aumentar la longitud del edificio de viajeros hasta 104,00 metros se propone también separar 8,00 metros las cerchas que constituyen la gran cubierta central. Esta modificación es inspirada por el deseo de poner las nuevas edificaciones de la compañía en armonía con las tendencias actuales de la construcción moderna que trata de dar a las obras metálicas aspecto de ligereza por el aumento de las luces. La estación de Atocha de Madrid es un ejemplo de la aplicación de esta tendencia y del agradable efecto que produce. Por otra parte, la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces tiene en su red una cubierta de edificio de viajeros, que aún construida en 1869, ha sido concebida en proporciones armónicas. Nos referimos a la estación de Málaga, cuyas cerchas principales, distanciadas 8,50 metros, tienen 31 metros de luz y que después de 30 años se conserva admirablemente».

La Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, constituida en 1877, es la tercera empresa en importancia en el periodo de explotación privada de los ferrocarriles españoles. Financiada también en una parte sustancial por capitales franceses, al igual que sus competidoras Norte y MZA (acaparan el 65% de los activos, frente al 10% de la andaluza), tiene sin embargo un devenir empresarial bastante conflictivo que lleva a una traumática incautación de la explotación por parte del Gobierno del Frente Popular en mayo de 1936, debido a la paralización parcial del servicio normal en varias líneas de la compañía, a causa de los graves problemas económicos de la empresa que impiden la adquisición de combustible para la alimentación de las locomotoras.

Dentro de la arquitectura fabril de hierro del XIX, cuyas formas no son consecuencia del ornato añadido sino orgullosa expresión de los avances de la ciencia y de la tecnología, preludio de una modernidad que se consolida varios años después, deja dos piezas de entidad en el centro histórico de Cádiz, ambas muy próximas, entre los muelles y el borde amurallado. La Fábrica de Tabacos (1883) que se sitúa sobre el Baluarte de la Alhóndiga; y la estación de ferrocarril (1905) sobre rellenos en aguas de la Bahía al pie de la muralla.

Significativas son las dos estaciones proyectadas por el ingeniero Agustín Sáez de Jubera, la de Sevilla San Bernardo y la de Cádiz. Distintas en su disposición, al ser la primera de paso y la segunda de término, el ingeniero propone distintas soluciones arquitectónicas, pero con un mismo lenguaje, el ecléctico. El anteproyecto de la estación de Cádiz, como estación término de la línea de Sevilla a Jerez y Cádiz, se presenta en 1890, por Luciano Villars, consejero de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. Durante los diez años siguientes se suceden diversos proyectos (1892, 1894) de ampliación del edificio, sobre la base del plan original de 1890. En 1901, De Jubera presenta el proyecto definitivo que es aprobado en enero de 1902.

El edificio de viajeros se configura en dos pabellones paralelos a ambos lados de las vías; uno para el servicio de llegada y el otro para el de salida. La fachada principal está formada por dos dependencias que flanquean la gran cubierta metálica, cuyo testero está acristalado. El inmueble es un ejemplo del eclecticismo imperante; las formas adquieren total libertad de modo que no pueden ser definidas a través de términos puramente clásicos, donde resalta el friso neohelénico que recorre las pilastras y cornisas, que se ven enriquecidos con el contraste del ladrillo rojo imperante en toda la obra. Es singular el concepto espacial y decorativo que va a adquirir el espacio interior de la gran nave, pues sus laterales, a imitación de las basílicas cristianas, plantean en cada entrepaño un gran ventanal acristalado que cobija dos arquillos ciegos, donde se colocan escudos heráldicos.

De Jubera combina perfectamente la ornamentación de estos edificios con la gran estructura metálica, de 800 toneladas de peso, y las marquesinas laterales. La armadura metálica, de 31 metros de luz, está formada por cerchas tipo inglés con cordón ligeramente curvo, que resulta de gran amplitud y ligereza. La decoración en hierro utiliza los órdenes clásicos. Los capiteles de las columnas son de orden compuesto, jónico y corintio; y los faldones de las marquesinas presentan elementos vegetales muy utilizados en el estilo ecléctico. La longitud total de la estación es de 110 metros con una altura de 17 metros, la cual dispone de cuatro vías. El resultado es de una gran belleza y plasticidad.

La estación queda ‘tocada’ cuando sobre la plaza que la comunica con los muelles y el resto de la ciudad, a escasa distancia de su fachada principal, se construye en 1959 un desafortunado edifico tardo historicista para uso de Aduana. Poco antes de fonal de siglo XX se plantea una operación para reponer y ampliar el espacio ferroviario y su entorno, que incluye la demolición de la Aduana. «Hasta que un grupo de ciudadanos, de buena fe pero escasamente informados, plantean la defensa de esa construcción carente de valor, y en consecuencia la Dirección de Bienes Culturales de la Junta incluye la pieza en su Inventario de Bienes, por lo cual en el actual plan de la ciudad se protege con el simple grado de ‘interés ambiental’, explica un cronista local. Se edifica una nueva estación, mientras que la antigua se restaura como parte del Plan de Infraestructuras de Trasporte de Fomento 2000-2007; pero no se derriba la Aduana que ocupa la plaza y oculta la bella fachada que durante la primera mitad del siglo XX caracteriza un elegante umbral de la ciudad al mundo de la mar.

Con el soterramiento del tren, la operación de mayor relevancia y de transformación urbanística en la historia reciente, y una vieja aspiración de la ciudad, Cádiz abandona la antigua terminal de Andaluces. Para permitir la entrada los trenes, se construye en 1998 una estación en el barrio de Cortadura que sirve como terminal provisional durante las obras. El soterramiento incluye la construcción de una nueva terminal y la recuperación para la ciudad de la antigua estructura ferroviaria. El nuevo edificio, que está algo más alejado de la plaza de Sevilla, en pleno centro, se levanta en 2002; cuenta con seis vías, dos de ellas reservadas a trenes de cercanías, con acceso restringido para viajeros con títulos de transporte para los mismos.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), licita en 2015 un concurso público para dar un nuevo uso a las antiguas dependencias ferroviarias de Andaluces y aprovechar no solo el edificio sino el espacio que protege la monumental marquesina. Con ocasión de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra anualmente en Madrid, se firma con la empresa Driblo el contrato de adjudicación para su explotación por un periodo de 15 años. El inmueble posee una superficie total de 5.500 metros cuadrados que se reparten de la siguiente manera: dos torreones de 600 metros cuadrados, dos laterales de 1.800 metros cuadrados y el interior de una marquesina de 3.100 metros cuadrados. Según el plan comercial. el nuevo espacio gastronómico acoge la hostelería en las dos naves laterales, junto con la venta de productos frescos con formato de mercado tradicional, así como puntos de venta y degustación de productos gourmet, que se sitúan en la nave central.

Recientemennte, el consistorio gaditano acuerda la reordenación de la Plaza de Sevilla, tras llegar a un acuerdo con Adif, que lleva el peso absoluto de las actuaciones. Según el nuevo plan, se espera la puesta en marcha de los proyectos del mercado gastronómico y del hotel que se pretende levantar sobre el vestíbulo de la antigua estación. Sus promotores están a la espera de la confirmación oficial de la firma del convenio y de las licencias de obra ya que, por ejemplo en el caso del hotel, los trabajos están previstos para la primavera de 2019 y, un año más tarde, ni siquiera han podido empezar.

(Fuentes. Inmaculada Aguilar Civera, en «Estaciones históricas en Andalucía». Domingo Cuéllar Villar , en «La Compañía de los Ferrocarriles Andaluces en las décadas de 1920 y 1930: agio privado vs interés público», Revista de Obras Públicas. La Voz de Cádiz)

Estaciones singulares: San Bernardo

Sevilla se incorpora a la historia ferroviaria española en 1859 y 1860 cuando se implantan dos líneas independientes: Sevilla-a Córdoba, de la Compañía de los ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (M.Z.A), y Sevilla-a Jerez y Cádiz, de la Compañía de Ferrocarriles Andaluces. Ambas concesionarias establecen sus estaciones extramuros, en dos ubicaciones opuestas: por un lado, la línea que une con Córdoba crea la estación Plaza de Armas; y, por otro lado, la línea que une con Jerez establece la estación de San Bernardo. Esta situación solo dura dieciséis años (1875) porque ambas líneas se unen, cuando queda configurada la red de ferrocarril sevillana, que con muy pocas modificaciones funciona hasta los años sesenta del siglo XX.

Los primeros ejemplos andaluces de edificios de viajeros tienen una fuerte impronta clasicista de influencia inglesa. Durante las primeras implantaciones de caminos de hierro en Andalucía, se realizan numerosas estaciones provisionales, simples barracones de madera, que suplen las funciones de edificios de viajeros, pero también se construyen otras con un sentido de menor provisionalidad como las primeras estaciones de Córdoba y Sevilla (de la que ha hemos hablado en una entrada anterior). Hacia 1860, con la terminación del ferrocarril Jerez-Sevilla, se inaugura una primitiva estación en la zona de San Bernardo para atender el tráfico ferroviario. El trazado de la línea ferroviaria que llega a esta estación, divide la ciudad, por lo que es necesario acometer la construcción de tres puentes para permitir el tráfico entre ambas partes, los desaparecidos puentes de la calle Oriente, y el de la Enramadilla, y el preservado puente de San Bernardo.

El primer proyecto para la estación de Sevilla-San Bernardo se realiza en 1886, presentado por el director general de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. La memoria de este proyecto, en su apartado “ornamentación”, expresa claramente el concepto arquitectónico del edificio de viajeros: “Es difícil, por no decir imposible, determinar en la actualidad los caracteres genéricos de la construcción arquitectónica de los varios anejos de un ferrocarril. Se comprende, en efecto, que siendo como lo es, una verdad demostrada, la que de toda transformación en la manera de ser de la sociedad en su parte utilitaria, determina en la construcción un cambio que viene a representar por la expresión material de sus nuevos ideales; (…) el carácter que mejor representa el espíritu de una época que empieza a transformarse. De su tendencia materialista y práctica, expresada en las grandes construcciones que ha llevado a cabo, sólo ha dejado impreso, hasta el presente, como caracteres distintivos y razonados, la gran importancia que da a la presión vertical, haciendo predominar por esta causa la línea horizontal; el empleo de los sustentáculos como tales, esto es, no por el solo objeto de exornación y en dar a la extensión horizontal mayor importancia que a la vertical por razón del más sólido y cómodo asiento. A estos únicos caracteres, que han podido apreciarse hasta el presente como característicos de la construcción arquitectónica en los ferrocarriles, hemos procurado atenernos, al disponer la masa total y líneas generales del edificio que se proyecta, en el cual se han tenido presente, además, el carácter público especial que debe distinguir a esta clase de edificaciones. En cuanto a la ornamentación, se ha procurado que, sin ser mezquina, se aleje de toda pretensión; que en este caso más que en cualquier otro, pugnaría con los preceptos del buen gusto, en atención al cual se le ha hecho consistir en la armonía y buena combinación de los materiales, desechando toda complicación de adornos que sólo (…) hacen más difícil y costosa la conservación del edificio, sin obtener por ello belleza, solidez, ni ventaja alguna para el público”. El concepto de horizontalidad, por su solidez y comodidad, el empleo de los apoyos en su sentido estructural y una ornamentación basada en la armonía y en la combinación de los materiales, son para el autor las características básicas de la arquitectura de la estación, sostiene Inmaculada Aguilar, en un estudio sobre las estaciones históricas en Andalucía.

El autor del proyecto de San Bernardo, llamadaa tabién de Cádiz, una vez “dispuesto” el edificio, introduce diversos lenguajes artísticos para dignificarlo como edificio público. El resultado, tal como lo presenta y ejecuta Agustín S. de Jubera, es un edificio de viajeros desarrollado longitudinalmente con un cuerpo central y dos laterales extremos. En él utiliza un lenguaje ecléctico severo con motivos renacentistas, perfectamente acoplado a la composición y estructura del edificio: sencillas pilastras con capiteles esquematizados que flanquean los vanos; marcada cornisa moldurada sobre la que aparece un antepecho que recorre toda la fachada, que sirve para esconder por detrás las cubiertas de los cuerpos intermedios; mayor lujo decorativo utilizado en las plantas superiores de los pabellones que terminan con originales balaustradas. Aspectos que definen una arquitectura ecléctica, sobria en su ornamentación y elegante en su composición, concluyen los especialistas.

En un estudio monográfico realizado por el Centro Interdisciplinar de Historia, Culturas y Sociedades (Cidehus) de la Universidad portuguesa de Évora, dirigido por la doctora en Arquitectura Sheila Palomares Alarcón, se asigna la autoría del proyecto al grupo que forman el ingeniero Anatole Maegherman, el consejero Lucien Villars y al jefe del Depósito de Planos Antonio Sanz; Agustín S. de Jubera sólo realiza pequeños ajustes en la distribución interior del edificio de viajeros, sostienen en la investigación universitaria. «Él sí define con minuciosidad el hangar y el resto de las partes metálicas del edificio, así como otros apartados del proyecto como fueron las pasarelas», determina la tesis,

Finalmente, se construye la estación definitiva de San Bernardo, según las características del proyecto de 1901, compuesta por un edificio de viajeros de estilo ecléctico y un hangar de estructura de hierro que enfrentan arquitectura e industria, tradición y modernidad. Aunque el edificio se termina en 1906, se abre el 26 de febrero de 1907. El inmueble tiene 100,70 metros de longitud y está dividido en cinco cuerpos, tres de los cuales –los de los extremos y el central–son de dos plantas y están rematados por una cubierta a cuatro aguas de madera. Los dos intermedios son de una planta y están cubiertos por una cubierta transitable con acabado cerámico que sirve de nexo de unión entre las plantas altas.

En su ornamentación se utilizan motivos renacentistas integrados tanto en la composición como en la estructura del edificio, mediante cornisas molduradas sobre las que aparece un antepecho que esconde las cubiertas de los cuerpos con cubiertas planas –los intermedios– o pilastras con capiteles que franquean los vanos con arcos de medio punto en planta baja y rectangulares en primera planta, exceptuando los tres balcones de la fachada principal que también son de medio punto.

San Bernardo enlaza con las instalaciones de Plaza de Armas y la línea Córdoba-Sevilla a través de la llamada estación de Empalme, situada en la zona de San Jerónimo. Desde San Bernardo salen inicialmente los trenes que van a Cádiz, por lo que también recibe esta denominación, y los de la línea Sevilla-Alcalá-Carmona, que entra en servicio en 1873, si bien a partir de 1902 este tráfico se desvía a la pequeña estación de Enramadilla —construida en las cercanías de San Bernardo—. Nuevamente, a partir de 1952 (tras la clausura de Enramadilla), los servicios ferroviarios hacia Alcalá y Carmona vuelven a San Bernardo.

Tras la Guerra Civil, San Bernardo, junto a la conocida como estación de Córdoba (Plaza de Armas), se gestionan a través de Renfe, constituida en 1941 y una vez disueltas las concesionarias. Plaza de Armas, al ser una estación en fondo de saco, se convierte en destino de los trenes cuyo recorrido nace o muere en Sevilla, mientras que en San Bernardo paran los trenes que solo atraviesan la capital hispalense. El Plan de Enlaces Ferroviarios de Sevilla, de 1971, reorganiza la red férrea sevillana y suprime varias estaciones, aunque en el caso de la estación que nos ocupa no se materializa hasta comienzos de la década de 1990.

Con el horizonte de la Exposición Universal de 1992, se hace ineludible abordar un plan integral de modernización del sistema de transportes de la ciudad, en el que se ven afectados las infraestructuras ferroviarias, las carreteras y el tráfico aéreo. En septiembre de 1990, tras el cierre de la estación Plaza de Armas, en San Bernardo se concentra el tráfico ferroviario de Sevilla, situación que se mantiene hasta su cierre el 2 de mayo de 1991. El tren expreso Costa de la Luz (Huelva-Cádiz-Madrid) sale a las 0.30 horas de la vieja estación y zanja la historia ferroviaria, ya que en unos días se desmantelan las vías que dan pie a una nueva avenida para el tráfico de la ciudad. Desde entonces los trenes llegan a la estación de Santa Justa, que inaugura la nueva era con la llegada de la Alta Velocidad.

Tras su cierre, acoge inicialmente las oficinas de Renfe y, posteriormente, tras algún tiempo sin uso, y con distintos proyectos para el edificio, pasa a ser la sede provisional del mercado de abastos de la Puerta de la Carne en 1999 por un plazo de 14 meses, aunque tiempo después se integra en el campus urbano de la Universidad de Sevilla. En el entorno de la antigua ‘terminal’, se construye una estación subterránea dedicada principalmente a Cercanías.

(Fuentes. Inmaculada Aguilar, en «Estaciones históricas en Andalucía». Eduardo Rodríguez Bernal, en «El impacto del tendido ferroviario en la ciudad de Sevilla: la construcción y el desmantelamiento del dogal ferroviario». Francisco Wais, en «Historia de los Ferrocarriles Españoles». Sheila Palomares Alarcóns, en «Eclecticismo y arquitectura de hierro: El proyecto original de la estación sevillana de San Bernardo-España»)

Avances en el tranvía de la bahía de Cádiz

El tranvía de la Bahía de Cádiz avanza con paso firme. Comienzan las obras de la subestación del Polígono del Tiro Janer en San Fernando que dará suministro eléctrico a los vehículos y al futuro desarrollo urbano del municipio isleño. Los trabajos, que se han iniciado con las primeras labores de topografía, desbroces del terreno y acondicionamiento de accesos, supone un nuevo hito en los avances emprendidos por la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio para la puesta en marcha del tranvía que una Chiclana con San Fernando.

El Gobierno andaluz pretende desatascar un proyecto cuyas obras empezaron hace trece años. El tranvía tiene un trazado de 24 kilómetros y 21 paradas, de los que 14 kilómetros y 16 estaciones corresponden al trazado tranviario, y los diez kilómetros restantes discurren por la línea férrea Sevilla-Cádiz, que incluye el paso por cinco estaciones del acceso ferroviario a la capital gaditana.

La subestación eléctrica de Janer permitirá la transformación de la energía de alta tensión que procede de la red general en la energía de media tensión que requiere el tranvía para su funcionamiento. Este equipamiento se levantará sobre una superficie de 3.361 metros cuadrados y permitirá albergar los dos transformadores que se han diseñado para una potencia instalada de hasta un máximo de 40 megavatios. No obstante, la potencia total asignada por Endesa es de 28 megavatios, de los que la mitad se destinarán al tranvía y la otra mitad dará cobertura a las necesidades de suministro eléctrico de los futuros desarrollos residenciales o terciarios que se promuevan.

La subestación de Janer se suma a otras actuaciones realizadas este año. La más visible ha sido la reanudación, a finales del mes de mayo, de las pruebas del tranvía. Otros avances significativos se han producido en las obras de la estación de Río Arillo, que permitirán simultanear el tranvía con el tráfico ferroviario de la línea Sevilla-Cádiz. También se ha licitado en agosto los contratos necesarios para la explotación comercial, que suman un presupuesto base de licitación de 13,3 millones de euros y que se pretenden adjudicar antes de final de año. Con todo ello,

En paralelo, se han mantenido reuniones con Renfe, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (Aesf) para buscar la cooperación institucional con las tres entidades públicas adscritas al Ministerio de Fomento en la culminación y preparación de la puesta en marcha del tranvía de la Bahía de Cádiz.

Las obras de construcción de la subestación de acometida eléctrica de Janer es un buen ejemplo de ello. Este equipamiento fue asumido por la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, en virtud del convenio de colaboración suscrito en 2017 con el Ayuntamiento de San Fernando y Endesa. La redacción del proyecto y ejecución de obra fue adjudicada el 30 de junio del pasado año por la Agencia de Obra Pública de la Junta a la empresa Elecnor por 5,2 millones de euros. Este contrato incluía una primera fase, ya culminada, consistente en la redacción de los proyectos constructivos, tomando como referencia el anteproyecto incluido en la oferta, para la ejecución tanto de la subestación del tranvía, como para el edificio de la acometida proyectada para los futuros desarrollos urbanos, así como para la conexión con la subestación de Endesa en Bahía Sur.

La Agencia de Obra Pública ha impulsado durante los últimos meses la coordinación tanto para la obtención del dictamen con la Autorización Ambiental Unificada como de la concesión de ocupación de los terrenos en dominio público marítimo-terrestre, que precisa la canalización de las conexiones de las acometidas con la red eléctrica, quedando de esta forma resuelto el proceso de gestión ambiental de las obras.

Primera cápsula española para el ‘hyperloop’

El tren supersónico del futuro, que viajará por un tubo al vacío sensorizado y alcanzará una velocidad superior a los 1.200 kilómetros por hora, ya tiene su primera cápsula de viajeros, un hito de ingeniería que ha logrado la multinacional de origen gaditano Carbures. Este primera cápsula del ‘hyperloop’ se presentará este martes en la planta que Carbures tiene en Tecnobahía (Puerto de Santamaría-Cádiz) como «un hito empresarial nacional y mundial» por el presidente y fundador de la firma, Rafael Contreras, y el CEO de Hyperloop Transportation Technologies, Dirk Dirk Ahlborn.

Carbures tiene una alianza estratégica con HTT para desarrollar tanto el primer prototipo de una cápsula de transporte de viajeros, que ha construido en su planta de Jerez de la Frontera y ensamblado en la de El Puerto de Santa María, y también del prototipo del tubo por el que viajará el tren. Esta multinacional de origen gaditano, nacida hace 16 años dentro de una colaboración entre la Universidad de Cádiz y Airbus, se ha convertido en un referente mundial en la ingeniería y fabricación de piezas de la fibra de carbono para el sector aeronáutico, la automoción y la obra civil.

La construcción de esta primera cápsula de viajeros supone de hecho un gran paso para este innovador proyecto de tren supersónico que podría cubrir en tan solo una hora la distancia entre Cádiz y Barcelona. Esa cápsula, que se presentará el martes, tendrá una capacidad para 40 pasajeros como máximo, medirá unos 30 metros y contará con un diámetro de dos metros y medio.

Será la primera vez que se vean en el mundo las primeras estructuras del tren del futuro. Para desarrollar este tren, basado en una idea del visionario tecnológico Elon Musk, fundador de PayPal, la compañía espacial SpaceX y la empresa de vehículos eléctricos de alta gama Tesla Motors, la californiana HTT emplea a más de 800 profesionales de 44 compañías en 38 países diferentes dentro de un proyecto cuya inversión es superior a los cien millones de dólares. Carbures es el único fabricante español que trabaja en este innovador proyecto.

Una de las principales bazas de Carbures frente a sus competidoras para hacerse con estas adjudicaciones es su capacidad para desarrollar estructuras en materiales compuestos como la fibra de carbono, un materia que, frente al metal, ofrece una mayor resistencia y dureza, una mayor elasticidad, una gran capacidad de aislamiento térmico y una drástica reducción del peso (lo que, entre otras cosas, redunda en el consumo energético necesario).

La primera cápsulas de viajeros de este tren supersónico, en la que se lleva trabajando un año, está fabricada en un noventa por ciento en fibra de carbono, y supone que este «tren del futuro», que podría alcanzar los 1.220 kilómetros por hora (la barrera del sonido está en 1.234 kilómetros por hora) es ya una realidad más cercana.

El primer prototipo de tubo, que tendrá una longitud total de 700 metros, se diseña para unir Dubái con Abu Dabi, con una estructura dotada de miles de sensores que permitirán medir cualquier deformación o estrés en los materiales y reaccionar al instante ante cualquier anomalía, como las que se podrían derivar de las variaciones de temperatura de hasta 50 grados que se registran en el desierto entre las dos ciudades en la que se va a instalar.

El proyecto de construcción del tren tendrá más conexiones con España ya que la empresa pública española administradora de las infraestructuras ferroviarias (Adif) y la estadounidense de transportes Virgin Hyperloop One firmaron el pasado mes de agosto un acuerdo para que Málaga acoja un centro internacional de experimentación de este revolucionario nuevo medio de locomoción. Se instalará en la nave de pruebas de Alta Velocidad ferroviaria de Adif en la población malagueña de Bobadilla.

El tren tranvía de Cádiz concluye la primera fase de pruebas dinámicas «satisfactoriamente»

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Satisfacción. La primera fase de pruebas dinámicas con una unidad del tren tranvía de la Bahía de Cádiz se ha desarrollado «satisfactoriamente. Desde el pasado sábado ha recorrido 304 kilómetros en el trazado tranviario de nueve kilómetros de longitud que discurre entre la parada de La Ardila, ubicada en San Fernando, y la parada de Pinar de los Franceses, localizada en el acceso a Chiclana de la Frontera por la Autovía A-48. La Junta recuerda que, en el transcurso de estos días, técnicos de la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, empresas instaladoras y dirección de obra han desarrollado estos primeros ensayos con una unidad circulando por el trazado tranviario.

Estas pruebas que se corresponden a una primera fase cuya finalidad era «comprobar la correcta adecuación o integración de la infraestructura, tanto la plataforma como el gálibo de la catenaria y andenes, y de los sistemas energéticos, con el vehículo circulando con tracción eléctrica». Las pruebas, que se han desarrollado «con total normalidad», han permitido alcanzar también las velocidades máximas previstas en la explotación comercial y que, en concreto, son de hasta 100 kilómetros por hora en el tramo interurbano, unos 30 kilómetros por hora en tramos urbanos donde la plataforma discurre por el centro de la calzada y con carriles de tráfico a ambos márgenes; y de hasta 15 kilómetros por hora por el eje peatonalizado de la calle Real de San Fernando.

Los ensayos han concluido este viernes a las 14.00 horas. De acuerdo al plan de trabajo consensuado con el Ministerio de Fomento, la unidad emprenderá su retorno por vía ferroviaria hacia los talleres de Renfe anexos a la estación Santa Justa de Sevilla en la madrugada del sábado al domingo. El tranvía circulará desde la parada de la Ardila, en sentido Cádiz, para subir por el viaducto, denominado Salto del Carnero, y entrar en la línea férrea Sevilla-Cádiz gracias a la conexión de vías provisional que ya se ejecutó con motivo de la llegada de la unidad el pasado 22 de noviembre.

La siguiente fase de pruebas debe esperar a abril de 2015. De acuerdo con la disponibilidad de consumo energético establecido con Endesa, incorporará ya la interacción de la unidad en marcha con los sistemas de señalización y comunicaciones de los que está dotado este sistema tranviario. El proyectado avance de las obras en el tramo urbano de Chiclana de la Frontera permitirá aumentar el trazado en pruebas, pudiendo así la unidad internarse en la avenida del Mueble.

La primera línea del tranvía metropolitano de la Bahía de Cádiz, infraestructura de transportes que ejecuta la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, conectará Chiclana, San Fernando y Cádiz, con una longitud de trazado 24,5 kilómetros. De ellos, 14,2 discurrirán a través de una plataforma de nueva construcción entre Chiclana y San Fernando y los 10,3 kilómetros restantes aprovecharán la línea ferroviaria Sevilla-Cádiz. Contará con 22 paradas: 17 en los primeros tramos y cinco en la prolongación hasta Cádiz.

El tiempo de recorrido entre los dos extremos será de algo más de media hora y la población servida, la situada a una distancia no superior a 1.000 metros de una parada, de 233.500 personas.

El tren tranvía de la bahía de Cádiz comienza el día 17 pruebas dinámicas en San Fernando y Chiclana

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Otro más para la familia. La Junta de Andalucía anuncia para el próximo 17 de noviembre las primeras pruebas dinámicas del tren tranvía de la bahía de Cádiz, el proyecto en inversión más importante de los que se desarrollan en la provincia y cuyas obras tienen fijada su finalización en el 2015. Las pruebas se realizarán tanto en el trazado urbano de San Fernando, donde el tranvía discurre a menor velocidad, como en el tramo de seis kilómetros que une el municipio isleño con la entrada de Chiclana donde está previsto probar la aceleración, frenado y confort de este transporte para el que se estiman 6,14 millones de viajeros al año.

El delegado territorial de Fomento, Manuel Cárdenas, señala que el día 17 será «un antes y un después» en la implantación de este sistema de transporte como «proceso imparable» que «no tiene marcha atrás» y en el que la administración autonómica está trabajando «para que deje de convertirse en elemento de controversia». Uno de los elementos que más incertidumbre genera es la utilización, en 10 kilómetros de los 24 totales que tiene el trazado, de las vías ferroviarias utilizadas por Renfe en el tramo que une San Fernando con Cádiz. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha autorizado finalmente que, tras las obras de adaptación que se llevarán a cabo del 12 al 15 de noviembre, se realicen las primeras pruebas en horario nocturno.

En abril del 2015 se iniciarán las pruebas funcionales con todos los elementos definitivos de señalización y seguridad que lleva aparejados el tren tranvía en el que la Junta ha fijado una inversión de 25 millones de euros, 24,38 para completar las obras y 500.000 euros para el desarrollo de las pruebas.

La primera de las marquesinas, donde están integrados los armarios que contienen el sistema de señalización y las máquinas de venta de billetes, se instalará en San Fernando, junto a la Venta de Vargas, a finales de mes. Esta instalación, que posee un gran volumen, ha suscitado las críticas de diversos colectivos en especial el que se ha situado, de forma provisional, delante de la Compañía de María, un edificio histórico. El delegado del Gobierno andaluz, Fernando López Gil, anuncia que, la próxima semana, está previsto un encuentro con los agentes sociales, económicos y colectividades de ambos municipios para «explicarles algunos elementos del proyecto y saldar algunas dudas». «Cuando se conoce (el proyecto) genera consenso y genera expectativas por lo que supone para la movilidad de la ciudadanía y la generación de economía», sostiene López Gil.

Fomento se compromete a abrir la línea del AVE Sevilla-Cádiz para el Bicentenario de la Constitución

El AVE Sevilla-Cádiz se abrirá el año que viene, coincidiendo con la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812. Palabra de José Blanco. El ministro de Fomento ha asegurado que no se puede renunciar a las dos obras estratégicas para la ciudad: el tren de alta velocidad y el puente sobre la bahía. «Si hay que priorizar se prioriza, si hay que ser más austero, se es más austero. Ahora bien, ocurra lo que ocurra y cueste lo que cueste, todo Gobierno tiene la misión de seguir extendiendo las vías estratégicas de desarrollo», ha subrayado el ministro en el acto.

José Blanco presidió ayer la puesta en servicio de la nueva estación soterrada de San Fernando y de un subtramo de nueve kilómetros de la línea de alta velocidad que unirá Cádiz y Sevilla en 2012, año que, según ha dicho, será «histórico» para las comunicaciones en esta provincia. El titular de Fomento ha hecho estas afirmaciones tras recordar que fue en la provincia de Cádiz donde surgió, en 1830, el primer proyecto de construir una vía férrea en España, dieciocho años antes de que saliera el primer tren de Barcelona y veintinuno antes de que circulase el primer ferrocarril en Madrid.

Cádiz fue entonces la primera provincia española que «presintió la fuerza que tenía el tren para hacer avanzar» una sociedad, aunque «aquel sueño no pasó de ser una idea». En una época en la que las cuentas económicas no iban bien «lo que más faltó no fue el dinero, sino la visión del futuro».

«En cualquier periodo las adversidades pueden llevarnos a tomar decisiones difíciles, pero ninguno de los momentos más duros puede llevarnos a variar nuestro rumbo hacia el progreso», ha dicho José Blanco, para añadir que tanto el AVE que unirá Cádiz a Sevilla en una hora y a Madrid en 3.15 horas, como el segundo puente sobre la bahía de Cádiz, que estará «entre los más grandes del mundo», son dos infraestructuras que siguen adelante pese a la actual crisis económica.

Blanco visitó la nueva estación soterrada de San Fernando-Centro, un edificio que ha contado con una inversión de cuatro millones de euros y que sustituye al antiguo apeadero que dividía en dos a la ciudad gaditana. También presidió la puesta en servicio de un subtramo de nueve kilómetros de la futura línea de AVE Cádiz-Sevilla, que ha sido diseñada en su parte final, entre Jerez de la Frontera y Cádiz capital de forma que también pueda servir para el paso de los trenes de cercanías entre ambas ciudades, lo que aumentará en un 40% la capacidad de esta línea, según ha destacado en el acto la consejera andaluza de Obras Públicas y Vivienda, Josefina Cruz-Villalón.

Con este subtramo, el recorrido del AVE Sevilla-Cádiz tiene ya en servicio 23 kilómetros entre la capital andaluza y Jerez de la Frontera, mientras que el resto, 68 kilómetros, está en fase de obras y en el tramo entre Jerez de la Frontera y Cádiz está en servicio en el 97 por ciento del recorrido.
El ministro de Fomento ha destacado que el AVE, y el segundo puente de la bahía de Cádiz, completan una apuesta por las infraestructuras de comunicación en la provincia que ha contado también con 80 millones de euros para la ampliación del aeropuerto de Jerez de la Frontera y tiene proyectos como una nueva terminal de contenedores para el puerto de cádiz, con una inversión de 90 millones de euros.

Pese a las palabras del ministro la sensación en la ciudad es que cuando funcione la alta velocidad lo hará con los operarios a pie de vía. Ni un tercer turno de trabajo ni medidas aceleradas son suficientes para finalizar el trayecto Utrera-Lebrija el próximo año. El tren llegará, pero con condiciones.

El presidente de la Comisión de Fomento en el Congreso admitió hace unos días que esta última fase es la más retrasada, pero aludió a otras líneas como la de Madrid-Zaragoza, Zaragoza-Barcelona o la propia de Málaga «en las que ocurrió algo parecido». Ese sería el peor de los escenarios si se apuraran los 30 meses de plazo máximo que estipula el contrato, 34 meses en el caso de la primera adjudicación que se refiere a la circulación y seguridad del tramo completo Utrera-Jerez (62 kilómetros).
«Quizá en ese trayecto no se alcanzará la velocidad punta al principio, pero eso no quiere decir que el AVE no estará en marcha», recalcó De la Encina. «Me consta que el ministerio está intentando acelerar esta obra en lo posible, pero aún es pronto para hablar de ampliación de turnos u otras medidas, quedan muchos meses por delante», avanzó.

(Miguel Gómez.La Voz De Cadiz)