
La estación del Norte de Gijón, actual Museo del Ferrocarril de Asturias, ha sido elegida por el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (The International Committee for the Conservation of the Industrial Heritage TICCIH) entre los cien elementos de patrimonio industrial más importantes del país. Su valor arquitectónico e histórico, el estado de restauración y conservación, así como su interés como testimonio y la rentabilidad social que genera, han sido los criterios que han decantado la elección de la terminal de la antigua compañía del Norte como uno de los elementos más importantes del patrimonio industrial de España.
El Museo del Ferrocarril de Asturias es un gran complejo museístico situado junto a la playa de Poniente y está considerado como uno de los centros ferroviarios más importantes de Europa. Dispone de salas de exposiciones temporales, centro de documentación propio (con biblioteca, hemeroteca, archivo documental y archivo de imágenes), salas de actividades, talleres para escolares, tienda y facilidades para personas con movilidad reducida. Varias veces al año, se encienden para su exhibición las locomotoras de vapor que conserva en estado operativo, en las llamadas ‘Jornadas del Vapor’.
En sus amplias instalaciones de más de 14.000 metros cuadrados, formadas por la antigua estación de Renfe, la llamada playa de vías y dos edificios de nueva planta, guarda una de las mayores y mejor conservadas colecciones de máquinas y vagones de ferrocarril del continente europeo. Destaca un amplio conjunto de locomotoras de vapor de diferentes ferrocarriles, como el de Langreo, tercera línea férrea construida en la Península (tras el Barcelona a Mataró y Madrid a Aranjuez) que unía los concejos asturianos de Langreo y Gijón. La colección también posee locomotoras de los Ferrocarriles del Norte, Vasco Asturiano y de muchas líneas mineras e industrias. Además conserva coches de viajeros, vagones, tranvías y otros objetos y útiles vinculados a los trenes y las vías férreas.
La colección reúne un total superior a mil piezas, de las que más de un centenar son de material móvil (locomotoras, coches de viajeros, vagones y otros vehículos). Este conjunto ha sido reconocido como uno de los más destacados de Europa en su género.
En el caso de la estación del Norte de Gijón, se han tenido en cuenta, además de los indudables valores históricos y representativos del edificio principal del museo, construido en 1872, el hecho de que su conservación ha posibilitado aunar la supervivencia de uno de los antiguos espacios más significativos del pasado gijonés, con la creación de un equipamiento cultural que se ha consolidado como verdadero referente en su género.
A través de una rehabilitación que permitió su revalorización a todos los niveles, la antigua estación fue reinaugurada como museo ferroviario por el Príncipe de Asturias en octubre de 1998, Tras doce años desde su apertura, formando parte de la Red de Museos del Ayuntamiento de Gijón, gestionada por Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular, se muestra como destacado ejemplo de cómo un recurso cultural es útil para la regeneración urbanística de una amplia zona de la ciudad, a la vez que se consolida como singular atractivo turístico, y todo ello recuperando en el proceso su carácter y valor patrimonial.
Por lo que se refiere al rico patrimonio que atesora el museo, desde luego no pretende ser únicamente una entidad especializada en el ferrocarril desde el punto de vista técnico y científico, sino que se formula como un centro en el que la historia social juega un papel fundamental. En este sentido, además de trabajar en la preservación de material ferroviario ha venido prestando una especial atención a la recopilación y conservación de documentación escrita, oral, audiovisual y gráfica relacionada con el patrimonio ferroviario e industrial.
La colección reúne un total superior a mil quinientas piezas, de las que más de un centenar son de material móvil (locomotoras, coches de viajeros, vagones y otros vehículos). Este conjunto ha sido reconocido como uno de los más destacados de Europa en su género y una selección se expone en las salas y vías del Museo, con una superficie superior a los 7.000 metros cuadrados.
El centro de documentación del museo en la actualidad es uno de los más relevantes de España de la especialidad. Custodia un amplísimo archivo documental además de biblioteca, hemeroteca, fototeca y videoteca, que son básicos para el estudio del devenir del ferrocarril y la industria desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. Así, tras más de 110 años de servicio como principal acceso ferroviario de Gijón, primero en manos de la compañía del Noroeste, luego en Norte y desde 1941 en Renfe, el 29 de enero de 1990, con la construcción de una nueva red arterial ferroviaria de Gijón, la Estación del Norte dejó de estar en servicio. Como consecuencia, gracias a un convenio firmado por Renfe y el Ayuntamiento de Gijón, se obtuvo para la ciudad buena parte de sus terrenos, incluyendo el edificio de viajeros y otras instalaciones, con la única condición de su reutilización para museo del ferrocarril y usos afines.
El Ayuntamiento de Gijón asume la intervención arquitectónica, que consistió en la rehabilitación del antiguo edificio de la estación del Norte, la construcción de otro paralelo, con dimensiones equivalentes y unidos ambos mediante una marquesina. La obra ejecutada respeta, e incluso reintegra, muchos de los rasgos originales del edificio. Más adelante se construyó el cierre perimetral de todo el recinto del museo, con una longitud de más de 650 metros, que permitió la utilización plena de todo su espacio y una nave polivalente que se destina a taller de restauración y espacio expositivo.
En definitiva, el total de espacio dedicado al museo comprende más de 14.000 metros cuadrados, de los que unos 11.000 integran la exposición permanente. El antiguo edificio de la estación, como zona noble, se ha destinado a oficinas, salas de actividades, exposiciones temporales y centro de documentación.
El material móvil ferroviario cuenta con un lugar privilegiado en la muestra. Así más de medio centenar de vehículos se encuentran totalmente restaurados y en exposición. Del conjunto, destacan los relacionados con los ferrocarriles mineros e industriales, dada la intensa vinculación de la economía asturiana a estos sectores. La colección del Museo se ha ido formando a lo largo de los últimos años con las aportaciones de diversas empresas públicas y entidades culturales con los que se han suscrito convenios a tal efecto.
La selección de los cien elementos más importantes del patrimonio español se llevó a cabo por un grupo de expertos, teniendo en cuenta criterios arquitectónicos e históricos, su interés como testimonio social, su valor tecnológico – industrial, su autenticidad e integridad, el estado de restauración y conservación y la rentabilidad social de las iniciativas en que estén inmersos.
Este organismo internacional, asesor de la UNESCO, inauguró el día 22 de marzo de 2011, en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, la exposición itinerante ‘100 Elementos del Patrimonio Industrial en España’, patrocinada por la Comunidad de Madrid, con la colaboración del Ministerio de Cultura entre otras entidades. En ella, a través de un centenar de edificios, conjuntos o paisajes industriales, se pretende acercar el patrimonio industrial al conjunto de la sociedad y mostrar su riqueza.
(Imagen P. Citoula)
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