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Un proyecto navarro para el Museo de Delicias

El estudio de arquitectura navarro GVG ha obtenido el primer premio en el concurso de proyectos para la rehabilitación de la estación de Madrid-Delicias, sede del Museo del Ferrocarril de Madrid. El concurso ha sido promovido por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) en coordinación con Adif y la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. El Mitma contratará el pan director, la redacción del proyecto y la dirección facultativa de las obras con cargo a los créditos del Programa de Rehabilitación Arquitectónica, y se aportarán 1.272.851,33 euros.

La propuesta ganadora, “1878-1880”, es obra del Estudio de Arquitectura GVG, que forman los arquitectos Daniel Galar Irure, Josecho Vélez Ballesteros y Javier Gil Ayesa, quienes proponen recuperar el espíritu originario de la estación entendida como un complejo de edificaciones, infraestructuras y actividad, así como potenciar sus capacidades urbanísticas y sociales. “El Jurado valora el planteamiento respetuoso con el edificio en los aspectos espaciales, constructivos y de funcionamiento existentes, singularizando la intervención con elementos que no rompen las cualidades arquitectónicas del mismo, y dando como resultado una solución sintética, clara y ordenada”. El equipo ganador será el encargado de elaborar el proyecto de ejecución y asimismo de asumir la dirección facultativa de las obras. La estimación económica de las obras de renovación y ampliación del museo asciende a 14,5 millones de euros, que contará con financiación del Ministerio a través del Programa del 1,5% Cultural.

La resolución del concurso coincide con el 140º aniversario de la estación, inaugurada el 30 de marzo de 1880. En la convocatoria han participado trece equipos de arquitectos. La valoración ha corrido a cargo de los miembros del jurado nombrados a propuesta de Adif, la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, el Colegio de Arquitectos de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Cultura y el propio Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Entre sus miembros se encuentran figuras relevantes de mundo de la arquitectura, como Víctor López Cotelo e Iñaki Ábalos Vázquez.

El conjunto de la propuesta se divide en fases. Tras el traslado de la Biblioteca y el Archivo, se iniciará el acondicionamiento museístico del antiguo edificio de viajeros de la estación, con rehabilitación de cubiertas, estructura y fachadas, la transformación del vestíbulo, y un nuevo acceso y obras de urbanización exterior. En la siguiente fase se acometerá la restauración y consolidación estructural y constructiva de la marquesina de la nave Central y los acondicionamientos museísticos que exigieran el traslado o la protección de los vehículos históricos expuestos, la rehabilitación de cubrición, estructura principal de cubierta y fachadas y trabajos de urbanización exterior en la fachadas norte y sur. Las últimas etapas se destinan a la restauración de las fachadas interiores y exteriores y de las cubiertas de los cuerpos laterales del edificio de viajeros, para terminar con el acondicionamiento de la zona reservada a usos complementarios al museo.

El proyecto tiene una vertiente de regeneración urbana en el entorno de la estación, que se concreta en la creación de un bulevar transitable en las vías de acceso, despejadas de vehículos y la creación de nuevas edificaciones para exposición, taller y almacenaje. «Esta actuación demuestra el compromiso del Gobierno en la protección y salvaguarda del Patrimonio Cultural Español», sostiene en su convocatoria el Mitma

Este compromiso se materializa no solo a través del Programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico, que consiste en la ejecución de obras relevantes de rehabilitación del patrimonio arquitectónico español y dotación de equipamientos públicos con los presupuestos propios del Ministerio; sino también a través del Programa del 1,5% Cultural, que constituye uno de los instrumentos de la Administración General del Estado para responder al mandato constitucional por el que los Poderes Públicos deben garantizar la conservación y promover el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran.

En el marco del primero de los programas, Mitma ejerce como órgano de contratación, habiendo destinado en el ejercicio 2019 más de 21 millones de euros. En el ámbito del segundo, tras el establecimiento del nuevo procedimiento de concurrencia competitiva, en el VII Acuerdo de Colaboración entre los antiguos Ministerios de Fomento y de Educación, Cultura y Deportes, son ya cuatro las convocatorias de ayudas publicadas. La última de ellas, publicada en el BOE del 16/01/20, supondrá una aportación máxima por parte del Mitma de 61.000.000 euros, distribuidos entre 2020 (20,5 millones de euros) y 2021 (40,5 millones de euros).

La estación de Delicias de Madrid es uno de esos lugares donde el tiempo parece haberse parado. Inaugurada en 1880 por los reyes Alfonso XII y María Cristina, constituye uno de los ejemplos más significativos de la llamada ‘arquitectura del hierro’ del siglo XIX. Este edificio monumental es desde hace treinta y seis años la sede del Museo del Ferrocarril. En él se exhibe una de las colecciones de material histórico ferroviario más completas de Europa. Una selecto conjunto de máquinas, locomotoras y unidades recuerda de forma permanente el pasado férreo de este país que el tren ayudó a vertebrar y conjuntar.

Ubicada en el Paseo de las Delicias, fue la primera estación monumental de la capital de España; compartía raíles con las líneas de Madrid, Ciudad Real-Portugal y la de Madrid-Zaragoza-Alicante. Iniciada en 1879, se levantó en el tiempo récord de once meses, gracias al carácter puramente funcional del edificio. El componente fundamental es el hierro. Delicias, Norte (1882) y Atocha (1892) eran las estaciones más importantes del país. Cada una de ellas pertenecía a una compañía distinta; y sus terminales venían a ser su carta de presentación en la ciudad. Por ello cada compañía procuró dar a sus estaciones una imagen propia con la idea de mostrar su potencial económico y tecnológico. Era una exhibición de capital, firmas constructoras y técnicos franceses,

El autor del proyecto fue el ingeniero francés Émile Cachelièvre, que incorporó al edificio la última novedad que ofrecía por entonces la cubierta metálica que Henri de Dion había mostrado con éxito en la Exposición Universal de París de 1878. La armadura parisina llamada ‘De Dion’, compuesta por una serie de cuchillos armados que forman un todo con los propios pilares de sostén fijados en una cimentación hundida, tiene extraordinaria semejanza con la armadura de la estación de Delicias que, por primera vez, cubría una superficie de esta amplitud sin ningún tipo de tirantes, riostras ni contrafuertes. La eliminación de estos elementos, así como la solución dada al problema de la dilatación, habían sido las dos novedades más importantes respecto al sistema tradicional de Polonceau, e incluso a las soluciones apuntadas en las anteriores exposiciones universales de 1855 y 1867.

Delicias alberga el museo ferroviario desde hace treinta y seis años, aunque en realidad en 1967 ya se abrió en España una galería dedicada al ferrocarril en el Palacio de Fernán Núñez de la capital de España, actual sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Distribuido en cuatro salas, albergaba maquetas, grabados y pequeños objetos relacionados con la historia y la explotación del ferrocarril. Allí permaneció hasta 1983, año en el que se trasladó a las viejas dependencias de la estación, que permitían, sobre todo, la exposición de trenes en la gran nave central. El museo ha alcanzado su máxima apogeo en su actual ubicación de Delicias, ya que el edificio en sí, y su característica marquesina, es uno de los principales atractivos. En la nave central de la estación se pueden ver más de treinta vehículos de material rodante de gran valor histórico, entre locomotoras de vapor, diésel, eléctricas, automotores y coches de viajeros.

Las piezas expuestas son tan solo una mínima parte de las existentes, que o bien se ubican en los alrededores, a la espera de su reparación, o se entregan a otras instituciones y asociaciones para ser restauradas. Con la restauración, es posible que se puedan contemplar algunos de los valiosos ejemplares del patrimonnio ferroviario español que se custodian aquí y en otros centros del país.

La estación de Abando se salva, de momento

Hay gritos que no se escuchan. Quizá porque el ruido ha acabado por dejarnos sordos. Y en esta cuestión que se nos plantea hay un auténtico clamor. La llegada soterrada del TAV a Bilbao tiene en un vilo a la comunidad técnica. Ingenieros, arquitectos y amantes del ferrocarril temen por el futuro de la estación de Renfe y Adif. «La de Abando es ejemplar por su colocación en la ciudad, su vestíbulo de acceso y la respuesta a la plaza Circular. Pero sobre todo por su propia configuración y atinadas proporciones. Su mutilación sería sencillamente un crimen que los ciudadanos no debemos consentir», escribía en las páginas de El Correo, Javier Cenicacelaya.

Los técnicos del Consistorio planteaban la posibilidad de cortar una parte de la estación para unir con mayor facilidad las calles Bailén, en San Francisco, y Padre Lojendio, en El Ensanche. El soterramiento de Abando, además de poner fin a la trinchera de vías que separa el centro de la ciudad y el barrio de Bilbao la Vieja, permitirá liberar 107.000 metros cuadrados para que Bilbao siga creciendo. Un plan muy goloso.

«¿Hasta cuándo se va a seguir especulando con el patrimonio histórico de Bilbao como si de solares de tratara? ¿Hasta cuándo?». El prestigioso arquitecto bilbaíno se hace la misma pregunta que otros cientos de ciudadanos de la capital vizcaína. Si bien es cierto que hay edificios centenarios que se han recuperado para la villa tras haber perdido la utilidad para la que fueron creados (la Alhóndiga, por ejemplo, y en breve, la Aduana), no es menos verdad que otros (Depósito Franco) han sufrido el efecto del negocio.

¿Qué futuro le espera a Abando? Esa es la pregunta del millón. El estudio de arquitectura G&C con sede en Loiu, que trabaja sobre el planeamiento de esta zona para el Ayuntamiento, propone la conservación en su integridad de la cubierta de la estación, un hangar de inmensas proporciones que confiere una personalidad propia al recinto. Es una primera victoria, pero no acaban ahí las dudas. El primer estudio adjudicado para ordenar todo ese ámbito contempla mejorar las conexiones peatonales entre ambas zonas y sentar las bases de su urbanismo. La venta de viviendas es clave para la obtención de plusvalías con las que sufragar la nueva terminal, cuyo coste asciende a 350 millones, según las previsiones confirmadas por el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna.

De momento, el proyecto preserva la gran marquesina, aunque sigue muy abierta la función que pueda tener la estación actual en el futuro. Se ha especulado con ampliar la superficie comercial y de exposiciones, ya presente desde 1996 gracias al centro Vialia, e incluso con utilizar el espacio para una eventual extensión del Museo de Bellas Artes.

Abando ha ido cambiando de cara para adaptarse a los tiempos. Arrancó en 1963 (cuando era un municipio independiente, luego anexionado a Bilbao) con un edificio de estilo inglés en el que tiene una gran participación Charles Blaker Vignoles. Después de tres intentos fallidos de reforma, el actual edificio, obra del arquitecto Alfonso Fungairiño, se levanta en 1948. Presenta dos zonas: el edificio de acceso de los viajeros, de líneas clásicas y granito en los basamentos, y la bóveda que protege los andenes, construida sobre 12 arcos metálicos separados 16 metros entre sí. El hangar ha sido la solución más utilizada para cubrir algunas de las estaciones más emblemáticas de Europa, como la de Atocha de Madrid, St. Pancras de Londres, Termini de Roma y la Central de Amberes.

«Me preocupa la actitud iconoclasta, irreverente e ignorante de quienes se toman la libertad (¿con qué legitimación?) de destruir el patrimonio de todos. Y me preocupa la connivencia de algunos equipos que se autoproclaman como líderes de la arquitectura y el urbanismo. Me gustaría recordar a todos que cuando se hizo la adecuación de la estación de Atocha, en Madrid, para la llegada del AVE de Sevilla se respetó escrupulosamente la estación, creándose un elegante salón urbano que permite el tránsito de millones de viajeros al año. También quiero recordar que en España son muy contadas las estaciones con grandes estructuras metálicas, y más escasas aún con bóvedas roblonadas del tipo de la de Abando. Quedan magníficos ejemplos como la Estación del Norte de Valencia, la de Francia de Barcelona y La Coruña-San Cristóbal, entre otras». Jav‪ier Cenicacelaya lleva tiempo gritando para salvar Abando. No quiere que se produzca un disparate urbanístico que, efectivamente puede ser muy rentable, pero que empobrece la ciudad al eliminar una de sus joyas patrimoniales. Y no olvidemos que el patrimonio es de todos.

El Ayuntamiento de Alicante y Avant proyectan recuperar la fachada de la estación neoclásica



Aún ha esperanzas. Hay voces que se escuchan. El Ayuntamiento de Alicante y la sociedad que gestiona el soterramiento de las vías del tren (Avant) proyectan recuperar la fachada neoclásica de la estación ferroviaria de la ciudad, que data de 1858, con motivo de las obras para la llegada del tren de alta velocidad (AVE) en 2012. Hace poco más de un mes el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante (CTAA) había pedido la preservación del conjunto de instalaciones históricas de la estación de ferrocarril de la ciudad, y que ninguno de sus elementos desapareciera con las obras del AVE. La entidad profesional señala que el complejo ferroviario de Alicante-Término constituye “uno de los mejores acontecimientos arquitectónicos en la evolución histórica” de la ciudad, al ser “símbolo de la llegada a Alicante de la primera línea de ferrocarril que unía el Mediterráneo con la capital de España”.

Preservar parte de la historia, sin renunciar a la evolución y el progreso. Ese era el objetivo de la asociación de arquitectos que hacían hincapié en la antigüedad de estos edificios que cobijan las infraestructuras ferroviarias. La vetusta marquesina de la estación alicantina es la más antigua de este tipo que sobrevive en España, aunque lamentablemente la fachada ha desaparecido, objeto de una desafortunada reforma en 1968 que arruinó la estética de este monumento único en nuetro país y que sustituyó el estilo clásico del siglo XIX por el ‘modernismo’ del cristal y el aluminio.

La concejal de Urbanismo, Marta García-Romeu, ha señalado que «se está estudiando ahora mismo» este asunto con el objetivo de «preservar el patrimonio» de la ciudad. En todo caso, ha incidido en que ve «perfectamente compatible» esta recuperación de la fachada con la llegada del AVE en las fechas previstas, inicialmente para diciembre de 2012, por lo que esta iniciativa «nunca» supondría «un retraso». Para García-Romeu, el AVE «es algo que tendría que haber estado en Alicante desde hace muchos años», por lo que «ningún aspecto puede llevar» a una nueva dilación del tiempo.

Desde otras instancias municipales se apunta que este proyecto entre el ayuntamiento y Avant se halla actualmente en fase de ser consensuado para, posteriormente, ser planteado al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). En todo caso, han coincidido con García-Romeu en que no se ha contemplado que la recuperación de la fachada pueda suponer un retraso en la llegada del AVE.

A excepción de una columnata, la antigua estación de 1858 se conserva prácticamente intacta debajo del actual placado de granito que conforma la fachada renovada en 1968. Por ello, la actuación requeriría el desmontaje de esas placas, la reconstrucción de la columnata desaparecida y la recuperación de la fachada neoclásica. Alicante pasaría a contar con la estación más antigua de España en funcionamiento, y se conservaría este patrimonio arquitectónico de la que en su día se convirtió en la sexta ciudad del país en tener ferrocarril.

Los arquitectos recuerdan que las estaciones de ferrocarril históricas son las “primeras manifestaciones de la revolución industrial y símbolo en la memoria colectiva de los transcendentales avances técnicos en construcción y medios de locomoción del siglo XIX”. Estas terminales, añaden, aunque “obsoletas en muchas ocasiones”, por su habitual ubicación central en los núcleos urbanos “pueden permitir su fácil reconversión en grandes espacios públicos”.

Estos inmuebles “pueden recuperar su protagonismo y relevancia urbana de antaño para la vida colectiva, reconvirtiéndose en nuevas ágoras y plazas públicas del siglo XXI”, citando el caso del jardín cubierto de la estación madrileña de Atocha. No obstante, en el caso de Alicante, los profesionales dejan claro que la estación mantiene su funcionalidad original como terminal ferroviaria, al insistir en que constituye “la primera y última imagen que llevan consigo los visitantes de nuestra tierra, y al tiempo pudiéndose convertir en un entorno urbano de gran calidad para el uso y disfrute ciudadano”.

Los arquitectos alicantinos reclaman a Adif que conserve todo el conjunto de la estación ferroviaria

Respeto al pasado. Respeto a la historia. El Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante (CTAA) ha pedido que se conserve el conjunto de instalaciones históricas de la estación de ferrocarril de la ciudad, y que ninguno de sus elementos desaparezca con las obras para la llegada del tren de alta velocidad. La entidad profesional señala que el complejo ferroviario de Alicante-Término constituye «uno de los mejores acontecimientos arquitectónicos en la evolución histórica» de la ciudad, al ser «símbolo de la llegada a Alicante de la primera línea de ferrocarril que unía el Mediterráneo con la capital de España». Al mismo tiempo, hace hincapié en la antigüedad de estos edificios.

La vetusta marquesina de la estación alicantina es la mas antigua de este tipo que sobrevive en España, aunque lamentablemente la fachada ha desaparecido, objeto de una desafortunada reforma en 1968 que arruinó la estética de este monumento único en nuetro país y que sustituyó el estilo clásico del siglo XIX por el ‘modernismo’ del cristal y el aluminio.

Los arquitectos se han pronunciado ahora contra el derribo de los tinglados de carga, dos edificios auxiliares de la estación que datan de 1858, al igual que la propia terminal. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha planteado su demolición, dentro de la remodelación prevista para la llegada de la alta velocidad. El Ayuntamiento y algunas entidades ciudadanas también han mostrado su contrariedad por losplanes del Adif. Ahora el CTAA aplaude ese compromiso y se muestra a favor de que se respete «el complejo ferroviario histórico de la Estación Alicante-Término, incluidos sus tinglados laterales y los enormes ficus del entorno».

El Colegio recuerda que la llegada del ferrocarril a Alicante supuso el inicio del «decisivo impulso al desarrollo turístico y económico de la provincia», y que a eso se suma «la singularidad de haberse convertido en la estación de ferrocarril conservada más antigua de España». En este sentido, se recuerda que todavía se mantiene «bastante inalterada» la edificación original de 1858, «bajo el recubrimiento de aplacado pétreo» colocado a lo largo del siglo XX.

Los arquitectos recuerdan que las estaciones de ferrocarril históricas son las «primeras manifestaciones de la revolución industrial y símbolo en la memoria colectiva de los transcendentales avances técnicos en construcción y medios de locomoción del siglo XIX». Estas terminales, añaden, aunque «obsoletas en muchas ocasiones», por su habitual ubicación central en los núcleos urbanos «pueden permitir su fácil reconversión en grandes espacios públicos».

Estos inmuebles «pueden recuperar su protagonismo y relevancia urbana de antaño para la vida colectiva, reconvirtiéndose en nuevas ágoras y plazas públicas del siglo XXI», citando el caso del jardín cubierto de la estación madrileña de Atocha. No obstante, en el caso de Alicante, los profesionales dejan claro que la estación mantiene su funcionalidad original como terminal ferroviaria, al insistir en que constituye «la primera y última imagen que llevan consigo los visitantes de nuestra tierra, y al tiempo pudiéndose convertir en un entorno urbano de gran calidad para el uso y disfrute ciudadano».

El ferrocarril llegó a Alicante en 1858 de la mano de la compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), su puesta en servicio llevó a la ciudad a ser la sexta capital de provincia tras Barcelona, Madrid, Valencia, Tarragona y Albacete. Y a convertirse en la primera gran línea radial española, conectando la capital del país con el Mediterráneo y dotando al puerto y a la ciudad de una importancia comercial y estratégica desconocida hasta entonces.

La estación ha sufrido reformas menores y reversibles como un aplacado superficial que envuelve sus fachadas principal y sur, pero el edificio y su emplazamiento no han cambiado en los 150 años de vida de esta estación. Sólo se han perdido las columnas del acceso principal, eliminadas tras una intervención de modernización a finales de la década de 1960.

Es la estación más antigua conservada en su edificio original en las cabeceras de las grandes líneas. Junto con el conjunto de estaciones de MZA en la provincia de Alicante (La Encina, Villena, Sax, Elda-Petrer, Monóvar-Pinoso, Novelda-Aspe, Monforte del Cid, Agost y San Vicente del Raspeig) conforma el conjunto ferroviario de mayor antigüedad conservado íntegramente en España.

(Fuente La Información)

Siete propuestas y cinco estudios compiten en el diseño de las bocas del metro de Donostialdea













Siete propuestas anónimas han sido seleccionadas entre los 117 proyectos que han competido en la primera fase del concurso para diseñar las bocas del Metro de Donostialdea y que se unirán, en una segunda fase, a las ideas que propondrán 5 prestigiosos arquitectos internacionales invitados al certamen. Las siete propuestas anónimas, entre las que se encuentran desde el proyecto de una joven de 25 años hasta el de un reconocido arquitecto de 60, se denominan ‘Www’, ‘Balea’, ‘El pliegue’, ‘Lirain’, ‘Lux’, ‘Tirain» y ‘Vitaminae’. (Las imágenes que ilustran esta entrada están situadas en este mismo orden).

Estos siete proyectos y los cinco invitados percibirán ahora 40.000 euros para desarrollar sus propuestas, entre las que, tras el verano, se hará público el ganador del concurso, que percibirá otros 400.000 euros en concepto de asesoramiento y desarrollo del proyecto durante la fase de construcción.

Con este concurso, el Gobierno vasco pretende que el diseño de los accesos del nuevo metro sirvan para identificar este medio de transporte con su «simple visión» de forma que se convierta en un símbolo de la comarca y que los vecinos que vivan en su área de influencia se sientan identificados con ellos.

La primera de estas soluciones, ‘Lirain’, consiste en una «superficie alabeada» de malla metálica que cubre el acceso al metro con una forma curva que se eleva siguiendo la inclinación en pendiente de la escalinata, mientras que la segunda, ‘Tirain’ evoca «las olas, siempre iguales y siempre distintas», con una estructura de tubos de acero inoxidable de paneles de celdillas; en los huecos entre los paneles traslúcidos se sitúan los leds que convertirán las piezas en foco de luz en la visión nocturna..

El proyecto denominado ‘Vitaminae’ pretende una «apariencia» que «le acerca a la medusa, comportándose como un ser vivo que refleja lo que ocurre en su interior», y la propuesta conocida como ‘»Balea’ se basa en «un volumen orgánico de inspiración natural» que se asienta sobre mármol negro de Markina «simbolizando la unión del progreso con la historia».

Por su parte, ‘Lux’ es «un diedro traslúcido y luminoso que de noche se vuelve una fuente de luz para el entorno»; ‘Www’ se basa en dos espirales de acero y vidrio que penetran en el suelo; y como su nombre indica ‘El Pliegue’ asemeja el plegamiento de una alfombra elevado por un dedo.

Junto a ellos, competirán en el concurso los prestigiosos estudios Richard Rogers (británico); Thom Mayne (estadounidense); Juan Navarro Baldeweg (español); Snohetta (noruego), y Marcio Kogan (brasileño).

El decano del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro, Manuel Sagastume, ha destacado la calidad de las siete propuestas anónimas que, en su opinión, se lo pondrán «difícil» a estos cinco estudios internacionales. Sagastume ha alabado la variedad de las propuestas presentadas, aunque se ha sorprendido de que ninguna de ellas se haya basado en una caja con descomposiciones como las que realizaban los reconocidas artistas Eduardo Chillida y Jorge Oteiza.

El consejero vasco Iñaki Arriola ha anunciado que dentro de algo más de un año estarán finalizados todos los proyectos constructivos del metro a su paso por San Sebastián y ha pedido a la Diputación de Guipúzcoa que «concrete su participación» en este proyecto «fundamental» para el territorio, «financiando el 50% del coste de esta obra, como ha hecho Vizcaya».

Siete arquitectos internacionales, en liza para construir la estación intermodal de A Coruña

Primeros espadas. Alto nivel. El alcalde de A Coruña, Javier Losada, ha anunciado que siete arquitectos de prestigio internacional serán seleccionados para la fase final del concurso para la construcción «de la mejor estación intermodal de España» en la ciudad. La contratación de esta obra será publicada la próxima semana en el Boletín Oficial del Estado con un presupuesto de 6,8 millones de euros. «Queremos que la estación intermodal de A Coruña sea un referente urbano y arquitectónico», ha afirmado el alcalde en rueda de prensa.

De entre esos siete proyectos, los cuales está previsto que estén seleccionados a principios del próximo trimestre, será escogido el diseño ganador, siguiendo criterios ‘arquitectónicos’, de ‘calidad’, ‘urbanismo’, ‘innovación tecnológica’ e ‘integración con el entorno’, para que la nueva estación «no sea un punto de división entre los barrios», ha explicado Losada.

La estación intermodal, en la que se integrarán los servicios de tren , autobuses y AVE y cuya proyecto ha sido ya aprobado por Adif, será «una actuación sin precedentes» para la ciudad, ha apuntado Losada, que completará el anuncio realizado el viernes por el ministro de Fomento, José Blanco, según el cual el primer AVE gallego entre A Coruña y Ourense estará en funcionamiento ya en 2011.

«No ha habido en la historia de la democracia un ministro que haya invertido tanto en la ciudad como el ministro Blanco. La ciudad le tendrá que hacer un gran homenaje, porque le debe muchísimo», ha afirmado Losada, después de que Blanco anunciase la licitación de la ampliación de Alvedro, el objetivo de construir una nueva terminal en el aeródroma, así como la llegada del AVE a la ciudad. «Ha sido un día histórico para las demandas de la ciudad», ha sentenciado Losada, quien ha subrayado que «la ampliación del aeropuerto es imparable», pese a las críticas existentes desde algunos sectores.