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El tren se prepara para la nieve

Como todos los años, Adif despliega su Plan Director de Medidas Preventivas de Invierno. El objetivo es minimizar el impacto que puedan tener los fenómenos meteorológicos en las infraestructuras ferroviarias. El plan de este año arrancó el 15 de noviembre y no terminará hasta el 1 de marzo. Cubre a más de 15.000 kilómetros de vía y contempla varias medidas frente a temporales como el que comienza este miércoles. Pero ante la alarma que provoca la posible demanda sobre la zona central de la península, Adif dispone para estos días de locomotoras con quitanieves, sal para los andenes y calefacción en los cambios de vías. Ante la llegada de la borrasca Filomena, que dejará copiosas nevadas en cotas muy bajas, el gestor de las infraestructuras ferroviarias tiene en marcha un plan invernal para garantizar el tráfico.

Filomena entrará hoy por España desde el norte de Canarias. Los meteorólogos prevén que la zona central se vea afectada por un fuerte temporal con rachas de viento, mal estado del mar y lluvias muy fuertes. Después se adentrará en la Península al menos hasta el domingo. Afectará a buena parte del país, pero se ensañará especialmente con tres comunidades: Madrid, Castilla-La Mancha y Aragón, que podrían acumular más de 25 centímetros de nieve. El sistema de prevención comienza en la Agencia Estatal de Meteorología. El Centro de Gestión de Red H24 (CGRH24) de Adif recibe de la Aemet alertas sobre el riesgo de lluvia, viento o nieve que pueda afectar a las líneas ferroviarias. Si la red tiene más de 15.000 kilómetros, los avisos meteorológicos se hacen sobre cada 5 kilómetros de vía.

Con esta información, Adif elabora comunicados diarios que envía a todos puntos de explotación la red, tanto a departamentos del organismo como a empresas ferroviarias. La idea es que todos activen sus propios planes según las inclemencias previstas. Ante Filomena, Renfe no tiene previsto un refuerzo especial en su servicio ni medidas concretas, según señalan fuentes de la compañía. Las medidas, en cualquier caso, se toman cuando se producen las incidencias.

El catálogo de medidas de Adif es amplio. Algunas se centran en las propias vías, otras en los trenes. Por ejemplo, este invierno dispone 23 locomotoras diésel a las que se les pueden acoplar cuñas quitanieves y que se reparten según el ancho de la vía. En concreto, 14 son para la red de ancho ibérico, el más extendido en la Península, según detalla Trenvista.net. Otras seis son para la red de ancho estándar y tres para la de ancho métrico, común en líneas autonómicas y redes de Cercanías y en el tramo de Cercanías Madrid que une Cercedilla y Cotos. Los cambiadores de ancho, las instalaciones que permiten la transición entre las redes de ancho ibérico y las de alta velocidad, neutralizan el hielo de los rodales gracias a unos rociadores de agua caliente a presión.

Además se presta una especial atención sobre 235 estaciones durante el invierno. De ellas, 195 pertenecen a la red de ancho ibérico y 4 a la de ancho métrico. Para evitar el colapso de estas líneas ante grandes nevadas, Adif limpia las agujas ferroviarias, que permiten a un tren cambiar de una vía a otra. Las líneas estándar, por otro lado, cuentan con calefactores y personal de mantenimiento para los desvíos.

Durante la madrugada del martes y el miércoles Adif ya aplicó varias medidas para garantizar la circulación nocturna de trenes pese a las bajas temperaturas. Son cinco indicaciones que también funcionarán durante las alertas extremas de nieve. Durante estos fenómenos, los trenes no podrán realizar pasos por vía desviada en estaciones sin calefactores de agujas, salvo en caso de incidencias. Además, se comprueba periódicamente que los calefactores de aguja funcionan bien. Renfe se encarga de revisar los rodales de los trenes antes de que lleguen a los intercambiadores. Al igual que ocurre con el tráfico por carretera y en las calles, se echa sal en los andenes. Por último, antes de que comience el servicio comercial de viajeros, se hacen circular algunos trenes vacíos por diferentes puntos de la red para prevenir posibles efectos adversos.

Inglaterra reduce el servicio de trenes

Los servicios de tren se reducirán sigificativamenten durante el cierre nacional en Inglaterra, aunque el alcance de los recortes aún no se ha confirmado; el sector ferroviario calcula reducciones de entre el 50 y el 60% del servicio normal. Como la responsabilidad de los ferrocarriles es una cuestión transferida, estos recortes se aplicarán sólo a los servicios en Inglaterra. Un portavoz del Departamento de Transporte dijo que trabajará con los operadores para evaluar el nivel adecuado de los servicios. «Aunque no podemos predecir el efecto a largo plazo de la Covid-19 en los patrones de viaje, es fundamental que nos aseguremos de que el ferrocarril pueda responder rápidamente a los cambios en la demanda de los pasajeros y, al mismo tiempo, apoyar la recuperación económica», señalan fuentes de Transporte.

Desde el comienzo de la pandemia, el gobierno ha gastado miles de millones de libras cubriendo la caída de los ingresos por billetes debido al bajo número de pasajeros. En el primer cierre nacional en Inglaterra, los servicios se redujeron drásticamente a casi la mitad. Algunas fuentes anticipan que un servicio similar de «domingo plus» funcionará durante los próximos meses, entre otras cosas porque la oferta de trenes superará la demanda. Sin embargo, puede haber más dificultades para dotar de personal a los trenes, dada la prevalencia del virus y el hecho de que se pida a los miembros del personal que se aíslen. Dese el sector se apunta que la aplicación de los cambios podría llevar entre 10 días y dos semanas, ya que el proceso de ajuste del calendario es un proceso complejo como un rompecabezas. Otros prevén que podría llevar más tiempo.

El Ferrocarril del Sudoeste (SWR) está cancelando sus servicios porque muchos tripulantes del tren han contraído un coronavirus o se han autoaislado. Los servicios entre Salisbury y Bristol también están cancelados. Great Western Railway anuncia un horario reducido desde el Valle del Támesis hasta Devon y Cornualles debido a la escasez de personal. Todo son cancelaciones, en cumplimiento del mandato del Gobierno sobre el aislamiento.

«Pedimos disculpas por el impacto que esto tendrá en nuestros pasajeros, ya que queremos asegurarnos de que haya suficiente personal para mantener los servicios entre Exeter St Davids y Basingstoke», dice un portavoz de SWR. La compañía explica que todos los clientes que viajen en la línea del Oeste de Inglaterra tendrán que cambiar en Basingstoke. Los billetes de SWR serán válidos en los servicios de GWR entre Exeter St Davids y London Paddington así como entre Salisbury y Bristol Temple Meads. «Vigilaremos esta situación cuidadosamente y haremos todo lo posible para proporcionar la capacidad suficiente, protegiendo al mismo tiempo la seguridad de nuestros pasajeros y personal», añadió el portavoz.

GWR destaca en la BBC que un «número significativo» de miembros de la tripulación del tren había dado positivo en el Covid-19 y otros 50 se habían autoaislado. Las ausencias representaban el 10% del personal operativo en Devon y Cornwall, o el 2,5% de todo el personal de GWR, durante las Navidades.Ahora las bajas, que no se han cuantificado, superan con creces las cifras delas fiestas navideñas, como suced con otros sectores económicos del país, muy afectado por los efectos de la pandemia.

Por la vuelta del tren a Baza y Guadix

Con el sonido de una enorme bocina mecánica ferroviaria y el grito»¡Llega el tren!» del último jefe de la estación de Baza, Manuel Berruezo, se inició el acto reivindicativo por la reapertura de la línea férrea Guadix Baza Almanzora Lorca, también por el ferrocarril público social, realizado el 31 de diciembre en la antigua estación bastetana. Bajo el lema «36 años sin tren, basta ya de engaños. Oportunidades, Vida y tren para nuestras comarcas», el acto ha sido organizado por la Asociación Amigos del Ferrocarril Comarca de Baza y la plataforma Comarca de Guadix por el Tren, con la colaboración de la Asociación de Empresarios Altiplano de Granada, la asociación agroganadera Agapro y la movilización social La Revuelta de la España Vaciada, y en el mismo han participado colectivos ferroviarios y sociales de Granada, Almería y Murcia.

Antonio Francisco Martínez, presidente de Amigos del Ferrocarril Comarca de Baza, que previamente ha rendido un homenaje a las víctimas de la pandemia por la Covid-19, ha reclamado al Gobierno que cumpla su compromiso de reabrir esta línea férrea viable, muy necesaria para el sureste, e incluso rentable: si pone los 1,6 millones del Estudio Informativo y pinta la línea férrea de nuevo en el mapa, accede a 900 millones de financiación europea. Por su parte Francisco Álvarez, de Guadix por el Tren, ha denunciado el maltrato que los poderes públicos dan a estas comarcas orientales de Andalucía, ejemplificado en la falta de la reapertura de la línea y en el ninguneo al tren convencional.

El momento emotivo del acto ha sido la entrega del «Quinqué por el tren», un reconocimiento a la reivindicación ferroviaria, que este año ha recaído en «Mujeres al Tren» y en la «Plataforma Almeriense por el ferrocarril público, social y sostenible». En el final de un año tan amargo como este 2020, los organizadores han querido obsequiar a los asistentes con el dulce sabor de galletas con forma de locomotora, individualmente envasadas para evitar cualquier riesgo de contagio. La lectura del manifiesto reivindicativo a cargo de Sandra González, secretaria del colectivo ferroviario bastetano, puso cierre al acto, acompañado de un nuevo bramido de la bocina ferroviaria.

La línea que conectaba la comarca accitana con el altiplano para seguir por la provincia de Almería hasta llegar al municipio de Lorca en Murcia se clausuró a finales de 1984. Con la desaparición del ferrocarril y el cierre de líneas, con más 900 kilómetros clausurados, comenzó el declive y la pérdida de población de esta y otras comarcas españolas que sufrieron una decisión similar. Aquellos 900 kilómetros que dejaron de ver pasar trenes mantuvieron, sin embargo, sus carriles. Esa situación se mantiene en la actualidad en muchos de esos tramos. El acuerdo del Consejo de Ministros garantizaba el mantenimiento de la superestructura ferroviaria en función de su posible utilidad logística para cuestiones militares o en la deseable previsión de una posible reapertura al tráfico ferroviario si las condiciones socioeconómicas que motivaron los cierres cambiaran de tal manera que, de nuevo, fuera posible reabrirla. Lamentablemente, lejos de suceder aquello las cosas evolucionaron por un camino más oscuro. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde.

Rusia paraliza la ayuda ferroviaria a Cuba

Las autoridades rusas han decidido paralizar momentaneamente los planes de de modernización de los ferrocarriles cubanos “debido a las dificultades económicas y las restricciones de cuarentena en la Isla”, según el director de la empresa estatal de ferrocarriles del país euroasiático (RZD), Serguéi Pávlov. «Lamentablemente, hemos tenido que suspender nuestro proyecto de modernización integral de la infraestructura ferroviaria cubana debido a las dificultades económicas y las restricciones de cuarentena en la Isla, pero esperamos reanudar las obras después de que la situación se haya estabilizado», apunta Pávlov.

RZD firmó en octubre de 2019 un convenio con la Unión de Ferrocarriles de Cuba para modernizar toda la estructura ferroviaria de la Isla, que ha sufrido un profundo deterioro en las últimas décadas. Según el acuerdo, Rusia financiaba completamente el proyecto, valorado en 2.314 millones de dólares. En los planes iniciales estaban el diseño, la reparación y la modernización de más de 1.000 kilómetros de la infraestructura ferroviaria con materiales, tecnologías y equipos de producción rusa. También la creación de un centro único de control de circulación de trenes y la formación, en centros educativos rusos, de personal de la Isla.

La suspensión de la ayuda se produce una semana después de que el ministro de Transportes de Cuba, Eduardo Rodríguez, el embajador de Rusia en La Habana, Andrei Guskov, y el representante comercial ruso en la Isla, Alexander Bogatyr, recibieran en La Habana siete locomotoras, en medio de fuertes dudas sobre el futuro de la cooperación entre los viejos aliados. «La llegada de estas locomotoras a Cuba coloca al ferrocarril en una mejor posición para enfrentar los retos de transporte del próximo año; vemos a este proyecto, que se ha desarrollado como parte de los acuerdos de la Comisión Intergubernamental Cuba-Rusia con la compañía rusa Sinara, como ejemplar», dijo entonces Rodríguez a la agencia rusa Sputnik.

Los funcionarios presentes en el acto de recibimiento de los equipos se esforzaron en declarar que la cooperación seguía adelante aunque «los efectos del covid y de esta crisis derivada de la pandemia nos han obligado a extender los plazos y a reorganizar los proyectos, pero la voluntad y continuidad de estos proyectos se mantienen vigentes y continuaremos en 2021 trabajando en esa dirección», remarcó Rodríguez. Bogatyr lamentó que fuera “la única entrega de locomotoras este año» y confió en que el año próximo «será más fructífero (…) así que los planes de colaboración son importantes en la esfera de los ferrocarriles, no solamente con Sinara, sino con otras importantes empresas rusas que tienen proyectos y esperan continuar desarrollándolos». Sin embargo, ambos mandatarios eludieron comentar las palabras del secretario ejecutivo de la Comisión Intergubernamental Ruso-Cubana de Comercio, Cooperación Económica, Científica y Técnica, Oleg Kucheriáviy, que unos días antes dejaban entrever una cancelación masiva de inversiones en Cuba por incumplimientos por parte de La Habana.

Según se detalla en informaciones de la prensa rusa, de los 60 proyectos conjuntos, apenas 10 estaban llevándose a cabo. Entre otras cuestiones la reunión de la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado que la última sesión de la comisión intergubernamental, que debía celebrarse en la Isla, fue cancelada por «silencio» y «dilación» de las autoridades cubanas. Yuri I. Borisov, viceprimer ministro de Rusia y encargado desde 2018 de las relaciones económicas con Cuba ya dijo aquel año a la televisión de su país, tras un viaje a la Isla, que los funcionarios cubanos no tenían interés en poner dinero para las inversiones necesarias y que en las negociaciones imperaba una mentalidad de la Guerra Fría que en la Rusia postsoviética ya no tiene lugar. «Son negociantes complicados, no lo voy a esconder, la mentalidad del pasado pesa sobre ellos constantemente. Durante las negociaciones, en las posiciones que llevan, siempre aparece que somos un puesto de avanzada de la revolución mundial y simplemente nos tienen que ayudar», señaló.

La pausa en el acuerdo llega en un mal momento para el transporte de pasajeros y cargas en la Isla, muy afectado por la obsolescencia tecnológica y los problemas de infraestructura. El total de locomotoras que tenía previsto suministrar Rusia en el marco del acuerdo era de 75, de las cuales ya han llegado 60. Según el ministro de Transportes, muchas de ellas ya «participan en los principales tráficos de transportes del ferrocarril en Cuba». Pero ni la infraestructura viaria es la adecuada ni sobran los medios para su mantenimiento.

Ardanuy diseñará el Tren Caribe colombiano

El Banco de Desarrollo Territorial Findeter ha adjudicado a Ardanuy Ingeniería S.A. y Coral Delgado y Asociados Abogados el estudio de la construcción del Tren Regional Caribe, que discurrirá entre los departamentos de Bolívar, Atlántico y Magdalena. El objetivo del proyecto es poner en marcha un sistema de cercanías que conectará las principales ciudades de esta región. La línea está prevista para tráfico de pasajeros y mercancías y su puesta en marcha tendrá un amplio impacto en la zona de la costa colombiana.

La U.T.E. formada por Ardanuy Ingeniería y Coral Delgado y Asociados Abogados se encargará de los trabajos de consultoría especializada para seleccionar la mejor alternativa para esta futura red ferroviaria. Para la nueva infraestructura, que cuenta con la financiación del Órgano Colegiado de Administración y Decisión (OCAD) Caribe, se barajan tres posibles trazados. Los dos primeros, de 220 y 234 kilómetros respectivamente, aunque con un trazado diferente, comenzarían en la terminal de Cartagena hasta llegar a Santa Marta donde se contactarían con el sistema de transporte de la ciudad. La tercera opción destaca porque su recorrido incluye una conexión con los principales puertos de la zona.

Los proyectos de infraestructuras programados en el país buscan la mejora de las conexiones y la movilidad. Estos objetivos se recogen en el “Compromiso por Colombia” una hoja de ruta del actual Ejecutivo para la reactivación económica y productiva en la nueva etapa tras la pandemia. Además, esta adjudicación se produce en un momento clave para el desarrollo del transporte sostenible en el país. A finales de noviembre de 2020, el Gobierno nacional presentó el “Plan Maestro Ferroviario”, un ambicioso programa que pone al tren en el centro de las inversiones, por sus numerosas ventajas competitivas y medioambientales frente a otros modos. Entre los numerosos proyectos incluidos se encuentra también el Tren Regional Caribe.

El impulso al ferrocarril en Colombia cuenta con el apoyo de actores del sector entre los que se encuentra Ardanuy Ingeniería. La consultora, que cuenta con una filial en el país, participa activamente en varios de los principales proyectos como el RegioTram del Norte, la conexión pacífico-Orinoquia-Departamentos Valle del Cauca, Tolima y Hulia, el Metro de Medellín o el Tren Ligero (LRT) para el Corredor Verde en la ciudad de Santiago de Cali, entre otros.

En un documento de 80 páginas, el Gobierno –en cabeza de la Presidencia, la Vicepresidencia, las entidades del sector transporte y el Departamento Nacional de Planeación (DNP)– realizó el diagnóstico del modo ferroviario y planteó los proyectos nacionales y regionales para impulsarlo y sumar más kilómetros activos a los 1.077 con operación comercial, que era la meta para el cierre del cuatrienio y que, según la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, se cumplió en octubre pasado. El documento presentado revela que de los 3.533 kilómetros de corredores ferroviarios que tiene el país, 1.734 kilómetros están a cargo del Invías y de esos hay 1.729 kilómetros inactivos; de los 1.610 kilómetros bajo el control de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) hay 207 kilómetros concesionados entre Chiriguaná, La Loma y Ciénaga, de Fenoco (carbón del Cesar) y 38 kilómetros del tramo Ciénaga-Santa Marta, a la misma firma, mientras el resto los administra la ANI.

A través de la Ley del Plan Nacional de Desarrollo se establecen requisitos mínimos presupuestales que deberán destinarse al modo ferroviario producto de las contraprestaciones de los proyectos de concesión ferroviaria. Con esto se asegura que al menos el 85 por ciento de dicha contraprestación sea totalmente reinvertido en el modo ferroviario, lo cual permitirá duplicar la inversión pública para este modo de transporte.

Ceuta ultima la reforma de su estación

La Ciudad Autónoma da los últimos pasos para poner en uso la centenaria estación de ferrocarril, cuyas obras de rehabilitación comenzaron hace doce años y todavía no han terminado tras múltiples vicisitudes de todo tipo. Con un presupuesto base de licitación sin impuestos de 838.166 euros (929.983 con IPSI), los trabajos incluyen “las instalaciones diversas de climatización, iluminación, colocación de ascensor, ventilación, señalización, etcétera”, que no estaban incluidas de acuerdo con las necesidades actuales en el proyecto elaborado en 2004 y que fue financiado por el Programa 1% Cultural conveniado con el Ministerio de Fomento.

El proyecto original preveía destinar el inmueble a biblioteca; pero a lo largo de los años se decidió redirigirlo a salas de lectura para el vecindario de la barriada y a oficinas de la Fundación Premio Convivencia con un aula de taller. Para este cambio se ha redactado un nuevo proyecto para cumplir los requerimientos de estas nuevas necesidades culturales, que irán ubicadas, respectivamente, en la planta baja y la superior. La primera tiene 736,40 metros cuadrados de superficie y la segunda, 325,6. Los revestimientos, carpinterías, solados y alicatados están ya realizados, por lo que únicamente faltan por definir los falsos techos que se consideran en el proyecto de instalaciones, que también contempla la instalación de elevación de un ascensor, la iluminación, la climatización, ventilación, señalización y el cableado.

El concurso establece un plazo de ejecución de las obras de nueve meses (a contar desde la formalización del contrato) y el de presentación de ofertas estará abierto hasta el 5 de enero. El precio que oferten las licitadoras será el único criterio que se tendrá en cuenta para la adjudicación de las obras. Un posible empate se resolvería revisando el mayor porcentaje de trabajadores con discapacidad o en situación de exclusión social contratado en la plantilla de cada empresa y, a continuación, una tasa más baja de contratos temporales.

La adjudicataria del proyecto sacado a concurso dispondrá de 9 meses para ejecutar el trabajo salvo si “por causa de fuerza mayor o independiente de su voluntad” no pudiese comenzar las obras, o tuviese que suspenderlas, o no le fuera posible terminarlas en los plazos prefijados. En ese caso podría disfrutar de una prórroga para el cumplimiento de la contrata “previo informe favorable del técnico”. Para ello, estará obligada a exponer por escrito “la causa que impide la ejecución o la marcha de los trabajos y el retraso que por ello se originaría en los plazos acordados, razonando debidamente la prórroga que por dicha causa solicita”.

La estación de Ceuta fue la cabecera de la antigua línea férrea con Tetuán inaugurada en 1918 y extinguida en los años cincuenta. Tiene “un estilo historicista, ecléctico”, y “si bien no se encuentra formalmente declarada como Bien de Interés Cultural (BIC), sí está incluida en la Zona 1 de máxima protección en las Normas Urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ceuta vigente y es “un edificio de interés arquitectónico e histórico”. La antigua estación era de estilo árabe tetuaní, con cuatro torres a modo de alminares. Disponía de una amplia superficie de terrenos anexos que se extendían desde los Jardines de la Argentina hasta los actuales pabellones de la Junta de Obras del Puerto. Se construyó en dos años y contaba con almacenes de explotación y talleres de la línea, así como muelles destinados al embarque de vehículos, mercancías y ganado, con sus correspondientes rampas al efecto.

En 1958 se cerró la línea y los automotores retornaron a la península salvo la locomotora C-1, que fue adjudicada en subasta a la Administración local para que fuese colocada en un lugar público como homenaje y para la que se ha habilitado un espacio singular junto al inmueble. Las dimensiones de dicho hangar han sido el último obstáculo al que se ha agarrado la Ciudad para justificar la demora en concluir el proyecto.

La UE pretende mayor impulso para el ferrocarril

La eurodiputada del PSOE, la aragonesa Isabel García, ha asegurado que tras la aprobación por parte del pleno de la Eurocámara de 2021 como ‘Año Europeo del Ferrocarril’ va a ser un periodo que va a permitir un «impulso» para fomentar este medio de transporte, «clave para una movilidad más sostenible». Según constata, la eurodiputada socialista en los próximos años el Pacto Verde Europeo va a ser la hoja de ruta de la Unión Europea y en el sector del transporte marca como objetivo avanzar hacia una movilidad sostenible e inteligente.

El ‘Año Europeo del Ferrocarril’ es una iniciativa de las instituciones europeas cuyo objetivo es promover este medio de transporte «sostenible, innovador y seguro», según recoge el acuerdo interinstitucional al que llegaron la Eurocámara y el Consejo a mediados de noviembre y que este martes se ha aprobado en pleno «por abrumadora mayoría». Así lo explicado la eurodiputada Isabel García, portavoz socialista de la Comisión de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo, que ha celebrado la decisión y ha señalado que esta medida servirá para impulsar el tren y «avanzar en la transición ecológica y digital». A su entender, contribuirá a «reforzar» el papel del ferrocarril como elemento vertebrador, «clave para la cohesión socioeconómica de la UE y su conectividad territorial, incluidas las zonas rurales y remotas».

La eurodiputada del PSOE hace hincapié en seguir trabajando «para devolver a los pasajeros la confianza en el transporte colectivo, como el ferrocarril» y ha añadido que para abordar estos retos «es imprescindible contar con la financiación adecuada, para lo que es clave que el ferrocarril y las infraestructuras ocupen un lugar relevante en los planes de recuperación». García remarca que, durante la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, «el tren ha demostrado que es capaz de garantizar los servicios esenciales, al mantener conexiones cruciales tanto para el transporte de personas, como de bienes de primera necesidad».

La europarlamentaria aragonesa ha concretado que la iniciativa del ‘Año del Ferrocarril’ tiene cuatro objetivos: apoyar el desarrollo de un espacio ferroviario europeo único para pasajeros y mercancías; fomentar la inversión en infraestructuras; proteger los derechos de los pasajeros; y visibilizar la importancia de garantizar la accesibilidad del sector. Para esta finalidad, contará con al menos ocho millones de euros de financiación. Durante este periodo, se celebrarán diversos actos e iniciativas «para atraer a más viajeros y mercancías al ferrocarril, con el fin de concienciar sobre su dimensión transfronteriza y aumentar su contribución a la economía, la industria y la sociedad», ha anunciado la eurodiputada aragonesa.

El ferrocarril es la respuesta a muchas cuestiones críticas en el ámbito de la movilidad, como la neutralidad climática, la eficiencia energética, la resiliencia frente a las crisis y la seguridad. El Año del Ferrocarril tiene por objeto imprimir un impulso al sector y animar a un mayor número de turistas, profesionales y fabricantes a optar por el tren. De esta forma, se promoverá el ferrocarril como un modo de transporte sostenible, innovador y seguro, capaz de garantizar servicios esenciales incluso en crisis imprevistas. Ello ha quedado demostrado con el papel estratégico que está desempeñando el ferrocarril en el mantenimiento de conexiones cruciales durante la pandemia de Covid-19 para el transporte tanto de personas como de bienes esenciales.

España estrena una nueva era ferroviaria

A partir de este lunes, queda liberalizado el transporte ferroviario de viajeros que romperá el monopolio de la operadora pública en el mercado de alta velocidad, aunque no ocurrirá lo mismo con los servicios ferroviarios sujetos a obligación de servicio público (OSP) -Cercanías, Media Distancia, Ancho Métrico y Avant-, que prestará hasta que se vuelvan a licitar en 2033. La Covid-19 ha retrasado la entrada en España del operador público francés SNCF, uno de los dos nuevos competidores de Renfe, prevista inicialmente para este mismo día y que, al menos, se pospone hasta la primavera.

El estreno se presenta, por tanto, algo deslucido, con Renfe operando aún en solitario previsiblemente hasta el levantamiento del estado de alarma (el 9 de mayo de 2021) y, además, con una oferta reducida por las restricciones de movilidad impuestas para frenar la expansión de la pandemia. Tras el estallido de la crisis sanitaria, que obligó a la compañía gala a cambiar sus planes, SNCF anunció en septiembre que, finalmente, iba a empezar a operar entre Madrid y Barcelona el 15 de marzo de 2021, con su marca de bajo coste Ouigo y precios medios un 50 % por debajo de los actuales de Renfe. El anuncio, que se produjo antes de la llegada de la segunda ola de covid, vino acompañado del lanzamiento de una oferta promocional con 10.000 billetes a 1 euro, que se agotaron en poco tiempo.

Recientemente, Quigo ha puesto a la venta billetes -desde 9 euros- para viajar entre el 10 de mayo (el día posterior al levantamiento del estado de alarma) y el 11 de diciembre de 2021, aunque «mantiene su apuesta por comenzar a operar a principios de la primavera, en función de la evolución de las restricciones de movilidad».

De las seis empresas que optaban a operar en el mercado liberalizado en los corredores de alta velocidad que enlazan Madrid con Barcelona, Levante (Valencia y Alicante) y Sur (Sevilla y Málaga), además de Renfe y SNCF, fue seleccionada Ilsa (promovido por la valenciana Air Nostrum y la italiana Trenitalia), que estrenará su servicio en 2022. Ilsa, la segunda por número de frecuencias adjudicado en la licitación lanzada por Adif en noviembre de 2019, ha encargado ya la fabricación de 23 trenes, por 800 millones de euros, con los que tiene previsto operar en España.

La apertura del tráfico a la competencia conlleva un incremento del 65 % en la capacidad ofertada, con un alza del 50 % en el corredor Madrid-Barcelona; del 40 %, en el Madrid-Levante, y del 60 % en el Madrid-Sur. Además del aumento de la oferta, derivada de la desaparición del monopolio, y mayores frecuencias de los trenes, se espera que la entrada de nuevos competidores genere mejor calidad del servicio y menores precios, lo que ya se ve reflejado en las promociones lanzadas por SNCF.

Precisamente, para poder competir en el segmento de bajo coste y antes de que la covid-19 trastocara sus planes, Renfe iba a anticiparse a sus rivales con la puesta en marcha, en abril, del servicio de Ave ‘low cost’, bautizado como Avlo, en la línea Madrid-Barcelona. El operador incluso llegó a lanzar una oferta promocional con 16.000 billetes por 5 euros, que se agotaron rápidamente como los de SNCF y que, posteriormente, fueron reintegrados a los viajeros, a la espera de una nueva fecha para la inauguración de este servicio.

Al contrario que el resto de candidatos, SCNF y Trenitalia disponen de flota excedente en sus países de origen, y Renfe tiene un parque suficiente, ya que empezará a recibir los nuevos trenes Avril en 2021. El resto de candidatos hubieran tenido que encargar la flota y el periodo de entrega no sería inferior a dos años.

El proceso de liberalización del sector fue impulsado por la Unión Europea a través de la aprobación de los denominados «paquetes ferroviarios» y su sucesiva incorporación al ordenamiento nacional. En España, en primer lugar, en 2005, se abrió a la competencia el transporte de mercancías (si bien no se produjo la entrada efectiva de otras empresas ferroviarias privadas hasta 2007) y, posteriormente, en 2010, el internacional de pasajeros y, en 2013, el de trenes turísticos.

La aprobación del cuarto y último paquete ferroviario en 2016 estableció la liberalización de los servicios comerciales de viajeros con carácter general en todo el territorio comunitario para el 14 de diciembre de 2020. En España estos cambios normativos han conllevado la modificación de la Ley del Sector Ferroviario, dando luz verde a la entrada de nuevos operadores en los servicios de alta velocidad y larga distancia en el territorio nacional. La fecha no afecta a los servicios sometidos a obligación de servicio público (OSP) -cercanías, media distancia y Avant-, que pueden seguir siendo adjudicados directamente hasta el 25 de diciembre de 2023, aunque en España su licitación se retrasará previsiblemente hasta, al menos, 2027. Esto se deba a que se adjudicó a Renfe su prestación para el periodo 2018-2027, prorrogable a cinco años más.

Según prevé el sector, la liberalización será una oportunidad para mejorar la movilidad de los ciudadanos en general y también supondrá un impulso para la industria asociada. El desarrollo y mejora de la infraestructura, los mayores recursos disponibles, la introducción de nuevas tecnologías, la digitalización y la oferta de nuevos servicios y valor añadido posibilitará la convivencia de un gran número de actores que complementen la cadena de valor. Operadores, fabricantes, empresas tecnológicas y empresas de servicios, entre otras, deberán prepararse para ofrecer un servicio seguro, flexible y eficiente.

Adif pierde un 26% de ingresos por la Covid-19

Las restricciones a la movilidad derivadas de la crisis sanitaria han supuesto un golpe en las cuentas de Adif de más de 400 millones de euros en lo que va de 2020, lo que representa una caída del 26% en los ingresos respecto al mismo periodo que el año anterior. La presidenta del gestor ferroviario, Isabel Pardo de Vera, destaca que, pese a la caída de la demanda, Adif ha seguido operando todas las líneas que gestiona, incluyendo el mantenimiento y las demás labores de seguridad.

La ejecución presupuestaria ha crecido respecto al año pasado, sobre todo en la red convencional, con unas inversiones de 770 millones de euros, frente a los 340 millones de euros que viene ejecutando de media desde su creación, aunque algunos años llegó a caer al entorno de los 200 millones de euros. Respecto a la liberalización ferroviaria, que comienza este lunes 14 de diciembre, Pardo de Vera la ha definido como «un éxito que no se pensaba», ya que comenzó hace dos años y ahora se completa. La intención de Adif es que haya nuevos operadores que desplieguen nuevos servicios, de forma que se incluyan todos los trenes que quepan en todos los surcos disponibles, lo que permitirá captar nuevos tráficos y avanzar en la estrategia de sostenibilidad.

Pardo de Vera ha explicado también que, a diferencia de la anterior crisis, en la que Adif no tenía proyectos con los que contrarrestar su efecto, esta vez sí ha desplegado sus mecanismos, a través de proyectos alineados con los fondos de recuperación y resiliencia de la Unión Europea, que cree que supondrán un «balón de oxigeno» para poder completar la mejor red posible. «Este presupuesto permitirá seguir modernizando por un lado la red convencional, que en muchos casos se encontraba al borde de la obsolescencia y, por otro, facilitar un ferrocarril a los españoles a la altura del siglo XXI, cada vez más atractivo, seguro y sostenible», asegura.

De momento, SNCF, uno de los nuevos operadores, ya ha anunciado sus primeros viajes a través de la marca Ouigo en España, con el objetivo de competir con Renfe desde una estrategia comercial apoyada en el low cost. “Seguimos teniendo el mes de marzo como objetivo de partida”, señala la directora general de Ouigo España, Hélène Valenzuela, “dependerá de que llegue la vacuna y comiencen a levantarse las restricciones a la movilidad entre Cataluña, Aragón y Madrid”.

El operador entrante, con la liberalización del transporte de viajeros en ferrocarril, también está pendiente de la homologación de sus trenes en tiempo y forma. Para ello, trabaja con Adif en lo que toca a los test de compatibilidad del material rodante con la vía, y con la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria en lo referente a la citada homologación en la red. Ese trabajo de rodaje también ha comenzado en el eje Madrid-Levante, donde Ouigo espera estar presente con su “low cost de calidad” antes de que concluya 2021.

Según la hoja de ruta marcada en los presupuestos del próximo ejercicio, la presidenta de Adif explica que el mayor volumen económico, 3.072 millones de euros, será invertido por Adif Alta Velocidad y se destinará principalmente al desarrollo de nuevas infraestructuras. El importe restante (1.846 millones de euros) será invertido por Adif fundamentalmente en actuaciones de mejora y renovación de la red existente de ancho convencional y ancho métrico. A esta inversión hay que añadirle los recursos destinados a mantenimiento, que para 2021 alcanzan la cifra de 850 millones de euros.

Europa apuesta por las mercancías por ferrocarril

La Comisión Europea ha dado a conocer su Estrategia para una Movilidad Sostenible con unos objetivos de movilidad cero emisiones, en todos los modos de transporte, con un horizonte en 2050, cuando se habrán reducido en un 90% las emisiones. Propone objetivos y medidas para alcanzar este horizonte, pero pocos actores del sector consideran que sean unos objetivos alcanzables. El transporte de mercancías o pasajeros por carretera, el transporte particular, ferroviario, marítimo y aéreo, todos los modos de transporte deberían estar en un umbral de cero emisiones en 2050, según plantea la Estrategia para una Movilidad Sostenible de la Comisión Europea en donde incluye 82 iniciativas que deben ponerse en marcha en los próximos cuatro años para conseguir una disminución de un 90% de las emisiones actuales, gracias a un “sistema de transporte inteligente, competitivo, seguro, accesible y asequible”.

En cuanto al transporte de mercancías, una parte sustancial del 75% de la carga interior que se transporta hoy en día por carretera debería pasar al ferrocarril y a las vías navegables interiores. Esto será posible gracias al aumento de la capacidad, el fortalecimiento de la coordinación y la cooperación transfronterizas entre los administradores de la infraestructura ferroviaria, una mejor gestión general de la red ferroviaria y el despliegue de nuevas tecnologías, como el acoplamiento digital y la automatización.

Las cifras que se manejan en la Comisión Europea para el ferrocarril de mercancías son cualquier cosa menos modestas, de tal manera que el tráfico de mercancías por ferrocarril aumentará un 50% para 2030 y se duplicará para 2050, aseguran, para afirmar sin medias tintas que ya en 2030, «el transporte intermodal por ferrocarril y por vía navegable podrá competir en igualdad de condiciones con el transporte por carretera en la UE». Esta estrategia de movilidad a escala euorpea sienta las bases para que el sistema de transporte de la UE pueda conseguir su transformación ecológica y digital y sea más resiliente ante futuras crisis, aseguran sus promotores. Como se indica en el Pacto Verde Europeo, el resultado será, si se cumplen los planes fijados, una reducción del 90 % de las emisiones de aquí a 2050.

Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, tiene claro que «para alcanzar nuestros objetivos climáticos, las emisiones procedentes del sector del transporte deben seguir presentando una clara tendencia a la baja. La estrategia de hoy transformará la forma en que las personas y las mercancías se desplazan a través de Europa, y facilitará que se combinen distintos modos de transporte en un mismo viaje. Hemos fijado unos objetivos ambiciosos para todo el sistema de transporte a fin de que la recuperación de la crisis provocada por la Covid-19 sea sostenible, inteligente y resiliente».

Para 2050 todos los modos de transporte tienen que ser sostenibles y disponer de alternativas ecológicas que, junto con unos incentivos adecuados, deben dar como resultado esta transformación de la movilidad. Para ello, el planteamiento es que las emisiones de los medios de transporte deben ser cero, pero no plantea si el combustible utilizado para producir la electricidad o el hidrógeno que impulsará esos modos de transporte también va a ser cero emisiones o no. Es decir, penaliza a los vehículos, pero no a la producción del combustible alternativo.

Este planteamiento para algunos supone una distorsión que impedirá alcanzar los objetivos perseguidos, además de penalizar a algunos modos de transporte, como es el caso del transporte por carretera de viajeros o mercancías, ya que se ve una clara predisposición a trasvasar flujos de transporte, tanto de pasajeros como de mercancías, al ferrocarril (dice el texto que se habrá duplicado en 2050 el volumen de mercancías que se transportan en ferrocarril). Un modo de transporte que, a día de hoy, contamina más que la mayoría de los autobuses que circulan por la Unión Europea.

Los fabricantes de automóviles, furgonetas, autobuses y camiones dudan también de lograr estos objetivos en 2050 si solo se pone el foco en los vehículos y no en las inversiones, que, obligatoriamente, deben realizar los Gobiernos en infraestructuras de carga y repostaje de estos combustibles alternativos, para que resulte factible que los ciudadanos se planteen invertir y renovar sus flotas. Y para renovar las flotas, en un momento económico crítico como el actual, especialmente para las empresas de transporte de viajeros por carretera, deberían prevenirse incentivos o ayudas directamente, porque, si no, la tendencia será a prolongar la vida útil de la flota actual, que cuenta con una edad media ya elevada.

Entre otros objetivos que plantea la Comisión Europea en su Estrategia de Movilidad Sostenible encontramos: En 2030, 30 millones de automóviles de los que circulan en la Unión Europea serán de cero emisiones. Cien ciudades europeas serán neutras con el clima. El tráfico en ferrocarril de alta velocidad se habrá duplicado. Los viajes colectivos de pasajeros en trayectos superiores a 500 kilómetros deben ser neutros en emisiones de carbono. Se habrá hecho ya un despliegue a gran escala de la movilidad automatizada. Habrá disponibles buques cero emisiones para su comercialización a gran escala. En 2035 habrá aeronaves de gran tamaño cero emisiones para su comercialización.

En 2050 todos los vehículos serán cero emisiones (incluye furgonetas, autobuses y vehículos industriales). Se habrá duplicado el trafico ferroviario de mercancías. Habrá una Red Transeuropea de Transporte totalmente multimodal operativa que proporcionará conectividad a alta velocidad para un transporte inteligente y sostenible. Para alcanzar estos objetivos, la Comisión propone, entre otras medidas, la creación de tres millones de puestos de recarga públicos en 2030; hacer más ecológico el transporte de mercancías duplicando el tráfico ferroviario en 2050 y tarificar las emisiones de carbono de manera justa en todos los modos de transporte.