Didier Nordon es el autor de la curiosa teoría que voy a describir y que no es la primera vez que salta a las páginas de internet. Pero cada vez que la Nasa reemprende una misión espacial, me quedo con ganas de escribir el relato que se atribuye al columnista de la revista ‘Pour la Science’ que publica una columna mensual sobre curiosidades científicas. No quiero atribuirme el mérito de haber descubierto el texto, por lo que dejo constancia de que el escrito ha llegado hasta nosotros gracias, al parecer, a la traducción del granadino Manuel Talens.
Los dos depósitos auxiliares de combustible adosados al cohete principal que utiliza la Nasa se fabrican en Utah por la empresa Thiokol. Los ingenieros hubieran preferido dar mayor tamaño a los proyectiles, para aumentar la capacidad de los depósitos de combustible y así propiciar potencialmente un mayor alcance en el lanzamiento. Sin embargo, debieron conformarse con el tamaño actual puesto que deben transportarse en tren desde la fábrica hasta la base de lanzamiento. La línea férrea entre la fábrica y Cabo Cañaveral cruza las Montañas Rocosas a través de un túnel, que no permite el paso de depósitos de mayor tamaño. El gran condicionante, por tanto, para establecer el tamaño máximo de los cohetes.
La anchura de los túneles viene determinada por la anchura del tren y éste, a su vez, tiene relación directa con la separación de los raíles. La distancia estándar entre los raíles de la vía del tren en Estados Unidos es de 4 pies y 8,5 pulgadas (unos 1,4 metros). Puede parecer una medida extraña a ojos de la red española (1,668 metros), pero los ferrocarriles norteamericanos se construyeron igual que los británicos por ingenieros ingleses, que pensaron que era una buena idea ya que permitiría usar locomotoras de la madre patria.
Las medidas de 4 pies y 8,5 pulgadas eran precisamente las mismas que utilizaron quien construyeron los tranvías en Gran Bretaña y las primeras líneas del ferrocarril siguieron con la pauta establecida sin pararse a pensar en nada más. Pauta que también se había seguido anteriormente con los constructores de carros quienes se encargaron de construir los tranvías sin modificar tan siquiera las herramientas elegidas para los montajes.
Da la casualidad de que los caminos de toda Europa estaban marcados por las roderas de los carros y cualquier otra medida hubiese causado la rotura de los ejes de las carretas. Y esas rodadas quedaron así marcadas desde los tiempos de los romanos, de tal forma que se simplificaba el desplazamiento de las legiones cargadas con todos sus pertrechos.
Evidentemente los caballos tiraban del carro de guerra de los romanos . Los animales debían de galopar uno al lado del otro por lo que tenían que tener la suficiente separación para no molestarse. Con el fin de mejorar la estabilidad del carro, las ruedas no debían coincidir con las pisadas de los caballos y, al mismo tiempo, no debían estar demasiado separadas para no causar accidentes cuando dos carros se cruzaban en el camino.
En conclusión (según la teoría de Nordon) la separación entre los raíles del ferrocarril norteamericano (1,4 metros) viene determinado porque 2.000 años antes, en otro continente, los carros romanos se habían construido en función de las dimensiones del culo del caballo.
treneando 
Ésta es una de esas historias que si no es cierta, merecería serlo.
Qué gozada, Mikel. Me ha encantado esa idea de que los carros de los romanos acaban relacionados con el viaje al espacio. Es flipante…y bonito.
Hablando de medidas… no estaría de más poner en este blog a alguna » máquina humana» que esté como un tren, con vías curvas praxitelianas.
😉
Coincido con la primera respuesta, si no es una historia cierta merecería serlo porque es genial. Me encantan estas historia que demuestran que hasta lo más moderno tiene su raíz hace la pila de años en la lógica y la experimentación del ser humano.
Contundente. Imaginad qué hubiera ocurrido si la Agencia Espacial Vasca se ubicara en las proximidades de Leorza, Montaña Alavesa. Para traer esos depósitos de combustible -manufacturados en Uritiasolo por FUYDECO (Fuselajes y Depositos Cósmicos de Alava, SA)- hubieramos de haber rehabilitado la vieja vía del FC Oñate-Vitoria-Estella con su largos túneles como el de Laminoria. Tal vez no los romanos, pero sí unos de Bilbao solían transitar -in illo tempore- con su carro repleto de odres de vino. Como eran de Bilbao, llevaban de tiro unos soberbios bueyes de Abadino con unos culos bastante más hermosos que las monturas del centurión. Por ello, nuestros pequeños tuneles del FC Anglo Vasco Navarro serían capaces de acoger hoy en día el paso de los depositos de combustible de la Nasa, de la AEV y de la Soyuz 32.
¿Por qué no nos hacemos cargo de esos lanzamientos?… (Enhorabuena Mikel por la curiosa noticia).
Siento joder algo, pero no tiene nada que ver el ancho de la via de un ferrocarril con su galibo, puesto que en gran bretaña el ancho es el internacional como se ha llamado y los trenes parecen de juguete por los tuneles puentes etc, y en estados unidos con el mismo ancho llevan los contenedores apilados de dos en dos, en lo unico que afecta el ancho de via es en el trazado de las curvas y en la velocidad puesto que tiene mas estabilidad en via ancha, claro segun el estado de la via. un saludo
En Argentina usamos un dicho supuestamente italiano, que dice algo así (perdonene mi idioma): «Si non e vero, e ben trovatto». traducido como: «Si no es cierto, está bien contado». José
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A Joaquín se le ha escapado el dato de los túneles, causa primera del volumen de los depósitos 😉
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Esta bola ya corria en 1905
Aqui os dejo un enlace a Snopes
http://www.snopes.com/history/american/gauge.asp
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… y esto que he encontrado por ahí
http://www.grijalvo.com/A_Trevor_Hodge/Roman_roads_gauge.htm
Coincido con Juan Manuel, es una historia muy similar a otra que ya circuló hace varios años por la web.
Actualmente un SRB tiene un diametro de 152.4 pulgadas (tomado de wikipedia). El ancho de la via ferrea del cuento es de 56,5 pulgadas. Pues bueno muy capcioso y divertido el cuento y mas aun irreal.
Lamentablemente, los ingenieros españoles Subercase no se enteraron de lo del culo de los caballos europeos y para fijar el ancho de via de los ferrocarriles españoles debieron tomar el de los culos de los bueyes de Abadino y asi nos ha venido pasando desde 1848. Y otra curiosidad: el ancho de via del Metro de Madrid es de 1.445 mm., es decir, 10 mm. mayor que el internacional. ¿Por qué? Pues porque se copió del que tenían los tranvías madrileños de entonces. Y esto ¿por qué? Pues al parecer por un error tipográfico. Pues asi se escribe la historia ingenieril también.