Archivo mensual: noviembre 2020

Hombres y nombres que Foster eclipsó en Bilbao

¿Sabe usted quién es el autor del metro de Bilbao? Si lanzáramos al aire esta pregunta, una inmensa mayoría respondería, sin dudar, que Norman Foster es el padre de la criatura. Incluso en muchas publicaciones así se hace constar (incluidas algunos trabajos orientados a técnicos de la construcción), donde se sitúa al arquitecto británico como el principal responsable de que el Metro de Bilbao sea lo que hoy es. La figura de Foster, y su fama, se asocia indisolublemente a la de la infraestructura del transporte de la capital vizcaína. Así que ponernos a discutir, a estas alturas, sobre el origen de la paternidad es un ejercicio inútil y estéril. Esa idea se ha repetido machaconamente durante el último cuarto de siglo; cada vez que se hablaba de Foster y cuando se citaba la gran obra que cambió los hábitos de los bilbaínos. Sin embargo, ahora que se celebran 25 años de la puesta en marcha del servicio (11 de noviembre de 1995) resulta conveniente poner los puntos sobre las íes y devolver a la memoria colectiva los nombres de los ‘verdaderos’ artífices de este proyecto.

La misión de reconvertir Bilbao, y reorganizar el caos de su transporte público, se apunta ya en los trabajos del Gran Bilbao, una una mesa de discusiones donde se presenta una gran inquietud en plantear cosas nueva para Bilbao y los pueblos que la rodean (como dice una de las más conocidas bilbainadas) , donde el peso recae sobre el Ayuntamiento que trata de dirigir y orientar todos los planes urbanísticos. Este organismo, que desaparece con la democracia porque se considera una institución franquista, ‘resucita’ la idea de construir un metro para la conurbación de Bilbao (al que se apuntan todos los municipios), un planteamiento que nace en 1920 de la mano del ingeniero José Eugenio Ribera, que se apoya en su hijo y el arquitecto de burguesía Manuel María Smith. En 1971 se crea la Comisión de Comunicaciones de Bizkaia, que en 1974 publica el Estudio Coordinado de Transportes Urbanos Colectivos de Bilbao y su zona de influencia. Dos años más tardes nace el Consorcio de Transportes de Bizkaia, vital para el desarrollo del metropolitano bilbaíno. En 1977 se aprueba el primer Plan de Construcción de la Red del Ferrocarril del Metropolitano de Bilbao y un año más tarde se encarga la redacción del Estudio Complementario.

En 1981 se presenta el Informe de Síntesis del estudio Complementario, que da pie dos años al encargo del Estudio sobre el Transporte Público en el Bajo Nervión. En 1985, se encarga la redacción de un nuevo Plan de Construcción, que se aprueba en 1987. Ese mismo año se `produce el Acuerdo entre instituciones para la financiación de la primera fase y comienza la redacción de Proyectos de Construcción de la línea 1, Casco Viejo-Etxebarri, en un tronco común de diez kilómetros, desde la estación de San Inazio hasta la de Basauri, que se convertiría en el extremo Sureste de la red. La red finalmente propuesta, con forma de «Y», se dividiría en dos líneas que, partiendo de Santurtzi y Plentzia, recorrerían ambas márgenes de la ría hasta confluir en Bilbao. El ramal de la margen derecha se asentaría, con las oportunas rehabilitaciones, sobre más de 20 kilómetros de la antigua línea de cercanías de Euskotren, aprovechando su centralidad de servicio y discurriría en superficie, excepto en los centros de población de Erandio, Las Arenas y Algorta, en los que se soterrarían sus respectivas estaciones para eliminar el efecto barrera.

Quienes trabajan desde el principio en la proyección y construcción del metro, repiten incansablemente que el padre espiritual del proyecto es ciertamente un arquitecto, pero no Norman Foster, sino José Luis Burgos. Este participa activamente en los distintos trabajos que plantean la construcción del metropolitano, primero en el Gran Bilbao y luego desde la Consejería de Transportes del Gobierno vasco, a la que se incorpora como viceconsejero. Desde ahí impulsa muchos de los conceptos e idea que acaban por dar forma y diseño al metro bilbaíno. Burgos considera vital que las estaciones estén lo más próximo posible a la superficie, lo que optimiza la accesibilidad y reduce al máximo los tiempos finales de viaje. Además, se empeña en que éstas tengan un diseño atractivo, para lo cual se convoca un concurso internacional en el que participan algunos de los arquitectos y equipos más reputados del momento; Gregotti Associati, Architektengruppe U-Bahn, Fernando Olabarría, José Erbina, Santiago Calatrava, Javier Sainz de Oiza, Rufino Basañez y Foster Associates. Como es bien sabido, el jurado designado para dictaminar el resultado selecciona la propuesta realizada por este último equipo.

La empresa del arquitecto británico tiene un nivel de aportación muy superior al que se encuentra en la mayoría de los proyectos de metro, y da una identidad cohesiva y muy distintiva que ayuda a la imagen de futuro que Bilbao busca proyectar. Foster es quien da la imagen interna y externa del metropolitano de la capital vizcaína. En el interior, consigue revestir los túneles de las estaciones de paneles de hormigón curvados y con cara vista, lo que da una suavidad en completo contraste con lo que se podría esperar de tal material. El conjunto es limpio, simple, sorprendentemente relajante, y puede ser completamente intemporal, luciendo tan actualizado hoy como en 1995. Esta marca, que también incluye el distintivo logotipo de los segmentos de rueda/túnel enlazados del Metro, fue diseñada por Otl Aicher y desarrollada por Michael Weiss y Hans Brucklacher. Es tan conocido para los residentes de Bilbao como lo son para los londinenses los colores corporativos de Transport for London’s roundel y rojo/azul. En el exterior, los ‘Fosteritos’ son los únicos elementos del metro. Como en muchos otros, las taquillas están bajo tierra, así que los ‘Fosteritos’ están para llamar la atención sobre lo que hay debajo. Las marquesinas curvas están diseñadas para atraer la luz del día a las estaciones durante el día. Por la noche, iluminados desde abajo, insinúan la actividad que hay debajo y atraen a los pasajeros.

No cabe duda de que las estaciones constituyen la parte visible y pública para los clientes. Así que conviene citar a otro arquitecto, cuya idea original, acaba por dar carácter a la infraestructura de la capital vizcaína. Esteban Rodríguez Soto, empleado en Sener, esboza en 1988 y dibuja el distribuidor del metro, una plataforma superior, llamada mezzanina, en la cual se instalan los servicios al viajero, máquinas expendedoras de billetes y con escaleras, que funciona como repartidor de los viajeros hasta los andenes. Una idea para la que se necesita construir grandes cavernas que, a la postre, recoge Foster en su propuesta ganadora. La caverna es el “corazón” del sistema, lo que se traduce en la excavación de un gran volumen único. De esta forma, las estaciones subterráneas de Bilbao se componen de una gran galería basilical y colgada de ella dos mezzaninas o plataformas de distribución de los viajeros, resueltas en acero inoxidable resistente al fuego. Estas plataformas conectan con los andenes por medio de unas escaleras imperiales y por medio de un pasillo exento, con las escaleras mecánicas de entrada y salida. Los elementos de mantenimiento como ventilación, cables, conductos de agua, etc. se encuentran bajo los andenes.

Una de las realidades incuestionables de este país es el concepto que este tiene sobre el trabajo de los ingenieros. Mientras en Francia las actuaciones del gremio entran en la categoría de ‘obras de arte’, aquí pasan por ser ‘obras de fábrica’, con una connotación intencionada sobre esta última noción . Aunque pueda parecer baladí, esta concepción tiene repercusión sobre el reconocimiento social de sus obras que, salvo en el caso de los puentes, suelen permanecer más bien anónimas. Sobre la base de esta opinión, se construye la tesis que expongo en estas líneas que bien puede justificar que el inconmensurable cometido de otro trío de técnicos locales se mantenga prácticamente en el anonimato. Si tres arquitectos, con Foster, a la cabeza resultan vitales para el metro bilbaíno, tres ingenieros lo son también.

Uno de ellos es Agustín Presmanes, responsable de la dirección y gestión de la construcción y equipamiento, así como la inspección y control técnico de las obras e instalaciones de una infraestructura fundamental para la ciudad y de una complejidad técnica sin precedentes. Primero en Sener, luego en la viceconsejería de Transportes con Burgos y posteriormente en Ingeniería del Metro de Bilbao Sociedad Anónima (Imebisa), es el nucleador del proyecto. Desde este organismo revisa cada folio y cada plano de la ingente documentación generada en torno al proceso de construcción. Imebisa no abre los túneles, pero pone la cabeza. La sociedad pública nace el 4 de agosto de 1988 con el objetivo de dirigir un proyecto rodeado en un nebulosa de dudas sobre su futuro y su financiación. En el verano de aquel año, las obras aún no habían echado a andar, aunque faltaba poco, ya que en noviembre comenzaron los trabajos de soterramiento de la estación de Erandio. La sociedad dependiente del Gobierno vasco controla, coordina y garantiza el trabajo de más de 200 ingenieros de distintas empresas concesionarias de las obras; Presmanes es el cerebro de un proceso complejo que ha permitido estrenar en Bilbao técnicas de construcción desconocidas en España.

Mérito suyo es, además, la incorporación de José Ramón Madinabeitia, otro de los ingenieros a destacar, quien resuelve uno de los problemas más complejos: el cruce de la ría (no una sino dos veces, en El Arenal y Olabeaga), con su lecho arenoso batido por las mareas. Para ello adopta como solución la construcción fuera del agua de ‘cajones sumergidos’ , técnica que consiste en prefabricar los túneles, ponerlos a flote, trasladarlos a remolque sobre el agua, situarlos en el lugar adecuado y hundirlos de forma controlada. Es la primera vez que una operación de este tipo se hace en España. El tándem Presmanes-Madinaveitia es el principal elemento tractor de la obra. Madinabeitia asume el liderazgo técnico completo de las obras más complejas, desde las excavaciones de las cavernas del tramo central, las dos obras de subfluviales, y las actuaciones en la zona de Las Arenas.En 2002, reciben la Medalla al Mérito Profesional de los Ingenieros de Caminos.

Completa este trío de técnicos Juan Ramón Areitio, con una dilatada experiencia en el mundo ferroviario, impulsor de la modernización de los servicios, estaciones y material móvil de Ferrocarriles y Transportes Suburbanos y de la puesta en marcha de EuskoTren hasta su nombramiento como asesor del consejero de Transportes (1988). Su papel resulta fundamental en el diseño de Y vasca ferroviaria y en el metro bilbaíno. Actúa además como el ‘Pepito Grillo’ de la ingente obra que supone la infraestructura bilbaína, la obra más importante y compleja del siglo XX que se ha desarrollado en Bizkaia. Cuando todo parecía dispuesto para funcionar con las UT-200, el Consorcio de Transportes de Bizkaia compra a CAF nuevos trenes UT-500 para dar servicio en el nuevo metro. Las nuevas unidades que iban a circular pasan de un ancho de 2,45 metros a 2,80 metros, por, lo que obliga a modificar y remodelar gálibos, altura, señalizaciones y comunicaciones en el trazado entre Elorrieta y Plentzia (cerca de 22 kilómetros). Construir un metro en una ciudad consolidada es una obra difícil y titánica. De ahí que sea conveniente y necesario reconocer púbicamente el trabajo de este grupo de técnicos ‘locales’ que contribuyeron a definir la idea, donde se conjuntan ingeniería y arquitectura.

«El Metro de Bilbao ha sido un proyecto complejo que ha necesitado el concurso de expertos en el planteamiento del transporte, de ingenieros ferroviarios, de urbanistas, de geotécnicos, de ingenieros de estructura y arquitectos. Así mismo se han conjugado disciplinas muy diversas acerca de la ordenación territorial, equipos mecánicos, eléctricos, protección ambiental o informática. El Metro de Bilbao es un ejemplo de una obra de carácter multidisciplinar, es decir integrador de las actividades y la manera de ser de cada grupo profesional», describe la empresa Sener cuando se inaugura esta magna obra.

En 1920 Bilbao se plantea construir el metro

«También la capital de Vizcaya trata de tener un ferrocarril Metropolitano, como lo tiene Madrid, debido éste al capital bilbaíno, y como se proyecta en Barcelona, según recientes noticias. El primer paso ha sido dado por el Banco Español de Crédito, que al efecto, y según anuncios de la Dirección General de Obras Públicas, solicita la concesión del ferrocarril subterráneo en Bilbao, formado por dos líneas diferentes, pero empalmadas en sus extremos». La Gaceta de los Caminos de Hierro se hace eco en abril de 1920 del proyecto que el «afamado» ingeniero José Eugenio Ribera presenta al Ayuntamiento de la capital vizcaína que cuenta con la colaboración del reconocido arquitecto Manuel María Smith. «Parece que hay el propósito, tan pronto como sea firme la concesión, de dar gran impulso a las obras y de no emplear en ellas más que material bilbaíno».

Ribera plantea la construcción de un metro de seis kilómetros de longitud que consta de dos líneas diferentes, pero empalmadas en sus extremos.La primera parte de la estación de Atxuri, sede de los Ferrocarriles Vascongados, cruza todo el antiguo Bilbao, empalma con el ferrocarril de las Arenas, entra en el Arenal y cruza la ría a veinte metros de profundidad paralelo al puente de Isabel II, para seguir por la Gran Vía hasta la Misericordia y torcer luego a la izquierda, para terminar en La Casilla. La segunda línea parte de este último punto y cruza todo el Bilbao de la orilla izquierda del Nervión, para salir en alto frente a la estación de Atxuri y cruzar la ría por un superpuente muy parecido al del Point du Four, de París. Además consigue la financiación necesaria para hacer frente a este ambicioso plan avalado por el Banco Español de Crédito desde su inicio.

Este ingeniero nacido en París es el primer contratista general de obras públicas en el sentido actual del término, y el introductor en España de la tipología de puentes-viga de hormigón armado. Comienza su carrera profesional en el Cuerpo de Caminos, Canales y Puertos, pero en 1899 funda, junto a los hermanos Manuel y Luis Gomendio la empresa J. Eugenio Ribera y Compañía con la que desarrollaría la construcción en hormigón. Esta primera empresa se trnasforma en 1915 pasando a denominarse Compañía de Construcciones Hidráulicas y Civiles (Hidrocivil). El impulso que Ribera le da a la construcción en hormigón armado tiene como consecuencia la construcción de varias fábricas de cemento en España: fábrica de cemento Portland Tudela-Veguín, fábrica de Quinto (Zaragoza) Añorga-Txiki (1900), en Guipúzcoa, fábrica de la Pobla de Lillet, en Castellar d’En Huch (Barcelona, 1901) y la de Olazagutia (Navarra). Entre las obras más importantes, destacan el puente de María Cristina en San Sebastián (1903), puente de Valencia de Don Juan en León (1906), puente sobre el Ebro en Amposta en Tarragona (1909), puente de Requejo en Zamora (1914), puente se San Telmo en Sevilla (1920), el dique de carena en Cádiz (1927) y la construcción del ferrocarril de Tánger a Fez.

Para la realización del metropolitano bilbaíno se apoya en su hijo, también ingeniero, y en el arquitecto Manuel María Smith, uno de los técnicos predilectos para la burguesía vasca, considerado como el máximo introductor y representante del estilo inglés en el País Vasco, en especial de las variaciones del estilo Old English y del Reina Ana. José Eugenio Ribera fue además profesor en la Escuela de Caminos de Madrid, autor de varios libros sobre su especialidad y de numerosos artículos en las revistas técnicas de la época, en especial la Revista de Obras Públicas, conferenciante en varios congresos internacionales, tanto en Europa como en América, y viajero empedernido.

Las publicaciones más importantes revisan el proyecto de Ribera, no en vano este presenta su plan un año después de que haga su exitosa entrada en el metro de Madrid (1919) y cuando se discute en Barcelona el sentido que se quiere dar a la obra. «Una de las ventajas del proyecto consiste en que teniendo vía de un metro quedan empalmadas con él todas las estaciones de los distintos ferrocarriles de Bilbao, que de esta suerte podrán establecer servicios combinados tanto de pasajeros como de mercancías», comenta ‘La Industria Nacional’. La capital vizcaína tiene en ese momento seis estaciones cabeceras de otras tantas compañías ferroviarias, que ayudó a marcar el crecimiento de la ciudad y que ocuparon grandes y destacados espacios urbanos. Tres de estas terminales se sitúan en el Casco Viejo (Atxuri, Calzadas y la Aduna) y otras tres en el Ensanche (Norte-Abando, La Naja y La Concordia).

El plan de Ribera no responde simplemente a un esbozo, como inicialmente pudiera parecer. Muy al contrario, presenta un estudio pormenorizado de todos los aspectos concernientes a la construcción y presenta en los organismos correspondientes una memoria explicativa, estudios técnicos, presupuesto de obras y material móvil, tarifas, etc. «Es decir, un proyeto completo a falta únicamente de las prospecciones sobre el terreno, necesarias para terminar de definir algunos aspectos y decidir las soluciones más adecuadas entre las previstas», señalan los autores del libro «El Bilbao que pudo ser», donde se describe con todo lujo de detalles el proyecto de este metropolitano de 1920.

Los ingenieros optan por coches metálicos eléctricos, ancho de un metro, doble vía y un esquema intermedio entre lo radial y lo periférico, dividido en dos líneas: de Atxuri a La Casilla, que cruza la ría por las inmediaciones del puente de Isabel II; y desde La Casilla por Autonomía y San Francisco, para volver a salvar el Nervión por el puente de San Antón y enlazar con la primera en Atxuri. Se prevén once estaciones para la primera línea: Atxuri, Instituto, Arenal, Plaza Circular, Diputación, Plaza Elíptica, Parque, San Mamés, Alameada, Basurto y La Casilla. La línea de regreso tiene siete: La Casilla, Echaniz, Amézola, plaza de Zabálburu, San Francisco, Miravilla y Bilbao la Vieja; termina el trayecto en la plaza de los Santos Juanes, frente a la estación de Atxuri, que es de donde parte la primera línea.

Los accesos se realizan por escaleras y los andenes se comunican por medio de una ‘pasedara’ de hormigón armado que atraviesa la bóveda del túnel. La mayor complejididad se plantea al cruzar la ría. «Por ahora, proyectamos no construir más que un túnel de simple vía debajo del río, por lo que el trayecto comprendido entre las estaciones del Arenal y de la Plaza Circular será en gran parte de vía única». … «aunque tendríamos que estudiar si no sería más práctico el pasar el río por vía aérea, ya que las condiciones topográficas del terreno lo permiten». Curiosamente, seis décadas más tarde, cuando se plantea el metro bilbaíno, se construye un cajón subfluvial para salvar la ría en la misma zona que Ribera había elegido para su proyecto inicial.

Gran conocedor de los metropolitanos europeos, Ribera propone una pendiente máxima de 40 milésimas «que es la empleada corrientemente en los ferrocarriles de esta índole, en París y en Madrid», y para las secciones de galería también se fijan en estos últimos aunque «reducieéndola a lo indispensable para permitir el paso de nuestros trenes y de los vagones de los ferrocarriles de vía estrecha». Los coches serían enteramente metálicos y de un tipo análogo a los del Nord-Sud y Metropolitano de París y Madrid, con tres anchas puertas correderas a cada lado «que se abrirán y cerrarán automáticamente» y dispondrá de un coche motor y un remolque «pero si la necesidad lo requiere se podrán formar trenes de cuatro unidades como máxino».

Aunque el plan obtiene en 1925 el beneplácito del Ministerio de Fomento para construir la línea 1, el Banco Español de Crédito considera que «se alteran de modo tan fundamental la forma y cálculo del proyecto que se hace económicamente imposible» y en 1926 renuncia a la concesión, por lo que Bilbao se queda sin el metropolitano en fecha tan temprana. Debe esperar a 1995 para que se haga realidad el sueño de Ribera.

(Fuente. «El Bilbao que pudo ser. Proyectos para una ciudad 1800-1940». Editado por la Diputación Foral de Bizkaia)

FGC pondrá coches de silencio por la Covid-19

Todos los trenes de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) tendrán un coche de silencio, a partir de este lunes, según confirma el conseller de Territori, Damià Calvet, en una entrevista a Rac 1. No obstante, el conseller admite que será solo una recomendación y que no se podrá obligar a que los pasajeros guarden silencio absoluto. Renfe implantó este servicio en el Ave en 2014 y el metro de Barcelona también implementa esta medida, siguiendo las recomendaciones sanitarias.

“Señalizaremos los vagones (sic) de ferrocarriles para que se entienda que los usuarios deben estar en silencio y, por tanto, crearemos todavía más medidas de seguridad y confort en el transporte público”, asegura Calvet. El metro y los buses de TMB, por su parte, ya han estrenado los avisos que recomiendan no hablar en el transporte público para evitar contagios de coronavirus. Aún y así, explica, “la de los autobuses es una situación diferente. En los ferrocarriles podremos dedicar unos vagones con la recomendación de estar en silencio, pero en los buses es un vagón único, y, por lo tanto, lo que haremos será recomendar que no se hable”.

La idea, añade, es que sea un coche por tren, pero el conseller insiste que “si hiciera falta, podríamos plantear dos vehículos por tren”. Una iniciativa que llega después de que recientemente tanto los científicos como las administraciones hicieran un llamamiento a los usuarios a mantener la boca cerrada mientras viajan. El riesgo de emisión de aerosoles en el metro puede ser hasta 50 veces mayor cuando, por ejemplo, alguien mantiene una conversación telefónica, según investigaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «Sería ideal que en el metro indicaran silencio siempre», dice la investigadora del CSIC María Cruz Minguillón, especialista en aerosoles. Una medida, ha dicho, que debería complementarse con un buen ajuste de la mascarilla al rostro.

Minguillón reconocia recientemente en una entrevista en RAC1que el metro es uno de los transportes en los que mayor posibilidad de existencia de aerosoles hay, ya que en el autobús el aire se renueva en cada parada. Sin embargo, en el metro no hay ningún sistema de ventilación, y el aire podría contaminarse con facilidad. La científica matizaba, sin embargo, que hay un elemento fundamental que participa en la reducción de contagios en el metro: el poco tiempo de exposición al que se someten sus usuarios. «En el transporte público interurbano nos juega a favor el tiempo de exposición. En el metro de Barcelona el tiempo medio es de 15-20 minutos«, ha explicado. Un hecho que dificultaría el contagio.

Sobre la demanda del transporte público, Calvet ha explicado que “es baja. Estamos alrededor del 50-60% en los días laborables y hasta el 70-80% los fines de semana. Pese a eso, mantenemos toda la oferta para garantizar una ocupación muy razonable”. Respecto a este tema y a lo que a la hora punta conlleva, el conseller explica que “ya no podemos poner más trenes y autobuses en servicio. Tenemos el 100% de la oferta sirviendo a la población. Lo que tenemos que hacer es allanar la hora punta, que no todos entremos en el trabajo entre las ocho y las nueve”.

El coche en silencio es un servicio que Renfe implementó desde al año 2014, con la finalidad de ofrecer una opción a todos aquellos usuarios que buscan viajar en un ambiente de calma y silencio. Durante los viajes en estos coches (que en la actualidad son al menos 1 de cada 7), se tiene la garantía de viajar en total relajación, pues se exige que los pasajeros silencien sus móviles, utilicen auriculares para disfrutar de contenido en vídeo o en audio y que mantengan sólo conversaciones breves en voz baja. Ahora con la Covid-19, los especialistas recomiendan que es preciso evitar las conversaciones en el transporte público para eliminar potenciales riesgos de contagios por la dispersión de los aerosoles

Bombardier entrega el coche 800 a Delhi

Bombardier Transportation ha completado la entrega del coche de metro número 800 a la Delhi Metro Rail Corporation Ltd (DMRC) de India. Los nuevos vehículos Movia de alta capacidad para el metro de Delhi integran algunas de las tecnologías de movilidad más avanzadas del mundo, como el sistema de propulsión y Bombardier Mitrac y los bogies Bombardier Flexx Metro 3000. Además, cuentan con capacidad para transportar, en configuraciones de trenes de ocho coches, hasta 2.960 pasajeros por tren en tres de las líneas de metro más concurridas de Delhi.

Este proyecto refuerza el papel de Bombardier como compañía referente en sistemas para metro, demostrando contar con la tecnología y los productos necesarios para adaptarse a las características específicas de las redes suburbanas de cualquier ciudad, como puede apreciarse en varios de los proyectos desarrollados desde el Centro de excelencia de sistemas de señalización de San Sebastián de los Reyes, desde donde se procedió a la instalación del sistema de protección y control de trenes Bombardier Citylo 650 (CBTC) en las líneas 1 y 6 de Metro de Madrid, así como en varias líneas de metro de Turquía y en la Línea 5 del metro de São Paulo. Para España Bombardier también ha suministrado su sistema de señalización Cityflo 350 a los metros de Bilbao, Barcelona y Sevilla.

Bombardier es uno de los mayores proveedores de material rodante del metro de Delhi y su sistema CBTC, Bombardier Cityflo, se extiende a lo largo de más de 140 kilómetros repartidos en las líneas 5, 6, 7 y 9, lo que convierte a la compañía canadiense en el mayor proveedor de sistemas de señalización. Metro de Delhi y Bombardier han estado apoyando los ambiciosos planes de expansión de la Región de la Capital Nacional de Delhi desde 2007 y los nuevos metros han dado un enorme impulso a la capacidad de la red de metro de Delhi. El coche de metro número 800 salió de la fábrica de vehículos ferroviarios de última generación de Bombardier en Savli, cerca de Vadodara (India), y ahora se someterá a rigurosos procesos de prueba y puesta en marcha antes de iniciar el servicio de pasajeros.

«Delhi Metro se complace en haber recibido el coche de metro número 800 de fabricación nacional de Bombardier para su red. Los coches de metro de Bombardier, que funcionan en las líneas 2, 3 y 4, se suman a la extensa red de metro de DMRC que ha beneficiado a los pasajeros y a la sociedad en términos de comodidad y sostenibilidad ambiental. La amplia red del metro de Delhi es un ejemplo clásico de la India autosuficiente con un contenido y una fabricación local significativamente altos, que cumple el programa «Make in India» del Honorable Primer Ministro», explica S. S. Joshi, Director de Material Rodante y Señalización del DMRC. «Apreciamos el tremendo esfuerzo de nuestro equipo indio para entregar 800 vehículos de metro al Metro de Delhi. Valoramos enormemente la confianza y el apoyo recibido de Delhi Metro en este viaje de 13 años. Este logro de la entrega del coche número 800 pone de relieve la gran escala y magnitud de las operaciones de Delhi Metro y estamos muy orgullosos de ser el socio a largo plazo de Delhi Metro», dice Rajeev Joisar, Director Gerente para la India de Bombardier Transportation. Añadió: «Estos trenes de fabricación local y 100% eficientes desde el punto de vista energético han estado moviendo 1,5 millones de personas en Delhi de forma segura cada día y los 16 coches restantes del último pedido (RS16) serán entregados al Metro de Delhi a finales de este año».

Los nuevos vehículos modernos de alta capacidad del metro Movia para Delhi integran algunas de las tecnologías de movilidad más avanzadas del mundo, como el sistema de propulsión y control, un diseño extremadamente robusto y fiable adaptado específicamente a la infraestructura de Delhi. Los nuevos vehículos acomodan hasta 740 pasajeros más y una vez configurados en trenes de ocho coches, transportan hasta 2.960 pasajeros por tren en tres de las líneas de metro más concurridas de Delhi.

Con alrededor de 1.500 empleados, Bombardier Transportation en la India opera una planta de fabricación de vehículos ferroviarios y un salón de montaje de bogies en Savli, cerca de Vadodara, Gujarat. A ello se suman una instalación de fabricación de sistemas de propulsión en Maneja, cerca de Vadodara, un centro de soluciones de control ferroviario para la entrega de proyectos y la ingeniería de productos y un centro de servicios de información de la India cerca de Gurugram, Delhi NCR y un centro de ingeniería en Hyderabad. Bombardier ayuda a desplazar diariamente a unos cinco millones de personas en las ciudades de Mumbai, Delhi y Calcuta y sus sistemas de propulsión equipan locomotoras que recorren diariamente unos 300.000 kilómetros de vías en la red de los Ferrocarriles de la India.

Bombardier cerrará su venta a Alstom en 2021

Bombardier ha anunciado sus resultados económicos para el tercer trimestre de 2020. Los ingresos, que ascienden a 3.500 millones de dólares (2.965,77 millones de euros), reflejan la recuperación gradual de las operaciones en las divisiones de Aviación y Transporte a partir de las interrupciones provocadas a causa de la Covid-19 en la primera mitad de 2020. En lo que respecta a Bombardier Transportation, los ingresos del trimestre ascendieron a 2.100 millones de dólares (1.779,32 millones de euros), excluyendo el impacto de tipo de cambio comparado con el del trimestre correspondiente del año anterior, a medida que las operaciones se recuperan gradualmente de las interrupciones en toda Europa y América durante la primera mitad de 2020 debido a la pandemia.

Las perspectivas para la división ferroviaria siguen siendo positivas, dada la solidez de su cartera de pedidos, valorada en 34.100 millones de dólares (28.892,83 millones de euros) al final del trimestre. La entrada de nuevos pedidos, valorada en 1.500 millones de dólares para el trimestre, es reflejo de la adjudicación de proyectos de envergadura en todas las regiones, entre las que destacan España, India y los EE.UU. Con varias adjudicaciones de contratos que se han retrasado a nivel mundial en los últimos seis meses debido a la Covid-19, la división ferroviaria de la compañía canadiense espera una fuerte recuperación de los pedidos en los últimos meses de 2020.

«En el tercer trimestre, hicimos sólidos progresos en cada una de estas prioridades. Conseguimos que se añadieran más liquidez con una nueva línea de crédito garantizado superior de mil millones de dólares, mantuvimos nuestras desinversiones en marcha como planificado, y con las entregas aumentando en todos los negocios, seguimos apuntando a un flujo de efectivo libre con punto de equilibrio para la segunda mitad del año, suponiendo que las operaciones no se vean interrumpidas por la pandemia», asegura Éric Martel, presidente y director general de Bombardier Inc.

Con el acuerdo definitivo de compraventa firmado en septiembre, y la aprobación de los accionistas de Alstom la semana pasada, Bombardier cree que está en un camino sólido para cerrar la venta de Bombardier Transportation en el primer trimestre de 2021. La compañía canadiense espera que el producto neto en efectivo de aproximadamente 4.000 millones de dólares se destine al pago de la deuda. «Estamos muy entusiasmados con nuestro futuro como compañía de jets de negocios, con nuestras oportunidades de hacer crecer el y para aprovechar nuestra cartera de productos líderes en la industria», añade Martel. «Esperamos con interés compartiendo los detalles de nuestros planes en un futuro próximo, mientras finalizamos nuestra estrategia de gestión de la deuda y las iniciativas de reducción de costos para asegurar nuestra rentabilidad en el mercado actual y un fuerte crecimiento una vez que la pandemia…se desplome.»

Con más de 52.000 empleados entre sus dos áreas de negocio, Bombardier es un líder global en la industria del transporte, fabricando innovadores aviones y trenes. Sus productos y servicios ofrecen experiencias de transporte de clase mundial que establecen nuevos estándares en cuanto a la comodidad de los pasajeros, la eficiencia energética, la fiabilidad y la seguridad. Bombardier tiene su sede central en Montreal, Canadá, y cuenta con centros de producción e ingeniería en 25 países, para los mercados de aviación y transporte ferroviario. Sus acciones cotizan en la Bolsa de Toronto (BBD). En el año fiscal que terminó el 31 de diciembre de 2019, Bombardier registró ingresos de 15.800 millones de dólares estadounidenses (13.383,55 millones de euros).

Renfe invertirá 857 millones en 2021

Renfe invertirá 857 millones de euros en 2021, lo que supone un incremento del 116,4% respecto al presente ejercicio, según explica el presidente de la compañía, Isaías Táboas, en su comparecencia en la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Congreso de los Diputados. Táboas, que ha presentado los presupuestos del Grupo Renfe para el próximo año, ha destacado que más de las tres cuartas partes de esta inversión (660 millones de euros), se destinarán a material rodante. De esa cantidad, 300 millones de euros serán para nuevas compras de material, y más de 300 millones para mejoras de la flota ya existente.

El presidente de Renfe ha detallado las cuestiones más relevantes de los presupuestos del Grupo, que se enmarcan en los objetivos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para 2021, particularmente identificados con el impulso de la recuperación económica y la reorientación de la política de movilidad, para hacerla más inclusiva, sostenible y digital. Isaías Táboas ha explicado que, como ocurre en el conjunto de las cuentas públicas, los presupuestos para el próximo ejercicio están afectados por la pandemia a la Covid-19. Tras el estado de alarma y el confinamiento que tuvo lugar el pasado mes de marzo, la demanda cayó hasta un 95%. A este respecto, el número de viajeros de servicios comerciales se recuperó a lo largo de los meses de junio y julio, hasta alcanzar un máximo que suponía el 40% de la demanda registrada en el mismo periodo de 2019. Actualmente, con la segunda ola de la pandemia que ha originado restricciones a la movilidad prácticamente en todo el territorio nacional, la demanda en servicios comerciales representa alrededor de una cuarta parte de la que había el pasado año.

Según ha señalado el presidente de Renfe, hay un gran nivel de incertidumbre ante las dudas sobre la evolución de la pandemia, lo que está afectando a los hábitos de movilidad de los usuarios. “Por esta razón, estamos actualizando de forma permanente el Plan Estratégico que elaboramos tras mi incorporación al Grupo Renfe, para adaptarlo a los cambios que se van produciendo; con lo cual, estamos también generando una capacidad de resiliencia para articular respuestas ante una realidad cambiante y un escenario incierto”, ha añadido.

Precisamente para impulsar el desarrollo del Plan Estratégico, y en línea con los propios objetivos del Ministerio, Renfe va a llevar a cabo en 2021 un plan de inversiones en activos reales que alcanzará los 857 millones de euros. “Se trata de importantísimo esfuerzo que va a más que duplicar la cifra recogida en los últimos presupuestos aprobados”, ha subrayado Táboas. Más de las tres cuartas partes de esta inversión, 660 millones de euros (un 77,1%) se destinan al material rodante. Dentro de esta partida, se incluyen 300 millones destinados a renovar la flota, de los que la mitad corresponden a las adjudicaciones de las licitaciones de material de Cercanías que ya están en marcha. De ellas, ya se ha adjudicado el contrato de los denominados trenes de ancho métrico y alpinos, y está previsto que el resto de licitaciones se adjudiquen antes de que finalice el primer semestre de 2021. Asimismo, más de 300 millones de euros de la inversión presupuestada para el próximo año se destinarán a mejoras de la flota ya existente: mejoras de accesibilidad, grandes reparaciones incluidas en los planes de mantenimiento de los trenes, o mejoras en el ámbito de la seguridad en la circulación, entre otras.

El presidente de Renfe ha resaltado, por su importancia, el proyecto para la implantación de controles de acceso inteligentes, dotado con 13,2 millones de euros, cuya financiación se prevé que corra a cargo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea. Este proyecto va a aportar soluciones innovadoras para la gestión de grandes flujos de personas en las estaciones de Cercanías, por un lado facilitando el tránsito por las mismas y minimizando el tiempo dedicado al acceso por los puntos de control o la obtención del billete; y, por otro lado, aplicando nuevas tecnologías que permitirán detectar aglomeraciones por encima de los estándares admitidos y tomar decisiones en tiempo real para reconducir los flujos de viajeros, incluso modificando la planificación de la frecuencia del paso de trenes.

Igualmente, ha hecho hincapié en el desarrollo de la plataforma integral de movilidad “Renfe as a service (RaaS)”, una herramienta digital que va a ofrecer una solución integral de movilidad a todos los ciudadanos, permitiendo planificar viajes punto a punto y reservar todos los servicios necesarios. La previsión es que esta nueva plataforma pueda entrar en funcionamiento a finales de 2021, y que aporte unos ingresos adicionales de 100 millones de euros en los cuatro años siguientes.

Además, Táboas ha recordado el proyecto de Centros de Competencias Digitales por el que Renfe detecta aquellas actividades factorizables vinculadas a servicios digitales, que pueden desplazarse desde las grandes ciudades a zonas en riesgo de despoblación y con baja demografía, en las que la compañía dispone de inmuebles con poco o sin ningún uso. Este proyecto ha comenzado con los dos Centros de Competencias Digitales que se ubicarán en Teruel y en Alcázar de San Juan, que fueron presentados recientemente.

Respecto al presupuesto de explotación para 2021, el presidente de Renfe ha insistido en que se encuentra condicionado de manera muy significativa por la pandemia. “Nuestras previsiones respecto al principal motor de la actividad de Renfe, que es el transporte de viajeros de servicios comerciales, son que, en el mejor escenario, a finales de 2022 podríamos situarnos en niveles de demanda similares a los de 2015”, ha indicado. Además, el próximo año se va a producir un hito sin precedentes en el ámbito ferroviario, como es la liberalización del transporte interior de viajeros, que situará en la primavera de 2021 a un nuevo competidor (SNCF), prestando servicios de transporte en los principales ejes de alta velocidad. “En cualquier caso, nuestra expectativa para 2021, coincidente con las del Gobierno, es que se inicie la recuperación de la demanda”, ha resaltado Táboas.

La previsión de ingresos totales de Renfe para 20121 se sitúa en 3.807 millones de euros, lo que supone un incremento del 19,6% respecto a la previsión de cierre de 2020. De este volumen de ingresos, 2.053 millones de euros corresponden al importe neto de la cifra de negocios del Grupo, constituido básicamente por la venta de títulos de transporte de viajeros y mercancías. La siguiente partida de ingresos por orden de magnitud corresponde a la compensación por la prestación de Obligaciones de Servicio Público en el transporte de viajeros, tanto de la Administración General del Estado como de la Generalitat de Cataluña, que se prevé que alcance los 1.356 millones de euros.

En lo que se refiere a los gastos de explotación del Grupo, los gastos de personal ascienden a 1.009 millones de euros, considerando un número medio de empleados de 15.776, que son 500 personas por encima de los del cierre previsto de 2020. Asimismo, el gasto por cánones ferroviarios asciende a 1.140 millones de euros en 2021, y el gasto previsto en energía se sitúa en 224 millones. Fruto de esta evolución de los ingresos y gastos, la previsión para 2021 es alcanzar un EBITDA positivo de 287 millones de euros, como consecuencia del resultado de explotación (-98 millones de euros) y las amortizaciones del inmovilizado (385 millones de euros). En cuanto al resultado financiero, el importe previsto para 2021 se sitúa en un importe de -52 millones de euros, 5 millones por encima del cierre de 2020, y coherente con la solicitud de incremento de endeudamiento de 780 millones de euros incluida en los presentes presupuestos.

La incorporación de las amortizaciones (385 millones de euros) y del resultado financiero (-52 millones de gastos financieros más 8 millones de participaciones en beneficios de sociedades puestas en equivalencia) a la citada previsión de EBITDA, sitúa el resultado antes de impuestos para 2021, en -142 millones de euros. “De esta forma, a pesar de que en 2021 vamos a continuar sufriendo el impacto de la pandemia y sus consecuencias económicas, este ejercicio presentará ya una mejora de más del 30% sobre la previsión de cierre de 2020. Y puedo anunciarles que nuestra previsión es volver a la senda de resultados positivos para el Grupo Renfe en 2022, si la consolidación de la recuperación se desarrolla como se prevé”, concluyó Táboas.

Impulso para la reapertura de la Línea del Directo

La Plataforma por el ferrocarril Madrid-Burgos ha mantenido una reunión con el presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Ricardo Barkala, con el propósito de unir voluntades y esfuerzos para recuperar la Línea del Directo (Madrid-Aranda de Duero-Burgos) que ahorraría 110 kilómetros a los trenes actuales, con un coste logístico de dos millones de euros anuales. El anterior presidente, Asier Atutxa, también se había comprometido con la reapertura de la infraestructura, que mantiene una parte abierta y con bastante circulación, entre Aranda de Duero (Prado Marina) y el puerto de Bilbao.

En la reunión se trató la situación actual en cuanto a número de circulaciones, ahorros kilométricos y viabilidad socioeconómica y se abordó la creación del grupo de trabajo de los distintos entes empresariales, logísticos, locales y sociales, así como las propuestas y opciones a considerar para costear el proyecto. Además, se pidió la colaboración y participación de la Autoridad Portuaria en el mismo y se le informó de los contactos previos de la Plataforma con los Servicios Intermodales del Puerto de Bilbao, la viceconsejería de Infraestructuras y Transportes del Gobierno vasco y el grupo parlamentario vasco del Congreso.

Ricardo Barkala aceptó pertenecer al grupo de trabajo ya que entiende que es una infraestructura necesaria para todos suponiendo un tránsito de 463.000 toneladas de mercancías tan solo en el corredor Bizkaia-Madrid. Ambas partes se muestran sorprendidas por el escaso apoyo al Corredor Atlántico por parte del Gobierno central que, una vez más, has pospuesto la entrada en funcionamiento de la Alta Velocidad en ancho europeo otros tres años más.

Desde su puesta en servicio, en 1968, la línea del Directo fue una conexión muy útil y eficaz hasta comienzos de la década de 1990, cuando llegó su declive con el descarrilamiento de un Talgo y su muerte un año después, por un desprendimiento en el túnel de Somosierra. En 2018, el entonces Ministerio de Fomento ordenó tapiar los accesos al túnel: la lápida que sella la tumba. La línea, de 280 kilómetros de longitud, quedó dividida en dos mitades, cortando la comunicación directa entre Madrid y Burgos por ferrocarril. Y Renfe nunca más volvió a pedir permisos para que circularan sus trenes. Ahora solo se utilizan 25 kilómetros para transporte de pasajeros, los que corresponden a Cercanías desde Madrid hasta Colmenar Viejo. Otros 96 kilómetros, que conectan Aranda con la Nueva Variante Ferroviaria de Burgos, sirven para transporte de mercancías. El resto, 159 kilómetros de vía desde Colmenar Viejo hasta Aranda de Duero, está operativo sobre el papel, pero abandonado en la práctica.

La línea se ha intentado resucitar en varias ocasiones y son muchas las voces que se han unido para recuperar el trazado. Hace dos años, los puertos de Algeciras, Bilbao y Pasaia, 16 Cámaras de Comercio -Andalucía, Castilla La Mancha, Madrid, Castilla y León, País Vasco, La Rioja y Navarra-, y diferentes organizaciones empresariales, se unieron para reclamar la puesta en servicio de la infraestructura que daría servicio al Corredor Central. En enero de este año La Plataforma por el ferrocarril Madrid-Aranda-Burgos, la asociación que lucha por la reapertura de la línea, exigía a a Adif la aplicación de los recursos del contrato marco de mantenimiento con carácter urgente y cautelar, ante el grave deterioro que sufre la vía.

Suspendido de una escultura en Rotterdam

Ver para creer. Un tren del metropolitano de Rotterdamh quedó suspendido en el aire sobre una escultura después de descarrilar, atravesar las barreras de seguridad de la estación y ‘volar’ hasta quedar detenido en la Saved By The Whale’s Tail (Salvados por la cola de la ballena). El tren pasó por la estación de De Akkers, en Spijkenisse, en las afueras de Rotterdam (Países Bajos) alrededor de las 00.30 de la mañana del lunes. No están claras, por el momento, las causas del accidente.

El accidente ocurrió poco antes de la medianoche en la estación de metro De Akkers, que supone el final de dos líneas de metro, la C (procedente de Capelle aan den IJssel) y la D (procedente de Rotterdam). En el momento del siniestro ya no quedaban pasajeros a bordo, según ha explicado la policía. La mitad de uno de los coches del metro se apoyó en la gigantesca escultura plateaday quedó suspendido a unos diez metros por encima de la calle y del agua circundante. No se ha informado de ningún herido por el incidente, aunque el tren ha sufrido daños. Milagrosamente el vehículo paró sobra la escultura que, ahora más que nunca, hace honor a su nombre. El conductor del metro pudo salir del tren por sus propios medios y trasladado al hospital como precaución, según un portavoz de RET, la compañía de transportes de Rotterdam.La policía investiga las causas del accidente.

El ruido alertó a los vecinos de las viviendas cercanas que quedaron atónitos por el suceso. Las autoridades se vieron obligadas a alejar a los curiosos que se acercaron hasta el lugar donde se levanta la escultura para observar la curiosa escena, imprevisible incluso en un guión de película. Decenas de personas ignoraran las restricciones impuestas por el coronavirus para visitar la escena donde un grupo de oerarios se afanaba por quitar el tren. A pesar de los esfuerzos policiales, unas 50 personas permanecieron en la zona mientras se trabajaba para devolver a su estado original a la cola de ballena; los trabajos se desarrollaron con un fuerte viento.

La escultura fue construida hace unos veinte años en un parque debajo del metro elevado, bautizada con un juego deliberado de palabras para resaltar el hecho de que la línea termina en ese lugar. La gigantesca obra representa dos grandes colas de ballena saliendo del agua; sobre una de ellas aterrizó el tren. Un equipo de expertos, entre los que se encoientraba el autor, valoraba en el lugar del accidente la forma de proceder para retirar el tren de forma segura. «El problema es que hay agua a su alrededor, por lo que una grúa no puede llegar allí», explicaban los responsables del transporte. «Tenemos mucho viento en este momento y ese es uno de los problemas a los que nos enfrentamos; es un riesgo y una preocupación», recalcaban las mismas fuentes. Los servicios de metro entre Hoogvliet and Spijkenisse han sido cancelados.

Japón prueba su nuevo tren bala Alfa-X

La compañía japonesa East Japan Railway Co. (JR East) prueba un nuevo tren bala experimental, conocido como Alfa-X, y que se construyó en en mayo de 2019, según el Japan Times. El Advanced Labs for Frontline Activity in rail eXperimentation, conocido como Alfa-X, puede alcanzar una velocidad máxima de 248 mph (400 kilómetrs a la hora). En los tests que se desarrollaron el pasado martes alcanzó 237 mph (382 kilómetros por hora). La exitosa prueba tuvo lugar en la línea Tohoku Shinkansen de JR East, que une Tokio y la Prefectura de Aomori. La prueba se hizo en la línea Tohoku Shinkansen de JR East que une Tokio y la prefectura de Aomori, y pudo completar el recorrido en tan solo 40 minutos, cuando un viaje habitual entre estas dos estaciones suele estar en 1 hora y 15 minutos.

Desde mayo del año pasado, el Alfa-X ha seguido un riguroso programa que culminó esta semana cuando se realizó el primer viaje de prueba, en el que los periodistas asistieron al evento. Desde aquellla fecha, el shinkansen de diez coches ha cumplido viajes de prueba a velocidades de 223 mph (360 kilómetros por hora), sin ningún pasajero, con el fin de recoger datos para el desarrollo de los trenes bala de nueva generación de Japón. Las velocidades regulares en la línea Tohoku Shinkansen alcanzan actualmente 198 mph (320 kilómetros por hora). JR East, una de las compañías ferroviarias más destacadas de Japón, realizó hace un año y medio el primer trayecto de prueba de este tren entre las ciudades norteñas de Sendai y Aomori, unos ensayos que se realizarán puntualmente hasta que entre en circulación. Fuentes de la compañía dijeron que la prueba se hizo avanzada la noche, cuando habitualmente las líneas férreas no están tan congestionadas como en hora punta.

Una de las principales diferencias con este Shinkansen de nueva generación son sus dos vehículos delanteros y finales, a los que se da dotado de una forma especial que permite afrontar la presión del viento. Cuando el tren viaja hacia el norte, utiliza un vehículo con un morro de 72 pies (22 metros), 7 metros más largo que otros de la serie E5. Y cuando viaja al sur, utiliza un vehículo de 16 metros. El tren no dará la vuelta al llegar a su destino, por lo que la aerodinámica de la nariz más larga permitirá hacer frente a los vientos procedentes del norte. Además, el sistema de frenado del Alfa-X, junto con un nuevo sistema de resistencia electromagnética, suponen una considerable mejora de frenado respecto a otras versiones anteriores del tren bala. También dispone de un sistema de amortiguación mejorada, que minimiza las vibraciones horizontales y verticales.

Tras las pruebas del martes, el Japan Times informó que se podía escuchar poco o ningún ruido cuando el shinkansen alcanzó los 320 kilómetros por hora, aunque se podían sentir y escuchar vibraciones y algo de ruido cuando llegó a los a 360 kilómetros por hora; también también se podía escuchar el viento y el ruido del motor, cuando alcdanzó su máxima velocidad. «Después de un año y medio de pruebas, el Alfa-X puede ahora funcionar con un cierto nivel de estabilidad«, explica Koji Asano, jefe del Centro de Desarrollo del Sistema Ferroviario Avanzado de JR East. «Nuestro objetivo es poner en servicio un shinkansen que viaja a 223 mph (360 kilómetros por hora) para que nuestros clientes puedan recortar los tiempos de viajen en el tren», añadió.

El Alfa-X cubrirá la ruta entre Tokio y la lejana ciudad norteña de Sapporo, separadas por unos 1.200 kilómetros, en un recorrido que hará en cuatro horas y media. Pero no será hasta 2030, cuando el tren más rápido en líneas férreas tradicionales comience a operar. El nuevo tren cuenta con diez coches y 250 metros de largo. La nariz del primer vehículo es de 16 metros y la del último de 22 metros. Actualmente, el modelo más veloz es el E5, que funciona en este país y en Francia, con una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora y que entró en servicio en marzo de 2011. El Alfa-X superará esa velocidad en 40 km/h con pasajeros. Un avión de tamaño medio como el Boeing 737 MAX puede llegar hasta una velocidad de crucero de unos 800 km/h.

Sóller vuelve a suspender el servicio

El tren de Sóller suspende su servicio este próximo lunes, 2 de noviembre, debido a la situación provocada por la Covid-19. Se mantiene, sin embargo, el servicio de tranvía, que va del pueblo al puerto. Desde la empresa del ferrocarril lo justifican debido al estado de alarma y a la necesidad de seguir las recomendaciones sanitarias para la reducción de la movilidad, que tienen la finalidad de frenar los contagios.

El Ferrocarril de Sóller ya interrumpió su circulación en la primera ola de la pandemia del coronavirus. En concreto, estuvo tres meses sin funcionar, el mayor parón de su historia. Entonces también se dejó de prestar el servicio de tranvía, que se sustituyó por un autobús. Además, a principios del pasado mes de septiembre, también tuvo que suspender sus servicios debido a los grandes daños sufridos en la linea por los efectos del cap de fibló que afectó varios puntos de la Isla. A finales del mismo mes se pudo restablecer el servicio de tren entre Palma y Sóller.

El Ferrocarril de Sóller une desde 1912 las ciudades de Palma y Sóller a través de 27 kilómetros de bellos paisajes y que conserva su carácter y estructura original a la perfección. Movido gracias a un automotor de tracción eléctrica, el tren de Sóller es el único de estas características que se encuentra en funcionamiento. A lo largo de su recorrido se desliza por trece túneles que atraviesan la Sierra de Tramuntana llegando en una hora a su destino final: Sóller, un pueblo que combina el encanto Mediterráneo con el aire cosmopolita de un puerto comercial abierto a Europa.

El 16 de abril de 1912 quedó inaugurada la línea ferroviaria que unía Sóller con la capital. El hombre clave en la creación del Ferrocarril de Sóller es, sin duda, Jeroni Estades i Llabrés, cofundador de la Compañía de Navegación Sollerense, parlamentario y sagaz hombre de negocios. Su visión de futuro le hizo apostar a principios de este siglo por el ferrocarril como medio de transporte entre Sóller y Palma de Mallorca, trayecto que hasta entonces sólo era posible por mar, y por la electricidad como fuente de energía del nuevo tren.

El tranvía, por su parte, nació en 1913 como el hermano menor del tren que une Palma y Sóller. La primera línea de tranvía eléctrico de Mallorca tiene en origen el transporte pasajeros, amén de las mercancías en una época de penurias y dificultades en un valle que permanecía aislado del resto de la isla. El empuje de la burguesía local permitió que Sóller se abriera al mundo, poniendo en circulación un tren y un tranvía que rompieron la barrera de aquel aislamiento inmemorial. Los vehículos utilizados tienen distinto origen. Los numerados del 1 al 3 son los automotores y los 5 y 6 sus respectivos coches, originales de 1913. Fueron construidos por la empresa zaragozana Carde y Escoriaza.

En 1954 se adquirieron las jardineras de los tranvías eléctricos de Palma de Mallorca, ya que la ciudad había abandonado el tranvía como medio de transporte e introducido el autobús. El tranvía número 4 fue comprado como chatarra a Bilbao y posteriormente se transformó y restauró para su uso por el tranvía sollerense (en 1999, con el patrocinio de BBK y Euskaltel, se volvió a adquirir para su restauración y exhibición en el Museo Vasco del Ferrocarril). En años recientes, la compañía adquirió cinco automotores modelo Carris de los tranvías de Lisboa, que fueron numerados del 20 al 24. Fueron adaptados a un ancho de vía de 914 mm (yarda inglesa), poco común en la actualidad, y se les construyeron unas jardineras para el transporte estival de turistas hacia el puerto.