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Sóller vuelve a suspender el servicio

El tren de Sóller suspende su servicio este próximo lunes, 2 de noviembre, debido a la situación provocada por la Covid-19. Se mantiene, sin embargo, el servicio de tranvía, que va del pueblo al puerto. Desde la empresa del ferrocarril lo justifican debido al estado de alarma y a la necesidad de seguir las recomendaciones sanitarias para la reducción de la movilidad, que tienen la finalidad de frenar los contagios.

El Ferrocarril de Sóller ya interrumpió su circulación en la primera ola de la pandemia del coronavirus. En concreto, estuvo tres meses sin funcionar, el mayor parón de su historia. Entonces también se dejó de prestar el servicio de tranvía, que se sustituyó por un autobús. Además, a principios del pasado mes de septiembre, también tuvo que suspender sus servicios debido a los grandes daños sufridos en la linea por los efectos del cap de fibló que afectó varios puntos de la Isla. A finales del mismo mes se pudo restablecer el servicio de tren entre Palma y Sóller.

El Ferrocarril de Sóller une desde 1912 las ciudades de Palma y Sóller a través de 27 kilómetros de bellos paisajes y que conserva su carácter y estructura original a la perfección. Movido gracias a un automotor de tracción eléctrica, el tren de Sóller es el único de estas características que se encuentra en funcionamiento. A lo largo de su recorrido se desliza por trece túneles que atraviesan la Sierra de Tramuntana llegando en una hora a su destino final: Sóller, un pueblo que combina el encanto Mediterráneo con el aire cosmopolita de un puerto comercial abierto a Europa.

El 16 de abril de 1912 quedó inaugurada la línea ferroviaria que unía Sóller con la capital. El hombre clave en la creación del Ferrocarril de Sóller es, sin duda, Jeroni Estades i Llabrés, cofundador de la Compañía de Navegación Sollerense, parlamentario y sagaz hombre de negocios. Su visión de futuro le hizo apostar a principios de este siglo por el ferrocarril como medio de transporte entre Sóller y Palma de Mallorca, trayecto que hasta entonces sólo era posible por mar, y por la electricidad como fuente de energía del nuevo tren.

El tranvía, por su parte, nació en 1913 como el hermano menor del tren que une Palma y Sóller. La primera línea de tranvía eléctrico de Mallorca tiene en origen el transporte pasajeros, amén de las mercancías en una época de penurias y dificultades en un valle que permanecía aislado del resto de la isla. El empuje de la burguesía local permitió que Sóller se abriera al mundo, poniendo en circulación un tren y un tranvía que rompieron la barrera de aquel aislamiento inmemorial. Los vehículos utilizados tienen distinto origen. Los numerados del 1 al 3 son los automotores y los 5 y 6 sus respectivos coches, originales de 1913. Fueron construidos por la empresa zaragozana Carde y Escoriaza.

En 1954 se adquirieron las jardineras de los tranvías eléctricos de Palma de Mallorca, ya que la ciudad había abandonado el tranvía como medio de transporte e introducido el autobús. El tranvía número 4 fue comprado como chatarra a Bilbao y posteriormente se transformó y restauró para su uso por el tranvía sollerense (en 1999, con el patrocinio de BBK y Euskaltel, se volvió a adquirir para su restauración y exhibición en el Museo Vasco del Ferrocarril). En años recientes, la compañía adquirió cinco automotores modelo Carris de los tranvías de Lisboa, que fueron numerados del 20 al 24. Fueron adaptados a un ancho de vía de 914 mm (yarda inglesa), poco común en la actualidad, y se les construyeron unas jardineras para el transporte estival de turistas hacia el puerto.

Suspendido el servico del Tren de Sóller

El Tren de Sóller suspende el servicio a consencuencia de los «graves y cuantiosos» daños que deja el temporal que este sábado afectó a Baleares, que la empresa cuantifica en una cantidad superior a los 200.000 euros. Sóller anuncia la cancelación indefinida de los servicios debido al ‘cap de fibló’, que dejó daños en la infraestructura ferroviaria y la línea aérea. Según los ingenieros, la tormenta provocó que más de una docena de árboles quedaran arrancados de raíz o partidos por la mitad, así como diferentes ramas que causaron averías en el tendido eléctrico.

Como consecuencia de ello, actualmente hay más de un kilómetro de línea aérea afectada con diferentes daños en los aisladores, ménsulas y soportes entre otros dispositivos, así como varias roturas del cable feeder y del cable sustentador de la línea de contacto. El sábado pasado empezaron los trabajos de reparación. «La situación es realmente grave ya que, además de los daños gravísimos y de la elevada inversión a la que tendremos que hacer frente para solventarlos, hay que sumar una temporada desastrosa», lamenta el presidente de Ferrocarril de Sóller, Óscar Mayol.

El cambio brusco de tiempo que se produjo este sábado provocó varios incidentes en Mallorca, como la caída de un árbol entre Bunyola y Caubet, que obligó a suspender el servicio ese mismo día. Después de analizar la situación, los responsables de la compañía no saben si podrán reanudar el servicio. La primera tormenta de este verano dejó este sábado una ristra de incidentes en distintos puntos de Mallorca. Lo más remarcable fue el cap de fibló que entró por la zona noroeste de la Serra de Tramuntana, y que provocó daños en el entorno del Port des Canonge, Banyalbufar, Estellencs, Esporles y Valldemossa. Al tratarse de una zona poco urbanizada, la mayor parte de los daños solo afectaron a zonas de bosque.

Tras un paréntesis prolongado por la pnadencia de la Covi19, el Ferrocarril de Sóller volvió a la vías el pasado 25 de junio, con dos trayectos de ida y vuelta y con medidas de seguridad e higiene drásticas por la crisis sanitaria. Con este reapertura de servicios, la empresa recuperaba a 30 de sus empleados del ERTE y esperaba poder restablecer la plantilla a medida que avanzara la normalidad. «Encendemos los motores del Tren de Sóller y del tranvía, extremando las medidas de seguridad sanitarias establecidas por la administración, con el objetivo de asegurar un trayecto seguro a todos nuestros pasajeros», decía el presidente de Ferrocarril de Sóller, Óscar Mayol.

El ferrocarril aplicaba un «minucioso protocolo» de normas sanitarias y de limpieza que afectaba tanto a los empleados como a las empresas encargadas de dicha limpieza y los usuarios. Los protocolos y la reanudación de actividad fueron avalados por una inspección del Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral, Ibassal, tras visitar las dependencias del tren. Los billetes se mantenían al mismo precio y se vendían a través del interventor; en esta nueva dinámica implantada para evitar aglomeraciones en las dependencias de la estación se eliminaba la taquilla y se marcaban circuitos de entrada y salida al tren. Se hacía obligatorio guardar la distancia mínima de un metro y medio, siempre que sea posible y el uso de mascarilla durante todos los trayectos. La empresa facilita, en cada estación, gel desinfectante a los visitantes antes de subir al tren o tranvía. «Aunque no hay restricción en el aforo, solicitamos a los pasajeros que eviten moverse dentro de los vehículos para reducir el posible contacto entre los pasajeros», detallaba Mayol. La empresa limpiaba y desinfectaba, una vez al día, las partes metálicas de los vehículos, para seguir el protocolo sanitario, tanto para el tren de Sóller como para el tranvía.

Con el fin de extremar las medidas sanitarias, el Ferrocarril de Sóller alternaba diariamente los tres convoyes de tren que posee, de manera que los vehículos se iban cambiando de un día para otro. «Es bien sabido que el 99 % de nuestros pasajeros son turistas. «A nivel internacional una foto del tren o tranvía es un reclamo publicitario de nuestra isla y, cómo no, del pueblo de Sóller», explica Mayol con la reapertura del servicios. ¿Y ahora?