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El juez reclama a Adif documentación adicional sobre el sistema ASFA y otros descarrilamientos

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Más materia. Sigue la investigación. El titular del Juzgado de Instrucción 3 de Santiago de Compostela, Luis Aláez, ha emitido un auto en el que requiere a Adif documentación adicional sobre estudios, informes y evaluaciones relacionados con el sistema de frenado ASFA y sobre la investigación de descarrilamientos de trenes en tramos en curva. El siniestro del Alvia se saldó con 79 muertes y más de 150 heridos.

El juez que instruye la investigación del descarrilamiento del Alvia que cubría la ruta Madrid-Ferrol el pasado 24 de julio requiere a Adif una copia de las actas de las reuniones y demás documentación que recoja los estudios y análisis realizados por las comisiones de seguridad en la circulación de Renfe en 1990 y 1991. En aquellas reuniones se determinó la necesidad de relacionar con el sistema ASFA las señales temporales de limitación de velocidad y se definieron los apartados alusivos al mismo en el manual de circulación de 1997. Adicionalmente, el juez instructor solicita cualquier documentación que almacene los posibles estudios, debates y análisis de las conductas de los maquinistas ante cambios o limitaciones permanentes de velocidad. Asimismo, requiere de la operadora Adif una copia de los informes de la comisión investigadora de accidentes ferroviarios relacionados con los descarrilamientos de trenes en tramos en curva desde la publicación del reglamento general de circulación de 2006 hasta el día del accidente en Angrois.

En su auto, el juez Aláez señala que entre la documentación remitida, Adif aporta el manual de circulación dedicado al ASFA como sistema que aumenta la seguridad porque disminuye o anula el posible fallo humano del maquinista, al asegurar automáticamente la detención del tren en caso de actuación incorrecta.

El juez sostiene que lo que se pretendía, cuando requirió documentación a Adif, era conocer los factores que llevaron a la conclusión de la previsibilidad de una actuación incorrecta del maquinista ante una limitación temporal de velocidad y el peligro que para la vida e integridad física ello podía suponer. Asimismo, se interesaba por los motivos que llevaron a los responsables de la seguridad de la circulación a considerar que el modelo previsto reglamentariamente era insuficiente y, en consecuencia, a establecer nuevas pautas para controlar o neutralizar riesgos.

Como quiera que Adif remitió en su respuesta al estudio y análisis de las comisiones de seguridad en la circulación de Renfe entre 1990 y 1991 pero no aportó documentación relativa alguna, solicita copia de las actas de aquellas reuniones.

En el mismo auto, el juez Aláez también admite la intervención, a solicitud de QBE Insurance, de Fran Heijnen para que participe en el acto pericial acordado el 6 de agosto de 2013. Por contra, desestima en otro auto el recurso presentado por la defensa de Margarita V.M. que pedía la nulidad de las actuaciones judiciales relativas a la designación como peritos de técnicos de la Xunta para la realización de un informe sobre las causas del descarrilamiento del Alvia.

El juez Aláez se remite al reglamento de asistencia Jurídica Gratuita de Galicia, que establece que antes de recurrir a peritos privados debe acreditarse la inexistencia de técnicos capacitados en la administración pública. En tal sentido, la Subdirección General de Medios de la Administración de Justicia alegó la posibilidad de que existiesen técnicos cualificados en la Xunta o en organismos o entidades dependientes tras dictar el juez un auto en el que resolvió designar a profesionales colegiados en las escuelas o colegios de Galicia.

La investigación sigue su curso, pero las víctimas no están satisfechas. El presidente de la Plataforma de Víctimas del Alvia 04155, Víctor Taibo, acusa al Gobierno «y a los intereses económicos que hay detrás» de querer «enterrar este accidente, enterrar lo que ha ocurrido y que no se sepa nada más». Taibo no entiende por qué «en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento de Galicia hay una oposición constante» tanto del PP como del PSOE a que se abra una comisión de investigación. La plataforma reclama además la dimisión del presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar; del de Adif, Gonzalo Ferre;y del secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá.

La plataforma afirma que es necesario aclarar algunos puntos, como por qué se responsabiliza únicamente al conductor del tren o por qué no funcionaba el sistema de seguridad Ertms en el lugar del accidente y exige la apertura de otra comisión, en este caso de carácter técnico, que estaría integrada por peritos independiente ya que, señalan, el Ministerio de Fomento no puede ser «juez y parte».

El maquinista, Francisco José Garzón Amo, poseedor de un expediente intachable, es en este momento el único imputado después de que la Audiencia Provincial de A Coruña exonerase a los miembros del consejo de administración del gestor ferroviario Adif y a los cinco técnicos responsables de la seguridad en la circulación.

El auto con el que el órgano de apelación levantó la imputación de estos cargos supuso que la instrucción judicial retornase al punto en el que se encontraba a los cuatro días del suceso, con el conductor, -que no redujo la velocidad del convoy-, acusado de homicidio imprudente. No obstante, no se cierra la puerta a que se siga investigando para comprobar si en ese tramo, con una reducción drástica de velocidad de 200 a 80 kilómetros por hora, se necesitaban medidas adicionales de seguridad y así se determina por consenso técnico, puesto que en caso contrario tal apreciación es «prematura y carente de base suficiente».

El juez instructor Luis Aláez, que consagra sus días de forma concienzuda a este caso, ha seguido desde un inicio una línea de investigación que apuntaba a una causa múltiple y no únicamente al despiste de una persona que relevó a otro compañero en Ourense y perdió el control tras atender una llamada del interventor de a bordo, Antonio Martín Marugán.

El Semaf cree que Garzón será «cabeza de turco» si se le apunta como «único culpable» del accidente

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‘Cabeza de turco’. Los maquinistas ferroviarios mantienen que el tramo en el que se encontraba la curva de A Grandeira, donde se produjo el accidente de tren Alvia el pasado 24 de julio, «no estaba en las mejores condiciones» y critican que se pretenda mantener al maquinista como único imputado en la causa. «Si, al final de todo esto, el único culpable es él, habrá sido una cabeza de turco«, aseguran. Juan Jesús García Fraile, secretario general del Sindicato de Maquinistas de Renfe (SEMAF), en una entrevista concedida a la Radio Galega, lamenta que actualmente continúe como único imputado el maquinista Francisco Garzón, en contra de las pretensiones del juez que lleva la causa, que, según su punto de vista, «estaba bastante acertado».

Juan Jesús García Fraile afirma que es «evidente» que en la construcción y elaboración final del tramo de llegada a Santiago «alguien decidió que la única responsabilidad cayese sobre la espalda del maquinista», cuando, en el sistema ferroviario «el factor humano ha tenido cada vez menos repercusión«. «Aquí, a pesar de que es una línea de nueva construcción, no se ha tenido en cuenta esto. El tramo, teniendo en cuenta la infraestructura, debería tener más prevenciones. Ni siquiera había señalización para recordarle al maquinista que ahí había una bajada de velocidad», critica el representante del Semaf.

Aunque el sindicato de maquinistas tiene claro que la llamada del interventor al maquinista minutos antes del siniestro «pudo influir», también quiere dejar claro que el tramo «no estaba en las circunstancias más idóneas«. Para el secretario general del Semaf, son «más claros y contundentes los argumentos a favor de la imputación» de los cargos de Adif en la causa que «los argumentos a favor de la desimputación». «En un accidente ferroviario se suman muchas circunstancias, y todos deberíamos reflexionar y llegar a una conclusión: todos somos culpables, desde el primero hasta el último», sentencia.

El secretario general del Semaf defiende la seguridad existente en el AVE español, aunque lamenta que «esto parece que no se ha cumplido al 100% en todos los sitios». «El problema viene cuando las cosas se hacen deprisa», dice García Fraile, quien insta a los poderes públicos a «parar y reflexionar» para que el AVE llegue a Galicia «cuando pueda llegar y en buenas condiciones».

Sobre el estado actual del maquinista del Alvia accidentado, García Fraile confiesa que «está afectado» y «mucho peor» desde que «se quiere hacer entender que el único culpable es él». Sin embargo, también sabe que «independientemente de su situación, hay gente que entiende que había otras circunstancias«.

La llamada al maquinista del Alvia accidentado pudo provocarle «desorientación momentánea»

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¿Sólo exceso de velocidad? El informe de la Dirección de Seguridad en la Circulación de Renfe sobre el accidente del tren en Santiago de Compostela, que el pasado mes de julio costó la vida a 79 personas y provocó heridas a más de un centenar de pasajeros, apunta que «muy posiblemente», la conversación telefónica mantenida con el interventor instantes antes del descarrilamiento pudo provocar en el maquinista «una desorientación momentánea» sobre el punto de la vía en el que se encontraba. El documento, que ha sido incorporado a la instrucción de la causa que dirige el juez Luis Aláez, señala que la duración de «100 segundos» de la llamada que el interventor realizó al móvil profesional del maquinista para interesarse por cuál iba a ser el andén de la parada en Pontedeume (A Coruña) pudo provocar lo que técnicamente se denomina como «pérdida de conciencia situacional».

Francisco José Garzón es actualmente el único imputado en la causa, después de que la Audiencia Provincial de A Coruña dejase sin efecto las imputaciones de cargos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). El maquinista está en libertad, imputado por 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional, mientras que el interventor del tren siniestrado, Antonio M.M., declaró el pasado mes de agosto como testigo.

En el apartado de «otras consideraciones» del informe de la Dirección de Seguridad en la Circulación se deja constancia de que, aparte de esta conversación que se produjo a las 20.39 horas, en los instantes previos al accidente, también tuvo lugar una anterior por el móvil corporativo del maquinista a las 20.17 horas, que duró menos de un minuto. El reglamento de Renfe no prohíbe el empleo de móviles en los trenes, pero sí lo desaconseja y advierte de que su empleo puede introducir factores de riesgo.

Las conclusiones del informe de Renfe descartan fallos de material rodante y de la infraestructura como causas directas del accidente registrado el pasado 24 de julio en Angrois y atribuye el descarrilamiento «únicamente» al exceso de velocidad al paso por la curva de entrada de bifurcación A Grandeira. En ese punto la velocidad debería haber sido de 80 kilómetros por hora, mientras que en el momento del descarrilamiento el convoy iba a 179 kilómetros por hora. Para llegar a esta conclusión, el operador ferroviario ha analizado las condiciones de la infraestructura, el estado del material rodante, la cualificación del maquinista, la indicación de las señales luminosas y el registro de seguridad del tren .

Del registro de datos del tren se desprende que el freno de emergencia por ‘hombre muerto’ fue activado en dos puntos kilométricos anteriores al accidente y que, ya a punto de producirse el descarrilamiento, el maquinista empleó el freno de emergencia a las 20.40 horas y a una velocidad de 195 kilómetros por hora.

En el apartado de «otras consideraciones», Renfe indica que determinadas conductas pueden ejecutarse «de forma precondicionada o semiautomática, por entrenamiento repetitivo«, de manera que «el nivel de consciencia de la tarea no requiera para su ejecución una concentración completa». «La respuesta a determinados estímulos durante la conducción puede presentar este tipo de comportamientos, como en el caso del accionamiento del dispositivo ‘hombre muerto’ o del reconocimiento de paso por zonas neutras», apuntan los técnicos.

El informe avala las condiciones de la infraestructura al señalar que «los parámetros de vía en el tramo del accidente se encontraban dentro de los valores exigidos en las normas técnicas» y apunta que desde la puesta en servicio de la línea, en diciembre de 2011, no constan incidencias relativas a la señalización de la transición de velocidad a 80 kilómetros por hora.

Renfe también descarta fallos en la señales luminosas y constata «la indicación de vía libre», así como la «correcta indicación de las balizas ASFA asociadas a las señales avanzada y de entrada a la bifurcación A Grandeira». Además, hace constar que el tren «estaba autorizado para circular» con el sistema de frenado ASFA digital debido a los problemas que Renfe ha tenido con el ERTMS, el sistema de seguridad más avanzado, embarcado en la línea 082.

Las víctimas del accidente de Angrois “perplejas” por la desimputación de cargos de Adif y Renfe

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Las víctimas del accidente de Angrois ocurrido el pasado 24 de julio en Santiago han mostrado su «perplejidad» tras conocer la decisión de la Audiencia Provincial de A Coruña de dejar sin efecto la imputación de los cargos de Adif y Renfe llamados a declarar por Aláez como imputados. Cristobal González, presidente de la Asociación de Perjudicados por el Accidente Ferroviario del Alvia de Santiago de Compostela (Apafas), afirma que las víctimas consideran que esta decisión está «fuera de lugar» y cree que la imputación de los cargos de Adif es necesaria para «aclarar los hechos» y analizar en profundidad las causas del accidente para que «no vuelva a ocurrir».

La Audiencia provincial de A Coruña estima parcialmente un recurso de una víctima para aclarar la ausencia del sistema de seguridad ERTMS, aunque deja sin efecto las imputaciones a los cinco responsables de seguridad de Adif en el tramo del accidente: Manuel Besteiro Galindo, Fernando Rebón Sartal, José Antonio García Díez, Carlos Ayuso González y Roberto Saez Alonso, tras estimar los recursos contra la decisión de imputarles que había tomado el titular del Juzgado de instrucción número 3 de Santiago, Luis Alaez.

El tribunal señala que la imputación supone una «provisional atribución de participación en un hecho criminal», y para ello, «no bastaría» el hecho de desempeñar cometidos en materia de seguridad dentro de la empresa responsable de la infraestructura ferroviaria. Los miembros del tribunal consideran necesario indagar sobre las medidas de seguridad, «pero ello no determina la necesidad de que las personas con responsabilidad en tal materia en el seno de Adif deban tomar, de forma preventiva, la condición de imputados«.

González aclara que «respeta» la actuación de la justicia y la decisión de la Audiencia , pero asegura que «no va a ser fácil compartir» esta opinión. Al mismo tiempo, teme que este auto deja «entrever» la decisión que el organismo tomará ante el recurso de Adif por la imputación de otros 22 cargos. , González recuerda que la declaración de estos 22 cargos de Adif , que debía iniciarse este mes de octubre, fue aplazada hasta mediados de noviembre, «quizás para conseguir» que fuesen anuladas antes. «Me da que pensar», sentencia.

Apafas se reunirá hoy con su equipo de abogados para analizar pormenorizadamente el auto de la Audiencia Provincial y analizar sus posibilidades de actuación. La asociaición deja la puerta abierta a que, si no pueden comparecer como imputados, reclamen la declaración de los miembros de Adif como testigos.

El auto señala también que el conductor del tren tenía formación y experiencia adecuadas y que «bastaba con mirar hacia delante y prestar atención» para darse cuenta dónde estaba y adoptar las medidas correspondientes para proceder al frenado. Considera, además, que si al formularse la imputación no se apreciaban irregularidades respecto a lo previsto en la normativa aplicable o que la señalización fuese contraria a los criterios consolidados, resulta «prematura y carente de base suficiente» la imputación.

Para el tribunal, «si con arreglo a la normativa aplicable no es inadecuada la forma de regulación y señalización por la que se optó, no cabe construir un hipotético reproche penal» y cree, también, que no supone un nivel de riesgo superior al permitido o tolerable que se atribuya al maquinista la responsabilidad sobre la circulación del tren a una velocidad adecuada.

Sin embargo, desestima la imputación del responsable de seguridad de Renfe Operadora porque no existe una relación causal entre la desconexión del ERTMS y el accidente registrado en la curva de A Grandeira el pasado 25 de julio. Solicita también estudios técnicos informativos previos a la planificación y construcción del trazado de la vía.

El objeto de la investigación será saber si en las circunstancias que concurrían en la circulación del tren Alvia, fundamentalmente la reducción de 200 a 80 kilómetros a la hora, la decisión de prescindir del ERTMS inicialmente proyectado puede llegar a revestir relevancia penal. En definitiva, trata de esclarecer desde una perspectiva técnica, si era posible la existencia de un sistema de control permanente de velocidad que supliera una actuación desatenta del conductor en tal contexto.

El Gobierno argentino nacionaliza la línea ferroviaria de Sarmiento, foco de reiterados accidentes

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El Gobierno argentino anuncia la nacionalización total de la línea de trenes Sarmiento, foco de reiterados siniestros que en los últimos años han dejado más de 50 muertos y centenares de heridos, mientras la presidenta argentina, Cristina Fernández, permanece convaleciente de una cirugía craneal. El ministro argentino de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, explicó que la línea férrea será «operada plenamente por el Estado», una decisión que, dijo, «me pertenece».

La línea de trenes Sarmiento estaba controlada hasta ahora por la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento (Ugoms) y, según indicó Randazzo, a partir de ahora está gestionada por la Sociedad Operadora Ferroviaria (Sofse) y la Administración de Infraestructura Ferroviaria (Adif), ambas de carácter estatal.

El anuncio ha sido recibico con excepcitismos en los sectores ferroviarios del país. con un parque antiguo y necesitado de una reforma que en su día fue anunciada, pero que nunca se ha llegado a acometer como precisa el ferrocarril argentino.

La decisión del Gobierno argentino llega después del último accidente en la estación de Once, una de las principales de Buenos Aires y cabecera de la línea Sarmiento, en el que resultaron heridas cerca de un centenar de personas, y por el que está detenido el conductor del tren, Julio Benito. En la misma línea, el pasado 13 de junio, 3 personas murieron y más de 300 resultaron heridas por el choque de dos trenes en hora punta en el oeste de la zona urbana de Buenos Aires. En febrero de 2012, 51 personas murieron y más de 600 resultaron heridas por otro choque en la estación de Once, una de las más transitadas de la capital, en lo que fue la mayor tragedia ferroviaria de la historia de Argentina.

El ministro anunció además que se implementarán nuevas medidas en todas las líneas ferroviarias, como los estudios psicofísicos a los conductores de tren , que serán realizados por especialistas de la Fuerza Aérea Argentina, al igual que a los pilotos de aviones. También se llevarán a cabo cambios en los procedimientos de conducción y frenado. «Nada ni nadie va a torcer la voluntad política de la presidenta, ni de quien les habla, de transformar el transporte público en la Argentina» dijo Randazzo.

«La presidenta no fue informada del accidente del sábado. No creo que contribuya a mejorar su salud el que sepa que hubo otro episodio en la estación de Once. La decisión la he tomado yo; tomé la responsabilidad», dijo el ministro. «Si hubiera podido consultar a la presidenta, me hubiese dicho que era una decisión correcta», añadió.

El Gobierno había nacionalizado una parte de la línea tras el siniestro de 2012, uno de los más graves ocurrido en la historia ferrociaria del país, y anunció una revolución ferroviaria en este medio de transporte que usan a diario 2,7 millones de pasajeros que se desplazan entre la ciudad de Buenos Aires y su poblada área.

El maquinista del tren que chocó el sábado contra las toperas de la terminal bonaerense de Once Aires se encuentra detenido e imputado por la justicia por su presunta responsabilidad en el accidente que dejó 99 heridos. Julio César Benítez, de 45 años,»quedó detenido tras ser interrogado por el juez y fue imputado por el delito de estrago culposo» (daño severo por negligencia).

«Los recuerdos que tengo del hecho son borrosos. Tengo algunos recuerdos, pero después otros que no puedo asegurar que ocurrieron (…)», declaró Benítez ante el juez Ariel Lijo, según la Prensa del país. Lijo confirmó el arresto de Benítez, a quien indagó la noche del lunes tras recibir el alta por los politraumatismos sufridos en el episodio.

Un video difundido el martes por el Centro de Información Judicial de la Corte Suprema muestra que Benítez dormita y bosteza en varias ocasiones durante el trayecto suburbano entre la poblada periferia oeste y la estación de Once. El maquinista, que sufrió politraumatismos en el accidente, debió ser rescatado por la Policía ante la ira de los pasajeros que le achacaron que «se había quedado dormido». La investigación sigue abierta.

Argentina cuenta con una de las redes ferroviarias más grandes del mundo y la más extensa de Latinoamérica y está inmersa en un proceso de rehabilitación y mejora de su sistema ferroviario. La reforma que intenta el Gobierno de Cristina Fernández parece inspirarse en la que llevó España a cabo a finales del siglo XX. Sin embargo, ya se han alzado distintas voces advirtiendo de las diferencias de modelos. Aunque se han barajado varias cifras, al parecer la inversión necesaria rondaría los 8.000 millones de dólares.

“El ferrocarril es esencialmente de carga, aún cuando en Buenos Aires se presenta la excepción con un relevante movimiento de pasajeros. Descontada esta situación especial, la producción granelera argentina de alto volumen y bajo valor es especialmente propicia para el transporte por ferrocarril o barcaza. El costo de transporte por ferrocarril es casi la mitad del costo por camión, lo que convierte al ferrocarril en un instrumento básico para la cadena productiva nacional”, aseguran expertos argentinos en economía.

El maquinista del tren acidentado el sábado en la estación argentina Once declara hoy ante el juez

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El maquinista Julio Benítez será investigado por la Justicia que investiga el accidente del sábado con un tren de pasajeros en la terminal Once de Buenos Aires, con saldo de 99 lesionados, informó el domingo el gobierno en su página web. Benítez (45 años), permanece hospitalizado con traumatismos, bajo custodia policial ordenada por el juez federal interviniente, Ariel Lijo. Ninguno de los heridos reviste gravedad, según autoridades sanitarias.

El convoy se estrelló este sábado en la concurrida estación de Once, una de las más importantes de Buenos Aires, contra las topera del andén 2, el mismo contra el cual chocó otro tren el 22 de febrero de 2012 con balance de 51 muertos y 700 heridos. Al menos 99 personas resultaron heridas, ninguna de gravedad. El servicio del ferrocarril Sarmiento, que pasó al Estado después de aquella tragedia, sufrió otro accidente grave el 13 de junio de este año cuando un tren de pasajeros embistió a otro en la periferia oeste, con saldo de tres muertos y 155 heridos. Las denuncias sobre deterioro de los transportes ferroviarios fueron un duro golpe a la popularidad de la presidenta Cristina Kirchner en el último año y medio.

El gobierno destacó en su página que «la Justicia ha confirmado que el disco rígido de la grabación de la cámara de seguridad de la cabina del conductor había sido encontrado en la mochila del maquinista«. En cambio, Gustavo Sobrero, líder sindical del ramal Sarmiento, denunció al canal de televisión TN «que se busca echarle la culpa a los trabajadores de lo que está pasando» con el sistema ferroviario.

La nota oficial indica que «una comisión formada por expertos universitarios ya comenzó la labor de colaborar con la Justicia en el esclarecimiento del hecho». La Unidad de Control de trenes registró que la formación circulaba «a una velocidad mayor al promedio» en los últimos 600 metros y en momentos de ingresar al andén, según el comunicado gubernativo. «El motorman nunca indicó fallas (mecánicas) a la torre de control», en tanto que el test de alcoholemia que le practicaron dio negativo, según el informe.

«Noventa y nueve pacientes se atendieron en los distintos hospitales porteños como consecuencia del accidente producido en la estación de Once», informó el Ministerio de Salud porteño en su página web. El accidente se produjo a primera hora de la mañana del sábado, cuando una formación del ferrocarril Sarmiento, procedente de las afueras de la capital argentina, impactó contra un andén de la estación y avanzó varios medios sobre él, sembrando el pánico entre la multitud presente.

En la misma línea y el mismo andén, otro accidente en febrero de 2012 causó 51 muertos y más de 700 heridos, en una de las mayores tragedias ferroviarias de la historia argentina.

Según los datos del GPS de la locomotora difundidos por el ministro de Interior y Transporte de Argentina, Florencio Randazzo, el tren siniestrado entró en el andén a una velocidad superior a la media, pero no se registro ningún inconveniente previo durante el recorrido.

La gestión del servicio ferroviario fue nacionalizada tras la tragedia de Once, y el Gobierno anunció una revolución ferroviaria en este medio de transporte que usan a diario 2,7 millones de pasajeros que se desplazan entre la capital argentina y su poblada área metropolitana.

Entre las medidas adoptadas por el Gobierno para mejorar la seguridad está la compra de nuevas formaciones, mejoras en las vías, la instalación de cámaras de seguridad en las cabinas y la aplicación de pruebas de alcoholemia a los conductores, pero muchos pasajeros aseguran que los cambios no son suficientes y el servicio es aún deficitario.

El accidente ferroviario del sábado fue el tercero de gravedad en la línea Sarmiento, donde en los últimos 20 meses en total ha habido 54 muertos y más de mil heridos. El siniestro más grave tuvo lugar en febrero de 2012.

Renfe pretende reutilizar piezas del Alvia siniestrado en cuanto el juez las libere de su custodia

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El Alvia 151 puede tener destino inmediato. Renfe considera que hay partes del convoy siniestrado el 24 de julio a la entrada de la estación de Santiago que «quizá no hayan sufrido daños irreparables» y que, por lo tanto, «podrán ser utilizadas como piezas de parque (como los «bogies») o «repuestos, reduciendo así en cierta medida las pérdidas materiales». Por eso Renfe-Integria pidió al juzgado -se desconoce su respuesta- que «tan pronto» como lo considerase «pertinente» autorizase el traslado de los restos del convoy siniestrado en julio a Toledo, a su Base de Mantenimiento Integral de La Sagra. Tras el accidente, se almacenaron en A Escrativude (Padrón), en las dependencias de una empresa que, señalan desde Renfe, cedió sus instalaciones por un tiempo «limitado».

Renfe asegura que ha valorado recurrir a las bases de mantenimiento «cercanas» al accidente que posee la operadora, pero desistió porque no reúnen los «requisitos adecuados para un correcto almacenaje». Así, la de Ourense y A Coruña disponen de sitio y de seguridad nocturna, pero no de accesos para los vehículos que se requieren para trasladar los restos. En Redondela el problema es que no llega el espacio, y en Monforte ni hay espacio, ni vigilancia ni accesos. En todo caso, dice que en Toledo «continuaría a disposción» tanto del juzgado como del Comité de Investigación de Accidentes Ferroviarios».

Los coches siniestrados permanecen desde finales de julio en las dependencias de una empresa de transportes de Padrón, en las instalaciones más alejadas de la carretera N-550 que discurre frente a su fachada principal. Los vehículos han estado en todo momento custodiados y a la vista exclusiva de los investigadores que en diversas ocasiones los han examinado para determinar si el tren presenta alguna anomalía que contribuya a arrojar luz sobre los numerosos interrogantes que siguen gravitando sobre esta tragedia. Los coches del Alvia están completamente destrozados. Varios de ellos quedaron seccionados por diferentes partes y dos ardieron. Además, todos perdieron elementos que fueron recogidos posteriormente de la fatídica curva formando así otro lote.

Su futuro será el desguace, pero lo lógico es que el juez ordene conservarlos al menos hasta que concluya la instrucción, por si fuera necesario recurrir a ellos en algún momento del proceso. La decisión puede generar controversia y afectar al caso. De hecho, la destrucción de los trenes de Cercanías de los atentados del 11-M generó una investigación judicial ante la acusación de que se había llevado a cabo antes de que se practicaran todas las pruebas periciales necesarias para esclarecer los hechos. El propio Tribunal Supremo reconoció en la sentencia del 11-M que la destrucción de los coches fue «apresurada» e «impidió su estudio en profundidad». Esto quizá determine a que el juez Aláez demore su entrega, como ahora solicita la operadora.

El juez admite el exceso de velocidad, pero reseña la imprudencia de Adif en el accidente de Santiago

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Velocidad, sí; pero imprudencia también. El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago, que lleva el caso del accidente de tren del pasado 24 de julio en el que fallecieron 79 personas y más de 150 resultaron heridas, ha imputado al responsable o responsables de seguridad de Adif en el tramo ferroviario entre Ourense y Santiago. El escrito del juez Luis Aláez especifica que las muertes y lesiones que causó el siniestro se encuentran «obviamente conectadas» con la conducción inadecuada por exceso de velocidad del maquinista, Francisco José Garzón. Sin enbargo, incide en que «un examen más detenido de las circunstancias conocidas en que se produce el siniestro permite inferir también su conexión con la omisión de medidas de seguridad preventiva de naturaleza vial y, en definitiva, con una conducta imprudente de las personas responsables de garantizar una circulación segura en el tramo de la vía donde se produjo la catástrofe». El magistrado apunta en su auto que señalará la fecha de la citación como imputados a estos responsables una vez que el gestor ferroviario informe sobre la identidad de tales personas.

Adif ha enmarcado dentro de la normalidad la decisión del juez de tomar declaración en calidad de imputado a los responsables de seguridad en el tramo accidentado cerca de la estación de Santiago. Fuentes del administrador de infraestructuras explican que cuando se produce un accidente con víctimas mortales, lo normal es que los responsables del gestor ferroviario sean llamados a declarar como imputados. «Es algo habitual y no es nada que se salga de la normalidad», ha insistido la misma fuente. El portavoz de la empresa pública ha añadido que Adif «asume y acata las decisiones judiciales y colaborará en el esclarecimientos de todas las circunstancias que han rodeado ese trágico accidente».

Según señala el auto del magistrado, «es evidente que las características de la vía en el lugar donde se produjo el descarrilamiento, a la entrada de la estación de Santiago y, en concreto, en la curva de A Grandeira, son sumamente comprometidas para la circulación de los trenes y que el bien jurídico protegido que se pone en riesgo es la vida e integridad física de las personas». En el auto se expone que, ante la situación «de peligro para la circulación y, consiguientemente para la vida, y ante el previsible error o despiste de un maquinista que puede circular a la máxima velocidad permitida», se deberían haber adoptado otros procedimientos que salvasen o evitasen una «predecible» equivocación «advirtiendo del peligro».

El magistrado apunta que la instalación de una señal fija de cambio de velocidad máxima a 80 kilómetros por hora entre 200 y 300 metros del inicio de una curva «se muestra insuficiente para evitar los resultados» del accidente. Agrega que dicha indicación vial está tan próxima a la curva en que se produjo el siniestro que imposible o «remotamente posible» la corrección manual de la velocidad inadecuada y apunta que el comienzo del descarrilamiento se produjo a 220 metros de la señal de cambio. Por tanto, el magistrado señala, con el carácter provisional de la fase procesal, que ha habido una «omisión de cautelas elementales» por quienes tienen la misión de garantizar la seguridad de la circulación ferroviaria en dicha línea, constitutiva de una imprudencia punible.

Lo justifica en que, ante la existencia de un importante riesgo para la circulación, «no se dota al sistema de seguridad de ningún recurso que lo resuelva automáticamente (ASFA y hombre muerto) ni se destaca al maquinista ese concreto riesgo más que de modo indirecto de una reducción de velocidad, al entender que la señal no es adecuada para un predecible despiste». Por tanto, argumenta el juez, los responsables de garantizar la seguridad, dada su presunta condición de personas experimentadas y con formación específica, «no podía pasarles desapercibido el peligro cierto de desatención por somnolencia, cansancio o rutina» del maquinista. «Cierto es que el maquinista es el responsable de manejar y guiar el tren «, pero «también lo es que era claramente previsible que un descuido o desatención de aquel podía provocar un accidente con alto riesgo para la vida e integridad de los pasajeros», dice el auto.

En el escrito se señala que la advertencia al maquinista podría consistir en «algo tan básico» como el establecimiento de señales visuales y sonoras de preanuncio de la limitación de velocidad a medida que el tren se aproxima a la curva. De hecho, el auto subraya que la «desatención en la seguridad en una línea en la que se circula a altas velocidades y que consiguientemente conlleva que un despiste en la conducción pueda tener consecuencias trágicas, tiene conexión con el descarrilamiento» del 24 de julio. «De haberse alertado previa y suficientemente de la proximidad a la curva de A Grandeira y del consiguiente cambio de velocidad al maquinista, lo más probable es que Francisco José recobrase la atención perdida -por una llamada telefónica- en la conducción y hubiese ajustado la velocidad del tren «.

En su auto, además, el magistrado reclama abundante documentación a Adif y Renfe, mientras pide al Congreso de los Diputados que le remita el diario de sesiones de la comisión en la que comparecieron la ministra y los responsables de los dos organismos.

(Imagen El Correo)

El maquinista del Alvia accidentado en Santiago, en libertad con cargos, admite que se despistó

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Un despiste. El maquinista del Alvia 151 accidente cerca de la estación de Santiago, Francisco José Garzón, admitió ante el juez que se despistó y no sabia en qué punto de la vía se encontraba aunque quedó en libertad con cargos tras permanecer tres días detenido por la Policía. Lo hizo tras responder a las preguntas del titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Santiago, Luis Aláez, encargado de investigar lo ocurrido la fatídica noche del miércoles en la curva de A Grandeira, cuando el tren que manejaba se salió de la vía y segó la vida de 79 personas. Sobre el maquinista pesa la acusación de homicidio imprudente formulada por la Policía. Según afirmó el sábado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, existen «indicios racionales» de su presunta temeridad al conducir el tren al doble de la velocidad permitida. Hasta última hora de la tarde de ayer el juez había mantenido la imputación del maquinista aunque sin atribuirle un delito concreto.

El maquinista, con la mirada oculta tras unas gafas de sol y la cabeza enfocada al suelo, llegó al Juzgado a media tarde de ayer esposado y vistiendo camisa azul y tejanos. En la parte superior de su cabeza se podía observar la marca de la herida que sufrió durante el descarrilamiento.

En torno a las 19.30 horas, el juez Aláez entregó el atestado policial, que incluye todas las diligencias, tomas de declaraciones y pruebas periciales recabadas hasta el momento. Todas ellas apuntan a un error humano como causa del terrible accidente. Tras un espacio de 20 minutos para que las partes pudieran estudiar el atestado, el magistrado inició sus preguntas. Durante los tres días que permaneció arrestado, dos de ellos ingresado en el hospital convaleciente de sus heridas, Garzón se acogió a su derecho a no declarar ante la Policía, una decisión que adoptó por recomendación de su abogado. El maquinista sí accedió a responder a las preguntas que le formuló el magistrado. No quiso en cambio contestar a las cuestiones planteadas por las acusaciones.

La declaración de Garzón se prolongó hasta las diez de la noche y a su conclusión el magistrado se inclinó por no enviarlo a prisión. En cualquier caso, como medidas cautelares el instructor le impuso la retirada del pasaporte, la prohibición de salir de España y la obligación de presentarse cada semana en el juzgado. Además, le inhabilitó provisionalmente para conducir cualquier tipo de trenes.

Renfe confirmó que se personará en la causa abierta, con la finalidad de estar presente en la declaración ante el juez y conocer cómo evoluciona la instrucción.

En contra de Garzón pesan las conversaciones que mantuvo tras el descarrilamiento, en las que reconoció que circulaba a 190 kilómetros por hora en lugar de los 80 permitidos o que si había muertos estos recaerían sobre su conciencia. La prueba principal es, sin embargo, la caja negra, que una vez abierta dará a conocer la velocidad a la que circulaba el convoy. Desde el miércoles permanece bajo custodia policial, aunque se ha postergado su apertura hasta que concluyese la identificación de los cadáveres. En las próximas horas se espera la llegada a Santiago de un técnico especializado en extraer su contenido.

En paralelo, la Policía investiga la actividad de los dos móviles que llevaba consigo Garzón para comprobar si los estaba usando antes del accidente. En caso de que así sea esta podría haber sido la causa de la supuesta distracción por la que el maquinista no habría frenado la velocidad del Alvia a tiempo.

Aunque la investigación policial se centra en el error humano como causa del accidente, desde el Ministerio del Interior se aseguró que no se descartará ninguna hipótesis como causa del siniestro. Esto incluye la posibilidad de que los sistemas de control que guiaban el convoy y que no habrían frenado el tren antes de llegar a la curva.

Fernando Garzón, tío del maquinista, ha asegurado que «parece que solo hay un culpable, pero tiene que haber más, es evidente». En escuetas declaraciones, el tío del maquinista, ha dicho encontrarse «mal» ante un suceso que ha calificado de «muy triste». «No puedo decir más. Es todo, no puede decir nada más», ha respondido Fernando Garzón , residente en la barriada toledana de Santa María de Benquerencia, al ser preguntado por si había mantenido algún contacto con su sobrino.

Fuentes próximas al tío del maquinista han explicado que «apenas habla» y que se encuentra muy triste por la situación. Las mismas fuentes han añadido que se trata de un tema muy delicado y que quieren mantenerse al margen.

(Fuente Colpisa)

Un juez achaca el accidente de la estación Once a una «trilogía siniestra de empresarios, funcionarios y sindicalistas»

Un juez federal argentino ha procesado a los exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi por los delitos de abuso de autoridad e incumplimiento de deber por el accidente ferroviario de Buenos Aires que en febrero causó 51 muertos. Los imputados están acusados de no haber controlado el funcionamiento de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), concesionaria de la línea de ferrocarril en la que se registró el siniestro.

El accidente ocurrió en plena hora punta matinal del pasado 22 de febrero, cuando un tren procedente de la localidad bonaerense de Moreno -en la línea Sarmiento– se empotró contra un andén de la estación de Once y dejó un saldo de 51 muertos y más de 700 heridos. Seis días después, el Gobierno argentino intervino TBA y en mayo le retiró la licencia de explotación de las líneas Sarmiento y Mitre a raíz del «deficiente estado de conservación y mantenimiento del material rodante y deterioro de la capacidad y calidad de los servicios prestados».

El juez Claudio Bonadio dictó también el procesamiento de los hermanos Claudio y Mario Cirigliano, propietarios de TBA, y solicitó prisión preventiva para ellos, aunque seguirán en libertad porque fueron beneficiados con la excarcelación por la Cámara Federal. El emporio de transporte público de los Cirigliano, uno de los mayores de Argentina, deberá hacer frente al embargo de bienes por valor de 600 millones de pesos (126,31 millones de dólares).

Bonadio sobreseyó al maquinista del tren, Marcos Antonio Córdoba, a quien los dueños y gerentes de la empresa TBA habían acusado de ser el causante del accidente en la estación de Once, una de las tres más importantes de la capital argentina. En la resolución de casi 900 páginas, Bonadio apunta que el choque se produjo por la «trilogía siniestra de empresarios, funcionarios y sindicalistas». El juez decidió además procesar al exsubsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna y a Marcelo Calderón, titular de Cometrans, el grupo al que pertenece TBA, y a Carlo Ferrari, expresidente del mismo.