Archivo de la etiqueta: vigilancia

Renfe descarta cámaras en cabina del tren

La dirección de Renfe da marcha atrás y descarta colocar en las cabinas de sus trenes dispositivos de audio y vídeo, tal y como se había comprometido tras el accidente de Angrois, una de las medidas implementadas por el Ministerio de Fomento tras el siniestro del Alvia en Galicia, en el que murieron 80 personas y 144 resultaron heridas. Entre otras medidas de seguridad anunciadas por Fomento se encontraba la de incrementar el control de videovigilancia en los trenes. De hecho, en 2014 Renfe sacaba a concurso público la licitación, con la que se pretendía iniciar la colocación de cámaras en 240 trenes, desde AVE hasta Avant y Alvia, para lo que Fomento disponía de tres millones de euros. Incluso se llegó a experimentar el servicio en trenes que realizan el recorrido a Galicia, si bien la iniciativa «es para todo el territorio nacional». «No es una medida urgente porque, en realidad, es un control adicional al que ya llevan los trenes para controlar la seguridad», señalaban en ese momento responsables del ministerio.

La idea era ir dotando a todos los trenes de sistemas de grabación de audio y vídeo, con el objetivo de que pudieran tener un registrador jurídico que, en caso de accidente, sirviera para analizar con más datos las causas. Sin ir más lejos, en el Alvia accidentado en Santiago la conocida como caja negra fue clave para conocer que fue una conversación telefónica entre el maquinista y el interventor lo que desubicó al conductor poco antes de la curva de Angrois. La presencia de las cámaras, alegaban los expertos en seguridad, podría tener un efecto disuasorio para evitar ciertas conductas que podrían suponer un riesgo para la atención y conjurar algunos lapsus típicos del factor humano durante la conducción.

Los maquinistas, a través de los sindicatos, mostraron su rechazo frontal a la medida, especialmente cuando la operadora pública empezó a instalar las carcasas en algunos trenes y, en uno de ellos, la primera cámara en funcionamiento como experiencia piloto. El experimento pronto circuló por los teléfonos móviles de todos los maquinistas, indignados porque volvía a cargarse el peso de la sospecha sobre ellos. Los maquinistas aseguran que estas cámaras no aportan ninguna información adicional a la que ya recogen los sistemas de grabación actuales. Creen que se trata de una especie de «invasión de la intimidad» del maquinista, que puede sentirse «cohibido» en su trabajo diario. «Todo lo que habla el maquinista queda recogido en el audio, si habla por el móvil, si habla con una segunda o tercera persona físicamente; por ello creemos que añadir una cámara de vídeo es una supervisión excesiva«, apuntaban fuentes del sector de maquinistas de Galicia.

La indignación entre los conductores, muy reacios a que se grabe su actividad laboral, motivó que el Semaf (Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios) distribuyera una nota informativa entre sus afiliados «ante la inquietud generada por la posible instalación de cámaras de grabación en las cabinas». Tras realizar una serie de consultas con la dirección de Renfe, transmitieron a los trabajadores la información que les proporcionó la operadora ferroviaria. Renfe les garantizó que solo había instalada una cámara en un solo vehículo del material móvil de la compañía pública, con el objeto de probar su eficacia como proyecto piloto, tal y como se había planteado en un principio, cuando surgió esta idea tras el accidente ferroviario de Santiago.

En una comunicación a la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), que recomendaba estudiar la viabilidad de esta medida a raíz de un accidente, la compañía explicó que Renfe Viajeros «decidió no instalar el sistema de grabación de vídeo ante una posible vulneración del derecho a la intimidad de las personas, según la Ley de Protección de Datos». Además, aportaban un dictamen de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea, contraria a que el operador ferroviario de Polonia (NSA) instalara cámaras en las cabinas de sus trenes, «al considerar inapropiada la medida por suponer una barrera a la interoperabilidad». Es decir, Bruselas no quiere iniciativas unilaterales que supongan un freno a su plan para homogeneizar la circulación de trenes por todos los países de la Unión. En España, el sindicato de maquinistas (Semaf) mostró su rechazo a esta iniciativa, pero sí que estaría de acuerdo con la grabación en vídeo de todo lo que sucede en la infraestructura, de cara a la investigación de determinados accidentes.

A pesar de que Renfe había contratado parte de este equipamiento, solo se ha centrado en la instalación de los dispositivos para la grabación de audio, un proceso que sufrió un serio retraso al entrar en concurso de acreedores la empresa a la que se le había adjudicado el contrato.

Oficios del tren: guardabarreras

En septiembre de 2012, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) elimina el último paso a nivel con barreras de toda España, custodiado en Roda de Mar por un guardabarreras, cuya función es la de bajar y subir manualmente estas protecciones, una operación que declina con la automatización de los pasos a nivel, pero que se realiza mayoritariamente con personal humano hasta los años 80. El paso de Roda de Mar está situado en el kilómetro 612/024 del ferrocarril Madrid-Barcelona (vía Zaragoza-Mora-Reus-Roda-Vilanova). Actualmente por esta línea, tras el cierre del tramo Reus-Roda, sólo pasan trenes que recorren el tramo Sant Viçens de Calders- Plana, de viajeros y de mercancías, tanto en recorridos regionales como hacia el resto de España. En marzo de ese mismo año desaparece el guardabarreras del famoso paso a nivel del Crucero (León). Con la automatización de ambos pasos, desaparece ya la celebérrima categoría de oficio ferroviario.

El proceso de sustitución de pasos a nivel por cruces a desnivel es una práctica normal. Cuando por escaso tráfico o circunstancias singulares no se hace, la tendencia pasa por instalar semibarreras automáticas que suponen un sensible ahorro en los costes de explotación ya que evitan la disponibilidad de personal de manera permanente en los cruces. En este caso de Roda, el ayuntamiento se muestra siempre reticente a la desaparición de la figura del guardabarreras, ya que se confía más en la seguridad del factor humano que en la técnica. Los ayudantes ferroviarios que custodian el paso a nivel situado en la localidad tarraconense de Roda de Mar, a pocos kilómetros del antiguo nudo de Roda de Bará, se convierten en los últimos ejemplares de un oficio abocado a su extinción completa en el ferrocarril español. Ya no queda más guardas ni en Feve ni en ninguna otra empresa española, salvo los contados casos de los pasos custodiados en ramales industriales por personal desplazado a bordo de los trenes (como en el acceso a la cementera de Toral), explica la revista Vía Libre.

La Fundación de los Ferrocarriles Españoles custodia en su sede museística de Vilanova las históricas, y especialmente simbólicas, barreras, y su conocido mecanismo de accionamiento. En un primer momento, las barreras manuales se suplen por un sistema de cadenas que obviamente tiende y retira un agente, hasta que, a mediados del mes de septiembre de 2011, se instalan las definitivas barreras automatizadas. Dado lo simbólico de este cierre, al acto acuden el director general de Transportes y Movilidad de la Generalitat, acompañado por el delegado del Gobierno catalán en Tarragona, así como todo el ayuntamiento y representantes de Adif.

Durante buena parte de la historia del ferrocarril español, la vigilancia de la vía constituye una importante función para garantizar la seguridad del transporte. El trazado de las líneas férreas se superpone a los caminos tradicionales, de manera que en ocasiones convergen en un mismo punto las vías terrestre y ferroviaria. La imposibilidad de realizar un uso simultaneo del espacio obliga a regular un uso alternativo, lo que obliga a definir los pasos; además el Estado determina la necesidad de incorporar a los mismos vigilancia. La regulación e inspección de la Administración obliga a las compañías a realizar una voluminosa contratación dentro de este servicio (en 1959, Renfe constata la existencia de 2.390 empleados y 1.352 guardesas, aunque diez años antes estas son 2.799 por 982 hombres).

Los pasos a nivel que coinciden con carreteras generales de importante tránsito obligan a una vigilancia permanente en dos turnos, mientras que los pasos de caminos vecinales o puntos de poca importancia solo se guardan, según el discurso de las compañías, durante las horas de luz. Un recurso habitual es emplear para guardar los pasos a nivel el binomio hombre-mujer, con relación de parentesco, preferentemente conyugal (en los reglamentos de algunas compañías se indica la conveniencia “de ser casados o casarse en un breve plazo”). Esta opción garantiza el cumplimiento legal, de tal forma que se distribuye la responsabilidad en dos jornadas de trabajo de 12 horas diarias y permite la organización informal del servicio, con un coste muy bajo.

El mecanismo diseñado por las concesionarios refuerza el carácter de privilegio para que los obreros y obreras sean conscientes de las concesiones que se les otorgan y muestren una actitud de subordinación sin tensiones. El cabeza de familia (el hombre, si duda alguna) ocupa el papel principal al ser el eje de grupo (con jornal y derecho a vivienda-casilla, y huerto en el terreno anexo, cuando es posible) y se proporciona a la esposa, no la retribución de su trabajo sino, un suplemento monetario por realizar un “trabajo que no requiere ninguna cualidad”, aunque para nada exento de una responsabilidad penal, incluso. La verdad objetiva es que la contratación de mujeres se realiza para obtener una ventaja económica, y contener el presupuesto de los gastos de explotación.

Una misma ocupación con distinta retribución. El personal de guardas, como máximo percibe 60 pesetas al mes (2 pesetas de jornal diario) en la primera década del pasado siglo y las guardabarreras mujeres añaden 15 pesetas al ingreso familiar. Las concesionarias no reconocen en ello discriminación alguna, en tanto que el jornal femenino es subsidiario del ingreso masculino; ítem más lo consideran un beneficio para aquellos hogares que perciben dos jornales. Incluso utilizan el argumento del privilegio cuando recuerdan que a estos agentes se les permite cultivar un huerto y tener animales de granja para el consumo familiar. “(…) son muy numerosas las guardesas que por ser esposas o hijas de guardas, capataces u obreros de la vía viven con ellos en viviendas que la compañía les concede gratuitamente abonándoles la asignación de 0,50 pesetas”, reflejan las concesionarias en algunos de sus informes, Como se puede ver en la entrada dedicada a las guardesas, las mujeres guardabarreras reciben la cuarta parte del jornal de sus homólogos masculinos, discriminación que se mantiene en el tiempo.

Estos agentes ferroviarios desempeñan una jornada variable, que puede alcanzar las 16 horas diarias. Las compañías suelen atemperar su exceso con el simplón argumento de que el trabajo efectivo se reduce, esencialmente, al paso de los trenes. «Al mismo tiempo, endurecen la disciplina hacia esto agentes y establecen como negligencia sancionable no hacer la señal al tren –colocándose a la derecha de la vía al paso del tren a una distancia de 1,50 metros e indicando vía libre, alto o, reducción de velocidad–», destaca la profesora de la Complutense de Madrid, Esmeralda Ballesteros. El personal de vigilancia es el grupo que más tarde se beneficia del cambio legislativo que regula la jornada laboral de ocho horas por “no haber recaído solución sobre la forma y modalidades de su implantación”, justifica Norte en sus informes.

Las condiciones de contratación les obligan a una presencia casi permanente en el puesto de vigilancia, no solo para regular el tránsito de los trenes, sino también para velar porque el ganado no ocasione destrozos e impedir que personas extrañas circulasen o permanecieran sobre el camino del tren. Durante el día las barreras del paso permanecen abiertas y se cierran al paso del tren; por la noche ordinariamente están cerradas, y se abren ante la necesidad de tránsito, lo que exige una disponibilidad total.

Tampoco se puede obviar que el rigor del trabajo del mantenimiento de la vía implica estar expuesto a la dureza de las condiciones meteorológicas –calor, frío, lluvia o nieve–, recuerda Ballesteros. El desgaste por realizar un trabajo continuado a cielo abierto tiene como consecuencia un envejecimiento prematuro y, por ende, una muerte anticipada. La ‘herencia’ del trabajo materno influye también en la aceptación de los inconvenientes de este oficio, como es permanecer de 8 a 12 horas en una garita fría e incómoda, a menudo construida por la brigada a base de traviesas en desuso. Pero que se toma como algo natural, y por lo tanto no se cuestiona, por haberlo visto desde la infancia.

«El guardabarreras debe dedicar toda su atención a vigilar la vía hasta donde alcance su visibilidad, para advertir la aproximación de los trenes, y no debe confiar en que ésta le sea siempre anunciada por campanilla o luces. Donde las haya, debe guiarse también por la indicación de las señales fijas y barreras de pasos a nivel cercanos. Estará atento ante cualquier posible obstrucción de la vía para tomar las medidas del caso. En las secciones con rampas pronunciadas permanecerá atento hasta que los trenes hayan traspuesto las mismas, por si éstos se fraccionaran o tuvieran que retroceder». El reglamento deja bien claras las obligaciones de estos agentes (y las del resto de ferroviarios), que tienen obligación de conocer el horario de los trenes a fin de cerrar las custodias nada más notar su aproximación. «Cuando esté provisto de campana o silbato, prevendrá al público por medio de éstos antes de cerrar la calle. Al pasar cada tren, deberá fijarse en él para ver si marcha normalmente. Si notara cualquier anormalidad procurará llamar la atención del personal del tren o, de no ser ello posible, avisar al jefe o señalero», reza otra de las disposiciones. «En caso de producirse cualquier obstrucción de la vía o vías sobre el paso a nivel o sus inmediaciones, el guardabarreras deberá proteger la vía obstruida sin demora, llevando consigo una bandera o luz roja y los petardos«, zanja una de las disposiciones.

Con el tiempo su participación dentro de la infraestructura es cada vez menor. A partir de 1963 comienza una drástica reducción del empleo, consecuencia de la desaparición de categorías, pero también de la disminución más que notable que se produce en la de guardesas, especialmente significativa durante la década de los ochenta. Un empleo, que junto con el de guardesa es el núcleo básico de este grupo de vigilancia de la vía. .

(Imagen Archivo Digital Ministerio de Educación .Fuentes. Vía Libre. Francisco Cayón García y Miguel Muñoz, en «El trabajo de la infraestructura en Renfe 1944-1998). Esmeralda Ballesteros Doncel, en «Retribuciones de los trabajadores del Servicio de Vía y Obras (MZA). Reflexiones en torno a un análisis multidimensional». Pilar Díaz, Pilar Domínguez, Pilar Folguera y José María Gago, en «Las profesiones en Renfe. Un proyecto de historia oral». Esmeralda Ballesteros Doncel y Tomás Martínez Vara, en «El empleo ferroviario como una construcción masculina. El caso de la compañía MZA, 1857-19361»)

370 perros por día viajan en el Metro de Madrid

Más de 135.000 perros han utilizado el Metro desde que se permitió el acceso de los canes al suburbano madrileño en julio de 2016 y se han recibido alrededor de 177 reclamaciones por parte de los usuarios. Desde que se estrenó la medida, el 6 de julio de 2016, han utilizado el Metro unos 370 perros cada día y las estaciones de Chueca, Príncipe Pío, Embajadores y Retiro han sido las que han tenido un mayor número de usuarios acompañados por sus mascotas. La Línea 3 es la que cuenta con un mayor número de usuarios que viajan con perros.

La normativa establece que los perros que accedan al Metro deberán ir provistos de bozal y correa de hasta 50 centímetros. Sólo se permite introducir un perro por viajero y deberán viajar en el último coche de cada tren. El acceso con perros se permite en todo momento de lunes a viernes, excepto en las horas punta (de 7.30 a 9.30 horas, de 14 a 16 horas y de 18 a 20 horas), y sin limitación horaria los meses de julio y agosto, fines de semana y festivos.

Para recordar estos puntos básicos de la normativa, Metro de Madrid y la ‘Asociación Héroes de 4 Patas’ han realizado de manera conjunta una serie de carteles para la campaña ‘Llévame contigo en Metro’, protagonizada por Jako, un agente de policía jubilado especializado en búsqueda de explosivos. Paralelamente, trabajadores de Metro, propietarios de perros, han protagonizado el vídeo ‘Nosotros viajamos en Metro así’ que ha servido para difundir la correcta aplicación de la normativa, a través de redes sociales.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, vistaba la pasada semana la Brigada Móvil de la Policía Nacional en la Comisaría de Metro de Nuevos Ministerios. Este espacio tiene 513 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas, cedidos de manera gratuita por Metro. El espacio fue renovado y ampliado en 2015, tras reubicar sus instalaciones en una zona más visible, dotándola de un área de Atención al Ciudadano.

El Cuerpo Nacional de Policía vela a diario por la seguridad de los 585 millones de viajeros que utilizan anualmente la red metropolitana. Más de 100 agentes están adscritos a la Brigada Móvil de la Policía Nacional, desempeñan su labor en Metro de Madrid. Esta unidad, compuesta por 250 efectivos, está especializada en la prevención de delitos, la atención al viajero y el control de infracciones en los medios de transporte.

La Brigada Móvil contribuye, junto a los 1.700 vigilantes de seguridad de Metro, a garantizar la seguridad de los 2,2 millones de viajeros que diariamente utilizan la red. La comisaría cuenta con espacios diferenciados para el desarrollo de las funciones de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, como despachos, archivo y zona de calabozos. El horario de atención al público es de 8 a 22 horas, de lunes a viernes. Los fines de semana se mantiene la actividad policial en función de las necesidades del servicio. Este modelo de Brigada de Policía integrada en la red de Metro se utiliza simultáneamente en otras estaciones, como las de los intercambiadores de Atocha, Chamartín y Méndez Álvaro.

El Puesto Central de Mando de Metro cuenta con un agente de la Policía Nacional de manera permanente. Esto permite facilitar la labor de los agentes a través de las 8.563 cámaras de la red de Metro, lo que ha contribuido a reducir de manera notable la delincuencia en el Suburbano. De hecho, en la última encuesta de calidad, la seguridad en Metro es calificada con un notable (7,67 puntos sobre 10) por parte de los usuarios de Metro, siendo incluso superior la valoración de los usuarios extranjeros, con 8,11 puntos.

La estación de Nuevos Ministerios es la tercera con más entradas registradas en la red de Metro de Madrid en 2016, con 15,9 millones de usuarios, por detrás de Sol y Moncloa. Tiene correspondencia con las líneas 6,8 y 10 de Metro, así como con Cercanías Renfe. Su conexión directa con el aeropuerto de Barajas, la convierte en uno de los principales accesos directos del turismo internacional a la ciudad de Madrid.

La asociación ‘Héroes de 4 patas’ con la que se ha colaborado, nació en enero de 2015. Está integrada por perros de trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tanto del Estado, como autonómicas y locales. Esta asociación surge con la intención de solventar las carencias existentes en España en lo referente a la jubilación de los perros de trabajo utilizados por las distintas unidades caninas. Su objetivo fundamental es ofrecer una retirada digna y de calidad a estos auténticos Héroes de 4 Patas que, durante gran parte de su vida, han prestado un importante servicio a la sociedad. Desde la asociación, se busca un hogar de adopción a estos perros cuando llega el momento de su jubilación.

Cámaras en Monforte para evitar el vandalismo

rotonda-museo-ferrocarri-monfortel

El Museo del Ferrocarril de Galicia, con sede en antiguas dependencias de la estación del tren de Monforte, coloca numerosas cámaras de videovigilancia de última generación para evitar actos de vandalismo en sus instalaciones. Una de las zonas más sensibles del museo, la rotonda ferroviaria, se ha cubierto completamenmte con cámaras. Esta infraestructura es una de las pocas que quedan ya en España con intercambiador de vías y edificio cochera para locomotoras, declarada Patrimonio Industrial a Preservar por la Unión Europea.

El museo cuenta ya con numerosas cámaras de infrarrojos que detectan incluso de noche objetos en movimiento y envían imágenes en tiempo real a los teléfonos móviles de los responsables del centro siempre que haya una incidencia. La Policía interviene cuando la alarma es tenida en cuenta y se constata la urgencia del aviso, según indica el gerente de la Fundación dos Ferrocarrís de Galicia, Luis Blanco.

Blanco explica que se trata de un esfuerzo más para evitar actos de vandalismo como los sufridos años atrás, sobre todo por parte de grafiteros, que tienen una peculiar competición consistente en ver quién es el primero en llenar con sus pintadas convoys ferroviarios. El gerente del muso dice que la rotonda, donde está almacenada la mayor parte del material ferroviario histórico del museo, estaba bastante desprotegida. De ahí que ahora se haya cubierto esta zona de cámaras para, añadió, evitar pintadas y destrozos, o por lo menos ponérselo difícil a aquellos que tienen una verdadera obsesión con los trenes para grafitearlos.

Blanco asegura que Renfe hace un seguimiento constante de los grafiteros y que dispone de una base de datos con los más habituales. A través de sus acciones, que graban en vídeo, el seguimiento es más fácil. La Policía también está al tanto de las acciones de estos grupos que producen daños considerables en el patrimonio ferroviario.

El museo alberga auténticas joyas del patrimonio ferroviario de España que se encuentran en perfecto estado operativo. Entre la colección podemos encontrar las locomotora eléctrica 269.601,que en 1991 alcanzó en pruebas los 241 kilómetros por ahora. También es posible admirar la locomotora eléctrica 7722, de fabricación inglesa y que formaba parte de una serie de 75 unidades que fueron las encargadas de inaugurar la electrificación de la línea Palencia-, destaca la locomotora 10806 conocida popularmente como «Ye Ye» y también un ejemplar de la serie de locomotoras más mítica de Galicia, las 1800. Esta serie de 24 unidades de fabricación norteamericana y hermanas de las 1600 fue destinada íntegramente a Galicia en 1958 para progresivamente sustituir a las locomotoras de vapor en sus cometidos y con el paso de los años se adueñaron del 100% de la red gallega sin electrificar. En el museo se conserva la 1812.

Pero la gran estrella del centro es la Mikado 141F2111. Se trata de una máquina construida en 1954 en Escocia que estuvo en servicio en España hasta finales de los años setenta. En aquel momento se salvó del desguace y en 1981 fue asignada al Museo Nacional del Ferrocarril, con sede en Madrid. Ocho años después fue restaurada para mover el ‘Tren de la Fresa’, que hace salidas entre Madrid y Aranjuez. También es posible admirar la ALCo 1812 y.

El museo estará cerrado los días semana hasta el próximo 20 por descanso de parte del personal que lo atiende. Los interesados en conocerlo pueden, mientras tanto, acudir los sábados, domingos y festivos en horario de doce a dos, por la mañana; y de cinco a siete, por la tarde.

(Fuente El Progreso de Lugo)

Alstom probará a pie de vía un programa piloto de tecnología militar para blindar la red del AVE

tecnicos-problemas-red-adif-alta-velocidad

La compañía francesa Alstom impulsa un proyecto piloto basado en tecnología militar para detectar cualquier alteración en el cableado que acompaña a las vías de alta velocidad. Alstom presentó hace unos meses a Adif su programa y obtuvo permiso para hacer pruebas a pie de vía. El test comenzará, previsiblemente, antes de final de año, aunque de momento no se ha determinazo la zona donde será implantado.

La intención del fabricante francés es sacar al mercado en un plazo de 12 a 18 meses este sistema de seguridad, que tiene como base el desarrollo de minas inteligentes, protección perimetral en instalaciones militares o prisiones de alta seguridad. “De igual modo que las minas más avanzadas y sistemas perimetrales tienen sensores para distinguir qué vehículo está pasando, para activarse o no, o quien se acerca a una valla, nuestro sistema discrimina en función del vehículo o número de personas que se acerquen al cableado”, explican fuentes del fabricante.

Los sensores, capaces de distinguir sonidos y vibraciones, utilizarán la infraestructura de fibra óptica ya instalada en las líneas de ferrocarril, sin necesidad de mayor intrusión en la vía. Actualmente Adif tiene dispuestas cuadrillas de vigilantes jurados para custodiar el cableado de la red ferroviaria, aunque los sindicatos vienen denunciando desde hace años que los dispositivos son insuficentes.

El robo de cable y los cortes intencionados en el suministro energético causaron el pasado año un coste de 7,3 millones de euros (sin contar la reposición y arreglos); en 2014 aún fue mayor ya que llegó a los 10,5 millones de euros. Los ataques a la red provocaron además considerables retrasos en los trenes que suman alrededor de las 800 horas por ejercicio, principalmente en servicios en las líneas convencionales. Se trata de una falla de seguridad del sistema ferroviario que Adif trata de solucionar implantando una solución tecnológica que desarrolla Alstom en su centro de innovación en señalización y seguridad ferroviaria de Madrid.

La empresa dependiente de Fomento registró casi 900 robos en 2015, en los que perdió hasta 275 kilómetros de cable. En cada uno de esos hurtos, los autores causan un daño aún mayor al tener que romper el cable de fibra para acceder al de cobre. La caída en el número de sustracciones en 2015 puede deberse, apuntan desde Alstom, a la depreciación del cobre, mientras la fibra apenas encuentra salida en el mercado negro, por lo que no suele ser objeto de deseo.

Adif es el primer cliente potencial para una solución de estas características, pero Alstom también piensa en la exportación. El fabricante de trenes tiene como objetivo de aquí a 2020 diversificar fuentes de ingresos, informa Cinco Días. Para entonces, las áreas de sistemas, servicios y señalización deben alcanzar un peso del 60% en unos ingresos globales estimados en 10.000 millones. Esos negocios tienen un protagonismo conjunto actual del 46% sobre una cifra de ventas de 6.900 millones en 2015, dejando el protagonismo a la producción de trenes. Además, un 30% de las ventas dentro de cuatro años tendrán que deberse, según el plan estratégico, a productos innovadores.

Francia pondrá aparatos para detectar explosivos y agentes de seguridad de civil en trenes a Bruselas

vigilancia-thalys

Los trenes ‘Thalys’ que conectan París con Bruselas y otros destinos de Bélgica, Holanda y Alemania contarán con dispositivos de detección de armas y explosivos que se sumarán a los arcos detectores en servicio desde principios de año. El anuncio lo hizo ayer el presidente de la compañía ferroviaria francesa SNCF, Guillaume Pépy, que en una entrevista radio-televisada manifestó su deseo de que las autoridades de los otros países por los que circulan los ‘Thalys’ tomen el mismo tipo de medidas.

Pépy descarta la retirada de los arcos de seguridad, como ha solicitado algún responsable francés, que considera que son caros y poco eficaces, e indica que la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) va a presentar un informe de evaluación de los tres primeros meses de funcionamiento e esos mecanismos. La instalación de esos arcos se decidió tras la tentativa de atentado del conocido como el terrorista del ‘Thalys’, el marroquí Ayoub El Khazzani, que el pasado 21 de agosto subió en Bruselas a ese tren con una bolsa llena de armas. El Khazzani pudo ser reducido por varios pasajeros del tren, en particular por unos militares estadounidenses que estaban haciendo turismo, pero hirió de gravedad a dos personas.

Pépy presentó otras medidas de seguridad que su empresa va a poner en marcha, como la presencia de vigilantes armados en los trenes vestidos de civil para que no puedan ser identificados.»Nuestros agentes de seguridad tendrán el derecho de circular, armados y de civil, en los trenes», explicó Guillaume Pepy en una entrevista a varios medios franceses. Esta «persona que patrulle» estará «habilitada, entrenada, para disparar«, agregó. Hasta ahora, los agentes de seguridad podían utilizar su arma sólo cuando llevaban el uniforme. Con esta nueva medida, podrán hacerlo estando de civil para que «no sean vistos», destacó el dirigente ferroviario.

El miércoles entró en vigor una nueva ley sobre la seguridad en los transportes que permite este cambio. «Los atentados, inclusive el atentado [frustrado] del ‘Thalys’ nos han conmocionado a todos y las estaciones pueden ser un objetivo», advierte Pepy.

Francia propuso al resto de países europeos que se informen de las órdenes de búsqueda para reforzar «el seguimiento de las personas identificadas como peligrosas» y «definir unos criterios objetivos», como por ejemplo la procedencia de un pasajero, que permita proceder a controles de identidad de los ciudadanos de la UE, según el citado rotativo.

Renfe contrata a nueve compañías para controlar la seguridad en sus estaciones e instalaciones

seguridad-renfe-estaciones-viajeros

Renfe ha repartido entre nueve compañías el contrato de prestación de servicios de vigilancia y seguridad en sus estaciones e instalaciones para los próximos tres años por un importe conjunto de 173 millones de euros. Este es otro de los ‘macrocontratos’ promovidos o resueltos por la compañía ferroviaria en los últimos meses, junto con los de implantación de ‘wifi’ en los trenes AVE, el de servicios de limpieza o el de suministro de nuevos trenes de Alta Velocidad.

La operadora ha resuelto contratarlo con nueve compañías el contrato de seguridad. Se trata de Eulen, Prosegur, Ombuds, Segur Ibérica, Garda Servicios de Seguridad, Mega 2 Seguridad, Protección y Seguridad Técnica, Servicios Integrales de Seguridad y Transportes Blindados. Segur Ibérica y Prosegur se han hecho con los dos lotes de mayor importe, de 27,68 y 24,08 millones de euros, respectivamente. El correspondiente a Eulen se ha contratado en 16,81 millones de euros y el de Ombuds asciende a 17,61 millones.

El lote que ha conseguido Garda Servicios se sitúa en 18,10 millones, el de Mega 2 Seguridad en 19,9 millones, el de Protección y Seguridad en 18,08 millones, el de Servicios Integrales de Seguridad en 16,45 millones y el de Transportes Blindados, en 17,10 millones.

Estas compañías deberán prestar servicios de guardias de seguridad y de vigilancia en las estaciones de tren competencia de Renfe, esto es, las de Cercanías, así como en las oficinas y el resto de instalaciones de la operadora durante un periodo de tres años. El contrato se enmarca en la estrategia de la operadora de agrupar en un sólo bloque los distintos tipos de servicios que adjudica con el fin de lograr ventajas y optimizar su coste.

Renfe tiene pendiente de adjudicación el correspondiente a la prestación de servicios de limpieza a todos los trenes y todas las instalaciones de la empresa para los dos próximos años, estimado en 123 millones de euros.

Tras adjudicar a finales de 2015 a Telefónica el contrato de suministro de servicio ‘wifi’ en los trenes AVE, la compañía tiene también abierto el contrato de suministro de treinta nuevos trenes de Alta Velocidad, un ‘macropedido’ de 2.642 millones.

¿Drones para vigilar la red del AVE?

pilotaje-drones-vigilancia-area

No parece una idea descabellada; más bien todo lo contrario. El ferrocarril, como servicio público, debe garantizar la seguridad de los usuarios y, por lo tanto, es imprescindible garantizar el funcionamiento de toda la red. No es pues de extrañar que los responsables de Adif estudien el uso de drones para hacer efectiva la vigilancia y control de amplias extensiones de su vasta trama ferroviaria. Sin ir más lejos, la SNCF utiliza ese tipo de dispositivos (en concreto el modelo Helipse HE190) para inspeccionar algunas de las zonas de difícil acceso de la red ferroviaria francesa.

El último incidente ocurrido en Cataluña ha hecho saltar todas las alarmas de los responsables ferroviarios. Una cosa es el robo de cobre, por desgracia demasiado habitual en la comunidad catalana, pero otra bien distinta es que se produzca el sabotaje de la línea de Alta Velocidad y se corten los cables de fibra óptica vitales para realizar el servicio en condiciones óptimas.

En los últimos años, se ha intensificado el control sobre las chatarrerías y se ha presionado a las bandas que se dedican al robo y venta de cobre. Pero ahora el material desvalijado sale de inmediato por la frontera hacia países de Asia, por lo que se dificulta en extremo las intervenciones policiales.

Esta situación ha provocado que el asunto se aborde en altas instancias de Adif que comienzan a barajar el empleo de los drones en la vigilancia de zonas de difícil acceso e instalaciones clave para el funcionamiento de los trenes. El uso de estos dispositivos permitiría dar una respuesta rápida en las zonas donde se produzca una incidencia tras un accidente o un fenómeno meteorológico. Los drones podrán utilizarse para supervisar, terraplenes, trincheras, paredes rocosas escarpadas o catenaria, para detectar obstáculos en la vía, comprobar el buen funcionamiento de equipos de vía, controlar la vegetación, detectar intrusiones y robos, o cartografiar con precisión puntos de la red.

La utilización de drones permite trabajar sin interrumpir la explotación ferroviaria y aligerar los tiempos que dura la inspección. Los dispositivos no tripulados permiten controlar áreas más extensas y focalizar los sobrevuelos en las zonas donde se producen más incidentes (robos y sabotajes), ahuyentando de este modo a las mafias que se dedican al robo de cobre. Las primeras pruebas se han realizado en línea de alta velocidad entre Málaga y Córdoba, en el punto kilométrico 43.6, sobre el río Cabra, como parte del proyecto de Adif (Arid-Lap).

En España, los pioneros son los responsables de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña que ya usan dispositivos aéreos para revisar sus instalaciones. La vigilancia se centra, sobre todo, en las líneas de media tensión (25 kV) que unen las subestaciones eléctricas de las estaciones de Las Fuentes y Sant Quirze con las receptoras de la empresa suministradora.

La normativa para el uso de estos sistemas es muy restrictiva y sólo se permite su uso civil cuando trabaja a la vista del operador, y un máximo de veinticinco kilos de de carga, si bien existen distintas iniciativas de regulación internacional que permitan la integración de los RPAS en el espacio aéreo civil. Otros países tienen resuelto el tema. Los Ferrocarriles Alemanes, por ejemplo, los usan como sistema de vigilancia y disuasión anti-grafiteros.

Los ferroviarios reclaman más seguridad

mossos-trenes-barcelona

Basta de agresiones e intimidación. Los sindicatos del grupo Renfe de Barcelona denuncian las condiciones de seguridad de Rodalies de Cataluña después de que el pasado 22 de agosto un viajero sin billete agrediera a un interventor en un tren de la Línea R3 de Barcelona a Puigcerdà, en Mollet Santa Rosa. Los trabajadores recuerdan las condiciones precarias de seguridad en las que han de realizar su trabajo, expuestos a continuos insultos y agresiones físicas, así como «el deterioro continuo del servicio prestado a los viajeros», por lo que se ven expuestos a «intimidaciones, actos vandálicos y hurtos».

Los Mossos d’Esquadra aún buscan a un pasajero de ese tren que arrancó el lóbulo de la oreja de un mordisco a un interventor de Renfe que le sorprendió viajando sin billete. El viajero se abalanzó sobre el interventor cuando éste le pidió el título de transporte y le mordió en la oreja hasta arrancarle el lóbulo, lo que obligó a someter al revisor a una intervención quirúrgica de reconstrucción en el Hospital de Mollet del Vallès (Barcelona). El agresor logró huir antes de que llegaran los Mossos d’Esquadra, que habían sido avisados por los responsables de la empresa ferroviaria, sin que haya sido posible identificarlo, aunque la policía dispone de su descripción física.

Para los sindicatos de Renfe, «una vez más, se pone de manifiesto la ausencia de procedimientos eficaces para una rápida respuesta a este tipo de acciones por parte de los Mossos d’Esquadra, Policías Municipales o compañías de seguridad privadas contratadas por Renfe».

«Desde hace casi cinco años que se realizó la transferencia de Rodalies del Estado a la Generalitat y, tras varias reuniones con los responsables de la conselleria de Territorio, la Brigada de Transportes de Mossos y la dirección de Rodalies de Catalunya del grupo Renfe, aún se sigue sin tener unos procedimientos definidos y ágiles para atender con plenas garantías las situaciones de inseguridad en la toda la Red de Rodalies de Catalunya en las que se encuentran involucrados los trabajadores ferroviarios», añaden.

Los sindicatos de Barcelona del grupo Renfe reclaman «mayor inversión» en trenes e infraestructura en Rodalies de Catalunya y medidas como «procedimientos ágiles de actuación de los Mossos d’Esquadra, mayor presencia de personal de seguridad en trenes y estaciones, aumento de la plantilla de interventores y personal comercial de estaciones y cierre y mejora de las instalaciones de todas las estaciones de Rodalies».

Renfe y los Mossos d’Esquadra han acordado renovar los protocolos de seguridad para dar una respuesta más ágil ante las agresiones a los interventores ferroviarios. Ambos acuerdan impulsar nuevas medidas para identificar y reforzar las seguridad en los ‘puntos negros’ de la red ferroviaria, donde los fines de semana algunos jóvenes mantienen una actitud agresiva hacia los demás pasajeros y los revisores.

También se ha decidido impulsar medidas, que se irán concretando a partir de septiembre, como por ejemplo elaborar un mapa sobre estos ‘puntos negros’ en los que se concentran la mayoría de incidentes, especialmente los fines de semana, en los trenes que circulan a primera y última hora del día, en las líneas L-3 y L-4, a su paso por localidades barcelonesas como Montcada, Mollet, Granollers, Sabadell, Torelló y Manlleu, entre otras. También se impulsará la coordinación de los equipos de seguridad de Renfe con las Policías Locales y la formación que los Mossos d’Esquadra ofrecen a los supervisores, para instruirles en medidas de autoprotección.

¿Quién vigila nuestros trenes?

fuego-almacen-coches-8000-abando

Estación de Abando en Bilbao. Son las 19.35 de la tarde del martes. Fuego en uno de los trenes apartados en las vías traseras de la terminal bilbaína. La alarma llega a los bomberos que en pocos minutos se presentan en el lugar y apagan el fuego. El humo que provoca la combustión hace temer lo peor. Al final, los coches allí estacionados no sufren desperfectos serios. ¿Quién ha provocado el incendio?

La pregunta asalta a los aficionados al ferrocarril que no hace mucho conocían con incredulidad el asalto a dos trenes históricos, la rama 1B19 del Talgo III y el TER 9736 que fueron desvalijados de equipos básicos y diversos elementos. La vigilancia en la zona es escasa y los trenes están a merced de cualquiera. La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao dispone allí de la unidad eléctrica 439-006 y teme por la integridad del convoy (intenta trasladarla algún lugar donde de verdad pueda preservarse). Hay preocupación. ¿También los responsables de Adif y Renfe sufren esa desazón?

La seguridad en Abando deja mucho que desear. No sé qué pasa en otras estaciones. Seguramente será parecido. Los aficionados saben, porque lo han sufrido, que los vigilantes les pondrán mil y una pegas en cuanto les vean por la zona sacando imágenes con sus cámaras fotográficas. Lo más probable es que les echen, si carecen del permiso, aunque en su reglamento Adif diga que ya no es necesario obtener el consentimiento para fotografiar los trenes. Pero cuando se trata de impedir la vandalización de las unidades más apartadas, eso es otra cosa. Los vecinos se quejan de un grupo de yonkies que suele campar a sus anchas por los terrenos de la estación y que atemorizan a cuantos ferroviarios deambulan por la zona. Les responsabilizan del robo y destrozoz del material ferroviario.

El incendio del martes pudo traer consecuencias graves. En uno de los apartaderos de Abando permanecen unos quince coches 8.000 (algunos de ellos antiguos coche cama Gran Clase tipo 160) y el fuego que se produjo en un almacén cercano estuvo a punto de prender en uno de los vehículos. De hacbrlo hecho, se habría llevado por delante todos los coches que Renfe mantiene desde hace años en esa zona de las vías muertas. ¿Cuál va a ser su destino? Con toda probabilidad el desguace.

La cuestión es que sin contol ni vigilancia es fácil que, cualquier día, los vehículos acaben por sucumbir a la acción de los desaprensivos. No hay forma de que se mantenga el patrimonio ferroviario que a merced de los rigores del tiempo acaba pudrirss o ser pasto de los vándalos. La crisis no contribye tampoco a hacer factible la custodia de los vehículos. Pero los desaprensivos no entienden que haya diferencias entre vehículos históricos o vulgares coches. Ellos solo lo ven como pura mercancia, chatarra que se puede vender para obtener unos cuantos euros. ¡Pobres trenes! ¡Qué poco futuro tienen!

(Imagen Luis Calabor)