El presidente de Renfe, Isaías Táboas, asegura que el contrato logrado en Estados Unidos para explotar el futuro tren de Alta Velocidad de Texas constituye un «hito» y un «éxito», que además supone una «oportunidad para definir la internacionalización de la compañía». «Va a ser un proyecto de éxito que va a consolidar a Renfe en el futuro primer mercado de la Alta Velocidad y como un operador ferroviario de primera magnitud», remarcó Táboas en un video dirigido a la plantilla de la compañía.
Renfe prevé además que la consecución el pasado mes de diciembre de este contrato, que está pendiente de firmar, tendrá un «efecto arrastre» en empresas españolas de distintos sectores como son el de señalización y electrificación ferroviaria, mantenimiento, ‘ticketing’, ingeniería y equipamiento de talleres AVE.
Renfe logró en diciembre de 2019 el contrato para participar en la gestión de la Alta Velocidad entre Dallas y Houston cuando a partir de 2026 concluya su construcción y hasta 2042. La compañía informó la pasada semana que el proyecto le generará una facturación de unos 6.000 millones de dólares (unos 5.560 millones de euros).
La fase explotación y mantenimiento, que abarca desde 2026 hasta 2042, contempla unos ingresos para Renfe de 5.611 millones de dólares, de los cuales «puede obtener un beneficio de más de 900 millones de dólares» si cumple ciertos requisitos pero sin tener que preocuparse por la evolución de la demanda y la ocupación de los trenes, un punto que le está generando un gran quebradero de cabeza en Arabia Saudí.
El beneficio de 935 millones de dólares previstos para la fase 3 se dividen en una parte fija y otra variable. La fija es el 5% del coste de operar y mantener el sistema (personal, equipamiento, energía y suministros) y la variables es un 15% vinculado a la eficiencia del servicio y el ahorro de costes. Los costes de operación están valorados en 4.676 millones de dólares (4.306 millones de euros) para los 16 años de explotación, lo que implican unos 292 millones de dólares al año de media, una cifra similar a los ingresos que logra el operador ferroviario por explotar el corredor del Sur (Madrid-Sevilla-Málaga).
La fase de diseño y operación, que va desde 2020 hasta 2026, contempla unos ingresos de 311 millones de cuales puede obtener un beneficio «sin riesgo de demanda» de hasta 52 millones consistente en un 5% fijo de los costes de la fase (259,5 millones) y un 15% variables basado en una buena ejecución. Así, el beneficio mínimo asegurado para Renfe es de 245 millones de dólares (225,6 millones de euros al cambio actual) .
Renfe tiene unos meses por delante para negociar la redacción del contrato definitivo y cerrar flecos antes de firmar el acuerdo definitivo en verano y empezar a contratar y formar a los más de 1.200 trabajadores locales necesarios para la puesta en marcha y explotación de la línea de alta velocidad. El operador ferroviario prevé arrancar la fase de contratación este año siempre y cuando el promotor del corredor haya cerrado la financiación del proyecto, que todavía está en el aire.