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Avances para el tren de alta velocidad de EE UU

El estado de la estrella solitaria podría ser el primero de los Estados Unidos en tener un tren de alta velocidad del última generación, construido por firmas japonesas. La Administración Federal de Ferrocarriles de Estados Unidos dio luz verde para la construcción del tren para conectar Dallas y Houston, según informa Texas Central Railroad, compañía que lidera el proyecto. De acuerdo con el anuncio, el órgano federal emitió dos resolutivos que brindan el marco regulatorio y la revisión ambiental para el tren de alta velocidad. Estos permisos constituían una decisión crítica para poner en marcha el proyecto, según la compañía.

La Administración Federal de Ferrocarriles (FRA) ha publicado los dos documentos finales: Regla de Aplicabilidad Particular, RPA, y el Registro de Decisión, ROD, que establecen, respectivamente, estándares federales de seguridad para la operación y autorización ambiental para el trazado. Según Texas Central Railroad, filial de Texas Central, la RPA establece una serie de requisitos de seguridad para el control de señales y trenes; vías; material rodante; normas y prácticas de operación y mantenimiento, basadas en un enfoque de sistemas para la seguridad que incorpora medidas para evitar accidentes más estrictas que las requeridas para las operaciones ferroviarias convencionales de Estados Unidos.

El sistema de alta velocidad de Texas está programado para replicar el sistema japonés Tokaido Shinkansen y, según la FRA, el reglamento para la línea Texas-Houston pretende conseguir las mismas garantías tecnológicas, operativas y de mantenimiento que caracterizan al servicio del tren japonés.

Por su parte, el ROD completa el proceso de revisión ambiental de la FRA, que comenzó en 2014 como lo requiere la Ley de Política Ambiental Nacional y culminó con la publicación de la Declaración de Impacto Ambiental Final el 29 de mayo. También selecciona formalmente el trazado que seguirá la línea junto a la carretera interestatal 45. Se trata del primer tren de alta velocidad de Estados Unidos, que analiza iniciativas similares para unir Nueva York con Washington DC, Miami con Tampa y San Francisco con Los Angeles.

Central Texas prevé que la construcción del proyecto costará hasta seis años, con un costo aproximado de 20.000 millones de dólares (17.900 millones de euros). Una vez liberados los permisos esperan comenzar la construcción en el segundo semestre de 2021. Sin embargo, aún está pendiente que la Junta Federal de Transporte de Superficie apruebe el proyecto para finalmente iniciar con la construcción.

Carlos Aguilar, director ejecutivo de Texas Central Railroad, dice en un comunicado que el momento por el cual trabajaron llegó. «La publicación de las aprobaciones finales por parte de la Administración Federal de Ferrocarriles representa años de trabajo de innumerables personas, afirmando un proceso regulatorio federal muy completo y cuidadoso que hará del Ferrocarril Central de Texas el primer sistema ferroviario de alta velocidad implementado en el Estados Unidos.»

En marzo, la empresa tuvo que despedir a 28 trabajadores por la crisis financiera derivada del Covid-19. Ahora, con la puesta en marcha de la iniciativa que prevé generar más de 48.000 empleos, esperan acelerar la recuperación económica de ambas ciudades. Sylvester Turner, edil de Houston expresó en un breve comunicado que «la construcción del tren de alta velocidad tendrá un impacto generacional, creando miles de empleos aquí en Houston e inyectando miles de millones de dólares en nuestros negocios locales». El alcalde Eric Johnson de Dallas asegura que «está orgulloso de defender este proyecto, que creará miles de empleos en Dallas, atraerá nuevos negocios y fortalecerá nuestra economía en los próximos años».

Sin embargo, hay voces en contra del proyecto, en su mayoría, propietarios de las zonas rurales del centro de Texas por donde pasaría el ferrocarril. El republicano Kevin Brady quien representa parte de las áreas afectadas por el proyecto, advirtió que los permisos otorgados aún no permiten el uso del dominio eminente o que Texas Central comience la construcción. «Los legisladores, terratenientes y comunidades rurales a lo largo de la ruta que se oponen a este proyecto esperan este proceso de solicitud porque creemos que finalmente obligará a Texas Central Railroad a revelar públicamente sus inestables proyecciones financieras a la Junta Federal de Transporte de Superficie, revelar por qué los inversores potenciales han abandonado el proyecto y por qué los contribuyentes probablemente estarán en el apuro cuando finalmente falle «, dijo Brady en un comunicado.

Texas Central Railroad ha negado que los inversores hayan abandonado el proyecto y que por el contrario, ya tienen cartas de intención de bancos anónimos en Japón y Europa por más de la mitad de la deuda anticipada necesaria para el proyecto.

Táboas presume ante su plantilla

El presidente de Renfe, Isaías Táboas, asegura que el contrato logrado en Estados Unidos para explotar el futuro tren de Alta Velocidad de Texas constituye un «hito» y un «éxito», que además supone una «oportunidad para definir la internacionalización de la compañía». «Va a ser un proyecto de éxito que va a consolidar a Renfe en el futuro primer mercado de la Alta Velocidad y como un operador ferroviario de primera magnitud», remarcó Táboas en un video dirigido a la plantilla de la compañía.

Renfe prevé además que la consecución el pasado mes de diciembre de este contrato, que está pendiente de firmar, tendrá un «efecto arrastre» en empresas españolas de distintos sectores como son el de señalización y electrificación ferroviaria, mantenimiento, ‘ticketing’, ingeniería y equipamiento de talleres AVE.

Renfe logró en diciembre de 2019 el contrato para participar en la gestión de la Alta Velocidad entre Dallas y Houston cuando a partir de 2026 concluya su construcción y hasta 2042. La compañía informó la pasada semana que el proyecto le generará una facturación de unos 6.000 millones de dólares (unos 5.560 millones de euros).

La fase explotación y mantenimiento, que abarca desde 2026 hasta 2042, contempla unos ingresos para Renfe de 5.611 millones de dólares, de los cuales «puede obtener un beneficio de más de 900 millones de dólares» si cumple ciertos requisitos pero sin tener que preocuparse por la evolución de la demanda y la ocupación de los trenes, un punto que le está generando un gran quebradero de cabeza en Arabia Saudí.

El beneficio de 935 millones de dólares previstos para la fase 3 se dividen en una parte fija y otra variable. La fija es el 5% del coste de operar y mantener el sistema (personal, equipamiento, energía y suministros) y la variables es un 15% vinculado a la eficiencia del servicio y el ahorro de costes. Los costes de operación están valorados en 4.676 millones de dólares (4.306 millones de euros) para los 16 años de explotación, lo que implican unos 292 millones de dólares al año de media, una cifra similar a los ingresos que logra el operador ferroviario por explotar el corredor del Sur (Madrid-Sevilla-Málaga).

La fase de diseño y operación, que va desde 2020 hasta 2026, contempla unos ingresos de 311 millones de cuales puede obtener un beneficio «sin riesgo de demanda» de hasta 52 millones consistente en un 5% fijo de los costes de la fase (259,5 millones) y un 15% variables basado en una buena ejecución. Así, el beneficio mínimo asegurado para Renfe es de 245 millones de dólares (225,6 millones de euros al cambio actual) .

Renfe tiene unos meses por delante para negociar la redacción del contrato definitivo y cerrar flecos antes de firmar el acuerdo definitivo en verano y empezar a contratar y formar a los más de 1.200 trabajadores locales necesarios para la puesta en marcha y explotación de la línea de alta velocidad. El operador ferroviario prevé arrancar la fase de contratación este año siempre y cuando el promotor del corredor haya cerrado la financiación del proyecto, que todavía está en el aire.

Renfe explotará la LAV privada de EEUU

Renfe se encargará de explotar la primera línea de Alta Velocidad de Estados Unidos, la que a partir de 2026 unirá las ciudades texanas de Dallas y Houston, en virtud del acuerdo alcanzado entre la operadora y los promotores privados del proyecto. La compañía ferroviaria pública amplía así su participación en este proyecto, en el que entró en octubre de 2018 como «socio estratégico» para asesorar en su desarrollo, diseño y construcción, y además optar a su posterior explotación y mantenimiento.

Renfe logra ahora, un año después, asegurarse esta explotación de la línea desde su puesta en servicio prevista para 2026 hasta 2042, según un nuevo acuerdo con los promotores, tal como el diario ‘Cinco Días’ avanza en su edición de este viernes. Con este convenio, la operadora avanza en la estrategia de internacionalización que aborda con el fin de ‘exportar’ su experiencia en Alta Velocidad y amortiguar el eventual impacto de la futura entrada de competencia en España.

De hecho, la internacionalización, junto a la digitalización y el AVE ‘low cost’, constituyen los ejes del plan estratégico que actualmente desarrolla. En el caso del negocio exterior, prevé que le reporte el 10% de sus ingresos en diez años. Con este fin, Renfe, que ya explota el ‘AVE del Desierto’ entre La Meca y Medina, ha constituido sendas filiales en Estados Unidos y Francia. En el caso del país Norteamericano, tras quedar fuera del fallido tren de Alta Velocidad de California, actualmente compite por explotar las Cercanías de Los Ángeles y estudia pujar por las de Boston.

En cuanto al mercado galo, anunció el pasado verano la apertura de una delegación en Lyon con el fin de solicitar permiso para operar en el país cuando a finales de 2020 el transporte en tren se abra a la competencia. Además, en el marco de esta política de negocio, la compañía analiza oportunidades en otros mercados como Reino Unido y Latinoamérica.

En cuanto al ‘AVE texano’, se trata de un proyecto estimado en unos 10.000 millones de dólares (unos 9.000 millones de euros) que contempla la construcción de una línea de 386 kilómetros de longitud que permitirá unir las ciudades de Dallas-Forth Worth y Houston, con una estación intermedia en Brazos Valley, en un tiempo de viaje de hora y media (noventa minutos). El corredor será la primera línea de Alta Velocidad privada del mundo, dado que esta siendo promovida por un consorcio de empresas privadas, el Texas Central Partners, que no prevé contar con fondos públicos.

Texas Central y Renfe han alcanzado ahora un nuevo acuerdo que fija «las bases de colaboración para el desarrollo de los trabajos durante las siguientes fases de ejecución y operación de l a LAV. Así, se establecen los «términos de referencia para continuar la colaboración en el diseño, desarrollo y ejecución para la puesta a punto del servicio, incluyendo la operación de los trenes, el mantenimiento de los equipos y otros servicios relacionados con la comercialización de billetes, previendo una colaboración entre ambas compañías hasta 2042″, según detalla la operadora española.

‘Renfe of America’ activa el mercado de EE.UU

El consejo de administración de Renfe Operadora ha aprobado en su reunión de este lunes la constitución de ‘Renfe of America’, sociedad destinada a centralizar la actividad de la compañía en Estados Unidos. La sociedad se constituye con un capital social de 500.000 dólares (USD), al frente de la cual estarán Manel Villalante, director de Desarrollo y Estrategia de Renfe, e Ignacio Barrón, director de Internacional.

‘Renfe of America’ forma parte del Plan Estratégico de Renfe 2019-2023, que incluye en sus principales ejes la internacionalización de la compañía con el objetivo de incrementar progresivamente su volumen de negocio fuera de España, tanto en servicios de alta velocidad como en servicios urbanos y metropolitanos.

Renfe fue seleccionada en 2018 como socio operador del proyecto Texas Central que prevé unir Houston y Dallas para convertirse en el proveedor responsable de asesorar y dirigir el diseño, planificación y construcción del proyecto, ampliable tras la fase de construcción a la operación y mantenimiento de la línea a largo plazo.

La conexión de alta velocidad ferroviaria entre Dallas-Fort Worth y Houston tendrá un tiempo de viaje de 90 minutos para un trayecto de 386 kilómetros. Habrá una única estación intermedia entre Houston y Dallas, que estará ubicada en el valle de Brazos (Brazos Valley), tal y como confirmaron ambas entidades en octubre de 2018, cuando se firmó el acuerdo.

Tras la primera fase como asesores técnicos en el desarrollo, diseño y construcción, Renfe y Adif darán asistencia en el servicio, incluyendo la operación de los trenes, el mantenimiento de los equipos y otros servicios relacionados con la comercialización de billetes,

Adicionalmente a este proyecto, adjudicado en competencia con operadores con presencia societaria en EEUU, existen otras oportunidades y proyectos ferroviarios en el país. La creación de la sociedad Renfe of America da respuesta a la necesidad de centralizar y desarrollar la actividad de Renfe en uno de los mercados internacionales más relevantes del mundo.

Renfe y Adif, al proyecto Texas Bullet Train

Renfe y Adif desarrollarán un histórico proyecto de Alta Velocidad para unir las ciudades de Houston y Dallas/Fort Worth, en el Estado de Texas (EE.UU). Tras un proceso muy competitivo y exigente entre otros operadores mundiales de referencia, Texas Central, promotor privado del proyecto, ha elegido a las empresas públicas del Ministerio de Fomento como socios estratégicos. Tras la primera fase como asesores técnicos en el desarrollo, diseño y construcción, el anuncio efectuado por Texas Central prevé que Renfe y Adif asistan en los planes posteriores de operación y mantenimiento para la puesta a punto del servicio, incluyendo la operación de los trenes, el mantenimiento de los equipos y otros servicios relacionados con la comercialización de billetes.

El anuncio del acuerdo supone un espaldarazo a la expansión internacional del sector público ferroviario español, clave en el caso de Renfe como operador ante la próxima liberalización de servicios y en el caso de Adif como gestor y consultor de infraestructuras de alta velocidad.

Renfe y Adif han sido seleccionados por su nivel de servicio y amplia experiencia en el sector, así como su contrastada cualificación y capacidad para abordar e integrar tecnologías y sistemas distintos de alta velocidad. Durante los últimos meses, las empresas han preparado y defendido su propuesta ante el exigente y competitivo proceso de selección internacional, que ha sido liderado por un equipo de profesionales de las áreas de Estrategia e Internacional.

El proyecto está promovido por Texas Central Partners, LLC (Texas Central), empresa privada apoyada por inversores y que prevé desarrollar el proyecto sin fondos públicos (estatales o federales). Registrada como empresa ferroviaria, ha trabajado desde 2014 con las autoridades federales y estatales para desarrollar un proyecto que prevé conectar la cuarta y la quinta región económica más grande de Estados Unidos.

De acuerdo con Texas Central, la línea de Alta Velocidad generará unos beneficios económicos en el estado de Texas que podrían alcanzar los 36.000 millones de dólares (31,2 millones de euros) durante los próximos 25 años, incluyendo la creación de 10.000 puestos de trabajo al año en la fase de construcción y unos 1.500 puestos de trabajo permanentes una vez entre en servicio la línea. Una parte este empleo, aún por concretar, corresponderá a profesionales españoles.

El tren de alta velocidad de Texas Central prevé conectar Dallas/Fort Worth con Houston en un tiempo de viaje de menos de 90 minutos. El trayecto tiene una longitud de 240 millas (386 kilómetros). Además de las estaciones de Dallas/Fort Worth y Houston, contará con una estación intermedia en Brazos Valley. Todas las estaciones estarán conectadas a la red de autopistas y a los sistemas de transporte público, y contarán con amplias zonas de aparcamiento.

El llamado Texas Bullet Train es el primer proyecto de alta velocidad ferroviaria del mundo 100% privado, lo que pone de manifiesto la viabilidad del negocio de la Alta Velocidad. Texas, un histórico estado referente en el desarrollo de combustibles fósiles, se convierte así en el líder en EEUU en apostar por un sistema de movilidad sostenible con el medio ambiente, como un principio del cambio cultural y social que se está produciendo globalmente.