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Estaciones singulares: Campo Grande

La llegada del ferrocarril a Valladolid provoca un desarrollo urbano y económico que permite consolidar la ciudad como el centro comercial más importante de la región en la que se instalan diversas industrias, que urbanizan la zona de la estación del Norte. En sus inmediaciones se instalan diversas fábricas; tres de ellas cuentan con 200 operarios y la fábrica de gas, con 80, con las que se espera paliar el agobiante problema del paro existente, Paralelamente surge la construcción de barrios obreros. Todo ello posibilita la transformación de la urbe en una ciudad moderna, que se consolida como un importante nudo ferroviario del norte de España.

Los hermanos Pereire piensan en Valladolid como centro de ubicación de las oficinas generales de la Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España, así como la instalación de los talleres generales de la empresa. La estación se construye en los terrenos de las huertas de los Capuchinos y La Merced. En agosto de 1857 la Corporación Municipal arueba la cesión gratuita de los terrenos, y se inicia ese mismo año las obras de explanación de los mismos. La Reina deniega dicha cesión gratuita por “no existir razón de peso” y tras tres años de negociaciones, Crédito Moviliario paga finalmente al ayuntamiento 115.586 reales. Para instalar las vías del ferrocarril se producen una serie de expropiaciones de terrenos, tierras, huertas y eriales propiedad de particulares a lo largo de su recorrido.

«… Ve a Castilla y Aragón, solemniza en mí real nombre la inauguración de las obras de los ferrocarriles del Norte y Zaragoza, y haz saber a los castellanos y aragoneses mi vivo y constante anhelo por el engrandecimiento y futura prosperidad del pueblo leal a quién estima su reina Isabel…» El general Espartero recibe el mandato de la Reina para que asista en su nombre al inicio de las obras de la estación (28 de abril de 1856), que supone para la ciudad un festejo importante y de gran transcendencia para la vida social y económica. Para este acontecimiento, se construye un arco de ladrillo que recuerde el comienzo de las obras del trayecto ferroviario, por un lado hacia Medina del Campo, y por el otro, hacia Burgos, integrándose en la propia línea Madrid-Hendaya. Los lugareños justifican temerosos que el arco va a evitar que sus casas puedan derrumbarse a causa de las vibraciones del suelo al paso de las enormes máquinas de vapor y de los trenes. Antes de caerse las viviendas, lo hace el propio puente.

La línea de los Pereire permite a Valladolid entrar en la historia ferroviaria, pero no es la única conexión con el exterior. La ciudad asiste casi de continuo a las obras del ferrocarril: Alar del Rey a Santander y otra a través de una venta situada en el término palentino de Baños de Cerrato, origen de otro de los puntos estratégicos del ferrocarril del norte de España, Venta de Baños. Con Valladolid como centro y la villa palentina al norte, al sur surge otro centro ferroviario de importancia hasta la actualidad: Medina del Campo. Y se añade una tercera, la del ‘ferrocarril económico’ a Medina de Rioseco, el popular ‘tren burra’ que recorre por primera vez Tierra de Campos (1884). Más tarde se conecta con Aragón, a través de la línea de Ariza (1895). Da la casualidad, que la única superviviente, tras siglo y medio de utilización continuada, es la primera.

De la mano del ingeniero francoespañol Enrique Grasset y Echevarría y del arquitecto Salvador Armagnac corre el proyecto de ejecución de lo que es hoy la estación de Campo Grande o del Norte en Valladolid. Un nuevo proyecto, que en segunda versión corregida, se aprueba en mayo de 1891. La construcción del edificio concluye en octubre de 1895, en un lugar donde anteriormente hay un simple apeadero cuyo único fin es permitir a los viajeros de subir y bajar del tren. Este edificio, cuyo proyecto data de 1862, se encuentra ubicado entre un aglomerado de instalaciones ferroviarias en el área de Campo Grande y dispone de un pequeño ramal destinado a la conducción de locomotoras a las cocheras para el lavado y mantenimiento de las máquinas. La alusión a Campo Grande, se debe a su proximidad con el popular parque ciudadano de gran concurrencia, un marco ideal para el encuentro y la convivencia de aquella época.

La Compañía de los Caminos de Hierro del Norte proyecta para Valladolid una estación de primera categoría con servicio de viajeros, de mercancías con muelle cubierto y descubierto, cocheras y depósito de locomotoras, según el dibujo de su arquitecto Salvador Armagnac y que se adjudica al constructor Felipe Asensio, con un presupuesto de 591.576 pesetas. En agosto de 1891 se inician los trabajos que finalizan cuatro años más tarde. El proyecto comprende el edificio de viajeros, un almacén de mercancías y pabellón para retretes, que sustituyen a los provisionales. El edificio, más acorde con las primeras propuestas de construcción de una gran estación de primera categoría, se construye con materiales de piedra, ladrillo prensado y ordinario, madera y hierro.

Destaca en la edificación la marquesina que cubre los andenes y las tres vías de llegada y salida de los trenes de viajeros. El montaje corre a cargo de la sociedad Talleres de Zorroza de Bilbao. Esta mansarda tiene la misma longitud que el edifico de viajeros, es decir, 113,40 metros. Su anchura es de 23 metros y su altura de 6 metros. Las formas de hierro del sistema articulado descansan por un lado sobre la faja de la fachada del edificio que separa la planta baja del piso principal y por el lado opuesto, en una serie de columnas de fundición, distantes 20 metros de la fachada del edificio. La cubierta de chapa ondulada galvanizada tiene en el centro un espacio cubierto con cristales dobles, con saliente sobre la chapa ondulada.

En esta obra arquitectónica también destaca la fachada principal de la estación, formada por un cuerpo central, todo de piedra, y de mayor elevación que el resto, con ocho pilastras toscanas pareadas que dan lugar a tres soberbias puertas de arco con montantes de cristal, sobre las que corre la correspondiente comisa de correctas líneas. En su centro sobresale el frontón que corona exteriormente el edificio donde se observa el escudo de armas de la ciudad, flanqueado por las estatuas de la Industria y la Agricultura, obra de Ángel Díaz Sánchez, profesor de la escultura de la Escuela de Bellas Artes de Valladolid.

Delante de la fachada se encuentra una plazuela con jardín cercada por una verja de hierro que se coloca en 1899. La conjunción piedra ladrillo domina la fachada. Sillería en el cuerpo central, y cadenetas en los flancos de todos los pabellones, piedra también en las embocaduras de puertas y ventanas; lo demás, ladrillo. El complemento de la cubierta de hierro sobre los andenes, con relojes en las cortinas de ambos extremos, provoca el recuerdo de la estación de Príncipe Pío, ya que su factura (sistema articulado de cuchillas tipo Polonceau) es análoga. Se mantiene en los veinte metros de luz, pero con menor alzado-arranca de la cornisa de la primera planta del edificio que en el primer estudio de Enrique Grasset y con menos caireles decorativos.

Las líneas generales del proyecto siguen las directrices del eclecticismo francés. La planta adopta forma de U y la fachada principal, que se configura como un arco triunfal, está realizada en piedra y en ella se abren tres grandes vanos que sirven de puertas de ingreso separadas por pilastras. A los 88 años de su construcción, la marquesina se encuentra en avanzado estado de corrosión lo que obliga a desmontarla. Esto provoca la organización de una campaña en pro de su reparación en la que participan políticos, intelectuales y organismos oficiales. El resultado supera, si es posible la original; la recolocación de la marquesina, en esta ocasión con cristales traslúcidos, da un nuevo ambiente a la estación, antes siempre en sombra. Pero esta no es la única actuación sobre el proyecto de Norte.

Renfe organiza en 1991 trabajos de modernización en el edificio para incrementar la superficie dedicada a los viajeros, gracias a una nueva reordenación de los espacios. Las obras incluyen la construcción de nuevas taquillas, cafetería y restaurante, creación de un área comercial, la restauración del vestíbulo y la integración de los aseos. El recinto se habilita como un espacio en el que pueden desarrollarse toda clase de actividades comerciales, sociales y culturales. Las salas y dependencias se dotan de nuevo equipamiento, locutorios telefónicos, mobiliario moderno y nueva señalización, rotulación e iluminación. Los andenes se recrecen 55 centímetros para facilitar el acceso a los trenes y se les dota de farolas y proyectores que mejoran la iluminación general. También se ilumina la fachada, lo que permite una magnifica visión nocturna de sus excelencias.

Con motivo de la llegada de la Alta Velocidad a Valladolid, en diciembre de 2007, Campo Grande ve de nuevo alterada su fisonomía para albergar los ‘nuevos’ trenes y el incremento de pasajeros. De nuevo se recrecen los andenes y se amplían; se construye una pasarela elevada entre vías en escaleras automáticas y ascensores; remodelación del patio de coches y accesos a la estación, con asfaltado y señalización vertical y horizontal; colocación de una marquesina provisional; nuevo equipamiento; restauración y pintura; entre otras modificaciones. La estación lleva camino de volver a convertirse en un enclave ferroviario fundamental para las comunicaciones ferroviarias al norte y noroeste de España. Desde la estación del Campo Grande los trenes parten en cuatro direcciones hacia el arco atlántico: La Coruña (Galicia), Gijón (Asturias), Santander (Cantabria) e Irún y Bilbao (País Vasco).

(Fuentes. Ricardo Rodríguez, en «La contabilidad de la construcción de un tramo del ferrocarril Madrid-Valladolid». Vía Libre. Dirección de Patrimonio y Urbanismo, Dirección Ejecutiva de Estaciones de Viajeros y la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Jesús Santa Roca, en «Valladolid, la mirada curiosa» El Norte de Castilla)

Renfe pone en marcha los trenes temáticos

Renfe, en colaboración con la Diputación de Valladolid, pone en marcha este fin de semana dos trenes temáticos, el Tren del Vino y el Tren del Canal de Castilla, que a lo largo del año circularán entre Madrid y Valladolid un sábado y un domingo de cada mes, respectivamente. Ambos productos turísticos, a los que se suma el Tren de Zorrilla, llevan aparejadas propuestas relacionadas con la cultura, la gastronomía y la enología de Valladolid y su provincia.

Este domingo se pone en circulación, por segundo año consecutivo, el Tren del Canal de Castilla, un viaje combinado que engloba además del viaje en tren Avant entre Madrid y Valladolid de apenas una hora de duración, una ruta en barco por el Canal de Castilla, único canal navegable en España.

Durante el viaje en tren entre Madrid y Valladolid un grupo de actores realiza una representación para introducir a los viajeros en la historia del Canal de Castilla, obra de ingeniería del siglo XVIII que transcurre a lo largo de 200 kilómetros y decenas de exclusas, por las provincias de Valladolid, Palencia y Burgosy el único navegable en España. El viaje incluye asimismo visitas a Medina de Rioseco, la localidad de Urueña, conocida como la Villa de los Libros, o los castillos de Montealegre, Tiedra y Fuensaldaña, además de monasterios y bodegas.

El sábado el Tren del Vino realizó el primero de los 11 viajes previstos para la temporada 2020. A partir de esta salida, cada mes se ha programado una nueva excursión que implica el recorrido por una ruta cuyo hilo conductor será la visita a una de las denominaciones de origen de la provincia: Rueda, Cigales, Toro y Ribera del Duero.

La iniciativa surgió en 2018 como consecuencia de las negociaciones entre Renfe y la Diputación de Valladolid para promover el turismo en la provincia y se materializó en un acuerdo de colaboración por el que se ofrece un billete combinado que incluye el viaje de ida y vuelta en trenes Avant entre Madrid y Valladolid, información teatralizada a bordo, los traslados en autobús hasta la bodega elegida, cata, comida y visita complementaria según el programa.

Como novedad, esta temporada se introduce en la programación el Tren del Vino Noche que a las actividades del sábado incorpora alojamiento, cena y desayuno. También una nueva ruta por alguna de las denominaciones de origen de la región que incluye visita guiada y almuerzo en una bodega de la zona.

A los trenes del Vino y del Canal de Castilla se suma el de Zorrilla (Madrid-Valladolid), fruto del acuerdo entre Renfe y el Ayuntamiento de Valladolid. Este tren es el más madrugador de todos los trenes temáticos de Renfe, ya que circulará por cuarta temporada todos los sábados, hasta noviembre, y permitirá a los viajeros disfrutar de una jornada turística, cultural y gastronómica en la capital vallisoletana.

Renfe ultima la primera unidad de Avlo

Renfe ultima en sus talleres de Valladolid la primera de las unidades destinadas al servicio Avlo. Este convoy de la serie 112, transformado para el nuevo servicio, desarrolla en estos días los últimos trabajos en los talleres de Valladolid antes de comenzar las pruebas en vía. La operadora española trabaja en la transformación de unidades de la serie 112 en sus talleres de Madrid, La Sagra (Toledo), Málaga y Valladolid.

La serie 112 es una evolución de la serie 102. Conocido como «pato» es una unidad motriz o tren de alta velocidad fabricado por Talgo y Bombardier. La empresa capitaneada por Carlos de Palacio y de Oriol fabricó en 2002 16 trenes de alta velocidad, que conformaron la serie 102. El contrato se amplió en 30 nuevos trenes del mismo tipo para las nuevas líneas de alta velocidad, que al tener algunas modificaciones sobre la serie original fueron denominados serie 112. Cada tren se compone de una composición Talgo 350 de 12 coches y dos locomotoras Bombardier en los extremos.

Los Avlo son, port tanto, como los Talgo 112, pero pintados con un color morado muy vistoso (Pantone 2425, conocido como morado Renfe) con franjas naranjas, blancas y turquesas y con las puertas de acceso naranjas, que contrasta con el blanco del AVE convencional. El tren solo dispone de una clase —se ha eliminado la preferente- y no cuenta con coche cafetería .Las bebidas y comidas se tendrán que comprar en máquinas expendedoras.

Avlo se convertirá en el servicio de alta velocidad de Renfe con mayor capacidad de viajeros, con 438 plazas por tren, un 20% más de plazas respecto a los actuales trenes de la serie 112. Posteriormente, a medida que se vaya extendiendo el nuevo servicio, se incorporarán los nuevos trenes de la serie 106, con una capacidad aún mayor, de 581 plazas por tren.

Esta serie 106 pertenece a la familia de trenes de alta versatilidad y muy alta velocidad de la empresa ferroviaria española Patentes Talgo, denominada como Avril (Alta Velocidad Rueda Independiente Ligero), La plataforma o familia de trenes Avril está diseñada para una velocidad comercial de hasta 380 kilómtros por hora, y persigue una máxima rentabilidad mediante mayor capacidad y menores costes de operación que los trenes de alta velocidad actuales.​ Dentro de la plataforma podrá haber versiones de ancho fijo o variable, de tracción eléctrica, diésel o dual (híbrida), de caja ancha o normal; incluso podrá haber versiones con pendulación, aunque solo con caja norma

Avlo se pone en servicio con tres frecuencias por sentido y día y paradas en Madrid, Zaragoza y Barcelona desde el próximo 6 de abril. A partir de mayo Renfe añadirá una cuarta frecuencia, que completará con una más a partir de septiembre de 2020, para configurar un servicio con cinco frecuencias por sentido y día. Este próximo lunes, comienza la venta de Avlo, a través de www.avlorenfe.com con el lanzamiento de una oferta promocional por la que los usuarios podrán adquirir, durante 10 días, 10.000 billetes (1.000 billetes diarios), a tan solo 5 euros.

Avlo es la nueva marca bajo la que se operará este servicio, que incorporará los valores fundamentales que caracterizan a Renfe en alta velocidad: seguridad, fiabilidad, puntualidad, comodidad e intermodalidad. Este tipo de servicios resultan estratégicos para la compañía en el contexto de la liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril que entrará en vigor a partir de diciembre de 2020, y será el primer paso de Renfe en los llamados servicios low cost de alta velocidad.

Remodelación de Valladolid-Campo Grande

El gestor de infraestructuras del Ministerio de Fomento Adif Alta Velocidad ha aprobado este martes la licitación del contrato de consultoría y asistencia para el proyecto de remodelación de la estación de Valladolid-Campo Grande, con una inversión de 3.448.500 euros y un plazo de ejecución de dieciocho meses. Con esta licitación, Adif pretende definir, dentro del proyecto de construcción, un nuevo edificio de viajeros, la remodelación del actual edificio histórico y su conexión con el nuevo, aún por construir.

Además, en este contrato también esta prevista la remodelación de la actual playa de vías y la definición de una conexión peatonal, así como nuevos aparcamientos y la adecuación de los accesos a la estación. El proyecto, también analizará la conexión con la nueva estación de autobuses con objeto de mejorar la intermodalidad entre ambos medios de transporte.

Estas actuaciones se enmarcan dentro del convenio para la transformación de la Red Arterial Ferroviaria de Valladolid firmado por el Ayuntamiento, Renfe-Operadora, Adif y la Junta de Castilla y León en noviembre de 2017 para mejorar la permeabilidad e integración del ferrocarril en la ciudad.

Por Valladolid-Campo Grande, construida en 1981, circulan tanto trenes AVE que la conectan directamente con Madrid-Chamartín con Palencia y León como trenes Avant que la conectan directamente con Segovia y Madrid-Chamartín. El número de conexiones diarias varía entre seis y doce trenes. Los servicios de alta velocidad se completan con los trenes Alvia que se detallan en el apartado de Larga Distancia.

El 23 de diciembre de 2007 se puso en marcha la línea de Alta Velocidad que une Valladolid-Campo Grande con Madrid-Chamartín. La línea es utilizada por trenes Talgo de la Serie 102 de Renfe, apodados pato, que hacen el recorrido en 56 minutos a una velocidad máxima de 300 km/h, que más tarde se suplantaron con la Serie 112 de Renfe. El 29 de septiembre de 2015 se puso en funcionamiento la Línea de alta velocidad Valladolid-Palencia-León dando continuidad a la Línea de alta velocidad Madrid-Segovia-Valladolid.

La ampliación de esta terminal se completa con la construcción de un edificio volado sobre los andenes, que permitirá el acceso de los viajeros tanto desde la zona centro de la ciudad como desde Delicias. Este inmueble estará relacionado físicamente con la estación de autobuses que la Junta planea en la zona central de los actuales talleres de Renfe en Farnesio.

Vuelve el ‘Tren del vino’ de Valladolid

Renfe y la Diputación de Valladolid vuelven a poner en marcha “El tren del Vino”. Se trata de la segunda edición de este programa de ocio que combina el viaje en tren y el enoturismo. La iniciativa surgió en 2018 y se materializó en un acuerdo de colaboración, firmado por las citadas instituciones, por el que se ofrece un billete combinado que incluye el viaje de ida y vuelta en trenes Avant entre Madrid y Valladolid, información teatralizada a bordo, los traslados en autobús hasta la bodega elegida, cata, comida y visita complementaria según el programa.

Esta acción se concretará un sábado cada mes y los festivos de Madrid a partir del próximo 23 de febrero, fecha del primer viaje, y se prolongará hasta diciembre. Además del 23 de febrero, el calendario de viajes se concreta en el 30 marzo, 27 abril, 2 y 25 de mayo, 29 junio, 25 y 27 de julio, 31 de agosto, 28 de septiembre, 12 octubre, 9 y 30 de noviembre y el 6 de diciembre,

Renfe ofrecerá 52 plazas en los trenes Avant que tienen su salida de la estación de Madrid Chamartín a las 10.15 horas y llega a Valladolid a las 11.20 y en el que sale de Valladolid a las 20.35 horas con llegada a Madrid a las 21.40 horas. A los viajeros se les aplicará un precio cerrado que incluye un descuento del 30%. El viaje de regreso está previsto en la fecha del de la ida, aunque existe la posibilidad de hacerlo al día siguiente, esta opción debe ser fijada en la compra.

La provincia de Valladolid posee una gran riqueza vitivinícola, 5 denominaciones de origen, 3 rutas del vino certificadas, viñedos centenarios, bodegas afamadas internacionalmente, excelente gastronomía, rico patrimonio, historia, impresionantes castillos, monasterios, iglesias, que permite disfrutar de grandes experiencias.

La comercialización del producto al ser combinado, se realizará a través de la Diputación, en www.provinciadevalladolid.com,teléfono 983 666 663. El billete combinado tiene un precio de 97 euros (77 en el caso de los niños).

Valladolid quiere el Depósito de Locomotoras

El Ayuntamiento de Valladolid ha aprobado, por unanimidad de todos los grupos municipales, una moción institucional para solicitar a Adif a través de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad la titularidad del Depósito de Locomotoras, incoar expediente de declaración Bien de Interés Cultural (BIC) a esta edificación, y poner en marcha el punto 4 de la Proposición No de Ley (PNL) aprobada el pasado 18 de diciembre por la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados para conseguir financiación a través del 1,5% cultural para su restauración. Su recuperación forma parte del proyecto de ‘Depósito Taller Campo Grande’ de Ferrocarriles del Duero para la utilización de las instalaciones ferroviarias de esta zona de Valladolid una vez liberadas del actual planteamiento urbanístico.

La materia ferroviaria ha protagonizado, una vez más, buena parte del debate municipal. La propuesta estaba planteada en una moción de Ciudadanos, que proponía instar a la SVAV y sus socios a tomar «medidas urgentes» que eviten la desaparición del depósito, protegerlo y ponerlo en valor. Finalmente, se ha acordado solicitar que sea de propiedad municipal y también se reclama a la Junta de Castilla y León su catalogación como Bien de Interés Cultural.

El Depósito de Locomotoras de Valladolid “está catalogado como Bien Protegido” y es “único en España”, pero desde su última intervención en 2015 a manos de Adif, para la retirada del tejado de uralita, el edificio “ha quedado al descubierto y ha ido sufriendo un grave deterioro que ha llevado a su inclusión en la lista roja del patrimonio”. Esta instalación, con más de siglo y medio de historia, ha sido uno de los depósitos de máquinas de vapor de mayor importancia de Europa.

El dterioro evidente de esta infraestructura no solo deja al descubierto el interior por la caída del del tejado, sino que también deja menos protegidas algunas máquinas históricas que la compañía ferroviaria guarda en estas naves. Las instalaciones ferroviarias, en desuso desde hace varias décadas, son el epicentro de los actuales talleres de Renfe en Valladolid. Es un proyecto de 1863 del ingeniero francés Théopile Luc Ricour.

El paso de los años sin ningún tipo de mantenimiento y las adversas condiciones meteorológicas registradas en la capital son el gran enemigo de un inmueble considerado entre los profesionales de la arquitectura como de gran calidad constructiva e incluso vanguardista para la época en que fue erigido, constituyendo la edificación más antigua de ese entorno ferroviario y que además está catalogada con la máxima protección por el Plan General de Ordenación Urbana.

Es un edificio de gran calidad constructiva, magnífica adecuación al programa de instalaciones de los propios talleres y muy vanguardista por lo novedoso en aquellos momentos de la tipología utilizada, la forma llamada de ‘fer de cheval’ (herradura de caballo). El depósito es un edificio simétrico, con una parte central recta de taller y dos zonas curvas a ambos lados de la primera para depósito de las locomotoras, cada una con capacidad para abrigar once máquinas. El servicio de maniobras para la entrada y salida de las locomotoras en el depósito se realizaba mediante dos placas giratorias, situadas en los centros de curvatura de cada una de las partes del edificio, capaces de rotar una longitud de 12 metros de carril.

La estructura del edificio es similar a la de una gran nave con cerchas que van girando alrededor de un punto, que es el centro de cada placa giratoria. Las cerchas metálicas son de tipo Polonçeau, y cubren una luz de 18 metros. Sobre ellas se sitúa un lucernario corrido para evacuar los humos de las locomotoras. Los cerramientos son de ladrillo con carpintería metálica, con un zócalo y remates de piedra. Un inmueble que no puede acabar derruido.

El tren Felipe II salta a Valladolid y Palencia

Un tren histórico con una máquina diésel de los años 60 y coches de los 50 recorrerá este domingo el trayecto comprendido entre la localidad vallisoletana de Medina del Campo, Valladolid y Venta de Baños (Palencia) después de que se haya alcanzado el número mínimo de billetes para que se pudiera llevar a cabo la iniciativa. Se trata de un acuerdo entre Alsa, la Asociación Venteña de Amigos del Ferrocarril (Avenfer) y la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, que pretenden llevar este convoy, que habitualmente realiza el denominado Tren Felipe II entre Madrid y El Escorial, de Medina a Venta de Baños, donde se podrá ver material ferroviario restaurado y una locomotora de vapor que se pondrá en funcionamiento.

El Tren de Felipe II es un tren turístico que realiza habitualmente el trayecto Madrid-El Escorial. Inicia su recorrido en la madrileña Estación de Tren de Príncipe Pío y, tras adentrarse en la Sierra de Guadarrama, llega a El Escorial, entorno donde los viajeros pueden disfrutar de la gran oferta patrimonial, cultural, y artística, así como de la gastronomía que ofrecen, tanto el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial como de la Leal Villa de El Escorial. Ahora salta a las vías de Valladolid y Palencia, una iniciativa pendiente de que hubiera un mínimo de un centenar de viajeros que ocuparan los asientos de este tren, cifra que se ha superado, según explica el vicepresidente de Avenfer, Fernando Rodríguez Garrapucho, quien ha concretado que de lo contrario no sería rentable.

La locomotora de este tren es la histórica 321, una diésel de los años 60 Alco 2100 (de la compañía americana American Locomotive Company), rescatada por Alsa del desguace, junto a otra gemela, y restaurada con gran cuidado en los talleres de ARMF de Lleida. Es una de las primeras que circularon con este combustible en España. Esta máquina tira de tres coches de los años 50 con una capacidad para 165 pasajeros que partirán a las 10.25 horas de Medina del Campo para pasar por Valladolid a las 11.00 horas y con llegada a Venta de Baños prevista a las 11.41 horas. El trayecto de vuelta se iniciará a las 17.20 horas, la parada en Valladolid a las 17.56 y la llegada a Medina a las 18.36 horas.

Este sencillo un proyecto pretende facilitar que se viaje en un tren de los años 50 y disfrutar de la locomotora de vapor que se mostrará en Venta de Baños, por lo que aunque se trata de una iniciativa dirigida fundamentalmente a los miembros de las asociaciones de amigos del ferrocarril está abierta a todo el público. El programa incluye a las 12.00 horas la visita al taller de trenes históricos de Avenfer, la degustación de un dulce típico y el encendido de la locomotora de vapor Norte 2723, del siglo XIX, con la que se llevarán a cabo algunas maniobras y se ofrecerá la posibilidad de ver su funcionamiento y sacar fotografías. A las 14.00 horas habrá una comida en la que será opcional participar (se puede ir por libre y se aconseja avisar tras adquirir el billete).

El Tren de Felipe II es el primero de viajeros que circula en España sobre la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG) gestionado por un operador privado, lo que supone un hito en la historia ferroviaria de nuestro país. Asimismo, Alsa, de la mano de la Fundación, inicia con este tren su actividad en la operación de trenes turísticos. El tren circulará todos los días excepto lunes. Partirá desde la Estación de Príncipe Pío a las 10.20 horas, realizando el trayecto hasta San Lorenzo en cincuenta minutos. Su regreso desde la Estación de El Escorial tendrá lugar a las 18.15 horas.

(Imagen promocional Alsa)

Valladolid acoge la XXIV Exposición Ferroviaria

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La XXIV edición de la Exposición Ferroviaria, incluida en el programa oficial de las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid, abrirá sus puertas entre los días 5 y 13 de septiembre. La muestra tendrá lugar en el entorno de la antigua Estación de la Esperanza. Como novedad de esta edición también permanecerá abierta al público los días festivos de las Ferias (6, 8 y 13 de septiembre) de 12.00 a 14.00 horas, informan fuentes de la Asociación para el fomento y defensa del ferrocarril y su historia (Asvafer).

En esta edición, además de exponer el tradicional tren histórico, las maquetas, etcétera, habrá importantes novedades consistentes en la apertura de una nueva sala-museo donde se mostrarán diversos objetos ferroviarios y la exhibición de una ‘zorrilla‘, diseñada y construida por Asvafer, que reproduce uno de estos vehículos, impulsados por la fuerza de sus ocupantes. Las ‘zorrillas’ servían en el pasado para transportar personal hasta lugares donde había que hacer pequeñas reparaciones en la infraestructura ferroviaria.

El donativo de entrada será de 2,5 euros que se destinarán al mantenimiento y mejora de la exposición. Asimismo, con la entrada de los niños se incluye un viaje en el circuito de modelismo tripulado. La exposición será inaugurada oficialmente por el alcalde de Valladolid, Oscar Puente, este domingo 6 de septiembre a las 12.00 horas.

Durante la exposición se podrá contemplar la furgoneta del Correo, que entre los años 20 y 50 comunicaba la Estación de Medina del Campo con el centro de la población y el balneario situado a pocos kilómetros. También se pondrá en marcha el parque de Modelismo Tripulado donde se exhine un circuito con un ancho de vía de 7″1/4 (184 mm.) por donde circulará un pequeño tren que hará las delicias de los niños. Múltiples maquetas de diversas escalas, entre otras la gran maqueta del desaparecido ‘tren burra’, en la que se representa este Patrimonio Ferroviario desaparecido; y un espectacular diorama digital de más de 12 metros de largo que reproduce la zona ferroviaria de Valladolid, con la estación de Campo Grande o del Norte, el Depósito de Locomotoras o la Estación de la Esperanza, sede de la exposición.

La Estación de la Esperanza de Valladolid, que no presta servicio de viajeros desde hace más de 25 años, es la sede de esta exposición. Era la cabecera del ferrocarril de Valladolid a Ariza abierto por la compañía Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (M.Z.A.) en 1895, año en que se inauguró la estación. La citada línea fue clausurada para viajeros el 1 de enero de 1985, aunque continuó durante algunos años más dando servicio de mercancías. Actualmente el citado ferrocarril sólo continúa en servicio hasta el cargadero de La Carrera para dar servicio a la fábrica de automóviles de FASA-Renault.

Valladolid dispondrá del mayor taller ferroviario de Europa que estará operativo en septiembre

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Se aproxima la migración. El nuevo taller central de reparaciones de Renfe en Valladolid, el «mayor y mejor dotado de Europa» estará plenamente operativo a partir de septiembre, tras una inversión de 142,5 millones, dentro de la primera fase de la red ferroviaria de la ciudad que no abandona la idea del soterramiento. Las nuevas instalaciones, en una parcela de 183.000 metros cuadrados (18 campos de fútbol o dos veces el Campo Grande de Valladolid), se repartirán entre Renfe -18 hectáreas- y las que tendrán el gestor de infraestructuras Adif -34 hectáreas- y la empresa Redalsa -17 hectáreas-. El traslado se realizará entre marzo y setiembre, aunque coexistirán ambos talleres hasta que se traslade toda la carga de trabajo.

Este nuevo complejo de Valladolid busca liberar terrenos de uso ferroviario que ocupan el centro de la capital, para que su venta permita financiar la operación, que incluye el soterramiento de la ciudad. El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva (PP), acompañado de responsables de Renfe, ha visitado este complejo ferroviario, situado en la zona de San Isidro. De la Riva confía en que verá los talleres ya totalmente operativos en setiembre y «como alcalde», en clara alusión a su presencia en la corporación que saldra de las urnas en mayo. El regidor recuerda que con esta operación se garantiza uno de los elementos más importantes, la plantilla -470 trabajadores de Renfe y 200 subcontratados- . Según relató él mismo, la empresa ferroviaria se ampliará de forma importante.

El regidor vallisoletano cuenta que los accesos, al menos una buena parte (los del norte), están terminados y permitiránn la entrada de trenes de ancho ibérico y europeo. Faltaría la plataforma ferroviaria y concluir el apartado de acceso de vehículos y peatones, unas obras que han supuesto una inversión de 20 millones de euros. La nave, la mayor en tratamiento de ferrocarriles de Europa, con 80.000 metros cuadrados en su área cubierta, está terminada y ha supuesto una inversión de 87,5 millones; la maquinaria supondrá otros 37,5 millones.

Los talleres ferroviarios de Valladolid datan de mediados del siglo XIX y facilitaron la instalación de industrias, como la de Renault, por la formación de los trabajadores. El alcalde se lamentó de que la ministra Magdalena Álvarez decidiera trasladar a Málaga buena parte de la carga. El regidor asegura que, a medida que se vayan trasladando los antiguos talleres a las nuevas dependencias, se irán derruyendo esas instalaciones, de forma que se pueda poner en el mercado «sin prisa» el suelo que se libere. De la Riva sostiene que el mercado inmobiliario se va recuperando poco a poco y destaca el valor del suelo que se liberará, a siete minutos de la Plaza Mayor de Valladolid, donde hay espacio para 1.700 viviendas libres y 800 de protección.

No ha ocultado que la operación de soterramiento de la capital está condicionada «por el dinero», aunque no se puede sacar todo el suelo que se libere de golpe, ya que «se devaluaría la operación», por lo que se hará «de forma progresiva y en función de estudios de mercado». «No abandonamos el soterramiento pero conscientes de que hay que hacerlo cuando el sentido común y precio del suelo lo aconsejen», concluye el regidor.

(Imagen Ramón Gómez)

Empresarios de Valladolid reclaman el soterramiento del AVE «aunque se haga por fases o etapas»

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Vuelta al soterramiento. Los empresarios agrupados en torno a la Cámara de Comercio de Valladolid plantean «que de ninguna manera se abandone el soterramiento del AVE» y que «ni el Ayuntamiento, ni la Junta, ni la Administración Central pueden olvidar los compromisos con Valladolid«. En un extenso documento de propuestas para los partidos políticos que concurran a las próximas elecciones autonómicas y municipales, el 24 de mayo, los empresarios han manifestado que aunque la crisis ha hecho que este proyecto de soterramiento tienda a olvidarse, «los beneficios que puede generar son tantos y tan grandes» que hay que mantener la idea.

«Que se haga por etapas o por fases, de forma que en cada momento se invierta el presupuesto correspondiente», plantean los empresarios, convencidos de que además es necesario conseguir un «mejor aprovechamiento del AVE» y que la estación de ferrocarril y la de autobuses se concentren en el mismo lugar, con un amplio aparcamiento común.

Valladolid adjudicó al célebre arquitecto Richard Rogers el diseño de los nuevos barrios que se levantarían sobre los antiguos raíles y trasladó los talleres de Renfe a las afueras de la ciudad. Pero el Plan de Infraestructuras elaborado por Fomento entiende que son “obras de carácter urbanístico” por lo que “deberán ser directamente asumidas por las Administraciones locales y autonómicas”.

El soterramiento de las vías de la capital castellana, que cuenta con AVE desde diciembre de 2007, es una actuación que requeriría unos 600 millones (según el proyecto de 2012), de acuerdo con las pretensiones del alcalde, Francisco Javier León de la Riva (PP).

Fomento no quiere oír hablar de soterramientos en la actual coyuntura económica. Ni a corto ni a medio plazo el actual Gobierno se plantea llevar a cabo inversiones presupuestarias en soterrar vías en proyectos planteados en el centro de ciudades españolas.

(Imagen Ramón Gómez)