El metro de Bilbao concluirá el trayecto completo de su Línea 1 (Plentzia-Basauri) el próximo 11 de noviembre, dieciséis años después de su puesta en marcha (un 11 de noviembre de 1995) y tras veinticinco años de obras que han debido superar una orografía complicada y de excepcional dureza. El suburbano llegará al centro de Basauri el próximo 11 de noviembre a las 11 de la mañana, en un guiño cómplice de su jornada inaugural.
Ni los pasajros más avezados se van a enterar. Pero el viaje de Basauri a Ariz se hace por un fuerte desnivel de 30 metros que los convoyes deberán superar, cota obligada (es la más acusada de todo el trazado) por la difícil orografía del subsuelo del municipio donde se han concentrado las obras en estos últimos meses. Los técnicos han podido superar las dificultades y sortear el mayor reto constructivo al que se ha enfrentado el suburbano en toda su historia, de forma que diecisies años después los trenes llegarán al mismo centro de Basauri.
Durante el desarrollo de los trabajos los operarios se han encontrado desde rocas ya conocidas y habituales en otros tramos hasta una paleovaguada que impidió avanzar al ritmo previsto. A esto se unió la aparición de areniscas calcáreas, roca abrasiva en Basauri que no se había localizado hasta entonces y que ralentizó el trabajo.
Los trenes hacen durante estos días pruebas de gálibo o señalítica para asegurar la seguridad de los coches cuando el metro esté operativo. Pero aún faltan detalles por solventar antes de que los trenes entren en funcionamiento: algunos remates de la obra civil, la instalación de las expendedoras de billetes y lo más importante, la puesta en marcha del puesto de mando de la estación que conectará con la central de la calle Navarrra.
La estación de Basauri permitirá acceder al suburbano a 23.000 personas que tendrán una boca de metro a menos de 10 minutos de sus domicilios. La necesidad de instalar las entradas en lugares estratégicos para dar cobertura al mayor número de personas ha obligado a los técnicos a idear una estación que conjugue tres accesos a muy diferentes niveles y salvando los desniveles existentes.
El metro de Bilbao es el cuarto metropolitano de España, después de las redes de Madrid, Barcelona y Valencia. Actualmente es la tercera red de metro de España por número de pasajeros transportados (más de 88.500.000 en 2010)4 por detrás del de Madrid y del de Barcelona y por delante de los de Valencia, Sevilla y Palma de Mallorca.
Posee un trazado en forma de ‘Y, con dos líneas, la 1 y la 2, que recorren las dos orillas de la ría para confluir en un tronco común que llega hasta el sur de Bilbao. En total, cuenta con 43,31 km, tiene 40 estaciones (24 subterráneas y 16 de superficie) y 75 accesos (excluidos ascensores) repartidos en 66 vestíbulos, y 9 subestaciones de suministro eléctrico.
También se proyecta una línea 3 para el metro de Bilbao. El trazado definitivo cuenta con siete estaciones, en lugar de las seis previstas en el proyecto inicial (finalmente se incluyó una parada en el barrio bilbaíno de Matiko). La línea entrará en funcionamiento en 2013 habiendo comenzado las obras en verano del 2009, costará 185 millones de euros y servirá a 71.000 personas según el Ayuntamiento de Bilbao. La nueva línea tendrá finalmente una longitud de 5.885 metros y contará con una estación en el municipio de Echévarri: San Antonio Etxebarri; y seis estaciones en el municipio de Bilbao: Otxarkoaga, Txurdinaga, Zurbaranbarri, Casco Viejo, Uribarri y Matiko.
Y ya se habla de una línea 4 (Moyúa-Rekalde) cuyo trazado preliminar pretende conectar la estación de Moyua, que actualmente da servicio a las líneas 1 y 2 con el barrio de Recalde, con dos paradas intermedias: Zabalburu, donde ya existe una estación de Renfe Cercanías, e Irala,7 aunque se encuentra en fase de estudio y está expuesta a modificaciones sustanciales.
También se ha trazado el dibujo de una quinta línea Etxebarri-Galdakao, que en un principio contó con seis estaciones, aunque posteriormente se añadió una séptima estación más, concretamente en el barrio de Bengoetxe (Galdakao). Sin embargo, todo queda a la espera de que la crisis permita a cometer estos últimos proyectos.