Aumenta el deterioro. El incendio provocado el pasado sábado en dos coches estacionados desde hace dos décadas en la playa de vías refleja crudamente la situación de declive y abandono de la estación de Canfranc. El fuego, provocado con casi total seguridad, acabó con dos valiosas piezas ferroviarias fabricadas a principios del siglo XX y que estaban catalogadas por el Gobierno de Aragón (un coche de madera con la numeracion SSA-606 antiguo AA de Norte y el metálico el BB1-1225). Expertos ferroviarios han indicado que los dos coches eran «únicos en España» y constituían una valiosa parte del patrimonio de Canfranc. Pero llueve sobre mojado.
La historia es tan vieja casi como la misma estación. Canfranc sufre desde hace décadas robos, expolios, destrucción, vandalismoy el propio desgaste por la adversa climatología de la zona. Todo ello contribuye al deterioro que consume el complejo ferroviario fronterizo para que el todos los años surge un nuevo plan que acaba en algún cajón administrativo, preso del olvido.
Fernando Sánchez tiene claro quién es el culpabe y pronuncia el nombre con fuerza para que se oiga: el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). El alcalde de Canfranc ha denunciado en repetidas ocasiones la situación de dejadez en la que se encuentra la estación de Canfranc. “Adif tiene completamente abandonada la zona, sin responsabilizarse de nada”, afirma.
El alcalde de Canfranc asegura que el incendio de este sábado podría haber sido mucho peor. Y exige que se tomen medidas antes de que ocurra lo peor y desaparezca cualquier vestigio de lo que pudo(y nunca acabó de ser), esta estación del pirineo español.
Sánchéz explica que cada año son más los visitantes que acuden a la estación “a pesar de cómo está”. El edificio apenas conserva algo del explendor de su época y la maleza se va adueñando de las naves, donde apenas quedan restos de las dependencias ferroviarias, mientras coches y vagones languidecen y se pudren a la intemperie, sin que nadie haga nada para conservarlos.
El alcalde recuerda el proyecto que existe para conservar Canfranc, pero insiste en que “nadie mueve ficha”, y nada se espera a corto plazo para salvaguardar lo poco que resiste el paso del tiempo y la acción de los vándalos.
Los vagones calcinados el pasado sábado forman parte de un conjunto inventariado por el Gobierno de Aragón que fue instalado en Canfranc a principios de los noventa. En declaraciones a ‘El Periódico de Aragón, Carlos Abadís, de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y el Tranvía (AZAFT), ha señalado que «cuando se subieron hace veinte años eran dignas de museo. Pero el tiempo, el clima y los vándalos las están estropeando. Porque han ido rompiendo cristales, arrancando piezas y destrozando todo. Y nada se repone ni nadie se hace responsable».
(Imagen J.L. Morales)