El surf es un deporte muy popular que consiste en deslizarse sobre las olas del mar de pie sobre una tabla, dirigiéndola hacia la onda provocando figuras y movimientos de gran efectividad. Se tiene constancia de la presencia del surf desde hace más de 500 años en las islas de Polinesia. Si bien, cobra auge en las aguas hawuainas en los cicuenta y sesenta.
Apenas conlleva riesgos, salvo en aquellas aguas donde la presencia de tiburones, hace su práctica un tanto arriesgado. Más peligtoso es, sin embargo, el trainsurfing, surfeo de trenes, una esperiencia extrema que consiste en hacer figuras y movimientos a bordo de un tren, agarrado a los costados o de pie sobre el techo.
El origen de esta práctica se sitúa a finales de los setenta en los suburbios de ciudades sudafricanas como Soweto o Johannesburgo, si bien como en el caso marino esta práctica se ha extenidio por diveros lugares del planeta. Es Asia, sin embargo, donde la práctica de este peligroso juego está más arraigado
Durante los años ocenta, el trainsurfing adquirió cierta popularidad en Alemania, conociéndose como S-Bahn Surfing. Aunque el fenómeno fue absorbido por la cultura alemana del grafiti, en 2005 volvió a renacer impulsado por internet, donde apareció la historia de un joven que supuestamente padecía una forma incurable de leucemia, el cual se dedicó a realizar una serie de vídeos en las redes de ferrocarril alemanas, incluyendo el InterCityExpress, uno de los trenes más veloces del país. La histopria, como tantas otras que cirulan por la Red, no es cierta, pero muchos están convencidos de lo contrario.
La práctica también se ha extendido por el Reino Unido, Dinamarca, Sudamérica y Australia. Y son varias las víctimas que ha causado entre sus seguidores.
No solo resulta peligrosos por la más que posible caída, sino por la existencia en el trazado ferroviario de postes que se cruzan a gran velocidad, túneles o cables de alta tensión. Es quizá por ello que lo hade especialmente atractivo en los lugares más deprimidos del planeta.