La «autopista ferroviaria» será vital para el trasporte de mercancías por ferrocarril. El secretario de Estado francés de Transportes, Dominique Bussereau, señaló que con la futura línea de tren de alta velocidad (TGV) entre París y Burdeos se pondrá en marcha una «autopista ferroviaria» para el transporte de mercancías entre el Benelux y España pasando por la región Ile-de-France. En una entrevista publicada por «La Tribune», Bussereau destacó que con la nueva línea TGV de la fachada atlántica, para la que se ha atribuido a Vinci la construcción y explotación del tramo Tours-Burdeos, habrá más frecuencias para los convoyes de mercancías por la vía convencional.
«Utilizaremos esa oportunidad para desarrollar el transporte de mercancías y poner en marcha una autopista ferroviaria atlántica entre España, Ile-de-France y la frontera del Benelux», indicó.
En la actualidad ya existe en Francia una «autopista ferroviaria» por la que circulan trenes a los que se cargan las cajas de camiones para cubrir el trayecto entre Perpiñán y Luxemburgo, y hay planes para prolongar ese eje una vez que se abra el tramo internacional de TGV entre Perpiñán y Figueras, en España.
El secretario de Estado aseguró que «todos los cálculos socioeconómicos muestran» que los 7.200 millones de euros que costará la construcción de los 302 kilómetros de línea TGV entre Tours y Burdeos son «rentables».
Además, recordó que ese tramo será el tronco común de la prolongación de las infraestructuras de TGV por el sur hacia España, por el suroeste hacia Toulouse y por el oeste hacia Limoges.
Entre las ventajas de ese tramo que Vinci va a explotar hasta 2060 mediante el cobro de peajes por los trenes que lo utilicen, Bussereau indicó que los habitantes de Burdeos y de las regiones que atraviese la nueva línea tendrán un acceso fácil a la estación del aeropuerto parisino Charles de Gaulle