Todo vale en política, aunque sea costa de los ciudadanos. Y más cuando confrontan sus ideas dos adversarios políticos que se la juegan en las elecciones. Y eso es lo que sucede con nuestros vecinos del Oste. El primer ministro socialista luso, José Sócrates, y la líder conservadora, Manuela Ferreira Leite, se enfrentaron ayer en un debate tenso a cuenta del tren de alta velocidad luso. Como saben, el primero quiere conectar la línea portuguesa con el AVE español cuanto antes; la segunda ha prometido dejar en suspenso el proyecto porque «no son una provincia española».
La prevista conexión ferroviaria, que uniría Lisboa con Madrid y con la ciudad gallega de Vigo -a través de Oporto- debe estar terminada en 2013, según varios acuerdos suscritos entre ambos gobiernos, y tendrá un costo para Portugal de unos 9.000 millones de euros. Sócrates defendió la importancia del proyecto por el carácter periférico de su país en Europa y criticó que su rival «intente frenar y hacer retroceder Portugal». Además defendió las «inversiones en las redes de alta velocidad» para ayudar a superar la crisis y criticó que la candidata de la oposición esté dispuesta a faltar a su palabra con España y echarse atrás en un proyecto que respaldó cuando era ministra en 2003.
«La situación económica del país es insostenible y estas inversiones no se pueden llevar a cabo», argumentó Ferreira Leite, que hizo hincapié en el problema del endeudamiento de Portugal para justificar su oposición al proyecto de alta velocidad. Ferreira Leite, que criticó a Sócrates por no apoyar a las empresas y elevar los impuestos y el endeudamiento público en su Gobierno, sostuvo que los socialistas «han llevado a cabo en los últimos cuatro años una política económica que ha empobrecido al país», Sócrates enalteció sus logros y resaltó «las ayudas a las familias y los apoyos sociales».
Pero la oposición del PSD al proyecto ferroviario obligó ya a Sócrates, que Gobierna con mayoría absoluta desde las anteriores elecciones de 2005, a anunciar en julio que no tomaría ninguna decisión sobre las adjudicaciones de las obras antes de los comicios de este mes.
Los dos principales candidatos a las elecciones generales del próximo día 27 en Portugal mostraron grandes divergencias en política educativa y en el combate a la crisis, aunque el desarrollo del ferrocarril divide profundamente a los partidos a los que representan que han hecho del proyecto de la alta velocidad bandera en estos comicios.