Corea del Sur y Corea del Norte han inaugurado con un acto simbólico un proyecto para volver a conectar ambos países por tren y carretera y modernizar las infraestructuras necesarias. La reconexión fue acordada por las dos Coreas en la cumbre que celebraron en abril el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un.
La ceremonia celebrada este miércoles es meramente simbólica y no marca el comienzo real de la construcción de la infraestructura necesaria, que Corea del Sur condiciona a la evolución de las negociaciones de desnuclearización y las sanciones. Hasta la misma ceremonia ha estado condicionada por las sanciones impuestas por la ONU, que ha concedido una dispensa para el transporte de material necesario para estudiar el estado de las vías.
Un tren especial con una delegación de 100 personas se ha desplazado desde el Sur hasta la estación norcoreana de Panmun, en la ciudad fronteriza de Kaesong. Entre los asistentes estaban el ministro de Transporte, Kim Hyun-mee; el de Unificación, Cho Myoung-gyon; líderes parlamentarios, funcionarios, expertos técnicos y ciudadanos cuyas familias quedaron divididas con el armisticio. La delegación norcoreana, también de un centenar de personas, estaba encabezada por Ri Son-gwon, responsable del órgano encargado en el Norte de las relaciones intercoreanas, y el viceministro de Ferrocarriles, Kim Yun-hyok.
Funcionarios de Naciones Unidas y países vecinos como Rusia, China y Mongolia también han asistido al acto de inauguración del proyecto, que algunos consideran que podría sentar las bases de un plan más ambicioso para conectar el ferrocarril intercoreano al transiberianos y crear una ruta entre Corea y Europa.
Durante la ceremonia se han pronunciado discursos y se han unido las vías. «La ceremonia de inauguración es significativa por cuanto demuestra la voluntad de las dos Coreas de cooperar activamente en el proyecto de modernización y conexión de sus ferrocarriles y carreteras en adelante», ha defendido el ministerio de Unificación. Se trata de una «prueba» del «compromiso» de ambos países en el proyecto, declaró un portavoz del ministerio surcoreano de Unificación. Las obras dependerán «de los progresos realizados en la desnuclearización del Norte y las circunstancias relativas a las sanciones».
Antes de su división, en 1948, dos líneas ferroviarias cruzaban la península, por el este y por el oeste. Seúl presupuestó unos 63.400 millones de wones (56,6 millones de dólares) en inversiones para el año próximo, partiendo del principio de que se necesitarán cinco años para reparar y modernizar ambas líneas. Sin embargo, las conversaciones entre Pyongyang y Washington para que el Norte renuncie a su arsenal atómico están en punto muerto.