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Restos de amianto en cabinas

Un trabajador de mantenimiento de Metro ha sufrido esta semana un desprendimiento de polvo, al abrir el armario de baja tensión de la cabina de conducción de un tren de la serie 2000, cuyo análisis ha dado positivo por amianto. Metro de Madrid ha abierto expediente a la empresa que lo había revisado. Según denuncia Solidaridad Obrera, el incidente tuvo lugar la madrugada del 27 al 28 de noviembre y el análisis del polvo desprendido confirmó la presencia de amianto en la cabina, que había sido revisada, como obliga la ley tras la retirada de los elementos con amianto en forma de cartón, por «una empresa homologada que certificó que era totalmente segura«.

Desde Metro de Madrid aseguran que, dentro del plan de desamiantado que la compañía está llevando a cabo de forma exhaustiva, surgen piezas que aún podrían contener amianto como en este caso, en que se han puesto en marcha los protocolos de forma inmediata, según un portavoz de la compañía. Al trabajador afectado se le hará el correspondiente examen médico, según Metro que informó lo sucedido al comité de seguimiento del Plan de desamiantado, del que forman parte los sindicatos, y de la apertura de un expediente a la empresa que «había certificado que la cabina estaba limpia de amianto».

Solidaridad Obrera explica, en un comunicado, que los maquinistas también operan en este armario de baja tensión cuando tienen que resolver incidencias menores durante los desplazamientos y que, ante el riesgo estaban siendo dotados de mascarillas FFP3 para protegerse del amianto». Sin embargo, «la empresa de forma unilateral decidió retirarlas de su protocolo IG-12, circunstancia por la que la Inspección de Trabajo ha levantado una infracción«. Por ello, consideran que el Plan de Trabajo presentado para la retirada de amianto por la empresa homologada al Instituto Regional de Seguridad en el Trabajo «debe ser revisado. El lugar de la retirada sigue presentando adherencias en los restos de amianto que permanecen incrustados, algo que sucede por altas temperaturas», continúa Solidaridad Obrera.

Esta circunstancia «agrava la exposición, y ni siquiera permitiría trabajar a la empresa RERA homologada que opera actualmente porque el plan no cumpliría los requisitos necesarios, poniendo en riesgo a los trabajadores inscritos en el RERA y los que les rodean que carecen de cualquier medida de protección». Añaden que «la suciedad donde están los elementos con amianto, han dejado restos degradados de amianto en superficie a lo largo del tiempo, y los trabajadores no están protegidos porque Metro de Madrid consideró que no eran necesarios los equipos de protección individual».

Aunque Metro argumentó que las mediciones estáticas en ambiente (tren parado) demuestran que se está trabajando en ambientes seguros, sin embargo, lo sucedido la pasada madrugada «contradice esta afirmación». «La vida de los trabajadores de mantenimiento de trenes y maquinistas se está poniendo en peligro debido a que la presencia de material friable en cabinas es una certeza«, según el sindicato para quien Metro «no puede aislar esta circunstancia como un hecho puntual, porque este y otros trabajos son cotidianos en los mantenimientos» que realizan los trabajadores.

«La indefensión de los trabajadores de Metro de Madrid ante el amianto es entre otros motivos por lo que estamos llamados a la huelga de 24 horas el día 3 de diciembre convocada por Solidaridad Obrera en coincidencia con la EMT», continúa. Además de esta convocatoria, se sumará la del 13 de diciembre de 24 horas en la que también coincidirán ambas empresas de transporte, Metro de Madrid y EMT, concluye Solidaridad Obrera.

Buenos Aires demanda a Metro Madrid

El metro de Buenos Aires ha presentado una demanda civil por daños y perjuicios contra el metro de Madrid por venderles, a sabiendas, trenes de segunda mano con amianto. La demanda, de 84 páginas , asegura que la venta de los seis formaciones (36 coches) en 2011, que luego fueron destinados a la línea B del subte porteño, se trató «de una actuación incalificable, ilícita, irresponsable y de mala fe» por parte del Metro de Madrid.

La venta se produjo en 2011 cuando Sbase adquirió los trenes de segunda mano del subte madrileño, los CAF 5000, que habían sido fabricados en los años 70, cuando el amianto o asbesto no estaba prohibido. La ciudad bonaerense pagó 4 millones de euros por los vehículoss. Metro de Madrid indica que colaborará con la justicia aportando toda la información y la documentación que sea necesaria para el proceso abierto a raíz de la venta de estos trenes con amianto a Sbase. Esta empresa del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires reclama a Metro de Madrid una indemnización de más de 14 millones de euros por ocultar que los 36 coches que les vendieron en el año 2011 contenían amianto, un material cancerígeno.

En febrero de 2018 salió a la luz que los coches vendidos tenían asbesto, un mineral cancerígeno que está prohibido en más de 50 países desde hace casi 20 años y en Argentina desde 2001. Según precisó Sbase en la demanda, todos los tipos de amianto causan cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de laringe y de ovario, y asbestosis (fibrosis de los pulmones).

Los coches habían sido destinados a la línea B, una de las más utilizadas, con 240.000 pasajeros diarios y donde se vieron potencialmente afectadas las 763 personas que trabajaban por entonces en sus talleres, estaciones y trenes. «Desde que trascendió en España la presencia de asbesto en las formaciones de CAF 5000 sacamos los trenes de circulación inmediatamente. Formamos una comisión técnica con áreas de salud del Gobierno y los trabajadores para acompañarlos en este proceso. Además encaramos un proceso de desasbestización en conjunto con ellos», precisan fuentes el Gobierno porteño.

En la demanda, se pide la «nulidad» del contrato ya que la comercialización de unidades con ese material estaba prohibida en ambos países y no se realizó ninguna advertencia expresa acerca de la presencia de ese mineral. Por ello, se pide el resarcimiento de 15 millones de euros por «la justa reparación de los evidentes y cuantiosos daños y perjuicios provocados como consecuencia de estos hechos».

Según manifestaron desde la defensa de Sbase, la compañía tuvo «un grave coste reputacional» a partir de que se conoció la presencia de asbesto en las formaciones de la línea B, lo que produjo reiteradas protestas de trabajadores y quejas de los usuarios. La denuncia también alega que el Metro de Madrid conocía desde hace años la presencia de amianto en el material rodante que vendió y que, cuando Sbase pidió información al respecto, la compañía se deslindó de sus responsabilidades culpando al fabricante.

El suburbano madrileño traspasó traspasó 24 trenes a Subterráneos de Buenos Aires de la gama 5000 en 2011, a los que se unieron 12 más en el año 2012. Una operación que reportó más de cuatro millones de euros a la compañía. El consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha señalado que desconoce los pormenores de este asunto. «En cualquier caso, cuando llegue la empresa la analizará y esperaremos a que este caso se resuelva judicialmente, que yo creo que es donde procede», ha agregado.

La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado que el Gobierno regional está concienciado en seguir con el proceso de desamiantado de Metro de Madrid y tanto es así que ha remarcado que «todo lo que se ha venido haciendo a lo largo de este tiempo ha sido ejemplo» para otros suburbanos del mundo que han tenido la misma situación.

Metro Madrid ya retiró amianto en 2009

Metro de Madrid desplegó en el año 2009 contratos para retirar placas de fibrocemento con amianto en las bóvedas de dos estaciones de su red, en Herrera Oria (L9) y en Oporto (L6), actuaciones que fueron llevadas a cabo por una empresa especializada en la manipulación de este material potencialmente cancerígeno y se acometieron con «todas las garantías de seguridad».

Metro de Madrid elaboró la propuesta de contratación para el desmontaje de placas con fibrocemento en la estación de Herrera Oria tras registrarse en abril de 2009 un desprendimiento en el falso techo de esa parada. En la parte descriptiva de ese documento, se especifica que las impermebilizaciones en ese falso techo son de amianto, «lo que obliga a su tratamiento» por parte de personal y empresas especializadas. En noviembre de ese año, la empresa también diseñó un contrato para la remodelación de la bóveda y los andenes de la estación de Oporto y en el detalle por secciones a acometer en la obra figura el desmontaje de placas de fibrocemento, que también deberá acometerse por parte de una empresa especializada.

Desde la sección de CC.OO. en Metro de Madrid han indicado que estos contratos de retirada de amianto «son una constatación más» que refuerza su convencimiento de que Metro de Madrid no informó a los trabajadores de la presencia de amianto (y los consiguientes riesgos para la salud de éstos) en instalaciones y se suma al polémico informe de 2003 que apuntaba a la presencia de asbesto en diversos enclaves de la red. También rememoran que la comisión de investigación de la Asamblea decretó que Metro fue «negligente» y ocultó la presencia de amianto en las instalaciones pese a conocerla desde hace casi tres décadas.

El diario ‘El País’ adelanta que esta documentación fue remitida al Comité de Empresa hace unos días de forma anónima. El consejero delegado del suburbano en esa época era Ignacio González Velayos, quien en la Asamblea de Madrid aseguró que «jamás» recibió ningún informe sobre la presencia de amianto en Metro y que alguien no informó adecuadamente a la cadena de mando de esa situación.

Desde el suburbano han indicado que en 2003, tras la entrada en vigor de la normativa sobre amianto, la empresa realizó un mapa de la presencia de asbesto tanto en la red como en los trenes. Una vez realizado este mapa, por un lado, Metro «encapsuló» todas las piezas de los trenes que pudieran contener amianto y, por otro, se «aseguró» de que el amianto detectado en su red estuviera «en buen estado y que no había peligro de exposición ni para los viajeros ni para los trabajadores».

Además, exponen que si cuando ha habido que realizar algún trabajo o remodelación de estaciones se tenía que actuar en zonas con este material, Metro ha contratado a una empresa especialista en la gestión de amianto (empresa RERA) para que lo retirara de las instalaciones. Los trabajos se realizan «siempre por empresas especializadas y Metro siempre sigue sus protocolos de actuación», agregan desde el suburbano.

En este contexto, en 2009 Metro suscribió dos contratos con empresas especializadas en la gestión de amianto para que retiraran este material de las bóvedas de las estaciones de Herrera Oria y Oporto. «Esos contratos se ejecutaron y el amianto de esas zonas se retiró con todas las garantías de seguridad«, han especificado desde la compañía En la actualidad, las estaciones de Herrera Oria y Oporto también están incluidas en el Plan de Desamiantado hasta 2025, pactado con la mayoría de los sindicatos, ya que todavía hay restos de amianto en cuartos técnicos de estas dos estaciones.

Los contratos suscritos en 2009 contemplaban el desamiantado de las bóvedas de los andenes y no de toda la estación. Un total de cuatro trabajadores de Metro de Madrid han obtenido el reconocimiento de enfermedad profesional por exposición amianto, de los cuales dos (empleados de mantenimiento) han fallecido por asbestosis (cáncer derivado de la exposición a fibras de amianto). A su vez, la juez de Instrucción número 23 de Madrid, María Isabel Garaizaba, ha citado a declarar como investigados a siete personas que fueron responsables de salud laboral de Metro de Madrid en el marco de la causa en la que se investiga la muerte de dos empleados tras exponerse al amianto a instancias de una denuncia de la Fiscalía de Madrid.

Una vez conocida la condición formal de imputados, Metro de Madrid avanzó que suspendía de sus funciones en la empresa a los responsables de Prevención y Salud Laboral de Metro de Madrid investigados en el caso del amianto en el suburbano que aún trabajan en ese departamento. Se trata de tres integrantes de la compañía, dado que los otros cuatro ya no desempeñaban estas labores.

Metro Madrid mantiene 40 trenes inmovilizados

Metro Madrid mantiene unos 40 trenes inmovilizados por labores de desamiantado, proceso por el que se ha logrado retirar el 100% de este material tóxico de algunos convoyes, según informa la compañía, que destaca que se ha detectado amianto en veinticuatro componentes de los trenes más antiguos de la red. Hasta ahora se han invertido 27,4 millones de los 140 millones de euros previstos hasta el año 2025 en el plan de retirada del amianto del suburbano madrileño que se puso en marcha en febrero de 2018.

A pesar de que la normativa vigente permite mantener los materiales con amianto instalados con anterioridad a 2002, Metro de Madrid está invirtiendo una gran cantidad de recursos para eliminar este material de sus instalaciones. Las labores de desamiantado ya se han llevado a cabo en las estaciones de Canillejas, Suanzes, Torre Arias, Pavones, Príncipe de Vergara, Gran Vía, Portazgo, Pirámides, Campamento, Las Musas, Argüelles, Ventura Rodríguez, Avenida de la Paz, Vinateros, Estrella, Moncloa, Alvarado, Buenos Aires, Sol, Esperanza y García Noblejas, además de retirar restos del material de otras tantas estaciones.

Por el momento, y a la espera de retirar todos los materiales identificados, Metro Madrid establece un plan de inspecciones de seguridad, así como mediciones de control para garantizar que las instalaciones existentes se encuentran en buen estado. Hasta la fecha, se han realizado ya más de 575 mediciones ambientales y personales, en las que se ha podido constatar que no existe riesgo de exposición a fibras de amianto, subraya la compañía.

La compañía hace controles médicos específicos a sus trabajadores para detectar problemas de salud derivados de esta circunstancia. Se han realizado un total de 1.184 chequeos médicos a 914 trabajadores, sin encontrarse hallazgos patológicos compatibles con la exposición al amianto. En la actualidad, son cuatro los casos de trabajadores de Metro de Madrid con una enfermedad profesional por exposición a fibras procedentes del amianto. Dos trabajadores, por otra parte, han fallecido, y uno más del colectivo de maquinistas que ha sido reconocido por la Seguridad Social por estar jubilado y no tener ningún vínculo con Metro de Madrid.

Los dos trabajadores fallecidos, con patologías de carácter maligno, comenzaron su andadura laboral en los años setenta y ochenta y desempeñaron su trabajo en el ámbito del mantenimiento del material móvil.

El amianto, en los juzgados de Madrid

El Juzgado de lo Social número 10 de Madrid celebra este lunes un juicio para abordar la solicitud de indemnización de casi 400.000 euros cursada contra Metro por parte de los familiares del primer trabajador con enfermedad profesional reconocida por exposición al amianto, ya fallecido. Se trata de Julián M., empleado de mantenimiento del suburbano que murió por asbestosis en octubre del año pasado y cuyo caso derivó en una propuesta de sanción por parte de Inspección de Trabajo de 191.000 euros contra Metro por entender que la compañía no había tomado suficientes medidas contra el amianto. Otro compañero suyo con enfermedad profesional reconocida también murió el año pasado.

Durante el desarrollo de la vista, la Asociación de Víctimas del Amianto de Madrid prepara una concentración de apoyo a la familia del trabajador fallecido. Los sindicatos en Metro convocan también un paro parcial de cuatro horas por turno en apoyo a los allegados del trabajador de mantenimiento. Además, se realizará una concentración desde las 11 a las 15 horas en los juzgados de lo Social de la Plaza de los Cubos, ubicados en la calle Princesa.

La vista oral será en sesión única. El trabajador, tras conocer que desarrolló cáncer por exposición al amianto, registró una denuncia contra la compañía que han continuado su viuda y su hija. «La exposición al amianto no tiene ninguna duda», detalla el abogado de las víctimas para explicar que su demanda se basa el baremo que se utiliza en los accidentes de tráfico y que, en este caso, aprecian «negligencia muy grave» por parte del suburbano madrileño, dado que Metro va a juicio este lunes por la petición de indemnización de la familia de un trabajador fallecido por amianto. Este material potencialmente cancerígeno estaba prohibido desde el año 2001 y que no se retiró de las unidades de la L6, con el consiguiente riesgo para la salud.

La viuda del trabajador espera que con la celebración de este juicio se «haga justicia» con su marido y su familia mediante la condena a la compañía para que les indemnice. Tras asistir a una de las sesiones de la comisión de investigación sobre la presencia del amianto en Metro, relató a los medios que su marido había sufrido un «infierno» por su enfermedad. Confía en que los tribunales hagan la «justicia que no ha hecho Metro» dado que no se ha producido ninguna dimisión ni cese en la compañía tras la muerte de su esposo y de otro compañero suyo. En total, se han confirmado cuatro casos de empleados con enfermedad profesional reconocida por exposición a asbesto.

También cargó contra la Comunidad de Madrid, en concreto contra la Dirección Provincial de Trabajo, al entender que mantiene «paralizada» la ejecución de las cuatro actas de infracción abiertas por Inspección amparándose en que hay un proceso judicial en curso, cuando en realidad hay unas diligencias de investigación de la Fiscalía.

El presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, defendió el pasado viernes que el Gobierno regional ha hecho «los deberes» con el amianto en Metro de Madrid, trabajando con los sindicatos así como con las personas que trabajan en el suburbano. Ese mismo día la consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo, dijo que espera que se pueda crear un fondo de indemnización para las familias afectadas y está convencida de que ese ofrecimiento «sincero y claro» va a dar vía libre a que se puede cerrar un «acuerdo que sea histórico» para Metro.

Amianto en piezas del metro en Madrid

Metro de Madrid ha detectado otra pieza con amianto en trenes, una junta de compresores auxiliares presente en varios modelos de unidades móviles. La compañía ha comunicado el hallazgo a los trabajadores por medio de una circular fechada el 22 de marzo, y que amplía la emitida el pasado 15 de febrero, donde ya se detalló la presencia de asbesto en otras juntas similares.

El área de Mantenimiento del suburbano había detectado juntas con amianto en modelos 2000, 5000, 7000 y 8000. El documento detalla que la junta se encuentra «confinada» y «protegida» entre elementos del compresor, y presenta un buen estado de conservación, sin deterioro.

La presencia de este elemento con amianto no modifica ninguna instrucción anterior sobre la suspensión de las labores de mantenimiento, pues la pieza no puede ser manipulada y en todo caso será retirada por una empresa especializada. En febrero, Metro de Madrid informó del hallazgo de dos piezas concretas con amianto en algunas unidades de la serie 7000 y 8000, concretamente en una junta que se encuentra dentro de un compresor neumático y auxiliar y en otra situado en la bomba de accionamiento de pantrógrafo dentro del armario neumático de la cabina de conductor.

Esto se debía a que el compresor y la bomba de estos trenes proceden de trenes modelo 2000, trenes más antiguos y en los que ya se había registrado elementos con asbesto. Por tanto, no era «de origen» dado que procede de piezas que se han utilizado para los trenes más viejos que ya contenía este material y que son «compatibles e intercambiables» para estas unidades.

La presencia era «residual» y no se paralizaba por tanto la circulación de estos trenes, dado que no existe riesgo de exposición para trabajadores y usuarios. Este fenómeno (utilizar piezas compatibles de modelos antiguos) se conoce coloquialmente entre los servicios de mantenimiento de Metro como ‘canibalismo’.

5 trabajadores de TMB afectados por amianto

Las revisiones médicas a trabajadores del Metro de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) han detectado afectaciones por el contacto con amianto en cinco trabajadores, que tienen placas pleurales, que son engrosamientos locales de la pleura sin repercusión sobre la función respiratoria y que no incrementan el riesgo de cáncer.

TMB inició en noviembre una campaña de exámenes médicos específicos a personal de Metro en contacto con materiales con contenido de amianto. Varias de revisiones tenían indicios de afectación pulmonar, ha explicado ‘Nació Digital’. De esta manera, la compañía derivó a cinco trabajadores a especialistas del Servicio de Neumología del hospital Vall d’Hebron para que los valoraran. Allí detectaron que tenían placas pleurales, que son la manifestación más común de la exposición al amianto -entre el 3% y el 14% de trabajadores expuestos las pueden tener-, aunque también pueden producirse por otras causas.

Según fuentes sindicales, son empleados que llevan bastantes años en la compañía y que ahora se verán obligados a hacer revisiones médicas cada año, ya sea intermediando un TAC o una radiografía, a pesar de que estas últimas avisan que no son tan «eficaces». La empresa especifica que «ahora no se tiene la misma información que hace 20 años» y a medida que se han ido conociendo casos «se han ido adoptando plenos de prevención y medidas de protección de manera compartida». Las revisiones y estudios se realizan mediante una tomografía axial computarizada de alta resolución (TACAR), una técnica de diagnóstico por la imagen más sensible que la radiografía de tórax, que permite diagnosticar lesiones torácicas de forma precoz.

Hasta el momento unos 600 los trabajadores se han sometido a este examen médico voluntario -en ninguno se han encontrado patologías graves-, y se estima que pueden hacer este examen unos 800 trabajadores, si no se amplían los colectivos, ha detallado TMB. Desde que se detectara la presencia en varios vagones del metro de la línea 1 y la línea 5 del metro, TMB ha mantenido que la presencia de restos de amianto en la pintura de los convoyes no podía afectar a nadie e incluso se han negado a retirarlos de la circulación.

De momento cerca de un centenar de coches revisados por TMB tienen asbesto. Este se detectó, principalmente, en la pintura bituminosa anti ruido que reviste las cajas metálicas del tren y en el bajo bastidor, la parte de abajo del vagón de metro. Los coches afectados pertenecen a las series 2000, 3000 y 4000, los cuales empezaron a funcionar en las décadas de los 80 y 90.

Los empleados del metro insisten en que se tomen algunas medidas respecto al asbesto presente en el subterráneo que aún no se han aplicado. Un ejemplo de ello es la solicitud que hicieron «desde septiembre» respecto al lavado de la ropa que usan en el trabajo: «se pidió que fuera una empresa la que se encargara para que no la lleváramos a casa a limpiar». Esto debido a que el segundo círculo de personas afectadas por el mineral es el círculo familiar, concretamente los encargados de lavar la ropa en casa.

Madrid tiene 40 trenes parados por amianto

Un total de 40 trenes del Metro de Madrid permanecen desde hace semanas inmovilizados en las cocheras y previsiblemente así seguirán por un espacio temporal indeterminado. La razón que los mantiene con el freno echado es la presencia de amianto en la pintura que los recubre, una sustancia «bituminosa» que resulta «difícil» de quitar. Metro descubrió en 2013 la presencia de este material en los trenes, pero no emprendió acciones hasta 2017. Cuatro empleados han sido diagnosticados con una enfermedad relacionada con el amianto. Dos ya han muerto.

«No hay ningún riesgo ni para los trabajadores ni para los viajeros, pero por prudencia los hemos parado por si se produce alguna avería y hay que manipularlos, a diferencia de Barcelona, que los tiene circulando. Lo que se está haciendo es lo correcto», justificaba este este viernes Borja Carabante, el consejero delegado de la compañía pública de transportes en su comparecencia en la comisión de la Asamblea creada para investigar la gestión que se ha hecho en el suburbano sobre un mineral cuyo uso está prohibido en España desde 2001.

Carabante quiso trasladar un mensaje de «máxima tranquilidad» porque, tal y como aseguró, los 996 reconocimientos médicos que se han hecho entre las alrededor de 7.000 personas que componen la plantilla han sido negativos. Tampoco se ha detectado la existencia de fibras de esta sustancia altamente cancerígena por inhalación prolongada en ninguna de las 203 pruebas realizadas en diferentes espacios de la red. Además, se han realizado 290 análisis de elementos de los trenes, se ha detectado en 24 y se ha iniciado el proceso de eliminación por parte de empresas acreditadas para hacerlo salvo en el citado caso de la pintura por la dificultad que entraña. «Vamos a ser la primera empresa de España libre de amianto. No vamos a escatimar ni esfuerzos ni recursos», aseguraba el consejero delegado.

Sus argumentos no convencen ni al PSOE ni a Podemos que, a través de sus diputados Daniel Viondi y Alberto Oliver, volvieron a exigir este viernes el cese de Carabante por su gestión durante la última sesión de la comisión de investigación de la Asamblea, cuyas conclusiones se redactarán en las próximas semanas. Ciudadanos, por su parte, reclamó, entre otras cosas, «un estudio de condiciones en el puesto de trabajo con mediciones que se hagan con ventanilla bajada», tal y como manifestó Juan Rubio.

Con la salud no se negocia”, gritaban los trabajadores apostados ante la Asamblea. No solo enfermar preocupa a los trabajadores, sino también la reacción de la empresa. Hasta ahora, la Inspección de Trabajo ha cursado una treintena de requerimientos, así como cuatro actas de infracción, una de ellas remitida al Ministerio Público: “Esperamos que la Fiscalía reclame responsabilidades a la dirección de la empresa”, dice el sindicato,

Paro de 4 horas en Metro Madrid el día 14

El Comité de Empresa de Metro de Madrid ha convocado paros parciales de cuatro horas para el próximo 14 de diciembre, momento en el que tendrá lugar la última de las sesiones programadas de la comisión de investigación por la presencia del amianto en el suburbano de la Asamblea de Madrid. Para esa cita, según detalla el Comité de Empresa, se esperan varias comparecencias entre las que figuran la del consejero delegado de la empresa, Borja Carabante; la consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo; el vicepresidente de la Comunidad (y antiguo titular de Transportes), Pedro Rollán y el responsable del área de Prevención de y Salud Laboral de Metro.

La mayoría del Comité de Empresa ha acordado la celebración de una concentración de 10 a 14 horas frente a la Asamblea de Madrid y unos paros de cuatro horas para los trabajadores de turno de mañana a la finalización de la jornada de protesta, para que los empleados de diferentes colectivos puedan acudir a esta protesta. «El objetivo de estos paros para toda la plantilla reside en dos motivos principales, aunque existen muchos más para realizar movilizaciones como la falta de plantilla en casi todos los colectivos: el impacto del amianto en la plantilla y garantizar la seguridad de los trabajadores de Metro de Madrid», recoge el texto del Comité de Empresa de convocatoria de paros.

Metro Madrid sufrirá, además, varias jornadas con paros. El Sindicato de Maquinistas de Metro de Madrid ha acordado convocar paros parciales en diciembre, enero, febrero y marzo en protesta por la falta de maquinistas y trenes, la «mala gestión» de la compañía ante la presencia de amianto y las «continuas aglomeraciones» en el suburbano. Dichos paros arrancarán el próximo 10 de diciembre y durante su desarrollo se realizarán en varias líneas y franjas horarias.

La agenda de movilizaciones aprobado por el sindicato en asamblea recoge que habrá paros parciales el 10, 11, 12, 13 y 14 de diciembre de 5.30 a 9 horas en las líneas 6 y 10 A y los días 17, 18, 19, 20 y 21 de diciembre de 17 a 22.30 horas en las líneas 1, 2, 3 y 5. Para enero, el 19 de enero los paros se desarrollarán de 11 a 12 horas en las líneas 3, 5, 7A, 9A y los días 11 y 26 de enero de 16 a 17 horas en las líneas 2, 4, 6, 8, 10A y 12.

Las movilizaciones continuarán en febrero con paros el 9 y 23 de febrero de 11 a 12 horas en las líneas 3, 5, 7A, 9A y 11 y los días 2 y 16 de febrero de 16 a 17 horas en las líneas 2, 4, 6, 8, 10A y 12. Finalmente, en marzo se programan para el 9 y 23 de marzo de 11 a 12 horas en las líneas 3, 5, 7A, 9A y 11, y los días 2, 16 y 30 de marzo de 16 a 17 horas en las líneas 2, 4, 6, 8, 10A y 12.

Planchas de fibrocemento para tapar amianto

La compañía Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha encapsulado las planchas de fibrocemento que cubren los andenes de la estación de metro de Verneda para que no se desprendan microfibras de amianto antes de que se retiren definitivamente. TMB ha informado de que dentro del plan de descontaminación de amianto de la red del metro ha detectado ya en 93 coches pintura con un derivado del amianto, que no reviste peligro para la salud.

El encapsulado de las planchas de fibrocemento de la estación de metro de Verneda, en la línea 2, se ha llevado a cabo con un adhesivo como medida temporal de refuerzo para garantizar la imposibilidad de desprendimiento de fibras en el caso hipotético de una manipulación o ruptura de las planchas. TMB prevé retirar estas planchas en 2019 y hasta entonces hará inspecciones de la sujeción de la cubierta y las actuaciones de mantenimiento preventivo necesarias, ha asegurado la compañía.

La dirección de TMB ha comunicado a los miembros del Comité de Seguridad y Salud y del Comité de Empresa de Metro los últimos avances en la detección y tratamiento de materiales con contenido de amianto en los trenes en circulación en la red. En concreto, les ha informado de que ha finalizado la extracción de muestras de pintura bituminosa de los trenes de las series 3000 y 4000, los más antiguos de la flota, que circulan por las líneas 3 y 1 respectivamente.

Hasta ahora, han obtenido los resultados de 203 coches (de los 210 que integran las dos series), en 93 de los cuales se ha localizado un componente derivado del amianto, en una baja proporción, en estado no friable (que no desprende fibras) y bien conservado, por lo que no representa ningún peligro para las personas usuarias ni para los empleados de la operación. También ha terminado los análisis de la pintura antirruido de los trenes de la serie 2000, de la línea 3, con resultados negativos.

Con anterioridad, los fabricantes de las series 2100 y 500 ya habían confirmado documentalmente que la pintura con la que se revistieron no contiene amianto, mientras que los constructores de los trenes más modernos, series 5000, 6000 y 9000, han certificado que los fabricaron bajo la normativa que prohíbe la utilización, producción y comercialización de amianto.

En cuanto a los componentes eléctricos, en la revisión a que se están sometiendo los trenes de las series 2000, 3000 y 4000 han identificado piezas con algún contenido de amianto en las cajas de los convertidores eléctricos auxiliares, y en una placa aislante situada en el interior de los armarios de interruptores térmicos. Esta última pieza está presente también en los trenes de la serie 2100, que forman parte del material móvil de la línea 4. En los trenes 4000 han identificado contenido de amianto en arandelas aislantes en los armarios de la central anunciadora de estaciones.

Según TMB, en todos los casos se trata de materiales que no desprenden fibras o están fuera del alcance de los usuarios y trabajadores, pero están señalizando que no se manipulen en las actuaciones de mantenimiento. TMB también ha hecho ya reconocimientos médicos específicos a 140 integrantes de la plantilla de Metro por su potencial exposición a las fibras de amianto, de los más de 600 previstos.