La crisis aprieta. Y los recursos escasean. Cualquier cosa vale para obtener dinero. Eso es lo que ha debido pensar el Govern balear que acaba de poner a la venta diverso material ferroviario. Vías, traviesas, material de los antiguos talleres y cinco unidades diesel de los Servicios Ferroviarios de Mallorca que el pasado año sufrió daños en tres de los coches en Sineu. Con la venta, la empresa confía en obtener 3,2 millones de euros para afrontar los gastos operativos. La SFM tiene un agujero económico valorado en 300 millones de euros.
El Govern pretende vender también los seis coches del tren-tram, el modelo híbrido entre tren y tranvía proyectado por el Pacte, que no se puede utilizar en las actuales líneas y cuyo uso futuro está en el aire. Prácticamente descartado, la paralización de las obras de la línea de Manacor a Artà, para la que fueron comprados, provoca que la puesta en marcha del servicio sea hoy por hoy una quimera.
La intención del Govern es vender estas unidades, que continúan almacenadas en las cocheras de Son Rullan y en la fábrica de la empresa Vossloh en Valencia. El convoy costó 26,6 millones de euros. El Govern debe afrontar los costes de mantenimiento y almacenaje de las seis unidades que permanecen en desuso. La incompatibilidad con la línea Palma-Inca hace difícil su puesta en servicio, lo que ha llevado a las instituciones baleares a desprenderse de este material. ¿Alguien se anima?
(Imagen Enrique Alonso)