Basada en un guión original del maestro Akira Kurosawa y dirigida con buen pulso por el moscovita Andrei Konchalovsky (más americano que ninguno en este film), ‘El tren del infierno’ es una gran película de acción. Entretenida, emocionante, enérgica y con mucha actividad, destaca por la magnífica interpretación de Jon Voight y Eric Roberts, ambos nominados a un Oscar por su interpretación. Lo peor de este film es su traducción al castellano, porque todo el desarrollo de la película se produce en las frías Alaska y Montana. ‘Runaway train’ (1985), como así se denominó la cinta en el mercado anglosajón, es un film de aventuras, aunque también se podría adscribir al género del thriller.
Jon Voight, a través de una sólida interpretación cercana al histrionismo, da vida a Oscar Manny, un violento asesino confinado en una prisión de alta seguridad en Alaska. Tras pasar tres años encerrado en una oscura celda, decide escapar en cuanto tenga la más mínima oportunidad. Su fuga pretende mantener el pulso con el alcaide del centro penitenciario, un tipo duro y perverso que la tiene tomada con él. Manny, junto con otro joven recluso, Buck, consigue huir de noche del recinto carcelario, utilizando como transporte un viejo tren de mercancías detenido en una estación cercana a la prisión. Lo que ambos reclusos ignoran es que, tras lograr poner el tren en marcha, un infarto provoca la muerte del maquinista. El convoy circula, a toda velocidad, desbocado sin que ninguno de los dos pueda llegar hasta la cabina de conducción para impedir que la máquina siga sin control. Un tercer pasajero viaja en el tren; una hermosa empleada del ferrocarril que, tan desesperada como ellos, trata de hacer lo imposible para sobrevivir a esta accidentada pesadilla.
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