Miles de personas (entre 12.000 y 9.600, según las fuentes) se manifestaron hoy en Bayona para protestar contra los planes de construir un nuevo corredor ferroviario por el País Vasco francés y dedicado al tren de alta velocidad (TAV) que debería conectar con la línea que se construye por el lado español. La manifestación, convocada por el Colectivo de Asociaciones de Defensa del Medio Ambiente (CADE) contó con el apoyo de una treintena de alcaldes de la zona, que temen que un nuevo corredor ferroviario genere una muralla de molestias en una región muy poblada y con una orografía accidentada.
El centro de los ataques fue Red Ferroviaria de Francia (RFF), el organismo estatal propietario de las infraestructuras fijas, que ha realizado varios estudios sobre la pertinencia de una nueva infraestructura para responder a la entrada en servicio en España de la conocida ‘Y vasca’. Esta multitudinaria marcha pretendía favorecer, como alternativa a esa nueva línea consagrada al TAV, la idea de que las vías actuales mejoradas permitirían absorber el incremento previsto del tráfico en la región durante al menos medio siglo, según un informe encargado a un gabinete de expertos exterior.
La posición de RFF es que por el actual corredor los trenes no podrían circular a velocidades superiores a las que utilizan actualmente (unos 100 kilómetros por hora como máximo), y por tanto no al régimen de los TAV. Además, las dos vías que existen tendrían que soportar el tráfico de viajeros y de mercancías, lo que en medio siglo podría suponer unos 320 convoyes diarios.
El portavoz del CADE, Victor Pachan, insistió en que, según el informe que habían encargado, las previsiones sobre el tráfico de mercancías calculadas por RFF están «sobre-estimadas», y por tanto con algunas mejoras el corredor actual serviría durante al menos medio siglo.
En Francia, la construcción del tramo de línea TAV por el País Vasco ha generado sucesivas polémicas en los últimos meses que ha ido más allá del descontento manifestado en esa zona fronteriza con España. La ministra francesa de Justicia, Michèle Alliot-Marie, a finales de primavera -cuando era todavía la titular de Interior- había encargado a sus servicios poner fin a los trabajos para estudiar la pertinencia de un nuevo corredor dedicado al TAV.
El alcalde de Burdeos, el ex ministro Alain Juppé, y el presidente de la región de Aquitania, Alain Rousset, manifestaron su inquietud por considerar que la decisión de Alliot-Marie -que es alcaldesa adjunta de la localidad vascofrancesa de San Juan de Luz-, podía amenazar todo el conjunto de la línea de alta velocidad Sur Atlántico. A comienzos de Julio, Juppé obtuvo una respuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien le confirmó que van a continuar los estudios para la construcción de una nueva línea ferroviaria entre Burdeos y España, que se construiría cuando el actual corredor se sature.
Sarkozy insistió entonces en que la entidad gestora de infraestructuras ferroviarias en Francia, RFF, debe buscar «la mejor integración posible de la línea nueva en los territorios que atraviese. Por tanto, deberá privilegiar el enterramiento de las secciones más delicadas».
(Fuente Diario Vasco)