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Mural de Philip Stanton en el metro de Barcelona

El metro de Barcelona presentó este jueves una obra de gran formato con la que el artista estadounidense Philip Stanton pretende documentar la valentía y el espíritu de superación de la Ciudad Condal, como muestra de agradecimiento al personal del ámbito sanitario que nos ha cuidado durante la pandemia, y como un canto a la esperanza y la solidaridad. La intervención artística, que colorea una pared de unos 60 metros cuadrados de superficie, es un símbolo de creatividad y trabajo en equipo multigeneracional.

La presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Rosa Alarcón; Philip Stanton; representantes de pinturas Titanlux, y alumnos de EINA, Centro Universitario de Diseño y Arte de Barcelona, presentaron el mural de gran formato «Los colores del agradecimiento» que decora el vestíbulo principal de la estación Guinardó / Hospital de Sant Pau de la línea 4 de metro y que quedó terminado a finales de julio. También se hizo entrega del premio a la ganadora del concurso de redes sociales con el que se pretendía poner título a la obra. El mural quiere ser un agradecimiento sincero al personal en especial del ámbito sanitario que nos ha cuidado estos meses de pandemia provocada por la Covid-19.

A pesar de estar pintada en condiciones complejas (entre los meses de junio y julio), se ha logrado una pieza permanente que desprende un mensaje de esperanza, alegría y solidaridad hacia la sociedad en un espacio público, además de convertirla, probablemente, en la primera obra pública de gran formato que documenta la crisis sociosanitaria que nos ha tocado vivir. Fueron cuatro semanas de trabajo en las que el mural fue tomando forma, desde el lienzo blanco que había al inicio (el 25 de junio) pasando por los trazos de dibujo que daban forma a la obra hasta la aparición de las referencias a Barcelona y l’Hospitalet de Llobregat, a los edificios y monumentos de las ciudades, los transportes de TMB y las formas orgánicas que rinden homenaje al maestro del siglo XX y gran referente en la obra de Stanton, Henri Matisse.

Este mural de grandes dimensiones está dedicado también a la ciudad de Barcelona y a su espíritu de superación y resiliencia, un canto a la esperanza, el positivismo y la felicidad después de los duros meses de confinamiento. La obra muestra un paisaje cubista, colorista y mediterráneo, un estilo muy característico del artista y profesor norteamericano Philip Stanton, residente en Barcelona desde hace más de 30 años. Para pintar la pieza, Philip Stanton ha contado con la colaboración de alumnos de EINA, Centro Universitario de Diseño y Arte de Barcelona.

El título de la obra fue elegido de forma popular gracias a las aportaciones de los usuarios que participaron en un concurso que estuvo activo del 20 al 22 de julio en los perfiles sociales de Instagram y Facebook de TMB. En total se recibieron 346 propuestas, y la seleccionada por el jurado fue Los colores del agradecimiento, de Maribel Saez Pérez, ganadora del concurso, que se ha llevado como premio un lote de pinturas Titanlux y una obra del artista Philip Stanton.


Homenaje de la AZAFT a un maquinista del vapor

Este domingo 8 de marzo tendrá lugar el acto de homenaje nacional a la figura de uno de los últimos maquinistas de locomotoras de vapor Francisco González Alcalde. El acto previsto a partir de las 12 de la mañana tendrá lugar en las instalaciones del futuro Museo del Ferrocarril de Aragón, en la Estación de Casetas. La escena servirá para que los aficionados al ferrocarril de toda España transmitan a los familiares de Paco su reconocimiento por la labor de recuperación de las locomotoras de vapor del Ferrocarril Andorra Escatrón y por la difusión de la pasión por las locomotoras de vapor en general.

Paco González empezó su vida laboral siendo muy jovencito, como aprendiz, en el Ferrocarril Utrillas–Zaragoza, donde también trabajó su padre. A principio de los años cincuenta, con la construcción del Ferrocarril Andorra Escatrón, pasó a trabajar como maquinista para la Empresa Nacional Calvo Sotelo, posteriormente Endesa, en donde se jubiló como Jefe de Seguridad. Los últimos años los dedicó a las locomotoras de vapor a escala, ayudando al Ferrocarril de la Farja de Benicasim a poner a punto sus modelos.

El homenaje tendrá lugar junto a la locomotora ‘Escatrón’, fabricada en Alemania en 1953, estrenada por Paco a su llega a España. Esta locomotora fue el gran amor de su vida. Gracias a este profesional la ‘Escatrón’ tuvo una segunda vida, tras el abandono del del vapor en el Ferrocarril Andorra Escatrón. La mantuvo en servicio acudiendo a actos y efemérides ferroviarias por toda España, desde la celebración del centenario de la rampa de Pajares y al viaje a Calatayud-Burgos de unos aficionados ingleses que vinieron a conocer la península en los años ochenta.

En 1987, la ‘Escatrón’ protagonizó el primer viaje con la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (AZAFT). Una pequeña avería la obligo a quedarse en Zaragoza y desde entonces la locomotora ha permanecido al cuidado y custodia de los técnicos y especialistas en vapor de la AZAFT. En 1998 realizó su último viaje para rodar una película en Ayerbe. Tras el rodaje, las averías que se detectaron en la caldera aconsejaron no volver a ponerla en servicio sin antes efectuar una revisión completa.

La ‘Escatrón’, junto con la ‘Andorra’ construidas en 1953 por Arnold Jung con rodaje 2-4-2 T, será una de las locomotoras de vapor estrella del Museo del Ferrocarril de Aragón. La casa alemana únicamente sirvió 18 locomotoras en Espña. Ambas salieron de fábrica con los números 11647 y 11648. Recibidas para consumir carbón y debido al elevado consumo, se fuelizaron en 1966. La AZAFT confía en que se restaure y se ponga nuevamente en servicio para que, además de conocer su historia, se pueda explicar cómo es su tecnología y su funcionamiento.

El ascto de este domingo también servirá para recordar a las mujeres que trabajan en el ferrocarril, pioneras en una profesión mayoritariamenta masculina, en la que cada vez se tiende más a la paridad. El acto estará abierto al público y será gratuito. Podrá visitarse el ‘Tren Azul’, la locomotora ‘Escatrón’, disfrutar con una locomotora de vapor a escala en funcionamiento y conocer la vida de un maquinista legendario, Francisco González Alcalde.

(Imagen, cortesía de Ángel González Mir)

Vigo rinde tributo al tranvía

Vigo ‘rescata’ el tranvía después de medio siglo sin este mítico transporte. La plaza del Emigrante, del barrio de Coia, acoge desde hace unas semanas uno de aquellos antiguos coches que recorrían la ciudad (incluso las pedanías cercanas), pese a que no circula por ninguna vía. Desde su aparición son miles los vecinos que han decidido comprobar in situ las excelencias de aquellos artilugios indispensables durante décadas para trasladarse de un punto a otro de la ciudad.

Los curiosos acceden al interior del vehículo, sin apenas pensar que es una réplica restaurada de uno de los coches que circulaban por la ciudad olívica hace 50 años y que, hasta ahora, estaba en las cocheras de Vitrasa, en sus instalaciones en Camposancos. En realidad es un modelo original de Lisboa (con su original pintura amarilla), lo que al principio generó más de una crítica, pero que ha despertado un interés inusitado. De hecho, permanecerá una semana más en dicha plaza.

El vehículo, que luce los colores blanco y rojo de antaño, ha sido un completo éxito entre los vecinos, que lo visitan para descubrir las similitudes y diferencias con los que ellos usaban, aunque Juan Carlos Villarino, director general de Vitrasa, reconoce que no es uno de los tranvías empleados en la urbe medio siglo atrás, ya que no se conserva ninguno, pero resulta «prácticamente idéntico». «Hubo que restaurar prácticamente todo, no se cambió nada del original a excepción de los dos perfiles, que al ser de madera estaban muy destrozados y eran insalvables», narraba Villarino el pasado diciembre.

«Había nueve modelos distintos de tranvía y aunque hay mucha gente que dice que es totalmente distinto, otros sí que afirman que se asemeja. Aquí había un modelo más largo, con los asientos de madera y de rejilla y el arenero lo llevaban delante para frenar», explica Iván Arcos, el encargado de atender a los visitantes.

El primer vehículo de estas características rueda por las calles viguesas, de prueba, el 2 de junio de 1914, aunque hay que esperar oficialmente al 9 de agosto para su funcionamiento regular. Pero como en tantas ciudades españolas, sus dirigentes pensaron en jubilar este transporte y sustituirlo por otros más modernos. El 31 de diciembre de 1968 entran en la cochera de Florida para no volver a salir nunca más. Su desaparición coincidió con la entrada en funcionamiento de los autobuses Vitrasa, como nueva concesión del transporte urbano el 1 de julio de 1968. La misma empresa que permitió su cierre es ahora quien decide rendir este homenaje al mítico transporte de la ciudad gallega.

Vigo recuerda a sus viejos tranvías

El tranvía de Vigo ha sido uno de los servicios más emblemáticos del mundo. El primer vehículo de estas características rueda por las calles viguesas, de prueba, el 2 de junio de 1914, aunque hay que esperar oficialmente al 9 de agosto para su funcionamiento regular. Pero como en tantas ciudades españolas, sus dirigentes pensaron en jubilar este transporte y sustituirlo por otros más modernos. El 31 de diciembre de 1968 entran en la cochera de Florida para no volver a salir nunca más.

Ahora la ciudad quiere rendir un tributo al viejo tranvía, aunque solo sea testimonial. Mientras esperan a dar el paso de restituir el transporte, han decidido instalar uno de aquellos vehículos en el entorno de la Plaza do Emigrante, donde 50 años atrás se recogían. Los vigueses podrán contemplar y visitar una réplica de aquel tranvía que vio la modernización de esta zona gallega.

Tras seis meses de restauración, el tranvía luce en las cocheras de la carretera de Camposancos. No es uno de aquellos vehículos que se emplearon en la urbe medio siglo atrás, ya que no se conserva ninguno, pero sí es «el más parecido que hemos encontrado, es prácticamente idéntico», reconoce el director general de Vitrasa, Juan Carlos Villarino..

La compañía decidió adquirir uno de estos vetustos vehículos en Zaragoza para cederlo al Concello con el fin de colocarlo en algún punto estratégico de la ciudad. De momento, con la culminación del proyecto de remodelación, se ha decidido emplazarlo en los jardines de la Plaza do Emigrante, en Coia, donde se localizaban las antiguas cocheras. El gobierno local también estudia que el coche pueda ser visitado siempre y cuando quede preservada su conservación ya que está construido casi al 90% de madera.

«Hubo que restaurar prácticamente todo, no sé cambió nada del original a excepción de los dos perfiles, que al ser de madera estaban muy destrozados y eran insalvables», narra Villarino mientras explica que todavía restan un par de retoques finales en su interior. «Colocaremos las luces y un par de detalles más pero se ha trabajado mucho en él; se restauraron las ventanas, los cristales, se desmontaron las máquinas y reutilizamos el pantógrafo», explica casi con admiración.

El vehículo respeta los colores blanco y rojo que vestían estos vehículos en la ciudad. La madera es protagonista indiscutible. Los asientos con capacidad para 25 personas son reversibles. También conserva su timbre que anunciaba las paradas y las persianas originales adecentadas para la ocasión. «Nuestra idea es rendir homenaje al tranvía como uno de los primeros modelos de transporte colectivo en la ciudad coincidiendo con el 50 aniversario de Vitrasa», añade su director general.

Viena rinde homenaje a Otto Wagner

Viena rinde homenaje a uno de sus más célebres hijos: el arquitecto, urbanista y profesor Otto Wagner (1841-1918), cuyas obras, revolucionarias y provocadoras en su época, son hoy hitos del paso del historicismo a la modernidad. Destacado arquitecto y diseñador respetado por la alta sociedad vienesa, Wagner diseñó y construyó el metro de Viena entre 1894 y 1901, obra con la que alcanzó una nueva visión sobre el futuro, la tecnología y la arquitectura.

Otto Wagner diseñó varias estaciones del metro en Viena. La de Karlsplatz es, sin duda alguna, una de las más conocidas y representativas del estilo secesión (el modernismo vienés) del que Wagner junto con Gustav Klimt y otros como Joseph Maria Olbrich, Hoffman y Adolf Loos fueron los precursores. El espléndido edificio de la estación que Otto Wagner construyó en 1900 para las líneas del suburbano de la capital austriaca es uno de los más representativos de la arquitectura vienesa, en el que destacan la ornamentación floral, decoración en dorado y una cuidada atención en los detalles más pequeños.

«Wagner fue un adelantado a su tiempo que se vio obstaculizado por el espíritu conservador de la Viena de entonces», explica Andreas Nierhaus, comisario de una exposición que el Museo de Viena dedica al arquitecto con motivo del centenario de su muerte (11 de abril de 1918). La ciudad que lo vio nacer celebra este jubileo no solo con varias exhibiciones, sino también con simposios, películas y nuevas publicaciones. Las obras de Wagner, desde la Caja Postal de Ahorros hasta la Iglesia de San Leopoldo (Steinhof), pasando por las estaciones del tren urbano y de cercanías, han dejado un sello inconfundible en la capital austríaca y son hoy puntos de atracción turística.

Pero debido a la incomprensión de muchos de sus conciudadanos, otros de sus proyectos nunca fueron acabados, recuerda Nierhaus. Wagner pasó diez años de su vida diseñando un museo en honor a su ciudad en la céntrica plaza de San Carlos (Karlsplatz) que nunca se llevó a cabo. El espacio previsto entonces lo ocupa ahora, en parte, el Museo de Viena, que hasta el próximo 7 de octubre reúne más de 500 objetos -diseños, modelos y muebles del arquitecto- para repasar, en orden cronológico, su vida.

La exposición se completa en otras dos localizaciones: el pabellón oeste de la estación de metro de Karlsplatz y el pabellón de la estación de Hietzing. Esta última, inicialmente privada y ricamente decorada, pertenecía al emperador Francisco José. Ambas fueron diseñados por Wagner en el proyecto más ambicioso de toda su carrera: el rediseño del tren urbano y de cercanías de Viena, entonces capital del gran imperio austrohúngaro. «Fue una obra muy compleja en una ciudad que no paraba de crecer y se convertía en una metrópolis», explica Eva Ottillinger, conservadora del Museo del Mueble de Viena, que también dedica una exposición a la obra del célebre diseñador. «En estas estaciones Wagner ha alcanzado la cúspide de su dialéctica entre la función y poesía, construcción y decoración, donde un severo racionalismo se entabla en una competencia con una decoración de estilo secesionista”, asegura Friedrich Achleitner, poeta y crítico de arquitectura.

Para Wagner, el arquitecto «debía centrarse en el exterior pero también en el interior, como parte de un todo». Por eso, en el proyecto del tren urbano (hoy convertido en gran parte en metro), Wagner, precursor del modernismo, diseñó el interior de más de treinta estaciones, así como viaductos, túneles, puentes y barandillas. Con la elegante sencillez del Jugendstil, siguen vigentes más de un siglo después.

Además de sus numerosas obras, Wagner, ligado al movimiento de la Secesión Vienesa, dejó un importante legado teórico e intelectual, tanto como catedrático de arquitectura en la Academia de Bellas Artes de Viena como en sus escritos. Ante sus alumnos proclamó que los artistas deben «representar a su tiempo», una premisa a la que se mantuvo fiel toda su vida. Wagner ha influido en la obra de otros arquitectos coetáneos suyos, que han heredado su estilo vanguardista de finales del siglo XIX. Entre ellos, y destacando un arquitecto español, se encuentra Antonio Palacios, autor del metro de Madrid. De los mejores exponentes de esta influencia es el Hospital de Jornaleros que diseñó y construyó en la capital de España.

(Imagen Pudelek en Wikipedia)

Lina Morgan, presente en el Metro

El mural ‘Lina y La Latina’, que ha sido realizado por el arquitecto y dibujante David Cárdenas en la parada de Metro de La Latina en homenaje a Lina Morgan, mantendrá la presencia permanente de la actriz en el barrio. La presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, ha recordado, en un homenaje a Lina Morgan con motivo del Día Mundial del Teatro, que el Gobierno regional convocó un concurso para el diseño y realización del mural «para mantener vivo su recuerdo y su presencia en el barrio». El homenaje ha tenido lugar en el Teatro de La Latina tras la inauguración del mural, seleccionado entre 33 proyectos y que consiste en un mosaico construido con 2.310 piezas de cerámica pintada que muestra una vista panorámica esquemática del barrio.

En la composición se destacan diferentes localizaciones en las que se pueden situar algunos episodios que marcaron la vida de la actriz, como si se tratara de un paseo temático por esta zona y por la vida de Lina Morgan, desde su nacimiento en la calle de Don Pedro, hasta sus primeros trabajos en el Teatro La Latina, que llegó a comprar y regentar durante 28 años junto a su hermano. La obra recuerda y destaca la ligazón de Lina Morgan con el barrio de La Latina, para lo que utiliza frases de la artista que hacen referencia a su relación con el barrio.

El mural se encuentra ubicado en un espacio de 11 metros de longitud entre el primer y el segundo tramo de escaleras que comunican el vestíbulos y los andenes de la estación, donde lo podrán contemplar 2,7 millones de viajeros que casa año acceden a esta estación. «Se trata de una obra concebida para recordar y celebrar una existencia que transcurrió aquí, en el corazón de Madrid, porque Lina Morgan vivió con el orgullo de sentirse profundamente madrileña, y muy española», ha señalado Cifuentes, quien ha recordado que su féretro, que estuvo expuesto en el Teatro La Latina, se cubrió con una bandera de la Comunidad de Madrid y otra de España, y fue adornado también con una parpusa.

Cifuentes ha señalado que «Ángeles López Segovia, la inmortal Lina Morgan, es una de las personas que más ha hecho por la escena madrileña«, al tiempo que ha destacado que «fue una actriz y empresaria reconocida de forma unánime, y una de las artistas españolas que más huella dejó, de las más populares y queridas». Tras destacar su «desparpajo», ha elogiado su «saber hacer sobre las tablas», señalando que «su sola presencia bastaba para llenar el escenario o la pantalla». De hecho, ha recordado que, tras su fallecimiento, el 20 de agosto de 2015, poco después de que el actual gobierno regional tomara posesión, se le otorgó la Medalla Internacional de las Artes a título póstumo, la más importante distinción regional que puede recibir una persona perteneciente al mundo de las Bellas Artes.

«Desde la gratitud por esa vida dedicada al teatro, a Madrid y a España, y con el firme compromiso del Gobierno regional de seguir apoyando al mundo de las tablas, a los artistas, a los autores, a los técnicos y a los empresarios que hacen posible que el telón se alce todas las noches, hoy recordamos una vez más a Lina Morgan, convencidos de que su memoria seguirá siempre viva entre nosotros», ha concluido la presidenta.

El director del Teatro de La Latina, Jesús Cimarro, ha reafirmado el compromiso que adquirió con Lina Morgan, a la que se ha referido como una «gran actriz, gran mujer, gran empresaria y buena amiga», de mantener abierto el teatro. Asimismo, ha trasladado su agradecimiento al Gobierno regional por «mantener vivo el recuerdo de esta mujer que tantos buenos momentos nos hizo pasar».

En este acto, Cifuentes ha hecho entrega a Cimarro de una placa que se instalará en el palco donde la actriz sigue teniendo su asiento reservado y se ha proyectado una actuación de la artista. Ha concluido con el número final de la obra ‘Un Chico de Revista’, actualmente en cartel en el Teatro de La Latina. Según Cimarro, Lina Morgan estaría encantada de que la revista vuelva a este teatro protagonizada por un chico porque «era muy transgresora».

El alicantino David Cárdenas realizará el mural homenaje a Lina Morgan en la estación de La Latina

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El arquitecto y dibujante David Cárdenas Lorenzo ha ganado con su proyecto el concurso ‘Lina y La Latina‘ convocado por la Comunidad de Madrid para la realización de un mural artístico en honor a la famosa actriz Lina Morgan, que se situará en la estación de Metro de La Latina, cercana al famoso teatro que la actriz impulsó y regentó durante muchos años. Ubicado en un espacio de 11×2 metros entre el primer y el segundo tramo de escaleras que comunican el hall de acceso y los andenes de la estación de La Latina, David Cárdenas plantea un gran mural de azulejos blancos con un dibujo hecho a mano de La Latina donde, sobre pinceladas de color, se incluirán frases que harán referencia a la relación entre la artista y el barrio.

«Un homenaje a Lina es un homenaje a La Latina», explica Cárdenas. Para realizar un dibujo fiel a la imagen del barrio tal y como es hoy, el dibujante alicantino utilizará como patrón una cartografía aérea para dibujar las calles y plazas. La producción del mural se realizará mediante 2.310 piezas de cerámica pintada para poner en valor y actualizar una técnica que cuenta con piezas en calles y espacios públicos de Madrid, como otras estaciones de la red de Metro, explica el Gobierno regional en un comunicado

Un jurado profesional, compuesto por diez personas entre los que se encuentran la artista y profesora universitaria Blanca Fernández Quesada o el Director del Centro de Arte Dos de Mayo Manuel Segade, han seleccionado el proyecto de David Cárdenas Lorenzo (Alicante, 1981) de entre un total de 33 proyectos que se han presentado al concurso. El artista recibirá 5.000 euros en concepto de honorarios y su diseño de mural se producirá e instalará en la estación de La Latina antes de finalizar el año. A la convocatoria, abierta a artistas, diseñadores, fotógrafos y, en general, se podía presentar cualquier persona vinculada a las bellas artes, sin limitación de edad ni lugar de residencia.

La Comunidad de Madrid concedió en 2015, a título póstumo, la Medalla Internacional de las Artes a María de los Ángeles López Segovia, conocida artísticamente por el nombre de «Lina Morgan». La distinción es un reconocimiento a los méritos y trayectorias de personas o instituciones de relevancia tanto nacional como internacional, en el campo de las artes, cuya obra o actividad, en algún momento de su carrera artística, se haya desarrollado en la Comunidad de Madrid o haya estado relacionada con la región.

María de los Ángeles López Segovia, más conocida por su nombre artístico Lina Morgan, fue una de las «artistas del escenario más conocida y querida por el público», expone el Ejecutivo autonómico. Vedette y actriz de cine, teatro, musicales y televisión, su carrera se caracterizó en papeles cómicos y relacionados con géneros populares como la revista musical. La actriz fue arrendataria del Teatro La Latina desde 1978, y su propietaria desde 1983 hasta 2010. En este escenario programó sus obras más importantes como ‘El último tranvía’ o ‘Celeste… no es un color’.

En cine, destacó en películas como ‘La tonta del bote’, ‘Los subdesarrollados’ y ‘Soltera y madre en la vida’. En televisión fue la serie ‘Hostal Royal Manzanares’ con la que consiguió audiencias de hasta ocho millones de espectadores. Entre otros premios, obtuvo el Fotogramas de Plata, 3 TP de Oro, el Premio Ondas, la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, la Medalla de Oro al mérito en el Trabajo yla Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes.

Esta distinción también ha sido recibida por artistas como el cineasta Carlos Saura, el tenor Plácido Domingo, el escritor peruano Mario Vargas Llosa y la soprano Montserrat Caballé.

Los 75 años de Renfe: un aniversario sin festejos

El Gobierno se despacha el 75 aniversario de la creación de Renfe con un vídeo conmemorativo. O eso parece. A tenor de lo que anunciado, era más que previsible que ayer los responsables del ministerio destacaran la fecha. De hecho, así consta en el programa oficial de la Feria de Turismo (Fitur) en la jornada de este jueves. Pero la efemérides pasa desapercibida, sin festejos ni celebraciones; como si no existiera. La ministra Ana Pastor se limitó a presentar un avance de los datos sobre la Alta Velocidad en 2015. Un récord, por supuesto. También habló de la estrategia comercial y la nueva tarjeta joven. Y punto.

«Día 21. Presentación del 75 Aniversario de Renfe, a cargo de la Ministra de Fomento, Dª Ana Pastor, el Presidente de Renfe, D. Pablo Vázquez y del Presidente de Adif, D. Gonzalo Ferré». El citado párrafo aparece tal cual en la agenda de la operadora. A tenor de la lectura de esas líneas es previsible que más de uno piense que algo dirán sobre estas siete décadas. «Este año cobra una especial relevancia la conmemoración del 75 aniversario de creación de Renfe y por ello Renfe tiene al placer de invitar a todos sus clientes a visitar nuestros stand, en el que presentaremos las últimas novedades comerciales». asegura en la misma página la operadora donde da cumplida información sobre su presencia en Fitur, que encabeza precisamente con un guiño al acontecimiento.

Llegado el momento, acude la ministra en funciones con sus flamentes presidentes (¿también en funciones?) al stand de Renfe y nada. Ni una palabra sobre la creación de Renfe. Como si nos avergonzara. Renunciamos al pasado; quizá hasta renegamos. Pero no se entiende. Cierto que Renfe hoy apenas tiene nada que ver con la RENFE de 1941. Como esta España tampoco se parece en nada a aquella de la postguerra (por suerte). Pero también es incuestionable que el ‘rescate’ y nacionalización del ferrocarril en aquellos años nos ha traido hasta aquí.

Ni por esas. Quizá han evitado la mención, para que nadie les acuse de ‘nostálgicos’. Pero qué quieren que les diga. A mí me parecen cicateros. Aunque solo sea por no regatear el cariño a los miles de trabajadores que se dejaron la vida en el sector. A quienes cumplieron durante años con el duro papel que les tocó en la época. A todos esas personas que desempeñaron con nobleza el oficio que se les adjudicó. Aunque solo sea por eso, creo que es necesario recordar los 75 años de Renfe. No como un homenaje a la empresa, sino a cuantos trabajaron en ella. Al fin y al cabo representa al ferrocarril español. Y recordar esos 75 años, es rendir un homenaje a los ferroviarios del país.

La gran paradoja china: de esforzados peones del ferrocarril a líderes en tecnología de alta velocidad

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Una gran paradoja. China aportó el 85% de la mano de obra del Central Pacific Railroad, la línea que unió el este con el oeste, en el último tercio del siglo XIX; y ahora aspira a vender a Estados Unidos la línea de alta velocidad con la que sueña California. Es la muestra más evidente del nuevo orden mundial, donde China vislumbra ya su futuro en cabeza del liderazgo planetario.

Si China consigue vender su tecnología para construir el primer tren de alta velocidad en California, habrá conseguido revertir la historia 150 años después, cuando Estados Unidos logró unir por vía férrea el este con el oeste. El capital y la tecnología fueron estadounidenses; los chinos pusieron la mano de obra barata. Pero si el líder asiático logra hacerse con el contrato ferroviario, será mano de obra estadounidense con fuerte inversión en tecnología china y hasta con la posibilidad de que entre capital del país asiático.

En enero de 1863, en plena Guerra de Secesión, empezó la construcción del Central Pacific Railroad, que salía de Sacramento para unir California con el este. El 10 de mayo de 1869, en Promontory Point (Utah), el Central Pacific se unía al Union Pacific Railroad, dando origen al primer ferrocarril transcontinental. Esta increíble proeza no se habría logrado sin los trabajadores chinos. En un momento dado más de 10.000 chinos demostraron su fortaleza física al tender las vías y abrir el paso a través de las montañas. En 1870 ya vivían en Estados Unidos 63.000 chinos, casi todos en California.

Muchos de estos trabajadores arriegaron su vida y perecieron a causa de las duras condiciones del trabajo (crudos inviernos, enfermedades y escasa alimentación). Hasta 12.000 peones de dicha nacionalidad se llegaron a emplear en el trazado del ferrocarril durante los cuatro años de obra (1865 a 1869) que abrieron a golpe de pico y pala el camino de hierro. Aprovechando el silgo y medio de vida de la apertura de la línea Estados Unidos ha rendido homenaje a los esforzados trabajadores chinos. El pasado mayo el Departamento del Trabajo de Estados Unidos organizaba un homenaje a quienes trabajaron en la traza del ferrocarril en una ceremonia a la que asistieron descendientes de los peones ferroviarios chinos. Son los primeros estadounidenses de origen asiático en ser incluidos en la Sala de Honor del Trabajo, instituida en 1988.

Entre 10.000 y 20.000 chinos trabajaron durante un año en las montañas de Sierra Nevada (California) para horadar el ‘Túnel de la Cumbre’, un tramo crucial para el primer tren transcontinental. Las empresas ferroviarias contrataron a ciudadanos asiáticos porque la mayoría de los californianos se dedicaban a las mimas de oro o no aparecían en el tajo en cuanto recibían el salario, que abandonaban para beber cervez y whisky. Las condiciones laborales eran terribles y la paga muy escasa. Solo los chinos aceptaban sin rechistar el empleo. Tenían gran reputación como constructores de túneles y empleados fiables que sólo bebían té.

Siglo y medio después, China se ha convertido en el país con más kilómetros de alta velocidad construidos. Desde que se puso en marcha en 2009 la primera línea del país (Guangzhoy y Wuhan), el sistema ferroviario chino se ha convertido en líder mundial del sector con alrededor de 25.000 kilómetros de ferrocarril de alta velocidad en servicio, con capacidad para trenes con una velocidad superior a los 250 kilómetros a la hora. Todo ello con tecnología propia.

El Reino Unido expone la locomotora ‘Winston Churchill’ en el 50º aniversario de su muerte

The funeral train "Winston Churchill" that carried Britain's wartime leader Winston Churchill on his final journey from Waterloo to Oxfordshire is displayed at the National Railway Museum in York

Se acaban de cumplir 50 años de la muerte de Winston Churchill. El estadista más grande de la historia del Reino Unido fallecía a los 90 años (24 de enero de 1965), sobre las 8 de la mañana, en su residencia de Hyde Park Gate de Londres. La reina Isabel II le concedió el honor de despedirle con un funeral de estado, donde el tren tuvo un protagonismo especial. Una locomotora bautizada con su nombre se encargó de su transporte. La máquina se expone durante estos, completamente restaurada, en el Museo del Ferrocarril de York.

Se dice que fue el mismo Churchill quien pidió en vida que el tren que iba a llevar sus restos mortales a Oxfordshire saliera desde la estación de Waterloo. Los trenes hacia allí no suelen salir desde esa estación, pero el gran político quería asegurarse de que Charles de Gaulle -al que detestaba- fuera a Waterloo, para tener un recordatorio de la derrota francesa a manos de los ingleses en la batalla de Waterloo.

Los británicos recuerdan durante estos días al primer ministro que, en plena II Guerra Mundial, se negó a considerar la rendición o siquiera la negociación de un tratado de paz con Alemania. Su actitud desafiante, unida a sus brillantes discursos, inspiró al pueblo británico a soportar los duros ataques de la avión alemana y a resistir los embates del Ejército de Hitler jasta que, finalmente, logró la derrota nazi y devolvió la paz. La barca que llevó sus restos por el Támesis recorría este viernes de nuevo el río en el 50º aniversario de su funeral. El paseo de la barca ‘Havengore’ es el acto central de una serie de tributos, en los que participan los bisnietos del estadista muerto a los 90 años y enterrado el día 30.

El primer ministro David Cameron depositó una corona de flores en la estatua de su antecesor en la Cámara de los Comunes y rindió homenaje a «un gran líder y un gran británico». «Sabía que el Reino Unido no era simplemente un lugar en el mapa sino una fuerza en el mundo, con el destino de moldear acontecimientos y el deber de alzarse por la libertad», dijo ante la estatua de bronce, que reproduce a Churchill en su clásica pose encorvada. «Churchill confiaba en que la libertad y la democracia se impondrían al final a la barbarie y la tiranía, y así fue», sentenció el primer ministro.

El atractivo de Churchill seduce todavía, por su amor impúdico a la bebida, los habanos y la buena vida. Durante décadas los diputados tuvieron por costumbre tocar el pie de la estatua del estadista para tener suerte en los debates.

El puente de la Torre de Londres se alzó y el ‘HMS Belfast’, el buque de guerra anclado permanentemente en las inmediaciones, disparó salvas de homenaje. Randolph Churchill dijo que su bisabuelo hubiera estado «sorprendido pero encantado» con los tributos. Por la tarde, la abadía de Wesminster, en Londres, fue escenario de una ceremonia religios.

Churchill, ‘el León’, como se le apodaba, está enterrado en el pueblo de Bladon, cerca de Oxford, a unos 100 kilómetros de Londres. Su cuerpo fue trasladado en un tren tirado por una locomotora de la compañía Southern Railway que acabó siendo bautizada con su nombre. La máquina de vapor que rremolcaba el tren pertenecía a la clase ‘Battle of Britain’ (110 unidades), cuya denominación rememora la batalla que en la Segunda Guerra Mundial tuvo como protagonista a Sir Winston Churchill en su cargo de Primer Ministro. Esa locomotora -la nº 34051- fue rebautizada con el nombre del famoso estadista británico.

El coche que transportó sus restos fue restaurado en County Durham para poder ser exhibido con dignidad durante los actos del 50 aniversario. El vagón para equipaje nº2464 de Southern Railway permaneceió en el Museo del Ferrocarril de Shildon hasta enero, antes de su traslado al Museo del Ferrocarril de York como parte de una exposición conmemorativa del 50º aniversario del funeral de Churchill. Este coche para equipajes fue construido en 1931 y se usó durante la Segunda Guerra Mundial como tren de evacuación. Después, en enero de 1965 fue usado para transportar los restos de Winston Churchill desde Londres a Oxfordshire. Durante este trayecto, miles de personas se reunieron junto a las vías para mostrar sus respetos a esta figura de la historia moderna británica. Un año después se trasladó el vagón a Los Ángeles, donde permaneció hasta 2007. Desde entonces pertenece a la Colección Ferroviaria Swanage, de Reino Unido, que lo cede a diferentes exposiciones y museos. Ahora se exhibe el tren completo que llevó a Churchill y a sus familiares y amigos hasta el lugar en el que yace.

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