Japón se recupera. Lentamente el país del sol naciente vuelve a la vida. Todas las líneas del shinkassen estarán plenamente operativas a partir del próximo 29 de abril. Ayer se inició el servicio entre Tokio y Sendai, mientras que la compañía JR East asegura que el viernes volverá también a funcionar todo el trazado de esta línea de alta velocidad que une la capital nipona y la ciudad de Aomori, en el extremo norte de la isla de Honshu.
Las islas principales de Japón, Honshu y Kyushu, están comunicadas por una red de líneas de alta velocidad ferroviarias que conectan Tokio con la mayoría de las principales ciudades del país. Los trenes de alta velocidad, operados por Japan Railways (JR), también se vieron afectados por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo que paralizaron las líneas ferroviarias en el norte del país, destruyeron infraestructuras básicas y dejaron 14.340 muertos y 11.889 desaparecidos, según los últimos datos de la policía japonesa.
East Japan Railway, la empresa que opera las líneas en la región que resultó devastada por el terremoto y el tsunami, asegura que sus trenes bala pudieron activar los frenos de emergencia segundos antes de que se produjera el temblor, debido a sus sistemas de alerta temprana. Tenía 27 shinkansen funcionando en el noreste de Japón cuando la tierra se quebró, pero todos ellos se detuvieron sin descarrilar.
La recuperación del servicio tras casi mes y medio de parón se debe a que ayer se restableció el tramo entre la ciudad de Fukushima y Sendai, capital de Miyagi, provincia en la que el desastre dejó 8.669 muertos y 6.856 desaparecidos, según el último recuento policial. Se espera que la restitución de la alta velocidad entre Tokio y Sendai, unos 200 kilómetros al norte de la capital nipona, ayude a acelerar la reconstrucción y a potenciar el turismo en la región de Tohoku, la más afectada por el tsunami.
La compañía operadora, JR East, asegura que el viernes, 29 de abril, volverá también a funcionar todo el trazado de esta línea de Shinkansen, que une Tokio y las ciudades de Ichinoseki y Shin Aomori , en el extremo norte de la isla de Honshu.
El servicio ferroviario funciona casi con normalidad a lo largo de todas las líneas de trenes, excepto algunos trazados costeros directamente afectados por el tsunami, que permanecerán fuera de servicio por un período de tiempo más pronunciado, aunque no son esenciales para los viajes interregionales.
Debido a la suspensión parcial de la Tohoku Shinkansen, se han prolongado los tiempos de viaje entre Tokio y el norte de la región de Tohoku. Los viajes en avión no constituyen una alternativa fácil, porque los vuelos están muy demandados por viajeros que normalmente tomarían el shinkansen.
Los shinkansen son claves para el transporte en Japón, un país con 127 millones de habitantes y una gran densidad de población. Funcionando a velocidades de hasta 300 kilómetros a la hora, ‘el tren bala’ japonés es famoso por la puntualidad (la mayoría de los trenes salen al momento exacto), comodidad (coches relativamente silenciosos que cuentan con amplios asientos, orientados hacia el sentido de la marcha), seguridad (no se ha producido nunca ningún accidente mortal) y eficiencia.
La red consta de varias líneas, entre las que el shinkansen Tokaido (Tokio – Nagoya – Kyoto – Osaka) es la más antigua y más popular. Todas las líneas de shinkansen (excepto el de Akita y Yamagata Shinkansen) transcurren por vías construidas exclusivamente para los trenes de alta velocidad. La mayoría de los trayectos tiene distintas categorías de trenes, que van desde la más rápida, que sólo se detiene en las estaciones principales, a la más baja que para en cada una de las estaciones de la ruta.
El transporte desde Tokio hasta el norte de la región de Tohoku es probable que siga siendo difícil hasta el final de la ‘Semana de Oro’, a principios de mayo. Después, se prevé que se normalice la situación en todo Japón, excepto en las zonas afectadas por el tsunami y las ciudades cercanas a la zona afectada por la catástrofe nuclear de Fukushima.
La operadora ferroviaria tiene instalados nueve sismógrafos en diferentes puntos del tendido y la costa del Pacífico. El 11 de marzo, uno de ellos, en la prefectura de Miyagi, detectó una aceleración de 120 gal (centímetros por segundo al cuadrado), que es el valor de referencia para detener el funcionamiento de los trenes. El sistema cortó automáticamente el suministro eléctrico a los convoyes, y todos aplicaron los frenos de emergencia para reducir la velocidad.
(Imágenes DAMASA y Hisagi (氷鷺) en Wikimedia Commons)