Excelente vídeo promocional de la operadora privada portuguesa Takargo, del grupo MOTA Engil. Una de sus catorce locomotoras Euro 4000 de Vossloh, con el rojo tan llamativo de la firma lusa, atraviesa distintos parajes de la geografía del país vecino arrastrando los contenedores de la compañía en busca de sus mercados originales.
Takargo Rail fue constituida a finales de 2006 y se convirtió en la primera empresa portuguesa privada en obtener la licencia de empresa ferroviaria. La actividad de Takargo forma parte de la estrategia de diversificación de Mota-Engil, grupo portugués con una facturación de 1.869 millones de euros en 2008 y una plantilla de más de 17.500 empleados en 18 países. El grupo Mota pilota varios puertos y plataformas logísticas en Portugal. Takargo Rail facturó 6,3 millones de euros en 2008.
Takargo Rail pertenece al grupo Portugués Mota Engil, especializado fundamentalmente en la concepción, construcción, mantenimiento y gestión de equipamientos e infraestructuras, y con actividad en los sectores de turismo, concesiones de transporte, ingeniería y construcción, medio ambiente y servicios e industria y energía. Recientemente, adquirió la constructora pontevedresa Construcciones Crespo y puja por hacerse con el control de otra constructora radicada en la misma provincia, Proinsa.
Mota-Engil es la mayor constructora de Portugal, y en 2007 obtuvo unos beneficios de 98 millones de euros, un 202,9 por ciento más que en el año anterior, mientras su cartera de pedidos aumentó un 29 por ciento y se situó en 1.900 millones de euros, en un ejercicio en el que finalizó el proceso de adquisición del Grupo Terminales de Portugal, tras una opa lanzada en 2006 la compañía de gestión portuaria, por unos 86 millones de euros.
La firma portuguesa también participa en diversos proyectos comerciales en nuestro país, por ejemplo en Rail Express Port junto a la española Comsa Rail Transport. La empresa comprome un plazo de 48 horas para hacer un transporte, puerta a puerta, con toda la gestión globalizada, desde un radio de cincuenta kilómetros en torno a Barcelona y, en destino, a todo el territorio continental portugués desde la terminal ferroviaria de Entroncamento.





