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Cien años de tren de Villablino en la Uned

La Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned) imparte este año en Villablino, entre el 22 y el 24 de julio, un curso de verano en torno al ferrocarril Ponferrada-Villablino que revisará cien años de historia (1919- 2019) y su puesta en valor como recurso para el desarrollo local. Los objetivos de este curso pretenden abordar el conocimiento y análisis de la llegada del ferrocarril a la zona, el patrimonio minero e industrial dejado por la actividad extractiva durante un siglo, con especial atención a la línea férrea Ponferrada-Villablino y su utilización como recurso turístico sostenible. De forma paralela, la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villablino, con la colaboración de la Cátedra de Turismo Sostenible y Desarrollo Local, ha organizado una serie de actos en consonancia con la temática del curso.

Este martes 23 de abril se inaugurará a las 11.30 horas en la sala de exposiciones de la Casa de Cultura la muestra ‘El ferrocarril de Ponferrada a Villablino, un viaje fotográfico de David Zamorano’. Una selección fotográfica del artista berciano que reivindica el alto valor patrimonial, cultural, histórico y natural de esta vía centenaria. Posteriormente, a las 12.00 horas y también en la Casa de Cultura, la compañía Dinamia Teatro escenificará la obra ‘El abuelo del Ponfeblino’ -para niños y adultos-. Para finalizar el programa de actos, a las 12.45 horas tendrá lugar un memorial con vivencias y recuerdos de ferroviarios del Ponferrada-Villablino.

Precisamente el 23 de julio se cumplen cien años de la llegada del ferrocarril a Villablino. La localidad se había engalanado para recibir al primer tren carbonero que estrenaba la nueva línea de ferrocarril desde Ponferrada. Poco más de diez meses habían bastado para concluir una de las mayores obras de ingeniería del Bierzo; 65,50 kilómetros de vías que seguían el curso del río Sil y se adentraban en los valles de Laciana para trasladar el carbón hasta la térmica que levantaba la nueva empresa Minero Siderúrgica de Ponferrada.

No fue fácil. El proyecto tuvo que luchar contra la pandemia de la gripe española, que provocó una auténtica desbandada entre los trabajadores del ferrocarril. De los 4.800 que habían comenzado las obras en el otoño de 1918, reclutados por toda España por Minero Siderúrgica de Ponferrada, apenas quedaron 1.200. Además tuvieron que trabajar en condiciones difíciles, con un invierno que azotó con dureza. Los obreros se resguardaban en tiendas de campaña y en construcciones improvisadas al pie de las vías. Y ante la falta de mano de obra, había mujeres que se ganaban unas pesetas mientras recogían y cargaban piedra para rellenar la vía. Tampoco era extraño ver a niños dedicados a auxiliar a los peones. La línea costó ocho millones de pesetas y fue necesario construir diez puentes sobre el Sil y seiscientos cincuenta metros de túneles; uno de ellos, de cuatrocientos metros.

Por eso fue un milagro que el trazado estuviera listo en diez meses, cuando el plazo de ejecución era en general de catorce. Un milagro que cambió el Bierzo y Laciana. Que convirtió a Ponferrada en una ciudad industrial y a Villablino, localidad donde las mantequerías y el ganado tenían su peso, en cabecera de una cuenca minera.

Desde su construcción en 1919 fue explotado por Minero Siderúrgica de Ponferrada, transportando carbones propios como de otras explotaciones mineras además de viajeros, mercancías varias en régimen de paquetería y correos. Este servicio dejó de prestarse el 10 de mayo de 1980. En la década de los 80 también se dejó de transportar carbón de otras empresas y de transbordar carbón a la red de Renfe. Desde octubre de 2012 se encuentra sin servicio y a cargo de la administración concursal de Coto Minero Cantábrico (CMC).

Río Tinto retoma el Tren de la Luna

El Parque Minero de Riotinto vuelve este verano con los recorridos nocturnos del ferrocarril turístico, una experiencia que permite contemplar los increíbles paisajes de la cuenca minera de un modo completamente diferente y que se puso en marcha el pasado año cuando el Tren de la Luna sumó más de 1.300 viajeros. Esta temporada se programan salidas en junio, además de julio, agosto y septiembre, incrementándose así las opciones en relación a 2018.

El Tren de la luna, que volverá a salir en los fines de semana más próximos a la luna llena, ofrece a los viajeros una experiencia única que conjuga los infinitos matices cromáticos del recorrido de ida, aún con luz solar, y descubrir en el trayecto de vuelta una perspectiva inédita para los miles de personas que ya conocen el tren minero, las vistas de la ribera del Tinto con la iluminación exclusiva de la luna. Dos viajes en uno. El Tinto de día y el Tinto de noche. El primer tren se ha programado para el sábado 15 de junio.

La duración del viaje de ida y vuelta es de aproximadamente 140 minutos para que los viajeros, una vez llegados a la estación de Los Frailes, punto final del recorrido de ida, tengan tiempo suficiente para acercarse al río, realizar fotografías y disfrutar de un aperitivo si lo desean mientras esperan la salida de la luna, que contará además con una actuación musical en directo. El Tren de la luna tiene plazas limitadas que ya pueden adquirirse en la web del Parque Minero de Fundación Río Tinto www.parquemineroderiotinto.es El horario será diferente en los viajes programados cada mes, para adaptarse a la luz solar. Así el tren de junio saldrá a las 21.30 y finalizará su recorrido poco antes de las 00.00 horas, mientras que en los meses sucesivos irá adelantando progresivamente tanto la salida como la llegada.

El Parque Minero de Riotinto ofrece a sus visitantes historia, aventura, naturaleza y emociones. Un viaje en un tren del siglo XIX que atraviesa paisajes increíbles, un río único en el mundo por el color y la composición de sus aguas, un territorio que muestra las huellas de 5.000 años de actividad minera, una antigua mina recuperada para disfrute de niños y mayores, un museo plagado de joyas del patrimonio cultural, una casa que nos traslada a la Inglaterra victoriana… incluso un paseo por otro planeta, Marte, sin salir de la Tierra. Tras más de 26 años de actividad, el Parque Minero de Riotinto se ha consolidado como uno de los principales destinos de turismo industrial de España, con más de 92.000 visitantes en 2018.

La oferta cuenta en la actualidad con el más completo museo español de historia de la minería vinculada a un territorio, la visita a las instalaciones mineras de Peña de Hierro que muestra a los visitantes tanto la minería de interior mediante galería como a cielo abierto mediante las denominadas cortas; la Casa 21 en el barrio inglés de Bella Vista que nos traslada al modo de vida de la colonia británica que durante 80 años dirigió los destinos de Riotinto, y el Ferrocarril Minero, que a lo largo de un trazado recuperado de 12 kilómetros bordea el singular ecosistema del Río Tinto atravesando paisajes singulares forjados por la mano del hombre.

El Parque Minero cuenta con cinco locomotoras –tres diésel y dos de vapor– y seis coches de pasajeros. Entre las locomotoras destacan las dos de vapor más antiguas de España en orden de marcha. Las salidas de trenes con estas locomotoras –auténticas joyas ferroviarias– que tienen lugar el primer domingo de cada mes entre abril y noviembre, son todo un acontecimiento que hace las delicias de los aficionados a los trenes. En cuanto a los cochess, a principios de 2018 entró el servicio el sexto, realizado como el resto tabla a tabla en los talleres de la Fundación a partir de los planos originales de 1914.

La locomotora ‘Sestao’ llega a Ponferrada

El Museo del Ferrocarril de Ponferrada incorpora a su colección la histórica locomotora ‘Sestao’ (MSP-52), una de las primeras máquinas de vapor de tres ejes que operó en el ferrocarril minero de Bizkaia que transportaba el hierro extraído en los montes vascos hasta la ría del Nervión, desde donde se distribuía a las principales siderurgias europeas. Construida en 1895, la ‘Sestao se convertirá en la locomotora más antigua de las doce que se conservan en el museo de la capital berciana.

Las grúas procedían este martes a llevar a la locomotora a su nueva ubicación, procedente de la localidad de Iria Flavia (Padrón, A Coruña) donde se encontraba desde hace casi veinte años después de que Cementos Cosmos la cediera en depósito a la Fundación Camilo José Cela para su exposición en el Museo Ferrocarrilero John Trulock. El regreso ha sido posible gracias a las gestiones realizadas entre Cementos Cosmos, el Ayuntamiento de Ponferrada, la Fundación Camilo José Cela y la Fundación de Ferrocarriles Españoles.

Construida en 1895, esta locomotora de vapor de vía ancha fue fabricada por Sharp & Stewart en 1895. Llegó a España para prestar servicio en el ferrocarril Bilbao-Portugalete, donde se la numeró con el guarismo 4 y fue bautizada como la ‘Sestao’, nombre que aún conserva grabado en sus placas laterales. Al Bierzo no llegó hasta 1940, cuando fue adquirida por la Minero Siderúrgica de Ponferrada, que la numeró entonces como la MSP 52. Un año después fue alquilada a la fábrica de Cementos Cosmos, donde se ocupaba del trasiego de vagones en la red interior, así como de la preparación de los trenes cargados a expedir y de la clasificación de los vacíos que llegaban por el ramal de Toral a Villafranca de El Bierzo. A la llegada de la locomotora diésel Diema a la factoría cementera, hoy también apartada y sustituida por el actual tractor Arbel Fauvet “Avelina”, la MSP 52 quedó fuera de servicio.

Se trata de una locomotora-tanque de rodaje 1-2-0-T con ancho de vía 1674 mm. Dispone de tanques laterales de agua entre la cabina y la zona de la caja de humos, distribución plana e interior, funcionamiento mediante vapor saturado y simple expansión, dos cilindros, alumbrado mediante aceite o carburo con farol autónomo y freno únicamente para la locomotora por husillo.

El Museo de Ponferrada exhibe una colección de locomotoras de diferentes modelos y que, por fechas de fabricación, constituyen una espléndida muestra de la evolución tecnológica. Situado en el edificio de la vieja estación, cuenta con una serie de piezas (planos, material gráfico, bibliografía, etc.) que permiten un profundo conocimiento de lo que el ferrocarril y la actividad minera supusieron para la ciudad de Ponferrada a lo largo de todo el siglo XX.

‘Paisajes de Labordeta’: tren y minería

Utrillas es el objetivo de la segunda ruta de ‘Aragón en la Mochila, Paisajes de Labordeta’, que en esta ocasión invita a conocer la historia del ferrocarril y la minería en este municipio turolense. La ruta pretende dar a conocer «el ferrocarril como elemento de vertebración del territorio, un ferrocarril con vocación de unir Aragón con el Mediterráneo, una aspiración a la que, 35 años después, no hemos renunciado ni renunciaremos, explica el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón, José Luis Soro.

Soro destaca que «se trata de una forma muy especial de viajar, porque es la forma que él tenía de entender, vivir y querer Aragón, sus paisajes y sus gentes». El consejero asegura que «a través de mapas de cada una de las rutas, completados con la web ‘paisajesdelabordeta.com’, se puede encontrar toda la información, fotografías y curiosidades para revivir, de su mano, las rutas que en su día recorrió Labordeta, sus vivencias, sus percepciones, esos parajes en los que se detenía, esos detalles que, a veces, nos pasan desapercibidos».

Gracias a la iniciativa ‘Aragón en la Mochila, Paisajes de Labordeta’, impulsada por la Fundación José Antonio Labordeta con la colaboración del Gobierno aragonés, a través de la empresa pública Turismo de Aragón, «podremos descubrir y revivir los cuatro paisajes que Labordeta recorrió y describió en 1983 en su libro ‘Aragón en la mochila’: ‘Zaragoza, plaza a plaza’, ‘Por las tierras del Utrillas’, ‘Ribagorza oriental’ y ‘de Alcañiz a Rubielos'», explica el consejero aragonés.

El relato del libro de 1983 que inspira esta ruta «es un texto íntimo y personal, auténtico, un verdadero diario de viaje. Cuando lo lees, oyes la voz de Labordeta; parece que te lo está contando él mismo», subraya Soro. Y lo ha descrito como «un texto, como el propio Labordeta, cuajado de crítica social: a la maldita especulación de los años 60, a la degradación natural, a la emigración, a la guerra, al franquismo».

Esta ruta se ha actualizado en ‘Aragón en la Mochila, Paisajes de Labordeta’ y se ha dividido en cinco etapas, siguiendo los pasos del cantautor: Zaragoza-Belchite; Belchite-Cortes de Aragón; Cortes de Aragón-Alcaine/Parque Cultural del Río Martín; Segura de Baños-Cuenca del Río Martín; y Escucha, Montalbán, Utrillas.

La presidenta de la Fundación Labordeta, Juana de Grandes, destaca que Labordeta recordaba este lugar como un lugar con sabor metálico y explica que «son rutas muy personales, que se salen de los entornos turísticos y rutas que Labordeta conocía muy bien». Por su parte, el alcalde de Utrillas, Joaquín Moreno, resalta la necesidad de dar a conocer el patrimonio histórico y minero para rememorar la revolución industrial, algo que ya se puede ver en el Parque de la Minería y el Ferrocarril y hace referencia a las ampliaciones de la oferta turística que se muestra con la puesta en marcha de una segunda locomotora.

Miles de personas ya han podido disfrutar de esta experiencia y conocer la auténtica historia de la minería de Utrillas, su pasado y su patrimonio industrial. Un recorrido turístico musealizado por los diferentes elementos que conforman la antigua explotación minera del Pozo de Santa Bárbara. Destaca el recorrido que realiza la locomotora de vapor Hulla Nº1, fabricada por Orestein & Koppel en el año 1903.

Las tres joyas ferroviarias de Sabero

El Ayuntamiento de la localidad leonesa de Sabero recibirá 50.000 euros de la Consejería de Turismo para llevar a cabo la restauración y adecuación de tres locomotoras de su titularidad, que se encuentran actualmente ubicadas en distintos puntos del Valle. Estas locomotoras constituyen un patrimonio minero de enorme valor, así como un relevante elemento de atracción de visitantes, tanto para el valle de Sabero como para toda la comarca de Cistierna-Sabero. Las tres joyas ferroviarias –‘Esla’, ‘Cistierna’ y ‘Vegabarrio’– son locomotoras vinculadas a los ferrocarriles mineros.

Al norte de la provincia de León, en su parte oriental y a orillas del río Esla, se localiza la cuenca hullera de Sabero, uno de los yacimientos de este tipo más importantes de España. Para facilitar la salida de los productos, decide la construcción de una pequeña línea férrea de poco más de tres kilómetros de longitud, con ancho de vía métrico, desde las instalaciones centrales en Vegamediana, hasta la estación de Cistierna del, aún entonces en construcción, Ferrocarril Hullero de La Robla a Balmaseda. Entre el material motor de esta última sociedad, se encontraba una locomotora fabricada por Cockerill, empleada en los trabajos de construcción, cuya particularidad era disponer de la caldera en posición vertical. Adquirida por Hulleras de Sabero, recibió el número 4 y el nombre de “Vegamediana”, siendo destinada al movimiento de vagones en las instalaciones de Vegamediana y en el remolque de trenes hasta Cistierna.

La sociedad subcontrataba habitualmente sus explotaciones, principalmente a la Vasco-Burgalesa y a Esteban Corral Sánchez. Hulleras de Sabero se encargaba únicamente del transporte y de la comercialización. Transportaba su carbón a la estación de Cistierna, junto al Esla, uniendo Vegamediana y Vega Barrio con Olleros mediante una línea de 6 kilómetross y de 600 mm de ancho. Por otro lado se unía a los lavaderos de Cistierna mediante una vía métrica de 3.177 mm construida en 1894. Hulleras de Sabero abasteció de carbón al Ferrocarril de la Robla, que fue uno de sus clientes preferentes, junto con la acerías vascas de Altos Hornos de Bilbao y La Vizcaya.

La sociedad Hulleras de Sabero construyó en sus propios talleres varias locomotoras de vapor. Entre ellas se encuentra la máquina que recibió el número 5 y el nombre de ‘Vegabarrio’. De tipo 0-2-0 T y timbrada de 8,26 atm, fue construida antes de 1937 y probablemente a partir de restos de otra locomotora de procedencia Couillet. Esta joya tuvo que sufrir una amplia reparación para reemplazar su caldera. Estuvo siempre ligada a los servicios de maniobras a excepción de los últimos años que volvió a su actividad propia en los años 80 hasta. Junto con ‘El Esla’ y ‘Cistierna’ fueron las que estuvieron en activo hasta el cierre de la línea. HHoy en día vigila las aguas del río Esla a su paso por Sabero, desde la atalaya de los dos puentes que han unido la Cuenca Minera con el resto del mundo desde que en 1925 se inaugurase el primero de ellos. Se prevé que una vez restaurada sea expuesta en la Plaza San Blas.

La locomotora nº 10 ‘El Esla’, o la ‘Reina del Museo’, llegó de Cariñena en 1886, construida el año antes por Sharp and Steward de Galsgow (Escocia) y numerada con el 3343, fue adquirida al Ferrocarril de Cariñena de Zaragoza y dejó de estar en activo en 1968. Se mantuvo en funcionamiento durante más de cien años, habiendo sido la locomotora más antigua de Europa en activo trabajando para una explotación minera. Estaba timbrada en 10 atm. Desde 1886 hasta 1933 permaneció en Cariñena, donde se la conocía como ‘Cataluña’ y llevaba el número 5. Más tarde estuvo en activo en las Islas Canarias y, finalmente tras tener distintos propietarios, en 1941 fue comprada por Hulleras de Sabero y Anexas S.A. Se prevé que una vez restaurada sea expuesta en el antiguo Puente de Sabero.

La Asociación de Ferrocarriles de Aragón ha intentado en varias ocasiones recuperar esta mítica locomotora, pero la perseverancia y la decisión del Ayuntamiento de Sabero ha hecho que hoy, con 125 años, luzca todo su orgullo en su nueva ubicación en la plaza de San Blas o de los Árboles, anexa a la Ferrería de San Blas donde está ubicado el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, con sede en Sabero.

También se incluye en este proyeto la recuperación de la locomotora nº 11 ‘Cistierna’, de tipo 030T, construida en los talleres de Vegamediana hacia 1945 y timbrada a 10 atm. Esta máquina junto con la nº 10 ‘El Esla’, fue una de las que más confianza ofrecía por parte de la empresa HSA y de las más usadas en sus instalaciones mineras, sobre todo en los servicios de línea y maniobras. En alguna circulación se la veía arrastrando el vagón Break de la compañía minera. Ya en los últimos compases de su actividad estuvo relegada de la línea por el uso de máquinas con tracción diésel. En la actualidad, se encuentra en los aledaños de la Casa de Cultura y el Frontón Municipal de Olleros de Sabero. Se prevé que una vez restaurada sea expuesta en la Plaza el Frontón de Olleros de Sabero.

La Consejería de Cultura y Turismo tiene entre sus objetivos la colaboración con diversas entidades para la realización de actuaciones encaminadas a la protección, conservación, mantenimiento y difusión del patrimonio cultural de la Comunidad. La subvención que ahora se concede al Ayuntamiento de Sabero para llevar a cabo la restauración y adecuación de tres locomotoras para su exposición pública en el municipio, se enmarca dentro de estos objetivos.

(Imagen Diario Vadiniense)

La locomotora MFU 31 se unirá a la ‘Hulla’ en Utrillas para el circuito del pozo Santa Bárbara

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Manos a la obra. La ‘Hulla’ tendrá pronto nueva compañera en Utrillas. La locomotora MFU 31, una máquina Henschel de 1918, se encuentra en pleno proceso de restauración para que pueda incorporsarse al circuito del pozo Santa Bárbara, uno de los principales focos de atracción del municipio turolense. La máquina era hasta no hace mucho ‘maceta’ en una de las calles principales de la población y que recibía a los visitantes desde una de las dos entradas del municipio.

La MFU 31 realizó su último viaje en 1966 remolcando tolvas de carbón entre las minas de Utrillas y los lavaderos de carbón. Desde hace más de 40 años, la locomotora recibía a los visitantes, asentada en un pedestal, desde una de las dos entradas del municipio. En los próximos meses se unirá a la ‘Hulla’ y a la Deutz, los trenes turísticos que recorren periódicamente el pozo de Santa Bárbara de Utrillas. «Fue de las últimas locomotoras de vapor que fue reparada por Minas y Ferrocarriles de Utrillas y está en bastante buen estado, aunque ha sufrido las inclemencias del tiempo y el expolio de algunas de sus piezas», explica Carlos Abadías, vicepresidente de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (Azaft).

El pasado 3 de diciembre y casi coincidiendo con la festividad de Santa Bárbara, el Ayuntamiento de Utrillas trasladó esta máquina desde su pedestal a las dependencias del pozo, para que los visitantes pudieran observar durante su viaje en la ‘Hulla’ la majestuosidad de la MFU 31. «Nuestro objetivo es ponerla en funcionamiento y que se añada al atractivo que ya tiene el pozo de Santa Bárbara junto con los museos», comenta Joaquín Moreno, alcalde de Utrillas.

Aunque afectada por la oxidación y por las secuelas de haber estado durante años a la intemperie, la MFU 31 no se encuentra en mal estado. La Azaft, que dispone de una dilatada experiencia en la restauración de este tipo de máquinas, logró que sus ruedas giraran. Los voluntarios examinaron el rodaje, las bielas y diferentes engarces para comprobar su estado. Ahora han emprendido el desmontaje de la cabina para comprobar cómo se encuentra la caldera, ya que está es la parte que más puede hacer variar el coste de la reparación. «Son tecnologías de hace más de 100 años y que, por suerte, con un poco de hierro y mecánica se puede volver a poner en marcha», asegura Abadías.

La MFU 31 es una locomotora de mayores dimensiones que la ‘Hulla’, pues cuenta con 30 centímetros más de anchura. También se trata de una máquina mucho más potente, preparada para la combustión de agua, carbón, madera y caña de azúcar. Este tipo de locomotora, de fabricación alemana, estaba ideada para circular por el desierto, motivo por el que cuenta con una cabina llamada tropical, habilitada con un sistema de refrigeración para evitar que el conductor sufriera las inclemencias del tiempo.

Utrillas acabó el año con la puesta en marcha del parque temático dedicado a la minería y al ferrocarril que está situado en el entorno del pozo de Santa Bárbara. En él es posible realizar un recorrido de 1,3 kilómetros a bordo de un tren de vapor que se construyó en los primeros años del siglo XX y que fue pionero en transportar carbón desde las minas hasta el cargadero que lo llevaba, también en ferrocarril, hasta la capital aragonesa. El objetivo para este año es poner en marcha la locomotora todos los sábados con la ayuda de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y el Tren (Azaft).

El trayecto de la locomotora discurre por un parque musealizado y el viaje a otro siglo se completa con una visita por las instalaciones que empleaban los mineros para equiparse a la hora de entrar a la mina y asearse una vez salían de ella. Además, en lo que eran las antiguas escuelas que construyó Minas y Ferrocarriles de Utrillas (MFU) para los hijos de sus trabajadores hay una completa muestra con más de un millar de objetos vinculados a la minería entre los que destaca una colección de lámparas de todas las épocas y de diferentes países del mundo.

Desde su inauguración en 2012, este pequeño ferrocarril ha captado la atención de medio mundo. Hasta el municipio turolense se han desplazado visitantes de todas las partes de España e incluso del extranjero (Francia, Alemania e Inglaterra), atraídos por la idea de conocer en funcionamiento el motor de vapor que impulsó la revolución industrial.

(Imagen Antonio Fontela. Utrillas)

Utrillas goza y abre al turismo el nuevo parque temático de la minería y del ferrocarril

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Santa Bárbara tuvo su conmemoración especial en Utrillas. La localidad turolenses estrenaba ese día el parque temático de la minería y el ferrocarril ubicado entre el pozo Santa Bárbara y el antiguo hospital minero convertido en centro de interpretación de la geología y la minería. El parque cuenta con la ampliación del trazado del tren minero, nueva estación, sala de calderas, vestuario de los mineros y sala de exposiciones. Además las antiguas escuelas restauradas disponen de una sala de lampistería, una sala de paleontología y el centro de interpretación de la geología y la minería.

Durante estos días, los visitantes al parque recorren a bordo del tranvía del que tira la máquina ‘Hulla’ el nuevo trayecto de 1.300 metros. El trazado que encabeza esta joya del vapor discurre alrededor de un parque natural musealizado, construido con traviesas y vía de tren, pero que tambiín tiene cemento para dar un paso alternativo como sendero para los visitantes.

El nuevo trayecto de la locomotora de vapor se inicia ahora desde una pequeña estación del pozo Santa Bárbara, que se ha construido recientemente y que servirá de oficina de turismo. La estación de ferrocarril tiene unos 70 metros cuadrados.

La estrella de este pequeño ferrocarril guarda estrecha relación con la minería. No solo por su nombre, ‘Hulla’, sino también porque trabajó en el transporte de material de MFU desde su adquisición en Alemania en 1903. Esta pequeña 020T fue construida por Orenstein & Kopell con el número de fábrica 1.166. La locomotora fue adquirida en 1986 por José María Valero, un gran coleccionista particular que ha salvado de la chatarra varias de nuestras mejores joyas ferroviarias; sufragó los primeros arreglos y mantenimiento. Posteriormente se hizo cargo de esta centenaria pieza la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvía (AZAFT), uno de los grupos más activos en el mantenimiento de piezas históricas. La restauración de la ‘Hulla’ se hizo en dos partes: la primera en 1987 fue estética y la segunda funcional, en 2000, cuando se reparó la caldera y se terminó de ajustar el rodaje y los cilindros. Además de rodar por la vía de pruebas de la AZAFT, la ‘Hulla’ fue invitada hasta en tres ocasiones al Museo del Ferrocarril de Gijón. Desde su restauración funcional ha estado guardada en Ejea, donde se disponía de cuarenta metros de vía para poder hacer encendidos de mantenimiento, controlados y gestionados por personal de AZAFT.

Termina el recorrido del parque temático de la minería y del ferrocarril en el antiguo hospital minero, construcción también de principios de siglo XX, convertido en centro de interpretación de la geología y minería. Las últimas actuaciones del parque temático de la minería y del ferrocarril se han podido ejecutar gracias a una subvención de más de 225.000 euros de la Alternativa al Plan Miner. En la puesta en funcionamiento del parque temático, ha sido imprescindible la colaboración y las aportaciones de la Asociación de Amigos del Ferrocarril y la nueva Asociación de Voluntarios del Patrimonio de Utrillas.

(Imagen Jorge del Valle Alvarado del blog ‘Unos cuantos trenes‘)

La locomotora de vapor SHE D de Gijón abre la temporada el 1 de marzo en el ecomuseo de Samuño

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De estreno por todo lo alto. El vapor vuelve a las vías del tren turístico de Samuño, aunque sea durante algunos fines de semana. El ecomuseo reabrirá el 1 de marzo y ofrecerá como atractivo recorridos en la locomotora de vapor SHE D de Gijón y la celebración de unas jornadas del vapor que se desarrollarán en colaboración con el Museo del Ferrocarril asturiano. El centro de interpretación de la minería se completa además con la incorporación del botiquín, un espacio expositivo en el que se representa con elementos de la época el despacho, la sala de curas, la zona de camillas y distintos apartos que se usaban en la atención clínica de los mineros atendidos.

Más de 2.000 personas ya han reservado plaza para la segunda temporada que tendrá en el vapor uno de sus principales reclamos. La máquina que presta el Museo de Gijón, la locomotora SHE D (Maffei 3946/1920) ‘Minas de Aller’, después de una renovación y puesta a punto, ya luce pintada para su nueva misión y llegará a Langreo en breve. La pequeña vaporosa será utilizada para hacer el trayecto del tren minero de San Luis. El carbón volverá a utilizarse como combustible y su olor inundará el valle langreano de La Nueva, como lo hacía en el inicio de la minería. De este espectáculo podrán disfrutar langreanos y visitantes en esta nueva temporada.

«Estas jornadas pueden resultar atractivas para los amantes del ferrocarril y permitirán retornar a la tradición», indica la regidora de Langreo. María Fernández confía en que esta actividad «incentive las visitas a este equipamiento» quien explica que los visitantes podrán visitar una recreación del botiquín y más adelante, a lo largo de marzo o abril, accederán a la casa de aseos, en cuyo diseño trabaja actualmente el Consistorio. Para el verano se deja la apertura del bar y de la tienda de ‘souvenirs’. Antes, a finales del próximo mes, funcionará una reserva on line que se une a la reserva telefónica, que ya se puede utilizar para subir al tren turístico de Samuño.

El Ecomuseo volverá a abrir, tras rozar los 22.500 visitantes en su primera temporada, el próximo 1 de marzo. Hasta el 15 de junio funcionará los fines de semana además de los jueves, que se reserva para los grupos. En esas semanas, de la estación de El Cadavíu saldrán cuatro viajes diarios (a las 11, 12 y 13.00 y 16.30 de la tarde).

El 15 de junio se inaugurará la temporada estival, durante la cual saldrán seis viajes cada día. Dado el éxito del pasado año durante los meses veraniegos, el Ayuntamiento podría abrir la instalación todos los días de la semana. El pasado año descansaba un día. «Posiblemente no cerraremos ninguna jornada», indicaron responsables del Ecomuseo Minero Valle de Samuño. Las instalaciones permanecen cerradas desde principios de diciembre. En el pozo San Luis se trabaja también en la rehabilitación de la máquina de tren ‘Pepe’ instalada en el parque Dorado de Sama.

El recorrido en el Ecomuseo comienza en la estación de tren de El Cadavíu, donde el visitante se topará con una exposición de fotografías que comparan cómo era el valle de Samuño cuando funcionaban todos sus pozos mineros, y cómo es ahora. Tras pasar los tornos, el espectador se sube al tren que le transportará al interior de las galerías. Un audio explica las zonas por las que se pasa: al principio el túnel y la bocamina La Trechora, para luego llegar, después de casi un kilómetro de recorrido, al socavón Emilia y al túnel por el que se accede a la zona del pozo Samuño, que estuvo en funcionamiento hasta el último día del año 2001. Tras un kilómetro bajo tierra (es el mayor recorrido ferroviario por una mina real existente en España) se llega al pozo San Luis de La Nueva, a una profundidad de 32 metros. Tras subir por un ascensor, se sale por el castillete del pozo. Una vez allí, un guía encabeza la visita a las instalaciones, en las que destaca el taller, con sus locomotoras rehabilitadas, y la magnífica sala de máquinas de las instalaciones mineras.

El tren turístico de Samuño dispone de dos locomotoras modelo DLP 50F y cinco vagones (fabricados en la República Checa) que circulan por el viejo ramal del ferrocarril de Carbones de La Nueva. Los convoyes pueden trasladar a un máximo de 58 personas por viaje y dispone de un espacio habilitado para personas con discapacidad. Seis kilómetros por hora es la velocidad a la que circula por motivos de seguridad, aunque puede alcanzar los 20 kilómetros. Los primeros metros del itinerario permiten disfrutar del paisaje y acercar a los turistas al pozo Samuño donde pueden ver el túnel y la bocamina de La Trechora. Allí se entra en el socavón Emilia, una galería construida en 1904.

La experiencia bajo tierra depara sorpresas y ruidos desconocidos provocados por el agua subterránea, además de un brusco descenso de las temperaturas al llegar a los 32 metros bajo tierra. El viaje concluye en la primer planta del pozo San Luis, donde se accede a la ‘jaula’ para desde allí salir a la superficie. Tras recorrer el entorno de San Luis y el pueblo de La Nueva, el tren retorna a la estación de El Cadavíu. La visita dura en torno a dos horas.

(Imagen Javier Fernández)

El Ayuntamiento de Langreo pagará la deuda contraída con Tragsa por el tren de Samuño

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¿Éxito rotundo? Miles de personas han visitado el Ecomuseo de Samuño y se han subido al tren minero desde que abrió sus puertas a mediados de junio cumpliendo con creces las expectativas. Solo una sombra se cierne sobre el centro. Las obras de construcción del museo y el tren, que desarrolló la empresa pública Tragsa, tuvieron un sobrecoste final de 629.000 euros. Una cantidad que el Ayuntamiento de Langreo ha acordado con la compañía estatal ir devolviendo a plazos anuales de unos 138.000 euros, sin intereses, durante los próximos ejercicios. Al final serán algo más de 7,1 mlillones de euros el coste de la instalación.

Ttodos los grupos municipales respaldaron el acuerdo de devolución del dinero a Tragsa. Los 629.000 euros de sobrecoste de las obras provienen de una serie de actuaciones complementarias realizadas por la empresa para mejorar el proyecto original. Según explicó la alcaldesa de Langreo, María Fernández, «hay que ser consecuente, y se trata de una deuda real», acreditada por los técnicos municipales langreanos, y por tanto «la reconocemos». Además, en conversaciones con Tragsa se llegó a un acuerdo «ventajoso» para el Ayuntamiento, y que da facilidades para pagar el sobrecoste, ya que se hará a plazos anuales y «sin intereses». En un principio, el coste del proyecto ascendía a 6,5 millones de euros procedentes de los fondos mineros.

El buen funcionamiento del Ecomuseo del Valle del Samuño y de su tren minero ha sido una grata sorpresa para el Ayuntamiento de Langreo, que ha visto superadas sus previsiones iniciales de visitantes. En las previsiones más optimistas, se establecía que en su primer año de vida podría recibir a 24.000 turistas y esta cifra casi se ha alcanzado en medio año, antes del cierre temporal por ampliación de contenidos del museo. Por el momento, el Ecomuseo tuvo casi 22.500 visitas, un número que puede crecer hasta superar ampliamente las 24.000 previstas hasta el 15 de junio de 2014, cuando se cumpla el aniversario de su apertura.

Las instalaciones se cerraron en la primera quincena de diciembre porque las bajas temperaturas en la zona y la necesidad de ampliar el espacio expositivo aconsejaban la suspensión temporal de las actividades, que se reanudarán en marzo. Durante este paréntesis, se acometerán diversos trabajos para recrear la casa de aseos y el botiquín del pozo San Luis, que serán las principales novedades de la próxima temporada. Estos nuevos espacios se encuentran en las naves próximas a la sala de máquinas, otro de los complejos que ya se pueden visitar junto a la fragua o la carpintería, abiertas a mediados de agosto. La visita entonces superará las dos horas. El complejo turístico dispondrá de bar y un rincón dedicado a la venta de productos de recuerdo relacionados con el tren minero.

El ecomuseo está integrado dentro de la red de museos del Principado de Asturias, lo que le permite disponer de tarifas especiales, como la rebaja del precio en la entrada de 10 a 8,5 euros para las personas que tengan la Gijón card (tarjeta turística del Ayuntamiento de Gijón). También se estiman otro tipo de descuentos para usuarios.

El recorrido en el Ecomuseo comienza en la estación de tren de El Cadavíu, donde el visitante se topará con una exposición de fotografías que comparan cómo era el valle de Samuño cuando funcionaban todos sus pozos mineros, y cómo es ahora. Tras pasar los tornos, el espectador se sube al tren que le transportará al interior de las galerías. Un audio explica las zonas por las que se pasa: al principio el túnel y la bocamina La Trechora, para luego llegar, después de casi un kilómetro de recorrido, al socavón Emilia y al túnel por el que se accede a la zona del pozo Samuño, que estuvo en funcionamiento hasta el último día del año 2001. Tras un kilómetro bajo tierra (es el mayor recorrido ferroviario por una mina real existente en España) se llega al pozo San Luis de La Nueva, a una profundidad de 32 metros. Tras subir por un ascensor, se sale por el castillete del pozo. Una vez allí, un guía encabeza la visita a las instalaciones, en las que destaca el taller, con sus locomotoras rehabilitadas, y la magnífica sala de máquinas de las instalaciones mineras.

El tren turístico de Samuño dispone de dos locomotoras modelo DLP 50F y cinco vagones (fabricados en la República Checa) que circulan por el viejo ramal del ferrocarril de Carbones de La Nueva. Los convoyes pueden trasladar a un máximo de 58 personas por viaje y dispone de un espacio habilitado para personas con discapacidad. Seis kilómetros por hora es la velocidad a la que circula por motivos de seguridad, aunque puede alcanzar los 20 kilómetros. Los primeros metros del itinerario permiten disfrutar del paisaje y acercar a los turistas al pozo Samuño donde pueden ver el túnel y la bocamina de La Trechora. Allí se entra en el socavón Emilia, una galería construida en 1904.

La experiencia bajo tierra depara sorpresas y ruidos desconocidos provocados por el agua subterránea, además de un brusco descenso de las temperaturas al llegar a los 32 metros bajo tierra. El viaje concluye en la primer planta del pozo San Luis, donde se accede a la ‘jaula’ para desde allí salir a la superficie. Tras recorrer el entorno de San Luis y el pueblo de La Nueva, el tren retorna a la estación de El Cadavíu. La visita dura en torno a dos horas.

(Imagen Juan Carlos Román)

El ecomuseo y tren de Samuño abre las puertas hoy con expectativas muy altas para la temporada

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El gran día. Por fin. El Ecomuseo y el tren minero del valle de Samuño abrirán sus puertas este sábado. La puesta de de largo de este proyecto cierra un largo periodo de trabajo cercano a los dos años y acaba con muchas incertidumbres. Cuando lleguen los primeros visitantes a la estación de El Cadaviu, se dará el pistoletazo de salida a una campaña en la que Langreo ha puesto grandes esperanzas. El ayuntamiento y los promotores de la idea confían en que las antiguas instalaciones mineras, otrora febriles en la extracción de mineral, atraigan a miles de visitantes a esta aventura turística y promocional de este valle asturiano.

El recorrido en el Ecomuseo comienza en la estación de tren de El Cadavíu, donde el visitante se topará con una exposición de fotografías que comparan cómo era el valle de Samuño cuando funcionaban todos sus pozos mineros, y cómo es ahora. Tras pasar los tornos, el espectador se sube al tren que le transportará al interior de las galerías. Un audio explica las zonas por las que se pasa: al principio el túnel y la bocamina La Trechora, para luego llegar, después de casi un kilómetro de recorrido, al socavón Emilia y al túnel por el que se accede a la zona del pozo Samuño, que estuvo en funcionamiento hasta el último día del año 2001. Tras un kilómetro bajo tierra (es el mayor recorrido ferroviario por una mina real existente en España) se llega al pozo San Luis de La Nueva, a una profundidad de 32 metros. Tras subir por un ascensor, se sale por el castillete del pozo. Una vez allí, un guía encabeza la visita a las instalaciones, en las que destaca el taller, con sus locomotoras rehabilitadas, y la magnífica sala de máquinas de las instalaciones mineras.

El tren turístico de Samuño dispone de dos locomotoras modelo DLP 50F y cinco vagones (fabricados en la República Checa) que circulan por el viejo ramal del ferrocarril de Carbones de La Nueva. Los convoyes pueden trasladar a un máximo de 58 personas por viaje y dispone de un espacio habilitado para personas con discapacidad. Seis kilómetros por hora es la velocidad a la que circula por motivos de seguridad, aunque puede alcanzar los 20 kilómetros. Los primeros metros del itinerario permiten disfrutar del paisaje y acercar a los turistas al pozo Samuño donde pueden ver el túnel y la bocamina de La Trechora. Allí se entra en el socavón Emilia, una galería construida en 1904.

La experiencia bajo tierra deparará sorpresas y ruidos desconocidos provocados por el agua subterránea, además de un brusco descenso de las temperaturas al llegar a los 32 metros bajo tierra. El viaje concluye en la primer planta del pozo San Luis, donde se accede a la ‘jaula’para desde allí salir a la superficie. Tras recorrer el entorno de San Luis y el pueblo de La Nueva, el tren retorna a la estación de El Cadavíu. La visita dura en torno a dos horas.

El Ecomuseo del Valle de Samuño tiene todo para enamorar a sus visitantes. Sus gestores recuerdan que «es un museo vivo que esperamos que siga creciendo con nuevos contenidos». Algo que aseguran muy bien los expertos que ya lo conocen. Desde el Museo del Ferrocarril de Gijón explican que «tiene muchas posibilidades y muestra una historia que se debe mantener en el recuerdo».

El tren minero es sin duda el principal reclamo del Ecomuseo de Samuño, un proyecto que ha supuesto un coste superior a los 6,5 millones de euros. Las previsiones municipales apuntan a que la cifra máxima anual de visitantes llegue a 24.000 personas al año, aunque se consideraría «satisfactorio» alcanzar el 60 ó 70% de esa cifra. Los dos días en el que el Ecomuseo estuvo abierto de forma gratuita -sin viaje en tren- pasaron por el mismo mil personas. Los visitantes serán sin duda la mejor publicidad para este importante proyecto turístico langreano, el mayor de los últimos años en las comarcas mineras.

Las perspectivas para la apertura son son buenas. La alcaldesa, María Fernández, apunta que el proyecto está al menos «levantando expectación», ya que existe «un interés claro de la gente en verlo funcionando». La mayor parte del millar de personas que pasó el fin de semana por el valle de Samuño llegaron, además, de zonas de Asturias que no tienen relación con la minería. «Pese a que el tiempo no acompañó, porque llovió buena parte del fin de semana, y a que el tren no se movía y lo que se mostraban eran las instalaciones de El Cadavíu y La Nueva, la verdad es que hay que hacer una lectura bastante positiva del número de personas que se interesaron por el proyecto», indicó María Fernández.

Al millar de personas que pasó por el Ecomuseo en el fin de semana se unieron, el lunes, dos visitas de guías, operadores y representantes turísticos de la región. Tamnbién han pasado por las instalaciones personas ligadas al tejido asociativo de la comarca, así como representantes de los centros educativos del concejo de Langreo. María Fernández indicó que, ante la apertura del Ecomuseo, «tenemos la preocupación lógica del estreno, del primer día. Pero estos días nos han servido para saber que al menos hay interés y curiosidad con el proyecto».

La intención del Ayuntamiento de Langreo es, en esta temporada estival, tener funcionando de forma permanente el equipamiento. Están previstas seis salidas del tren diarias: 10.30, 11.30, 12.30, 16.30, 17.30 y 18.30 horas. La alcaldesa indicó que de momento, el museo va a ayudar a generar cuatro nuevos puestos de trabajo, dos de los maquinistas y responsables de los trenes, y dos de los guías que estarán en el pozo San Luis.

El servicio permanecerá abierto a lo largo de todo el verano, hasta el 15 septiembre, de forma ininterrumpida (salvo los martes). Las tarifas se han rebajado a la mitad, ya que de los 20 euros establecidos en un principio como precio de partida para los billetes convencionales se ha pasado a los 10. Este precio, sin embargo, aparece como promoción de apertura en la tarjetas repartidas por el Ayuntamiento de Langreo.

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