El tramo de la línea de tren de alta velocidad (TAV) entre Perpiñán y Montpellier, que enlazará con el procedente de España, será de uso mixto para convoyes de pasajeros y de mercancías, y se construirá en un corredor en paralelo a la línea costera y a la autopista. La decisión la ha tomado Red Ferroviaria de Francia (RFF), que ha puesto en marcha la fase de estudios para los 160 kilómetros de nueva construcción entre Perpiñán y Montpellier, que deberían entrar en servicio en el horizonte de 2020, indicó hoy a Efe una portavoz.
Esa decisión se formalizó en un consejo de administración de RFF y es consecuencia directa del debate público que se llevó a cabo entre marzo y junio pasados, y en el que participaron 3.500 personas, incluidos representantes del Ministerio español de Fomento y de la Generalitat catalana, explicó la portavoz. «El proyecto es oportuno» y «es urgente hacerlo», comentó en alusión a las conclusiones de esta empresa estatal que gestiona las infraestructuras ferroviarias en Francia.
La opción por una línea mixta, por la que podrán circular trenes de pasajeros a 300 kilómetros por hora y los de mercancías a 100-120 por hora, es más costosa que la otra barajada, que preveía utilizar en parte estaciones e interconexiones ya existentes. El sobre costo se debe igualmente a los requerimientos técnicos para la alta velocidad (por ejemplo curvas de mayor amplitud) y para los convoyes de mercancías (pendientes menos pronunciadas).
En total, el presupuesto estimado por el momento se sitúa entre 5.000 y 6.000 millones de euros, de los cuales cuarenta se dedicarán a la fase de estudios que durará unos cinco años, tanto como la fase de construcción.
La línea mixta y el corredor litoral también implican la construcción de estaciones fuera de las ciudades, en particular en Nimes y en Montpellier, esta última debe estar en servicio para 2016 cuando se prevé también que esté en funcionamiento otro tramo de TAV -el de las circunvalaciones de Nimes y Montpellier- que conectará con la red francesa existente ahora.
La continuidad de la alta velocidad entre Francia y España debería empezar a ser una realidad -tras múltiples retrasos- desde finales del año próximo con la apertura del tramo internacional Perpiñán-Figueras. Para que eso ocurra deben avanzar las obras que se llevan a cabo en el lado español.