Cementerio de trenes de Uyuni


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Quienes lo han visitado, dicen que es un paraje sobrecogedor. Y a la vista de lo que he podido contemplar en otros relatos, así debe ser. Vestigios de un pasado (dicen que mejor), de un tiempo que hubo y que no volverá, testigo mudo (aunque esté llamando la atención a gritos) del inexorable paso del tiempo que todo lo borra y todo lo oculta. Y, sin embargo, los restos de hierro oxidado han convertido el lugar en un peculiar cementerio de trenes, un atractivo más para los turistas que se acercan hasta el salar de Uyuni.

Antiguas máquinas de tren, vagones utilizados por los transportes mineros, hierros retorcidos, herrumbrosos y enmohecidos que el paso de los años y las duras condiciones climatológicas del lugar, han convertido las ruinas centenarias en una maravilla arqueológica. El cementerio de trenes de Uyuni es hoy un lugar emblemático y un paraje único en su género que atrae a miles de turistas.

Uyuni es conocido por ser el mayor desierto de sal del mundo. Situado a 3.650 metros de altura, pertenece al departamento de Potosí, en el altiplano de Bolivia, sobre la cordillera de Los Andes. Hace unos 40.000 años el área que hoy ocupa este desierto estaba cubierta por el lago Ballivián. Según los estudios científicos de la zona, existen aproximadamente once capas de sal, con espesores que varían entre los dos y diez metros. La costra que se encuentra en la superficie, con capas de salmuera superpuestas y barro lacustre, tiene un espesor de diez metros. Se calcula que la profundidad del salar es de 120 metros.

Con una extensión de 10.582 km, este desierto de sal ocupa el primer lugar de las 25 nuevas maravillas y atracciones naturales históricas del mundo que fueron seleccionadas por la revista de turismo británica Rough Rides, en base a la experiencia de los trotamundos. Es evidentemente uno de los principales destinos turísticos de Bolivia, ya que lo visitan aproximadamente 60.000 personas cada año.

El pequeño pueblo de Uyuni, perteneciente al estado de Potosí, fue el primer lugar de Bolivia que contempló la llegada del tren. En esta zona se tendió en 1889 la primera línea ferroviaria del país, que unía Uyuni con el puerto de Antofagasta en el océano Pacífico. Por esas vías circulaban principalmente vagones cargados de plata, que salían de las minas de Huanchaca. Ese fue el comienzo de la ruta que hoy une a Oruro y Villazón, pasando por Tupiza, Atocha y otros pueblos, que habían crecido gracias a la llegada del ferrocarril.

Pero los trenes se llevaban el mineral y apenas si atraían a cansados pasajeros y trabajadores potencial mano de obra de las minas que regresaban por donde habían venido porque el trabajo era duro y las oportunidades de triunfar escasas. El 20 de octubre de 1904 Bolivia perdía definitivamente su soberanía sobre el océano Pacífico, al firmar con Chile el tratado de “Paz y Amistad” y esto afectó notablemente al ferrocarril.

Aquellas viejas máquinas quedaron como únicos testigos del pasado industrial de la zona que quedó a merced de los vientos y la dura climatología del altiplano. El tiempo borró los últimos vestigios de ese tendido férreo del que hoy sólo queda un gran amasijo de hierros comidos por el óxido; terrenos yermos que muestran los desnudos esqueletos de las viejas locomotoras allí olvidadas; y armazones abandonados a merced de los cambios de temperatura. Un cementerio de máquinas, reclamo hoy para turistas.



(Imagen de Víctor Verdugo)

Una respuesta a “Cementerio de trenes de Uyuni

  1. Avatar de TODO AVENTURAS TODO AVENTURAS

    Que buen artículo!! Felicidades

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