Por fin. Después de ocho años, la estación de Cercanías de Sol, en el centro de Madrid, ha sido inaugurada hoy para convertirse en un eje de comunicación con las dos terminales del AVE de la capital y, el próximo año, con el aeropuerto de Barajas. Culmina así un proyecto que empezó a gestarse en 2001, con el PP en el Gobierno central, y termina ahora con los socialistas en el poder.
La estación de hoy completa un plan en el que se han invertido 550 millones de euros para el conjunto de la conexión Atocha-Chamartín (las dos estaciones madrileñas que cuentan con tren de alta velocidad), de los que 155 millones han sido específicamente para las obras de la terminal inaugurada esta mañana.
El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el ministro de Fomento, José Blanco, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, han asistido a la inauguración de esa estación, que entrará en servicio mañana y que dará servicio a unas 70.000 personas cada día.
Aparte de agilizar las líneas de cercanías de la región y hacer más rápido el transporte de los madrileños, la estación de Sol permitirá llegar en cuatro minutos a Atocha y en diez a Chamartín, y hará posible llegar a la terminal 4 de Barajas en veinte minutos cuando acaben las obras del ramal que irá desde Chamartín, a finales de 2010.
Los trabajos han resultado complejos, ya que se trata de una zona en la que existen otro tipo de infaestructuras, como la estación de metro y, además, se ha encontrado con imprevistos como la aparición, en mayo de 2006 de los cimientos de una vieja iglesia, lo que llevó a la Comunidad a paralizar los trabajos durante ocho meses. Los cimientos del edificio econtrado han sido integrados en el vestíbulo de la estación, para disfrute de los visitantes, que también podrán admirar la enorme «caverna» que acoge los andenes y en la que cabrían dos estadios de fútbol.
Hace un mes fue presentado un Plan de Cercanías hasta 2015 que supondrá una inversión de Fomento de 5.000 millones para construir un eje transversal este-suroeste que pasará por el centro de Madrid, más la línea que llegará a la T-4 de Barajas y otra que se prolongará hasta la provincia de Toledo.
Por el momento el único acceso de la Puerta del Sol se hace a través de un «caparazón» poliédrico de vidrio que ya genera polémica por su impacto en el resto de la plaza. La intención de los diseñadores es crear un caleidoscopio urbano que refleja la variedad de actividades en Sol, un lugar emblemático
Escenario de actos históricos, como el levantamiento contra Napoleón en 1808 y la proclamación de la República en 1931, Sol es escenario cada 31 de diciembre de las campanadas de nuevo año y es un crisol en el que se ven turistas, vendedores de lotería, carteristas y ciudadanos que van a la cercana zona comercial.
(Fuente ABC. Foto Juanjo Martín)