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La Covid-19 impide la fiesta vasca del vapor

Una vez que octubre asoma sus narices en el calendario, los Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril (BML, Euskal Burnibidearen Museoaren Lagunak) comienzan a preparar los actos de aniversario del centro para conmemorar su apertura el 4 de octubre de 1994. El pasado año celebraba por todo lo alto su 25 cumpleaños, con un festival de vapor inédito,  y se prometía cuando menos repetir el éxito en la nueva temporada de 2020, hasta que llegó la pandemia y todo se ha ido al traste. A consecuencia de la Covid-19, este año Azpeitia se queda sin fiesta (estaba prevista el 10 de octubre) para evitar las aglomeraciones, como recomiendan las autoridades sanitarias. El programa se reduce al mínimo, como viene siendo habitual durante estas últimas semanas.

Como la mayor parte de los museos de Euskadi, el Museo Vasco del Ferrocarril se ha visto afectado por las medidas impuestas tras la pandemia del coronavirus, de tal forma que se reducen las exhibiciones y se desarrolla un programa de mínimos. Además a mitad de agosto se declaró un brote en la localidad guipuzcoana donde se ubica el museo. Pese a ello, en agosto la demanda descendió un 20% respecto al año anterior (cuando se batió el récord), lo que demuestra el interés del público por las instalaciones de Azpeitia. Conviene recordar que en ese mismo mes el Guggenheim  registra un descenso de visitantes del 67% y San Telmo del 50%.

Según fuentes cercanas al organismo vasco, las visitas individuales funcionan bastante bien, pero apenas existen la de colectivos y grupos que fijaban su atención en el Museo Vasco del Ferrocarril. Tampoco funcionan los trenes chárter habituales entre semana, ya que la demanda es inexistente; en su mayor parte son los centros escolares guipuzcoanos quienes organizaban este tipo de salidas, pero con la suspensión de las clases, en primavera, y la reducción de actividades extraescolares, en otoño, todo queda en suspenso. Sin embargo, se realizan más viajes, ya que la reducción del aforo del tren de vapor al 60%,, a fin de garantizar el espacio físico recomendado, obliga a disponer de un ‘tren sombra’ después del servicio regular para evitar que nadie se quede sin esta singular prestación. De los 156 billetes que se despachaban en la jornada, ahora se llega a 90. Las salidas de la mañana se adelanta media hora para disponer de un ‘tren sombra’ a las 13.00 horas.

Desde 1998, el Museo Vasco del Ferrocarril de Euskotren gestiona la explotación del Tren de Vapor del Valle del Urola, entre las instalaciones ferroviarias de Azpeitia y Lasao. Dicho servicio constituye el único caso de ferrocarril turístico en la península ibérica operado mediante locomotora vapor-de carbón. Y es prestado con la ayuda voluntaria, y plenamente altruista, de las personas integrantes de la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril (BML). Desde la inauguración, este organismo ha recibido la visita de 625.000 personas. De ellas, algo más de la mitad han disfrutado de los servicios de trenes de vapor históricos que se ofrecen desde 1998 y más de 110.000 han viajado en trenes especiales alquilados por todo tipo de colectivos (grupos escolares, jubilados, excursiones, etc.)

Los integrantes de BML y los aficionados al ferrocarril vivían la jornada de aniversario como una fiesta muy especial en la que era habitual que el Museo pusiera a funcionar todo el parque de vapor, en un festival único en nuestro país, entre las que cabe destacar siete locomotoras de vapor. Desde la Espinal, construida en 1887 en Newcastle (Reino Unido) por la compañía de Robert Stephenson, hijo de George Stephenson, que ganó el concurso de 1829 que pondría en marcha los servicios de la línea de transporte de pasajeros de Liverpool a Manchester; en la actualidad, la más antigua en funcionamiento de las construidas por los Stephenson, así como la locomotora de vapor más antigua en servicio de España. A ella se unen Aurrera (130-T construida en Reino Unido en 1898 por Nasmith Wilson para el Ferrocarril de Elgoibar a San Sebastián); Euzkadi (uno de los modelos más representativos de la vía del norte peninsular, construidas para los Ferrocarriles Vascongados por la firma alemana Krauss de Munich entre 1914 y 1921 y que acabaron en el Ponferrada-Villablino, que las retiró en 1989); Portugal (CP E205, 1230-T, fabricada por Henschel para los Caminhos de Ferro de Portugal); y ‘Zugaztieta’ (030-T de 1888 de Sharp Steward de Gran Bretaña, para el Ferrocarril de Amorebieta a Gernika). Todas ellas, auténticas joyas del vapor. También era posible observar una de las rarezas más llamativas, y casi desconocida en otras instalaciones similares, la grúa de vapor Grafton, construida en 1920 por la compañía británica Bedford para la empresa Babcock Wilcox.

En estos 26 años, el patrimonio del Museo Vasco del Ferrocarril ha experimentado un notable incremento en todas sus áreas. En el caso de los vehículos históricos, la colección de vehículos se ha incrementado de 45 a 87 unidades. Las colecciones también se han incrementado con otros elementos y conjuntos, como la colección de uniformes ferroviarios que a través de más de 200 prendas ofrece una amplia visión de la evolución de la moda ferroviaria entre 1863 y 2019. También es digna de reseñar la colección de juguetes ferroviarios antiguos Federico Zappino, con piezas fabricadas en los años 30, 40 y 50 del pasado siglo.

Igualmente, el archivo del Museo Vasco del Ferrocarril ha visto notablemente incrementados sus fondos. Entre los conjuntos más destacados recuperados en este periodo cabe destacar el archivo histórico de la Compañía del Tranvía de San Sebastián, los libros de Actas, Diarios y Mayores del Ferrocarril Central de Vizcaya, Durango a Zumárraga, Elgoibar a San Sebastián, Ferrocarriles Vascongados y del Tranvía de Bilbao a Durango y Arratia, así como el archivo histórico del Ferrocarril del Urola.  El fondo documental también se ha incrementado, sobre todo el archivo fotográfico, que ya supera las 100.000 imágenes, todas ellas digitalizadas.

Aunque nos quedemos sin ‘fiesta’, la visita al Museo Vasco del Ferrocarril siempre es interesante, ya que en este centro se venera, como en pocos lugares, los trenes que se mueven y circulan por las vías gracias a la combustión del carbón. En estas dos décadas y media, el Museo es por carta de naturaleza uno de los mejores, y escasos, templos dedicados al ferrocarril del siglo XIX.

Trenes en Azpeitia a partir del sábado 6

La Temporada 2020 de Trenes Históricos del Museo Vasco del Ferrocarril comenzará el sábado 6 de junio, dos meses más tarde de lo previsto, a consecuencia del estado de alarma generado por la Covid19. En el proceso de adaptación de sus diversos servicios a las medidas puestas en marcha durante la situación generada por el coronavirus, Euskotren reabrirá las instalaciones del Museo de Azpeitia (Gipuzkoa), este martes, día 2, a partir de las 10.00 horas.

Desde 1998, el Museo Vasco del Ferrocarril de Euskotren gestiona la explotación del Tren de Vapor del Valle del Urola, entre las instalaciones ferrooviarias de Azpeitia y Lasao. Dicho servicio constituye el único caso de ferrocarril turístico en la península ibérica operado mediante locomotora vapor-de carbón. Y es prestado con la ayuda voluntaria, y plenamente altruista, de las personas integrantes de la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril (BML).

Con el fin de garantizar la seguridad de las personas visitantes y trabajadoras del Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia, y el mantenimiento del distanciamiento físico necesario ante la situación provocada por la Covid-19, se han establecido las siguientes medidas activas y pasivas: mamparas de protección y dispensadores de hidrogel desinfectante en la recepción; creación de un circuito con itinerario completamente circular, para evitar que los visitantes tengan que retroceder y puedan cruzarse con quienes les preceden, mediante marcación de flechas indicadoras en el suelo del camino a seguir; cierre de aquellas salas expositivas de aforo reducido, en las que no es posible garantizar la distancia social adecuada: colecciones de uniformes y cronometría ferroviaria; refuerzo de la limpieza de las instalaciones, con especial incidencia en los elementos que pueden ser manipulados por las personas visitantes y trabajadoras del Museo. Como en cualquier otro recinto público, el uso de mascarillas para acceder a las instalaciones es obligatorio.

En una primera fase, y a la espera de la evolución de la situación sanitaria, quedarán suspendidas las visitas guiadas y las exhibiciones del taller mecánico y del tranvía histórico. El aforo de los Trenes Históricos (además del servicio de trenes de vapor, se suelen prestar servicios especiales de tracción diésel) se reducirá al 50%, siendo obligatorio también el uso de la mascarilla. En el caso de que la afluencia de público así lo exija, se reforzaría el servicio con las circulaciones especiales que fuesen necesarias. También existe la posibilidad de alquilar Trenes Históricos. En este caso, también se establece un aforo limitado al 50%, es decir, un máximo de 75 personas por circulación, todas ellas portando mascarilla.

Mientras se mantenga la situación actual, que exige el cierre de salas y la suspensión de visitas guiadas o exhibiciones, el precio de entrada al Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia se reduce de 3 a 2 euros. El precio del viaje en el Tren Histórico se mantiene en 6 euros y el del alquiler de este en 450 euros. El servicio regular de Trenes de Vapor, que se inicia el sábado 6 de junio, se efectuará en los siguientes horarios: los sábados, a las 12.30 y 18.00 horas; y los domingos y festivos (excepto lunes), a las 12.30 horas.

El Museo reabrirá sus instalaciones al público a partir del martes 2 de junio. De martes a viernes, el horario será de 10.00 horas a 13.30 horas y de 15.00 a 18.30 horas; los sábados, de 10.30 a 14.00 horas y de 16.00 a 19.30 horas; y domingos y festivos (excepto lunes), de 10.30 a 14.00 horas.

Azpeitia se ha convertido en un gran santuario del vapor. Desde hace 26 años se venera, como en pocos lugares, los trenes que se mueven y circulan por las vías gracias a la combustión del carbón. En estas dos décadas y media, el Museo del Feerocarril Vasco es por carta de naturaleza uno de los mejores, y escasos, templos dedicados al ferrocarril del siglo XIX. O al menos al concepto que aún tenemos de esa época de nuestra historia: vehículos que se mueven por las vías gracias a la acción del vapor de agua.

El parque del Museo Vasco del Ferrocarril dispone de una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, integrada por más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos. El centro incluye una exposición sobre la máquina herramienta, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola, que se conserva tal como fue instalado en 1925. Un antiguo motor eléctrico hacer funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados.

Una de las rarezas más llamativas, y casi desconocida en otras instalaciones similares, es la grúa de vapor Grafton. Apropiada para vías de ancho ibérico, fue construida en 1920 por la compañía británica Bedford para la empresa Babcock Wilcox, sita en Sestao. Es la única en su género que funciona en España. También posee la unidad eléctrica más antigua en estado de marcha, la locomotora SEFT 101, fabricada en 1925 por AEG de Berlín para el Ferrocarril de San Sebastián a la Frontera Francesa (el popular Topo).

De todo el material móvil del museo, destaca la locomotora de vapor Espinal, construida en 1887 en Newcastle (Reino Unido) por la compañía de Robert Stephenson, hijo de George Stephenson, que ganó el concurso de 1829 que pondría en marcha los servicios de la línea de transporte de pasajeros de Liverpool a Manchester. Esta máquina es, en la actualidad, la más antigua en funcionamiento de las construidas por los Stephenson, así como la locomotora de vapor más antigua en servicio de España. A la Espinal se unen Aurrera (130-T construida en Reinmo Unido en 1898 por Nasmith Wilson para el Ferrocarril de Elgoibar a San Sebastián); Euzkadi (uno de los modelos más representativos de la vía del norte peninsular, construidas para los Ferrocarriles Vascongados por la firma alemana Krauss de Munich entre 1914 y 1921 y que acabaron en el Ponferrada-Villablino, que las retiró en 1989); Portugal (CP E205, 1230-T, fabricada por Henschel para los Caminhos de Ferro de Portugal); y ‘Zugaztieta’ (030-T de 1888 de Sharp Steward de Gran Bretaña, para el Ferrocarril de Amorebieta a Gernika). Todas ellas, auténticas joyas del vapor.

Joyas en custodia: grúa Grafton

Aunque muchos aficionados no las tengan catalogadas entre los vehículos que conforman el parque móvil, el origen de las grúas se remonta casi a los mismos orígenes del ferrocarril, donde realizan múltiples funciones. Estos artiilugios se utilizan para carga y descarga de mercancías, trabajos en la vía y en los talleres, sustitución de puentes y para encarrilar material móvil que, por cualquier causa, queda fuera de la vía. No son, por tanto, un rara avis de las compañías ferroviarias, si bien tampoco resultan muy conocidas puertas afuera de las instalaciones del sector, salvo quizá las que se dedican al rescate de vehículos accidentados.

Por lo general, las grúas de este tipo pueden ser manuales o mecánicas. De estas últimas, las más comunes son las que utilizan como fuerza motriz el vapor o el motor diésel, aunque como resulta obvio las primeras grúas móviles son manuales. Este tipo de aparatos aprovechan las propiedades de los engranajes desmultiplicadores, de tal forma que ayudan a que un solo un individuo pueda elevar fácilmente 5.000 kilos con una grúa corriente. Los últimas dispositivos manuales construidos permitían elevar cargas de hasta 15 toneladas. Pero cuando los pesos que han de elevarse son superiores, debe recurrirse a otros sistemas.

Las grúas de vapor tampoco son recientes; más al contario, se utilizan desde muy antiguo. Estos artefactos presentan ventajas significativas sobre los anteriores, ya que permiten alcanzar más fuerza y rendimiento; claro está que el coste de mantenimiento también es mayor. Las grúas de vapor más pequeñas suelen tener unas 15 toneladas de fuerza, aunque las ha habido más pequeñas. En nuestro país, la grúa de vapor de mayor fuerza pertenece a la Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España que alcanza las 70 toneladas. Pero las hay más potentes, como la Cockerill de vapor de 145 toneladas de fuerza, de la francesa Societé Nationale de Chemins de Fer (SNCF).

De la misma manera que los artilugios manuales se ven desplazados por los de vapor, la tracción diésel arrincona los ejemplares de esa propulsión. En muchos casos, se sustitye el motor de vapor original por uno diésel nuevo y se conserva toda la parte mecánica de la grúa. Tal es el caso, por ejemplo, de la grúa de vapor del Norte, que resiste el paso del tiempo hasta que causa baja en los setenta porque llegan al mercado mejores y más poetentes aparatos, dotadas de avances tecnológicos de gran envergadura.

Por lo general, las grúas pueden ser transportadas de unos puntos a otros, para lo que disponen de los aparatos convencionales de tracción y choque y que les permiten ser intercaladas en un tren. Las primeras grúas del ferrocarril, sin embarggo, trabajan fijas dentro de un depósito o dependencia concreta y carecen de los elementos de tracción y choque de los vehículos móviles. Generalmente, a las grúas se les adosa un vagón plataforma donde pueden apoyar la pluma. Y, en múltiples ocasiones, se añaden más vagones con herramientas, materiales, raíles,traviesas, tacos de madera para el calce…. En Renfe, este tipo de vehículos de apoyo van marcados con la serie HGM, si son especificamente fabricados para este fin, o con la serie STM, si se trata de antiguos vagones plataforma modificados. En este caso, el número del vagón suele coincidir con el que tenía antiguamente como vagón plataforma.

En el ferrocarril español, una buena parte de las administraciones ferroviarias, tanto de vía ancha como métrica, disponen, al menos, una grúa móvil. Con la creación de Renfe (1941), las antiguas compañías ferroviarias aportan un total de 95 grúas móviles; 7 son de vapor y las 88 restantes manuales. En los años siguientes, estos modelos van desapareciendo del parque móvil y se incorporan otros más modernos y con tracción diésel y eléctrica que, incluso, permiten la manipulación, carga y apilado de contenedores, especialmente diseñadas para operar en terminales portuarias, depósitos de contenedores y en el sector intermodal.

Dejando aparte este tipo de grúas más modernas, centramos nuestra atención en una de las joyas del Museo Vasco del Ferrocarril: la grúa de vapor Grafton. Construida en 1920 por el fabricante británico Grafton & Co. de Bedford, se mantiene en servicio desde esas fechas hasta la década de los 70 en los talleres y zona de materiales de Babcock & Wilcox, en Trapagaran. Este artilugio es de lo primero que se encuntra el visitante apenas sale al andén principal de la antigua estación de Azpeitia, que muestra sus potencialidades cada vez que se organiza una jornada de vapor vivo. Este vehículo tan especial de carga y descarga de mercancías tiene una caldera vertical metálica unida por remaches, con cubierta y brazo metálicos, que se alimenta de carbón, como muchas de las máqunas del parque móvil del museo.

La silueta de esta grúa es bastante familiar en las grandes fábricas del País Vasco desde finales del siglo XIX hasta la década de los sesenta del siglo XX. El artilugio funciona con un motor de vapor que también sirve de tracción para trasladarse sobre las vías que conecta las zonas de la fábrica. Cuando deja de prestar servicio, no pasa al desguace, como muchas de sus congéneres; los operarios de la factoría vizcaína, a caballo entre San Salvador del Valle (Trapagaran) y Sestao, que se encargan de encender el horno y su caldera vertical, la ponen a funcionar a diario para descargar los camiones que entran a la planta. Eso le permite llegar a ser inventariada en la década de los 90 por la Asociación de Patrimonio Histórico Industrial.

El Museo Vasco del Ferrocarril se interesa por ella en varias ocasiones; en 1996 la restaura y la mantiene operativa en sus instalaciones. «Cuando empezamos con el proyecto del museo, uno de los primeros pasos fue la elaboración de un inventario del patrimonio ferroviario existente. En mayo de 1989 realicé una visita a Babcock & Wilcox y ahí me encontré la grúa Grafton en plena actividad. De inmediato, la solicitamos para Azpeitia. La grúa seguía siendo necesaria para las labores de carga y descarga; no tenían previsto comprar otra más moderna, ya que se ajustaba perfectamente a las necesidades operativas. Además su consumo era mínimo, ya que solían alimentar su caldera con maderas viejas y trozos de palets que recogían por la fábrica», comenta Juanjo Olaizola, alma máter y director del Museo Vasco del Ferrocarril. La grúa autopropulsada de Azpeitia es, probablemente, el último vehículo ferroviario de tracción vapor en servicio comercial en España, ya que se mantiene en servicio hasta 1996.

El Museo del Ferrocarril de Asturias también conserva en estado de marcha una grúa de similiares características, construida por la Fabrica Nacional de Trubia en 1890, copia de modelo británico. Actualmente es el vehículo de construcción nacional de cualquier tipo más antiguo en funcionamiento. En la Fundación Museo de la Siderurgia (MUSI) de Langreo también figura una máquina de vapor, bautizada como la ‘Leona’. El artilugio es de vapor autopropulsado con caldera vertical, cabina giratoria y pluma que trabaja en Duro Felguera y, con posterioridad, en Ensidesa. Aunque se desconoce su año de construcción, aparece en el inventario Galtier en 1964.

El ingeniero Alexander Grafton (Grafton & C.o) alcanza cierta fama con su fábrica grúas de vapor, activa ya en el últimmo terccio del siglo XIX; de su factoría en Belford (Inglaterra) salen más de 150 grúas en los primeros seis años de actividad. El técnico londinense diseña una locomotora de vapor construida sobre una plataforma giratoria horizontal. El primer modelo es tosco, pero mejora a todas las anteriores. A partir de sus diseños, su fábrica construye más de mil aparatos de este tipo, que exporta por todo el mundo para su uso en los ferrocarriles, muelles, puertos y centrales eléctricas. La empresa también producea de las primeras grúas eléctricas del país para su uso en el puerto de Dover. Una de sus grúas resulta fundamental durante la Segunda Guerra Mundial. Los británicos consiguen despejar las aguas del puerto de Tobruk (Libia) de material pesado y barcos hundidos y abrir un canal de navegación mucho más rápido y con menos trabajo del esperado.

La grúa de vapor autopropulsada Grafton de Babcock & Wilcox circula por vía ancha (1.668 milímetros) y lleva en el lateral la inscripción «Grafton Engineers Bedford (912)» y «Crane nº 2361», en la parte delantera. La longitud entre topes es de 5.600 milímetros, pero como la trasera va en ‘vuelo’. la distancia es de 5.900 milímetros. Con 10 toneladas de peso, tiene capacidad para levantar 9.500 kilos en un radio de 4.600 milímetros y 2.820 kilos en su distancia máxima de 12.200 milímetros. El conjunto está formado por los elementos fundamentales: el bastidor y la superestructura. El primero va montado sobre dos ejes; sobre él van la caldera vertical metálica, unida por remaches, con cubierta, y el brazo también metálico. La suele acompañar un vagón auxiliar, de dos ejes, aunque la pluma no descansa sobre este vehículo. Com el resto de las joyas de vapor del Museo Vasco del Ferrocarril, cada vez que se organiza una jornada especial uno de los primeros encendios de calderas lo protaganiza esta histórica máquina, que miman y cuidan dos de sus encargados (Joseba y Joxemi).

Azpeitia es de obligada visita para todos los amantes del ferrocaril y constituye un auténtico santuario, donde se rinde culto al vapor. En sus instalaciones es posible observar una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, con vehículos de todo tipo como locomotoras de vapor, diésel y eléctricas, automotores y diversas clases de vagones. Ofrece asimismo uno de los más completos conjuntos de máquina-herramienta de Euskadi, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril de Urola, y cuenta con las muestras de los uniformes utilizados en el ferrocarril desde finales del siglo XIX y de una de las mejores colecciones de relojería ferroviaria del mundo. Con la inestimable ayuda de los Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril (BML) y la gestión del director del centro, Juanjo Olaizola, las antiguas dependencias de la línea del Urola son claramente una de las grandes referencias del ferrocarril europeo.

(Imagen cortesía Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril (BML). Fuentes. Manuel González Márquez, en «Grúas móviles en los ferrocarriles españoles». Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril (BML). Vía Libre)

Visita (virtual) a los museos ferroviarios

Los museos del ferrocarril de Madrid y Cataluña se están adaptando a la situación extraordinaria provocada por el Coronavirus con el objetivo de seguir ofreciendo sus servicios y actividades a visitantes y usuarios. La estrategia consiste en dar visibilidad a los contenidos que ya están en sus webs y generar otros nuevos. La situación excepcional sobrevenida, que ha obligado a cerrar las puertas de los museos, ha animado a estas instituciones a ofrecer nuevos contenidos y visitas virtuales.

Para el público es un modo de entretenerse y aprender desde casa; ahora podrán acceder a sus colecciones e instalaciones sin moverse del sofá. Los equipos humanos de los dos museos y del resto de la Fundación están teletrabajando durante estos días y están a disposición del público para lo que pueda necesitar.

En Vilanova I la Geltrú (www.museudelferrocarril.org) se abren las puertas digitales del museo para dar acceso a un espacio online de conocimiento, divulgación, cultura y ocio dedicado al mundo de los trenes. Este año 2020 marca un punto de inflexión en la vida del Museo, que celebra su 30 aniversario, y aspira a posicionarse como un centro de ocio esencial de visita imprescindible y transmitir a los ciudadanos los beneficios para el bien común de utilizar el ferrocarril, como medio de transporte más sostenible.

En la web del museo el visitante podrá recorrer las colecciones de material histórico ferroviario, además de los espacios singulares y las transformaciones resultantes de las obras realizadas en los últimos años. Encontrará actividades de educación, documentación histórica e imágenes de archivo, actividades familiares y juegos. También podrá conocer al equipo que gestiona la institución y los voluntarios, cuya colaboración es esencial. El objetivo fundamental es la visibilización del Museo, teniendo muy presente la vertiente didáctica y de entretenimiento.

En Delicias (www.museodelferrocarril.org) se está trasladando a la esfera digital una parte esencial de su actividad y sus servicios para dar mayor visibilidad a contenidos que ya están en la web y generar otros nuevos. El visitante encontrará aquí contenidos relacionados con la completa colección de material histórico ferroviario conservada en el Museo, una visita virtual, piezas destacadas y galerías de fotos de los vehículos expuestos y de las salas de la colección. Podrá recorrer varias exposiciones virtuales, por ejemplo sobre la historia del ferrocarril a través de sus mapas, sobre los trenes Ter y sus 30 años de servicio (1965-1995), los 75 años de Renfe, los 25 años del AVE y el mapa de literatura ferroviaria, entre otras. La parte didáctica se refuerza con un espacio de recursos educativos, orientados al profesorado, y con otros contenidos ferroviarios al igual que enlaces a otros espacios del ferrocarril.

2020 también es un año significativo para el Museo del Ferrocarril de Madrid, que cumplió 35 años el pasado mes de diciembre, y dentro de unos días, el 30 de marzo, celebrará el 140 aniversario de su sede, la histórica estación de Delicias. A partir de esa fecha se podrá visitar online una exposición conmemorativa con nuevos contenidos sobre la estación madrileña. En cuanto a la Biblioteca Ferroviaria y el Archivo Histórico Ferroviario del Museo, ante el cierre de la sala de consulta, se están poniendo a disposición de los usuarios algunos de los libros y documentos digitales disponibles, expedientes digitalizados y fotografías.

El Museo del Ferrocarril Vasco (https://museoa.euskotren.eus/) también ha adapdao su web para hacerla más atractiva a los visitantes. Además de un pequeño viídeo de presentación, ofrece documentos históricos sobre el centro, entre los cuales se hace posible el acceso al material móvil de Feve de los años 80 y a la tesis deoctoral sobre el tranvía de San Sebastián, escrita por Juanjo Olaizola, director del centro y alma mater de este proyecto. También es posible ver material documental sobre la línea de Castejón a Bilbao; el inventario del material remolcado de 1936 de la línea Bilbao-Portugalete; así como catálogos de las empresas Luchaire (1855), Hermenegildo Mozo (1921), Casajuana número 3 (1901) y Ferrotrade (1972). Toda esta documentación es accesible a través de documentos pdf. Azpeitia dedica un apartado especial a los niños que tienen en esta web un espacio muy atractivo con diferentes juegos y pasatiempos. Entra y disfruta.

Vía libre para los trenes históricos

Todo listo para la temporada de primavera. El Tren Minero de Utrillas, el Tren de Arganda y los convoyes del Museo Vasco del Ferrocarril tienen a punto sus instalaciones después de una corta pausa para preparar y reparar sus locomotoras, coches y vías, para que lucir ante sus visitantes sus joyas más preciadas. Son modelos de recuperación de material móvil y trazados que atraen cada años a miles de personas a bordo de los trenes, viajeros que abonan sus billetes (ingresos que financian los proyectos) y viajeros que hacen un gasto en el territorio en hostelería (alojamiento y restauración) y otros proyectos de ocio.

El primero en circular es el tren de Utrillas. Este sábado recorrerá las líneas auxiliares de la antigua empresa Minas y Ferrocarril de Utrillas (M.F.U.) en esta localidad turolense. Los días que estará en marcha serán el 15, 22, y 29 de febrero; 7, 14, 21 y 28 de marzo; 4, 9, 11, 18, 25 de abril, y 2, 9, 16, 23 y 30 de mayo. Los horarios serán de 11.00 a 15.00 horas en febrero y marzo, y de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 19.00 horas en abril y mayo, con las salidas alternas cada media hora de las estaciones término.

El convoy estará normalmente arrastrado por la pequeña máquina diésel Deutz, salvo el 18 de abril, y el 9 y 23 de mayo que lo hará la locomotora de vapor número 1 Hulla. Ésta es una máquina 020 fabricada en 1903 por la alemana Orestein & Koppel para M.F.U. En Utrillas, se han cambiado los filtros de la Deutz, además de repararse algunas averías, como la bomba manual de combustible, manómetro de presión de la caja de cambios o sellado de unas pequeñas fugas de agua. En la vía de esta localidad turolense, se ha repasado el apriete de las bridas de unión entre carriles de todo el trazado, y se ha limpiado toda la línea que fue parcialmente dañada por las inundaciones de este otoño.

Otro de los ferrocarriles históricos, el Tren de Arganda, inicia temporada de primavera el domingo 1 de marzo. Las salidas tienen lugar todos los domingos a las 10.00, 11.00, 12.00 y 13.0 horas. Realiza sus viajes por un tramo de casi 4 kilómetros en la antigua línea del Tajuña entre la estación de La Poveda (Arganda del Rey) y La Laguna del Campillo (Rivas Vaciamadrid).

Los voluntarios del Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (CIFVM), que gestionan el Tren de Arganda, han estado reparando la vía después de que sufriesen, durante este otoño, dos fuertes inundaciones, que cubrió de barro y piedras esta infraestructura.

También, el Museo Vasco del Ferrocarril pondrá en marcha, a partir de Semana Santa, sus trenes entre su sede en la estación de Azpeitia y el recién remodelado apeadero de Lasao; en el horario de 12.30 y 18.00 horas los sábados, y de 12.30 horas los domingos y festivos.

Los ciclorrailes y los pequeños vehículos llamados ‘Trenpat’ del Ecorail, entidad perteneciente a la Mancomunitat Intermunicipal del Cardener, siguen realizando el recorrido de unos 7 kilómetros entre Callús y Sant Fruitós de Bages, todos los sábados, domingos y festivos. Este es un pequeño tramo de la línea de mercancías Súria-Manresa de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC), la cual no tiene actividad comercial los fines de semana.

Exhibición de vapor en Azpeitia

Impresionante demostración en el Museo del Ferrocarril de Azpeitia para celebrar sus bodas de plata. Todas las locomotoras de vapor se han puesto en circulación: las joyas históricas del ferrocarril vasco ‘Aurrera’, ‘Portugal’, ‘Zugastieta’ y ‘Euzkadi’ que, en diferentes composiciones, recorrieron los cinco kilómetros escasos que separan la estación de Azpeitia de la de Lasao. La grúa de vapor ‘Grafton’, La Espinal y el tranvía histórico U-52 de Bilbao (de la línea Hospital-San Antón) también concentraron la atención del público.

Azpeitia es de obligada visita para todos los amantes del ferrocaril y constituye un auténtico santuario, donde se rinde culto al vapor. El muestrario ferroviario -con más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores, coches y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos- se completa con conjuntos de uniformes, faroles, señales, placas de fabricación, etcétera. Durante la celebración del anivesario, el museo pone en circulación sus piezas más cotizadas: el automotor diésel-eléctrico Allan 301, de 1853 (Ferrocarriles portugueses); la locomotora de vapor ‘Portugal’, de 1913; la máquina de vapor ‘Zugastieta’, de 1888; y la gran estrella del parque, la locomotora de vapor ‘Aurrera’, de 1898, la principal estrella de las circulaciones de vapor.



Para esta solemne ocasión, el director del museo Juanjo Olaizola preparó distintas circulaciones con estas cuidadas máquinas que dan sentido a este especial museo situado en pleno valle del Urola. Una auténtica exhibición de vapor que, incluso, llevaron a circular varias composiciones acopladas (Euzkadi y Portugal en doble tracción; igual que Zugastieta y Aurrera y un tren de locomotoras para deleite de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (AZAFT) que decidió trasladar en su Tren Azul a varios de sus componentes hasta este rincón guipuzcoano. La Cofradía de la Putxera Ferroviaria de Balmaseda deleitó a los visitantes con una degustación cocinada en una docena de estos antiguos utensilios ferroviarios. Y todo bajo la atenta y elegante coordinación de Mercedes García y la desinteresada colaboración de los socios de BML (Eusko Tren Euskal Burnibidearen Museoaren lagunak).

El plato fuerte de la jornada se hizo esperar. Sobre las 14.30 se acoplaron cuatro locomororas de vapor (Euzkadi, Portugal, Zugaztieta y Aurrera) con la Alsthom (1965) que como una sola composición realizaron el recorrido de rigor para deleite de los aficionados que jalonaban el trayecto para inmortalizar el momento con sus cámaras de fotos y vídeos. Toda una exhibición y una muestra de la belleza de este tipo de maniobras que apenas se pueden ver en nuestro país.

En estas dos décadas y media, el Museo del Ferrocarril Vasco se ha convertido en uno de los mejores, y escasos, templos dedicados al ferrocarril del siglo XIX. O al menos al concepto que aún tenemos de esa época de nuestra historia: vehículos que se mueven por las vías gracias a la acción del vapor de agua. Y es ahí donde reside su riqueza y lo que le distingue de otros centros similares. !Y que siga!

25 años de vapor en Azpeitia

Azpeitia se ha convertido en un gran santuario del vapor. Desde hace 25 años se venera, como en pocos lugares, los trenes que se mueven y circulan por las vías gracias a la combustión del carbón. En estas dos décadas y media, el Museo del Feerocarril Vasco es por carta de naturaleza uno de los mejores, y escasos, templos dedicados al ferrocarril del siglo XIX. O al menos al concepto que aún tenemos de esa época de nuestra historia: vehículos que se mueven por las vías gracias a la acción del vapor de agua. Este sábado se celebra, por todo lo alto, las bodas de plata de este centro museístico que vive y siente el ferrocarril como ningún otro.

La invención de la máquina de vapor y su aplicación al mundo ferroviario no sólo modificó los hábitos de viajar, sino que también contribuyó al desarrollo industrial, económico y social en todo el mundo. El tren coadyuvó como ningún otro a la gran transformación española, pese a que el Estado reaccionó tardíamente con respecto a otros países europeos en sentar las bases para el desarrollo del ferrocarril. Fue el gran negocio del siglo XIX y el único camino para vertebrar el mercado español. En los inicios del siglo XX, había ya 18.000 kilómetros de red ferroviaria, de los cuales 5.500 eran de vía métrica.

Antes de alcanzar el tercer cuarto de siglo, las capitales vascas explotan sus trazados ferroviarios (1863 y 1864), mientras que en el último se forma una densa malla de ferrocarriles de vía métrica que permite el enlace de Bilbao con Santander y San Sebastián. También se asegura la llegada del carbón necesario para el desarrollo de la industria, gracias al trazado de La Robla y al enlace de las principales comarcas con la capital. Durante los años siguientes, se completan nuevos proyectos ferroviarios que tuvieron como escenario Guipúzcoa con la construcción de diversos ferrocarriles de vía estrecha. La capital alavesa queda unida por el raíl con tierras guipuzcoanas (Oñate) y navarras (Estella) a través del Anglo Vasco Navarro.

El siglo XX amanece con todos los valles guipuzcoanos con servicio ferroviario; salvo el del Urola. La Diputación de Gipuzkoa recoge el reto y decide completar el mapa de la provincia con las obras de un trazado entre Zumarraga y Zumaia. Inaugurado el 22 de febrero de 1926, es el último gran ferrocarril construido en Euskadi y marca el final de una etapa en la historia de las comunicaciones terrestres vascas.

Paradójicamente, en pleno apogeo del vapor, el Urola es uno de los primeros trenes de tracción eléctrica de España. En Zumarraga conecta con la estación del Ferrocarril de Norte (ancho ibérico) y con el ramal de vía estrecha de Vascongados; en Zumaia empalma con los éste último. El trazado discurre por Arrona, Iraeta, Zestoa, Lasao, Azpeitia, Loiola, Azkoitia, Olotzaga, Aizpurutxo, Agiñeta y Urretxu. Todas las estaciones, diseñadas por el arquitecto Ramón Cortazar en estilo vernáculo, son diferentes. En total 34,4 kilómetros, a los que habría que sumar otros 2,2 de un ramal hasta el puerto de Zumaia. El trayecto cuenta con 29 túneles y 20 puentes, que sortean las múltiples accidentes geográficos.

El tren del Urola atraviesa el valle homónimo, que, como el resto de vegas guipuzcoanas, está metido en un agujero, sobre todo río arriba. Como la cuenca ensancha a partir de Azpeitia, las comunicaciones son más sencillas a partir de ese punto. El ferrocarril mantenía conectada esta comarca con los pueblos de la cuenca del Urola y le daba salida y conexión con la costa a la que se desplazaban muchos vecinos, sobre todo en verano, para ir a las playas de Zumaia. Su construcción fue el resultado del tesón, la perseverancia y la decidida apuesta que hicieron los vecinos por dotar al valle de una vía de comunicación moderna, cómoda y mucho más rápida que las tradicionales. En definitiva, fue su apuesta por la modernidad y para no perder el tren del progreso económico, resumen los historiadores.

Hasta que llega su traumático cierre. El Gobierno vasco decide su clausura el 2 de febrero de 1988. El esquema operativo con el que funcionaba este pequeño ferrocarril no permitía su supervivencia económica. La causa principal de los males de la línea eran los desorbitados gastos que ésta tenía en cuanto a personal, aunque nunca se haya reconocido abiertamente. El déficit era consecuencia directa del estado ruinoso de sus instalaciones, infraestructura y parque móvil, que no permitían garantizar la seguridad de la circulación y que hacían del Urola un servicio no competitivo con otros transportes públicos e inviable desde el punto de vista económico.

El material móvil de la línea, prácticamente sin variaciones relevantes a lo largo de su historia, queda depositado en las cocheras y talleres de Azpeitia, y progresivamente se incrementa el parque con el procedente de otras líneas también cerradas. En esa época, nadie sabe a ciencia cierta cuántas máquinas y coches de valor existen en Euskadi. No hay un inventario que permita saber dónde permanecen los vehículos históricos. La tarea se encomienda a un joven y curioso historiador, especializado en la materia. Juan José Olaizola realiza una cuidada y documentada lista de los bienes patrimoniales ferroviarios y establece los mimbres de lo que a la postre será el Museo Vasco del Ferrocarril. El mismo controlaría durante dos décadas los fondos allí depositados y dirigiría la restauración del material histórico ¿Por qué se decide que Azpeitia sea el núcleo neurálgico de este proyecto? Son varias las razones. Los terrenos e instalaciones eran propiedad del Gobierno vasco; fue estación principal del ferrocarril del Urola y contaba con talleres y cocheras, oficinas generales y una subcentral de tracción eléctrica; la propia arquitectura de los edificios; y su proximidad al Santuario de Loiola, que garantiza un flujo estable de visitantes.

La primera parte del museo se abrió en 1992; dos años más tarde se empezaron a recibir los trenes, y en 1998 se inauguró el de vapor que se desplaza desde la estación de Azpeitia hasta Lasao. Los fines de semana los visitantes tienen la ocasión de montar en los coches de madera del antiguo tren del Urola, donde, remolcados por locomotoras de vapor, necesitan 20 minutos para recorrer una distancia aproximada de 5 kilómetros.

El parque del Museo Vasco del Ferrocarril dispone de una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, integrada por más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos. El centro incluye una exposición sobre la máquina herramienta, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola, que se conserva tal como fue instalado en 1925. Un antiguo motor eléctrico hacer funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados.

De todo el material móvil del museo, destaca la locomotora de vapor Espinal, construida en 1887 en Newcastle (Reino Unido) por la compañía de Robert Stephenson, hijo de George Stephenson, que ganó el concurso de 1829 que pondría en marcha los servicios de la línea de transporte de pasajeros de Liverpool a Manchester. Esta máquina es, en la actualidad, la más antigua en funcionamiento de las construidas por los Stephenson, así como la locomotora de vapor más antigua en servicio de España. A la Espinal se unen Aurrera (130-T construida en Reinmo Unido en 1898 por Nasmith Wilson para el Ferrocarril de Elgoibar a San Sebastián); Euzkadi (uno de los modelos más representativos de la vía del norte peninsular, construidas para los Ferrocarriles Vascongados por la firma alemana Krauss de Munich entre 1914 y 1921 y que acabaron en el Ponferrada-Villablino, que las retiró en 1989); Portugal (CP E205, 1230-T, fabricada por Henschel para los Caminhos de Ferro de Portugal); y ‘Zugaztieta’ (030-T de 1888 de Sharp Steward de Gran Bretaña, para el Ferrocarril de Amorebieta a Gernika). Todas ellas, auténticas joyas del vapor.

Una de las rarezas más llamativas, y casi desconocida en otras instalaciones similares, es la grúa de vapor Grafton. Apropiada para vías de ancho ibérico, fue construida en 1920 por la compañía británica Bedford para la empresa Babcock Wilcox, sita en Sestao. Es la única en su género que funciona en España. También posee la unidad eléctrica más antigua en estado de marcha, la locomotora SEFT 101, fabricada en 1925 por AEG de Berlín para el Ferrocarril de San Sebastián a la Frontera Francesa (el popular Topo).

Además de los vehículos, se pueden encontrar otras colecciones de excepcional interés, entre las que destaca la serie de relojería ferroviaria Jesús Mínguez, considerada la mejor en su género de Europa. El muestrario se completa con conjuntos de uniformes, faroles, señales, placas de fabricación, etcétera. También merece la pena conocer el antiguo taller de mantenimiento del ferrocarril del Urola, el cual constituye un verdadero museo de máquina-herramienta en funcionamiento. La antigua central eléctrica de transformación nos traslada a un escenario cuya estética recuerda a la película ‘Metrópolis’ de Fritz Lang.

El visitante alcanza realmente el cénit cuando recorre los 5 kilómetros que separan Azpeitia de Lasao a bordo de uno de los coches de época construidos en la cercana Beasain, que, normalmente, están encabezados por la ‘Aurrera’ y donde un revisor ‘pica’ el correspondiente billete. La operación del ‘cambio de agujas’, cuando la locomotora se desengancha para dar la vuelta y volver a encabezar el convoy, es seguida con una atención inusitada, como si fuera un transbordador de la NASA acoplándose a la Estación Espacial Internacional

Penachos de humo negro y blanco, olor a combustión y carbonilla penetran por las ventanas en este viaje a otra época. Y, en ese momento, recuerdas las frases leídas tantas veces siendo un simple escolar. Largas horas dedicadas al análisis sintáctico de Azorín (Castilla) y su delicada prosa sobre el tren y aquella maravillosa y erudita descripción, que el tiempo ha adormecido, aunque rememoras unas cuantas frases: Sí; tienen una profunda poesía los caminos de hierro () los silbatos agudos de las locomotoras que repercuten bajo las vastas bóvedas de cristales; el barbotar clamoroso del vapor en las calderas; el tráfago de la muchedumbre; el alejarse de un tren hacia las campiñas lejanas y calladas, hacia los mares azules (). Y, casi al alcance de la mano, el Urola sigue impasible camino de ese mar.

Azpeitia celebra este sábado su 25 aniversario por todo lo alto con siete circulaciones de vapor. Los actos de este cumpleaños se inician a las 10.30 con la entrega de premios del concurso de dibujo infantil . Poco después tendrá lugar la actuación del grupo de danzas EGAPE. A las 11.00 horas comienza este particular homenaje al vapor. La locomotora Euzkadi, construida en 1920, protagonizará el primer recorrido hasta la estación de Lasao. Después (12.00 horas) le seguirán la locomotora Zugastieta (construida en 1888), la Portugal (construida en 1913) y Euzkadi (a las 13.00 horas). Posteriormente se ha organizado una degustación de Euskal Sagardoa (14.00 horas) y putxera ferroviaria (14.30). A las 16.30 se reanudan los viajes en vapor con el tren diesel de Alsthom (1965), y una hora después con la joya museística Aurrera (1898). A las 18.30 se cierran las circulaciones de vapor entre Azpeitia y Lasao con la locomotora Euzkadi. Un gran acontecimiento que merece la pena.

Cita en Azpeitia de los Ferrocarriles Históricos

Este sábado tendrá lugar la cuarta Asamblea General Ordinaria de la Agrupación de los Ferrocarriles Históricos Españoles en el Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia, que se completará con varios talleres sobre el desarrollo y aplicación de las normas de referencia, y las propuestas a las distintas comunidades autónomas sobre la regulación de estos temas, así como visita al museo y viajes en los trenes que preserva. La asamblea comenzará estudiando temas ordinarios como la aprobación del acta anterior, del informe de tesorería o del ingreso de nuevos socios como Ecorail de Cardener o la Asociación para la Reconstrucción de Material Ferroviario (ARMF).

Después se analizará los informes de las actividades que se realizan en la Federación Europea de Ferrocarriles Turísticos y Museos Ferroviarios (Fedecrail) y la situación actual de las Normas de Referencia Técnicas y de Seguridad para la Explotación de Ferrocarriles Históricos y para la Construcción y Explotación de Ciclo-Dresinas. También se presentarán programa de actividades para 2019-1920, como el proceso de implantación de estas normas de referencia en los ferrocarriles actualmente operativos o los contactos en los parlamentos autonómicos para la creación de los organismos reguladores correspondientes, según lo indica la Proposición No de Ley (PNL), aprobada por unanimidad el 18 de diciembre pasado en la Comisión de Fomento del Congreso en forma de Enmienda Transaccional. Actualmente, esta Agrupación está realizando una campaña para que esta PNL sea ejecutada por distintas comunidades autónomas, que ha comenzado con la aprobación de varias proposiciones en diversas comunidades y ayuntamientos.

La jornada se completará con una visita a las colecciones del museo y un viaje por su ferrocarril histórico entre su sede, en la estación de Azpeitia, y el apeadero de Lasao. Se trata de un pequeño recorrido de cinco kilómetros de la antigua línea, cerrada en 1986, en el que se puede disfrutar de un relajado viaje, enmarcado en los frondosos bosques cantábricos. En sus instalaciones es posible observar una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, con vehículos de todo tipo como locomotoras de vapor, diésel y eléctricas, automotores y diversas clases de vagones. Ofrece asimismo uno de los más completos conjuntos de máquina-herramienta de Euskadi, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril de Urola, y cuenta con las muestras de los uniformes utilizados en el ferrocarril desde finales del siglo XIX y de una de las mejores colecciones de relojería ferroviaria del mundo.

AFCHE nace en 2015 por la unión de varias entidades explotadoras o con proyectos de ferrocarriles históricos; museos ferroviarios existentes o propuestas para su creación, y empresas o personas que prestan apoyo a los anteriores con el objeto de desarrollar una Normativa Técnica de Seguridad, promover la creación de la legislación necesaria y la base jurídica para la correcta implantación de dichos reglamentos, y construir una estructura formativa de aplicación común. Para dar mayor solidez jurídica a estas Normativa Técnica de Seguridad, es necesaria promulgación de esta Ley ‘marco’ que regule los Ferrocarriles Históricos.

Vapor de nuevo en Azpeitia

El Museo Vasco del Ferrocarril pondrá en circulación diez trenes de vapor durante la Semana Santa, a partir del día 18 de abril, e inicia la temporada 2019 que se extenderá hasta el puente de Todos los Santos, el 3 de noviembre. Durante estas fechas se establecen circulaciones especiales de mañana y tarde todos los días de la Semana Santa, incluido el lunes de Pascua. Con posterioridad, se ofrecerán servicios regulares de trenes de vapor todos los sábados, domingos y festivos, salvo los lunes.

Los trenes de vapor que circularán lo harán con salidas desde el museo a las 12.00 y las 17.00 horas. Como siempre, serán remolcados por históricas locomotoras de vapor, como la Aurrera, que prestó servicio durante 62 años, hasta su retirada en 1960. Tras ella, circularán coches históricos como los C-2 y C-4, construidos por CAF en Beasain en 1925 para el Ferrocarril del Urola, o el TC-52, fabricado también por la firma guipuzcoana en 1944 para los Ferrocarriles Vascongados.

En sus instalaciones es posible observar una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, con vehículos de todo tipo como locomotoras de vapor, diésel y eléctricas, automotores y diversas clases de vagones. Ofrece asimismo uno de los más completos conjuntos de máquina-herramienta de Euskadi, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril de Urola, y cuenta con las muestras de los uniformes utilizados en el ferrocarril desde finales del siglo XIX y de una de las mejores colecciones de relojería ferroviaria del mundo.

De todo el material móvil del museo, destaca la locomotora de vapor ‘Espinal’, construida en 1887 en Newcastle (Reino Unido) por la compañía de Robert Stephenson, hijo de George Stephenson, que ganó el concurso de 1829 que pondría en marcha los servicios de la línea de transporte de pasajeros de Liverpool a Manchester. Esta máquina es, en la actualidad, la más antigua en funcionamiento de las construidas por los Stephenson, así como la locomotora de vapor más antigua en servicio de España. A la ‘Espinal’ se unen ‘Aurrera’ (130-T construida en Reino Unido en 1898 por Nasmith & Wilson para el Ferrocarril de Elgoibar a San Sebastián); ‘Euzkadi’ (uno de los modelos más representativos de la vía del norte peninsular, construidas para los Ferrocarriles Vascongados por la firma alemana Krauss de Munich entre 1914 y 1921 y que acabaron en el Ponferrada-Villablino, que las retiró en 1989); ‘Portugal’ (CP E205, 1230-T, fabricada por Henschel para los Caminhos de Ferro de Portugal); y ‘Zugaztieta’ (030-T de 1888 de Sharp Steward and Co de Gran Bretaña, para el Ferrocarril de Amorebieta a Gernika). Todas ellas, auténticas joyas del vapor.

Las antiguas dependencias de la línea del Urola en Azpeitia se adaptan a las necesidades museísticas, que colecciona y restaura una importante colección de vehículos históricos, que ahora se ponen en circulación, con la inestimable ayuda de los Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril (BML).

Nueva temporada de Ferrocarriles Históricos

La Agrupación de los Ferrocarriles Históricos Españoles (AFCHE) inicia en breve la temporada de 2019 con las circulaciones habituales. En los próximos días harán sus presentaciones oficiales de cara a esta nueva etapa en la que se confía en que se consoliden los proyectos que persigue esta asociación formada en 2015, y que nació de la mano de varias entidades explotadoras o con proyectos de ferrocarriles históricos; museos ferroviarios existentes o propuestas para su creación, y empresas o personas que prestan apoyo a los anteriores

El ferrocarril histórico define a los proyectos de explotación ferroviaria sobre infraestructuras desligadas de la RFIG, y operadas con material preferentemente histórico, en combinación con las diversas modalidades de ciclodresinas o pequeños automotores de autoconstrucción, con finalidad turística, de recreación de la operación ferroviaria histórica, movidas de manera preferencias por asociaciones de voluntarios.

Son modelos de recuperación de material móvil y trazados que atraen cada años a miles de personas a bordo de los trenes, viajeros que abonan sus billetes (ingresos que financian los proyectos) y viajeros que hacen un gasto en el territorio en hostelería (alojamiento y restauración) y otros proyectos de ocio. Son planteamientos que recuperan espacios degradados, tanto de trazados como de estaciones, y los convierten en vectores de desarrollo, con unas expectativas de impacto global exponencialmente más alto que otros planes en otras zonas. Esto obedece que los ferrocarriles históricos suelen desenvolverse habitualmente en zonas rurales con procesos de regresión económica y abandono demográfico, por lo cual, proyectos de este tipo, por pequeña que fuera su dimensión, tienen un efecto destacado.

El 2 de marzo, comienza la temporada el Tren Minero de Utrillas, una iniciativa del Ayuntamiento de Utrillas y de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (AZAFT), en un ampliado recorrido de 3.200 metros en el Parque Temático de la Minería y del Ferrocarril de esta localidad turolense. Como novedad para este año, sus convoyes van a circular todos los sábados cambiando la tracción entre la locomotora de vapor ‘Hulla’ y el motor de maniobras diésel Deutz. Los meses de marzo y abril y, a partir de mayo, los días y horas de circulación de estos trenes mineros serán el 2, 9, 16, 23 y 30 de marzo, y el 6, 13, 20 y 27 de abril, de 11:00 a 15:00 h. El 4, 11, 18 y 25 de mayo lo harán de 11.00 a 14.00 horas, por la mañana, y de 17.00 a 19.00, por la tarde.

También el sábado 2 de marzo, el Museo del Ferrocarril del Asturias comienza sus tradicionales Jornadas de Vapor en las que sus locomotoras de vapor y diésel arrastran varios antiguos coches de viajeros por sus vías internas. La próxima jornada se celebrará el 20 de abril, en plena Semana Santa.

Al día siguiente, el 3 de marzo será el inicio de las circulaciones del Tren de Arganda del Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid, arrastrado por las centenarias locomotoras de vapor Arganda o Áliva, las dos recién restauradas. En esta temporada, este convoy realizará un recorrido de 4 kilómetros todos los domingos hasta el 26 de mayo a las 11.00, 12.00 y 13.00 horas. Los miércoles de primavera y otoño, también salen a la vía estos trenes para enseñar a los escolares, asociaciones y grupos cómo se viajaba en este medio de transporte hace un siglo.

El 10 de marzo, también comienzan a circular los ciclo-railes y los vehículos a motor ligero, llamados ‘Trenpat’, del Ecorail de la Mancomunidad del Cardener por un tramo de la línea de mercancías Súria-Manresa de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) con novedades y una oferta mejorada, como las nuevas bicicletas eléctricas o varios paquetes turísticos con visitas guiadas o menús en restaurantes de la zona.

Por su parte, el estreno de la temporada de trenes históricos del Museo Vasco del Ferrocarril de Euskotren será el 18 de abril (Jueves Santo), estableciéndose circulaciones especiales de mañana y tarde todos los días la Semana Santa, incluido el lunes de Pascua. Con posterioridad, se ofrecerán servicios regulares de trenes de vapor todos los sábados, domingos y festivos, salvo los lunes.

Todavía no sse conoce si el ‘Petit tren de les mines’ podrá comenzar a circular esta temporada por el antiguo trazado ferroviario minero de la Mina Nova de Coll de Pradell en el término municipal de Vallcebre (Barcelona), ya que ha sufrido varios desprendimientos después de los temporales de nieve de este y el anterior invierno. Deseamos que podamos ver circular pronto a este pequeño tren.