Un equipo de científicos e ingenieros británicos y españoles trabaja en el desarrollo de una serie de materiales de avanzada composición para que los trenes y coches del metro sean capaces de reducir el impacto mortal en caso de atentados terroristas. La idea se desarrolló en respuesta al atentado contra los trenes de Cercanías de Madrid del 11 de marzo de 2004, que provocaron la muerte de 191 personas y heridas a 1.858, y los ataques del 7 de julio de 2005 en el metro de Londres, que terminó con la muerte de 56 personas, incluidos los cuatro suicidas. Los expertos de la Universidad de Newcastle (norte de Inglaterra) lograron diseñar los prototipos tras analizar la devastación y muerte provocada por bombas y explosivos en la carrocería metálica de los vehículos ferroviarios.
El proyecto, que responde al nombre de Securemetro, consiste en comprobar la respuesta del material movil y su estructura ante ataques terroristas, bombas e incendios, para incrementar su seguridad y reducir los daños a los viajeros. Entre las empresas que participan en el proyecto está la RATP, responsable de los transportes de París, y Bombardier, además de las españolas Sunsundegui/Suncove y Metro de Madrid, junto con la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Metro de Madrid ha enviado a Inglaterra varios coches fuera de servicio de la desaparecida serie 5000 1ª, con objeto de experimentar con ellos.
El grupo, encabezado por el ingeniero Conor O’Neill, ideó coches y vehículos que pueden reducir la propagación de esquirlas y hierros retorcidos, como también contener las ondas explosivas de una bomba. Su equipo estudió los efectos de los atentados de Madrid en 2004 y los del 7 de julio en Londres. También filmaron una explosión en un vagón decomisado, y analizaron qué ocurría en los segundos posteriores a la detonación de una bomba.
Los ingenieros descubrieron que una capa plástica de bajo costo en los vidrios previene que éstos estallen y hieran o provoquen la muerte de pasajeros en caso de explosiones, y destacaron que paneles livianos que absorben energía podrían ser cruciales para reducir el impacto de la onda explosiva. Los resultados se utilizaron para el diseño de un prototipo de vehículo realizado por Sunsundegui con mayor resistencia a explosiones, cuyas pruebas se llevaron en Burgos este pasado otoño. Este diseño incluye la inmovilización de componentes tales como paneles de techo con cable de retención, la aplicación de recubrimientos de plástico en las ventanas y la sustitución de estructuras más pesadas por otras más ligeras con mayor capacidad de absorción de la energía. El Consorcio trasladará las conclusiones y recomendaciones a la Comisión Europea en junio de este año, realizando también una presentación del proyecto Securemetro en España.
«Los atentados de Madrid y Londres revelaron cuán vulnerables son nuestros trenes bajo ataques, particularmente en coches del metro repletos de gente o en trenes a hora de máxima», declaró O’Neill. «En épocas en las que tenemos que ser realistas, reemplazar todos los vehículos no es una opción. Por ello hemos desarrollado una serie de nuevas tecnologías y materiales de avanzada para que sean incorporados a los vagones ya existentes, mejorando su rendimiento en caso de un atentado», explicó.