Como una ‘maceta’ más, a la intemperie. Curiosa elección la del Museo de la Ciencia y Teconología de La Coruña para dar entrada a su muestrario. A simple vista podía parecer un camión, como una dresina, pero en detalle, es algo más que eso. Este vehículo de gran tamaño instalado en la plaza que da acceso al Muncyt fue utilizada en la azucarera ‘San Isidro’, en la vega de Granada, para el movimiento de vagones y pretende ser un anticipo de lo que el visitante podrá encontrar en el interior del edificio. Mezcla de tractor, camión y tren, esta ‘Quimera Ferroviaria’, este híbrido tuvo su protagonismo en las fábricas granadinas, donde se trabaja la remolacha y la extracción de azúcar.
La aparición del ferrocarril y la apertura de las carreteras que enlazaban Granada con el resto de Andalucía y España provocaron la ocupación del territorio industrial, coincidente con la revolución azucarera de la vega de Granada y la instalación de los primeros ingenios. Tres núcleos industriales se distinguieron fundamentalmente: alrededor de la estación de Andaluces, con empresas de fabricación de losetas hidráulicas, productos alimenticios, tejidos y maderas; otro, en torno a las carreteras de Jaén y Córdoba, con el más importante conjunto de producción de cerámica y alfarería, y un tercero en las inmediaciones de la carretera de Málaga, con los centros de transformación de remolacha.
El gran desarrollo que tuvo la industria en las costas de Andalucía a partir de mediados del siglo XIX se debió en gran parte al coruñés Ramón de la Sagra. En 1845 fue pionero en la introducción de las máquinas de vapor y de nuevos sistemas de fabricación en las empresas azucareras; siguiendo su impulso se crearon veinte nuevas fábricas en treinta años. El conjunto de la Azucarera San Isidro fue levantado en 1901 por Modesto Cendoya y ampliado hacia 1920, según proyecto de Felipe Giménez Lacal.
El término quimera, que se ha utilizado para dar nombre a este vehículo que preside la plaza que da acceso al museo, hace referencia a un animal fantástico, surgido de una creación integrada por partes de diferentes animales que enfatiza las diferencias entre ellos.
En su origen fue un camión de cadenas que para su transformación en tractor de maniobras en 1915 tuvo que ser adaptado. Se colocaron unas ruedas metálicas con pestañas, unos topes para amortiguar los golpes, se eliminó la dirección y el asiento, además de añadírsele un depósito de agua para el sistema de refrigeración; lo que provocó un aumento del peso del vehículo y la capacidad de tracción. Estas modificaciones otorgan a esta quimera, un aspecto similar a las dresinas utilizadas en el mantenimiento de infraestructuras ferroviarias.
El museo hace un recorrido por la ciencia y la tecnología de España desde los tiempos remotos hasta la actualidad. En su colección se pueden observar más de 300 piezas, distribuidas en 6.600 metros cuadrados, que ofrecen un viaje en el tiempo a través del progreso de estas dos disciplinas.
Una lástima que un vehículo de tan alto valor histórico y técnico se exponga a la intemperie
Hay quien sigue creyendo que exponerlo al público, sea como sea, y más como ‘maceta’, es una magnífica opción. Craso error
Considero un acierto el exponerla, y visto el detalle con que cuidan las cosas en MUNCYT, estoy segura de que el mantenimiento será perfecto. ¡Ya era hora de que se potenciara la tecnología!
Me alegra ver este vehículo procedente de la fábrica «San Isidro»… Mi abuelo trabajó allí durante muchos años como ingeniero industrial