Paradojas de la alta velocidad. Valencia vive momentos de éxtasis pensando en la clientela que se le viene encima a partir de la puesta en marcha del AVE, mientras el tren tradicional de Levante languidece sin remedio. Sin ir más lejos, los pueblos de La Ribera se quedan más lejos de Valencia que el AVE de Madrid. La distancia en kilómetros se multiplica por cinco para llegar a la capital de España. Pero los vecinos de esta zona valenciana se encuentran más alejados, según la ley de la alta velocidad. Contradicciones de un sistema que para nada ayuda a cultivar el amor por el tren; sino todo lo contrario
El AVE llega a Valencia y los proyectos para revalorizar el tren comarcal se abandonan en algún cajón o se mueren sin más. E Metro Ribera, que permitiría modernizar la Línea 1 y rebajar los tiempos de viaje entre las estaciones de FGV en la comarca y la ciudad de Valencia, parecen haber pasado a mejor vida ¿Será por la crisis?
Lo contaba gráficamente el otro día el periódico ‘ Levante’. “A partir del día 18, a un estudiante universitario de Villanueva de Castellón o de Alberic, por ejemplo, le costará más tiempo llegar a la Universidad Politécnica de Valencia (101 minutos) que a cualquier hombre de negocios plantarse en la puerta de Atocha con el AVE (95 minutos)”.
“El ‘trenet’ que parte de la estación de Villanueva de Castellón tarda justo 1.41 horas en llegar a la Universidad Politécnica de Valencia. Si lo hace desde Alberic, el tiempo baja a 1.37 horas, más aún que 1.35 horas que se anuncia para el AVE Valencia-Madrid. Y si la estación de salida es l’Alcúdia, el recorrido concluirá 1.27 horas después. Desde Carlet, a poco más de 40 kilómetros de distancia, el tiempo de espera es de 1.20 horas. Desplazarse por ejemplo a la parada del Instituto Valenciano de Oncología (IVO) cuesta 1.15 horas desde Villanueva de Castellón; al centro de la ciudad más de 1 hora o al estadio de Mestalla, 1.30 horas entre transbordos y tiempos de espera, igual que al aeropuerto de Manises. También cuesta más de 1.30 horas desplazarse en tren hasta el paseo marítimo; 1.47 horas, diez minutos más que lo que costará llegar a Atocha de Madrid y casi el mismo tiempo que se empleará en caminar hasta el Museo de Prado o la plaza de Cibeles. Además, a Madrid se llegará directo mientras el estudiante de Villanueva de Castellón o de Alberic tendrá que realizar transbordos en la 1.45 horas que emplea para llegar a su destino. En este caso ha de subirse a un vagón de la línea 1 (Vva. de Castellón-Seminari CEU) y en una 1.10 horas llegar a la estación de Ángel Guimerá. Allí deben esperar unos siete minutos hasta que llegue un tren de la línea 3”.
Y el ejemplo sirve para otras localidades de esta España de la alta velocidad. En cuanto se inaugure el trayecto hacia Valencia, España pasará a ser el país europeo con más kilómetros de alta velocidad. Y, sin embargo, cada año se cierran nuevas líneas del tren convencional. Algo que no se entiende en un país que asegura apostar por el ferrocarril. Y el futuro tampoco parece nada halagüeño según advierten los amantes de los trenes que ven los nuevos tiempos con mucha preocupación. Viva el tren aunque sea el de toda la vida.
(Imagen Arqueología Industrial







La verdad es que me preocupa mucho lo que va a pasar con el tren convencional, «el de toda la vida». Últimamente estamos todos locos con el tren de alta velocidad y nos olvidamos de las líneas de cercanías y otros servicios, como mínimo, igual de útiles y necesarios para la sociedad que el AVE.
Un caso es el de Valencia que comentas en tu blog. Yo comento el de Galicia y lo centro un poco más en Vigo, mi ciudad. Desde hace años estamos llorando por la alta velocidad. Bueno será que llegue, cuando llegue, y el progreso que traerá. Pero mucho me temo que otros medios también traerían progreso.
El llamado Eje Atlántico de Alva Velocidad se está construyendo sobre la línea Vigo-A Coruña. De lado se deja una insfraestructura convencional inservible. Cuando se termine subirán los precios, de hecho ya lo están haciendo, y el servicio de «cercanías» o transporte regional se verá sustituido por otro más elitista y menos propio de la gente que hasta ahora utilizaba este servicio (estudiantes sobre todo). ¿Por que en vez de sumar, restamos? ¿Por que no se promueve una red de cercanías entre Vigo y Pontevedra con frecuencias, abonos y demás? ¿Y entre Vilagarcía y Santiago?…
La ceguera provocada por los fastos del nuevo tren también provoca alguna que otra decisión que no se entiende. Dentro de poco se va a presentar el proyecto de la nueva estación de Vigo y, por lo que se lee en la prensa, a mí me quedan muchas dudas.
¿Vamos a tener una estación de tren o va a ser un centro comercial con unas vías? Porque por lo que se ve prima más la parte comercial del edificio que el servicio al viajero. Tanto es así que esta estación no será, por lo que leo, intermodal; algo que se contemplaba en un principio. Y eso que Vigo necesita una estación de autobús céntrica (la actual queda muy apartada). Además, ¿no es eso lo mejor para una estación de alta velocidad que dará servicio a toda la ciudad y su área? ¿Por que en A Coruña y Santiago la estación sí será intermodal?
Por otro lado esta será la estación del AVE y de la línea que vaya a Santiago y de ahí a Madrid. ¿Que pasa con el transporte ferroviario por la orilla del Miño, el que va a Ourense y ayuntamientos del área de Vigo? Sitios con los que sería fácil establecer una red de cercanías. Por lo que se ve, los trenes hacia allá saldrán de la actual estación de mercancías (Guixar), en la que se está haciendo una nueva estación. Entonces, ¿dónde queda la conexión entre las dos estaciones? Si yo voy desde O Porriño (al sur) a coger el tren a Coruña… ¿me bajo en la estación de Guixar, subo andando a la nueva estación? ¿Cómo?
Me parece que en esto estamos siendo un poco paletos y nos dejamos cegar por el ave. Que, repito, no voy a negar sus bondades y sus necesidades. Pero como amante, y algo conocedor, del tren, digo que las cercanías también generan riqueza y son muy importantes.
Muchas gracias y enhorabuena por la página.
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