La política es, en ocasiones, demoledora para el futuro del ferrocarril. La prueba la tenemos en nuestros vecinos del Oeste que se enfrentarán en breve a unas elecciones legislativas que paralizan cualquier planteamiento sobre el tren de alta velocidad y retrasan los planes que estaban inicilamente programados. Según se admitió ayer, el Gobierno socialista de Portugal ha decidido que no debe tomar decisiones sobre los contratos del proyecto con España hasta después de las elecciones generales previstas este año, como pedía la oposición de centro-derecha.
El ministro luso de Obras Públicas, Mario Lino, que el lunes había defendido el carácter «prioritario» de ese proyecto para Portugal, ha matizado que la decisión final sobre la adjudicación del proyecto no podrá producirse antes de octubre, cuando comience la nueva legislatura. Las declaraciones de Lino se produjeron pocas horas después de que la presidenta del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha), Manuela Ferreira Leite, advirtiera al Gobierno socialista de que no tome decisiones sobre el tren de alta velocidad antes de las elecciones generales.
La medida ahora hecha pública por el Ejecutivo ha sido defendida, e incluso aplaudida, por el presidente, Aníbal Cavaco Silva, quien consideró «sensato» aplazar la decisión final del proyecto de tren de alta velocidad entre Portugal y España. «Vi hoy en los diarios que las decisiones finales pueden ser aplazadas. Mi primera reacción, a pesar de no disponer de toda la información, es que quizá sería un camino sensato», declaró el jefe del Estado luso.
El tren de alta velocidad que unirá Lisboa con Vigo -vía Oporto- y Madrid ha sido defendido como un proyecto «prioritario» para el país por el Gobierno socialista de José Sócrates, que tiene mayoría absoluta en el Parlamento de Portugal desde 2005. Pero el proyecto, que debe estar concluido en 2013 y tiene un presupuesto de unos 7.700 millones de euros, a los que se suman más de mil millones en obras conexas, ha sido muy criticado por el principal partido de oposición, el Social Demócrata (PSD, centro-derecha), que lideró en el pasado Cavaco. «En los tiempos económicos, financieros y políticos que vivimos, debemos ser muy cuidadosos y ponderados en todas las decisiones que tengan influencia muy fuerte en el futuro del país», señaló el presidente.
El ministro Lino, sin hacer referencia a los argumentos de la oposición, sostuvo que la «evolución normal de las cosas lleva a que sólo en la próxima legislatura haya condiciones, nunca antes» para firmar el principal contrato de la obra. Se trata de la construcción de las infraestructuras entre las afueras de Lisboa y la frontera con Extremadura, por cuya adjudicación compiten dos consorcios, ambos con participación de compañías españolas (ACS, Dragados y Sacyr Vallehermoso) asociadas a empresas lusas (Brisa, Soares da Costa y Mota-Engil).
Lino puso en duda que Portugal abandone el proyecto aunque el PSD ganara las elecciones y recordó que no sólo España sino Francia, Estados Unidos o Brasil han avanzado ya con planes de ferrocarril de alta velocidad y que Portugal precisa de esas conexiones por ser uno de los países más periféricos de Europa.
Pero Ferreira Leite considera que el costo del proyecto, cercano a los 9.000 millones de euros, es «extremadamente gravoso» para las generaciones futuras y, dada la crisis actual lo más conveniente para el país es «retrasarlo», aún a riesgo de perder las subvenciones europeas, de 1.400 millones de euros.
La dirigente conservadora señaló que éste será un buen tema para que se pronuncien los electores portugueses, quienes en las votaciones europeas del pasado día 7 dieron la victoria a su partido por un 31,6 por ciento de los sufragios frente al 26,6 logrado por
«En los tiempos económicos, financieros y políticos que vivimos, debemos ser muy cuidadosos y ponderados en todas las decisiones que tengan influencia muy fuerte en el futuro del país», señaló el presidente.
(Fuente El Norte de Castilla)





