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Electrocutado mientras se hacía selfies

Un joven de 17 años que se hacía fotos con un amigo sobre un tren en una estación del distrito madrileño de Vicálvaro ha sido trasladado con pronóstico grave al hospital tras electrocutarse y caerse desde un vagón cisterna, de una altura de cuatro metros, según informa Emergencias 112. Los hechos tuvieron lugar este miércoles sobre las 12.30 en la estación de clasificación de Renfe en Vicálvaro, muy cerca al municipio de Coslada.

Según los primeros datos recabados por la Policía, dos jóvenes realizaban fotos alrededor de los vehículos ferroviarios de esta zona. La víctima se encaramó a uno de los vagones cisterna y rozó la catenaria con su cabeza, lo que le produjo una fuerte descarga eléctrica. El menor cayó desde una altura de unos cuatro metros entre otros dos vagones estacionados, en una zona de difícil acceso. Al parecer, la descarga le produjo una fuerte quemadura en la pierna izquierda. Los bomberos de la Comunidad de Madrid, con la ayuda de la Policía Local de Costada, intervinieron en las operaciones de rescate, que resultaron bastante dificultosas.

Pese a lo aparatoso del accidente, el joven estaba consciente y orientado, según relatan las mismas fuentes. No paraba de decir que tenía muchos dolores y que se encontraba muy mal. Los efectivos del Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (Summa) que se desplazaron hasta el lugar estabilizaron a la víctima en el lugar del accidente. Tras ser sedado, fue trasladado al Hospital La Paz, donde fue atendido de las graves quemaduras que le produjo la descarga eléctrica; su pronóstico es grave. No se descarta que el herido pueda tener algún órgano interno afectado por la electrocución o por la caída, lo que se sabrá en unas horas.

El joven que acompañaba al menor accidentado resultó ileso. Los agentes de la Policía local de Coslada le tomaron declaración para averiguar lo que le había pasado a su compañero de aventuras. Durante el interrogatorio explicó que accedieron a esa zona de la estación para realizar selfies con sus teléfonos móviles sobre los vehículos ferroviarios. Al acceder al techo del vagón, se produjo el accidente, al no ser conscientes de que la catenaria recibía tensión eléctrica. Un accidente que, por desgracia, no resulta tan infrecuente como puediera parecer.

(Imagen Emergencias Madrid)

Coches del ferrocarril como restaurantes

La crisis ha bloqueado la restauración de vehículos ferroviarios. No hay dinero. Sin embargo, en estos años se han producido iniciativas empresariales que han salvado del desguace los coches que en otro tiempo trasladaban a los viajeros de un lugar a otro. Durante un tiempo, también se puso de moda la restauración de viejos vagones de mercancías y su adaptación como casa de campo. También hay quien ‘colecciona’ algún coche de los antiguos ferrocarriles, aunque es un gusto caro y con poca salida. Bastantes dificultades hay para conservar algunas piezas históricas del pasado.

Dentro de las iniciativas empresariales destaca la de restaurar estos vehículos para acondicionarlos como restaurantes. Al Vagón de Beni (Hoyo de Manzanares-Madrid) y El vagón (Miranda de Ebro-Burgos) se unen el coche restaurante del Museo del Ferrocarril (R12-12954), uno de los vehículos de la antigua CIWL, y el segoviano La Postal y el murciano El Patio IV. Es muy probable que haya más. De hecho, hace unos años cerca de Madrid había un coche del Talgo III a la orilla de la carretera que servía a los automovilistas que allí paraban. Hoy os cuento la situación de estos que aquí os planteo.

El Restaurante La Postal situado en Segovia ofrece unas vistas privilegiadas de la ciudad medieval mientras se disfruta de un menú castellano desde un vagón de los años 50 que ha sido bautizado como Antonio Machado. Se trata de un vagón, bautizado con el nombre del escritor muy vinculado a la ciudad de Segovia ya que fueron innumerables los viajes que el escritor realizó en tren para ver a su amada Pilar Valderrama a Madrid. Se considera que este tren fue lugar de inspiración y el lugar escogido para escribir parte de su obra. Desde el restaurante se puede disfrutar de unas vistas excepcionales del Alcázar de Segovia.

El vagón, que pesa 60 toneladas y mide 22 metros de largo, ha sido habilitado como un comedor con capacidad para 54 comensales. Cuenta también con un pequeño jardín, zona de juegos infantil y una terraza cubierta donde se pueden celebrar actividades al aire libre. El tren viene de Granada y las vías de Alicante. Cuenta además con un restaurante anexo con comedor principal con chimenea con capacidad para 220 personas. El restaurante también ofrece talleres de cocina y ‘showcooking’. Sus actividades se completan con paquetes de enogastronomía, turismo activo y turismo cultural por la zona.

En el 1987 Benito Celestino, propietario del restaurante de Hoyo de Manzanares, tuvo la idea de reformar un antiguo vagón de tren, para rememorar los antiguos coches-restaurantes de Wagon Lits en donde se mezclaban el lujo, el placer de viajar y la comida. La idea surgió de combinar sus dos grandes pasiones: la restauración por parte de la familia de su mujer y los vagones de tren, a los que han estado ligados sus hermanos durante años. En 1989 adquirió el primer vagón de tren, «El Vagón Grande”. Un vagón de madera de 1931, que compró en los desguaces de Renfe. Pasados un sinfín de problemas, propios de una tarea tan ardua como es el traslado de un vagón de 35.000 kilogramos hasta Hoyo de Manzanares, comenzó un proceso de años de duro trabajo, en los que compaginó su trabajo como litógrafo con el de restaurador.

Siempre cuenta Benito que el vagón se hizo en sus pocos ratos libres, por eso en un principio se pensó en llamar “La estación de los Ratos” como así lo demuestran las locomotoras serigrafiadas en los cristales interiores del vagón. Después de este largo proceso, en 1994 da comienzo la andadura del vagón como restaurante, consolidándose como una referencia indiscutible en la sierra madrileña.

Pero Benito, hombre incansable, siempre apoyado por su mujer, María del Carmen, no deja aquí su proyecto y se decide a adquirir años más tarde un nuevo vagón de tren, en esta ocasión de vía estrecha, que data del año 1890, procedente de una finca en Majadahonda y en el que viajó Alfonso XII durante una visita a Cataluña, “El Vagón Pequeño”. También remodela la terraza anexa al vagón, para conseguir un ambiente más ferroviario si cabe, e intentar trasladar a sus clientes a una estación escondida en la sierra de Madrid.

«Todo este marco quiere propiciar que las sensaciones que experimenten sean placenteras y que los platos que realizamos, escogiendo con mimo las mejores materias primas y preparándolas con su buen saber hacer por nuestro equipo de cocina, hagan de su estancia con nosotros un viaje distinto, divertido y especial. Esperamos que disfruten del placer de viajar en nuestro pequeño Orient Express!!», dicen en su publicidad.

Miranda está intrínsencamente unida al ferrocarril, que dio a la ciudad hace 150 años carácter e identidad. No es de extrañar, por tanto, que se rinda tributo al tren y que una emblemática cadena hostelera haya tenido la idea de instalar frente a su edificio un coche ferroviario. Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña adquirió en 1994 dos unidades de ancho métrico procedentes del ferrocarril suizo Appenzeller Bahn, con el fin de poder superar una importante punta de tráfico entre tanto se recibían trenes de nueva construcción. Conocidos originalmente como ABe 4/4 44 por FGC para su línea Catalans (actual línea Llobregat-Anoia) cubrieron servicio entre Igualada y Martorell de 1995 a 1999. Sus remolques con cabina conformaron la serie 8200; uno fue matriculado como 8201 y el otro como 8202.

Uno de esto automotores suizos de Appenzeller Bahn se reconvierte en 2013 en un restaurante de cuatro tenedores. Bautizado como ‘El Vagón’, funciona bajo la supervisión del equipo de cocina del vitoriano Zaldiaran, con una estrella Michelín en su haber. El reputado cocinero Mikel Castañares, elegido en su día como el mejor de Euskadi, se unió a la plantilla para «ofrecer esa cocina tradicional, de calidad y de producto que caracteriza a los chefs del norte». El coleccionista que los compró en su día, tras su retirada del servicio, terminó por desguazar todos los vehículos suizos de FGC, salvo el remolque con cabina 8201, por tanto, este es el que se encuentra en Miranda. En Suiza, su matrícula fue Dzt65.

El Museo del Ferrocarril de Madrid, ubicado en la antigua estación de Delicias, alberga desde septiembre de 2016 un servicio de restauración dentro de uno de los antiguos coches expuestos en la nave central. El coche R12-12954, junto a otros tres de la misma serie, llegó a España en 1964 y prestó servicio como restaurante en los expresos nocturnos de Madrid a Vigo, La Coruña, Hendaya y Cerbere. Construido por la Compagnie Internationale des Wagons-Lits, el R12-12954 pasó a formar parte del inventario del Museo del Ferrocarril de Madrid en 1999. Había dejado de circular en 1983; Renfe lo adquirió cinco años más tarde para que formara parte de algunos de los trenes especiales de aquella época.

Este coche, matriculado como R12-12954,se construye en 1926 en los talleres de Leeds Forge Company (Leeds, Inglaterra) como un coche salón de primera clase. Prestó servicio en varios ferrocarriles europeos hasta 1939. Ese año se incorporó al ‘Flèche d’Or’, el tren de gran lujo que circulaba entre París y Calais. Con la Guerra Mundial, estos servicios quedaron suspendidos. Se reanudaron en 1946, pero sin el esplendor de las décadas anteriores a la contienda mundial.

El restaurante El Patio IV ( para muchos conocido como Los Vagones) se encuentra en Los Alcázares (Murcia), especializado en arroces a la leña, delirio de muchos de los comensales que hasta allí se acercan. Tienen una barra donde tapear o comer rápido para los que llevan la agenda ajetreada, un pequeño salón muy luminoso que da una terraza y unos vagones de mercancías antiguos, que se rehabilitaron y se convirtieron en un pequeño salón, siendo una zona más íntima, para comer o cenar en pareja, familia o amigos. Son antiguos vehículos de los años 50 recuperados y restaurados para la ocasión.

¿Conoces alguno más?

El tren de Spielberg en Area 51


El creador de la serie ‘Lost’, J.J. Abrams, se ha asociado con Steven Spielberg para realizar la película de ciencia ficción ‘Super 8’, que llegará a la cartelera el año que viene. El primer trailer de esa producción muestra cómo un camión choca con un tren de mercancías y se produce una gran explosión mientras en la imagen se ve un vagón que ha quedado intacto y de donde sale un extraño ruido.

«En 1979, las Fuerzas Aéreas de EE.UU. cerraron una sección del Área 51. Todos los materiales tenían que ser transportados a unas instalaciones de seguridad en Ohio», dice el mensaje que acompaña a a la secuencia.

Steven Spielberg vuelve, esta vez como productor, al Área 51 después de que Indiana Jones comenzara en esa instalación militar la búsqueda de la calavera de cristal. Todo lo que ha trascendido es lo que ven aquí. ‘Super 8’ no tiene ninguna relación con el anterior proyecto de Abrams, “Cloverfield”. La película es un proyecto personal de Abrams, que también es el autor del guión. La cinta se rodará con 45 millones de dólares a mediados de año, para aparecer en la gran pantalla el próximo verano.

Tres muertos tras chocar un tren de carga contra un edificio en Oslo

Tres personas murieron hoy y otras tres se encuentran graves al descarrilar un tren de mercancías en la terminal marítima de Sjursøya en Oslo, informó la Policía noruega. Los tres heridos graves fueron trasladados al hospital universitario de Ullevål, mientras que una persona que sufrió lesiones leves fue atendida en un ambulatorio. Los equipos de rescate rastrean la zona en busca de un desaparecido.

El accidente se produjo cuando un número indeterminado de vagones de mercancías «se soltaron» de un tren de carga en la terminal de Alnabru y recorrieron sin ningún control los ocho kilómetros que hay hasta Sjursøya, indicó la Dirección Nacional de Ferrocarriles Noruegos (Jernbaneverket, en noruego).

Las autoridades desconocen por el momento la causa por la que los vagones se soltaron del tren y acabaron arrasando un edificio de oficinas en esa zona portuaria, antes de caer al mar, según relataron testigos presenciales al canal de televisión público NRK. Helicópteros de rescate, botes y ambulancias fueron enviados a Sjursøya, pequeña península en la zona sur de la capital noruega dedicada enteramente a actividades portuarias.

El accidente desató el caos en la zona del siniestro y en algunas partes de Oslo, obligando a suspender el tráfico ferroviario durante una hora y a acordonar varias áreas. El tráfico marítimo en la zona también tuvo que ser desviado a otras partes de la ciudad.

Tu vivienda en un antiguo vagón de tren

¿Eres un fanático de los trenes? ¿Hasta dónde serías capaz de llegar para mostrar a todo el mundo tu afición? ¿Te vuelven tan loco que estarías dispuesto incluso a vivir en un antiguo vagón de mercancías? ¿O incluso en un viejo coche restaurante? Pues bien, quizá ha llegado el momento de plantearte este tipo de preguntas porque es posible que puedas darte un gusto de esos.

Quizá lo más difícil sea hacerse con el material apropiado, aunque visto lo visto, y la desafección que hacen algunas compañías de sus rodados vagones y coches (a la vista están algunos depósitos de trenes como el Mora la Nueva donde se amontonan decenas de coches aún en buen estado para seguir en servicio), a lo mejor la tarea no resulte una misión imposible.

En algunas películas americanas (pocas europeas), no resulta inhabitual ver algunas viviendas instaladas en los antiguos materiales del mudo ferroviario. Incluso hay alguna que otra serie que muestra algun antiguo vagón de metro convertido en bar o restaurante. Y no lo disimulan, sino todo lo contrario. Recuerdo también haber visto no hace mucho tiempo una foto de un vagón de los antiguos ferrocarriles soviéticos convertido en una iglesia ortodoxa. Y más cerca algúna rama de Talgo puesta como discoteca en un pabellón industrial. Pues bien ya tenemos ofertas domésticas en nuestro país. Empresas que restauran, transforman y rehabilitan vagones de ferrocarril y que los adaptan a cada entorno, utilidad o necesidad que su proyecto requiera.

Wagonstill se presenta en España como la firma especializada en convertir el material rodante de nuestro ferrocarril en vivienda, adaptada al entorno que mejor se adapte a nuestros gustos o necesidades. La casa se compromete a limpiar el material si es madera, pulirlo si es de metal y tras una evaluación de posibles cambios, realiza tareas de estanqueidad, localiza y coloca las tomas de agua y luz, prepara el interior con todo tipo de comodidades y salida de humos y ventilación.

La firma Wagosntill ofrece este tipo de soluciones para terrazas o pequeños terrenos, de forma que usted pueda instalar su propio vagón de ferrocarril y utilizarlo como vivienda, casa de invitados, cuarto de juegos, gimnasio, cine, estudio, bar, refugio, centro cultural e incluso spa.

Lo que no dicen es si proporcionan ellos mismos los vagones y coches o es necesario acudir a la subasta del material cuado las operadores se desprenden de sus vehículos. Y tampoco anuncian cuál es el precio final por convertir el viejo material ferroviario en un auténtico luo para amantes de los trenes. Pero si estáis interesados…

Pullman y el coche cama

Pullman es un apellido indisolublemente unido al ferrocarril desde hace más de un siglo. Los coches que llevan el nombre del avispado empresario norteamericano aún suenan en los oídos de medio mundo, aunque ya no vayan asociados al lujo y al placer. Durante algo más de cien años, el confort en el tren, en especial en los trayectos nocturnos, llevaba la firma del industrial estadounidense. Precisamente acaban de cumplirse hace unas semanas 145 años de la puesta en marcha de los primeros coches cama de Pullman.

Al contrario de lo que muchos piensan, George Mortimer Pullman (1831-1897) no fue ningún genial inventor; más bien aprovechó sus dotes de publicista y su fino olfato para los negocios para que su empresa acabara coronada por el éxito. Y éste le llegó poco después de que trasladara el cadáver del presidente Abraham Lincoln, asesinado en abril de 1865, en un vehículo especialmente diseñado para la ocasión, en una variante del coche cama que había puesto en circulación un año antes. A partir de aquel viaje mortuorio, la industria ferroviaria se rindió a sus pies.

Sin embargo, no fue él quien tuvo la idea original de dotar a los trenes de camas. Las distancias en Estados Unidos son, en general, más largas que los trayectos europeos. Por lo que parece natural que alguien pensara en procurar mayor confort a los pasajeros que viajaban en trayectos nocturnos. Los primeros vagones cama de los que se tiene noticia son de 1838 El vagón fue adaptado por la Cumberland Valley Railroad. Disponía de iluminación a base de velas, lavabo en el compartimento de señoras, y una estufa de hierro para combatir los rigores del invierno.

En 1855 la Illinois Central y posteriormente la Burlington introdujeron vagones camas en sus convoyes; y en 1857 Theodor Woodruff construyó el nuevo modelo de vagón cama que ofreció las diferentes compañías ferroviarias. El vehículo, de una sala única, estaba equipado con pequeños divanes de dos asientos cara a cara a lo largo del pasillo central. Estos divanes se transformaban, mediante un sistema de palancas, en una especie de litera en la que los pasajeros podían dormir aislándose del resto del vagón mediante una cortina.

Mortimer Pullman aprovechó las ideas de sus competidores y registró la patente de lo que en todo el mundo se conocería poco después como el vagón cama por excelencia. Sin embargo, el industrial estadounidense, un ávido emprendedor que supo ver enseguida el futuro del ferrocarril, consiguió evolucionar el vagón de pasajeros con una mezcla de elementos innovadores de otras invenciones y su idea del éxito comercial.

Durante la guerra civil americana se hizo rico e intuyendo el desarrollo de los viajes en el ferrocarril comenzó con un socio su actividad como constructor de material rodante, realizando un vagón adaptable al día y a la noche. Este vagón apenas si era diferente de los otros que sus competidores tenían en funcionamiento. Pero su obsesión era marcar la diferencia; y esta llegó con la patente de un nuevo vagón de mayores dimensiones que los otros y con un acabado interior, donde no faltaba ni un solo detalle. «Coches-palacio de Pullman, lujo para la clase media», fue desde entonces su lema. También revolucinó el concepto de los coches restaurante, implantando el servicio personalizado, por ejemplo, para cada uno de los comensales.

George Mortimer Pullman siempre insistió en que el confort de sus coches debería estar acompañado por un personal de servicio de alto nivel. Su visión para el negocio, le convirtió en el primer empleador de afroamericanos tras la guerra de secesión. Creía firmemente que los antiguos esclavos de las plantaciones del sur reunían el respeto y entrenamiento necesarios para atender a los hombres de negocio que utilizaban sus servicios.

En 1867 presentó su primer hotel sobre ruedas, el ‘Presiden’t, un vagón cama mas otro que era cocina y coche comedor.La comida rivalizaba con la de los mejores restaurantes de la época, y el servicio era impecable. Un año después, en 1868, lanzó el modelo ‘Delmonico’, primer coche destinado a la alta cocina. Los menúes del coche eran preparados por chefs del famoso restaurante ‘Delmonico’ de Nueva York

En 1875 la empresa Pullman contaba con un patrimonio de 100.000 dólares al valor de inventario, tenía 700 coches en operación, y contaba con depósitos por cientos de miles de dólares en el banco. Seis años más tarde, las fábricas de Pullman construían 100.000 vagones para mercancías, 500 para pasajeros y unos 200 coches camas. Pullman murió en 1897. Pero el nivel de confort y de lujo de sus vagones se convirtió en el punto de referencia para todas las construcciones similares en todo el mundo.

(Fuente Historia del Ferrocarril. Franco Tanel)

El vagón del armisticio de Compiegne

Armisticetrain

Por primera vez un gobernante alemán participó este miércoles en París en las ceremonias conmemorativas del armisticio del 11 de noviembre de 1918, que puso término a la Primera Guerra Mundial con la derrota del ejército germano. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, saludó el «gesto histórico y amistoso» de la canciller Angela Merkel por aceptar su invitación dos días después de haber celebrado juntos en Berlín el vigésimo aniversario de la caída del Muro.

Los participantes guardaron un minuto de silencio a las 11 horas y 11 minutos del día 11 del mes 11, momento exacto en el que hace 91 años entró en vigor el Tratado del Armisticio. El documento fue firmado por el mariscal francés Ferdinand Foch y el ministro de Estado alemán Matthias Erzberger el 11 de noviembre de 1918 en un vagón de tren en el bosque de Compiègne, a unos 90 kilómetros al norte de París.
Tras escuchar La Marsellesa y el himno alemán, una vez pasada revista a tropas de los dos países, Sarkozy y Merkel realizaron una ofrenda floral en la tumba del soldado desconocido y reavivaron la llama que arde bajo el Arco de Triunfo. De aquella contienda devastadora, en la que Francia perdió entre 1914 y 1918 el 10% de su población activa masculina, ya no quedan combatientes supervivientes pues el último ‘poilu’, Lazare Ponticelli, falleció en marzo de 2008 a los 110 años de edad.
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