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Un aniversario sin fiesta



El 172 aniversario del primer tren peninsular va a pasar sin pena ni gloria. Los acontecimientos que vivimos a consecuencia de la covid-19 no dan para fiestas. Así que prácticamente el Museo de Vilanova apenas si recordará que tal día como hoy de 1848 la locomotora ‘Mataró’ recorría la distancia de28 kilómetros que separa Barcelona de Mataró. Eso sí habrá una jornada de puertas abiertas y por la tarde, a las 17 horas de forma telemática, se inaugura el Máster de Sistemas Ferroviarios y Tracción Eléctrica de la UPC con la presentación del libro de Luis Ubalde: “El ferrocarril de las cercanías de Barcelona”.

La aparición del ferrocarril marcó un antes y un después en la historia. El proyecto, del que fue responsable Miquel Biada, que había participado también en la primera línea española (1837) en La Habana, sentó las bases de la industria ferroviaria que, a partir de ese año se extendería hasta llegar al último rincón de España, salvo a Canarias. Novecientas personas, repartidas en 25 coches, recorrieron los 28 kilómetros que separaban la capital catalana de la localidad del Maresme. El viaje sólo duró 35 minutos. Todo un récord. La gente recibía el tren entusiasmada. A su paso, la multitud irrumpía en prolongados aplausos y vítores, a los que la ‘Mataró’ respondía con el resoplido de su silbato. Un día después del viaje inaugural, 4.000 personas tomaban al asalto el nuevo medio de transporte. El éxito de esta primera experiencia peninsular contribuyó al crecimiento y a la prosperidad de la comarca del Maresme, pero también abrió las puertas a otros proyectos ferroviarios.

El ferrocarril inicia sus servicios con 62 coches (otras fuentes hablan de 72, aunque F. Wais certifica la primera cifra) que han sido fabricados ese mismo año en la factoría británica Wright & Sons. Se emplean “62 carruajes, diez de ellos con detenedor (sic); dos breacks-vans (furgones), 30 vagones descubiertos para mercancías y dos para el transporte de carruajes” que suman 96 vehículos. Los dos coches salones “son de esmeradísima construcción, y están adornadas con lujo, con asientos cómodos de más de una vara de ancho”, aseguran los periódicos.

A las 9.00 horas, los obispos de Barcelona y Puerto Rico bendijeron las cuatro locomotoras que la Compañía el Camino de Hierro Barcelona-Mataró había comprado para esta línea, pero ese día solo la locomotora ‘Mataró’ emprendió el trayecto hacía la capital del Maresme; la localidad natal de Miquel Biada i Bunyol, quien en el año 1838 había visto la construcción de la primera línea de ferrocarril en Cuba y decidió buscar promotores y permisos para construir una igual en su tierra. La estación de Barcelona, ubicada en la puerta de Sant Carles de Barcelona, entre las murallas de la ciudad y la Barceloneta, cerca de donde hoy está la estación de Francia, había sido construida por Martí Audinis y Domènec Tomàs. Era un edificio de discretas dimensiones, formado por tres cuerpos dispuestos en forma de U. A él se entraba por la fachada oeste que, com es tradicional en muchos edificios de este uso, disponía arriba de un reloj dentro de una hornacina.

A las 11.00 horas, y después de pasar por Montgat, El Masnou, Ocata, Premià y Vilassar, el tren llegó por primera vez a Mataró, una ciudad en auge gracias a la industria textil y metalúrgica. La estación también estaba llena de mataroneses que no querían perderse un día histórico. El tren significaba el final de los largos e incómodos trayectos en diligencia hacia la capital catalana. La estación había sido construida por Josep Forns y estaba ubicada junto a la playa, al final de la calle de Sant Agustí ante el vapor Gordils. Tenía el mismo diseño que la estación de Barcelona pero más pequeña, sin los cuerpos laterales. Sobre las vías había un único cubierto de hierro y zinc y en el friso figuraba la misma inscripción: «Primer ferrocarril de España. Inauguración el 28 de Octubre de 1848″.

De estos dos edificios nada queda hoy. Cuando la Compañía de la línea de Mataró se fusionó con la de Granollers en 1861, el edificio de la estación de Barcelona se dejó de utilizar para pasajeros (1865), y a partir de 1877 se destinó a estación de mercancías, hasta que en 1920 se derribó. El único elemento que se conserva de aquella primera estación es un reloj de pared que se encuentra en el Museo del Ferrocarril de Madrid. La estación de Mataró tuvo una vida un poco más larga, pero terminó igual. A principios de siglo XX se instaló la doble vía y en 1905 se construyó la nueva estación en una nueva ubicación. Sirvan estas líneas, cuando menos, para recordar la aventura de aquel primer tren de la península ibérica, un invento que los periódicos habían calificado de «revolucionario» y que se comparaba con la imprenta.

Joyas en custodia, ‘la Mataró’ (réplica)

El 28 de octubre de 1848, Barcelona y Mataró entran en la historia del ferrocarril. «La mañana amaneció radiante, con cielo despejado y el mar en calma», según el relato de los cronistas de la época. Media Barcelona se da cita en el Portal de Don Carlos para saludar la partida del primer ferrocarril peninsular con la locomotora bautizada ‘La Mataró’ como protagonista. La prueba resulta un completo éxito. Novecientas personas, repartidas en 25 coches, recorren los 28 kilómetros que separan la capital catalana de la localidad del Maresme. El viaje sólo dura 35 minutos. Todo un récord. La gente recibe el tren entusiasmada. A su paso, la multitud irrumpe en prolongados aplausos y vítores, a los que la ‘Mataró’ responde con el resoplido de su silbato. Un día después del viaje inaugural, 4.000 personas toman ‘al asalto’ el nuevo medio de transporte.

Veinte días antes se verifican las pruebas en vía, que se repiten al día siguiente con la asitencia de los ingenieros del Gobierno. Los constructores de la línea, la Compañía inglesa Mackenzie y Brassey, comunican a princpios de septiembre que la vía está concluida y el ferrocarril en disposición de funcionar. La línea tiene las siguientes estaciones: Barcelona, Mongat, Masnou, Premiá y Vilasur. Destacan el túnel de Mongat y el puente de madera sobre el río Besós. El sueño y esfuerzo de Miguel Biada y otros catalanes emprendedores se ve por fin cumplido, aunque su principal impulsor no tiene la suerte de ver coronados su proyecto ya que fallece siete meses antes de la inauguración.

Para la explotación ferroviaria se encargan cuatro locomotoras, dos coches salón, treinta coches de primera clase, treinta coches de segunda, dieciséis coches de tercera, cuatro furgones, catorce vagones y dos trucks (bastidores o plataformas para el transporte de carruajes), precisa Alfred Puig. Los coches, furgones y vagones son suministrados por la casa Wright & Sons de Londres. Las cuatro locomotoras (‘Barcelona’, ‘Cataluña’, ‘Besós’ y ‘Mataró’), con sus ténderes, son suministradas por la casa Jones and Potts de Newton-le-Willows (Inglaterra). Estas son de un modelo diseñado por el escocés Alexander Allan, jefe de Obra en la fábrica de Crewe de la Grand Junction Railway (Escocia).

Uno de los primeros cometidos del director ingeniero técnico es el de establecer un plan de reparación de las locomotoras que, después de más de medio año de funcionamiento, ya acusan desgastes y desajustes, a pesar de haber estado conducidas, y mantenidas, por maquinistas experimentados provenientes de Gran Bretaña. Una de las locomotoras que precisa de una mayor reparación es ‘la Mataró’ que sufre un desajuste en la placa tubular delantera. Para subsanar las deficiencias de la máquina, la casa constructora de las locomotoras, envía elementos para su reparación. En 1850, se constata que ‘la Mataró’ está ya parada y sus gemelas presentan deficiencias con reparaciones difíciles, lo que hace aconsejable adquirir nuevas máquinas. La primera unidad se construye con piezas enviadas desde Gran Bretaña y se bautiza como ‘Primera Española‘. Algo más tarde entra en servicio otra pieza llamada ‘Arenys‘; mientras, las locomotoras originales entran y salen de los talleres para solventar las deficiencias en su circulación.

‘La Mataró’, como las otras cinco máquinas, es una locomotora de vapor saturado 1-1-1 con ténder, del tipo Crewe, topónimo de la ciudad inglesa donde se desarrolla esta tecnología de origen inglés. El Tipo Crewe se desarrolla en 1843, bajo la dirección del ingeniero Joseph Locke, como una necesidad para mejorar las locomotoras Patentee, que presentan elevados gastos de mantenimiento por su fragilidad. El mismo problema que surge en 1837 en Cuba (entonces provincia española), con las locomotoras Tipo Planet, que se devuelven a Europa y se sustituyen por piezas americanas más robustas.

La locomotora ‘Mataró’ se sitúa sobre un pedestal con motivo de la visita del rey Alfonso XII a la Exposición Catalana de 1877. La historiografía no despeja las dudas sobre su destino posterior, pero las últimas investigaciones realizadas por el estudioso Xavier Nubiola acalaran algunas dudas. Parece que después de participar en el certamen no desaparece misteriosamente, como se había venido diciendo. Todo apunta a que la máquina permanecería activa dentro de los talleres del Clot, para realizar maniobras o como generador de vapor hasta el final del siglo XIX e incluso para motorizar una dinamo destinada a proveer de alumbrado eléctrico la estación de Barcelona de la antigua compañía Barcelona-Granollers. “Consérvase en las cocheras que la compañía de Tarragona á Barcelona y Francia (TBF) posee en los talleres que tiene establecidos en el Clot, la antigua locomotora».

«(…) Allí existe cual si fuera un monumento simbolizador de un hecho glorioso, esperando, quizá, que alguien la saque de su modesto y casi ignorado retiro…». La Illustración Hispano-Americana la sitúa así en un reportaje publicado en 1891. «Sólo se guarda y se venera como reliquia la primera locomotora ‘Mataró’ (todo en mayúsculas), la única que hoy celebra con justicia las bodas de oro (igualmente en mayúsculas)», destaca siete años después el Diari de Mataró. De las piezas de la serie inicial, no hay ni rastro cuando la linea TBF queda en manos de MZA (1898). En distintas publicaciones posteriores, se apunta algún detalle sobre esta máquina; lo cierto es que en 1947, su paradero acaba por perderse del todo; de ahí que se decida su reconstrucción, para conmemorar el centenario de la puesta en servico de la primera línea peninsular.

Con motivo de este centenario celebrado en 1948, se organiza en Barcelona un exposición de material ferroviario de diversas épocas. Renfe encargar una reproducción de esta locomotora a la Maquinista Terrestre y Marítima. A pesar de la existencia de los planos, que se conservan en la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona, la reproducción difiere en algunos aspectos del modelo original. Quizás el más llamativo sea que las ruedas motrices se realizan de 1,750 metros de diámetro, en lugar de los 1,880 originales, posiblemente porque la Maquinista tenía ejes de este tamaño estandarizado, y no se justifica la creación de nuevas ruedas para la producción de tan sólo un eje. Este diámetro de rueda de 1,750 metros se usa en las locomotoras para trenes expresos: Montañas ex-MZA 1700, 1800, 2700 y ex-Norte 4600.

La Comisión Oficial del Primer Centenario del Ferrocarril de España, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, encargada de organizar los actos para conmemorar el acontecimiento, decide además hacer una película basada en el marqués de Salamanca -José María de Salamanca y Mayol- y el ferrocarril Madrid a Aranjuez para intentar modificar mediáticamente la realidad. Sin embargo, se impone la cordura, la fidelidad a la historia y el verdadero protagonismo vuelve a ser catalán. El jueves 28, a las 10.00 horas parte de la Exposición, entre innumerable público que exterioriza constantemente su entusiasmo, el Tren del Centenario, cuyos viajeros van vestidos a la usanza de la época; a las 11.00 horas sale de la estación de Francia el primer tren eléctrico que circula entre Barcelona y Mataró; durante el trayecto, cientos de miles de personas limitan materialmente el espacio de las vías para contemplar, primero el paso del Tren del Centenario, y después, el primer eléctrico que, a los cien años, circula entre Barcelona y Mataró. En esta última localidad, un gentío imponente dificulta el descenso del tren y hace casi hizo imposible la ceremonia de la bendición de las instalaciones, que en un altar levantado bajo la marquesina de estación, preside el obispo de Barcelona, Gregorio Modrego Casaus.

El régimen franquista no permite que los mataroneses protagonicen los actos y, ante las quejas de las autoridades locales, el gobernador civil destituye al alcalde, Joaquim Boter de Palau, el 30 de septiembre de 1948. De esta forma, el 28 de octubre de 1948, se celebra el centenario sin más protestas, con gran corrección a nivel local de las autoridades centrales, pero sin la proyección nacional que se espera desde la ciudad de Mataró, según consta en la web del Cercle Històric Miquel Biada, entidad que recuerda la figura del impulsor del primer ferrocarril peninsular. (…curiosamente el desencuentro también es hoy el clima de la vida catalana).

Para construir una nueva ‘Mataró’ se recurre a los planos originales. Esta reproducción, llevada a cabo por La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona, difiere en algunos detalles de la original. Falta la segunda válvula de seguridad sobre el lomo de a caldera, que tampoco figura en dichos planos, pero que se aprecia en el grabado de la primitiva y que seguramente existe de origen pues en la época de su construcción es preceptivo prever una segunda válvula de seguridad precintada y fuera del alcance de la mano del maquinista. La otra válvula sobre el domo tiene una tuerca de regulación para que se abra antes que la anterior; y el tubo que envuelve el resorte está graduado como en una báscula, por lo que sirve para indicar la presión de la caldera, ya que Bourdon aún no ha inventado los manómetros. Otra diferencia se produce con la instalación de inyectores, para mayor comodidad y seguridad de funcionamiento, y una prensa central de engrase, dos anacronismos evidentes. Tampoco los coches que componen el citado convoy resultan ahora corresponder a su diseño real de la época.

Tras las celebraciones del centenario, el tren circula por otras líneas bajo el nombre de ‘Tren Romántico’ y ‘Tren de la Fresa’. Durante sus primeros veinte años visita multitud de poblaciones, tanto con trenes especiales o con exposiciones, en muchos casos según se van produciendo los centenarios de las líneas españolas: Madrid-Aranjuez (1951), Pobla de Segur (1951), Tarragona (1954), Bilbao (1962 ?), Palencia-León (1963), Venta de Baños (1963, etc. etc. Durante los años setenta, el tren pasa por una etapa de ostracismo y permanece con la ‘nueva Mataró’ averiada, aunque aparecen esporádicamente de manera estática en exposiciones.

La pieza de la Maquinista se repara para el centenario de la línea Reus-Tarragona (1981) y participa en otras efemérides como Oviedo-Trubia (1983), Monforte (1983), Rampa de Pajares (1984), la exposición ‘La Forma de la Velocidad’ (1988), en Sevilla… Para permanecer nuevamente unos años en el olvido. La máquina del centenario se recupera de nuevo en 1998, en la celebración de los 150 años de la exposición de Barcelona-Estación de Francia; y a finales de la década pasa a los talleres de Lleida de la Asociación para la Recuperación de Material Ferroviario (Armf), donde se vuelve a reparar para servir como atracción en varias celebraciones en Cataluña.

Mediante una campaña de mecenazgo popular, ‘la Mataró’ repara el autoclave y cambial techo del hogar, lo que permite recuperar una parte significativa de la caldera y evitar el progresivo deterioro causado por la corrosión que se produce por el óxido existente. Las operaciones de esta fase inicial se desarrollan antes de acabar el 2013. En una segunda fase, se contempla el cambio de tubos de la caldera, una revisión general y las pruebas de presión obligatorias según la legislación vigente. Esta intervención se completa en el trimestre del 2014, lo que permite en mayo la circulación de la máquina de Lleida hasta Vilanova i la Geltrú y su encendido periódico en las las instalaciones del museo a partir de junio, así como su funcionamiento en próximas conmemoraciones.

Los organizadores de esta iniciativa de mecenazgo recuerdan que las primeras líneas nacen en el siglo XIX gracias al empuje del tejido empresarial y al compromiso de la sociedad civil con el progreso del territorio. En esas mismas coordenadas, retoman el mismo espíritu emprendedor y creativo en la sociedad del siglo XXI, a la que le piden ayuda necesaria para salvaguardar un patrimonio único. ‘La Mataró’ se enciene todos los primeros domingos de mes para para disfrute de los visintantes, que rinden culto a una pieza clave de nuestra historia contemporánea. La puesta en marcha de esta pieza supone tres horas de trabajo: encender el fuego, quemar la leña, introducir el carbón, esperar a que se calienten los seis metros cúbicos de agua y esperar a que el vapor mueva la máquina. Sin duda alguna, es el principal atractivo del Museo del Ferrocarril de Vilanova, abierto desde 1990.

El museo custodia, expone y difunde el valor de los bienes representativos de la acción del hombre relacionados con el mundo del tren, a fin de aumentar su conocimiento, promocionar su utilización y favorecer la cultura y el deleite. Sin ninguna duda, del catálogo del patrimonio industrial en Cataluña, esta máquina es una auténtica joya, dada su significación histórica como símbolo del progreso y de la revolución industrial en nuestro país. La locomotora de vapor tipo 1-1-1 Patentée que cubre el primer recorrido ferroviario en 1848 es un legado patrimonial único.

(Fuentes. Jesús Moreno, en «Prehistoria del ferrocarril». Carlos Guasch, en «El ferrocarril de Mataró: un escenario experimental». Gustavo Reder, en ·Las locomotoras de vapor el mundo». Alfred Puig, en «Las locomotoras del Ferrocarril de Barcelona a Mataró». Xavier Nubiola, en «La veritable història de la locomotora Mataró». Francisco Wais, en “Historia General de los Ferrocarriles Españoles”)

Delicias y Vilanova, en el día del tren

El Museo del Ferrocarril de Madrid celebrará el ‘Día del Tren’ con una jornada de puertas abiertas este sábado, entre las 10 y las 20 horas, en la que se desarrollarán actividades gratuitas. Se trata de una «jornada especial» que contará con novedades para convertir el aniversario en «una fiesta del tren para disfrutar en familia». Así, los visitantes podrán participar en visitas guiadas a vehículos y elementos expositivos de la Nave Central de la estación y las vías exteriores. El 28 de octubre se conmemora el 171º aniversario de la inauguración de la línea Barcelona-Mataró, primer ferrocarril de la Península.

Para esta actividad y para los talleres familiares ‘Felicidades Ferrocarril!’, organizados por el equipo de Educación y Didáctica del Museo, será necesario reservar previamente en taquilla o en el punto de información. La programación también incluye un recorrido por el edificio de la estación Madrid-Delicias y por sus instalaciones anexas; se realizarán cuatro pases a las 11, 12.30, 16.30 y 18 horas.

Durante la jornada habrá visitas guiadas a vehículos y elementos expositivos de la nave central de la estación y las vías exteriores, en colaboración con el equipo de voluntarios culturales del Museo del Ferrocarril de Madrid: automotor TER 597-010-8, de 1965; locomotora eléctrica trifásica nº 3, de 1907; locomotora de vapor 141-F-2416, de 1960; locomotora diésel 306-001-9 “Taurus” (Yorkshire Engine Company, Gran Bretaña), de 1962); enclavamiento hidráulico de Algodor y coche Salón ZZ-1102, de 1929.

Por su parte, la Asociación para la Restauración del Material Ferroviario organizará viajes a bordo del automotor 9121 ‘Zaragoza‘, mientras que el Círculo Madrileño Ferroviario organizará circulaciones de trenes de jardín del parque ‘Ferrocarril de las Delicias’. Durante la jornada también se presentarán en la Biblioteca Ferroviaria los libros ‘Las 250 estaciones españolas con ancho ibérico más importantes’, de Josep Calvera y Juan Carlos Casas y ‘Huellas Malagueñas de un Ferroviario: Emile Rennes 1868-1946’, de Michel Rennes; y ‘Diario de Cercanías’, de Rafa Mora, en la Sala Mansarda. Por último, la celebración también incluirá un evento musical con el concierto ‘Encuentro en Otoño’ a cargo del Coro de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y la Sociedad Coral La Felguera ‘Maestro Lozano’, que tendrá lugar en la Sala Arganzuela a las 20 horas.

El Museo de Vilanova ha preparado también tres días de actividades conmemorativas, desde el sábado 26 hasta el lunes 28 de octubre. Hoy habrá una visita combinada al Museo del Ferrocarril de Cataluña y la Biblioteca Museo Víctor Balaguer para descubrir la transformación que vivió Vilanova i la Geltrú a finales del siglo XIX de la mano de Francesc Gumà i Ferran, “indiano” promotor de la llegada del ferrocarril, y de Víctor Balaguer, escritor y político impulsor de la creación de la Biblioteca Museo. La visita entrelaza las historias de ambos personajes en la modernización de la Vilanova contemporánea.

El domingo habrá vapor en vivo, una posibilidad de ver en movimiento la única réplica que existe de la primera locomotora de vapor que circuló en la Península entre Barcelona y Mataró, para conocer cómo eran los primeros oficios ferroviarios y realizar un recorrido en el interior de la cabina de conducción de la “Mataró” acompañados por el maquinista y el fogonero. Una dresina de vías y obras, conocida como “El Huevo” por su forma redondeada, permite a los visitantes experimentar la magia del viaje en tren por la vía de contorno del Museo. Es un vehículo histórico, fabricado artesanalmente en 1940 por los trabajadores del ferrocarril, que protagoniza, además, uno de los cuentos de la Colección del Museo.

Se organizan visitas especiales a la “Gran Nave”, de 1881. Construida en los orígenes de la línea de Barcelona a Vilanova y Valls, ha sido rehabilitada con los fondos del 1,5 por ciento cultural del Ministerio de Fomento. Es un espacio en proceso de intervención museográfica, donde actualmente está ubicada una composición del Talgo II (restaurada este verano), primer tren Talgo que circuló en nuestro país.

Y para los actos del lunes se organizan visitas especiales a la “Gran Nave”, de 1881. Es un espacio en proceso de intervención museográfica, donde actualmente está ubicada una composición del Talgo II (restaurada este verano), primer tren Talgo que circuló en nuestro país.

170 años del primer tren peninsular

El 28 de octubre de 1848, Barcelona y Mataró entraban en la historia del ferrocarril. «La mañana amaneció radiante, con cielo despejado y el mar en calma», según el relato de los cronistas de la época. Media Barcelona se había dado cita en el Portal de Don Carlos para saludar la partida del primer ferrocarril peninsular con la locomotora bautizada ‘La Mataró’ como protagonista. La prueba resultó un completo éxito. Novecientas personas, repartidas en 25 coches, recorrieron los 28 kilómetros que separaban la capital catalana de la localidad del Maresme. El viaje sólo duró 35 minutos. Todo un récord. La gente recibía el tren entusiasmada. A su paso, la multitud irrumpía en prolongados aplausos y vítores, a los que la ‘Mataró’ respondía con el resoplido de su silbato. Un día después del viaje inaugural, 4.000 personas tomaban al asalto el nuevo medio de transporte.

El ferrocarril inicia sus servicios con 62 coches (otras fuentes hablan de 72, aunque F. Wais certifica la primera cifra) que han sido fabricados ese mismo año en la factoría británica Wright & Sons. Se emplean «62 carruajes, diez de ellos con detenedor (sic); dos breacks-vans (furgones), 30 vagones descubiertos para mercancías y dos para el transporte de carruajes» que suman 96 vehículos. Los dos coches salones “son de esmeradísima construcción, y están adornadas con lujo, con asientos cómodos de más de una vara de ancho”, aseguran los periódicos

170 años después de esta aventura, apenas quedan vestigios. Documentos, planos e imágenes, pero de los primeros vehículos, no se conserva nada. Ni tan siquiera la máquina que abrió el país a esta próspera iniciativa. La locomotora Mataró fue expuesta sobre un pedestal con motivo de la visita del rey Alfonso XII a la Exposición Catalana de 1877. Pero no está muy claro su destino posterior. Las últimas investigaciones realizadas por el estudioso Xavier Nubiola permiten cambiar la historia. Parece que después de participar en la muestra de 1877 no desapareció como se había venido diciendo. Todo apunta a que la máquina permanecería activa dentro de los talleres, para maniobras o como generador de vapor hasta el final del siglo XIX. Pero en 1947, su paradero acaba por perderse del todo, de ahí que se decida su reconstrucción.

Para construir una nueva ‘Mataró’ se recurre a los planos originales que afortunadamente se conservaban en la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona. Se construyó para celebrar el centenario. Esta reproducción, llevada a cabo por La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona difiere en algunos detalles de la original. Falta la segunda válvula de seguridad sobre el lomo de a caldera, que tampoco figura en dichos planos, pero que se aprecia en el grabado de la primitiva y que seguramente existió al principio pues en la época de su construcción era preceptivo prever una segunda válvula de seguridad precintada y fuera del alcance de la mano del maquinista. La otra válvula sobre el domo tenía una tuerca de regulación para que abriera antes que la otra y el tubo que envolvía el resorte estaba graduado como en una báscula por lo que servía para indicar la presión de la caldera, ya que Bourdon aún no había inventado los manómetros. También difiere la máquina del centenario en que para mayor comodidad y seguridad de funcionamiento se instalaron inyectores y una prensa central de engrase, dos anacronismos evidentes.

La Mataró luce como ninguna otra en el Museo del Ferrocarril de Cataluña, que custodia, expone y difunde el valor de los bienes representativos de la acción del hombre relacionados con el mundo del tren, donde hoy es fiesta mayor para recordar aquella gesta que contribuyó al progreso del pais y sus gentes.

‘Día del Tren’ en el Museo del Ferrocarril

El Museo del Ferrocarril de Madrid ofrecerá este fin de semana dos jornadas de puertas abiertas con motivo de la celebración del ‘Día del Tren’, una efeméride en la que se conmemora la puesta en marcha de la primera línea férrea peninsular, entre Barcelona y Mataró, un 28 de octubre de 1848. Como en ediciones anteriores, se ha organizado un programa de actividades para todos los públicos, que ofrece multitud de posibilidades para disfrutar de un día diferente en el museo.

Este año se volverá a contar con la presencia de la locomotora 269-604, uno de los vehículos más llamativos del ferrocarril español del siglo XX y una adelantada de la alta velocidad en España, que conserva y custodia la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid. Esta locomotora fue una de las cuatro primeras aptas para llegar a los 200 kilómetros hora en nuestro país y en 1989 batió un récord de velocidad alcanzando los 220 kilómetros hora. Junto a ella también podrán visitarse una locomotora diésel de la serie 333 de los años 70 y un coche mixto de viajeros y cafetería de los años 80. También se realizarán visitas guiadas al interior de cuatro vehículos de la colección permanente del museo que habitualmente están cerrados al público: el coche de tercera clase C-16 (1891), la locomotora eléctrica trifásica nº3 (1907), la locomotora de vapor 141-F-2416 ‘Mikado’ (1960) y el automotor TER 597-010-8 (1965)

En la programación de este año destaca la celebración del 20 aniversario de la inauguración del ‘Ferrocarril de las Delicias’, un parque ferroviario gestionado por el Círculo Madrileño Ferroviario (CIMAF) que abrirá sus puertas durante todo el fin de semana, en horario de mañana, y organizará el ‘XXI Encuentro de trenes de jardín de cinco pulgadas’ con la puesta en funcionamiento de trenes propios y vehículos invitados.

El modelismo también estará representado con la organización del ‘XIII Encuentro de Módulos Forotrenes’, que en esta ocasión dispondrá de una maqueta de más de 40 metros de longitud con varios escenarios ferroviarios (estaciones, túneles, viaductos, pasos a nivel…) y con la presentación de los trabajos de recuperación de la maqueta ‘Territorio ferroviario’ en un nuevo espacio expositivo del Museo.

Un año más estará presente el simulador de conducción de una locomotora diésel 333 de Renfe, desarrollado por la Asociación Ferroviaria Zamorana, que reproduce el puesto de conducción de una máquina con todos los mandos necesarios (reales) para su funcionamiento y que proporciona a los participantes la sensación de conducir una locomotora recorriendo diferentes líneas españolas reproducidas con toda fidelidad. En paralelo, también será posible realizar pequeños viajes a bordo del automotor 9121, un automotor térmico restaurado por la Asociación Madrileña para la Restauración de Material Ferroviario y construido en España por la factoría Material Móvil y Construcciones en los años 30 del siglo XX

El público infantil tendrá la oportunidad de realizar los talleres didácticos ‘Un jefe de estación’ y ‘¡Felicidades ferrocarril!’, participar en el juego de pistas familiar ‘¡170 años en tren!’ o asistir a la representación de la obra ‘El tren de los sueños’.

En la Sala de Consulta del Archivo y la Biblioteca se expondrá una muestra de material bibliográfico y documental denominada ‘Las locomotoras de Norte. 160 años de historia’ y tendrá lugar la presentación de los libros: ‘Maquinista por vocación’, de Manuel Sánchez Solano, ‘Cuando las locomotoras bebían’, de Jesús Hallado y ‘Juegos de vida y muerte. El tesoro del Lusitania Exprés’, de Gregorio Torres Triviño. El domingo 28 y con la colaboración de la editorial Almuzara, el Salón de Actos del Museo acogerá la presentación del libro ‘Eso no estaba en mi libro de historia del ferrocarril’, obra del periodista y escritor Gonzalo Garcival.

En esta edición, el tradicional concierto del Coro Fundación de los Ferrocarriles Españoles se celebrará el sábado 27 y contará con la presencia de dos compañías invitadas: el Coro Musicalia de Valladolid y el Conjunto vocal femenino Ágape de Bulgaria.

El museo está gestionado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y desde el año 2009 forma parte de la Red de Museos de España, adscrito al Ministerio de Fomento. La estación de Delicias, sede del museo, forma parte de la historia del ferrocarril, siendo un claro ejemplo de la arquitectura del hierro característica del siglo XIX. Proyectada por el ingeniero francés Émile Cachelièvre e inaugurada en 1880 con la presencia del rey Alfonso XII, fue la primera gran estación construida en Madrid con estructura metálica.

Delicias permite conocer una completísima colección de material histórico ferroviario. La nave central de la estación alberga una muestra muy variada de locomotoras y coches de viajeros, a través de la cual se puede comprender la evolución de la tracción (vapor, eléctrica y diésel) en el más de siglo y medio de existencia del ferrocarril en España, y las distintas condiciones en las que viajaron los pasajeros de estos trenes. A ambos lados de esta nave se abren varias salas temáticas, entre las que figuran la dedicada a antiguos relojes de estaciones, otra dedicada a modelismo, con maquetas animadas, y una tercera en la que se explican los principales elementos de la infraestructura ferroviaria.

El tren que rememora el centenario

El 28 de octubre de 1848, Barcelona y Mataró entraban en la historia del ferrocarril. «La mañana amaneció radiante, con cielo despejado y el mar en calma», según el relato de los cronistas de la época. Media Barcelona se había dado cita en el Portal de Don Carlos para saludar la partida del primer ferrocarril peninsular con la locomotora bautizada ‘La Mataró’ como protagonista. La prueba resultó un completo éxito. Novecientas personas, repartidas en 25 coches, recorrieron los 28 kilómetros que separaban la capital catalana de la localidad del Maresme. El viaje sólo duró 35 minutos. Todo un récord. La gente recibía el tren entusiasmada. A su paso, la multitud irrumpía en prolongados aplausos y vítores, a los que la ‘Mataró’ respondía con el resoplido de su silbato. Un día después del viaje inaugural, 4.000 personas tomaban al asalto el nuevo medio de transporte.

Cien años después, con la celebración del primer siglo ferroviario de la península (1948), se hizo una réplica de la locomotora ‘La Mataró’, que se conserva en el Museo del Ferrocarril de Vilanova i la Geltrú. La máquina de vapor es la réplica exacta de la primera máquina de ferrocarril que circuló entre Barcelona y Mataró y refleja la tecnología y la estética de una época en la que el tren pasaría a ser un elemento de progreso. Esta copia se encargó en 1947 a la empresa española La Maquinista Terrestre y Marítima.

El Gobierno no permitió que los mataroneses protagonizaran los actos y, ante las quejas de las autoridades locales, el gobernador civil destituyó al alcalde, Joaquim Boter de Palau, el 30 de septiembre de 1948. De esta forma, el 28 de octubre de 1948, se celebró el centenario sin más protestas, con gran corrección a nivel local de las autoridades centrales, pero sin la proyección nacional que se esperaba desde la ciudad de Mataró, según consta en la web del Cercle Històric Miquel Biada, entidad que recuerda la figura del impulsor del primer ferrocarril peninsular. (…curiosamente el desencuentro también protagoniza hoy la vida catalana).

La Comisión Oficial del Primer Centenario del Ferrocarril de España, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, encargada de organizar los actos para conmemorar el acontecimiento, decide además hacer una película basada en el marqués de Salamanca -José María de Salamanca y Mayol- y el ferrocarril Madrid a Aranjuez para intentar modificar mediáticamente la realidad. Sin embargo, se impone la cordura, la fidelidad a la historia y el verdadero protagonismo volvió a ser catalán. El jueves 28, a las 10.00 horas partió de la Exposición, entre innumerable público que exteriorizaba constantemente su entusiasmo, el tren del centenario, cuyos viajeros iban vestidos a la usanza de la época y a las 11 salía de la estación de Francia el primer tren eléctrico que circuló entre Barcelona y Mataró; durante el trayecto, cientos de miles de personas limitaban materialmente el espacio de las vías para contemplar, primero el paso del tren del centenario, y después, el primer eléctrico que, a los cien años, circulaba entre Barcelona y Mataró. En esta última un gentío imponente dificultó el descenso del tren y casi hizo imposible la ceremonia de la bendición de las instalaciones, que en un altar levantado bajo la marquesina de estación, protagonizó el obispo de Barcelona, Gregorio Modrego Casaus.

‘La Mataró’ es una locomotora de vapor saturado 1-1-1 con ténder, del tipo Crewe, topónimo de la ciudad inglesa donde se desarrolló su tecnología de origen inglés. El Tipo Crewe fue desarrollado en 1843, bajo la dirección del ingeniero Joseph Locke, como una necesidad para mejorar las locomotoras Patentee, que presentaban elevados gastos de mantenimiento por su fragilidad. El mismo problema había surgido en 1837 en Cuba, entonces provincia española, con las locomotoras Tipo Planet, que fueron devueltas a Europa y sustituidas por locomotoras americanas más robustas.

La locomotora Mataró fue expuesta sobre un pedestal con motivo de la visita del rey Alfonso XII a la Exposición Catalana de 1877 y no está muy claro su destino posterior, pero las últimas investigaciones realizadas por el estudioso Xavier Nubiola permiten cambiar la historia. Parece que después de participar en la muestra de 1877 no desapareció como se había venido diciendo. Todo apunta a que la máquina permanecería activa dentro de los talleres, para maniobras o como generador de vapor hasta el final del siglo XIX. Pero en 1947, su paradero acaba por perderse del todo, de ahí que se decida su reconstrucción.

Para construir una nueva ‘Mataró’ se recurre a los planos originales que afortunadamente se conservaban en la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona. Esta reproducción, llevada a cabo por La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona difiere en algunos detalles de la original. Falta la segunda válvula de seguridad sobre el lomo de a caldera, que tampoco figura en dichos planos, pero que se aprecia en el grabado de la primitiva y que seguramente existió al principio pues en la época de su construcción era preceptivo prever una segunda válvula de seguridad precintada y fuera del alcance de la mano del maquinista. La otra válvula sobre el domo tenía una tuerca de regulación para que abriera antes que la otra y el tubo que envolvía el resorte estaba graduado como en una báscula por lo que servía para indicar la presión de la caldera, ya que Bourdon aún no había inventado los manómetros. También difiere la máquina del centenario en que para mayor comodidad y seguridad de funcionamiento se instalaron inyectores y una prensa central de engrase, dos anacronismos evidentes.

Tras las celebraciones del centenario, el tren fue llevado por otras líneas bajo el nombre de ‘Tren Romántico’ o ‘Tren de la Fresa’. Durante sus primeros veinte años visitó multitud de poblaciones, tanto con trenes especiales o con exposiciones, en muchos casos según se iban produciendo los centenarios de las líneas españolas: (Madrid-Aranjuez 1951, Pobla de Segur 1951, Tarragona 1954, Bilbao 1962 (?), Palencia-León 1963, Venta de Baños-Exposición-1963, etc.). Durante los años setenta el tren pasó una etapa de ostracismo y permaneció con ‘la Mataró’ averiada, apareciendo esporádicamente de manera estática en exposiciones; se repara para el centenario de la línea Reus-Tarragona en 1981 y participa en otros centenarios como Oviedo-Trubia 1983, Monforte 1983, Rampa de Pajares 1984, la exposición ‘La Forma de la Velocidad’ en 1988 en Sevilla… Nuevamente permanece unos años olvidada, recuperada de nuevo en 1998 en la celebración de los 150 años en la exposición de Barcelona-Estación de Francia, y a finales de la década pasada ARMF de Lleida la repara para utilizarse en varias celebraciones en Cataluña.

La máquina ahora luce en el Museo de Vilanova i la Geltrú (a 40 kilómetros de Barcelona) que custodia, expone y difunde el valor de los bienes representativos de la acción del hombre relacionados con el mundo del tren, a fin de aumentar su conocimiento, promocionar su utilización y favorecer la cultura y el deleite. Sin ninguna duda, esta máquina es una auténtica joya dada su significación histórica como símbolo del progreso y de la revolución industrial en nuestro país. Es un legado patrimonial único, aunque sea una réplica.

(Foto Cecilio. Cortesía El Correo)

Mataró rinde homenaje a Miquel Biada y estrena una ruta sobre escenarios de la vida del industrial

tren-Mataró-M.Badia(1848)

Nueva iniciativa y reconocimiento a un precursor. Mataró estrena este sábado una nueva ruta guiada titulada «Miquel Biada, el primer ferrocarril«, que hace un recorrido por los escenarios relacionados con la vida del impulsor del tren entre Barcelona y Mataró, el primer ferrocarril de la Península (once años antes había entrado en servicio el de Cuba, por entonces colonia española). El ayuntamiento ha decidido organizar esta ruta con el objetivo de visitar escenarios relacionados con la vida de Miquel Biada en la ciudad para aproximarse a su época y a la revolución que significó la llegada del tren .

Durante el recorrido, se explicarán aspectos de la trayectoria vital del empresario catalán, desde su estancia y sus negocios en Venezuela y Cuba como indiano hasta llegar al gran proyecto de sus últimos años, la promoción de la línea de tren entre Barcelona y Mataró. El consistorio hará una contextualización de la época y mostrará las pinturas de Puiggalí con la representación del ferrocarril, así como la galería de los ciudadanos ilustres de Mataró, donde se encuentra el retrato de Miquel Biada, obra de Rafael Estrany.

También se visitará el Museo de Mataró, donde se encuentran elementos vinculados al ferrocarril, la plaza Santa María para mostrar que en dicha basílica bautizaron a Miquel Biada y observar los pomos de dos casas de la plaza, que tienen un ferrocarril.

El recorrido también pasará por la casa natal de Miquel Biada para acabar en la Plaza de Miquel Biada, ante la estación de tren , para describir cómo fue la inauguración del primer tren de España.

La visita guiada es gratuita, dura una hora y media y empieza a las 10.30 horas ante el Ayuntamiento.

El mismo sábado tendrá lugar la tradicional ofrenda floral que el ayuntamiento organiza cada año con motivo del aniversario del primer ferrocarril de España ante el panteón de Miquel Biada en el Cementerio dels Caputxins.

El primer tren español nació en 1837 en tierras cubanas, que en aquella época era una colonia española, para cubrir la distancia entre La Habana-Bejucal y transportar, sobre todo, la caña hacia los puertos para su exportación. El industrial catalán Miquel Biada y Bunyol quedó profundamente impresionado. El ingenio rodante, del que había oído hablar maravillas, era en verdad un invento revolucionario. Y aquella mañana de 1837 tuvo la oportunidad de verlo en acción. El hacendado catalán se prometió que en un año lo vería circular en su tierra natal. El destino le jugó una mala pasada y no pudo ver culminada su obra. Una enfermedad le llevó la tumba.

El 28 de octubre de 1848, Barcelona y Mataró entraban en la historia del ferrocarril. «La mañana amaneció radiante, con cielo despejado y el mar en calma», según el relato de los cronistas de la época. Media Barcelona se había dado cita en el Portal de Don Carlos para saludar la partida del primer ferrocarril peninsular con la locomotora bautizada ‘Mataró’ como protagonista. La prueba resultó un completo éxito. Novecientas personas, repartidas en 25 coches, recorrieron los 28 kilómetros que separaban la capital catalana de la localidad del Maresme. El viaje sólo duró 35 minutos. Todo un récord. La gente recibía el tren entusiasmada. A su paso, la multitud irrumpía en prolongados aplausos y vítores, a los que la ‘Mataró’ respondía con el resoplido de su silbato. Un día después del viaje inaugural, 4.000 personas tomaban al asalto el nuevo medio de transporte.

Se necesitan 31.000 euros para restaurar la réplica de la locomotora ‘Mataró’ ¿quieres aportar tú?

réplica-locomotora-mataró

Malos tiempos para la lírica. La crisis golpea duro y los fondos escasean. De ahí que se haya tenido que recurrir a la sociedad civil para recuperar una de las míticas joyas del patrimonio ferroviario español: la réplica de la ‘Mataró’. En algo menos de mes y medio se espera obtener 31.000 euros de aportaciones de particulares y empresas. La ‘Mataró’ fue llevada al taller por una fuga de agua en su autoclave. Pero una revisión más a fondo comprobó que tenía pérdidas significativas de espesor en las paredes de la caldera, lo que hace totalmente imposible su utilización con unas mínimas condiciones de seguridad. Justo cuando su presencia en la vía se hacía imprescindible para festejar el 165 aniversario del primer ferrocarril peninsular.

El coste total de la reparación para volver a circular con totales garantías es de 72.000 euros. Para hacer frente a esta intervención se ha previsto actuar en dos fases la primera de 41.000 y la segunda de 31.000 euros. Renfe se ocupa de sufragar los gastos iniciales y, el resto, se han confiado a la aportación de aficionados o empresas. El Grupo de Trabajo Permanente de Patrimonio Ferroviario ha iniciado una campaña de micromecenazgo para recaudar los fondos que permitan poner a esta mítica locomotora en la vía para la próxima primavera.

La verde y llamativa ‘Mataró’ se encuentra en los talleres de la Asociación para la Reconstrucción y Puesta en Servicio de Material Ferroviario Histórico (ARMF) en Lleida, pendiente de la financiación para repararse. Renfe quiere contribuir a esta recuperación con una primera aportación de 41.000 euros, la cual se regulará a través de un convenio específico con la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, entidad que gestiona el Museo. En esta fase se reparará el autoclave y se cambiará el techo del hogar, lo que permitirá recuperar una parte significativa de la caldera y evitar el progresivo deterioro causado por la corrosión que se produce por el óxido existente, quedando pendiente la recuperación de los tubos dañados. Las operaciones de esta fase inicial se desarrollarían antes de acabar el 2013. El financiamiento de esta primera fase permitirá avanzar en el proceso de recuperación completo de la locomotora, pero no ponerla en funcionamiento.

Los 31.000 euros adicionales se dejan en manos del micromecenazgo. Hay una horquilla de aportaciones a partir de los quince euros. Cada uno de los tramos de aportación tendrá, además de la satisfacción de colaborar en este proyecto, una ‘recompensa’ que aportan las entidades del patrimonio cultural ferroviario de Cataluña y del resto de España, que pueden llegar a ser descuentos en billetes AVE para ciertos destinos, entradas gratis a museos patrimoniales, descuentos en el cremallera de Nuria, diplomas de reconocimiento…. Para empresas hay otra horquilla de aportaciones, a partir de los 250 euros, con reconocimientos de ese mecenazgo en líneas con los de los particulares. Verkami, entidad especializada en estas propuestas, ha abierto un periodo de cuarenta días, desde el 28 de octubre hasta el 7 de diciembre, para captar estos fondos.

En esta segunda fase patrocinada por la sociedad civil se contempla el cambio de tubos de la caldera, una revisión general y las pruebas de presión obligatorias según la legislación vigente. Esta intervención se haría el primer trimestre del 2014, lo que permitiría la circulación de la máquina de Lleida hasta Vilanova i la Geltrú el mes de mayo y su encendido periódico en las las instalaciones del Museo a partir de junio, así como su funcionamiento en próximas conmemoraciones.

El Grupo de Trabajo Permanente del Patrimonio del Ferrocarril cree necesaria esta vía de financiación para garantizar la recuperación completa de la mítica locomotora. Los promotores plantean el proyecto como una oportunidad de invitar a participar a la ciudadanía y de involucrarla con un gran proyecto colaborativo. Tampoco resulta tan extraña la iniciativa en el mundo ferroviario, donde la participación conjunta de organizaciones y particulares ha sido fundamental en la recuperación de bienes históricos. De hecho los orígenes patrimoniales del Museo de Vilanova se han de buscar en 1972 en una iniciativa de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Barcelona.

Los organizadores de esta iniciativa recuerdan que las primeras líneas nacieron en el siglo XIX gracias al empuje del tejido empresarial y al compromiso de la sociedad civil con el progreso del territorio. En esas mismas coordenadas quieren retomar el mismo espíritu emprendedor y creativo en la sociedad del siglo XXI, a la que le piden ayuda necesaria para salvaguardar un patrimonio único que es de todos como es la locomotora de vapor “Mataró”.

La potencia del proyecto es muy significativa. Está en peligro (¿y cuántas van ya?) la máquina de vapor más emblemática y significativa del país, réplica de la primera que circuló en la península entre Barcelona y Mataró. Este ejemplar único en España, fue construido por la Maquinista Terrestre y Marítima en los talleres de San Andrés de Barcelona con motivo de los actos del Centenario en 1948. Su custodia corresponde al Museo de Vilanova i la Geltrú y ha participado en la mayoría de conmemoraciones del mundo del tren. Durante más de diez años todos los primeros domingos de mes ha funcionado. La FFE, entidad pública que tutela el Museo, ha asumido las tres últimas reparaciones importantes de la locomotora del centenario, gracia a las cuales ha sido posible su operatividad desde el año 1997.

Si quieres participar en esta iniciativa pincha aquí

El Museo de Delicias celebra el ‘Día del Tren’ y recuerda los 165 años del Barcelona-Mataró

Impulsores-Tren-Mataro

El Museo del Ferrocarril de Madrid celebrará el sábado una jornada de puertas abiertas con motivo del ‘Día del Tren‘, en el que se conmemora la puesta en marcha hace 165 años de la primera línea férrea peninsular, Barcelona-Mataró, un 28 de octubre de 1848. Como en años anteriores, se ha organizado un programa de actividades para todos los públicos, que ofrece multitud de posibilidades para disfrutar de un día diferente en el Museo.

En la programación de este año destaca la posibilidad de realizar pequeños viajes de ida y vuelta a bordo de los coches de viajeros del ‘Tren de la Fresa ‘ por las vías exteriores del Museo. También se han incluido demostraciones de modelismo, visitas guiadas a una selección de vehículos de la exposición permanente y al enclavamiento hidráulico de Algodor así como a las instalaciones de la Biblioteca Ferroviaria y el Archivo Histórico Ferroviario.

El público infantil tendrá la oportunidad de realizar talleres didácticos o asistir al estreno de la nueva temporada teatral con la obra ‘El viaje de Mopa’, a cargo de la compañía ‘Teatro del Ferrocarril’ que regresa al Museo.

En paralelo y con horario de mañana y tarde, el Círculo Madrileño Ferroviario celebrará los 15 años de la apertura del parque ferroviario ‘Ferrocarril de las Delicias’ con la puesta en funcionamiento de sus trenes de jardín de cinco pulgadas.

Durante todo el día se podrá participar en un juego de pistas ferroviario para toda la familia con diversos premios para los acertantes y además, entre todas las entradas repartidas a los visitantes, también se realizará un sorteo de invitaciones para viajar en el ‘Tren de Cervantes’.

La jornada se cerrará a las 20 horas con un concierto del Coro Fundación de los Ferrocarriles Españoles, que en esta ocasión contará con la compañía del Coro Federico García Lorca de Granada.

El primer tren español nació en 1837 en tierras cubanas, que en aquella época era una colonia española, para cubrir la distancia entre La Habana-Bejucal y transportar, sobre todo, la caña hacia los puertos para su exportación. El industrial catalán Miquel Biada y Bunyol quedó profundamente impresionado. El ingenio rodante, del que había oído hablar maravillas, era en verdad un invento revolucionario. Y aquella mañana de 1837 tuvo la oportunidad de verlo en acción. El capitán general de Cuba, buen amigo suyo; le había invitado a la inauguración del ferrocarril. El viaje le produjo tal conmoción que, de inmediato, le prometió a su compañero de aventura que en un año lo implantaría en su Mataró natal. El hacendado catalán cumplió su palabra, aunque el destino le jugó una mala pasada y no pudo ver culminada su obra. Una enfermedad le llevó la tumba.

Once años después de aquella primera aventura en tierras cubanas, la experiencia se repetía en la Península. Las obras se habían complicado un poco más de lo previsto inicialmente, pero por fin el tren se hacía realidad. El 28 de octubre de 1848, Barcelona y Mataró entraban en la historia del ferrocarril. «La mañana amaneció radiante, con cielo despejado y el mar en calma», según el relato de los cronistas de la época. Media Barcelona se había dado cita en el Portal de Don Carlos para saludar la partida del primer ferrocarril peninsular con la locomotora bautizada ‘Mataró’ como protagonista. La prueba resultó un completo éxito. Novecientas personas, repartidas en 25 coches, recorrieron los 28 kilómetros que separaban la capital catalana de la localidad del Maresme. El viaje sólo duró 35 minutos. Todo un récord.

La gente recibía el tren entusiasmada. A su paso, la multitud irrumpía en prolongados aplausos y vítores, a los que la ‘Mataró’ respondía con el resoplido de su silbato. Un día después del viaje inaugural, 4.000 personas tomaban al asalto el nuevo medio de transporte.

También Mataró tiene un recuerdo especial para la efeméride. Una conferencia, una feria ferroviaria y la Ofrenda floral son los actos que se han programado para conmemorar el 165 aniversario de la llegada del ferrocarril. La conmemoración está organizada por el Círculo Histórico Miquel Biada y el ayuntamiento de Mataró, y cuenta con la colaboración del Grupo Ferroviario Mataró, Amigos del Tranvía de Argentona, Unió de Botiguers, Centre Modelisme Ferroviari Sabadell, Amigos de la ciudad de Mataró, Voluntarios para el futuro y Märklín.

La Plaça Santa Anna acogerá este fin de semana la IX Feria Ferroviaria, en la que se podrán ver «estand» relacionados con el ferrocarril, habrá un taller infantil de maquetas ferroviarias y la posibilidad de hacer un recorrido en tren a escala con la locomotora de vapor del Centre de Modelisme Ferroviari de Sabadell. El domingo 28 de octubre, el alcalde, Joan Mora, presidirá la ofrenda floral institucional al monumento a Miquel Biada y Bunyol.

Preocupación en Catalunya por la sucesión de accidentes ferroviarios, el último ayer en Mataró

Nuevo accidente ferroviario en Catalunya. El tercero en tres semanas. Los usuarios de los trenes de Cercanías de Barcelona asisten atónitos a un carrusel de incidentes ferroviarios. El último se produjo ayer en Mataró. Un tren chocó con el tope de la vía. A consecuencia del incidente se produjeron diez heridos. La sucesión de accidentes tiene ya consecuencias. La próxima semana tendrá lugar una reunión entre el conseller Lluis Recoder, la ministra Ana Pastor y los responsables de Renfe y Adif.

Se trata del tercer accidente que sufre la red de Cercanías en Barcelona en las últimas semanas, después de que el pasado martes 7 de febrero descarrilara un tren sin pasajeros en la Estación de Francia y que el 19 de enero chocaran un tren de Cercanías y un Talgo en la estación del Clot, con 25 heridos, en un siniestro idéntico al que también hubo en el Clot el 20 de marzo de 2011, al chocar un Talgo y un Cercanías, con 17 heridos. De hecho, Protección Civil ha pedido a Renfe y Adif una relación exhaustiva de las investigaciones abiertas ante estos últimos incidentes ferroviarios, así como explicaciones sobre las medidas adoptadas para evitar que se repitan siniestros parecidos.

El conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat exigirá, según ha avanzado, a la ministra de Fomento, que se desplazará a Barcelona, que invierta los 4.000 millones prometidos para la red ferroviaria catalana «que sufre de estrés» y que modifique la ley para poder abrir la explotación de las líneas de cercanías a otras compañías. Por su parte, la ministra de Fomento, Ana Pastor, ha deseado una «pronta recuperación» a los heridos en el accidente y ha garantizado que se investigarán las causas del siniestro.

El Gobierno catalán ha sostenido este jueves que la red de Rodalies es «segura, pero sufre estrés» porque circulan muchos trenes y el entramado no tiene tanta capacidad, por lo que tiende a saturarse. Así lo ha dicho el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, en declaraciones a los medios después de que la mañana de este jueves hayan resultado heridas diez personas al chocar un tren contra la topera de una de las vías de la estación de Mataró (Barcelona), un hecho que ha dicho que «no es puntual».

En el accidente, que se produjo a las 09.44 horas de la mañana, resultaron heridas diez personas, de las que únicamente el maquinista, que quedó atrapado en la cabina durante unos cuarenta minutos, resultó con heridas graves, si bien ya se ha descartado que tenga lesiones internas de importancia. El accidente se produjo cuando el tren, que había salido de Molins de Rei (Barcelona) a las 08.33 horas y llevaba a unos cincuenta pasajeros, llegó a la estación de Mataró (Barcelona) y maniobraba para estacionar en su destino, momento en el que chocó con el tope de la vía 4. De los diez heridos, ocho, entre ellos el maquinista, que tiene más de diez años de experiencia, han sido evacuados al Hospital de Mataró, mientras que otros dos han sido trasladados al de Can Ruti, en Badalona (Barcelona).

«Lamentamos lo que ha ocurrido y estamos muy preocupados», ha indicado Recoder, quien ha apuntado que es posible que el accidente ferroviario se debiera a un error humano del maquinista, pero también ha puesto sobre la mesa el déficit de inversión que padece la red.

El director de Cercanías en el área metropolitana de Barcelona, Miguel Ángel Remacha, que se desplazó a la estación de Mataró, apuntó a un exceso de velocidad como posible causa del accidente, aunque afirmó que desconocía si se había producido por causas técnicas o humanas. Los técnicos de Renfe y Adif han recuperado un sistema de registro de tren sobre la velocidad y la activación de su sistema de seguridad, que analizarán para conocer más datos sobre las causas del siniestro.

El director general de Transportes de la Generalitat, Ricard Font, ha anunciado que tras este accidente ha convocado una reunión para la próxima semana con responsables de Renfe y Adif para analizar y evaluar la seguridad de la red de Cercanías.

El alcalde de Mataró, Joan Mora, también ha sido muy crítico y ha denunciado que a los usuarios se les está «acabando la paciencia». «He llamado al conseller de Territorio y Sostenibilidad, Lluis Recoder, para pedir una reunión urgente porque esto no puede volver a pasar», ha explicado el alcalde, que ha advertido que los pasajeros no pueden «tolerar» esta situación.