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Vehículos especiales: trenes de lujo

Los servicios ferroviarios de lujo son una de las analogías más evidentes sobre la riqueza y el estatus a fines del siglo XIX y principios del XX, como bien lo atestiguan el legendario ‘Orient Expres’ y el ‘Tren Bleu’. Las grandes fortunas y los aristócratas de esa época se entregan al glamour de los viajes ferroviarios más exquisitos y exclusivos, que simultanean en paralelo con los elegantes y grandes transatlánticos. Los primeros se eligen por el puro placer de viajar (y de exhibirse, por qué no); los segundos por la necesidad de cruzar las aguas que separan los continentes europeo y americano (tan profundas e inmmensas como la división de clase social que se evidencia a bordo de esos cruceros). Tiempos pasados, sin duda.

Ahora cuando uno viaja, casi lo hace por necesidad. El tren se utiliza como un medio para llegar al destino elegido. Y decidimos además la forma más barata y rápida para lograr nuestro objetivo. Lo que interesa es llegar. Pero hay ocasiones en las que optamos por explorar otro tipo de sensaciones y lo querenos hacer en el tren. Sin prisas, admirando el paisaje, y como tratando de retroceder en aquel otro tiempo que hace ya demaasiado que dejamos escapar. Si tenemos la suerte (y el poder adquisitivo) de rodar en uno de esos auténticos cruceros de lujo…¡que mayor placer! No hay necesidad de que sea el ‘Oriente Express’; hay trenes a nuestro alcance y sin salir del país. Tan solo hay que dejarse guiar por el poeta Konstantino Kavafisy y desear que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias, porque lo importante no es llegar a Ítaca sino el camino en sí mismo, que dejó escrito este autor griego, una de las figuras literarias más importantes del siglo XX.

Los trenes turísticos de Renfe (Transcantábrico Gran Lujo, Expreso de La Robla, Al Ándalus, Costa Verde Express) alcanzan una cifra de negocio considerable y constituyen una alternativa a los exóticos convoyes foráneos. Con 2.400 plazas disponibles , la ocupación media supera el 80%. Los recorridos que realizan estos trenes por España en vehículos de coorte tan singular, suelen demandarlos sobre todo los turistas extranjeros, donde destacan los alemanes, australianos, norteamericanos, argentinos, chinos, rusos o japoneses. En el caso del Al Andalus y el Transcantábrico, en sus dos versiones, ofertan 2.376 plazas llenas de detalles, atenciones exclusivas, paradas con historia y paisajes encantadores.

Este tipo de ocupación en trenes de lujo aumentó considerablemente en 2016. En opinión de Renfe, el aumento llegó a alcanzar los 12 puntos porcentuales en el Trancantábrico Gran Lujo hasta un 95,6%, 10 puntos en el Al Andalus que llega a un 79,6% o 6 puntos en el Expreso de la Robla que alcanza el 78,5%.

Hace tres décadas nacía el que hoy es el tren turístico más veterano de España: El Transcantábrico. Lo que entonces era una apuesta arriesgada para un país que nunca había visto circular un tren de estas prestaciones y características es hoy un producto consolidado de prestigio internacional. Tras sucesivas transformaciones y mejoras a lo largo de su ya larga historia, El Transcantábrico es hoy un auténtico hotel de cinco estrellas sobre raíles, con prestaciones y comodidades que satisfacen las expectativas más exigentes. En sus salones y suites se combina a la perfección el encanto de los evocadores trenes de principios del siglo XX con el confort más avanzado del siglo XXI.

‘El Transcantábrico Gran Lujo‘ (considerado uno de los cinco mejores trenes turísticos del mundo y el más reconocido en vía métrica junto al sudafricano ‘Blue Bird), y refleja varias de sus señas de identidad: fuente de inspiración, avivador de la imaginación, espacio inigualable para perderse y para encontrarse, y fiel guardián de aquella forma de viajar en la que el medio y el trayecto eran tan importantes o más que el destino, tal y como señala la operadora en su información.

Las doce unidades albergan, en las zonas comunes, un salón panorámico, un comedor, un salón de té en los que los clientes pueden degustar la gastronomía típica de cada zona que se recorre, y un pub, donde cada noche se ofrecerá música en directo y fiestas diversas. Dos locomotoras de la serie 1900 (1901,1902, 1903 y 1904 han maniobrado con este tren, aunque en anteriores ocasiones eran de la 1600, en especial las 1651, 1654, 1666 y 1608) se encargan de tirar de las dos ramas del convoy turístico que realizan la ruta por los parajes del Norte

Los coches Pullman originales de 1923 que prestan servicio en el Transcantábrico Gran Lujo, auténticas joyas ferroviarias, Bautizados hoy en día como ‘Cantabria’, ‘Galicia’, ‘Asturias’ y ‘País Vasco’ fueron fabricados por la empresa The Leeds Forge que, cuya sede social estaba situada en la ciudad de Leeds, al norte de Inglaterra por encargo de la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados.

Elegancia, confort y exclusividad son sus señas de identidad. El más suntuoso de los trenes turísticos de lujo de Renfe inicia la temporada 2020 a mediados del mes de abril y finaliza en el mes de octubre. Su ruta de ocho días y siete noches por la recortada costa del mar Cantábrico, desde San Sebastián a Santiago de Compostela o viceversa, se adentra en tierras norteñas, ofreciendo al viajero lo mejor de su cultura, su historia, sus paisajes y su cocina. Un recorrido cultural que permite conocer el innovador Museo Guggenheim, hacer juego en el Gran Casino de Santander, relajarse en un circuito termal en el lujoso balneario de La Hermida y adentrarse en lugares sagrados, repletos de tradición, como Covadonga o Santiago de Compostela, la milenaria meta de peregrinos. La atención exquisita de toda la tripulación, la oferta gastronómica de primer nivel ligada a la identidad culinaria de los lugares que atraviesa y la oferta cultural y de ocio hacen de este viaje una experiencia única.

El expreso de La Robla’, que toma el nombre de la línea que unía Bilbao con la localidad leonesa minera de La Robla, ofrece un viaje distinto a los demás, con la nostalgia y a la vez modernidad de los grandes cruceros en tren, emulando el clasicismo y glamour de El Transcantábrico. ‘El expreso de La Robla’, una unidad de nueve coches con capacidad para 56 viajeros, fue construido a partir de los coches de viajeros de la serie BB de mediados del siglo XX, que han sido transformados en tres coches-salón, para restaurantes y reuniones. Estos coches tienen gran versatilidad pudiendo ser utilizados como salones de viaje para disfrutar del paisaje desde ellos, así como para restaurantes, o para celebrar reuniones e impartir cursos y conferencias. Además, dispone de bar, office, y salón-pub con grandes pantallas de proyección, así como megafonía interconectada y climatizaciones independientes.

Los coches intermedios de las unidades 3.500 han sido transformados en su integridad en coches de literas conformándose así siete compartimentos por coche, lo que equivale a un total de 28 cabinas dobles de literas y una posibilidad máxima de uso de 56 personas. (Los tres remolques 5300 ex-Man son los tres salones de la composición que se denominan Salón Picos de Europa, Salón Ciudad de León y Salón Villa de Bilbao. Los coches litera, son cuatro remolques ex-5500 de unidades eléctricas. Los coches cama son 4 Ri de las unidades 3500 que se quitaron al llevar las unidades 3500 a Asturias)

El ‘Expreso de La Robla’, el más urbano de los trenes turísticos, mantiene todo el encanto de los trenes clásicos, aquellos capaces de transportarnos a otras épocas y lugares. La temporada 2020 comienza en el mes de julio y finaliza en octubre. Su clásico itinerario, La Robla, es el protagonista absoluto con un recorrido de 3 días y 2 noches entre Bilbao y León, o viceversa. Descubriremos la belleza y la historia de Castilla y León, con lugares como Ojo Guareña, la villa romana de La Olmeda, el rico patrimonio románico palentino o el evocador casco histórico de León.

El Al Andalus, que inició su andadura en 1985, se consolida cada año como uno de los trenes con mayor arraigo entre los turísticos de lujo del mundo. Dispone de catorce coches con capacidad para 74 personas, la mayor parte de las veces arrastrados por una locomotora mixta de la serie 319 de la operadora española; que en ocasiones lo hace en doble tracción. La composición se organiza con un coche cocina; dos vehículos restaurante ‘Alhambra’ y ‘Gibralfaro’; un coche bar ‘Giralda’, otro dedicado a salón y juegos ‘Medina Azahara’, siete carruajes cama, uno más para el personal y un furgón generador. Catorce vehículos que hacen de este tren el más largo de los que recorren las vías españolas y que supera los 450 metros de longitud (el equivalente a un rascaciones superior a los 150 plantas).

El tren de lujo Al Ándalus es un auténtico palacio sobre raíles, cuidadosamente restaurado y ambientado en la Belle Epoque, nos permite remontarnos en el tiempo decenas de años mientras disfrutamos del confort y el lujo. El más espacioso de los turísticos de Renfe inicia la temporada 2020 a mediados del mes de mayo y finaliza en el mes de octubre. Con el fin de adaptarse a todas las preferencias, el tren Al Ándalus ofrece dos modalidades de alojamiento: Suites Deluxe y habitaciones Gran Clase. Viaje, gastronomía y cultura se combinan en su ya tradicional itinerario por Andalucía, un recorrido circular de 7 días y 6 noches por el sur de España.

Marqueterías, paneles lacados o sombrereros originales son legado de la sofisticación de sus orígenes. No en vano, los coches suites que hoy componen Al Ándalus pertenecen a la misma serie que los que se construyeron en Francia a principios del siglo pasado para los desplazamientos que los miembros de la monarquía británica realizaban entre Calais y la Costa Azul. Sus coches salón, originarios de la misma época, son el escenario ideal en el que relajarse o compartir vivencias con los compañeros de viaje.

Esta temporada Renfe estrema un nuevo tren: Costa Verde Express, heredero del Transcantábrico. De espíritu elegante y majestuoso, mantiene las señas de identidad de los turísticos de la operadora. Un servicio de alta calidad a cargo de una tripulación volcada en el viajero, el ambiente de época de sus coches salón y sus habitaciones y el encanto del camino que recorre, son las claves de un viaje inolvidable por la España Verde. La temporada 2020, que recoge el testigo del emblemático Transcantábrico, arranca en el mes de mayo y finaliza en octubre (con la pandemia no ha sido posible su puesta en servicio). Su itinerario por el norte de España nos traslada desde Bilbao a Gijón, o viceversa, en una ruta de 6 días y 5 noches con el mar Cantábrico como compañero. Un recorrido que nos acerca al famoso Museo Guggenheim, a villas marineras como Laredo, Ribadesella, Candás o Llanes; a elegantes ciudades como Santander o vivas como Gijón. Nos fascinará el arte rupestre de la Neocueva de Altamira y el paisaje de los Picos de Europa y su lago Enol.

Las confortables habitaciones Gran Clase del Costa Verde Express, distribuidas en dormitorio y baño privado, aseguran el descanso y el bienestar sin que falte ningún detalle. En sus coches salón, así como en restaurantes de primer nivel, se puede degustar la excelente gastronomía del norte de España, reconocida mundialmente. Todas las visitas y actividades están incluidas.

(Fuentes. Renfe. Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). Vía Libre. Fundación de Ferrocarriles Españoles)

Vehículos especiales: coches cama

Un clásico donde los haya; un rara avis para los tiempos que corren. La alta velocidad ferroviaria ha cambiado profundamente la forma de entender el viaje en tren. Las distancias se acortan hasta tal punto que ha provocado la extinción de los expresos nocturnos que hacían posible aprovechar el día y dormir de noche. Son pocos los países donde aún se hace necesario el uso de los coches-cama. Pero, cuando los convoyes surcaban en la profundidad de la noche cientos de kilómetros para llegar a su destino, ocupar esas habitaciones rodantes era más necesidad que placer. Mientras se devoraban los kilómetros del trayecto, los pasajeros dormían plácidamente. Hoy apenas si alguien recuerda al hombre que hizo posible y cotidiana esa forma de viajar. Una costumbre sobre todo indisolublemente asociada a un nombre: Pullman.

Al contrario de lo que muchos piensan, George Mortimer Pullman (1831-1897) no fue ningún genial inventor; más bien aprovechó sus dotes de publicista y su fino olfato para los negocios para que su empresa acabara coronada por el éxito. Y éste le llegó poco después de que trasladara el cadáver del presidente Abraham Lincoln, asesinado en abril de 1865, en un vehículo especialmente diseñado para la ocasión, una variante del coche cama que había puesto en circulación un año antes. A partir de aquel viaje mortuorio, la industria ferroviaria se rindió a sus pies.

Sin embargo, no fue él quien tuvo la idea original de dotar a los trenes de camas. Las distancias en Estados Unidos son, en general, más largas que los trayectos europeos. Por lo que parece natural que alguien pensara en procurar mayor confort a los pasajeros que viajaban en los obligados trayectos nocturnos. Los primeros vagones cama de los que se tiene noticia son de 1838. El vehículo fue adaptado por la Cumberland Valley Railroad a sus convoyes. Disponía de iluminación a base de velas, lavabo en el compartimento de señoras y una estufa de hierro para combatir los rigores del invierno. Uno de sus vehículos más conocidos era el coche bautizado como ‘Chambersburg’, que realizaba el trayecto entre Chambersburg y Harrisburg, en Pennsylvania. Un par de años más tarde, un segundo coche, el ‘Carlisle’, se introdujo en el servicio de transporte nocturno ante el gran éxito de la empresa y la aceptación de los pasajeros.

En 1855, la Illinois Central y posteriormente la Burlington decidieron imitar a sus colegas e introdujeron vehículos camas en sus convoyes; y en 1857 Theodor Woodruff construyó el nuevo modelo de coche cama que ofreció las diferentes compañías ferroviarias. El vehículo, de una sala única, estaba equipado con pequeños divanes de dos asientos cara a cara a lo largo del pasillo central. Estos divanes se transformaban, mediante un sistema de palancas, en una especie de litera en la que los pasajeros podían dormir aislándose del resto mediante una cortina. La intimidad no era completa, pero, al no ver a otros viajeros, existía cierta sensación de privacidad.

George Mortimer Pullman aprovechó las ideas de sus competidores y registró la patente de lo que en todo el mundo se conocería poco después como el coche cama por excelencia. El industrial estadounidense, un ávido emprendedor que supo ver enseguida el futuro del ferrocarril, consiguió evolucionar el coche de pasajeros con una mezcla de elementos innovadores de otras invenciones y su idea del éxito comercial.

Preocupado por la falta de comodidad de los vehículos ferroviarios de pasajeros, Pullman diseñaba en 1857 el primer coche-cama. Los carruajes no solo disponían de literas, sino que además iban dotados de asientos articulados, armarios, lavabos y una lujosa decoración. La idea pasaba por atraer a hombres de negocios y a pasajeros de alto ‘standing’. Un año después, ponía en práctica un nuevo diseño y remodelaba dos coches del tren Chicago-Alton. Se asoció con el empresario Hannibal Kimball como agente minero en Golden (Colorado) y logró una importante fortuna que le permitió dedicarse a la construcción de sus ‘coches-palacio’. En 1864, logró que su vehículo ‘Pioneer’ fuera el transporte preferido del presidente Abraham Lincoln. El vagón sirvió de coche fúnebre del dignatario tras su asesinato en 1865, lo que acabó por reportarle una favorable publicidad y sus cotas más altas de popularidad.

Dos años después, formaba en Chicago la Pullman Palace Car Company, con un capital de un millón de dólares, y producía el coche-hotel ‘President’, que disponía de dormitorios y cocina. La comida rivalizaba con la de los mejores restaurantes de la época y el servicio era impecable. Al año siguiente, el coche-restaurante ‘Delmonico’, con capacidad para 48 comensales, 4 camareros y 2 cocineros, hacía furor entre los pasajeros adinerados. Los menús eran preparados por chefs del famoso restaurante ‘Delmonico’ de Nueva York.

Durante la guerra civil americana, se hizo rico e, intuyendo el desarrollo de los viajes en el ferrocarril, comenzó con un socio su actividad como constructor de material rodante, fabricando un vehículo adaptable al día y a la noche. Este coche apenas si era diferente de los otros que sus competidores tenían en funcionamiento. Pero su obsesión era marcar la diferencia; y esta llegó con la patente de un nuevo carruaje de mayores dimensiones que los otros y con un acabado interior, donde no faltaba ni un detalle. «Coches-palacio de Pullman, lujo para la clase media», fue desde entonces su lema. También revolucionó el concepto de los coches restaurante, implantando el servicio personalizado, por ejemplo, para cada uno de los comensales.

En 1872, ya habían sido fabricados 500 coches de lujo con diversas funciones (dormitorio, salón, hotel), a razón de tres semanales. Ese año, el belga Georges Nagelmackers (1845-1905) fundaba en Bruselas la Compagnie Internationale des Wagons-Lits para construir en Europa coches similares a los que recorrían Estados Unidos de costa a costa. Solo la invocación de su nombre hacía referencia al lujo y confort de los grandes cruceros ferroviarios. Pero nunca llegaron al nivel de los de Pullman, que en 1880 fabricaba el 75% de los vehículos ferroviarios de pasajeros en Estados Unidos. El avispado empresario no duda en adquirir negocios y tecnología de otros fabricantes que pone de inmediato al servicio de sus transportes. Sus fábricas llegaron a construir 100.000 vagones para mercancías, 2.000 vehículos-cama y 500 coches de lujo para pasajeros.

La Compagnie Internationale des Wagons-Lits (conocida por su sus siglas CIWL y en español como ‘Compañía Internacional de Coches Cama’) tenía como misión prestar el servicio de restauración y alojamiento de diferentes administraciones ferroviarias europeas a través de sus propios coches cama, coches salón y coches restaurante. A partir de 1883 cambió su denominación por la de ‘Compañía Internacional de Coches Cama y de los Grandes Expresos Europeos’ ya que en ese mismo año inicia un nuevo servicio de trenes internacionales entre los que se encuentran el famoso Orient Express.

El 4 de octubre de 1883, la compañía inauguró el entonces bautizado ‘Express d’Orient’. En la época, el tren salía dos veces por semana de la estación del Este (Gare de l’Est), en París, y terminaba en la ciudad de Giurgiu, en Rumanía, pasando por Estrasburgo, Múnich, Viena, Budapest y Bucarest. De Giurgiu, los pasajeros eran transportados a través del Danubio hasta la ciudad de Ruse, en Bulgaria. De allí otro tren los llevaba hasta Varna, donde podían tomar un ferry hasta Estambul. A partir de 1885 el Orient Express utiliza también una variante del trazado por Belgrado y en 1889, al culminarse el trazado ferroviario hasta Estambul, se convierte en un expreso diario a Budapest y ofrece un servicio tres días a la semana hasta Estambul. Durante la Gran Guerra se suspendieron los viajes, pero al finalizar se reanudaron y se iniciaron nuevos itinerarios, como el que discurría por Milán, Venecia y Trieste y que recibía el nombre de Simplon Orient Express, ya que pasaba por el túnel del Simplón. En el período de entreguerras alcanza su cenit como tren de lujo y escenario de intrigas políticas y de todo tipo.

De esta época sobresale uno de sus coches, que pasa a la historia como el ‘tren de Compiegne’: el 2419-D. En 1912, por encargo de la CIWL, la empresa Societé Générale des Ateliers de Saint-Denis fabrica un grupo de vehículos que se numeran del 2403 al 2424 y que pretendía destinar a las líneas del interior de Francia. Eran coches de lujo, de la Serie 2400, con dos bogies de dos ejes, revestidos de madera de teca, y dotados de amplias ventanillas, que permitían una gran luminosidad durante el día. El 2419-D se entrega el 20 de mayo e inicia sus servicios, el 4 de junio del mismo año, en el recorrido de París-Montparnasse a Saint-Brieuc, en Bretaña. En él se firmaría el armisticio del 11 de noviembre de 1918 que pone fin a la Primera Guerra Mundial. Años después, Hitler se tomaría la revancha años más tarde. En la mañana del 22 de junio de 1940, obliga a una delegación francesa a capitular en este mismo vehículo. Después sería trasladado a Alemania, como trofeo de guerra. Las SS lo destruyen en 1945, ante el avance aliado. (Podéis leer aquí su historia)

Durante la Segunda Guerra Mundial, la CIWL también suspende los servicios. Es el inicio de la decadencia. Algunas de las administraciones ferroviarias cerraron su paso a los trenes internacionales y distintos conflictos políticos agravaron la situación, especialmente entre Bulgaria y Turquía. La compañía se desentiende a lo largo de la década de 1960 y 1970 de sus trenes internacionales, pasando a ocuparse de ellos las administraciones ferroviarias de los estados por los que circula. El Direct Orient Express rinde su último viaje entre París y Estambul el 19 de mayo de 1977. Desde entonces ha habido numerosos intentos de recuperar este servicio ferroviario de lujo como el Venice Orient Express, el Venice Simplon Orient Express (VSOE) y el Nostalgie Orient Express.

Vehículos especiales: trenes reales

La presencia de los trenes reales en la historia del ferrocarril español, no deja de ser anecdótica. No se puede comparar al protagonismo que este medio alcanza, incluso hoy en día, en Reino Unido, donde la reina Isabel II tiene su propio tren que utiliza en ocasiones muy especiales: el Royal Train. Utilizado por primera vez en 1840 por la reina consorte Adelaida, esposa del rey Guillermo IV, es sin embargo, Victoria la primera monarca en viajar en este vehículo tan especial (1842), entre Slough y Londres. Consta de nueve coches y está equipado con múltiples habitaciones y baños. Solo por invitación expresa de Isabel II se permite el uso a los miembros de la realeza.

Otros trenes ‘regios’ eran propiedad de Napoleón III y del Vaticano. El primero disponía de un transporte real construido en los talleres de material rodante de la Compañías de los Caminos de Hierro del Estado. El tren se componía de nueve coches comunicados entre sí: un vagón para equipajes, dos coches de primera clase, un coche-comedor, un coche-terraza, un coche-salón para fumar, un coche-cama, uno de primera clase para el servicio de la emperatriz y otro final para equipajes. Todos ellos lujosamente decorados. El tren papal, un regalo a Pío IX del mismo Napoleón III y la sociedad constructora de la línea de ferrocarril del Estado Pontificio (Roma-Franscati), habilitaba tres coches. Uno de ellos alojaba una capilla; otro era un coche salón y el tercero un coche con palco plataforma.

Incluso ha habido máquinas muy especiales para estos vonvores regios. Una de las más famosas es la portuguesa ‘Don Luiz’. Construida en 1855 por Beyer Peacock & Cia. Lid de Manchester, la locomotora se entregó siete años después a los Caminhos de Ferro Sui e Sueste y estuvo en activo durante más de medio siglo. Con sus brillantes latones pulidos, arrastró el tren real que Víctor Manuel I de Italia regaló a su hija, María Pía, al casarse con el infante portugués don Luiz, que luego subió al trono en 1861. Los lujosos y llamativos carruajes decimonónicos se fabricaron en Bruselas en las instalaciones de la Compagnie Générale de Matérieis de Chemin-de-Fer.

A la caída de la monarquía (1910), la ‘Don Luiz’ pareció también enfrentarse a un negro futuro. Del lujo real pasó a remolcar trenes de trabajo entre Barreiro y Moita. Nadie se molestaba ya en pulir sus latones ni limpiar de polvo y hollín sus flancos, hasta entonces brillantes como el oro. Y después pasó un largo periodo inactiva y casi abandonada. El convoy real, que pertenece a la Fundaçao Museu Nacional Ferroviario Armando Ginestal Machado (FMNF), fue restaurado en Oporto en los inicios de 2010 bajo el patrocinio del Spoorwegmuseum de Utrecht (Holanda) para formar parte ese mismo año de la exposición internacional ‘Royal Class Regal Journeys’. Los coches se devolvieron a su estado original y los interiores rescataron las nobles maderas y telas de su mobiliario. Hoy luce esplédnida en el Museo del Ferrocarril de Entroncamento.

En España, el primer ferrocarril con carácter regio fue el de Madrid-Aranjuez, inaugurado por la reina Isabel II en febrero de 1851. Para esta ocasión, el promotor del ferrocarril, el marqués de Salamanca hizo construir un coche que según crónica de la época «era muy superior a los utilizados por la reina Victoria de Inglaterra y Luis Felipe de Francia». Con anterioridad a 1864, hay escasa documentación gráfica de un coche real que MZA preparó para la reina Isabel II. Se trata de un coche de dos ejes y puertas de acceso situadas en el centro del vehículo a cuyo interior se accedía por una escalinata. El coche llevaba el escudo de la Casa de los Borbones en las esquinas y en la parte superior de las puertas.

Es precisamente la compañía MZA la primeta en disponer de un tren real, aprovechando la inauguración de la línea de Madrid a Zaragoza. El rey consorte Francisco de Asís Borbón lo estrena para trasladarse a los baños de Alhama de Aragón. También la reina Isabel II, así como Amadeo I y Alfonso XII llegaron a utilizarlo en alguna ocasión. El transporte disponía de cinco coches, que carecían de las habituales puertas centrales que llevaban los coches de la época. Sólo tenía dos puertas en cada extremo. La composición estaba formada por un coche salón o de recepciones, el de descanso, un salón para ministros y séquito, otro comedor y el de cocina. A esta composición se agregaban todos los coches auxiliares necesarios. Todos ellos se comunicaban a través de unos puentecillos con barreras laterales.

El coche salón estaba revestido de damasco rojo con techo en raso blanco. Tanto los sillones como las sillas y divanes se instalaban en los laterales y su tapicería era de “gobelinos”. En el frente se situaba un sofá sobre el que se apoyaba un tapiz con las armas reales bordadas a mano. El mobiliario lo completaba una mesa de alas en caoba y bronce que se encontraba en el centro del salón. Este salón estaba comunicado con un pequeño gabinete desde el que se accedía al coche dormitorio o de descanso. Este coche se dividía en tres departamentos. El primero era un salón con dos divanes-cama y butacas. El segundo era el dormitorio real y el tercero cumplía las funciones de vestidor, por lo que constaba de un tocador, armarios y retrete. Su tapicería era de damasco azul con estampado de flores de lis y coronas. El tren se modernizó en 1881, reparando sus instalaciones técnicas y suntuarias. En 1882 prestó servicio con motivo del viaje a Andalucía de Alfonso XII y la reina María Cristina. Estuvo circulando para la casa real hasta un año más tarde.

En 1883, la Compañía de Asturias-Galicia y León, en sus talleres de León, construye un nuevo tren real en el que viajaron los reyes Alfonso XII y doña María Cristina para la inauguración en ese mismo años de la línea Madrid-León-La Coruña. La composición estaba formada por ocho coches. El coche-cocina tenía capacidad para preparar hasta cuarenta cubiertos, además de disponer de un departamento para siete personas de servicio. Un coche-antecocina, que servía de almacén del servicio de mesa, llevaba unos bancos dispuestos en sentido longitudinal que se utilizaban para descanso de la servidumbre real durante el viaje. El comedor, con capacidad para veinte comensales, estaba lujosamente decorado con tapices. El techo era de caoba con marquetería en verde y blanco; el piso de nogal encerado estaba cubierto por una gran alfombra de nudos. Este coche tenía nueve ventanas a cada lado, decoradas con cortinas de damasco azul. El mobiliario, también de nogal, lo formaba una gran mesa ovalada y veinte sillas con respaldo de rejilla. En los cuatro ángulos del coche se ubicaban otros tanto lavabos con depósitos de agua corriente.

El coche de la reina se situaba a continuación del comedor. Constaba de un pasillo lateral para acceder a los distintos departamentos: dormitorio, tapizado con los colores de la Casa de Austria (brocatel, azul y plata). La cama de bronce, con colcha de brocado azul y adornos de pasamanería, llevaba ropa blanca de tipo holandés. Un tocador dotado de un completo servicio de plata, dos sillas, mesa de noche y cortinas completaban la decoración. Desde este dormitorio se accedía al dormitorio de la reina, amueblado con un gran diván, cama, dos sillas imperiales y un tocador de ébano y mármol. El dormitorio decorado en damasco amarillo, oro viejo y molduras doradas, tenía una cama de bronce, armario de caoba con espejos, mesa de noche y una silla tapizada en damasco amarillo. Una puerta de ébano, comunicaba el dormitorio con el lavabo-retrete totalmente revestido de caoba. El alumbrado era de aceite y en el lavabo había un candelabro niquelado.

En 1897 la Compañía del Norte comienza la fabricación, en sus talleres generales de Valladolid, de dos coches para su utilización por la familia real. Se trataba de un coche salón y un dormitorio que sustituirían a los de la Compañía del Noroeste en los desplazamientos reales. Los coches eran de madera, con una anchura de tres metros y se accedía a ellos por un testero en lugar de por el centro. Incorporaban bogies en vez de ejes para mayor confort y seguridad y su longitud era de 19 metros. Se concluyeron a finales de 1900 y estuvieron en servicio hasta el año 1931. A lo largo de esos años sufrieron diversas modificaciones y reformas. En 1902, se reformó el comedor, ampliando la longitud del salón de 5 a 6,8 metros lo que dio capacidad para colocar tres mesas de caoba con cuatro cubiertos cada una y dos mesas de dos cubiertos. Para estos 16 cubiertos se encargaron 16 nuevas sillas. En el exterior se encontraban los escudos con las armas reales de la reina madre María Cristina y Alfonso XIII.

En 1929 se construiría un tercer coche, el coche cocina, ya que se estaba utilizando el antguo de la Compañía del Noroeste. Fue construido por los Talleres de Carde y Escoriaza de Zaragoza. La dotación interior fue supervisada por el cocinero mayor de Palacio. Este tren real estuvo activo hasta 1932, año en que fue apartado en los Talleres Generales de Valladolid, permaneciendo allí hasta el año 1975 cuando, con motivo de la celebración del Congreso de MOROP, se traslada al depósito de Vilanova i La Geltrú, donde todavía se encuentra, actualmente formando parte de los fondos del museo.

La Compañía del Norte editaba en julio de 1900 las Instrucciones para la Circulación de los Trenes Reales (el resto de compañías también tenía similares órdenes), con motivo de un viaje de Alfonso XIII. Entre otras muchas normas, establecía la obligatoriedad de disponer en todo el trayecto de máquinas de reserva en presión y abastecidas de combustible y agua, listas para partir en cualquier momento. Todo ello, debía realizarse dos horas antes de la llegada del tren, continuando las máquinas en estado de marcha hasta que el tren llegara a la siguiente estación con máquinas de reserva. Los trenes eran remolcados por una sola máquina de dos ejes acoplados, aunque podía emplearse la doble tracción excepcionalmente en rampas superiores a 11 milésimas, pero sin superar la velocidad de 45 kilómetros por hora. Si la rampa era superior a 5 milésimas, podía ser remolcado por una máquina de tres ejes acoplados. En este caso la velocidad no excedía los 50 kilómetros por hora.

La vigilancia de vía antes de salir el tren la realizaban los sobrestantes y capataces, quienes recorrían a pie todo su distrito para examinar la vía, agujas, placas giratorias, túneles, pasos a novel, puentes, señales, etc. Todas las obras que estuvieran en proceso en el recorrido del tren quedaban paralizadas desde cuatro horas antes de su paso, hasta dos horas después.

(Fuente Vía Libre. Imagen de Aguste Murel del Archivo del BNE. Coche real de 1864)

El ‘Deccan Odyssey’, rey del turismo ferroviario

El ‘Deccan Odyssey’, principal tren de lujo de la India, entra de nuevo entre los elegidos de los World Travel Awards (WTA). Por quinta vez consecutiva, el convoy ha conseguido el galardón como ‘Tren de Lujo Líder de Asia’ en este premio equivalente a los Oscars del turismo, que se entrega en una ceremonia pomposa y brillante que tiene lugar en el Intercontinental Grand Stanford Hong Kong

El director de proyectos especiales de Cox & Kings, Arup Sen, explica que «el Deccan Odyssey ha superado la definición de lujo gracias a su servicio incomparable y su deslumbrante diseño, que no solo ofrecen una comodidad inimaginable, sino también una ventana poco común para recorrer la India. Los premios WTA reconocen la excelencia del tren en su oferta de experiencias únicas y viajes extraordinarios«, asegura al dar a conocer el ganador de estos prestigiosos galaradones.

Conocido como el Orient Express de la India, este convoy inicia su andadura en 2004. Su diseño se inspira en los trenes europeos de los años 20 del pasado siglo, con 21 coches que puedan transportar hasta 80 pasajeros, operado y administrado por Cox & Kings Ltd, socio externo de la The Maharashtra Tourism Development Corporation. Se tardó alrededor de cinco meses en finalizar el diseño de este tren de lujo. Alineado con los mejores trenes reales del mundo, como Blue Train de Sudáfrica o Orient Express de Europa, Deccan Odyssey fue impregnado con todas las instalaciones modernas que contribuyen a hacer cada viaje de tren a Maharashtra un verdadero placer. Los coches tratan de proporcionar el lujo de los vehículos imperiales utilizados por los maharajás de antaño para viajar. Dispone de una tripulación de más de 30 personas para supervisar un cómodo viaje en este vehículo ferroviario, con paredes de caoba, lámparas de bronce, todo tapizado de azul y plata, sauna, gimnasio, sala de ordenadores conectados via satélite y un sinfín de lujos.

El convoy pintado de azul, que sale de la estación Victoria de Bombay camino del sur, es un suntuoso palacio sobre raíles que dispone de salones, biblioteca, dos bares y hasta tres restaurantes. Cada estancia cuenta con un asistente personal cuya única misión es estar disponible 24 horas al servicio de los clientes de este lujoso convoy. El precio ronda los 2.800 dólares por persona en cabina doble (incluye la pensión completa y las visitas guiadas en inglés).

El tren ‘Deccan Odyssey’ es uno de los trenes de mayor lujo de India. Con un estilo que recuerda las películas de Bollywood, recorre la costa oeste de India durante una semana. Bombay, Goa, Kolhapur, Tarkali, Aurangabad y Nasik son algunas de las paradas en las cuales los pasajeros pueden hacer visitas durante el día antes de partir por la tarde -noche. Proporciona un viaje a través del tiempo por las playas de Goa, donde es posible admirar hermosos palacios de antiguos marahas y paisajes y tesoros con mucho embrujo. El tren obtiene su nombre de la ruta que recorre, en la meseta de Deccan. Tiene también fama por su excelente gastronomía. A medida que el tren se adentra en una u otra región, el menú de sus dos coches restaurante incorpora diferentes platos regionales indios, según donde recale el convoy. La oferta es amplísima, con deliciosas especialidades chinas y una extensa carta de cocina internacional, todo ello servido de manera impecable.

Lujo japonés sobre raíles

El ‘Twilight Express Mizukaze‘, el no va más de los trenes de lujo que recorren Japón, echó a andar este sábado con un puñado de viajeros dispuestos a pagar miles de euros por una escapada ferroviaria. El tren, de la compañía JR West, partió de Osaka con una treintena de pasajeros a bordo, elegidos por sorteo. Se dirige hacia el sur y sus paisajes bucólicos. Las parejas más acomodadas han optado por una suite, con unos servicios propios de un hotel de cinco estrellas: camas mullidas y cuartos de baño de mármol, por la friolera de 2,4 millones de yenes (casi 20.000 euros, 22.000 dólares) por una ida y vuelta de tres días. Sólo acomoda a 34 pasajeros en 16 suites.

El ‘Mizukaze’, que significa «viento fresco» en japonés, es de estilo art déco con un diseño a la antigua en homenaje al ‘Twilight Express’, en desuso desde 2015 por su vetustez. Este mítico convoy unía la ciudad de Sapporo, en la isla norteña de Hokkaido, y Osaka, en el suroeste de Honshu, separadas por na distancia de aproximadamente 1.500 kilómetros que el tren tardaba en recorrer entre 22 y 23 horas. Desde mayo de 2015 hasta marzo de 2016, el tren funcionó como un crucero de lujo entre Osaka y Shimonoseki en el oeste de Japón. Los trenes salían varias veces por semana, que se incrmentaban durante los períodos de vacaciones.

El convoy es un tren híbrido compuesto por 10 coches (DMU) y autopropulsado que combina un generador diésel y una potencia de almacenamiento de baterías, lo que le permite operar en la línea principal Sanin no electrificada. Construido conjuntamente por Kawasaki Heavy Industries y Kinki Sharyo, fue supervisado por el diseñador industrial Tetsuo Fukuda y el arquitecto y diseñador de interiores Kazuya Ura.

Hasta su aparición, Japón disfrutaba de otros servicios de lujo en las vías como el ‘Kyushu Railway’ que propone desde 2013 un recorrido en la isla de Kyushu (sur); y el ‘Nanatsuboshi’ (siete estrellas), un tren de siete cochess y catorce artesonadas. El país asiático recibe cada vez más turistas que se interesan por este tipo de servicios. Japón espera acoger a 40 millones en 2020, año de los Juegos Olímpicos de Tokio.

La economía nipona no es tan floreciente como hace unos años, pero muchos japoneses están dispuestos a hacer una escapada a bordo de unas de las versiones locales del mítico Orient Express. Los japoneses sienten verdadera pasión por los trenes y el país cuenta con una red densa, eficaz y variada. Los equipados con literas casi han desaparecido con la llegada del de alta velocidad, el ‘Shinkansen’, pionero mundial del transporte ferroviario ultrarrápido nacido hace medio siglo. «Todo se ha rediseñado de la nada, lo que ha dado lugar a una nueva generación» de trenes, explica Kageri Kurihara, experto en el tema. «Las compañías intentan mostrar de lo que son capaces cuando no tienen limitaciones. Miren lo que podemos ofrecer», claman, lejos de la imagen de los coches cama exiguos y tan incómodos.

A comienzos de mayo, otro tren con nombre poético, el ‘Shiki-Shima’ (Isla de las cuatro estaciones), partió de Tokio para un largo recorrido que incluía la isla de Hokkaido (norte). Pese al precio (950.000 yenes por persona por un dúplex, es decir 7.600 euros, 8.500 dólares), las plazas están todas reservadas hasta 2018. La empresa JR East ha invertido 10.000 millones de yenes (80,7 millones de euros, 90 millones de dólares) en la puesta en marcha de este auténtico hotel de lujo rodante. Una inversión con gran repercusión en términos de imagen, aunque con un beneficio limitado por el reducido número de pasajeros. El convoy se extiende desde Kyoto y Osaka hasta Shimonoseki, en la prefectura de Yamaguchi, y regresa por la costa del Mar de Japón, ofreciendo a los pasajeros un tour de una o dos noches y posibilidades de bajar y ver los sitios a lo largo del camino.

Este vehículo es la gran apuesta de la compañía East Japan Railway Co. para entrar en el sector de los trenes de lujo. En el viaje inaugural iban 33 afortunados, aunque no les salió barato: los pasajes más baratos cuestan más de 2.600 euros. En todos los casos, eso sí, los precios incluyen las comidas tanto a bordo como en las excursiones que realiza el tren, que recorre el trayecto entre Tokio y Hokkaido (norte de Japón) durante cuatro días. En ese tiempo, realiza numerosas paradas en varios lugares turísticos.

El interior está decorado con tatamis, esterillas de paja de arroz y bañeras de madera de hinoki, uno de los árboles más nobles del país. Un piano ameniza el coche restaurante, atendido por un galardonado chef con estrellas Michelin, y no faltan los techos y paredes panorámicos para contemplar los paisajes a través de sus cristales. Quienes quieran disfrutarlo, deberán esperar ya hasta marzo de 2018, porque hasta ese mes ya están todas las plazas reservadas según la compañía.

Deccan Odyssey, rey del lujo por séptima vez

El Deccan Odyssey vuelve a conseguir el título de Asia’s Leading Luxury Train, que certifica el convoy como el más lujoso de los trenes turísticos de India. Conocido por su exótico recorrido por este país repleto de historias de realeza, palacios exóticos enjoyados y fauna salvaje exótica, el Deccan Odyssey se hace por séptima vez con este palmarés de los World Travel Awards, considerados como los Oscars de la industria turística. Este prestigioso galardón se entrega durante una pomposa ceremonia celebrada en el Grand Kempinski Hotel de Shangai (China), a la que asisten cientos de directivos de las más prestigiosas empresas turísticas del mundo.

Conocido como el Orient Express de la India, este convoy inicia su andadura en 2004. Su diseño se inspira en los trenes europeos de los años 20 del pasado siglo, con 21 coches que puedan transportar hasta 80 pasajeros, operado y administrado por Cox & Kings Ltd., socio externo de la The Maharashtra Tourism Development Corporation. Se tardó alrededor de cinco meses en finalizar el diseño de este tren de lujo. Alineado con los mejores trenes reales del mundo, como Blue Train de Sudáfrica o Orient Express de Europa, Deccan Odyssey fue impregnado con todas las instalaciones modernas que contribuyen a hacer cada viaje de tren a Maharashtra un verdadero placer. Los coches tratan de proporcionar el lujo de los vehículos imperiales utilizados por los maharajás de antaño para viajar. Dispone de una tripulación de más de 30 personas para supervisar un cómodo viaje en este vehículo ferroviario, con paredes de caoba, lámparas de bronce, todo tapizado de azul y plata, sauna, gimnasio, sala de ordenadores conectados via satélite y un sinfín de lujos.

El convoy pintado de azul, que sale de la estación Victoria de Bombay camino del sur, es un suntuoso palacio sobre raíles que dispone de salones, biblioteca, dos bares y hasta tres restaurantes. Cada estancia cuenta con un asistente personal cuya única misión es estar disponible 24 horas al servicio de los clientes de este lujoso convoy. El precio ronda los 2.800 dólares por persona en cabina doble (incluye la pensión completa y las visitas guiadas en inglés).

El tren Deccan Odyssey es uno de los trenes de mayor lujo de India. Con un estilo que recuerda las películas de Bollywood, recorre la costa oeste de India durante una semana. Bombay, Goa, Kolhapur, Tarkali, Aurangabad y Nasik son algunas de las paradas en las cuales los pasajeros pueden hacer visitas durante el día antes de partir por la tarde -noche. Proporciona un viaje a través del tiempo por las playas de Goa, donde es posible admirar hermosos palacios de antiguos marahas y paisajes y tesoros con mucho embrujo. El tren obtiene su nombre de la ruta que recorre, en la meseta de Deccan. Tiene también fama por su excelente gastronomía. A medida que el tren se adentra en una u otra región, el menú de sus dos coches restaurante incorpora diferentes platos regionales indios, según donde recale el convoy. La oferta es amplísima, con deliciosas especialidades chinas y una extensa carta de cocina internacional, todo ello servido de manera impecable.

Los World Travel Awards celebran este año su 24 aniversario, y son reconocidos en el mundo como el mayor prestigio en el sector de los viajes. Sirven para reconocer, recompensar y celebrar la excelencia en todos los sectores de la industria global del viaje y el turismo. En 2016, Deccan Odyssey ganó una serie de premios, entre ellos el premio World Travel Awards para el tren de lujo líder de Asia, el TTJ Jury Choice Award por excelencia e innovación y el North India Travel Award para el mejor tren de lujo en la India.

‘Al Andalus’ inicia este lunes su recorrido por la ruta de Extremadura que estrenó la pasada temporada

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El ‘Al Andalus’ inicia este lunes su ruta turística por Extremadura, en la que realiza un «recorrido exclusivo por la naturaleza, la cultura y la gastronomía» de la comunidad autónoma. La ‘Ruta extremeña’ del tren turístico de lujo se inicia el lunes, 22 de junio en Sevilla y finalizará cinco días después en Madrid. El ‘Al Andalus’ conjuga los recursos culturales, paisajísticos y gastronómicos y se adentra en la cuna de los conquistadores españoles en un paquete turístico de primera calidad, en ruta ascendente hacia Madrid, recorriendo los parajes más sobresalientes al paso por Cáceres, Plasencia, Toledo y Aranjuez.

Esta iniciativa se inscribe en el convenio marco de colaboración entre Renfe Viajeros y el Gobierno de Extremadura, firmado en 2014, y con ella «se ofrece una combinación única de patrimonio histórico y paisaje siguiendo el itinerario de la Vía de la Plata», señala el Gobierno extremeño en nota de prensa.

El ‘Al Andalus’ está «considerado uno de los trenes más lujosos del mundo«, y durante su ‘Ruta extremeña’ realizará una serie de etapas, como Sevilla-Zafra (22 de junio), Zafra-Mérida (día 23), Mérida-Cáceres (día 24), Cáceres-Monfragüe (día 25), Monfragüe-Torrijos-Toledo-Aranjuez (día 26) y Aranjuez-Madrid (día 27).

En Extremadura, los pasajeros conocerán los centros históricos y los principales monumentos de Zafra, Mérida y Cáceres, descubrirán el Parque Nacional de Monfragüe y podrán hacer visitas opcionales a Plasencia, el Valle del Jerte, el Museo Vostell Malpartida y el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear, en Cáceres.

Además, entre otras propuestas de su programa de viaje, participarán en una demostración de corte de jamón, a cargo de un cortador profesional extremeño, y visitarán una dehesa para conocer el hábitat natural donde se cría el cerdo ibérico. Todas estas actividades cuentan con el apoyo de la Dirección General de Turismo.

La venta de billetes para el ‘Al Andalus’ no se ha cerrado todavía y marcha «a buen ritmo». Hasta el momento, destacan los viajeros procedentes de España y Estados Unidos, aunque también se han efectuado reservas en Alemania, Francia, Bélgica y Australia.

El perfil del usuario de este convoy exclusivo es de un nivel adquisitivo medio-alto, de más de 50 años y con experiencia en viajes. Los organizadores destacan la alta fidelidad del cliente a este producto y al destino España, con un especial interés por la gastronomía y la cultura.

Cabe destacar que el año pasado, el tren ‘Al Andalus’ realizó su primera ‘Ruta extremeña’, de carácter promocional, con periodistas y agentes internacionales del sector turístico.

El ‘Al Andalus’ fue concebido a imagen y semejanza del mítico ‘Orient Express’, para recorrer la abrupta piel de Andalucía mostrando sus paisajes más inaccesibles desde las ventanillas de unos modernizados coches-cama. Durante cierto tiempo, circuló la leyenda de que en uno de esos vehículos que recorren la piel de toro llegó a viajar el mismísimo rey de Inglaterra, si bien es un dato que nadie ha confirmado y mucho menos testificado con una imagen. Pero ya se sabe que hay cuentos que calan hondo en la creencia popular y que son difíciles de rebatir y desterrar.

Este convoy de lujo dispone de cuatro joyas ferroviarias, cuatro coches salón de los años 1928 y 1930 de la Compañía Internacional de Coches Camas (bautizados en los 80 como ‘Giralda’, ’Medina Azahara’, ‘Alhambra’ y ‘Gibralfaro’), zonas comunes a los viajeros que están destinadas al ocio y al placer de los sentidos, que fueron completamente restaurados, manteniendo su decoración original, aunque añadiéndoles elementos de confort de los trenes modernos. También forman parte del lujoso convoy cinco coches WL16x 3500, unidades provenientes de la mítica Compañía Internacional de Coches Cama y reformados por Sunsundegui en 1985 en coches de cinco departamentos con aseo completo, así como otras unidades con cierta relevancia en la trayectoria de la operadora ferroviaria española.

Heredero del ‘viejo Hullero’, el Transcantábrico es hoy lujo sobre la vía, tras 30 años de rodadura

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El ‘viejo Hullero’ es hoy el tren más lujoso del mundo, como así fue reconocido en 2012 por una prestigiosa asociación de agencias de viajes. Nació con voluntad de imitar al mítico ‘Orient Expres´ y de situarse en un alto nivel, pero el tiempo y el servicio lo han puesto en lo más alto. Después de treinta años de rodadura ininterrumpida en las vías del Norte, el ‘Transcantábrico’ es hoy un clásico dentro del turismo de lujo. Un hotel rodante de siete estrellas.

Aquel tren, que se bautizó hace tres décadas con el nombre de ‘Transcantábrico’, porque va rastreando el mar que baña esos parajes, transporta hoy turistas que buscan impregnarse del verde de las tierras de montaña, embeberse de cultura y arte milenario, degustar placeres gastronómicos y, por qué no, disfrutar de la esencia ferroviaria de los míticos ‘Orient Express’ y ‘The Blue Train’.

Dicen que fue el escritor Juan Pedro Aparicio quien tuvo la feliz idea de bautizar como el ‘Transcantábrico’ aquel clásico de las vías, conocido entonces como ‘El Hullero’, nacido para transportar el carbón extraído de los montes leoneses a la poderosa metalurgia vizcaína y que conectaba los pueblos de uno y otro lado en perfecta comunión. El novelista leonés se embarcó en 1982 en aquel viejo pero pragmático tren y narró el acontecer diario de un viaje cualquiera en el trayecto Bilbao-León. Un año más tarde. Feve recogió la idea y decidió poner el mismo nombre a su primer convoy turístico para recorrer esas vías del Norte, testigo del paso ininterrumpido de trenes desde principios de siglo. El viaje inaugural se realizó el 26 de julio de 1983. El tren recorre el trayecto La Robla-Cistierna y vuelta. En la capital leonesa, se dieron cita las autoridades para celebrar el evento y saludar una iniciativa que había dejado sorprendidos a propios y extraños. Acto seguido, tuvo lugar el primer viaje con pasajeros entre León y Ferrol, quedando así fijada la ruta ya tradicional vinculada a dos caminos de peregrinos jacobeos: atravesar el norte de Castilla y León, y desvío a Bilbao, donde se iniciaba el recorrido por toda la Cornisa Cantábrica hasta llegar a su destino final, en Galicia.

Los pasajeros gozan ahora de un auténtico paraíso del sibaritismo de cinco estrellas, en un convoy compuesto por siete coches cama, cuatro coches salón y un coche cocina. Una docena de unidades que albergan, en las zonas comunes, un atractivo salón panorámico complementado con televisores, videoteca y biblioteca, y un salón comedor y salón de té en los que degustar la más selecta gastronomía de cada zona que se recorre desde el desayuno a la cena o desde el aperitivo a la sobremesa, además de un salón pub donde festejar cada noche. Se trata de pasar una semana recorriendo los 575 kilómetros que separan San Sebastián de Santiago de Compostela.

Este tren recoge la herencia de los lujosos convoyes que en el primer cuarto de siglo recorrían la cornisa cantábrica, especialmente los que circulaban entre Bilbao y San Sebastián. Corría la década de 1920 cuando la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados encargó a la empresa británica The Leeds Forges la construcción de siete coches metálicos de primera clase y cinco coches Pullman. Estas joyas ferroviarias estaban destinadas a la línea Bilbao-San Sebastián, que se estaba electrificando en aquella misma época. Sesenta años después, Feve decide comprar los ‘Pullman’ y acomete su remodelación para que sirvan de acogedores salones de su flamante tren..

Dos décadas sobre la vía y la presencia en todos los congresos turísticos internacionales han puesto el tren estrella de Feve en la órbita de las mejores agencias. Pretendía evocar el ambiente de exotismo y calidad de trenes míticos como el ‘Orient Express’ y llega a su madurez con una cosecha de premios nacionales e internacionales que le permiten entrar en 2009 en la lista de los 25 mejores viajes en tren del mundo que elabora la Society International Railway Travelers (IRT). Este selecto club incluye los míticos ‘Shangri-La Express’ (China), ‘Blue Train’ (Sudáfrica), ‘Palace on Wheels’ (India) y ‘Royal Scotsman’ (Escocia). Recientemente, el buque insignia de Feve en su versión de lujo ha sido reconocido como el tren turístico «más lujoso del mundo» junto con ‘The Blue Train’, un galardón unánime de viajeros y profesionales .

Tanto la decoración de los interiores como el recorrido con sus excursiones anexas y la elección de restaurantes se han ido mejorando hasta conseguir el nivel de calidad capaz de posicionar al ‘Transcantábrico’ en la mayoría de los mercados internacionales. El equipo, compuesto por unas ocho personas, también se ha ido puliendo, en función de la necesidad de personalizar un servicio cuya consigna es ‘No existe un no por respuesta’, porque, como comenta José Antonio Rodríguez, «sin ellos no dejaría de ser un montón de hierros que circulan por la vía». «Lo más sencillo es el tren; la complejidad reside en atender al pasaje y hacer que todo el mundo satisfaga a placer sus necesidades».

Mientras, el heredero del viejo hullero, con el que solo comparte el pasado y la vía, va cumpliendo las temporadas, hasta llegar a estos treinta años de vida. Con el único propósito de rendir el recorrido. Porque, como relata en su poema el nobel griego Constantino Petrou Cavafis, «lo importante no es tanto llegar a Ítaca como disfrutar del viaje».

‘El Transcantábrico’, de lujo

Feve lanzará este año el tren turístico ‘Transcantábrico Gran Lujo’, que realizará el trayecto San Sebastián-Santiago de Compostela-San Sebastián en un recorrido de ocho días y siete noches, entre mayo y noviembre. ‘El Transcantábrico’, uno de los cinco mejores trenes turísticos del mundo y el más veterano de España (a la espera del ‘Al Andalus’), ha sido transformado para la ocasión en un «espectacular y seductor tren-hotel de siete estrellas», que circulará desde el 14 de mayo hasta el 29 de octubre.

El tren, que ofrece todas las comodidades de los mejores hoteles, está compuesto por siete coches cama -con catorce suites, equipadas con un completo cuarto de baño con ducha de hidromasaje y sauna de vapor-, cuatro coches salón y un coche cocina.

Las doce unidades albergan, en las zonas comunes, un salón panorámico, un comedor, un salón de té en los que los clientes pueden degustar la gastronomía típica de cada zona que se recorre, y un pub, donde cada noche se ofrecerá música en directo y fiestas diversas. Dos locomotoras de la serie 1900 (1901,1902, 1903 y 1904 han maniobrado con este tren, aunque en anteriores ocasiones eran de la 1600, en especial las 1651, 1654, 1666 y 1608) se encargan de tirar de las dos ramas del convoy turístico que realizan la ruta por los parajes del Norte

Feve ha firmado un acuerdo de colaboración con Paradores para esta temporada de 2011, con el objetivo de aunar las fuerzas de la dos empresas para promocionar turísticamente las regiones en las que comparten presencia. En virtud de dicho pacto, Paradores aplicará un precio preferente para los clientes de los trenes turísticos de la compañía ferroviaria en la contratación de habitaciones y comidas. Feve , por su parte, se compromete a mantener, e incluso a incrementar, la utilización que realiza de los servicios de restauración de Paradores de manera preferente en las localidades donde la cadena hostelera está presente en los recorridos de ‘El Transcantábrico’ y ‘El Expreso de La Robla’. Feve y Paradores consideran que la suma de sus marcas permitirá una promoción más eficaz de sus respectivos productos turísticos.

El descarrilamiento del ‘Rovos Rail’ provoca la muerte de dos trabajadoras

Dos mujeres, una de ellas embarazada, han muerto cuando el lujoso tren de ‘Rovos Rail’ (conocido también como ‘El orgullo de Africa’) en el que trabajaban descarriló cerca de Pretoria, confirmaron fuentes del servicio de emergencias médicas sudafricano Netcare 911. En el accidente resultaron heridas 40 personas, cinco de ellos de gravedad, de los 55 pasajeros a bordo del convoy, que cumplía la última etapa de su viaje desde Ciudad del Cabo y la capital sudafricana, señaló Chris Botha, portavoz del servicio de emergencia.

Según Botha, la mujer embarazada entró en parto inmediatamente tras el accidente, posiblemente por la fuerza del impacto, y murió poco después. «No sabemos qué avanzado era su embarazo, pero el feto era muy pequeño», señaló el portavoz, quien puntualizó asimismo que uno de los heridos de gravedad tuvo que ser trasladado en helicóptero a un hospital de Pretoria, mientras que el resto de ellos ha sido ingresado en tres nosocomios en los alrededores de la capital.

Al menos 17 ambulancias y 10 vehículos de rescate actuaron en las operaciones para retirar a los heridos de los vagones descarrilados, algunos de los cuales quedaron destruidos en el impacto. El accidente se produjo en la estación de Centurion, donde el tren se aprestaba a cambiar de locomotoras.

Según portavoces de Rovos, empresa privada de trenes chárter que utiliza las líneas férreas de la paraestatal Spoornet, el convoy se puso en movimiento y cobró velocidad cuando la locomotora eléctrica que lo había traído desde Ciudad del Cabo fue desenganchada. Al parecer, los frenos de mano de los coches no pudieron detener la marcha del tren, por lo que se produjo el vuelco de cuatro de ellos, señalaron las fuentes.

Ese tramo de la línea férrea entre Johannesburgo y Pretoria ha sido clausurado por tiempo indeterminado, lo cual causará demoras en los próximos días a los servicios suburbanos del ferrocarril nacional, señaló por su parte el operador estatal Metrorail.

‘Rovos Rail’ comenzó a operar en 1989 y ofrece safaris en ferrocarril por Sudáfrica y otros países de África meridional. La compañía cuenta con dos trenes, cada uno con capacidad para 72 pasajeros, que son atendidos por una treintena de camareros, cocineros y personal de limpieza. ‘El orgullo de África’, está considerado como uno de los trenes más lujosos del mundo en cuanto a confort, elegancia y con historia. Está compuesto por 19 coches tirados por dos locomotoras a vapor, diesel o electricas según el itinerario. Puede llevar a bordo 72 pasajeros con el personal suficiente para hacerles una estancia tan agradable como la de un hotel de lujo. Hay 36 habitaciones, algunas verdaderas suites reales, con baños dignos de los mejores hoteles inmóviles.

En 48 horas recorre 1600 kilómetros entre Pretoria y Ciudad del Cabo, aunque existen otros recorridos por impresionantes paisajes africanos. Desde este tren nos podemos asomar a las Cataratas Victoria y acercarnos hasta el Parque Nacional Kruger para participar en un safari. El tren comienza y termina sus viajes en una estación privada al norte de Pretoria tirado por una antigua locomotora a vapor de aquella época, la cual iba a ser enganchada al convoy cuando se produjo el accidente.

(Imagen Rovos Rail)