Hay quien lo ha bautizado ya como la gran chapuza. El mismo Gobierno lo tacha de estupidez. Un error descomunal. Los franceses están perplejos. Y los más ferroviarios aún boquean. La polémica está servida. Dos mil coches de trenes regionales que ha encargado Réseau Ferré de France (RFF) (Adif francés) superan por una decena de centímetros a cada lado la anchura de buena parte de las estaciones. La compañía ha invertido 15.000 millones en la adquisición de estos vehículos y ahora deberá gastar otros 50 millones en modificar las estaciones. ¿Un patinazo? Depende de las versiones.
La SNCF encargó a la francesa Alstom y a la canadiense Bombardier los vehículos para renovar antes de 2016 parte de su red regional. Las cajas de estos vehículos superan en varios centímetros la anchura de unas 1.300 estaciones por donde deben circular. Y se arma el escándalo. El presidente de RFF, Jacques Rapoport, niega que se trate de un error y asegura que ya habían previsto la situación. Conocedores de que algunas de las estaciones regionales (8.700) tienen más de 150 años dice que es hora de abordar un proyecto de renovación para adecuarlas a los nuevos tiempos y a las necesidades del siglo XXI. Hasta el momento se han realizado trabajos de en 300 andenes. Y siguen con el plan en marcha.
La cuestión es que el semanario satírico ‘Le Canard Enchainé’ se hizo eco del asunto y acabó por considerarlo un problema. Consultó el caso con responsables de las empresas públicas ferroviarias de Francia. RFF, encargada de la red, y SNCF, de los trenes, confirmaron la situación que les ha puesto a los pies de los caballos. «Es como si se comprara un Ferrari para meterlo en el garaje, y cuando lo compras compruebas que el garaje no tiene el tamaño para un Ferrari», explican en el país vecino.
«Cuando separas al operador ferroviario (RFF) del usuario (SNCF) no funciona», explica el secretario de Estado de Transportes, Fréderic Cuvillier que prepara una reforma del sector que pretende acabar con la separación de las dos empresas para mejorar la coordinación y la eficiencia. El plan choca contra los intereses de los sindicatos que han mostrado su prepcupación. Cuvillier cree que la separación decidida hace 17 años es el origen de muchos males que afectan al ferrocarril francés. Y este caso es para el mandatario francés una clara demostración.
En un comunicado conjunto, las empresas públicas niegan el problema o que sea una chapuza el encargo de los nuevos trenes. Insisten en la reforma de las decimonónicas estaciones de Francia y precisan que el calendario de los trabajos de acondicionamiento se ha fijado en función de las entregas de los trenes regionales (hasta 2016). Esperan alcanzar las reformas en 600 plataformas antes de que termine el año. Los costes de adecuación se inscriben dentro de los presupuestos de RFF, de 8.000 millones de euros al año, y no recaerán en el contribuyente ni supondrán un encarecimiento de los billetes, según han prometido las empresas. En contra de lo que asegura ‘Le Canard Enchainé’, han precisado, tampoco lo pagarán las regiones, pese a que son éstas las que financian la compra de los nuevos trenes.
Los nuevos trenes son 182 trenes TER (transporte regional) Regiolis de la empresa francesa Alstom y 159 Regio sN de la canadiense Bombardier, que entrarán en servicio progresivamente hasta finales de 2016.
La ministra de Ecología y Transportes, Ségolène Royal, ha pedido «responsabilidades». «Estoy consternada por esta decisión tomada por dirigentes que están encerrados en sus despachos parisienses y que no tienen contacto con la realidad», afirmó Royal. La ministra exige una investigación interna para determinar las responsabilidades y asegura que «los culpables pagarán». ¿Estamos realmente ante una chapuza o un plan premeditado de renovación?. Sea lo que sea, la polémica está servida.