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Azpeitia y Aranda recogen fondos del fallido museo del ferrocarril de Miranda, cedidos por su titular

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El proyecto se ha frustrado definitivamente. Miranda no tendrá un museo dedicado al tren, al que tanto debe la ciudad, porque las instituciones no han prestado la ayuda necesaria para llevar adelante el plan de los propietarios de los fondos de Museo del Ferrocarril III Generaciones y su alma mater Julio García. La recopilación de este coleccionista de objetos relacionados con el mundo ferroviario se ha entregado a los museos de Aranda de Duero y Azpeitia, que harán un buen eso del material.

Julio García llevaba varios años planteando la creación del museo. Este coleccionista cree que el Ayuntamiento no ha hecho nada para poder hacer realidad el proyecto. Por eso los fondos se han cedido a otras instituciones. «Como tengo muchas novias en otros lugares, tal y como dije en su momento, si aquí no se muestra interés, el material saldría, y así ha sido, por desgracia». No ha sido una amenaza. “El alcalde me acusaba de eso y yo no amenazo nunca», sino de una advertencia. Insiste en que él habría preferido que todos sus fondos se quedaran en la ciudad, y culpa al alcalde Fernando Campo de no mostrar interés por su iniciativa. «La incompetencia e inoperancia de nuestro alcalde va a hacer que Miranda se quede sin algo que creo que era interesante para la ciudad; y esto ya no tiene retorno».

Una parte de los fondos de Julio García ha viajado a Aranda de Duero. La ciudad cuenta con un Museo del Tren que había mostrado el interés por algunos de los valiosos elementos que conserva García gracias a un trabajo de acopio y documentación de varias décadas. Otra parte se trasladarán al Museo Vasco del Ferrocarril, uno de los centros ferroviarios de referencia en Europa.

Los materiales enviados son variados, desde piezas de algunos trenes que tuvieron base en Miranda, a placas de locomotoras antiguas. Hay también varios planos de los años 30 y 40, y una curiosa máquina que llamó la atención al museo de Azpeitia y que servía para dar la nomenclatura con microfilms los vehículos, lo que permitió pasar de la nomenclatura manual a esta automática, y que hoy ha sido reemplaza por la informática.

«Es una pena que estos fondos no puedan exponerse en Miranda, pero como siempre hemos dicho lo importante es que los ciudadanos los puedan disfrutar, y si no puede ser en Miranda que sea al menos en otros lugares», dice García, recordando que durante muchos años se han negado a peticiones de otras localidades confiando en que en Miranda podría hacerse el museo. “Nunca he querido sacar un beneficio económico, que eso quede muy claro… y se puede contrastar con los directores de ambos museos», explica, reiterando que lo único que solicitó al Ayuntamiento mirandés fue la firma de un convenio. «Hay que hacer las cosas bien, poner por escrito y conforme a un acuerdo cómo se cedían los fondos, en qué condiciones, cómo iba a ser la seguridad para conservarlos, la forma de exponerlos… y el Consistorio es el que tiene los recursos jurídicos para redactarlo», dice. Miranda pierde así una ocasión de oro para rendir homenaje a quien tanto debe.

(Imagen Avelino Gómez)

Aparece un valioso lote de fotografías del británico Trevor Rowe que escaneará el Museo de Azpeitia

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El Museo Vasco del Ferrocarril, ubicado en Azpeitia (Gipuzkoa), en colaboración con la Asociación de Amigos del Museo, ha recuperado una valiosa colección de fotografías históricas tomadas en la Península ibérica por el británico Trevor Rowe entre 1952 y 1968. Denis Trevor Rowe es uno de los más destacados aficionados al ferrocarril y fotógrafo ferroviario de Gran Bretaña. Su pasión por el ferrocarril le ha llevado a recorrer medio planeta a la búsqueda de las locomotoras de vapor más antiguas, los trenes de vía estrecha más singulares y los tranvías más primitivos.

El fruto de sus viajes ha quedado plasmado en diversas publicaciones, como European narrow gauge steam, Railway holidays in Spain, Railways of South America, Narrow gauge railways of Spain, o Spain & Portugal railways, todas ellas ilustradas con sus fotografías.

Aunque algunas de sus fotografías son sobradamente conocidas por historiadores y aficionados al ferrocarril, buena parte de las imágenes que conforman esta colección son absolutamente inéditas. Trevor Rowe plasmó con su cámara imágenes irrepetibles de toda clase de locomotoras y ferrocarriles, a lo largo y ancho de la Península ibérica, en los cinco viajes que realizó entre 1952 y 1968.

En muchas de ellas aparecen líneas hoy desaparecidas, como el tren del Bidasoa, Castro a Traslaviña, Olot a Gerona, Flassa a Palamós, Villena a Alcoy y Yecla, Utrillas o Sierra Menera. Asimismo, su cámara captó los tranvías históricos de ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Oviedo o Bilbao, entre otras.

Trevor Rowe prestó también especial atención a las locomotoras de vapor, en aquella época todavía en pleno apogeo, pero sin dejar de lado a sus sustitutos diésel y eléctricos, incluido el ‘moderno’ Talgo.

También se fijó en los ferrocarriles de Euskadi, tanto los de servicio público (Vascongados, Santander-Bilbao, Robla, Renfe, etc.), como los de servicio particular como los trenes mineros de Orconera, Franco-Belga y Sestao a Galdames, o los ferrocarriles industriales de Altos Hornos de Vizcaya y La Basconia.

Dado el gran valor histórico de estas fotografías, el Museo Vasco del Ferrocarril procederá a su escaneado y corrección de defectos producidos por el paso de los años, para poder ponerlas a disposición del público a lo largo del presente ejercicio 2014.

(Imagen de la locomotora Izarra, cuando aún estaba en servicio en la fábrica de la Baskonia, una de las fotos ahora rescatadas de Trevor Rowe)

El Museo de Azpeitia cierra las circulaciones con vapor hasta la próxima temporada en primavera

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Este domingo se cierren las circulaciones de la temporada 2013 en el Museo vasco del Ferrocarril. El presente ejercicio culmina con una importante recuperación de la demanda del servicio de trenes de vapor prestado entre el propio Azpeiitia y Lasao. Con un incremento (en noviembre) del 96,3% respecto a la demanda registrada en 2012. El servicio de trenes de vapor ha sido utilizado por 9.212 personas, a falta de las circulaciones especiales que se han puesto en marcha durante las festividades de la Constitución e Inmaculada. En 2012, dicho servicio fue utilizado por 4.691 personas.

Este domingo las salidas serán a las 11.00, 12.00 y 13.00 horas. Las circulaciones supondrán la última oportunidad de disfrutar de este servicio de trenes históricos durante el presente ejercicio. El museo ha programado una jornada especial de cierre de la temporada 2013 de trenes históricos, con tres circulaciones a las que se sumarán la puesta en marcha de la Grúa de Vapor Grafton de 1920 y el Tranvía eléctrico de Bilbao U-52, de 1932.

La primera circulación hoy estará asegurada por un automotor diesel-eléctrico construido en 1953 por la firma holandesa Allan con destino a los Ferrocarriles Portugueses. La segunda circulación servirá como homenaje a la locomotora de vapor ‘Portugal’ que precisamente este año cumple su primer centenario, construida por la firma alemana Henschel en el año 1913, con destino a los Ferrocarriles de Vía Estrecha de Portugal.

La última circulación de 2013 también tendrá un carácter conmemorativo, ya que estará encabezada por la máquina ‘Zugastieta’, que ha cumplido 125 años en el presente ejercicio. Esta locomotora fue construida en Glasgow por la firma Sharp Stewart, con destino al Ferrocarril de Amorebieta a Gernika, línea inaugurada en el verano de 1888.

El parque del Museo Vasco del Ferrocarril dispone de una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, integrada por más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos. El centro incluye una exposición sobre la máquina herramienta, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola, que se conserva tal como fue instalado en 1925. Un antiguo motor eléctrico hacer funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados.

De todo el material móvil del museo, destaca la locomotora de vapor ‘Espinal’, construida en 1887 en Newcastle (Reino Unido) por la compañía de Robert Stephenson, hijo de George Stephenson, que ganó el concurso de 1829 que pondría en marcha los servicios de la línea de transporte de pasajeros de Liverpool a Manchester. Esta máquina es, en la actualidad, la más antigua en funcionamiento de las construidas por los Stephenson, así como la locomotora de vapor más antigua en servicio de España. A la ‘Espinal’ se unen ‘Aurrera’ (130-T construida en Reinmo Unido en 1898 por Nasmith Wilson para el Ferrocarril de Elgoibar a San Sebastián); ‘Euzkadi’ (uno de los modelos más representativos de la vía del norte peninsular, construidas para los Ferrocarriles Vascongados por la firma alemana Krauss de Munich entre 1914 y 1921 y que acabaron en el Ponferrada-Villablino, que las retiró en 1989); ‘Portugal’ (CP E205, 1230-T, fabricada por Henschel para los Caminhos de Ferro de Portugal); y ‘Zugaztieta’ (030-T de 1888 de Sharp Steward de Gran Bretaña, para el Ferrocarril de Amorebieta a Gernika). Todas ellas, auténticas joyas del vapor.

Una de las ‘rarezas’ más llamativas, y casi desconocida en otras instalaciones similares, es la grúa de vapor Grafton. Apropiada para vías de ancho ibérico, fue construida en 1920 por la compañía británica Bedford para la empresa Babcock Wilcox, sita en Sestao. Es la única en su género que funciona en España. También posee la unidad eléctrica más antigua en estado de marcha, la locomotora SEFT 101, fabricada en 1925 por AEG de Berlín para el Ferrocarril de San Sebastián a la Frontera Francesa (el popular ‘Topo’).

Además de los vehículos, se pueden encontrar otras colecciones de excepcional interés, entre las que destaca la serie de relojería ferroviaria ‘Jesús Mínguez’, considerada la mejor en su género de Europa. El muestrario se completa con conjuntos de uniformes, faroles, señales, placas de fabricación, etcétera. También merece la pena conocer el antiguo taller de mantenimiento del ferrocarril del Urola, el cual constituye un verdadero museo de máquina-herramienta en funcionamiento. La antigua central eléctrica de transformación nos traslada a un escenario cuya estética recuerda a la película ‘Metrópolis’ de Fritz Lang.

El visitante alcanza realmente el cénit cuando recorre los 5 kilómetros que separan Azpeitia de Lasao a bordo de uno de los coches de época construidos en la cercana Beasain, que, normalmente, están encabezados por la ‘Aurrera’ y donde un revisor ‘pica’ el correspondiente billete. La operación del ‘cambio de agujas’, cuando la locomotora se desengancha para dar la vuelta y volver a encabezar el convoy, es seguida con una atención inusitada, como si fuera un transbordador de la NASA acoplándose a la Estación Espacial Internacional.

Penachos de humo negro y blanco, olor a combustión y carbonilla penetran por las ventanas en este viaje a otra época. Y, en ese momento, recuerdas las frases leídas tantas veces siendo un simple escolar. Largas horas dedicadas al análisis sintáctico de Azorín (Castilla) y su delicada prosa sobre el tren y aquella maravillosa y erudita descripción, que el tiempo ha adormecido, aunque rememoras unas cuantas frases: “Sí; tienen una profunda poesía los caminos de hierro (…) los silbatos agudos de las locomotoras que repercuten bajo las vastas bóvedas de cristales; el barbotar clamoroso del vapor en las calderas; el tráfago de la muchedumbre; el alejarse de un tren hacia las campiñas lejanas y calladas, hacia los mares azules (…)”. Y, casi al alcance de la mano, el Urola sigue impasible camino de ese mar.

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Fotos inéditas de Vicente Crespo y cinco máquinas de vapor en Azpeitia el próximo sábado

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El Museo Vasco del Ferrocarril ofrecerá desde el sábado 5 de octubre una atractiva exposición de fotografías históricas e inéditas de la localidad de Azpeitia de principios del pasado siglo tomadas por el que fuera juez destinado en ese partido judicial Vicente Crespo, leonés y gran aficionado a la fotografía. Ese día, el activo museo gestionado por Iñigo Palomino, director de Euskotren, ofrecerá una jornada especial con motivo de su XIX aniversario. Para ello, se pondrán en marcha cinco vehículos de tracción vapor con los que se que ha efectuado cuatro circulaciones de viajeros en la línea de Azpeitia a Lasao, así como otros movimientos por la playa de vías del Museo.

Los horarios de salida de los trenes históricos en servicio de viajeros se efectuarán desde el museo a las 11.30 (automotor diesel 301 de los ferrocarriles portugueses, de 1953), 12.30 (locomotora de vapor ‘Portugal’, también de los ferrocarriles portugueses, de 1913), 17.00 (locomotora de vapor ‘Aurrera’, del ferrocarril de Elgoibar a San Sebastián, de 1898) y 18.00 horas, (locomotora de vapor ‘Zugastieta’, del ferrocarril de Amorebieta a Bermeo, de 1888). Asimismo, durante toda la jornada efectuará maniobras en la playa de vías la locomotora de vapor ‘Espinal’, construida por Robert Stephenson en 1887 y la grúa de vapor ‘Grafton’ de 1920.

La exposición de fotografías consiste en 32 imágenes históricas e inéditas de la Azpeitia de principios del pasado siglo tomadas por el juez Vicente Crespo Franco. Aficionado a la fotografía, Vicente pudo dedicar el tiempo que le quedaba libre entre pleito y pleito al desarrollo de su afición, lo que le permitió captar diversas imágenes en Azpeitia y su entorno más inmediato. Esta exposición muestra parte de su llamativo trabajo en una época en la que la fotografía era más un arte que una afición.

El parque del Museo Vasco del Ferrocarril dispone de una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, integrada por más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos. El centro incluye una exposición sobre la máquina herramienta, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola, que se conserva tal como fue instalado en 1925. Un antiguo motor eléctrico hacer funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados.

La primera parte del museo se abrió en 1992; dos años más tarde se empezaron a recibir los trenes, y en 1998 se inauguró el de vapor que se desplaza desde la estación de Azpeitia hasta Lasao. Los fines de semana los visitantes tienen la ocasión de montar en los coches de madera del antiguo tren del Urola, donde, remolcados por locomotoras de vapor, necesitan 20 minutos para recorrer una distancia aproximada de 5 kilómetros.

Una de las ‘rarezas’ más llamativas, y casi desconocida en otras instalaciones similares, es la grúa de vapor ‘Grafton’. Apropiada para vías de ancho ibérico, fue construida en 1920 por la compañía británica Bedford para la empresa Babcock Wilcox, sita en Sestao. Es la única en su género que funciona en España. También posee la unidad eléctrica más antigua en estado de marcha, la locomotora SEFT 101, fabricada en 1925 por AEG de Berlín para el Ferrocarril de San Sebastián a la Frontera Francesa (el popular ‘Topo’).

Además de los vehículos, se pueden encontrar otras colecciones de excepcional interés, entre las que destaca la serie de relojería ferroviaria ‘Jesús Mínguez’, considerada la mejor en su género de Europa. El muestrario se completa con conjuntos de uniformes, faroles, señales, placas de fabricación, etcétera. También merece la pena conocer el antiguo taller de mantenimiento del ferrocarril del Urola, el cual constituye un verdadero museo de máquina-herramienta en funcionamiento.

(Imagen VicenteCrespo. Cortesía Museo Vasco del Ferrocarril)

El Museo de Azpeitia registra un incremento de usuarios del 38% y se mantiene operativo este otoño

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Más salidas, más visitantes y nuevas actuaciones. Azpeitia bate todos los registros. El servicio de trenes históricos que ofrece el Museo Vasco del Ferrocarril a sus visitantes seguirá operativo durante el otoño, tras registrar un incremento del 38% en el número de usuarios durante el verano. El éxito de la temporada está asegurado. La meteorología ha contribuido notablemente, pero sobre todo el reforzamiento de las salidas con los vehículos del parque de Azpeitia, que solo ha cerrado los lunes.

La apuesta estaba clara, tras el acuerdo verbal con los anteriores gestores del museo. Aunque los silencios oficiales no se han roto, a nadie se le escapa que la vuelta ‘a la normalidad’ en Azpeitia ha sido fundamental para registrar las cifras de visitantes de este verano. Lo importante en el Museo Vasco del Ferrocarril sigue siendo el tren, al que se ha dvuelto el protagonismo.

Durante los fines de semana y festivos ha vuelto a las vías el tren de vapor, remolcando el material móvil habitual, formado por antiguos coches de viajeros construidos por CAF en 1925 y 1944 para los ferrocarriles del Urola y Vascongados. Estos coches son habitualmente arrastrados por la histórica locomotora de vapor ´Aurrera´, suministrada en 1898 por los talleres Nasmyth&Wilson de Manchester (Gran Bretaña), al ferrocarril de Elgoibar a Donostia-San Sebastián.

El director de Euskotren, Iñigo Palomino, ha propuesto a «quienes quieran disfrutar de la experiencia única de viajar en un tren de vapor, hacerlo a lo largo de septiembre y octubre, ya que las unidades prestan sus servicios todos los fines de semana y festivos». Desde la dirección de Euskotren se considera «magnífica la temporada. Es una ocasión ideal para aprovechar un fin de semana conociendo el museo y otras atracciones culturales y turísticas de esta comarca del Urola, en especial Azpeitia y Azkoitia pero incluyendo también a las localidades por las que circularon los ferrocarriles Vascongados hasta Zumaia». «Es una actividad ideal para familias y grupos de amigos», ha añadido.

Los trenes de vapor efectuarán su salida todos los sábados desde el museo azpeitiarra a las 12.30 y a las 18.00 horas, mientras que los domingos y festivos las partidas se producen a las 12.30 horas. Además, los colectivos interesados pueden alquilar el tren cualquier día entre semana salvo los lunes. «Se trata de una atractiva promoción de servicio dirigido a empresas, organizaciones sociales o de aficionados al ferrocarril tal y como sucede con el ‘Histórico’ que va de Bilbao a Liérganes u otros trenes europeos que a bordo desarrollan jornadas de confraternización, reuniones o simples encuentros lúdicos», ha detallado el director de Euskotren. El servicio de trenes de vapor del Museo Vasco del Ferrocarril se mantendrá con el horario señalado hasta el puente de Todos los Santos (del 1 al 3 de noviembre).

Tras destacar que «este tipo de atractivos culturales dinamizan económicamente muchas comarcas europeas y cada vez constituyen en mayor proporción un destino elegido por muchas personas», Palomino ha insistido en que «se ha incrementado un 38% el número de viajeros durante los meses de julio y agosto, en comparación con el año pasado; una cifra que crece también en otros recursos museísticos ferroviarios de toda la UE».

El parque del Museo Vasco del Ferrocarril dispone de una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, integrada por más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos. El centro incluye una exposición sobre la máquina herramienta, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola, que se conserva tal como fue instalado en 1925. Un antiguo motor eléctrico hacer funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados.

Además de los vehículos, se pueden encontrar otras colecciones de excepcional interés, entre las que destaca la serie de relojería ferroviaria ‘Jesús Mínguez’, considerada la mejor en su género de Europa. El muestrario se completa con conjuntos de uniformes, faroles, señales, placas de fabricación, etcétera. También merece la pena conocer el antiguo taller de mantenimiento del ferrocarril del Urola, el cual constituye un verdadero museo de máquina-herramienta en funcionamiento. La antigua central eléctrica de transformación nos traslada a un escenario cuya estética recuerda a la película ‘Metrópolis’ de Fritz Lang.

La línea de Amorebieta a Gernika, que propició la prosperidad de la comarca, cumple hoy 125 años

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Siglo y cuatro de vida. El ferrocarril entre Amorebieta y Gernika cumple hoy 125 años. La línea, que sigue actualmente en servicio y una de las más representativas de EuskoTren, supuso «un gran paso en materia de movilidad sostenible con una gran repercusión social y económica en la zona», según ha destacado la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi. La locomotora de vapor ‘Zugastieta‘, una ‘Creusot‘ y una máquina diesel Alsthom, que inauguraron la línea de Gernika, se exponen en el Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia.

Oregi ha recordado «el gran paso dado en materia de movilidad sostenible en la Europa más desarrollada hace ya siglo y medio» con la apertura de nuevas líneas de ferrocarril, entre ellas, la de Amorebieta-Gernika-Bermeo, que «desarrolla una gran función social y económica en la zona». Según la consejera, el «éxito financiero» del primer ferrocarril de vía estrecha en Bizkaia, abierto al tráfico entre Bilbao y Durango en 1882, promovió nuevos proyectos en vía métrica con el propósito de comunicar las principales poblaciones y comarcas con Bilbao. En 1886 se prolongó la vía de Durango a Zaldibar; en 1887 entró en servicio el ferrocarril de Bilbao a Las Arenas; y en 1887 la traza ferroviaria se amplió entre Zaldibar y Eibar. «Desde Gernika -explica- pronto se planteó la posibilidad de construir un tren que permitiese la conexión con la línea de Bilbao a Durango en Amorebieta».

Los primeros estudios al respecto se remontan al 22 de marzo de 1882, fecha en la que se autorizó a Francisco Rispa y Zornoza la realización de los estudios pertinentes. Rispa transfirió todos sus derechos al arquitecto Luis de Landecho y Urries, quien, tras superar los requisitos, fue autorizado por Decreto Ley del 20 de febrero de 1885 para «la construcción, sin subvención directa del Estado, de un ferrocarril económico que partiendo en Amorebieta termine en Gernika-Luno».

Una vez obtenida la concesión, el 17 de julio de 1885 se constituyó la compañía del ferrocarril de este trazado con un capital social de 1.250.000 pesetas, repartido en 2.500 acciones. Entre los principales accionistas se encontraba el propio concesionario, Luis de Landecho, acompañado por personajes como el Marqués de Urquijo, el Conde de Montefuerte, Manuel Allende Salazar, Antonio Comyn y Crooke, Fernando Landecho y Urries, Manuel Mª Gortazar, Gabriel Mª de Ibarra, Pedro de Gandarias, Luis de Zubiría o Ramón Bergé.

Constituida la empresa explotadora, se emprendieron los trabajos de construcción de la nueva vía, dirigidos por el ingeniero Pablo de Alzola y con la participación del propio Luis de Landecho en la redacción de los proyectos de las estaciones.

Aunque en aquella época se produjo un debate sobre los anchos de vía, «ante la evidencia de que la nueva línea debería empalmar forzosamente en Amorebieta con la de Bilbao a Durango, ya establecida en vía métrica, no cabía otra opción que mantener este ancho de vía». Sin embargo, la traza se proyectó, «al menos en teoría», con el gálibo suficiente para la hipotética transformación de la galga en un futuro.

El 23 de julio de 1888 pudo circular el primer tren de pruebas entre las estaciones de Amorebieta y Gernika. Pocas semanas más tarde, el 13 de agosto, se inauguró el nuevo ferrocarril. Su éxito animó a sus promotores a ampliar el trazado hacia el puerto pesquero de Bermeo y el 15 de marzo de 1893 llegaron los primeros trenes a la estación de Pedernales (en la actualidad, Busturia-Itxasbegi). Sin embargo, la prolongación hasta Bermeo presentaba importantes dificultades orográficas, por lo que se estableció «un modesto tranvía, impulsado mediante mulas, el entonces denominado ‘motor de sangre'», que prestó servicio en este trayecto hasta el año 1918.

La conclusión de la línea hasta Bermeo tuvo lugar el 16 de agosto de 1955. El tramo final desde Sukarrieta fue construido por diversas empresas, entre ellas Banús Hermanos S.A., «compañía que mantenía estrechas relaciones con el régimen franquista hasta el punto de poner éste a su disposición un Destacamento Penitenciario establecido al efecto en el paraje de Barna (Bermeo), lo que les permitió disponer de la mano de obra barata que proporcionaban los presos, comunes y políticos, que ahí cumplían condena».

Aunque el tren inaugural de la prolongación a Bermeo fue remolcado por una locomotora diesel suministrada por la firma francesa Alsthom, de una serie de la que una de sus unidades puede contemplarse en el Museo del Ferrocarril de Azpeitia, durante unos años más se mantuvo la tracción vapor en la línea. A lo largo de los años sesenta, las locomotoras de vapor fueron progresivamente reemplazadas por locomotoras y automotores diesel y en 1973 se electrificó el servicio.

Desde su transferencia en 1979 al Gobierno vasco, la línea ha sido sometida a «un continuo proceso de modernización y mejora», de la mano de las sociedades públicas EuskoTren y ETS-RFV.

Los trenes históricos del Museo Vasco del Ferrocarril circularán todos los días durante agosto

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El Museo Vasco del Ferrocarril, ubicado en Azpeitia, reforzará sus populares viajes en trenes históricos entre la sede de la institución y la estación de Lasao con la prestación de este servicio durante todos los días de agosto con excepción de los lunes, día de descanso en el museo.

Este servicio especial se prestará los fines de semana y festivos con el tren de vapor, remolcando el material móvil habitual, formado por antiguos coches de viajeros construidos por CAF en 1925 y 1944 para los ferrocarriles del Urola y Vascongados. Estos coches serán arrastrados por la histórica locomotora de vapor ´Aurrera´, suministrada en 1898 por los talleres Nasmyth&Wilson de Manchester (Gran Bretaña), al ferrocarril de Elgoibar a Donostia-San Sebastián.

Como complemento al servicio de fines de semana y festivos, durante los días laborables, de martes a viernes, se ha establecido un servicio con un automotor diesel histórico, construido por la firma Allan en el año 1953. En caso de que la demanda lo exija, este automotor puede remolcar alguno de los coches que habitualmente arrastra la Aurrera, de modo que todos los visitantes podrán disfrutar de este singular viaje a través de los hermosos paisajes del valle del Urola.

El parque del Museo Vasco del Ferrocarril dispone de una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, integrada por más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos. El centro incluye una exposición sobre la máquina herramienta, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola, que se conserva tal como fue instalado en 1925. Un antiguo motor eléctrico hacer funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados.

Además de los vehículos, se pueden encontrar otras colecciones de excepcional interés, entre las que destaca la serie de relojería ferroviaria ‘Jesús Mínguez’, considerada la mejor en su género de Europa. El muestrario se completa con conjuntos de uniformes, faroles, señales, placas de fabricación, etcétera. También merece la pena conocer el antiguo taller de mantenimiento del ferrocarril del Urola, el cual constituye un verdadero museo de máquina-herramienta en funcionamiento. La antigua central eléctrica de transformación nos traslada a un escenario cuya estética recuerda a la película ‘Metrópolis’ de Fritz Lang.

Museos montados sobre antiguas estaciones y que albergan glorias de aquel pasado ferroviario

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No son simples depósitos, aunque a primera vista así lo parezca. No son trozos desnudos de hierro, aunque su aspecto inicial se asemeje al frío metal. Son grandes pedazos de nuestra historia, testimonio vivo de un pasado nostálgico que nos muestra el esfuerzo, tesón y determinación que llevó a nuestros bisabuelos a afrontar el reto que les ofrecía aquel nuevo medio de transporte. Las paredes de aquellas estaciones se cubren ahora de carteles tan viejos como ellas, pero mucho más atractivos. Son muchas las ciudades que tratan de rendir homenaje al viejo caballo de hierro con un modesto rincón, donde aquellos viejos cacharros parecen luchar contra el tiempo. Y se exhiben sin pudor. Hay de cualquier forma complejas instalaciones donde vuelven los recuerdos de aquel pasado y lucen las máquinas como queriendo despertar las conciencias de su custodia.

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1. Vapor en el Museo Vasco de Azpeitia

Inaugurado el 12 de junio de 1998, el Museo Vasco del Ferrocarril forma parte de la línea del Urola, que unía las localidades de Zumarraga y Zumaia. El trazado enlazaba el valle del Urola con la compañía ‘Norte’ y los Ferrocarriles Vascongados. La escasa utilizaciòn del servicio fue apagando las escasas posibilidades de recuperarlo hasta que en 1988 fue suprimido; se levantó la mayor parte de la vía, salvo un pequeñoo tramo desde Azpeitia a Loiola. Eso permitió concebir ya los planes para la creación de un ferrocarril turístico sobre la traza del antiguo Urola que, en una primera fase, alcanzaría Lasao, a 4,5 kilómetros del museo. El centro azpeitiarra cuenta con piezas de gran valor histórico (uniformes, gorras y relojes, en especial) y con auténticas joyas de vía métrica en perfecto estado de funcionamiento. La circulación de vapor es uno de sus principales atractivos, sobre todo cuando van encabezadas por las máquinas ‘Aurrera, ‘Portugal’, ‘Zugastieta’ y ‘Euzkadi’, que, en diferentes composiciones, recorren los 5 kilómetros escasos que separan la estación de Azpeitia de la de Lasao. También es habitual viajar en la ‘Creusot/Naval 1158’, una diésel que realiza el mismo recorrido. En las instalaciones pueden apreciarse la grúa de vapor ‘Grafton’ (construida en 1920 y cedida por Babcock & Wilcox) y el tranvía histórico U-52 de Bilbao (de la línea Hospital-San Antón), asì como varios vehículos tractores y de traslado de pasajeros. Una visita indispensable para conocer la historia ferroviaria de Euskadi.

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2. Monumental estación de Delicias

Abierta hace casi tres décadas, en las instalaciones de la antigua estación madrileña inaugurada en 1880 por los reyes Alfonso XII y María Cristina se exhibe una de las colecciones de material histórico ferroviario más completas de Europa, haciendo honor a su nombre, ya que se hace un auténtico gozo la contemplación de las joyas que allí se exponen. Declarado edificio monumental en 1980 y posteriormente Bien de Interés Cultural, Delicias culminó su existencia como terminal de trenes en 1971. Proyectada por el ingeniero francés Emilio Cachelievre, fue la primera estación que se construyó en Madrid con estructura metálica y levantada en tan solo catorce meses debido al caráccter totalmente funcional del proyecto. Delicias alberga el museo ferroviario desde hace casi 30 años, aunque en realidad en 1967 ya se abrió en España una galería dedicada al ferrocarril en el Palacio de Fernán Núñez de la capital, actual sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Distribuido en cuatro salas, albergaba maquetas, grabados y pequeños objetos relacionados con la historia y la explotación del ferrocarril. Allí permaneció hasta 1983, año en el que se trasladó a las viejas dependencias de la estación, que permitían, sobre todo, la exposición de trenes en su gran nave central, donde se pueden ver ms de treinta veh´´iculos de material rodante de gran valor histórico, entre locomotoras de vapor, diésel, eléctricas, automotores y coches de viajeros. Esto se traduce en la reunión de una variedad de colecciones de carácter único y excepcional formada actualmente por ms de 4.800 piezas que explican la historia del ferrocarril en España.

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3.-Carbón de Ponferrada

Este original museo, cuya idea se fue gestando a lo largo de una década, se ubica en los terrenos de la antigua estación de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, empresa constituida en Madrid en 1918, cuyo objetivo era la explotación de las reservas hulleras de las cuencas bercianas y lacianiegas. El mineral era transportado por un ferrocarril de vía estrecha que alcanzó una leyenda merecida con el paso de los años, siendo sus locomotoras de vapor las últimas en servicio del continente europeo. En este pequeño centro, con espacio suficiente para duplicar la muestra si se ofrece la oportunidad, se muestran diferentes modelos de locomotoras que sirven para que el visitante pueda ver, con sus propios ojos (y entender) la evolución tecnológica llevada a cabo por las distintas empresas. En el edificio de la vieja estación se exhiben piezas de gran interés (planos, material gráfico, bibliografía, etc.) que permiten un profundo conocimiento de lo que el ferrocarril y la actividad minera supusieron para una ciudad como Ponferrada a lo largo de todo el siglo XX. El centro se divide en tres áreas temáticas: dedicada a la empresa con númerosas piezas y fotográfias de época; otra dedicada al ferrocarril, donde el visitante puede contemplar uniformes, faroles, carriles, piezas de taller y distintos documentos; y una tercera dedicada al interior de la taquilla existente en la estación, con los elementos propios de sus funciones de la misma, incluyendo una caja de caudales, un dispensador de billetes y una colección completa de todos los billetes expedidos alguna vez por el ferrocarril.

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4.-Historia de Gijón

Centro de investigación y difusión de la historia ferroviaria de Asturias, en el museo de Gijón se puede apreciar la evolución social y económica que trajo consigo la implantación del ferrocarril en la región. El centro ocupa las instalaciones de la antigua estación del ‘Norte’, que quedó fuera de servicio el 29 de enero de 1990 con la construcción de una nueva red arterial ferroviaria de Gijón. Gracias a un convenio firmado por Renfe y el Ayuntamiento, la ciudad obtuvo buena parte de los terrenos de la operadora, incluido el edificio de viajeros y otras instalaciones, con la única condición de su reutilización para fines culturales y sociales. De todo el variado conjunto de elementos que custodia el museo, cedidos en su mayoría por diversas empresas y entidades públicas colaboradoras, destacan los relacionados con los ferrocarriles mineros e industriales, dada la intensa vinculación de la economía asturiana con estos sectores, y en especial las locomotoras de vapor. La colección de objetos del museo está formado por un total superior al millar de piezas. De ellas, un centenar es material móvil, es decir locomotoras y vagones, de hasta siete anchos de vía diferentes, que constituyen el mayor conjunto de material histórico ferroviario preservado de toda España. Además, se han conservado todo tipo de objetos relacionados con la labor ferroviaria, como faroles, herramientas, señales y teléfonos. Suele organizar alguna circulación con alguna de sus máquinas de vapor en un pequeñoo recorrido por las vías interiores del museo.

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5.- Arqueología en Monforte de Lemos

El Museo do Ferrocarril de Galicia se ubica en las antiguas instalaciones ferroviarias que en su día albergaron uno de los más importantes depósitos de tracción vapor del norte de España. Estas históricas instalaciones disponen de una nave circular con un diseño propio de la arqueología industrial de principios del siglo XX y una playa con 40 vías que se enlazan a través de un puente giratorio que se utiliza también para invertir la marcha de la locomotora de vapor. La prioridad es el tren turístico de época, denominado ‘Galaico Expreso’, que pretende ser un museo vivo rodante, que circule por toda Galicia por trayectos estudiados y deespecial interés. El tren turístico de época “Galaico Expreso” lo forma distinto material ferroviario de época. Destaca una locomotoras de vapor tipo Mikado, una diesel Alco de la serie 1800 y una electrica 7700, que tiran de un convoy integrado por un coche salón, coches cama, vagón restaurante, coche cafetería, vagón cine y un furgón generador. Por su estratégica situación geográfica, en 1883 Monforte de Lemos, fue el núcleo por donde entró el tren, desde tierras castellanas, a la región gallega. La capital de Lemos, con la llegada del tren, vehículo de desarrollo y de nuevas ideas, se convirtió en el principal nudo ferroviario de Galicia. Desde la estación monfortina se distribuía, hacia los ejes Lugo-Ferrol-A Coruña y Ourense-Vigo, el creciente tráfico de viajeros y mercancías que entraba en Galicia procedente de Castilla y Cataluña y también del que salía de suelo gallego hacia esas regiones.

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6.- El depósito de Vilanova y la Geltrú

A 46 kilómetros de Barcelona, en plena comarca del Garraf, se sitúa uno de los más espectaculares museos ferroviarios de Europa. El depósito de locomotoras del siglo XIX de Vilanova i la Geltru, una de las instalaciones industriales mejor conservadas del país, alberga una de las colecciones europeas más importantes de la época del vapor, aunque también incluye otras piezas notables del parque motor ferroviario español. Del conjunto de edificios que lo forman, el más emblemático es la rotonda, donde se guardan, desde la máquina de vapor más antigua de España hasta la última que funcionó en nuestro país y que el rey Juan Carlos (príncipe entonces) clausuró, así como otras eléctricas y diésel. En sus instalaciones puede contemplarse uno de los primeros Talgo comerciales, pequeñoos automotores y numerosos coches de viajeros. Además de las grandes piezas sobre vía, el museo exhibe elementos destacados del ámbito ferroviario de todas las épocas, como la tabla de enclaves y el puente de señales de la Estación de Francia de Barcelona. Un espectacular audiovisual ‘Puja al tren de la historia’ (Sube al tren de la historia) con 1.500 imágenes y numerosos efectos especiales propone un viaje por la evolución del ferrocarril. Sin olvidar las nuevas tecnologías ferroviarias, especialmente el desarrollo de la Alta Velocidad, que se muestra en el ‘Espai segle XXI’ (Espacio siglo XXI).

Una colisión en el Museo Vasco del Ferrocarril causa heridas leves a media docena de viajeros

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Extraño accidente. Seis personas resultaron heridas leves al mediodía de ayer en una colisión registrada en el Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia (Gipuzkoa) entre el convoy turístico de vapor que une esta localidad con el barrio de Lasao y un tren de exposición que se encontraba en los andenes.

Según han informado fuentes del museo y del departamento vasco de Seguridad, la mayor parte de los accidentados han sufrido contusiones y algunas brechas de las que han sido atendidos en el ambulatorio de Azpeitia, aunque otras tres personas, dos adultos y un menor, han acudido por sus propios medios a los hospitales de Cruces (Bizkaia) y Arrasate (Gipuzkoa). Las mismas fuentes han confirmado además que también un hombre y una mujer han sido evacuados en taxi al hospital alavés de Txagorritxu.

Estas fuentes, han explicado que el accidente se ha producido pasadas las 13.00 horas, cuando el tren turístico que circulaba entre Azpeitia y Lasao con unos 35 pasajeros ha chocado contra otro convoy que estaba estacionado en uno de los andenes del museo. Por causas que se desconocen, el tren accedió al museo por la vía equivocada, un lugar donde se encuentra estacionado material móvil cubierto por lona» y se produjo la colisión. Tras este incidente, el Museo Vasco del Ferrocarril permanece abierto, aunque las circulaciones del tren turístico han sido suspendidas durante el fin de semana.

El tren turístico de vapor que promueve la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril lleva a cabo el tradicional recorrido entre la estación de Azpeitia, sede del museo, y la vecina localidad de Lasao. Se trata de un viaje de cinco kilómetros por parte de la antigua línea del Urola, que serpentea por las inmediaciones del río del mismo nombre.

Las jornadas de vapor en Azpeitia durante Semana Santa llevaron 2.000 visitantes casi como en 2011

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Relativo éxito. Las jornadas de vapor vivo organizadas durante la Semana Santa en el Museo del Ferrocarril de Azpeitia llevaron tantos visitantes como en 2011 y mejoraron ostensiblemente las cifras de 2012. Unas dos mil personas se acercaron hasta las vías del antiguo ferrocarril del Urola y participaron de la actividad de vapor que hace de este museo una referencia no solo nacional y que atrae a muchos visitantes extranjeros. El hecho de que se hayan solventado las tensiones emocionales con una parte importante del sector ferroviario ha propiciado estas cifras de visitas que satisfacen a todas las partes involucradas.

La Semana Santa de 2013 ha sido menos pasional en Azpeitia. Juanjo Olaizola, antiguo responsable del museo y uno de los ‘padres’ del vapor en Euskadi, y los Amigos del Museo del Ferrocarril volvían a gestionar las circulaciones de vapor en el centro guipuzcoano que, en los últimos meses, ha pasado por circunstancias poco agradables y satisfactorias para el desarrollo normal de un museo. Y con la gestión del vapor en manos más expertas, las visitas han vuelto a Azpeitia. La situación parece haber mejorado, aunque ninguna de las partes quiere dar mayores explicaciones y prefieren que las aguas se sosieguen. Todo el mundo desea, por el bien del Museo del Ferrocarril, que cuanto antes desaparezcan las desavenencias entre todos los actores involucrados en la gestión para superar los resultados hasta ahora alcanzados.

Durante el año 2012, el Museo Vasco del Ferrocarril tuvo unos gastos de 1.023.809 euros, mientras que los ingresos tan solo fueron de 199.369 euros entre la aportación de los miembros del Patronato y los conseguidos por medio de la venta de entradas y marchandise de las instalaciones de Azpeitia (41.869 euros). El número de personas que ha visitado Azpeitia entre octubre de 2011 y el 1 de enero de 2013, asciende a 20.947. A estas cifras habría que añadir 309.500 euros que el Gobierno vasco ha asignado para el funcionamiento del museo.

Esta es la información que la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, ha efectuado ante las preguntas formuladas por el diputado del PP Borja Semper sobre la situación que vive el Museo Vasco del Ferrocarril. En su respuesta, la titular del departamento explica que, por el moento, no dispone de confirmación por parte de los patronos de su compromiso para mantener las mismas aportaciones que en 2012. Durante ese ejercicio, la Diputación Foral de Gipuzkoa dispuso de 15.000 euros para el centro de Azpeitia, mientras que el Ayuntamiento de la localidad entregó 22.500 euros y 120.000 Metro Bilbao y CAF, a partes iguales.

Durante el tiempo que lleva ejerciendo la nueva directora del centro, Maitane Ostolaza, se han incorporado al mismo tres personas que desarrollan los cargos de documentalista-conservadora, secretaria de dirección y atención al cliente, según precisa en sus escrito la citada consejería. Durante este mismo periodo, el centro ha invertido 126.500 euros en su proyección exterior, lo que comprende la elaboración y lanzamiento de la página web de la entidad, el plan de comunicación, la organización y desarrollo de exposiciones (Tren del urola en el museo y ‘150 años de ferrocarril en Euskadi’), el concurso y exposición de fotografía ‘Tren Bidea’ y el ciclo ‘Tren y Cultura’ celebrado en Azpeitia. Desde el museo se ha propiciado además la publicación del catálogo de la exposición ’15 años del Ferrocarril’ y el de la muestra ‘Tren Bidea’.

Tal y como refleja el escrito de la consejera, 17 personas han consultado las distintas publicaciones que se guardan en el centro de investigación que sostiene el museo.

(Imagen Mikel Iturralde)