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Portugal cancela su programa de alta velocidad y frustra las aspiraciones de empresas lusas y España

Bocajarro de agua fría. Aunque sin sorpresas. España y Portugal no estarán conectados por la alta velocidad. El Gobierno luso anunció que abandona «definitivamente» el proyecto de alta velocidad después de que el Tribunal de Cuentas anulara el contrato de la obra por «irregularidades». Esta decisión judicial fue la puntilla para un plan que estaba paralizado desde la llegada a Lisboa del Gobierno conservador de Passos Coelho en junio de 2011. “El TGV (como se llama en Portugal al AVE) está archivado», afirmó el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, y el Ejecutivo no va a hacer otra licitación.

La obra, cuyo presupuesto ascendía a 1.359 millones de euros, estaría financiada en un 31% por fondos públicos, en los que hay aportaciones de la Unión Europea y del Banco Europeo de Inversiones (BEI). No obstante y con el objetivo de no perder los fondos europeos asignados, el Gobierno luso lleva tiempo estudiando reconvertir el proyecto en una línea de «alta prestación», que dé prioridad al transporte de mercancías y no de viajeros. Las líneas de «alta prestación» hacen posible que los trenes puedan ir a una velocidad de entre 200 y 250 kilómetros por hora, en vez de los 300 del AVE.

El tribunal portugués, encargado de examinar los contratos estatales con importes elevados, se pronunció en contra de la concesión al consorcio Elos del tramo de 167 kilómetros que debería unir las localidades de Poceirao y Caia, en el límite con la frontera española. Esta adjudicación se realizó con el anterior Gobierno de José Sócrates en 2010. La obra estaba estimada en 1.400 millones de euros, pero el órgano judicial observó «falta de información» en el marco presupuestario y entendió que incurría en una «violación directa de las normas financieras».

La decisión generó críticas desde las filas socialistas y entre empresarios y alcaldes afectados. Y eso que era la crónica de una muerte anunciada. La cancelación del programa de alta velocidad, nacido hace casi una década, era una de las promesas electorales de Passos Coelho, que suspendió la construcción del ferrocarril poco después de ganar las elecciones anticipadas de mayo de 2011.

Desde la oposición lusa, la diputada y secretaria de Estado de Transportes durante el anterior Gobierno socialista de José Sócrates, Ana Paula Vitorino, calificó de «incomprensible y lamentable» la postura adoptada por el Ejecutivo conservador. «No se puede actuar así después de que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, reafirmara la importancia de esta conexión tanto para Portugal como para la UE», insistió la diputada.

En esta misma línea, responsables municipales y empresariales de las regiones del Alentejo y Lisboa hicieron pública su preocupación por el impacto de la desaparición del proyecto de alta velocidad, debido a las inversiones que llevaba aparejadas y cuya falta puede perjudicar el desarrollo económico.

La constructora lusa Soares da Costa, que encabeza el consorcio Elos al que le fueron adjudicadas las obras en cuestión, entre Poceirao, en las afueras de Lisboa, y Caia, junto a la frontera de Badajoz, elevó a 300 millones de euros la indemnización que el Estado portugués debería abonarle. En Elos, además de Soares da Costa, están presentes la empresa lusa Brisa (participada por la española Abertis), la concesionaria Iridium y la constructora Dragados (ambas filiales de la española ACS), así como la estadounidense Babcock Brown.

El objetivo del Gobierno lusp es una línea que conecte Sines, Lisboa, Madrid, Irún y Francia -pasando por Extremadura- de altas prestaciones y con capacidad para transportar mercancías. Las autoridades del país vecino se muestran partidarias de ese cambio del proyecto original desde que suspendió la construcción del ferrocarril , poco después de ganar las elecciones anticipadas de mayo de 2011.

La decisión del Gobierno portugués ha levantado controversia también en España, especialmente en la comunidad autónoma de Extremadura, que consideraba el proyecto una prioridad para sus intereses económicos.

La ministra española de Fomento anunció desde Bruselas que se reunirá con su homólogo portugués, Santos Pereira, para discutir las conexiones ferroviarias entre ambos países, y señaló que esperará a tener más información antes de tomar una decisión sobre los tramos del lado español.

La propia UE no vio con malos ojos la cancelación del proyecto por considerar que la conexión se mantendrá aunque no sea con AVE. El comisario de Transportes, Siim Kallas, aseguró que la alta velocidad «no es muy racional» porque consume mucha energía y requiere vías especiales.

La CE espera una propuesta definitiva del Gobierno portugués sobre el AVE Lisboa-Madrid

¿Marear la perdiz? ¿Aprovecharse de la coyuntura? ¿Cambio de planes? El comisario europeo de Política Regional, Johannes Hahn, ha señalado que el Gobierno portugués aún no tiene una decisión final sobre una posible alteración del proyecto del tren de alta velocidad entre Lisboa y Madrid. «Creo que aún no hay una decisión final del gobierno portugués, por lo tanto, lo que esperamos es una propuesta con la que podamos discutir una reprogramación», declaró Hahn después de reunirse en Lisboa con autoridades del ministerio de Economía portugués.

El Ejecutivo conservador luso, que asumió el poder el pasado junio, suspendió entonces el proyecto de ferrocarril de alta velocidad entre Lisboa y Madrid, impulsado por la anterior administración socialista (2005-2011), al considerarla un dispendio en tiempos de crisis. No obstante, para no perder los fondos europeos ya asignados, el nuevo Gobierno luso planea poner en marcha una línea de «alta prestación» -con una velocidad de 200 a 250 kilómetros por hora, en vez de los 300 previstos- que dé prioridad al transporte de mercancías y no el de pasajeros.

«Lo que oí en mis reuniones es que existe un fuerte interés, también del nuevo gobierno portugués, en tener suficientes líneas de tren entre Lisboa y Madrid, en particular de mercancías», refirió el Comisario austríaco.

Durante su intervención, Hahn analizó el programa de fondos estructurales que la CE cede a los estados miembros y señaló que actualmente lo importante es evaluar su «calidad», pues es esencial saber «hasta dónde pueden contribuir» para el desarrollo económico y social de un país. La cuestión es «cómo podemos optimizar el uso de los fondos estructurales», señaló.

Mientras Portugal discute sobre la eterna disyuntiva sobre si son galgos o podencos, el ferrocarril de los vecinos lusos se sigue resintiendo peligrosamente. El Ejecutivo del país vecino tiene la intención, de acuerdo con el Plan Estratégico de la Red de Transporte, de suprimir la línea ferroviaria regional hacia el este y poner fin a la extensión de Cáceres, por la que circula el Tren Lusitania, que une Lisboa con Madrid alegando baja demanda y un déficit de explotación. UGT y CCOO de Extremadura y los sindicatos portugueses UGT-P y CGTP han hecho un llamamiento al Gobierno luso para que reconsidere su decisión. Estos sindicatos alegan que esta baja demanda se debe principalmente a la falta de una política «proactiva» hacia la modernización de la vía férrea por parte de la Red Ferroviaria Nacional (REFER) de Portugal.

Respecto a la extensión de Cáceres, consideran que debe ser impulsada y vista como un eje alternativo a las actuales y futuras conexiones ferroviarias internacionales, «que son escasas», dado que ello permitirá la fluidez y el aumento de los flujos internacionales de mercancías y pasajeros.

Aducen además que el transporte ferroviario estructura el territorio y promueve la cohesión social y territorial, por lo que instan al Ejecutivo portugués a que reconsidere su decisión y muestran su disponibilidad al diálogo «con el fin de encontrar una solución que satisfaga a todas las partes interesadas»

Empresarios portugueses apuestan por una línea mixta de alta velocidad entre Lisboa y Madrid

Nadie parece rendirse a la evidencia. Y en Portugal siguen alzándose voces que defienden la alta velocidad y la conexión con España. Empresarios lusos creen que es preciso mantener el proyecto de tren de alta velocidad entre Lisboa y Madrid, aunque sea con tráfico mixto, y hacer otra conexión, más barata, para transportar las mercancías del puerto de Sines. La apuesta principal de los representantes de la Confederación Empresarial Portuguesa (CIP), Antonio Saraiva, y Luis Mira Amaral, sobre la comunicación ferroviaria entre Portugal, España y Europa, se enfoca principalmente hacia el transporte de mercancías, pero de ninguna forma supone una renuncia a los pasajeros.

La confederación defiende el uso de la misma línea ferroviaria para mercancías y pasajeros. Aseguran que es la única forma de sacarla rentabilidad. Y además creen que es necesario cumplir el compromiso con España para unir las capitales de la Península ibérica. De esta forma, la CIP apuesta por una línea de alta velocidad para pasajeros y carga entre Lisboa y Madrid y otra más económica que parta de Sines y enlace con la frontera de Badajoz, ambas con ancho de vía europeo.

El Gobierno conservador portugués que asumió el poder en junio, suspendió el proyecto de alta velocidad con España y el miércoles anunció que tiene permiso de Bruselas para utilizar las ayudas previstas para esa conexión en dos líneas de mercancías de menor rapidez que partirán de Sines y del puerto septentrional de Aveiro.

Sin embargo, la CIP mantiene que es preciso extender el ancho de vía europeo entre los principales polos industriales cercanos a Lisboa, entre los que destaca, aparte del ramal de Sines (a 160 kilómetros de la capital), el de la localidad de Barreiro y el de la fábrica de automóviles AutoEuropa, de Volkswagen, al sur de Lisboa.

Los empresarios lusos también son favorables a aprovechar el actual puente 25 de Abril, sobre la desembocadura del río Tajo, en vez de construir un tercero, y utilizar intercambiadores ferroviarios para completar el proyecto.

Los empresarios agrupados en la CIP consideran que el primer objetivo es que Badajoz y Madrid tengan sus plataformas logísticas concluidas en 2014. Deesta forma se podría apostar por la potenciación del puerto de Sines ante el previsible aumento de flujo de barcos de mercancías procedentes de la ampliación del canal de Panamá.

En un segundo plano, aunque menos importante, se pretende contar con otro eje que comunique Portugal con Europa sin pasar por Madrid, a través de la frontera española de Irún, y -en tercero- conectar el puerto de Aveiro con la frontera española de Salamanca. De todas formas, la CIP sí defiende la apuesta del nuevo gobierno luso por potenciar el tráfico ferroviario de mercancías.

El Gobierno de unión conservadora de Portugal, compuesto por el Partido Social Demócrata (PSD) y los democristianos del CDS-PP, sostienen que su plan ferroviario enfocado en la carga será más barato que el anterior y servirá para promover las exportaciones portuguesas y ayudar a superar la crisis económica.

Constructores portugueses aún confían en que pueda salvarse el trazado ibérico de alta velocidad

Ligera esperanza en Portugal. ¿Optimismo desmesurado? La constructora lusa Soares Costa, líder del consorcio adjudicatario del tramo en la frontera española del AVE portugués, no prevé una cancelación del tren de alta velocidad. Así lo explica el presidente de la constructora, António Castro Henriques, en una entrevista que publica el ‘Diario Económico’, en la que precisa que «no ponemos en la ecuación el escenario de una eventual cancelación del contrato (del Tren de Alta Velocidad)».

La constructora portuguesa lidera, junto a la concesionaria lusa de autopistas Brisa -participada a su vez por la española Abertis– el grupo Elos, que ganó el concurso del tramo entre Porceirao y Caia (170 kilómetros) por un precio de 1.668 millones de euros.

Castro Henriques, que ha asumido recintemente la presidencia de la compañía -una de las mayores en el sector en Portugal-, asegura que la suspensión no le preocupa de una manera particular. «No me tiene que preocupar propiamente. No es propiamente un ‘impasse’. Como el Gobierno anunció una toma de decisiones para el mes de septiembre, estamos ocupados», señala el empresario. En el caso de que la cancelación del AVE se produjese, «no determinaría ‘per se’ una alteración del plan estratégico» de la compañía que dirige.

El tramo adjudicado a Soares da Costa es la segunda parte de las infraestructuras ferroviarias de tren rápido que tenían previsto unir Lisboa y Madrid en 2 horas y 45 minutos, para 2013. El proyecto quedó en suspenso por orden del primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, que anunció la cancelación nada más asumir el poder el pasado junio, tras unos comicios anticipados en cuya campaña electoral se opuso al AVE por considerarlo «oneroso» para el erario luso.

El futuro del tren será aclarado a finales de septiembre, según el Ejecutivo portugués, que espera tomar una decisión tras estudiar la viabilidad del proyecto.

Passos Coelho avanzó estos días en Madrid, donde se entrevistó con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que el calendario de construcción tendrá que ser «reformulado y discutido» con la Unión Europea y el Ejecutivo español. Además, reiteró la prioridad de su Gobierno por una vía de ancho europeo para el transporte de mercancías, un corredor ibérico que partiría desde los puertos de Sines (Portugal) y de Algeciras en territorio español.

Portugal defiende hoy en España su apuesta por el transporte ferroviario de mercancías en detrimento de la alta velocidad

El ministro de Obras Públicas y Economía portugués, Alvaro Santos Pereira, se entrevista hoy en Madrid con su homólogo español, José Blanco, para defender la suspensión del AVE con España y proponer «otras alternativas» al transporte ferroviario entre ambos países. Santos Pereira explicará a Blanco que «la falta de dinero» derivada de la crisis que azota Portugal imposibilita la puesta en marcha de la alta velocidad entre Lisboa y Madrid, proyecto que estaba previsto para 2013 e impulsado por el anterior Gobierno socialista luso.

Ambos ministros deberán abordar «alternativas más rentables en tiempos de crisis», entre las que figura la promoción del transporte ferroviario de mercancías con Europa para impulsar las exportaciones, idea ya expuesta por el propio Santos Pereira hace dos semanas. «Más importante que tener un tren de alta velocidad, son las exportaciones (…) Tenemos que convencer a España de que es el interés de todos», aseguró entonces Santos Pereira durante una comisión parlamentaria.

Santos Pereira defiende la paralización de esta infraestructura como una medida coyuntural de ahorro para frenar la crisis económica que sufre el país y hacer frente a los compromisos de su rescate financiero internacional, tasado en 78.000 millones de euros. «Si hace diez o quince años tenía sentido, en este momento podría tener consecuencias para el país», advirtió el ministro en la misma comparecencia de hace dos semanas.

Nada más asumir funciones en junio, el primer ministro luso, el conservador Pedro Passos Coelho, anunció la suspensión de la construcción del AVE Lisboa-Madrid, a pesar de que el anterior Ejecutivo socialista (2009-2011) ya había adjudicado por 1.668 millones de euros el tramo más largo de las obras en suelo luso (170 kilómetros). Esta decisión generó «estupefacción» en el Ejecutivo regional de Extremadura y en el Gobierno central de Madrid. No obstante, el Gobierno luso espera ahora lograr consenso con el español en «una base de cordialidad y entendimiento mutuo».

La reunión, a la que también acude el secretario luso de Estado de Obras Públicas y Transporte, Sérgio Monteiro, quiere analizar de forma general la situación del transporte ferroviario, infraestructuras y conexiones transfronterizas entre ambos países, que no celebran una cumbre bilateral desde enero de 2010.

El proyecto de tren rápido entre Portugal y España, que tenía pendiente de adjudicación su trecho más corto -el más caro de ejecutar al tratarse de una travesía en la desembocadura del río Tajo-, iba a unir a ambas capitales en 2 horas y 45 minutos.

Portugal decide matener el tren Oporto-Vigo tras el acuerdo con Renfe que pagará parte del viaje

In extremis. La empresa portuguesa de ferrocarriles CP va a mantener en servicio el tren Oporto-Vigo, cuya suspensión estaba prevista para este domingo, tras llegar a un acuerdo con Renfe para compartir los costes de la línea. Portavoces de CP explican que el servicio, que iba a ser cancelado por deficitario, se prestará sin alteraciones tras aceptar Renfe «soportar la totalidad de los costos de explotación entre las ciudades españolas de Tui y Vigo».

La suspensión del servicio ferroviario, creado hace 98 años y que tiene una frecuencia de dos trayectos diarios de ida y vuelta, motivó en los últimos días protestas en Galicia y entre instituciones y usuarios del norte de Portugal.

CP anunció el jueves que modificaba su decisión inicial de suspender el servicio a partir de Valença, en la frontera de Portugal, para mantenerlo hasta el cercano municipio español de Tuy, de forma que los ferrocarriles españoles tuvieran oportunidad de completar el trayecto.

Fuentes de la empresa explicaron que ese primer cambio pretendía «hacer viable la conexión de Portugal por vía férrea con la red de transportes colectivos de Galicia».

Sin embargo, tras este nuevo anuncio el servicio, con la participación de Renfe según CP, queda garantizado en todo su recorrido, que incluye paradas en dieciséis municipios, cuatro de ellos españoles.

La empresa ferroviaria lusa había justificado su decisión de cortar el servicio internacional en «la imperiosa necesidad de reducir costes y las significativas pérdidas generadas» por esa línea, calculadas en unos 19.600 euros mensuales.

Pero alcaldes, empresarios y asociaciones de usuarios de ambos lados de la frontera reaccionaron contra la medida, que se sumaba a la suspensión en que se encuentra el proyecto para conectar Oporto y Vigo mediante la alta velocidad ferroviaria.

Según los datos facilitados por CP, entre la última parada en suelo portugués (en Valença) y Vigo, utilizaban el servicio 15.500 pasajeros por año. No obstante, el tren Oporto-Vigo, con unos 170 kilómetros de recorrido, es, según la empresa portuguesa, poco competitivo frente al transporte por carretera, ya que invierte tres horas y veinte minutos en hacer un trayecto que el autobús tarda en realizar un par de horas.

La ahora abortada decisión de cerrar el servicio, reconoció CP, estuvo motivada por los ahorros de costes a los que están obligadas todas las empresas lusas a causa de la crisis que vive el país.

Los problemas económicos de Portugal, que tuvo que negociar un rescate financiero internacional de 78.000 millones de euros en abril, han obligado al país a acometer varios programas consecutivos de ajuste, con medidas de recorte del gasto público y la inversión estatal. Entre ellas se encuentra la suspensión del otro proyecto hispanoluso de alta velocidad ferroviaria, la conexión entre Lisboa y Madrid, anunciada la semana pasada en el programa de gobierno del nuevo Ejecutivo conservador portugués.

Mientras, la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril (Feaaf) ha reclamado la implicación de instituciones como la Xunta, el Eixo Atlántico o las cámaras empresariales de Galicia y Norte de Portugal, para la creación de un servicio ferroviario «útil» que una las localidades de A Coruña y Oporto.

A esta conclusión ha llegado en un encuentro celebrado en la ciudad herculina. En él, 44 representantes de Feaaf y de la Asociación Portuguesa de Amigos del Ferrocarril (APAC) acordaron proponer «la implantación del tren Eje Atlántico» ante la «preocupación» por la «paralización» de las obras del servicio ferroviario que unirá Madrid y Lisboa, así como el proyecto de construcción de Oporto a Vigo.

Según ha añadido, la «implantación» de un servicio ferroviario entre A Coruña y Oporto, en un contexto de crisis, «contribuirá a la creación de puestos de trabajo y revertirá en la economía de la zona», sobre todo «tras el agravamiento en los desplazamientos» motivada por la implantación de tasas por el uso de las autovías en el norte de Portugal.

De esta manera, la Feaaf ha asegurado «ser consciente» de que, en el marco común de convivencia de la Unión Europea (UE), «se debe trabajar en acciones que permitan avanzar en la convergencia interregional e incrementar el nivel de renta y bienestar de los habitantes».

Para conseguir este objetivo, ha propuesto la creación de un servicio «altamente beneficioso para todos» que, denominado Tren do Eixo Atlántico Coruña-Porto, enlace diferentes localidades gallegas y portuguesas, a través de tres servicios diarios en cada sentido. Este servicio saldría de Ferrol y realizaría transbordos en las localidades gallegas de A Coruña, Santiago, Padrón, Vilagarcía, Pontevedra, Redondela, con enlace a Vigo y Tui. Asimismo, también haría transbordos en Valença do Minho, Viana do Castelo, Braga o San Romao, para, finalmente, llegar a Porto San Bento.

Además, han propuesto, entre otras medidas, que los servicios sean prestados trenes españoles de la Serie 599 de Media Distancia de Renfe desde A Coruña a Valença do Minho y regreso; y trenes intercidades de la empresa Comboios de Portugal de Valença a Oporto y regreso.

(Imagen Pablo en Turismo y tren)

Peligra la conexión del AVE con Lisboa

El AVE luso puede quedar sin alas. El líder del Partido Social Demócrata (PSD) luso, Pedro Passos Coelho, ha anunciado que paralizará la conexión por alta velocidad ferroviaria entre Madrid y Lisboa si resulta vencedor de las elecciones legislativas del próximo 5 de junio. El candidato del principal partido de la oposición en Portugal, que lidera la mayoría de los encuestas, aunque con una exigua ventaja sobre los socialistas, hizo una mención explícita a su postura sobre el AVE Madrid-Lisboa durante la presentación de su programa político. «El memorando de entendimiento -firmado con Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por su ayuda financiera a Portugal- no incluye la paralización de la conexión entre Lisboa y Madrid, pero nosotros la defendemos», subrayó.

El PSD ha hecho del rechazo al AVE Madrid-Lisboa una de sus principales promesas políticas, tal y como ya hiciera en las anteriores elecciones legislativas, celebradas en el año 2009. La conexión de alta velocidad entre las capitales de España y Portugal es defendida por el actual partido en el Gobierno, el socialista, que insiste en su valor estratégico para el futuro del país.

Passos Coelho incidió en que el programa del PSD va «más allá» del acuerdo alcanzado con la Unión Europea y el FMI en varios puntos a cambio de su ayuda, valorada en 78.000 millones de euros, entre ellos la alta velocidad con Madrid o la reforma de los medios de comunicación públicos.

En el documento presentado por el PSD con sus líneas estratégicas de cara a los próximos cuatro años se precisa que el AVE Madrid-Lisboa debe ser «renegociado» tanto a nivel de contenido como de plazos debido a la crisis en Portugal.

Para los socialdemócratas lusos, esta infraestructura «no es prioritaria» porque España «decidió no planear una conexión directa con Madrid, sino desviarla (…) para unir también un conjunto de ciudades extremeñas». Por este motivo, en opinión del PSD, «la tecnología de alta velocidad no es la más adecuada» para ese tipo de conexión.

«Debe volver a evaluarse el proyecto, el cual prevé una plataforma en la que funcionan en paralelo vías de ancho europeo y en ancho ibérico, lo que agrava significativamente los costes», apunta el principal grupo de la oposición lusa en su programa.

El PSD recordó que su objetivo en esta materia es dar prioridad al transporte de mercancías, por lo que «la actual configuración física del proyecto debe ser redirigida para optimizar los costes».

Las obras para construir el AVE en suelo portugués se dividen en dos tramos: el de Lisboa-Poceirao, cuyo concurso público fue suspendido y aplazado en 2010, y el de Poceirao-Caia, adjudicado al consorcio Elos y en el que las obras estaba previsto que comenzaran a principios de 2011, aunque todavía no lo han hecho.

Sócrates mantiene la necesidad del AVE Madrid-Lisboa pero no fija plazos para su construcción

Nuevo retraso, pero el proyecto sigue su curso. Aunque hay voces discordantes. El primer ministro de Portugal, el socialista José Sócrates, ha vuelto a defender el AVE Madrid-Lisboa, aunque reconoce que no puede fijar una fecha para su llegada por las dificultades del país para acceder a financiación. Sócrates insistió en que Portugal no puede cesar en su empeño de modernizar sus infraestructuras de transporte para reforzar la conexión con Europa, pese al rechazo que suscita el proyecto entre los partidos conservadores en la oposición por su elevado coste.

El primer ministro luso, que ejerce su cargo en funciones desde que presentó su dimisión el pasado 23 de marzo, insistió en que el AVE Madrid-Lisboa mantiene su carácter «prioritario» debido a que se trata de una «cuestión estratégica para el país», aunque precisó que en este contexto es necesario «adaptarse a las condiciones financieras». «No podemos en este momento comprometernos con un calendario» por no tener garantizada la financiación necesaria, subrayó el dirigente socialista en referencia a la conexión entre Lisboa-Poceirao, el primero de los dos tramos en que se divide el proyecto de alta velocidad con Madrid en suelo luso.

El concurso Lisboa-Poceirao, que incluye la construcción de un puente entre las dos márgenes del río Tajo en la capital lusa, fue lanzado en 2009 a un precio de adjudicación de cerca de 2.000 millones de euros, aunque al año siguiente el Gobierno decidió retirarlo alegando «razones técnicas y financieras» bajo la premisa de volver a presentarlo más adelante.

Por el momento se desconoce cuándo volverá a ser presentado, lo que incluso ha llevado a uno de los consorcios que acudieron al concurso (‘Tave Tejo’, participado por la compañía española FCC) a reclamar administrativamente los gastos en la elaboración de su propuesta, valorados en 10,6 millones de euros. Estaba previsto inicialmente finalizar los trabajos en este primer tramo durante el año 2013.

Respecto al segundo tramo en terreno portugués, entre Poceirao y Caia (en la frontera con Extremadura), el primer ministro luso incidió en que es un caso totalmente diferente debido a que el proyecto cuenta con fondos europeos y a que la financiación procedente de entidades bancarias fue negociada hace dos años, por lo que se obtuvo «a unos intereses muy reducidos».

Las obras correspondientes a esta parte del proyecto fueron adjudicadas al consorcio luso Elos por un precio de 1.668 millones de euros y debían haber comenzado a principios de 2011, aunque el Ejecutivo luso ha precisado que esperará a un dictamen del Tribunal de Cuentas sobre su coste para comenzarlos.

La cuestión de la alta velocidad es una de las protagonistas de la precampaña electoral abierta en Portugal, ya que el principal grupo de la oposición, el Partido Social Demócrata, aboga por paralizar este tipo de infraestructuras debido a la dura crisis económica que afronta el país, más aún tras la petición de ayuda externa a la UE y el FMI.

Renfe alquila 17 ‘camellos’ a Comboios de Portugal

Renfe ha alquilado a la compañía lusa Comboios de Portugal por 21.105.000 euros 17 trenes de media distancia hasta 2014, cuya adaptación se lleva a cabo en talleres de Valladolid y de Vigo con un coste de unos 400.000 euros. Comboios de Portugal es la empresa pública de trenes de país vecino.

El acuerdo prevé el alquiler estos automotores diesel de la serie 592, popularmente denominados ‘camellos’ (debido a las «jorobas» que sobresalen de las cajas a la altura de las puertas y que albergan los equipos de aire acondicionado.) y su mantenimiento integral, que se realiza de forma conjunta por Integria, una división de Renfe, en Vigo y en Valladolid, y por la Empresa de Mantenimiento de Equipamiento Ferroviario (EMEF) de Portugal, segúninforma Renfe.

Comboios de Portugal ha recibido ya cinco de estos trenes, adaptados en la Base de Mantenimiento Integral de Renfe en Valladolid, que desde el 29 de diciembre de 2010 prestan servicio en la denominada línea del Duero en Portugal.

El envío de los 17 trenes se completará en los próximos seis meses, para que presten servicio en las líneas Miño, Vigo y Duero de Portugal, ha explicado Renfe en un comunicado.

El proceso de adecuación consiste en la renovación completa del interior y de la pintura exterior, con la imagen corporativa de la compañía portuguesa, además de la instalación de los sistemas de control de velocidad y de comunicación de Portugal. Estas operaciones, con un coste total para los 17 trenes de unos 400.000 euros, serán abonadas a Renfe por Comboios de Portugal.

(Imagen Jean-Pierre Vergez-Larrouy en Wikimedia Commons)

El Gobierno luso ratifica el proyecto de la alta velocidad con España

El Gobierno portugués ha ratificado el proyecto del tren de alta velocidad con España, previsto para 2013, y ha aclarado que la anulación del concurso para construir uno de sus tramos ya estaba prevista y tiene carácter temporal. El ministro portugués de Obras Públicas, Antonio Mendonça, declaró en un acto en la delegación de Extremadura en Lisboa, que la formalización de la suspensión de ese concurso «no es noticia porque ya había sido anunciada en mayo» y subrayó que Portugal sigue apoyando el futuro ferrocarril Madrid-Lisboa.

El concurso se convocará en noviembre, en mejores condiciones de costo y financiación, lo que desmiente las especulaciones sobre un frenazo al proyecto surgidas al aparecer publicada la anulación en el Diario oficial de la República portuguesa. El Gobierno «mantiene la apuesta por el proyecto de conexión de alta velocidad», dijo Mendonça ante el presidente del Gobierno autónomo de Extremadura, Guillermo Fernández Vara durante la celebración del día de Extremadura en su delegación lisboeta. El ministro señaló que en mayo tuvo que adoptarse esa decisión ante la necesidad de revisar los costos del proyecto y la compleja situación financiera internacional que se vivía en esos meses.

El tren de alta velocidad es uno de los proyectos principales para dinamizar la economía, agregó al destacar las relaciones con España y las iniciativas de cooperación. Entre ellas resaltó una reunión de empresarios e instituciones fronterizas prevista para finales de año que abordará, entre otros, las posibilidades del ferrocarril y de las plataformas logísticas.

Fernández Vara también resto importancia a la publicación de la ya conocida anulación del concurso para uno de los tramos lusos de la alta velocidad, sobre cuyo futuro y el compromiso portugués de construirlo aseguró no tener ninguna duda. El proceso de licitación suspendido abarcaba tan sólo 50 kilómetros de vía entre Lisboa y la localidad de Poceirao pero incluía un tercer puente sobre el estuario del Tajo que había elevado el coste de la obra a 1.900 millones de euros.

La decisión de anular el concurso fue anunciada en mayo por el secretario de Estado de Transportes portugués, Carlos Correia da Fonseca. El mismo secretario de Estado manifiesta ahora que los fondos comunitarios para ese tramo del tren de alta velocidad eran pocos y se espera ahora que puedan incrementarse. «Contábamos con una financiación de 170 millones de euros, y en este momento, podemos sobrepasar los 600 0 700», aseguró. Adelantó que el proyecto va a sufrir «algunas alteraciones» que permitirán ahorrar cerca de 200 millones de euros.

Correia da Fonseca recordó la necesidad de hacer un nuevo concurso por las alteraciones de la coyuntura económica internacional y para poder garantizar más financiación comunitaria.

Tanto Medonça como Correia da Fonseca creen que la decisión no debe motivar reclamaciones de los consorcios competidores pues no se se había realizado la adjudicación y habrá de nuevo un concurso.

Sin embargo el consorcio que obtuvo la mejor puntuación preliminar, Tave Tejo, encabezado por la empresa española FCC e integrado por la italiana Impregilo y otras sociedades portuguesas e internacionales, expresó su «sorpresa» por la decisión y señaló que la está analizando.

Otro concursante, Altavia, integrado por las constructoras lusas Mota-Engil, Somague y Teixeira Duarte y la francesa Vinci, había criticado la oferta de su rival y no la consideraba ajustada a la licitación.

El tren de alta velocidad entre Lisboa y Madrid está previsto para 2013 y su tramo más largo, de 150 kilómetros entre Poceirao y Caia, en la frontera de Badajoz, fue adjudicado al consorcio ELOS, encabezado por las empresas lusas Soares de Acosta y Brisa (participada por la española Abertis) con un coste de 1.500 millones de euros.