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«Extremadura agota su paciencia» con el tren

La reivindicación de un tren digno para Extremadura estará presente en el día a día de la agenda del Gobierno regional en el nuevo curso político, porque ya se ha «agotado la paciencia» y no van a dejar de «callar» y «pelear» por ello. La portavoz del Ejecutivo regional, Isabel Gil Rosiña, ha asegurado que este asunto acompañará a cuantas acciones haga la Junta, como ruedas de prensa o actos públicos. Gil Rosiña adelanta que esta reivindicación formará parte de los actos con motivo del Día de Extremadura, aunque no concreta más y se remite a la rueda de prensa específica que dará hoy sobre la festividad del 8 de septiembre.

La portavoz del Ejecutivo extremeño sí anuncia que en la segunda quincena de septiembre se reunirá el Pacto por el Ferrocarril de Extremadura para fijar la fecha de la gran manifestación en Madrid prevista para el mes de octubre. Gil Rosiña insiste en la necesidad de la movilización tras recordar que hace unos días se volvió a repetir la imagen de pasajeros cargando con sus maletas a 38 o 40 grados por un nuevo incidente ferroviario.

Sobre palabras del exsecretario regional socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que reclamó no un tren digno para Extremadura, sino el AVE, ha indicado que «se ha ganado» dar su opinión. A su juicio, lo importante no es discutir si el eslogan elegido es el correcto o no, que si hay que «cambiarlo se cambia», sino que la protesta tiene que ser unánime de todos los sectores sociales y ser capaces de que «Antonio, Juan, María, Sara…, de cualquier pueblo de Extremadura, sientan que tienen que estar allí y desplazarse a Madrid para reivindicar el tren«.

La portavoz autonómica sostiene que «la reivindicación» de que Extremadura tenga «lo mismo que los demás» va a «acompañar a cuantas acciones haga» la Junta, algo que también se reflejará el día de Extremadura porque «hay una reivindicación unánime de esta región, al menos de este Gobierno y de los firmantes del pacto, que es que la paciencia se agotó«, sentencia.

Al ser cuestionada por la publicación en el BOE de la licitación del nuevo estudio informativo del tramo Madrid-Oropesa, Gil Rosiña lamenta que «el nuevo cambio de fecha» sobre este tramo «se sume a toda esta lista de agravios que de manera reiterada estamos sufriendo, me da igual como se llame el Gobierno que se sienta en la Moncloa», asegura tajante. «Ante cualquier nueva noticia que aparezca cada día en el boletín oficial o en cualquier medio de comunicación la posición de la Junta, con su presidente a la cabeza, va a ser la misma, se agotó la paciencia y no nos vamos a callar«, resalta Gil-Rosiña al tiempo que añade que «vamos a pelear y no estamos dispuestos a perder ningún tren más».

La portavoz extremeña señala que «en las próximas semanas» deben fijar «cuantas acciones de movilización sean necesarias» para que «no» se enteren «sólo los periodistas, los políticos, los responsables sindicales y los responsables empresariales» sino, apunta, «que sea el extremeño de a pie quien sienta la necesidad de acudir» a la manifestación en Madrid «para reivindicar unas comunicaciones dignas«.

Dos años sin trenes

Aislados por tren (salvo con Almería, ojo). El 7 de abril de 2015 Granada quedaba ‘incomunicada’ por tren. Fomento sellaba esta vía de comunicación ferroviaria para desarrollar las obras para la llegada de la Alta Velocidad y su integración con la capital, sin mayor alternativa que el uso del autobús para ir en dirección Madrid o Barcelona utilizando los servicios de Renfe. Se planteaba un parón de cinco meses. Pero hoy es el día que se cumplen dos años sin que los trenes puedan llegar hasta aquí.

Granada cumple 732 días sin tren (más allá del que hay diario hasta Almería). El plan del Ministerio de Fomento era finalizar las obras para la entrada de la Alta Velocidad en tan solo 150 días. El tren se detuvo con la excusa de que había obras en el Levante y que era necesario pararlo durante un tiempo porque se producía una sobrecarga en la red. Adif aducía que ciertos problemas medioambientales en Loja impedían abordar los trabajios. Aunque al parecer las empresas adjudicatarias se resistían a acometer las obras sin no les aumentaba la asignación.

De la Serna aseguraba a principios de año que la «adecuación de la infraestructura supondría un desembolso económico muy elevadoo y que el tiempo de obra sobrepasaría al que haría falta para que acabasen las obras para la Alta Velocidad»; lo que no convence a las plataformas ni a las principales fuerzas políticas granadinas.

La Junta, la Diputación y el Ayuntamiento de Granada exigen al Gobierno central que compense los dos años de aislamiento ferroviario de la provincia y las plataformas ciudadanas reivindican la reconexión por Moreda y que el AVE llegue soterrado. En una declaración conjunta, los responsables de la Diputación de Granada, la Junta de Andalucía en la provincia y el Ayuntamiento granadino han destacado las «cuantiosas pérdidas», especialmente para el turismo como sector estratégico de la economía granadina, que ha provocado el aislamiento. En este aniversario, han exigido al Gobierno central compensaciones por el «daño objetivo» que la situación está generando a la economía granadina y en el empleo.

En el mismo comunicado, el presidente de la Diputación, José Entrena; la delegada del Gobierno andaluz en Granada, Sandra García; y el alcalde de esta capital andaluza, Francisco Cuenca, recalcan el malestar por los «continuos retrasos» de las obras del AVE que han dicho se suceden porque el Gobierno central paralizó, hace ya más de seis años, el anterior proyecto del AVE. Reprochan a Fomento que modificara un proyecto que incluía la Variante de Loja y la integración urbana en la ciudad y exigen un «cronograma detallado» de las obras a su paso por Loja, en el que quede expresado el detalle de la ejecución de los trabajos.

Las instituciones piden además la reapertura de la línea de Moreda (Granada) y que se restablezca la conexión con Barcelona; que la alta velocidad llegue a Granada soterrada y que el AVE se aleje de «improvisaciones» o engaños. Las plataformas ciudadanas Marea Amarilla y Granada en Marcha se han concentrado ante la Subdelegación del Gobierno y han pedido también al reconexión por Moreda, presupuesto para la Variante de Loja, el soterramiento de las vías y que Granada cuente con presupuesto para la alta velocidad. Lamentan además un trato discriminatorio y recuerdan que Fomento contempla otros proyectos como los 450 millones prometidos para la integración del ferrocarril en Bilbao y Vitoria.

Granada, capital sin tren

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Granada cumple esta semana 500 días sin conexiones ferroviarias. Es la única capital del país sin trenes, por un aislamiento que comenzó hace 20 meses con la adjudicación de las obras del AVE a su paso por Loja, un tramo enquistado que espera la formación de Gobierno para resolver el problema que trae de cabeza a la ciudad.

Vecinos y políticos, empresarios y hosteleros claman por recuperar los trenes a Granada; aunque sea por la vía convencional. El AVE queda lejos. Pero el tren que ha estado ahí ‘toda la vida’ tampoco está al alcance de los usuarios. Tampoco los visitantes lo tienen fácil. Y eso que la ciudad vive para el turismo, con la Alhambra situado en puestos de cabeza de forasteros (este año va a superar sus registros históricos al recibir en el primer semestre del año más de 1,36 millones de turistas). Comprar un billete de tren (para o desde la ciudad) incluye el autobús. Para salvar la desconexión que hace menos seductora la opción de un viaje ferroviario, Adif contempla un plan alternativo.

El pasado junio, el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, explicó tras reunirse con el alcalde de Granada que Fomento no contempla planes ‘B’ para acabar con el aislamiento ferroviario, pero tampoco puede responder al modificado y complemento de la empresa de Loja, «de difícil encaje legal», por pedir un 10% más de lo acordado durante la licitación.

El alcalde de Granada, Francisco Cuenca (PSOE), ya «elevó el tono» de las protestas. El mismo día de su investidura el pasado mes de mayo, se colocó tras una pancarta para mostrar el hartazgo de políticos y empresarios, con comunicados reivindicativos de administraciones como la Diputación de Granada, el Ayuntamiento, hosteleros y empresarios.

Y todo sigue igual. O peor. Porque pasa el tiempo y no se ve una solución en el horizonte. A los proyectos de variantes, los cambios de gobierno, los daños ambientales denunciados por vecinos y ecologistas y las consabidas dificultades de una obra con presupuestos millonarios se suma la adjudicación a una empresa que reclama ahora más dinero y con la que el Ministerio de Fomento anunció reuniones en junio. Todo un despropósito ¿Hasta cuándo?

La nueva e indefinida huelga de los maquinistas de los ferrocarriles alemanes enfurece al país

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Alemania está harta. Los maquinistas de trenes protagonizan una nueva huelga, la novena en once meses, que ha paralizado buena parte del transporte ferroviario del país. Los paros, que afectan a innumerables industrias y millones de pasajeros, enfurecen a los alemanes. El Gobierno de Angela Merkel guarda silencio, pero hay quien sostiene que la presidenta está indignada.

La paciencia alemana se agota. La huelga comenzó el martes en las líneas de mercancías y se extendió en la madrugada del miércoles a los trenes de pasajeros. Las críticas se cuentan por miles en el sindicato de maquinistas (GDL). Incluso la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB) muestra su hartazgo e incomprensión hacia las reivindicaciones de un colectivo que protagonizó su último paro hace sólo diez días.

El GDL no quiere llamarla huelga indefinida. Se compromete, eso sí, a anunciar el fin del conflicto con 48 horas de antelación. Pero la gran mayoría de clientes dan por sentado que afectará al puente de Pentecostés, cuya festividad se celebra el próximo lunes. Mientras, el Gobierno guarda silencio y se limita a desear un pronto acuerdo entre la Deutsche Bahn (DB) (la compañía de ferrocarril) y el sindicato de maquinistas (GDL). Ambos continuan las conversaciones en Fráncfort (oeste), fuera del foco de los medios y sin informar de la evolución de las negociaciones.

El principal punto de enfrentamiento sigue siendo la reivindicación del sindicato de poder negociar el convenido también para otros colectivos de la compañía, como revisores o personal de los vagones restaurante; si no se acepta esa condición, rechaza la posibilidad de un arbitraje. El presidente de la Confederación de Sindicatos Alemanes, (DGB), Reiner Hoffmann, critica que el trasfondo de la protesta no sea una disputa sobre condiciones laborales, sino «una lucha de poder» a costa de los viajeros. «Cuando no se alcanza la meta tras nueve huelgas, uno se pregunta si la dirección de las negociaciones, que recae en el señor Weselsky, es la adecuada para alcanzar un compromiso constructivo», señala Hoffmann.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Empresarios (BDA), Ingo Kramer, sistiene que la actitud del sindicato de maquinistas es «un atentado» contra la autonomía de negociación de los agentes sociales en Alemania, ya que persigue «intereses de poder» y no cerrar un convenido colectivo.

La Federación del Comercio Mayorista, Exportadores y Sector Servicios de Alemania (BGA) denuncia la «nueva dimensión» de estas huelgas y considera que, a largo plazo, la industria se verá obligada a buscar nuevos canales de distribución al perder la confianza en el ferrocarril .

Los ferrocarriles alemanes son una empresa de gestión privada, aunque todas las acciones permanecen en manos del Estado, que planea sacar a bolsa parte de la compañía en 2008, pero canceló la operación ante la crisis financiera. El sindicato de maquinistas ha elevado de 75 a 100 euros la compensación diaria que entrega a los huelguistas para compensar la reducción del salario por los días no trabajados. Eso es al menos lo que sostienen algunos medios alemanes.

Este último paro de los maquinistas tiene lugar mientras continúa en todo el país la huelga indefinida de los educadores y los trabajadores sociales de las guarderías públicas, que comenzó hace ya diez días. Según un reciente estudio del Instituto de la Economía Alemana (IW), en apenas cinco meses se han acumulado ya más de 350.000 días de huelga en Alemania, más del doble que en el conjunto del año pasado.