‘Lose’ ha caído. El grafitero más activo del metro de Madrid, David Sánchez Esteban, ha sido desactivado por la Policía Nacional acusado de siete delitos de desórdenes públicos y ocho de daños. Considerado el líder por los grupos que se dedican a hacer pintadas, al que se le atribuyen daños superiores a los 31.000 euros, acumula el mayor número de superficie de tren pintada en toda España, así como grafitis realizados en convoyes en Nueva York, Londres, Copenhague y Atenas, entre otras capitales. Es conocido por ser el fundador de conocidos grupos de grafiteros como ‘TNT’ y ‘BGS’.
La detención, que se produjo el 28 de octubre, ha contado con la colaboración de los servicios de seguridad del suburbano de la capital de España. No obstante el famoso grafitero quedó en libertad con cargos un día después de su detención, tras ser puesto a disposición judicial. Sin embargo, las autoridades creen que la operación fue un duro golpe a ‘Lose’, un «ataque a la cabeza del grupo» que actúa en el suburbano de Madrid, y espera que tenga efecto disuasorio.
David Sánchez es uno de los primeros que utilizó el método del ‘palancazo’, según explica la Policía. El método consiste en activar los frenos de emergencia para pintar los coches del metro durante el tiempo en que permanece interrumpido el servicio. Las pintadas son un verdadero ejercicio de atrevimiento, osadía y desprecio a las prohibiciones de las operadoras ferroviarias. Los puntos donde suelen realizar las pintadas son seleccionados en función de la proximidad de una salida de emergencia o de un pozo de ventilación con el fin de facilitar la huida desde el interior del túnel de circulación. Las vías de escape son comprobadas previamente por los autores para asegurarse que estarán en perfectas condiciones el día en el que llevan a cabo las pintadas.
Vestidos con ropa de camuflaje y ocultando sus rostros con capuchas y bufandas, los grafiteros van provistos de mochilas con pinturas, llaves y herramientas destinadas a forzar la puerta de la cabina del conductor, en el cochen de cola, para activar los mecanismos de frenado. Una vez detenido el tren, descienden de él con el objetivo de realizar una pintada de grandes dimensiones en un tiempo máximo de quince minutos, que es lo que tarda aproximadamente en reanudarse el servicio.
Tras realizar su pintada, suelen colgar los vídeos de sus actuaciones en las redes sociales de Internet y por medio de éstas organizan los encuentros previos a realizar los grafitis. En estas citas para pintar llegan a reunirse hasta veinte personas de diferentes edades tanto de Madrid como de otras comunidades autónomas e incluso del extranjero, organizadas activamente y en conexión directa para planear sus actividades.
Un vídeo difundido por la Policía muestra a un grupo de unas doce personas, vestidos con colores oscuros y con los rostros cubiertos por capuchas y pañuelos, pintando el exterior de un tren detenido en menos de ocho minutos.
En una entrevista publicada en 2009 por la revista internet de grafiteros Aerosol, ‘LOSE’ explicó que la primera vez que pintó un tren «fue algo increíble». «Aún recuerdo esa sensación de frío nervioso y adrenalina, todo eso mezclado con el olor de la pintura», aseguraba. «Esta forma de vida me ha permitido traspasar las fronteras de mi barrio y de mi país, y que allí adonde quiera ir siempre habrá alguien, algún contacto o algún colega», agregó.
Los agentes son conscientes de la importancia de combatir estos actos vandálicos y el pasado mes de junio puso en marcha un plan específico para evitarlos que ha dado «muy buenos resultados», según fuentes policiales: se estima que han bajado más de un 50%. La Policía sigue buscando a los ‘colegas’ de ‘Lose’.