Archivo diario: octubre 26, 2011

Los accesos al túnel bajo el estrecho del Bósforo, que unirá Turquía y Europa, en manos de OHL

Un macrocontrato a la vista. Y en tiempos de crisis. OHL se ha adjudicado por un importe de 932 millones de euros la construcción de los accesos ferroviarios del túnel que se construye bajo el estrecho del Bósforo para unir Turquía y Europa. Se trata de uno de los contratos de mayor volumen económico logrados por la compañía, con el que además refuerza su internacionalización y consolida su presencia en el mercado turco, donde ya construyó el primer tramo del tren de alta velocidad entre Ankara y Estambul.

El proyecto consiste en la construcción bajo el mar de dos túneles ferroviarios que unirán ambos lados del estrecho del Bósforo con el fin de conectar por tren Europa y Asia, según detalló Villar Mir. «Será la primera línea ferroviaria que una dos continentes y la obra ferroviaria de mayor envergadura ejecutada nunca por una constructora española», destacó el presidente y accionista de control de OHL en un encuentro con la prensa. La compañía de construcción y servicios controla el 70% del consorcio a través del que ha conseguido este ‘macroproyecto’, que completa Dimetronic.

El plazo de ejecución de la obra es de tres años, dado que Turquía quiere que la puesta en circulación de trenes entre ambos continentes constituya el «hito» de la celebración del noventa aniversario de la República turca el 29 de octubre de 2013. El proyecto abarca la construcción de un línea ferroviaria de tres vías que permita la ciculación de trenes de cercanías, alta velocidad y mercancías, y su posterior matenimiento durante dos años.

El contrato incluye las labores de diseño, sustitución completa de las vías existentes y su reposición con tres nuevas vías en 63 kilómetros del total de 77 kilómetros que integran el proyecto. Además, el consorcio de OHL deberá renovar y edificar 36 estaciones, y construir 130 estructuras y dos centros de operación y control, además de cocheras, talleres, así como la renovación de todos los sismetas electromácnicos (suministro de energía, catenaria, señalización, telecomunicaciones y sistemas de ‘tiketing’).

La idea de unir Eurpa y Asia por un túnel no es nueva porque ya hace 150 años se hablaba de conectar ambos continentes bajo el agua que sirviera al ferrocarril para conseguir ese deseo. Y de eso trata este plan que persigue la construcción de un túnel ferroviario submarino que cruzará el estrecho del Bósforo y unirá la parte europea y la asiática de la ciudad de Estambul. Su inauguración está prevista para 2013. El plan se ha denominado con el nombre de Marmaray.

El túnel tendrá una longitud de 13.6 kilómetros, de los cuales 1.4 kilómetros serán submarinos (formado por once segmentos prefabricados y ensamblados de unos 135 metros de longitud y 18.000 toneladas de peso, a prueba de terremotos), y conectará Yenikapı (en la parte europea) con Sögütlüçesme (en la parte asiática), con paradas intermedias en Sirkeci y en Üsküdar. Cuando las obras finalicen, será el túnel más profundo del mundo, al situarse a 56 metros de profundidad.

Además de suponer un enlace ferroviario fijo entre Europa y Asia, el proyecto Marmaray se percibe también como una forma de acabar con la legendaria congestión del tráfico en Estambul. La línea tendrá una capacidad de 75.000 viajeros por hora y dirección, y se espera que beneficie a un millón de viajeros al día.