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La polémica vuelve al Museo Vasco del Ferrocarril, con la designación de un nuevo director

Vuelta de tuerca y polémica en el sector ferroviario. La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril ha puesto en tela de juicio el proceso de selección del director del Museo Vasco del Ferrocarril ante los medios de comunicación y las redes sociales por considerar que en dicho proceso se han incumplido los principios de transparencia y neutralidad que tanto el viceconsejero de Transportes, como EuskoTren y ETS decían defender. El Patronato de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril, tomó la decisión de seleccionar, como futura directora de la Fundación, a una profesora universitaria, Maitane Estolaza. De esta forma, queda desplazado Juanjo Olaizola, alma mater de la institución ferroviaria.

Los temores se han confirmado. El director del Museo de Azpeitia, al que ya se puso en jaque tras las pasadas navidades, queda relegado a un segundo plano. Al parecer, una amiga del viceconsejero de Transportes del Gobierno vasco, Ernesto Gasco, estará al frente del organismo museístico.

Según explican en un comunicado los miembros de la asociación, en la reunión del Patronato del pasado 8 de septiembre, cuando se valoró a los diversos candidatos seleccionados, Gasco decidió desestimar al tercero de ellos alegando que “conocía a dicha persona”. “¿Porqué no informó a los demás miembros del Patronato que conocía a la candidata finalmente seleccionada desde hace treinta años?”, se preguntan los denunciantes. “Tenemos constancia de que estudiaron juntos toda la carrera, tres años en E.U.T.G. (Donostia) y otros dos en la Universidad Autónoma de Madrid y, asimismo, podemos documentar que, en pleno proceso de selección, existió relación directa entre Gasco y dicha candidata, algo que deliberadamente ocultó a los restantes miembros del Patronato”, aseguran en su escrito. Juanjo Olaizola, que también concurrió a la selección, ha quedado en cuarto lugar.

La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril asegura que el proceso de selección está viciado. No solo porque la designación está condicionada por amiguismo, sino porque la misma vulnera la propia ley de Museos de Euskadi que establece que “La dirección, conservación y mantenimiento correrá a cargo de personal cualificado y suficiente cuya formación y conocimiento se ajuste a los contenidos del museo”. La candidata seleccionada, carece de experiencia en la dirección de museos y fundaciones, según asegura el citado organismo.

Tampoco está garantizada la experiencia en la gestión museística de la candidata seleccionada, ya que su cometida ha estado relacionado con la docencia.

La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril cree que todo el proceso de selección ha sido una farsa encaminada a que el vicepresidente del Patronato del Museo, Ernesto Gasco, pudiera colocar al frente de Azpeitia a una persona de su entera confianza. “De hecho, tenemos testigos que pueden declarar que ya en otoño de 2010, antes de que se quisiera forzar a Juanjo Olaizola Elordi a abandonar la dirección del museo, Gasco ofreció la dirección de la institución a terceras personas, ya que, según sus propias palabras “se iba a cargar al director”.

Los denunciantes creen cuanto menos sorprendente que la empresa de selección propusiera como mejor candidata a una persona sin experiencia en la gestión de museos y sin que pueda acreditar conocimientos que se ajusten a los contenidos del Museo Vasco del Ferrocarril, frente a un candidato como Juanjo Olaizola Elordi, con una contrastada experiencia en la dirección y gestión.

Apasionado del vapor, Juanjo Olaizola ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el Museo de Azpeitia, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que Azpeitia sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

El lorito Pepe, ‘jefe de estación’ en Cestona

Pepe había nacido en Guinea. aunque vivía en Cestona. No, no era de raza negra como bien podía deducirse de su lugar de nacimiento. Más bien pertenecía a esa simpática especie de la familia de los psitácidos que pueden imitar la conversación humana y otros sonidos. Lo que les hace aún más graciosos. Era la mascota de la familia que regentaba el hotel ‘Estación‘, junto al apeadero de Cestona-Villa, allá por los cincuenta.

Otros loros aprenden a pedir galletas, chocolate e incluso reproducen manchaconamente las palabrotas que algún pillastre les ha hecho repetir hasta acabar por superarle en la expresión del taco. Pepe, algo más singular que sus congéneres, no se limitó a las imprecaciones. El lorito gozaba de un lugar privilegiado para observar los trenes que pasaban por el apeadero. Y por alguna extraña razón le dio por imitar el sonido del silbato. Y ese silbido era tan perfecto que en más de una ocasión conseguía despistar a todos los trabajadores de la estación de Cestona-Villa.

Pepe debía de tener alma de jefe de estación. Y como tal hacía efectiva la maniobra preceptiva cada vez que observaba un tren parado en el apeadero guipuzcoano. El loro silbaba con tanta perfección que el maqunista pensaba que le estaban dando la salida y comenzaba la maniobra sin apercibirse de que era Pepe quien le había dado la orden. «El problema venía cuando silbaba y todavía no habían acabado de subir o bajar los viajeros, o la paquetería no se había terminado de cargar. Cuando el tren arrancaba, todos los paquetes y bultos iban a parar al suelo», explica Juanjo Olaizola. El director del Museo del Ferrocarril de Azpeitia asegura divertido que el loro no hacía distinciones porque incluso «las caseras que utilizaban el tren para llevar frutas y verduras a la Bretxa, terminaban con las berzas en el suelo».

Y Pepe la lio, aunque por fortuna sin consecuencias. El loro divisó, como tantas otras veces, un tren parado en la estación e hizo el silbido habitual. El maquinista no se lo pensó y arrancó el tren en el precisio instante en que otra unidad hacía su entrada. En ese tramo la vía era única para ambos sentidos. «El tren salió sin darse cuenta de que venía otro de frente y que había estado esperando en el cruce en Cestona. Menos mal que la salida de la estación dirección Zumaia es en línea recta, y pudieron parar a tiempo. Casi se la dan», relata Olaizola conocedor de las hazañas de Pepe.

Consuelo Oruesagasti, su antigua dueña, también rememora las historias de Pepe, y el disgusto que le ocasionó la denuncia contra su querida, aunque traviesa mascota. «Un inspector que perdió el tren se fijó en que el loro causaba confusión con sus silbidos en los operarios del apeadero. Vio a una pareja de la Guardia Civil y les propuso matarlo». Al cabo de unos días, los dueños del animal recibieron la denuncia contra Pepe. «En aquel momento se encontraba comiendo en el hotel un prestigioso abogado de San Sebastián, Urquizu. Este leyó la denuncia y dijo que él se encargaba de la defensa».

No hubo traslado a la comisaría ni juicio de faltas. La razón, explica Olaizola, fue sencilla. El juez determinó que, según el reglamento del ferrocarril, el maquinista no debe conformarse con oir el silbato del jefe de estación, sino tiene que ver claramente cómo agita el banderín rojo plegado, que da la señal de vía libre. Pepe no era culpable. Más bien la negligencia era de los confiados maquinistas que no se aseguraban con la vista de que los pasajeros habían dejado de subir o bajar o de que se habían terminado de cargar los bultos en la unidad correspondiente.

Como no podía ser de otra forma, la historia del pleito contra la compañía ferroviaria saltó a los periódicos. Es más. Consuelo Oruesagasti se enteró del fallo favorable en la contraportada de un periódico en Barcelona. Se hizo tan famoso, que en Francia llegaron a componerle una canción en la que se contaba su divertida historia.

Tras el fallido plieto, el jefe de estación de Cestona-Villa decidió cambiar el tipo de silbido, con intención de despistar a Pepe. Pero ni por esas. «A los tres días ya se había aprendido la nueva señal», señala jocosa su antigua dueña. Sus trastadas y desparpajo acabaron de golpe el día que Pepe apareció muerto.

Y la historia del loro, que el tiempo acabó casi por destarrar al olvido, acaba de ser rescatada por los Amigos del Museo Vasco. Desde hace unas semanas el loro, cuidadosamente disecado por sus dueños, observa a los visitantes que acuden a Azpeitia desde el mostrador de entrada de la antigua dependencia ferroviaria. Un lugar provisional hasta que definitivamente presida la vitrina de los silbatos.

(Imagen Lusa. Vídeo grabado por Joseba Zubialde. Fuente Diario Vasco)

La Administración vasca busca director para el Museo del Ferrocarril de Azpeitia

Nueva llamada de atención. Porque parece que vuelven a pintar bastos. La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril advierte sobre nuevas maniobras desde la Administración vasca sobre el director del organismo, Juanjo Olaizola, al que ya se puso en jaque tras las pasadas navidades. Hace unos días se publicaba la convocatoria de un concurso para la selección del nuevo director del Museo Vasco del Ferrocarril, a espaldas del Patronato de la Fundación.

La asociación cree que Eusko Tren y el Gobierno vasco se han vuelto a saltar los acuerdos adoptados por el Patronato de la Fundación , ya que ambas instituciones se comprometieron a informar al citado organismo sobre la descripción del perfil de los futuros candidatos y el sistema de selección antes de recurrir a la convocatoria. Sin embargo, esta se ha cumplimentando sin que la Fundación conozca los requisitos que llevan a la Administración vasca a sacar a concurso público el cargo de director del Museo de Azpeitia. Al parecer, tampoco el director del Museo ha sido informado de la situación.

El Patronato está formado por seis miembros entre los que se encuentran la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril, el consejero de Transportes del Gobierno vasco ( Iñaki Arriola), el viceconsejero de Transportes (Ernesto Gasco), EuskoTren, Euskal Trenbide Sarea (ETS) y el alcalde del Ayuntamiento de Azpeitia (Julián Eizmendi).

Para justificar frente al Patronato la necesidad del proceso de selección destinado a la contratación de un nuevo director del Museo el pasado 17 de enero, EuskoTren y el viceconsejero de Transportes afirmaron que el cargo de director del Museo Vasco del Ferrocarril nunca había existido en el organigrama de la operadora vasca de vía métrica. En los mismos términos se expresó el 3 de febrero Ernesto Gasco en una información periodística: «El puesto de director (del Museo Vasco del Ferrocarril) no existe, no está en el catálogo de EuskoTren, ni en ningún sitio».

La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril asegura, no obstante, que las afirmaciones de EuskoTren y del viceconsejero de Transportes no se corresponden con la realidad jurídica y fáctica de la Fundación ni del Museo Vasco del Ferrocarril. Según un comunicado de la asociación ambos organismos omiten el acuerdo adoptado por el anterior Patronato Rector del Museo de Azpeitia, el 16 de septiembre de 1992, por el que los miembros del citado organismo decidieron nombrar a Juanjo Olaizola director del centro ferroviario vasco. El Patronato Rector del Museo ratificó este nombramiento en la reunión mantenida el 27 de septiembre de 1994.
El anterior Patronato Rector se creó, al mismo tiempo que el Museo, por el Decreto 700/1991, de 17 de diciembre de 1991 (sobre Creación y Régimen del Museo Vasco del Ferrocarril publicado en el BOPV el 30 de diciembre de 1991), “con el fin -según establece el artículo 7 del citado decreto- de impulsar las actividades culturales y funcionamiento del Museo y de asesorar al Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco”. El consejero de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco y el viceconsejero de Transportes asumían la presidencia y vicepresidencia del anterior Patronato ; por su parte, el consejero delegado de EuskoTren, el director de Transportes del Gobierno vasco y el director de Patrimonio Cultural eran, entre otros, los vocales del citado organismo.

El origen del Museo Vasco del Ferrocarril se remonta a 1989, cuando el Departamento de Transportes y Obras Públicas comenzó a trabajar en la elaboración de un inventario de material ferroviario con el propósito de valorar cuantitativa y cualitativamente el Patrimonio Ferroviario existente en Euskadi. Para ello, la Dirección de Transportes convocó un proceso de selección público destinado a la contratación de una Asesoría Técnica, cuyo anuncio fue publicado en el BOPV de fecha 23 de noviembre de 1988. Como resultado del citado proceso de selección fue contratado Juanjo Olaizola Elordi.

Concluido el inventario, el Departamento de Transportes y Obras Públicas comenzó las gestiones necesarias para la creación del Museo Vasco del Ferrocarril. Su constitución tuvo lugar mediante el citado Decreto 700/1991, de 17 de diciembre de 1991.
Desde 1989 hasta 1994, la Dirección de Transportes fue renovando la contratación de los servicios de Juanjo Olaizola como asesor técnico, asumiendo la dirección de los trabajos de preservación, restauración, formación de colecciones y participación en la dirección de las obras de habilitación de las antiguas instalaciones del Ferrocarril del Urola ubicadas en Azpeitia, sede del futuro museo.

El 20 de enero de 1992, se inauguró la primera fase del Museo Vasco del Ferrocarril. En septiembre de ese mismo año, el ya mencionado Patronato Rector del Museo Vasco del Ferrocarril nombró director interino a Juanjo Olaizola. Dos años más tarde, la gestión del Museo, que hasta entonces había recaído en el Departamento de Transportes del Gobierno Vasco, se transfirió a la sociedad pública EuskoTren ( Decreto 56/1994, de 25 de enero de 1994), pero ello no supuso la disolución del Patronato Rector del Museo, ya que, en su artículo 5, determinó que “la gestión del Museo se realizará conforme a lo dispuesto en el Decreto 700/1991, de 17 de diciembre de 1991”.

El 1 de marzo de 1994, Juanjo Olaizola ingresó en la plantilla de EuskoTren paralelamente a la integración del Museo Vasco del Ferrocarril en esta sociedad pública. Y en septiembre de ese mismo año, el anterior Patronato Rector del Museo, con la correspondiente ratificación del Departamento de Transportes, decidió por unanimidad nombrarle director del Museo Vasco del Ferrocarril.

Ahora vuelve a ceñirse una tremenda incógnita sobre el responsable del centro de Azpeitia que, a pesar de lo sucedido en los primeros meses de este año, sigue trabajando en los diversos trabajos que se desarrollan en las instalaciones museísticas. En este tiempo ha encontrado solidaridad, reconocimiento y respeto por parte del mundo ferroviario que no comprende las maniobras de la Administración vasca.

Apasionado del vapor, Juanjo Olaizola ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el Museo de Azpeitia, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que Azpeitia sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

Juanjo Olaizola, socio de honor de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril

Juanjo Olaizola Elordi ha sido designado como Socio de Honor de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril (FEAAF). El nombramiento se hará efectivo en una gala a celebrar este domingo día 6 de marzo en el Museo de Madrid-Delicias. El director del Museo del Ferrocarril de Azpeitia se convierte así en el tercero en recibir este título honorífico tras Javier Aranguren y Miguel Cano López-Luzzatti.

Entre los motivos más destacados que le hacen merecedor de tal distinción destacan su importante labor en la puesta en marcha del Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia, su entusiasmo en la divulgación y en la edición de importantes libros sobre el ferrocarril y el hecho de ser un referente e icono para todos los amigos del ferrocarril de España y Portugal.

La designación de Olazola ha sido unánime, por casi un centenar de asociaciones que representana más de 16.000 socios que componen la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril, que actualmente tiene su sede oficial en Santiago de Compostela.

Esta distinción supone un espaldarazo a la labor desarrollada en Azpeitia por el director del Museo Vasco y pretende además que sirva de estímulo a las entidades públicas y a quién corresponda, en su apoyo y consolidación a la importante labor que Juanjo desempeña en el seno del recién creado Patronato de la Fundación de los Ferrocarriles Vascos, y que le ayude en su continua dedicación al fomento del mundo ferroviario.

A finales de diciembre pasado, EuskoTren anunció, mediante una comunicación interna, el traslado de Juanjo Olaizola al área de formación de esta empresa. La noticia trascendió de inmediato a los foros ferroviarios y la polémica generada, de la que la prensa se hizo eco de inmediato, fue clave para que en la primera reunión del Patronato rector de la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril, este organismo solicitase a EuskoTren sui retorno a la dirección del Museo, al menos mientras se realiza el proceso de selección del futuro director de la citada Fundación. El pasado 24 de enero, una nueva comunicación interna de EuskoTren, anulaba el nombramiento anterior y le restituía a la dirección del Museo Vasco del Ferrocarril.

Apasionado del vapor, Juanjo Olaizola ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el Museo de Azpeitia, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que Azpeitia sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

En 1989 fue contratado por el Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco para redactar el inventario de patrimonio ferroviario de Euskadi y, a partir de 1990 para impulsar el proyecto del museo. En 1994, pasó a depender de Eusko Tren cuando el Gobierno transfirió la gestión del Museo al operador ferroviario vasco.



(Imagen cedida por la Plataforma Internauta de Amigos del Ferrocarril (PIAF) )

El Patronato del Museo del Ferrocarril de Azpeitia deja «de momento» a Olaizola al frente del centro

El Patronato de la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril ha decidido mantener el actual equipo humano del centro, incluido su director Juanjo Olaizola, en tanto no concluya el proceso de selección de futuro responsable de la institución. Tras la primera sesión de este organismo, que preside el consejo de Transportes que no acudió a la reunión, se mantiene el estatus de todos los trabajadores del centro y se hace una apuesta decidida por seguir manteniendo el espíritu del museo. La decisión de los patronos no fue fácil, según algunas de las fuentes conocedores de la reunión, por lo que suponía rectificar uan decisión de la operadora vasca. Sin embargo, algunos de los asistentes arrancaron del Patronato un reconocimiento a la labor desarrollada por Juanjo Olaizola al frente del centro museístico, «desde su creación, partiendo desde cero, hasta convertirlo en uno de los mejores museos ferroviarios de Europa».

El Patronato ha discutido la situación en la que Eusko Tren ha dejado a Juanjo Olaizola, al que a últimos de diciembre se le transmitió su paso a la unidad de Formación de la operadora, y se ha desmarcado de la decisión de sustituir al director del Museo de Azpeitia. Al parecer la resolución la tomaron responsables de Eusko Tren, aunque no transmitieron al organismo que gestiona el centro de Azpeitia, tal y como es preceptivo, según los estatutos del citado organismo.

Por su parte, el alcalde de Azpeitia, uno de los vocales de la Fundación, quiso reflejar al término de la reunión su disconformidad con la decisión adoptada por Eusko Tren, al que acusa de haber actuado de forma unilateral en este asunto y sin contar con el resto de patronos. Este es el documento íntegro que ha remitido para su conocimiento público tras la sesión de la Fundación del Museo del Ferrocaril en el que trata de reflejar su posición en este asunto:

«Tras la celebración de la primera reunión del Patronato de la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril, el 17 de enero de 2011, el alcalde de Azpeitia, Julián Eizmendi, patrono de dicha Fundación, manifiesta que:

1º.- La decisión de destituir al director del Museo, había sido adoptada con anterioridad a la celebración de la citada reunión.

2º.- Tras más de dieciséis años de gestión del Museo Vasco del Ferrocarril por la Sociedad Pública EuskoTren, era de suponer que con el paso de dicha institución a la nueva Fundación, el personal a él adscrito, con su director, Juanjo Olaizola al frente de dicho equipo humano, fuera transferido a la nueva entidad, dada su contrastada y acreditada trayectoria profesional y los resultados obtenidos a lo largo de estos años, en los que han convertido el museo azpeitiarra en un referente a nivel estatal y europeo.

3º.- Si alguno de los patronos hubiese considerado preciso modificar el actual equipo humano del Museo, incluido el cambio de la dirección, debería haberlo planteado, debidamente motivado, ante el Patronato, órgano de gobierno de la Fundación, para su análisis, deliberación y correspondiente resolución. Sin embargo, la decisión ya había sido tomada de antemano. Todo ello se ha hurtado al Patronato.

4º.- Lo que sí aprobó el Patronato, fue mantener el actual equipo humano, incluido su director, Juanjo Olaizola, en tanto no concluya el proceso de selección de futuro director.

Por último, como alcalde de Azpeitia, quiero reseñar mi satisfacción con la labor desarrollada por el equipo humano del Museo Vasco del Ferrocarril, con su Director Juanjo Olaizola al frente, desde su creación, partiendo desde cero, hasta convertirlo en uno de los mejores museos ferroviarios de Europa».

El documento no aclara, sin embargo, cuál es la posición en la que queda Eusko Tren que forma parte del Patronato y qué proceso se va a seguir en las próximas semanas para contratar al director del centro. De cualquier forma, no parece descartarse que Juanjo Olaizola quede apartado definitivamente del futuro de la institución, a la que tanto ha contribuido en las dos últimas décadas.

El mundo ferroviario se pregunta, no obstante, si esta comunicación pretende aplacar a cuantos han protestado por el reemplazo de Olaizola o se está a las puertas de una rectificación. Tampoco Eusko Tren ha precisado, pese a la polétmica que ha provocado, cuál es su nueva posición ante la decisión del Patronato.

(Imagen cortesía de Marcos Maté Luna)

Directivos de la Federación Europea de Museos y Ferrocarriles Turísticos aconsejan a Eusko Tren que restituya a Juanjo Olaizola

Ecos internacionales y respuesta desde fuera. La Federación Europea de Museos y Ferrocarriles Turísticos ha remitido una carta a diversos responsables de EuskoTren y del Departamento de Transportes del Gobierno vasco.en la que muestran su sorpresa por la destitución del director del centro museístico de Azpeitia. Juanjo Olaizola, que ha permanecido casi dos décadas al frente de la institución, fue trasladado a últimos de diciembre a la sección de Formación de la operadora vasca. Precisamente este lunes se reunirá por primera vez el Patronato de la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril para seleccionar al nuevo responsable del centro.

La misiva viene firmada por el subdirector de la federación europea Jacques Daffit. En la nota se manifiesta la “incomprensible decisión” de apartar al director del Museo de Azpeitia. “Podemos entender los deseos de cambiar la gestión del centro, pero ese cambio no debería implicar necesariamente el traslado de su responsable”. La nueva estructura no resulta incompatible con la permanencia de Juanjo Olaizola “que ha demostrado sobradamente su capacidad a lo largo de estos años”, sostiene Daffit en su escrito.

El documento federativo manifiesta “el temor por la propia supervivencia del museo de Azpeitia”, por lo que recomiendan “para garantizar su futuro” que se mantenga a Olaizola como director del centro.

La destitución del director del centro museístico guipuzcoano ha conmocionado los ambientes ferroviarios españoles y extranjeros, ya que está reconocido como uno de los grandes expertos en materia ferroviaria de nuestro país y la piedra angular del museo. Azpeitia se ha convertido en los últimos años en referencia obligada para cuantos quieran revivir el ambiente ferroviario del pasado siglo.

Juanjo Olaizola ha sido el gran inspirador del Museo Vasco del Ferrocarril, su principal impulsor y además la figura que ha representado el tren vasco allá donde se ha organizado una actividad ferroviaria. En 1989 fue contratado por el Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco para redactar el inventario de patrimonio ferroviario de Euskadi y, a partir de 1990 para impulsar el proyecto del museo. En 1994, pasó a depender de Eusko Tren cuando el Gobierno transfirió la gestión del Museo al operador ferroviario vasco.

¿Sin vapor en Azpeitia?

La cuestión parece clara. La temporada de vapor en Azpeitia está más que en el aire. De hecho en la programación que Eusko Tren acaba de hacer pública las circulaciones de trenes ni aparecen. Y era precisamente esta materia la que convertía el Museo Vasco del Ferrocarril en algo especial y distinto del resto de instalaciones ferroviarias. Pero sin maquinista, es difícil hacer que las máquinas de la colección del centro de Azpeitia cobren vida propia.

Y todo por la destitución de Juanjo Olaizola como director del Museo del Ferrocarril de Azpeitia, al que Eusko Tren ha decidido trasladar al departamento de Formación de la operadora vasca. Juanjo Olaizola es, al parecer, el único titulado que puede maniobrar con las locomotoras de la colección museística. Difícil, por tanto, hacer posible la temporada de vapor vivo que, de momento, parece descartada de la programación, a tenor del documento que Eusko Tren muestra estos días en su página oficial.

Todos los años, al inicio de la temporada, se hacía constar los días de circulación de trenes en la información del museo. Y esta iniciativa es, a todas luces, el punto fuerte de Azpeitia, adonde acudían miles de visitantes para festejar el movimiento de las máquinas de vapor o el de las joyas eléctricas de la compañía vasca.

Las dudas se ciernen sobre el museo de Apeitia, además, porque Eusko Tren tiene planes sobre la antigua línea del Urola. Según informaciones periodísticas, la operadora y el Gobierno vascos tienen sobre la mesa un estudio en el que se propone poner en funcionamiento el tren del Urola en su tramo entre Azpeitia y Zumaia, 17 kilómetros que serpentean el tradicional valle fabril. Parte de ese recorrido, se recuperó hace casi dos décadas para los trenes del museo. Y algunas de sus insalaciones se aprovecharon para albergar las distintas colecciones.

El informe de viabilidad está en marcha; si el dictamen es positivo habrá que dar otros pasos, como el análisis de su impacto medioambiental. La recuperación del tren del Urola permitiría descongestionar las en su momento aplaudidas carreteras de 80.000 camiones al año, 40.000 de ellos en Guipúzcoa, muchos de los cuales recorren el camino que lleva del puerto de Zumaia a las acerías de Azpeitia cargados de chatarra.

¿Y entonces qué pasaría con el museo? Ni desde la operadora ni desde el Gobierno se han dado explicaciones a la destitución del director del museo, al que parecen reprochar cierto patrimonialismo sobre el centro de Azpeitia. Dos décadas de gestión y aportación personal de Olaizola, que se ha dejado miles de horas de su ocio personal en las instalaciones del museo, pueden hacer pensar en cierta querencia hacia el museo. Es innegable. Pero de ahí a que se crea que es parte de su herencia, va mucho camino.

Juanjo Olaizola es un hombre que se ha entregado con suma pasión a los trenes y al centro que él creó casi de la nada. El ex director del centro es conocido en los ambientes ferroviarios españoles y extranjeros como uno de los grandes expertos sobre el mundo del tren. Por eso se hace extrañamente complejo pensar en el futuro de Azpeitia sin Juanjo Olaizola. Ambos están unidos por la historia. Cada día que pasa se hace más que dudosa la continuidad del museo sin la presencia de su último director. Y si no se pueden disociar el uno del otro ¿La suerte de Azpetia está echada?

Juanjo Olaizola, maquinista de la ‘Aurrera’ en la cabalgata de reyes de Azpeitia

Cabalgata de Reyes en Azpeitia. Y como si nada. Juanjo Olaizola, como lleva haciendo tantos años ya, encendió la caldera de la ‘Aurrera’ e hizo disfrutar a los niños y no tan niños que ayer se congregaron en el Museo vasco del Ferrocarril. Ajeno a la polémica que ha provocado su destitución como director del centro, aunque la procesión fuera por dentro, Juanjo Olaizola ofició de maquinista y llevó de Azpeitia a Lasao, y vuelta, una de sus locomotoras favoritas.

La jornada servía de apoyo a Juanjo Olaizola, aunque la cita se había organizado para celebrar la cabalgata con la que el Museo suele participar para ilusionar a los niños de Azpeitia en la víspera de la festividad de los Reyes. El hasta hora director del centro acudió a su cita anual con el ‘tren de reyes’, encendió la caldera de la ‘Aurrera’ como si nada hubiera cambiado en estos días. Aunque por desgracia, es probable que no vuelva a dirigir los destinos de las instalaciones de Azpeitia. Decenas de personas quisieron testimoniar su apoyo acudiendo a la cabalgata

Parece que en las últimas horas ha habido alguna conversación con los dirigentes del PSE, pero no han fructificado y todo sigue como se había planteado. Olaizola dejará la dirección del museo y se incorporará a otro puesto dentro de la organización de Eusko Tren.

Mientras desde la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril// Burnibidearen Museoaren Lagunak se hacía público testimonio de la situaciòn por la que atraviesa Juanjo Olaizola que, por su interés, reproduzco en este blog:

«Conmovidos por las muestras de apoyo que a título individual estáis expresando en todas las redes sociales de internet a Juanjo Olaizola Elordi, en respuesta a la decisión de EuskoTren de destituirle al frente de la dirección del Museo Vasco del Ferrocarril, queremos expresaros nuestro más sincero agradecimiento por compartir con nosotros el temor por la continuidad de un proyecto patrimonial impulsado y desarrollado desde 1989. Nos sentimos orgullosos de la relación de amistad que nos une a la gran familia de Amigos del Ferrocarril.

Como ya sabéis, coincidiendo con la “inminente” trasformación del Museo Vasco del Ferrocarril en Fundación, EuskoTren ha decidido destituir a Juanjo Olaizola Elordi como director del Museo Vasco del Ferrocarril y nombrarle, en contra de su voluntad, responsable del área de formación de la citada sociedad pública.

Desde el pasado 23 de diciembre de 2010, fecha en la que fuimos informados por el propio Juanjo Olaizola sobre la adopción de dicha decisión, hemos intentado, sin éxito, reunirnos tanto con el Director General y Consejero Delegado de EuskoTren, como con el presidente de EuskoTren y Consejero de Transportes del Gobierno Vasco.

Continuamos a la espera de recibir una respuesta satisfactoria sobre los motivos que les han inducido a destituir de su cargo a uno de los más prestigiosos historiadores en materia ferroviaria del panorama nacional y europeo y alma mater del Museo Vasco del Ferrocarril.

Desde1989, año en el que tomó las riendas de este proyecto patrimonial tras el oportuno proceso de selección público llevado a cabo por el Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco, Juanjo Olaizola Elordi ha conseguido situar al Museo Vasco Ferrocarril a la altura de las más importantes instituciones culturales de España y Europa.

No obstante, la labor de Juanjo Olaizola, como él mismo ha reconocido en múltiples ocasiones, jamás hubiese sido posible sin el apoyo de los Amigos del Ferrocarril. Ahora también, acudimos a vosotros. Desde BML, queremos expresaros nuestro temor por el futuro no solo del citado proyecto patrimonial ferroviario, sino también del continente y contenido del Museo Vasco del Ferrocarril como conjunto patrimonial y del Tren de Vapor del Valle del Urola.

Por todo ello, necesitamos que manifestéis vuestras opiniones en la Web del Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco, en la dirección de correo electrónico de EuskoTren (attcliente@euskotren.es) y en los medios de comunicación social que consideréis oportunos (El Correo, Diario Vasco…)

Conscientes de que necesitaríamos brazos tan largos como la Red Ferroviaria Internacional para reunirnos con todos vosotros en un gran abrazo, os transmitimos nuestro respeto y admiración,

La Junta Directiva
Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril».

Como explica en su escrito la asociación, son cientos los aficionados que se han sumado al grupo de protesta contra la destitución de Olaizola como director del Museo, no solo en España sino en el extranjero. No en vano el ex director del centro de Azpeitia es uno de los grandes expertos del tren en nuestro país y así lo reconocen la mayor parte de las organizaciones ferroviarias.

(Imagen cortesía de Marcos Maté Luna)

El Museo del Ferrocarril de Azpeitia se queda sin su ‘alma mater’ y director Juanjo Olaizola


Los rumores se han confirmado. Y lo que parecía tan solo un nefasto presagio se ha hecho realidad. Una decisión administrativa puede poner en serio peligro el Museo Vasco del Ferrocarril. La destitución de su director Juanjo Olaizola es para muchos de los aficionados al tren una mala noticia. Y además cuestiona el desarrollo de las instalaciones de Azpeitia, un verdadero tesoro para todos los que hacen del ferrocarril algo más que un medio de transporte y al que dedican todas las horas posibles de su ocio.

El Gobierno vasco ha decidido, al parecer, convertir el museo en una fundación. Y para ello ha decidido prescindir de Juanjo Olaizola, alma mater del Museo de Azpeitia y uno de los grandes conocedores del mundo del tren. Ha sido el gran inspirador del Museo Vasco del Ferrocarril, su principal impulsor y además la figura que ha representado el tren vasco allá donde se ha organizado una actividad ferroviaria. En 1989 fue contratado por el Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco para redactar el inventario de patrimonio ferroviario de Euskadi y, a partir de 1990 para impulsar el proyecto del museo. En 1994, pasó a depender de Eusko Tren cuando el Gobierno transfirió la gestión del Museo al operador ferroviario vasco.

Es autor de más de 28 libros sobre el ferrocarril (entre otros «75 aniversario del funicular de La Reineta, 1926-2001″, I centenario del ferrocarril de Bilbao a Lezama», «El ferrocarril de Durango a Arrazola y Elorrio», «El ferrocarril vasco navarro. Eusko Tren. Bilbao, 2000», «El tranvía eléctrico de Bilbao a Durango y Arratia. Eusko Tren. Bilbao 2001» o «Eusko Tren, 1982-2002. Veinte años de progreso. Eusko Tren. Bilbao, 2002»);y ha publicado cientos de artículos en todas las revistas del sector (‘Carril’, ‘Trenes Hoy’, ‘Vía Libre’, ‘Maquetrén’, ‘Hobbytren’, ‘Trenmania’, ‘Doble Tracción’, ‘Revista de Historia Ferroviaria’) Asimismo, ha colaborado en la elaboración de varias publicaciones en prensa, radio y televisión y ha participado en seminarios, congresos y conferencias en Euskadi, Miranda de Ebro, Mallorca, Málaga, Alicante, Madrid, Almería, Gijón, Santander, Tarragona, Barcelona y Oporto.

Apasionado del vapor, ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el Museo de Azpeitia, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que Azpeitia sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

Apunto algunos de los datos de este museo para aquellos que no lo conocen. La que antaño fuera la más importante de las estaciones del viejo tren de Urola ofrece a los visitantes la posibilidad de conocer los trayectos que efectuaba el ferrocarril tiempo atrás, los cambios motivados por la Revolución Industrial y el funcionamiento de los antiguos tranvías eléctricos. La primera parte del museo se abrió en 1992; dos años más tarde se empezaron a recibir los trenes, y en 1998 se inauguró el tren de vapor que se desplaza desde la estación de Azpeitia hasta Lasao. Los fines de semana los visitantes tienen la ocasión de montar en los vagones de madera del antiguo tren de Urola, donde, remolcados por la locomotora ‘Aurrera’, necesitan 20 minutos para recorrer una distancia de 5 kilómetros.

La colección del Museo Vasco del Ferrocarril dispone de una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, integrada por más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos.

La visita a sus instalaciones permite conocer más a fondo la historia de los ferrocarriles de Euskadi, desde los viejos trenes de la Revolución Industrial hasta las modernas unidades del ferrocarril metropolitano de Bilbao. También es posible descubrir el funcionamiento de los antiguos tranvías eléctricos o la importancia de los transportes públicos en el desarrollo sostenible de nuestra sociedad.

El museo incluye una exposición sobre la máquina herramienta, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola, el cual se conserva tal y como fue instalado en 1925. Un antiguo motor eléctrico hacer funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados.

Entre todo el material móvil del Museo destaca la locomotora de vapor ‘Espinal’, construida en 1887 en Newcastle (Reino Unido) por la compañía de Robert Stephenson, hijo de George Stephenson, que ganó el concurso de 1829, que pondría en marcha los servicios de la línea de transporte de pasajeros de Liverpool a Manchester. Esta máquina es, en la actualidad, la más antigua en funcionamiento de las construidas por los Stephenson, así como la locomotora de vapor más antigua en servicio de España.

Destacan también los siguientes elementos históricos: una completa colección de relojería ferroviaria del mundo, desde las elegantes esferas que presidían los andenes de las estaciones, hasta los clásicos relojes de bolsillo de los ferroviarios. Una muestra excepcional de los uniformes utilizados en el ferrocarril, desde finales del Siglo XIX hasta el AVE, a través de una colección única en su género en Europa. Y sin olvidar las sorprendentes instalaciones de la antigua central de transformación eléctrica, con sus equipos de rectificación originales, reflejo de la más moderna tecnología existente hace 100 años.

Todo este conjunto permanece en Azpeitia por el tesón que Juanjo Olaizola ha puesto en esta tarea. No se entiende, por tanto, que se aparte de su gestión al hombre que ha conseguido en tan pocos años, hacer del Museo de Azpeitia el lugar que permanece en el corazón de todos los amantes del ferrocarril, adonde es preciso peregrinar, al menos, una vez en la vida.

Podéis aprovechar la ocasión y apoyar a Juanjo Olaizola en el grupo que se ha creado en facebook o dejar testimonio de vuestra protesta en éste y en otros foros treneros.

(La imagen corresponde al último día de circulación de la temporada de 2010, y a Juanjo estacionando la ‘Portugal’)

Vapor en Azpeitia, último día de la temporada 2010



















Os dejo unas imágenes que valen más que mil palabras. Son del último día de la circulación de vapor de esta temporada. Un viaje a Azpeitia que siempre merece la pena. La ‘Portugal’ y la ‘Euzkadi’ suben hasta Laso y vuelven con una carga de ilusión y ganas de que el viaje no termine. Y siempre se acaba; mucho antes de lo que uno quiere. Humo, carbonilla y el silbato de vapor en una paraje inigualable. Datorren urtera arte. Hasta la primavera que viene.