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Juanjo Olaizola y los Amigos del Museo vuelven a gestionar las locomotoras de vapor en Azpeitia

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Acuerdo inicial. Juanjo Olaizola y su grupo de colaboradores, agrupados en torno a la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril, han vuelto a Azpeitia. Con las primeras circulaciones del vapor en la antigua linea del Urola, aprovechando las vacaciones de Semana Santa, se ha puesto fin a los maquinistas formados por los aficionados uruguayos y se ha hecho cargo de la gestión de las unidades el grupo de Olaizola. Las locomotoras de Azpeitia volvieron ayer a la conducción de las expertas manos del exdiector del Museo Vasco.

Con el Jueves Santo llegan las circulaciones de vapor a Azpeitia. Pero en esta ocasión el protagonismo, aunque sea por unas horas, se lo ha llevado el maquinista. La gestión de las locomotoras ha vuelto a manos expertas. Juanjo Olaiizola, y los Amigos del Tren, ausentes en las últimas temporadas tras la ‘depuracion’ del anterior viceconsejero de Transportes, maniobraron con los vehículos de Azpeitia y dirigieron todas las operaciones para que los visitantes pudieran disfrutar de su jornada en las instalaciones museísticas de Azpeitia.

No ha trascendido el acuerdo al que ha llegado el grupo de Olaizola con la consejería, pero se ha desbloqueado la situación que lastraba al Museo Vasco del Ferrocarril y que ponía en peligro años de exitosa proyección. Lo cierto es que algo ha cambiado con la actual consejera porque se ha ‘reintegrado’ a los Amigos del Tren a las tareas de auxilio y apoyo en las circulaciones de vapor. Tampoco Juanjo Olaizola ha querido dar explicaciones. Se ha dedicado a conducir las locomotoras del vapor con el mismo entusiasmo que emplea en esa tarea cuando eran otras las circunstancias. Y como anécdota de la jornada, cabe destacar la presencia como taquillera de la actual directora de centro, Maitane Ostolaza.

Todo parece indicar que las aguas vuelven a su cauce y que el museo de Azpeitia puede seguir creciendo y mejorando su proyección. Habrá prontas noticias.

ELA denuncia las condiciones laborales del museo de Azpeitia y la ‘reclusión’ de su ex-director

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El sindicato ELA ha denunciado una situación de «maltrato laboral» a los trabajadores del Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia (Gipuzkoa), que ha sido puesto en conocimiento de la consejera vasca de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi. Según indica el sindicato nacionalista, entre los episodios de «maltrato» de la dirección del museo figura la reubicación del anterior responsable de la instalación «en un reducido habitáculo» construido en una dependencia «construida lejos de las oficinas del Museo». También denuncian la colocación de una cámara de vigilancia en el espacio en el que los trabajadoras de atención al cliente desarrollan su trabajo.

Según ELA la decisión de subrogar a los trabajadores de Euskotren a la Fundación del Museo del Ferrocarril «ha supuesto un evidente deterioro de las condiciones laborales de la plantilla del museo y la pérdida del prestigio que tenía cuando dependía de Euskotren». ELA ha indicado que ha informado de la situación a la consejera Ana Oregi y ha solicitado su «inmediata intervención».

La central nacionalista ha convocado una concentración el próximo jueves junto al museo para protestar por la actuación de la dirección de este equipamiento.

Según asegura el sindicato, el ex director del centro, que por decisión judicial volvió a las dependencias del museo tras ser destituido por el consejero de Transportes, pasa su jornada de trabajo en una habitáculo expresamente dispuesto por los responsables del centro. Juanjo Olaiozola desarrolla sus cometidos, que son prácticamente nulos, en unas dependencias en las que no tiene contacto con los documentos y archivos que se custodian en el museo. Y tampoco puede acceder a los vehículos de las instalaciones de Azpeitia. Pese a todo, el afectado no ha vuelto a comentar en público aspectos relativos a su situación, que rayan en el acoso laboral, para evitar su despido fulminante.

El departamento dirigido por el socialista Ernesto Gasco designó a Maitane Ostolaza, doctora en Historia y Civilización y profesora en la Universidad parisina de La Sorbona, para afrontar el futuro de la institución. El mundo ferroviario criticó duramente esta situación porque considera que Juanjo Olaizola es uno de los más destacados estudiosos del mundo del tren en nuestro país. EuskoTren decidió su despido amparándose en unas declaraciones muy críticas que el demandante hizo sobre la situación en la que le habían colocado dirigentes de Transportes y que el departamento consideró “un exceso en la libertad de expresión, causando un grave daño a la imagen pública y al prestigio del museo y de sus profesionales”. En la sentencia judicial que obligaba a su restitución al centro, el juez asegura que las declaraciones de Juanjo Olaizola, quien aseguró que se sentía acosado, estaban perfectamente amparadas y garantizado su derecho a expresarse con libertad. Durante el último año el museo ha aumentado considerablemente su plantilla y, por consiguiente, el presupuesto, aunque hasta el momento no se ha hecho pública el aumento del gasto con la nueva dirección.

El Patronato de Azpeitia prescinde de la ayuda de la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril

El tsunami arrasa con todo. Apenas si queda un vestigio de lo que fue o parecía. Y eso es lo que está sucediendo con el Museo de Azpeitia. El Patronato de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril ha decidido expulsar a la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril del citado órgano de gobierno mediante la modificación de los estatutos de la fundación. Se borra de un plumazo dos décadas de historia y la participación desinteresada de un grupo esntusiasta, voluntarista y activo que hacía de las instalaciones ferroviarias un ente vivo.

La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril había puesto en tela de juicio el proceso de selección del director del museo ante los medios de comunicación y las redes sociales por considerar que en dicho proceso se habían incumplido los principios de transparencia y neutralidad que tanto el viceconsejero de Transportes, como EuskoTren y ETS decían defender. El Patronato de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril, tomó la decisión de seleccionar, como futura directora de la Fundación, a una profesora universitaria, Maitane Estolaza. De esta forma, quedaba desplazado Juanjo Olaizola, alma mater de la institución ferroviaria. Tres meses más tarde, Eusko Tren decidía despidirle. Los tribunales deberán dirimir la cuestión.

La modificación de los estatutos de la fundación aprobada por el viceconsejero de Transportes del Gobierno vasco, el consejero delegado de EuskoTren, el vicepresidente ejecutivo de Euskal Trenbide Sarea y el Alcalde de Azpeitia, fue propuesta el pasado 22 de diciembre por Maitane Ostolaza Esnal, directora de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril desde hace un par de meses. El presidente de la Fundación, Iñaki Arriola, consejero de Vivienda, Obras públicas y Transportes del Gobierno vasco, tampoco asistió a la reunión del Patronato, como viene siendo habitual.

Los cambios introducidos en los estatutos de la fundación afectan, entre otros, a los artículos 9 y 19. En su redacción original, el artículo 9 establecía que la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril, tendría la consideración de colaborador de número de la Fundación, «quedando exenta de realizar cualquier aportación económica». Por su parte, el artículo 19 señalaba que la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril era miembro nato de su Patronato. Las modificaciones aprobadas suprimen las dos categorías de colaboradores de la Fundación (benefactores y de número) y elimina del Patronato de esta institución a uno de sus seis miembros natos: la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril.

La presencia de los amigos del ferrocarril en el seno del Museo Vasco de Azpeitia se remonta a 1991 coincidiendo con su creación.. De ese mismo instante uno de sus representantes acudía a las sesiones del Patronato del Museo Vasco del Ferrocarril, habrá «un representante de las Asociaciones de Amigos del Ferrocarril existentes en Euskadi». Evidentemente, el profundo conocimiento del mundo del ferrocarril por parte de este colectivo suponía un importante activo para el desarrollo de la nueva institución cultural.

Desde entonces, los amigos del ferrocarril han participado en el Patronato del Museo Vasco del Ferrocarril. Por ello, cuando en 2002 el Gobierno vasco aprobó la conversión del Museo Vasco del Ferrocarril en una Fundación, sus máximos responsables decidieron reconocer la labor realizada por este colectivo a favor del Museo, lo que se traduce en la aportación por parte de sus socios de más de 3.000 horas de trabajo voluntario y no remunerado, nombrándoles miembros natos de su máximo órgano rector: el Patronato de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril.

El comité permanente de Euskotren ve «motivaciones no laborales» en el despido de Juanjo Olaizola

El comité permanente de Euskotren ha manifestado su «rechazo» al despido del hasta ahora director del Museo de Ferrocarril de Azpeitia, Juanjo Olaizola, decisión en la que cree que existen «sospechas» de «motivaciones fuera del ámbito laboral».

En su opinión, se trata de una decisión «incomprensible e injustificable» que «choca frontalmente» con la trayectoria profesional de Olaizola al frente del Museo

La dirección de Euskotren acordó a principios de diciembre despedir a Juanjo Olaizola, director desde 1992 del Museo de Azpeitia, a resultas de uno de los dos expedientes disciplinarios que se le habían abierto en este último trimestre. «La atribución de conductas maliciosas constituye un grave atentado a la dignidad de estas personas, pues se les atribuyen conductas que, si fueran ciertas, perjudicarían seriamente la imagen de quien ha de representar a la empresa y supondrían un grave descrédito de su persona frente a la sociedad. Tales afirmaciones, además de atentatorias contra el honor de las personas mencionadas, han dañado gravemente también la imagen y prestigio de la propia Sociedad Pública Euskotren y de la Fundación del museo», recoge el expediente. El instructor dictaminó que este comportamiento «excede de los límites del derecho a la libertad de expresión» e implica la «comisión de una falta muy grave», que según el convenio colectivo de Euskotren supone el despido.

El comité ha mostrado ahora en una nota su «preocupación» por las «consecuencias negativas» que este despido pueda suponer para los trabajadores del Museo del Ferrocarril de Azpeitia y para el futuro de la propia institución, «que a día de hoy es considerado uno de los mejores de Europa y cuenta con un gran reconocimiento internacional». Por todo ello, ha mostrado su «solidaridad y apoyo» a Juanjo Olaizola y ha exigido a la dirección de la empresa su «readmisión».

El despido fulminante de Juanjo Olaizola deja una sombra negra sobre el futuro del Museo de Azpeitia

Los peores augurios se han confirmado. Juanjo Olaizola ha sido despedido. Así como suena. El director de Museo del Ferrocarril Vasco debe dejar no slo su puesto sino su trabajo en Eusko Tren. La empresa ha decidido prescindir de sus servicios amparada en una supuesta falta grave. Un instructor nombrado por Eusko Tren dictaminó hace escasos días que Olaizola realizó unas declaraciones contra la compañía con motivo de la elección de la nueva directora de la Fundación del museo –Maite Ostolaza– con «la indudable voluntad de dañar el buen nombre de personas e instituciones». Era algo que se veia venir, aunque ninguno diéramos crédito a todos los avisos.

Desde el entorno de Juanjo Olaizola se temía esta situación. «Le quieren echar», aseguraban hace unas semanas personas del entorno del ex director del Museo de Azpeitia. La apertura de dos expedientes disciplinarios tras sus declaraciones en una entrevista no ha sido más que una mera excusa. Los rectores de la empresa le consideran un personaje molesto. Y no han cejado en ponerle trabas en todo este año para que puediera desempeñar su trabajo al frente de las instalaciones ferroviarias de Azpeitia. Ni sus conocimientos ni su aportación y su solvencia han sido suficientes para hacerles torcer el brazo y mantenerle en el Museo del ferrocarril. No en vano ha sido su alma mater y es su joya más valorada. Pero ni por esas.

La dirección de Eusko Tren acordó el pasado lunes despedir a Juanjo Olaizola, director desde 1992 del Museo de Azpeitia, a resultas de uno de los dos expedientes disciplinarios que se le habían abierto en este último trimestre. «La atribución de conductas maliciosas constituye un grave atentado a la dignidad de estas personas, pues se les atribuyen conductas que, si fueran ciertas, perjudicarían seriamente la imagen de quien ha de representar a la empresa y supondrían un grave descrédito de su persona frente a la sociedad. Tales afirmaciones, además de atentatorias contra el honor de las personas mencionadas, han dañado gravemente también la imagen y prestigio de la propia Sociedad Pública Eusko Tren y de la Fundación del museo», recoge el expediente. El instructor dictaminó que este comportamiento «excede de los límites del derecho a la libertad de expresión» e implica la «comisión de una falta muy grave», que según el convenio colectivo de Eusko Tren supone el despido.

Lo que quizá no saben, o no quieren saber, es que Juanjo Olaizola es parte del museo que ha dirigido durante casi veinte años. Y que sin él, y los voluntarios que trabajan a su lado, es difícil mantener el centro en las mismas condiciones que ahora. Azpeitia tiene un lugar en el mapa ferroviario, porque Juanjo Olaizola ha sabido realizar un trabajo especial. Apasionado del vapor, ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el museo, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que la localidad guipuzcoana sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

¿Y ahora? Quién lo sabe. Pero una cosa está clara, el museo está herido de gravedad y una sombra negra se cierne sobre el centro. Nadie habla de su cierre; en absoluto. Pero sin las circulaciones de vapor, que a buen seguro no se van a volver a producir, ya que Olaizola es uno de los pocos maquinistas que tienen licencia para operar con esas joyas del vapor, Azpeitia no será lo mismo. Y sin la presencia de la ‘Aurrera’, ‘Zugastieta’, ‘Euzkadi’ o ‘Portugal’ sobre las vías, los visitantes dejarán de acudir porque solo verán un almacén de máquinas y unidades; quietas, inmóviles y con sus hogares marchitos, a falta de fuego y mantenimiento. ¿Eso queremos para Azpeitia?

La polémica vuelve al Museo Vasco del Ferrocarril, con la designación de un nuevo director

Vuelta de tuerca y polémica en el sector ferroviario. La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril ha puesto en tela de juicio el proceso de selección del director del Museo Vasco del Ferrocarril ante los medios de comunicación y las redes sociales por considerar que en dicho proceso se han incumplido los principios de transparencia y neutralidad que tanto el viceconsejero de Transportes, como EuskoTren y ETS decían defender. El Patronato de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril, tomó la decisión de seleccionar, como futura directora de la Fundación, a una profesora universitaria, Maitane Estolaza. De esta forma, queda desplazado Juanjo Olaizola, alma mater de la institución ferroviaria.

Los temores se han confirmado. El director del Museo de Azpeitia, al que ya se puso en jaque tras las pasadas navidades, queda relegado a un segundo plano. Al parecer, una amiga del viceconsejero de Transportes del Gobierno vasco, Ernesto Gasco, estará al frente del organismo museístico.

Según explican en un comunicado los miembros de la asociación, en la reunión del Patronato del pasado 8 de septiembre, cuando se valoró a los diversos candidatos seleccionados, Gasco decidió desestimar al tercero de ellos alegando que “conocía a dicha persona”. “¿Porqué no informó a los demás miembros del Patronato que conocía a la candidata finalmente seleccionada desde hace treinta años?”, se preguntan los denunciantes. “Tenemos constancia de que estudiaron juntos toda la carrera, tres años en E.U.T.G. (Donostia) y otros dos en la Universidad Autónoma de Madrid y, asimismo, podemos documentar que, en pleno proceso de selección, existió relación directa entre Gasco y dicha candidata, algo que deliberadamente ocultó a los restantes miembros del Patronato”, aseguran en su escrito. Juanjo Olaizola, que también concurrió a la selección, ha quedado en cuarto lugar.

La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril asegura que el proceso de selección está viciado. No solo porque la designación está condicionada por amiguismo, sino porque la misma vulnera la propia ley de Museos de Euskadi que establece que “La dirección, conservación y mantenimiento correrá a cargo de personal cualificado y suficiente cuya formación y conocimiento se ajuste a los contenidos del museo”. La candidata seleccionada, carece de experiencia en la dirección de museos y fundaciones, según asegura el citado organismo.

Tampoco está garantizada la experiencia en la gestión museística de la candidata seleccionada, ya que su cometida ha estado relacionado con la docencia.

La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril cree que todo el proceso de selección ha sido una farsa encaminada a que el vicepresidente del Patronato del Museo, Ernesto Gasco, pudiera colocar al frente de Azpeitia a una persona de su entera confianza. “De hecho, tenemos testigos que pueden declarar que ya en otoño de 2010, antes de que se quisiera forzar a Juanjo Olaizola Elordi a abandonar la dirección del museo, Gasco ofreció la dirección de la institución a terceras personas, ya que, según sus propias palabras “se iba a cargar al director”.

Los denunciantes creen cuanto menos sorprendente que la empresa de selección propusiera como mejor candidata a una persona sin experiencia en la gestión de museos y sin que pueda acreditar conocimientos que se ajusten a los contenidos del Museo Vasco del Ferrocarril, frente a un candidato como Juanjo Olaizola Elordi, con una contrastada experiencia en la dirección y gestión.

Apasionado del vapor, Juanjo Olaizola ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el Museo de Azpeitia, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que Azpeitia sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

La Administración vasca busca director para el Museo del Ferrocarril de Azpeitia

Nueva llamada de atención. Porque parece que vuelven a pintar bastos. La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril advierte sobre nuevas maniobras desde la Administración vasca sobre el director del organismo, Juanjo Olaizola, al que ya se puso en jaque tras las pasadas navidades. Hace unos días se publicaba la convocatoria de un concurso para la selección del nuevo director del Museo Vasco del Ferrocarril, a espaldas del Patronato de la Fundación.

La asociación cree que Eusko Tren y el Gobierno vasco se han vuelto a saltar los acuerdos adoptados por el Patronato de la Fundación , ya que ambas instituciones se comprometieron a informar al citado organismo sobre la descripción del perfil de los futuros candidatos y el sistema de selección antes de recurrir a la convocatoria. Sin embargo, esta se ha cumplimentando sin que la Fundación conozca los requisitos que llevan a la Administración vasca a sacar a concurso público el cargo de director del Museo de Azpeitia. Al parecer, tampoco el director del Museo ha sido informado de la situación.

El Patronato está formado por seis miembros entre los que se encuentran la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril, el consejero de Transportes del Gobierno vasco ( Iñaki Arriola), el viceconsejero de Transportes (Ernesto Gasco), EuskoTren, Euskal Trenbide Sarea (ETS) y el alcalde del Ayuntamiento de Azpeitia (Julián Eizmendi).

Para justificar frente al Patronato la necesidad del proceso de selección destinado a la contratación de un nuevo director del Museo el pasado 17 de enero, EuskoTren y el viceconsejero de Transportes afirmaron que el cargo de director del Museo Vasco del Ferrocarril nunca había existido en el organigrama de la operadora vasca de vía métrica. En los mismos términos se expresó el 3 de febrero Ernesto Gasco en una información periodística: «El puesto de director (del Museo Vasco del Ferrocarril) no existe, no está en el catálogo de EuskoTren, ni en ningún sitio».

La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril asegura, no obstante, que las afirmaciones de EuskoTren y del viceconsejero de Transportes no se corresponden con la realidad jurídica y fáctica de la Fundación ni del Museo Vasco del Ferrocarril. Según un comunicado de la asociación ambos organismos omiten el acuerdo adoptado por el anterior Patronato Rector del Museo de Azpeitia, el 16 de septiembre de 1992, por el que los miembros del citado organismo decidieron nombrar a Juanjo Olaizola director del centro ferroviario vasco. El Patronato Rector del Museo ratificó este nombramiento en la reunión mantenida el 27 de septiembre de 1994.
El anterior Patronato Rector se creó, al mismo tiempo que el Museo, por el Decreto 700/1991, de 17 de diciembre de 1991 (sobre Creación y Régimen del Museo Vasco del Ferrocarril publicado en el BOPV el 30 de diciembre de 1991), “con el fin -según establece el artículo 7 del citado decreto- de impulsar las actividades culturales y funcionamiento del Museo y de asesorar al Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco”. El consejero de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco y el viceconsejero de Transportes asumían la presidencia y vicepresidencia del anterior Patronato ; por su parte, el consejero delegado de EuskoTren, el director de Transportes del Gobierno vasco y el director de Patrimonio Cultural eran, entre otros, los vocales del citado organismo.

El origen del Museo Vasco del Ferrocarril se remonta a 1989, cuando el Departamento de Transportes y Obras Públicas comenzó a trabajar en la elaboración de un inventario de material ferroviario con el propósito de valorar cuantitativa y cualitativamente el Patrimonio Ferroviario existente en Euskadi. Para ello, la Dirección de Transportes convocó un proceso de selección público destinado a la contratación de una Asesoría Técnica, cuyo anuncio fue publicado en el BOPV de fecha 23 de noviembre de 1988. Como resultado del citado proceso de selección fue contratado Juanjo Olaizola Elordi.

Concluido el inventario, el Departamento de Transportes y Obras Públicas comenzó las gestiones necesarias para la creación del Museo Vasco del Ferrocarril. Su constitución tuvo lugar mediante el citado Decreto 700/1991, de 17 de diciembre de 1991.
Desde 1989 hasta 1994, la Dirección de Transportes fue renovando la contratación de los servicios de Juanjo Olaizola como asesor técnico, asumiendo la dirección de los trabajos de preservación, restauración, formación de colecciones y participación en la dirección de las obras de habilitación de las antiguas instalaciones del Ferrocarril del Urola ubicadas en Azpeitia, sede del futuro museo.

El 20 de enero de 1992, se inauguró la primera fase del Museo Vasco del Ferrocarril. En septiembre de ese mismo año, el ya mencionado Patronato Rector del Museo Vasco del Ferrocarril nombró director interino a Juanjo Olaizola. Dos años más tarde, la gestión del Museo, que hasta entonces había recaído en el Departamento de Transportes del Gobierno Vasco, se transfirió a la sociedad pública EuskoTren ( Decreto 56/1994, de 25 de enero de 1994), pero ello no supuso la disolución del Patronato Rector del Museo, ya que, en su artículo 5, determinó que “la gestión del Museo se realizará conforme a lo dispuesto en el Decreto 700/1991, de 17 de diciembre de 1991”.

El 1 de marzo de 1994, Juanjo Olaizola ingresó en la plantilla de EuskoTren paralelamente a la integración del Museo Vasco del Ferrocarril en esta sociedad pública. Y en septiembre de ese mismo año, el anterior Patronato Rector del Museo, con la correspondiente ratificación del Departamento de Transportes, decidió por unanimidad nombrarle director del Museo Vasco del Ferrocarril.

Ahora vuelve a ceñirse una tremenda incógnita sobre el responsable del centro de Azpeitia que, a pesar de lo sucedido en los primeros meses de este año, sigue trabajando en los diversos trabajos que se desarrollan en las instalaciones museísticas. En este tiempo ha encontrado solidaridad, reconocimiento y respeto por parte del mundo ferroviario que no comprende las maniobras de la Administración vasca.

Apasionado del vapor, Juanjo Olaizola ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el Museo de Azpeitia, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que Azpeitia sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

Juanjo Olaizola, socio de honor de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril

Juanjo Olaizola Elordi ha sido designado como Socio de Honor de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril (FEAAF). El nombramiento se hará efectivo en una gala a celebrar este domingo día 6 de marzo en el Museo de Madrid-Delicias. El director del Museo del Ferrocarril de Azpeitia se convierte así en el tercero en recibir este título honorífico tras Javier Aranguren y Miguel Cano López-Luzzatti.

Entre los motivos más destacados que le hacen merecedor de tal distinción destacan su importante labor en la puesta en marcha del Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia, su entusiasmo en la divulgación y en la edición de importantes libros sobre el ferrocarril y el hecho de ser un referente e icono para todos los amigos del ferrocarril de España y Portugal.

La designación de Olazola ha sido unánime, por casi un centenar de asociaciones que representana más de 16.000 socios que componen la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril, que actualmente tiene su sede oficial en Santiago de Compostela.

Esta distinción supone un espaldarazo a la labor desarrollada en Azpeitia por el director del Museo Vasco y pretende además que sirva de estímulo a las entidades públicas y a quién corresponda, en su apoyo y consolidación a la importante labor que Juanjo desempeña en el seno del recién creado Patronato de la Fundación de los Ferrocarriles Vascos, y que le ayude en su continua dedicación al fomento del mundo ferroviario.

A finales de diciembre pasado, EuskoTren anunció, mediante una comunicación interna, el traslado de Juanjo Olaizola al área de formación de esta empresa. La noticia trascendió de inmediato a los foros ferroviarios y la polémica generada, de la que la prensa se hizo eco de inmediato, fue clave para que en la primera reunión del Patronato rector de la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril, este organismo solicitase a EuskoTren sui retorno a la dirección del Museo, al menos mientras se realiza el proceso de selección del futuro director de la citada Fundación. El pasado 24 de enero, una nueva comunicación interna de EuskoTren, anulaba el nombramiento anterior y le restituía a la dirección del Museo Vasco del Ferrocarril.

Apasionado del vapor, Juanjo Olaizola ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el Museo de Azpeitia, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que Azpeitia sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

En 1989 fue contratado por el Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco para redactar el inventario de patrimonio ferroviario de Euskadi y, a partir de 1990 para impulsar el proyecto del museo. En 1994, pasó a depender de Eusko Tren cuando el Gobierno transfirió la gestión del Museo al operador ferroviario vasco.



(Imagen cedida por la Plataforma Internauta de Amigos del Ferrocarril (PIAF) )

¿Sin vapor en Azpeitia?

La cuestión parece clara. La temporada de vapor en Azpeitia está más que en el aire. De hecho en la programación que Eusko Tren acaba de hacer pública las circulaciones de trenes ni aparecen. Y era precisamente esta materia la que convertía el Museo Vasco del Ferrocarril en algo especial y distinto del resto de instalaciones ferroviarias. Pero sin maquinista, es difícil hacer que las máquinas de la colección del centro de Azpeitia cobren vida propia.

Y todo por la destitución de Juanjo Olaizola como director del Museo del Ferrocarril de Azpeitia, al que Eusko Tren ha decidido trasladar al departamento de Formación de la operadora vasca. Juanjo Olaizola es, al parecer, el único titulado que puede maniobrar con las locomotoras de la colección museística. Difícil, por tanto, hacer posible la temporada de vapor vivo que, de momento, parece descartada de la programación, a tenor del documento que Eusko Tren muestra estos días en su página oficial.

Todos los años, al inicio de la temporada, se hacía constar los días de circulación de trenes en la información del museo. Y esta iniciativa es, a todas luces, el punto fuerte de Azpeitia, adonde acudían miles de visitantes para festejar el movimiento de las máquinas de vapor o el de las joyas eléctricas de la compañía vasca.

Las dudas se ciernen sobre el museo de Apeitia, además, porque Eusko Tren tiene planes sobre la antigua línea del Urola. Según informaciones periodísticas, la operadora y el Gobierno vascos tienen sobre la mesa un estudio en el que se propone poner en funcionamiento el tren del Urola en su tramo entre Azpeitia y Zumaia, 17 kilómetros que serpentean el tradicional valle fabril. Parte de ese recorrido, se recuperó hace casi dos décadas para los trenes del museo. Y algunas de sus insalaciones se aprovecharon para albergar las distintas colecciones.

El informe de viabilidad está en marcha; si el dictamen es positivo habrá que dar otros pasos, como el análisis de su impacto medioambiental. La recuperación del tren del Urola permitiría descongestionar las en su momento aplaudidas carreteras de 80.000 camiones al año, 40.000 de ellos en Guipúzcoa, muchos de los cuales recorren el camino que lleva del puerto de Zumaia a las acerías de Azpeitia cargados de chatarra.

¿Y entonces qué pasaría con el museo? Ni desde la operadora ni desde el Gobierno se han dado explicaciones a la destitución del director del museo, al que parecen reprochar cierto patrimonialismo sobre el centro de Azpeitia. Dos décadas de gestión y aportación personal de Olaizola, que se ha dejado miles de horas de su ocio personal en las instalaciones del museo, pueden hacer pensar en cierta querencia hacia el museo. Es innegable. Pero de ahí a que se crea que es parte de su herencia, va mucho camino.

Juanjo Olaizola es un hombre que se ha entregado con suma pasión a los trenes y al centro que él creó casi de la nada. El ex director del centro es conocido en los ambientes ferroviarios españoles y extranjeros como uno de los grandes expertos sobre el mundo del tren. Por eso se hace extrañamente complejo pensar en el futuro de Azpeitia sin Juanjo Olaizola. Ambos están unidos por la historia. Cada día que pasa se hace más que dudosa la continuidad del museo sin la presencia de su último director. Y si no se pueden disociar el uno del otro ¿La suerte de Azpetia está echada?

El Museo del Ferrocarril de Azpeitia se queda sin su ‘alma mater’ y director Juanjo Olaizola


Los rumores se han confirmado. Y lo que parecía tan solo un nefasto presagio se ha hecho realidad. Una decisión administrativa puede poner en serio peligro el Museo Vasco del Ferrocarril. La destitución de su director Juanjo Olaizola es para muchos de los aficionados al tren una mala noticia. Y además cuestiona el desarrollo de las instalaciones de Azpeitia, un verdadero tesoro para todos los que hacen del ferrocarril algo más que un medio de transporte y al que dedican todas las horas posibles de su ocio.

El Gobierno vasco ha decidido, al parecer, convertir el museo en una fundación. Y para ello ha decidido prescindir de Juanjo Olaizola, alma mater del Museo de Azpeitia y uno de los grandes conocedores del mundo del tren. Ha sido el gran inspirador del Museo Vasco del Ferrocarril, su principal impulsor y además la figura que ha representado el tren vasco allá donde se ha organizado una actividad ferroviaria. En 1989 fue contratado por el Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco para redactar el inventario de patrimonio ferroviario de Euskadi y, a partir de 1990 para impulsar el proyecto del museo. En 1994, pasó a depender de Eusko Tren cuando el Gobierno transfirió la gestión del Museo al operador ferroviario vasco.

Es autor de más de 28 libros sobre el ferrocarril (entre otros «75 aniversario del funicular de La Reineta, 1926-2001″, I centenario del ferrocarril de Bilbao a Lezama», «El ferrocarril de Durango a Arrazola y Elorrio», «El ferrocarril vasco navarro. Eusko Tren. Bilbao, 2000», «El tranvía eléctrico de Bilbao a Durango y Arratia. Eusko Tren. Bilbao 2001» o «Eusko Tren, 1982-2002. Veinte años de progreso. Eusko Tren. Bilbao, 2002»);y ha publicado cientos de artículos en todas las revistas del sector (‘Carril’, ‘Trenes Hoy’, ‘Vía Libre’, ‘Maquetrén’, ‘Hobbytren’, ‘Trenmania’, ‘Doble Tracción’, ‘Revista de Historia Ferroviaria’) Asimismo, ha colaborado en la elaboración de varias publicaciones en prensa, radio y televisión y ha participado en seminarios, congresos y conferencias en Euskadi, Miranda de Ebro, Mallorca, Málaga, Alicante, Madrid, Almería, Gijón, Santander, Tarragona, Barcelona y Oporto.

Apasionado del vapor, ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el Museo de Azpeitia, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que Azpeitia sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

Apunto algunos de los datos de este museo para aquellos que no lo conocen. La que antaño fuera la más importante de las estaciones del viejo tren de Urola ofrece a los visitantes la posibilidad de conocer los trayectos que efectuaba el ferrocarril tiempo atrás, los cambios motivados por la Revolución Industrial y el funcionamiento de los antiguos tranvías eléctricos. La primera parte del museo se abrió en 1992; dos años más tarde se empezaron a recibir los trenes, y en 1998 se inauguró el tren de vapor que se desplaza desde la estación de Azpeitia hasta Lasao. Los fines de semana los visitantes tienen la ocasión de montar en los vagones de madera del antiguo tren de Urola, donde, remolcados por la locomotora ‘Aurrera’, necesitan 20 minutos para recorrer una distancia de 5 kilómetros.

La colección del Museo Vasco del Ferrocarril dispone de una de las mejores colecciones ferroviarias de Europa, integrada por más de 75 vehículos de todo tipo: desde locomotoras de vapor, tranvías, trolebuses, automotores y vagones de todas las clases hasta un camión de bomberos.

La visita a sus instalaciones permite conocer más a fondo la historia de los ferrocarriles de Euskadi, desde los viejos trenes de la Revolución Industrial hasta las modernas unidades del ferrocarril metropolitano de Bilbao. También es posible descubrir el funcionamiento de los antiguos tranvías eléctricos o la importancia de los transportes públicos en el desarrollo sostenible de nuestra sociedad.

El museo incluye una exposición sobre la máquina herramienta, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola, el cual se conserva tal y como fue instalado en 1925. Un antiguo motor eléctrico hacer funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados.

Entre todo el material móvil del Museo destaca la locomotora de vapor ‘Espinal’, construida en 1887 en Newcastle (Reino Unido) por la compañía de Robert Stephenson, hijo de George Stephenson, que ganó el concurso de 1829, que pondría en marcha los servicios de la línea de transporte de pasajeros de Liverpool a Manchester. Esta máquina es, en la actualidad, la más antigua en funcionamiento de las construidas por los Stephenson, así como la locomotora de vapor más antigua en servicio de España.

Destacan también los siguientes elementos históricos: una completa colección de relojería ferroviaria del mundo, desde las elegantes esferas que presidían los andenes de las estaciones, hasta los clásicos relojes de bolsillo de los ferroviarios. Una muestra excepcional de los uniformes utilizados en el ferrocarril, desde finales del Siglo XIX hasta el AVE, a través de una colección única en su género en Europa. Y sin olvidar las sorprendentes instalaciones de la antigua central de transformación eléctrica, con sus equipos de rectificación originales, reflejo de la más moderna tecnología existente hace 100 años.

Todo este conjunto permanece en Azpeitia por el tesón que Juanjo Olaizola ha puesto en esta tarea. No se entiende, por tanto, que se aparte de su gestión al hombre que ha conseguido en tan pocos años, hacer del Museo de Azpeitia el lugar que permanece en el corazón de todos los amantes del ferrocarril, adonde es preciso peregrinar, al menos, una vez en la vida.

Podéis aprovechar la ocasión y apoyar a Juanjo Olaizola en el grupo que se ha creado en facebook o dejar testimonio de vuestra protesta en éste y en otros foros treneros.

(La imagen corresponde al último día de circulación de la temporada de 2010, y a Juanjo estacionando la ‘Portugal’)