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Juanjo Olaizola y los Amigos del Museo vuelven a gestionar las locomotoras de vapor en Azpeitia

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Acuerdo inicial. Juanjo Olaizola y su grupo de colaboradores, agrupados en torno a la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril, han vuelto a Azpeitia. Con las primeras circulaciones del vapor en la antigua linea del Urola, aprovechando las vacaciones de Semana Santa, se ha puesto fin a los maquinistas formados por los aficionados uruguayos y se ha hecho cargo de la gestión de las unidades el grupo de Olaizola. Las locomotoras de Azpeitia volvieron ayer a la conducción de las expertas manos del exdiector del Museo Vasco.

Con el Jueves Santo llegan las circulaciones de vapor a Azpeitia. Pero en esta ocasión el protagonismo, aunque sea por unas horas, se lo ha llevado el maquinista. La gestión de las locomotoras ha vuelto a manos expertas. Juanjo Olaiizola, y los Amigos del Tren, ausentes en las últimas temporadas tras la ‘depuracion’ del anterior viceconsejero de Transportes, maniobraron con los vehículos de Azpeitia y dirigieron todas las operaciones para que los visitantes pudieran disfrutar de su jornada en las instalaciones museísticas de Azpeitia.

No ha trascendido el acuerdo al que ha llegado el grupo de Olaizola con la consejería, pero se ha desbloqueado la situación que lastraba al Museo Vasco del Ferrocarril y que ponía en peligro años de exitosa proyección. Lo cierto es que algo ha cambiado con la actual consejera porque se ha ‘reintegrado’ a los Amigos del Tren a las tareas de auxilio y apoyo en las circulaciones de vapor. Tampoco Juanjo Olaizola ha querido dar explicaciones. Se ha dedicado a conducir las locomotoras del vapor con el mismo entusiasmo que emplea en esa tarea cuando eran otras las circunstancias. Y como anécdota de la jornada, cabe destacar la presencia como taquillera de la actual directora de centro, Maitane Ostolaza.

Todo parece indicar que las aguas vuelven a su cauce y que el museo de Azpeitia puede seguir creciendo y mejorando su proyección. Habrá prontas noticias.

ELA denuncia las condiciones laborales del museo de Azpeitia y la ‘reclusión’ de su ex-director

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El sindicato ELA ha denunciado una situación de «maltrato laboral» a los trabajadores del Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia (Gipuzkoa), que ha sido puesto en conocimiento de la consejera vasca de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi. Según indica el sindicato nacionalista, entre los episodios de «maltrato» de la dirección del museo figura la reubicación del anterior responsable de la instalación «en un reducido habitáculo» construido en una dependencia «construida lejos de las oficinas del Museo». También denuncian la colocación de una cámara de vigilancia en el espacio en el que los trabajadoras de atención al cliente desarrollan su trabajo.

Según ELA la decisión de subrogar a los trabajadores de Euskotren a la Fundación del Museo del Ferrocarril «ha supuesto un evidente deterioro de las condiciones laborales de la plantilla del museo y la pérdida del prestigio que tenía cuando dependía de Euskotren». ELA ha indicado que ha informado de la situación a la consejera Ana Oregi y ha solicitado su «inmediata intervención».

La central nacionalista ha convocado una concentración el próximo jueves junto al museo para protestar por la actuación de la dirección de este equipamiento.

Según asegura el sindicato, el ex director del centro, que por decisión judicial volvió a las dependencias del museo tras ser destituido por el consejero de Transportes, pasa su jornada de trabajo en una habitáculo expresamente dispuesto por los responsables del centro. Juanjo Olaiozola desarrolla sus cometidos, que son prácticamente nulos, en unas dependencias en las que no tiene contacto con los documentos y archivos que se custodian en el museo. Y tampoco puede acceder a los vehículos de las instalaciones de Azpeitia. Pese a todo, el afectado no ha vuelto a comentar en público aspectos relativos a su situación, que rayan en el acoso laboral, para evitar su despido fulminante.

El departamento dirigido por el socialista Ernesto Gasco designó a Maitane Ostolaza, doctora en Historia y Civilización y profesora en la Universidad parisina de La Sorbona, para afrontar el futuro de la institución. El mundo ferroviario criticó duramente esta situación porque considera que Juanjo Olaizola es uno de los más destacados estudiosos del mundo del tren en nuestro país. EuskoTren decidió su despido amparándose en unas declaraciones muy críticas que el demandante hizo sobre la situación en la que le habían colocado dirigentes de Transportes y que el departamento consideró “un exceso en la libertad de expresión, causando un grave daño a la imagen pública y al prestigio del museo y de sus profesionales”. En la sentencia judicial que obligaba a su restitución al centro, el juez asegura que las declaraciones de Juanjo Olaizola, quien aseguró que se sentía acosado, estaban perfectamente amparadas y garantizado su derecho a expresarse con libertad. Durante el último año el museo ha aumentado considerablemente su plantilla y, por consiguiente, el presupuesto, aunque hasta el momento no se ha hecho pública el aumento del gasto con la nueva dirección.

Una limpiadora secuestra un tren de cercanías de Estocolmo y lo empotra contra un edificio

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Ni en una película esta historia sería creíble. Ni tan siquiera en un filme firmado por Berlanga sería verosímil. La escena es digna del surrealismo más extremo. Pero ya se sabe que hay ocasiones en que la realidad supera a la ficción. Y esta es una de esas circunstancias. Una joven sueca ‘secuestró’ un tren de cercanías durante la madrugada del martes y, tras conducirlo varios kilómetros, lo empotró contra un bloque de viviendas próximo al puente de Dalarö, a las afueras de Estocolmo. Llegados a este punto habría aún lectores que pensarían que la historia no es tan extraña y que no merece tanto alboroto.

La apreciación sería correcta y el caso no pasaría de ser una mera anécdota sin apenas trascendencia. Pero la cuestión es que la improvisada maquinista trabajaba como limpiadora en una línea ferroviaria de cercanías de la capital sueca. La aficionada maquinista dirigió el tren compuesto de cuatro coches, y en los que no viajaba ningún pasajero, hasta empotrarlo en la cocina del piso de la primera planta de un edificio residencial aunque, afortunadamente, nadie resultó herido. Según el diario local ‘Expressen’, en el inmueble, situado en el lujoso barrio residencial de Saltsjöbaden, dormían plácidamente cinco personas en el momento de la colisión. «Es increíble que no estemos hablando de una tragedia», declaraba la Policía en el mismo lugar del accidente.

Las autoridades se preguntan ahora cómo logró la mujer eludir las medidas de seguridad del depósito de Nacka hasta acceder a la cabina de control, donde fue capaz de arrancar la máquina sin problemas y conducirla durante varios kilómetros. La velocidad que llegó a alcanzar impidió que frenase a tiempo al llegar a la estación de Saltsjöbaden y acabó empotrándose en el inmueble tras saltarse el tope de la vía.

Tras dos horas de rescate, los equipos de emergencia lograron socorrer a la veinteañera, que presentaba «heridas graves», y fue evacuada en helicóptero al hospital. La investigación deberá esclarecer las razones que motivaron la acción de la empleada de la limpieza, en servicio para la empresa Arriva, y que ahora se enfrenta a un delito de estragos, entre otros cargos. ¿No les decía que era surrealismo extremo?

El vapor vuelve a Azpeitia con maquinistas del ‘otro lado del charco’

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Vapor, sí. Pero con maquinistas foráneos. El Museo del Ferrocarril de Azpeitia ha ‘recuperado’ las circulaciones de vapor que realizan su tradicional recorrido desde Azpeitia hasta la localidad vecina de Lasao, completando un viaje de cinco kilómetros por parte del trazado del antiguo ferrocarril del Urola. La Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril ha contratado para estos servicios, que tanta fama habían adquirido en varios países europeos, a miembros de la Asociación Uruguaya de Amigos del Riel, ya que ninguna agrupación española, francesa y portuguesa han querido participar en el proyecto en solidaridad con quien ha sido el verdadero artífice de este museo, Juanjo Olaizola.

Por primera vez, el vapor no estuvo presente en el inicio de la temporada, tras catorce años acudiendo puntual a su cita en primavera. El despido de Juanjo Olaizola, que un juez consideró improcedente y obligó a restituirle en su empleo, provocó una solidaridad sin precedentes en el mundo ferroviario y la negativa de la Federación Francesa de Ferrocarriles Turísticos (UNECTO) a manejar las locomotoras de Azpeitia. Idéntica respuesta recibió de varios museos que disponen de personal especializado, como el de Gijón que se negó a que sus técnicos pudieran ‘trabajar’ de forma esporádica en Azpeitia. Nadie respondió a la llamada. Hasta ahora, con la incoporación de los especialistas uruguayos.

Fuentes del sector aseguran que esta colaboración con maquinistas del ‘otro lado del charco’ puede derivar en algún problema, puesto que su participación contraviene el reglamento, ya que los permisos se conceden en función del trazado y del material que se va a utilizar en el mismo. Otras fuentes creen que es muy probable que la asociación uruguaya no haya tenido conocimiento de los problemas que se han producido en Azpeitia durante este último año y medio, con la destitución de Olaizola y todas las derivaciones que su despido ha traído consigo.

La Asociación Uruguaya de Amigos del Riel participó en el rodaje de la película ‘El último tren’ que cuenta la historia de tres veteranos uruguayos integrantes de la agrupación que roban una vieja locomotora para impedir que unos estudios de cine norteamericanos se queden con ella. Bajo el lema «El patrimonio no se vende» comienzan un utópico viaje por las vías en desuso de su Uruguay natal y de paso por sus propias vidas.

Los actuales responsables del museo están plenamente satisfechos de la recuperación de los viajes con vapor y de haber salvado las dificultades para hacer posible las circulaciones de los históricos trenes. “Las gestiones para poder recuperar este servicio no han sido fáciles. Hemos tenido que retrasar su reapertura, pero lo inauguramos de manera sólida y duradera” anunciaba Maitane Ostolaza, directora de la Fundación en una rueda de prensa celebrada el viernes en San Sebastián.

Ernesto Gasco, viceconsejero de Transportes del Gobierno Vasco, acudió a la rueda de prensa en representación del patronato de la Fundación, y también se mostró satisfecho por la puesta en marcha de este servicio. “Hemos trabajado, desde la profesionalidad, para asegurar que este servicio se preste en condiciones de seguridad”.

Ambos aseguraron en su comparacencia que tienen más planes para el museo, como la organización de un curso intensivo de formación de maquinistas y fogoneros para la conducción de trenes históricos y de trenes de vapor. Este curso, organizado en colaboración con el servicio vasco de empleo Lanbide, está destinado a un grupo de personas en situación de desempleo con el objetivo de crear una bolsa de trabajo para la Fundación, según explicaron.

No hicieron mención alguna de que estos cursos de vapor ya existían anteriormente y que han sido decenas de aficionados los que han permanecido en las instalaciones de Azpeitia adquiriendo los conocimientos necesarios para conducir una máquina de estas características. Entre ellos figurans algunos de los componentes de la Asociación de Amigos del Museo, a los que también se les ha alejado del centro y se les ha privado de participar en las tareas de vapor vivo, a las que contribuían desinteresadamente.

El juez declara nulo el despido de Juanjo Olaizola y cree que se ha vulnerado su libertad de expresión

Nulo. Sentencia de obligado cumplimeinto. El Juzgado de lo Social número 1 de San Sebastián ha declarado que el despido de Juan José Olaizola de la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril y EuskoTren, sociedades que controlan el Museo del Ferrocarril Vasco donde ejercía su trabajo desde hace dos décadas, es nulo a todos los efectos. El juez considera que se ha vulnerado el derecho a la libertad de expresión y obliga a su readmisión inmediata en cualquiera de las dos empresas que el demandante estime conveniente. El ex director del centro de Azpeitia aún no ha decidido cuál será su elección, pero tiene claro que piensa volver a las instalaciones del Urola en cuanto sea posible.

Los desencuentros entre EuskoTren y el ex responsable del museo se remontan a diciembre de 2011, cuando el organismo dependiente del Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes decidió destituirle y asignarle nuevas tareas en el área de Formación de la compañía, en un puesto administrativo en las oficinas centrales de Atxuri, en Bilbao. La decisión causó gran indignación y rechazo en ambientes ferroviarios españoles y europeos y la empresa dio marcha atrás. Sin embargo, decidió abrir un proceso de selección para dirigir el museo, al que se presentó el propio Olaizola, aunque no consiguió la máxima puntuación para hacerse con el puesto.

El departamento designó a Maitane Ostolaza, doctora en Historia y Civilización y profesora en la Universidad parisina de La Sorbona, para afrontar el futuro de la institución. El mundo ferroviario cirticó duramente esta situación porque considera que Juanjo Olaizola es uno de los más destacados estudiosos del mundo del tren en nuestro país. EuskoTren decidió su despido amparándose en unas declaraciones muy críticas que el demandante hizo sobre la situación en la que le habían colocado dirigentes de Transportes y que el departamento consideró «un exceso en la libertad de expresión, causando un grave daño a la imagen pública y al prestigio del museo y de sus profesionales». En la sentencia ahora hecha pública, el juez asegura que las declaraciones de Juanjo Olaizola, quien aseguró que sentía acosado, están perfectamente amparadas y garantizado su derecho a expresarse con libertad.

La ausencia de Juanjo Olaizola del Museo vasco del Ferrocarril ya se ha hecho notar. Por primera vez en catorce años, esta Semana Santa no ha habido circulaciones de vapor. Y con ello Azpeitia ha perdido su magia. El principal valor y punto de referencia mundial para atraer a visitantes es, sin duda alguna, la circulación de máquinas de vapor por el circuito que aún queda del antiguo ferrocarril del Urola. Y sin vapor los turistas dejarán de acudir a las instalaciones del Museo Vasco del Ferrocarril. Al parecer, tras la destitución y despido de Juanjo Olaizola, las autoridades vascas no han conseguido contratar a ningún maquinista. Según fuentes conocedoras del proceso, se han dirigido a la Federación Francesa de Ferrocarriles Turísticos (UNECTO) que ha declinado la invitación, pese a que se ha llegado a ofrecer 600 euros por una jornada (en la comparecencia parlamentaria del pasado 23 de marzo, Javier Cruz Expósito, consejero-felegado de EuskoTren únicamente reconoció 300 euros). También han tratado de que alguno de los técnicos del Museo de Gijón pudiera ‘trabajar’ de forma esporádica en Azpeitia. Pero nadie responde a la llamada.

No cabe duda alguna de que el museo está herido de gravedad y una sombra negra se cierne sobre el centro. Nadie habla de su cierre; en absoluto. Pero sin las circulaciones de vapor, que a buen seguro no se van a volver a producir, ya que Olaizola es uno de los pocos maquinistas que tienen licencia para operar con esas joyas del vapor, Azpeitia no será lo mismo. Sin la presencia de la ‘Aurrera’, ‘Zugastieta’, ‘Euzkadi’ o ‘Portugal’ sobre las vías, los visitantes dejarán de acudir porque solo verán un almacén de máquinas y unidades; quietas, inmóviles y con sus hogares marchitos, a falta de fuego y mantenimiento.

La Federación de Amigos del Ferrocarril rechaza la destitución de Juanjo Olaizaola que juzga «incomprensible»

Respaldo y apoyo. La Federación Española de Amigos del Ferrocarril ha rechazado la sustitución como director del Museo Vasco del Ferrocarril de Juanjo Olaizola, al que califica de «profesional de reconocido prestigio nacional e internacional», por «una persona sin experiencia», la profesora de la UPV Maitane Estolaza. El presidente de este organismo ha pedido al lehendakari, Patxi López, la dimisión del viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, y del consejero Iñaki Arriola.

En una rueda de prensa celebrada en Azpeitia (Gipuzkoa), la Federación Española de Amigos del Ferrocarril ha considerado que sustituir «uno de los profesionales más competentes de Europa por una perfecta desconocida resulta incomprensible». Igualmente han trasmitido su «preocupación» por el futuro del museo al alcalde de Azpeitia y a diversas fuerzas políticas del País Vasco, incluido el lehendakari, Patxi López, al que han solicitado la dimisión del viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, como «instigador de lo sucedido» y del consejero Iñaki Arriola «por su pasividad en el tema».

Patxi Crespo, en representación del secretario del Comité Permanente de EuskoTren, también ha manifestado su rechazo al despido de Juanjo Olaizola, así como su honda preocupación por el futuro de los trabajadores del centro ya que, desde su definitivo paso de EuskoTren a la Fundación Museo vasco del Ferrocarril , se está constatando una «manifiesta degradación de sus condiciones laborales». «El Comité Permanente impulsará una recogida de firmas entre todo el colectivo de trabajadores de EuskoTren para exigir la inmediata readmisión de Juanjo Olaizola en el museo y el reconocimiento de su labor como director del centro», ha anunciado.

Además de apoyar las medidas adoptadas por la Federación Española de Amigos del Ferrocarril y el Comité Permanente de EuskoTren, los Amigos del Museo vasco del Ferrocarril han denunciado ante el juzgado de Azpeitia el proceso de selección de la directora de la Fundación: «Primero, por ser innecesario, por contar desde 1992 con un profesional altamente cualificado; segundo, por no cumplir con los requisitos de transparencia exigibles en cualquier contratación de personal para un organismo público». En la Asamblea General de esta asociación celebrada en la tarde del sábado, sus socios han decidido impugnar judicialmente la modificación de Estatutos aprobada por el Patronato de la Fundación Museo vasco del Ferrocarril.

La dirección de EuskoTren acordó el pasado diciembre despedir a Juanjo Olaizola, director desde 1992 del Museo de Azpeitia, sin tener en cuenta el trabadjo desarrollado en las dos últimos décadas y su amplia y docta experiencia ferroviaria. Apasionado del vapor, Juanjo Olaizola ha logrado que el tren vasco sea un referente en el extranjero, a través de su gestión en el museo, al que ha dedicado casi dos décadas de intenso trabajo. Con su dirección, apuesta decidida por el vapor vivo y la restauración del patrimonio ferroviario, las instalaciones de Azpeitia son un ejemplo museístico que otros centros han intentado copiar. Y ha conseguido que la localidad guipuzcoana sea paso obligado para todos los amantes del tren tanto de España como del extranjero.

El Patronato de Azpeitia prescinde de la ayuda de la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril

El tsunami arrasa con todo. Apenas si queda un vestigio de lo que fue o parecía. Y eso es lo que está sucediendo con el Museo de Azpeitia. El Patronato de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril ha decidido expulsar a la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril del citado órgano de gobierno mediante la modificación de los estatutos de la fundación. Se borra de un plumazo dos décadas de historia y la participación desinteresada de un grupo esntusiasta, voluntarista y activo que hacía de las instalaciones ferroviarias un ente vivo.

La Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril había puesto en tela de juicio el proceso de selección del director del museo ante los medios de comunicación y las redes sociales por considerar que en dicho proceso se habían incumplido los principios de transparencia y neutralidad que tanto el viceconsejero de Transportes, como EuskoTren y ETS decían defender. El Patronato de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril, tomó la decisión de seleccionar, como futura directora de la Fundación, a una profesora universitaria, Maitane Estolaza. De esta forma, quedaba desplazado Juanjo Olaizola, alma mater de la institución ferroviaria. Tres meses más tarde, Eusko Tren decidía despidirle. Los tribunales deberán dirimir la cuestión.

La modificación de los estatutos de la fundación aprobada por el viceconsejero de Transportes del Gobierno vasco, el consejero delegado de EuskoTren, el vicepresidente ejecutivo de Euskal Trenbide Sarea y el Alcalde de Azpeitia, fue propuesta el pasado 22 de diciembre por Maitane Ostolaza Esnal, directora de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril desde hace un par de meses. El presidente de la Fundación, Iñaki Arriola, consejero de Vivienda, Obras públicas y Transportes del Gobierno vasco, tampoco asistió a la reunión del Patronato, como viene siendo habitual.

Los cambios introducidos en los estatutos de la fundación afectan, entre otros, a los artículos 9 y 19. En su redacción original, el artículo 9 establecía que la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril, tendría la consideración de colaborador de número de la Fundación, «quedando exenta de realizar cualquier aportación económica». Por su parte, el artículo 19 señalaba que la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril era miembro nato de su Patronato. Las modificaciones aprobadas suprimen las dos categorías de colaboradores de la Fundación (benefactores y de número) y elimina del Patronato de esta institución a uno de sus seis miembros natos: la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril.

La presencia de los amigos del ferrocarril en el seno del Museo Vasco de Azpeitia se remonta a 1991 coincidiendo con su creación.. De ese mismo instante uno de sus representantes acudía a las sesiones del Patronato del Museo Vasco del Ferrocarril, habrá «un representante de las Asociaciones de Amigos del Ferrocarril existentes en Euskadi». Evidentemente, el profundo conocimiento del mundo del ferrocarril por parte de este colectivo suponía un importante activo para el desarrollo de la nueva institución cultural.

Desde entonces, los amigos del ferrocarril han participado en el Patronato del Museo Vasco del Ferrocarril. Por ello, cuando en 2002 el Gobierno vasco aprobó la conversión del Museo Vasco del Ferrocarril en una Fundación, sus máximos responsables decidieron reconocer la labor realizada por este colectivo a favor del Museo, lo que se traduce en la aportación por parte de sus socios de más de 3.000 horas de trabajo voluntario y no remunerado, nombrándoles miembros natos de su máximo órgano rector: el Patronato de la Fundación Museo Vasco del Ferrocarril.

La Federación de Amigos del Ferrocarril pide al lehendakari que restituya a Olaizola en Azpeitia

La Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril (FEAAF) ha enviado un escrito al lehendakari Patxi López en el que reclama la reposición de Juanjo Olaizola al frente del Museo de Azpeitia. En la misiva reprueban también la labor desarrollada durante estos últimos meses por el viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, en la institución museística guipuzcoana al que acusan de “perseguir política, jurídica y personalmente” al hasta ahora responsable del centro ferroviario de Azpeitia.

El donostiarra Juanjo Olaizola, responsable del día al día del museo desde que se inauguró su primera fase en 1992, ha sido sustituido recientemente por la zumaiarra Maitane Ostolaza. A Ostolaza le ha correspondido estrenar el cargo de directora de la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril, tras haberse impuesto a 114 candidatos -entre los cuales se encontraba el propio Olaizola, que quedó en cuarto lugar- en un proceso de selección que puso en marcha hace meses y que, como el propio relevo al frente del museo, se enmarca en la conversión en fundación de un equipamiento gestionado desde 1994 por Eusko Tren, empresa pública dependiente del Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes del Gobierno vasco.

Desde la FEAF, la decisión de cesar a Juanjo Olaizola Elordi como director “es irregular, incomprensible y quizás ilegal ya sea disfrazado de vericuetos torticeros o de supuesta legalidad ‘democrática’ y será un paso atrás que socavará el prestigio del museo, con casi total seguridad, encarecerá los gastos generales y cercenará la inercia del trabajo que con dedicación, ilusión y rigor se venía realizando por todos dentro de la institución”.

El proceso y todo su desarrollo se ha recibido con hostilidad en el mundo ferroviario vasco y español y ha suscitado la solidaridad con el afectado, alma mater de la institución azpeitiarra y verdadero impulsor del museo.

Ahora se suma a las muestras de rechazo la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril que con su misiva al lehendakari pretende revertir el cese de Juanjo Olaizola, uno de los investigadores de mayor prestigio que hay en nuestro país, con más de un centenar de obras publicadas. “Desde las plataformas nacionales e internacionales y con todos los medios a nuestro alcance -indican en su carta a Patxi López- daremos pública condena a las actitudes denunciables sobre este caso, reclamando la reposición en su puesto de Juanjo Olaizola, por considerarlo actualmente la persona más idónea y para lo que fue seleccionado legalmente en su día como director del Museo Ferroviario de Azpeitia”.

En su escrito, los amigos del ferrocarril dicen que “alzamos nuestra voz con alarma, ante los hechos últimamente acaecidos con la toma de decisiones desde las instituciones oficiales que patrocina dicho museo, sorpresivas cuando menos, despóticas en su contenido, irresponsables en sus objetivos y quizás antidemocráticas en su contenido”.

La Federación que preside Carlos Abellán considera que el Museo de Azpeitia “no es un bien de un gobierno de un color u otro, democráticamente transitorio, es un bien imperecedero que pertenece al pueblo vasco independientemente de la ideología individual de cada uno, por tanto de todo el pueblo vasco y por ende de la sociedad Española y Europea, pues es parte de nuestra historia industrial, social y cultural colectiva, por lo que su interés va más allá de cualquier decisión partidaria, o manipulación ideológica”.

“Conocemos la relación de hechos, manifestaciones, posiciones y justificaciones del proceso en que la ignorancia o la testosterona del viceconsejero, un político cuya trayectoria histórica de gestión de lo público ha sido cuestionable cuando menos, lo cual nos ocasiona una verdadera vergüenza ajena, por lo que no acabamos de entender las razones por las que el consejero Iñaki Arriola o en su caso usted lendakari Patxi López, no ponga freno a las sinrazones de dicho señor, a no ser el falso corporativismo del que sirven a algunos agachados dentro de las formaciones políticas para su beneficio”, aseguran en su escrito.

Ante la pasividad de los estamentos gubernamentales vascos y «en nombre de los incontables indignados», la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril en la Asamblea General Extraordinaria celebrada en Madrid el 29 de octubre de 2011, en acuerdo tomado por unanimidad ha decidido:

«Reprobar la actuación del viceconsejero de Transportes del Gobierno de Euskadi, Ernesto J. Gasco Gonzalo, en su pésima gestión relacionada con el Museo Ferroviario de Azpeitia; rechazar por injusta e irracional el cese de Juanjo Olaizola Elordi, como director de dicho museo; condenar la persecución política, jurídica y personal que desde el poder y con costes sobre el erario público está ejerciendo con total impunidad quien no tiene catadura moral para hacerlo como cuestión de prurito personal».

«Reclamamos el cese o dimisión del viceconsejero de Transportes por su incapacidad de gestión de los bienes públicos y reclamamos la atención del consejero responsable y del lehendakari ponga fin al cúmulo de sinrazones que este gestor de lo público lleva realizando».

«Desde las plataformas nacionales e internacionales y con todos los medios a nuestro alcance daremos pública condena a las actitudes denunciables sobre este caso, reclamando la reposición en su puesto de Juanjo Olaizola, por considerarlo actualmente la persona más idónea y para lo que fue seleccionado legalmente en su día como director del Museo Ferroviario de Azpeitia«.

(Imagen Anglovasconavarro. Pedro Quintana, Juan José Olaizola, José Antonio Gómez Martínez y Javier Fernández)

El mundo del tren echa humo y duda de la viabilidad del Museo vasco del Ferrocarril sin Juanjo Olaizola













Azpeitia echa humo. Un humo tan negro como el que sueltan las máquinas de vapor que esta mañana han rodado por las vías del antiguo Urola. Locomotoras vivas y vibrantes conducidas por Juanjo Olaizola, alma mater e inspirador del Museo vasco del Ferrocarril que tiene su sede en la localidad guipuzcoana. Hasta allí se acercaron los amigos del tren que siguen sin comprender por qué Juanjo Olaizola es un estorbo para el futuro de la institución.

La gente del tren quiso transmitir a Juanjo Olaizola su pesar y malestar por todo lo que está aconteciendo en torno a su figura. Y él, sin perder la sonrisa, como casi siempre, parecía el menos afectado de todos los que acudimos a celebrar la fiesta del Museo Vasco del Ferrocarril. Mientras el cielo lloraba y empapaba máquinas, coches y pasajeros, Juanjo Olaizola, vestido con el sempiterno mono azul de trabajo (apenas le recuerdo vestido de calle), enfundado en sus guantes, abría y cerraba válvulas de sus queridas máquinas para deleitar a sus visitantes con un recorrido por las vías del antiguo tren del Urola. Las locomotoras disparaban al aire fuertes volutas de humo, haciéndose más presentes que nunca, como para recordar a propios y extraños que están ahí, vivas, poderosas, en perfecto estado de forma. Y todo porque Juanjo Olaizola se ha empeñado en que eso sea así; y ha convencido a unos cuantas entusiastas del tren para que sigan sus pasos y preserven de la herrumbre y el abandono estas poderosas máquinas, verdaderas joyas de la institución de Azpeitia.

No me resigno a pensar que todo lo que se ha construido en estas dos últimas décadas, que han logrado poner el nombre de Azpeitia en el mapa, y no solo del mundo ferroviario, puede desaparecer de la noche a la mañana porque falta la mano de Juanjo Olaizola o su inspiración. Y, sobre todo, su trabajo. Hay quien piensa que la marcha de quien ha figurado como director del centro en estos últimos veinte años (y hasta eso se le niega en estos momentos), es el final de una época.

Este post (tan personal) no es gratuito. No sé si soy amigo de Juanjo Olaizola (en realidad no he cruzado con él más allá de dos horas de conversación en estos años); pero no soy enemigo de quienes han decidido quitarlo de en medio. Ni tan siquiera tengo un reproche para quien le va a sustituir al frente del museo o para quienes han decidido tamaña injusticia. El tiempo da y quita razones; y espero que no sea tarde cuando alguien se dé cuenta de que tipos como Juanjo Olaizola no abundan en este país. Gente capaz de enfundarse el mono de trabajo en sus días libres, tiznarse la cara de carbón, trajinar en las calderas y conducir esas poderosas máquinas arriba y abajo, ante las boquiabiertas caras de los niños y el recuerdo nostálgico de los más mayores. Pueden contarse con los dedos de una mano.

En realidad, soy tremendamente egoista. Solo quiero que Azpeitia sea lo que es: un museo vivo. Conozco otras instituciones que guardan en sus naves trenes y máquinas poderosas (menos de los que debería haber, sin embargo). Pero pronto me he cansado de la visión de esos pedazos quietos de hierro. No son más que almacenes. Azpeitia, sin embargo, es otra cosa. Y así lo sienten quienes tienen la suerte de poder disfrutar de sus trenes (en especial de las locomotas Aurrera, Zugastieta, Portugal y, sobre todo, Euzkadi). O de sus diésel o eléctricas allí preservadas (que no almacenadas). Y todo es fruto de la pasión, el cariño y el conocimiento (sabiduría, diría yo), de un personaje que quizá en otro país estaría ya en un pedestal (y no creo exagerar).

Sólo deseo que el Museo Vasco del Ferrocarril sea una institución viva, como sus locomotoras, y que el silbido de esas máquinas que la han hecho famoso sigan atronando las mañanas de la temporada de vapor. Y, si puede ser, con Juanjo Olaizola; ese futuro estaría garantizado. Me consta; nos consta a todos los que amamos el tren.

(Con especial cariño a Juanjo y Mercedes. Un tipo muy poco corriente como se puede apreciar en las imágenes que preceden esta entrada. Las fotos se pueden reproducir citándome como autor de las mismas. La imagen de la protesta me la ha cedido José Carlos Lolo Lamas)

Concentración en Azpeitia en apoyo a Juanjo Olaizola, alma mater del Museo vasco del Ferrocarril

El mundo del tren se hará ver en la calle. Azpeitia concentrará mañana a cientos de aficionados que quieren reivindicar la figura de Junajo Olaizola, inspuirador y alma mater del Museo Vasco del Ferrocarril que ha sido obligado a dejar su puesto de director. Olaizola ha sido sustituido por la zumaiarra Maitane Ostolaza, quien carece de experiencia en la gestión museística y no tiene conexión con el mundo ferroviario.

La experiencia de Ostolaza en el campo ferroviario es precisamente su gran handicap. Y eso es lo que le reprocha la gente del tren. Que no se lo conoce ni obra publicada ni acción alguna en esta materia. Y, además, ese mismo mundo no ve con buenos ojos que se aparte de la gestión del museo a quien más ha contribuido para poner en el mapa mundial a Azpeitia. El museo es hoy en día una referencia en el mundo del ferrocarril y su gestión y desarrollo un ejemplo gráfico de cómo debe ser una instalación de ese tipo.

Preocupados por el futuro de este proyecto, la Asociación de Amigos del Museo Vasco del Ferrocarril, con el apoyo de los amigos del ferrocarril de toda España, ha convocado a las 13.45 horas, del sábado una concentración en Azpeitia.. La concentración se celebrará frente a la sede del museo. La institución se viste con sus mejores galas precisamente durante esta jornada en la que se exhiben las máquinas vapor a pleno funcionamiento, una de las joyas más notables de este centro.

Esta es una magnífica oportunidad para comprobar el trabajo que se desarrolla en Azpeitia y ver a Juanjo Olaizola encendiendo las calderas y poniendo en marcha las locomotoras rescatadas casi del desguace (Aurrera, Portugal, Zugaztieta y Euskadi) y que si tienen vida es, sobre todo, por el tesón y el empeño que Juanjo Olaizola ha puesto durante estos años que ha permanecido al frente de la institución. Tenga o no el título de director, como ahora se le discute, es para todo el mundo ferroviario el verdadero artífice de lo que representa el Museo Vasco del Ferrocarril, una referencia en el mundo.