
Renfe ha aprobado un incremento sustancial del presupuesto de licitación del contrato de los servicios a bordo en sus trenes en las líneas de AVE y Larga Distancia para tratar de atraer a las empresas privadas, después de que hace unas semanas el proceso quedara desierto. El consejo de administración del operador ferroviario ha decidido más que duplicar el importe del concurso, al pasar de 122 millones de euros (148 millones de euros con IVA) a casi 272 millones (327 millones con IVA), según informa elEconomista.
La decisión de mejorar las condiciones económicas del concurso, adelantada por ‘elEconomista’, esclarece el futuro de los más de 1.800 trabajadores que en la actualidad están contratados por Ferrovial para prestar los servicios -con una mayoría en Erte actualmente por la rebaja de la oferta de Renfe por la pandemia-, toda vez que se espera que sea suficiente para que la compañía que preside Rafael del Pino o alguna otra participe en el proceso. Renfe ha optado por mantener los servicios a bordo contratados a través de una empresa privada tras descartar internalizarlos en Logirail, compañía que controla al 100% y que sí se encargará de asumir los servicios en tierra (taquillas, control de accesos, puntos de información, megafonía y salas club, entre otros) tras recibir recientemente la autorización del Ministerio de Hacienda. En la actualidad, éstos también son prestados por Ferrovial, que el pasado otoño aceptó asumir las estaciones ferroviarias que gestionaba Acciona tras fallar en aquel momento la opción de Logirail.
Renfe espera poder adjudicar en los próximos meses la prestación de los servicios a bordo, que incluyen, entre otros, los de las cafeterías en los trenes y la asistencia y atención al cliente. La nueva licitación mantiene el plazo de cinco años y el plan discurre por que comience el 1 de septiembre de este año. De este modo, la empresa que preside Isaías Táboas tendrá que llegar a un acuerdo con Ferrovial, actual prestatario -lo hace desde 2013-, para ampliar de nuevo el contrato vigente, que vence el próximo 30 de junio. Los 327 millones de euros de presupuesto suponen un aumento del 123% con respecto al que recogía el concurso anterior, por el que se habían interesado Ferrovial, la alianza entre Comsa y Serunion y la firma francesa Newrest, sin que ninguna presentara finalmente oferta. Una ausencia de licitadores que respondió a las condiciones del contrato, que a través de un modelo concesional implicaba un 75% menos de pago fijo y dejaba, además, a riesgo y ventura del concesionario completar la facturación con la venta a bordo.
Según elEconomista, en el nuevo pliego se contempla un aumento del pago fijo, aunque se respeta la esencia del modelo, con el que Renfe busca limitar los riesgos propios ante la crisis generada por la pandemia del Covid-19. El importe total, no obstante, aún está por debajo de los 493 millones de la licitación que la compañía pública preveía resolver en abril de 2020 y que decidió suspender por los efectos de la pandemia.
Pese a las advertencias de empresas y sindicatos (CC OO llegó a recurrir el concurso), Renfe continuó con la licitación original. Newrest ya se desmarcó del concurso. Comsa y Serunion habían solicitado una prórroga hasta el 16 de febrero (el plazo anterior era el 1 de febrero), pero finalmente también desistieron de trasladar una oferta. La misma decisión adoptaba Ferrovial, que presta los servicios a bordo para toda la red de Alta Velocidad y Larga Distancia en exclusiva desde 2013. Se espera que con la nueva oferta, se pueda adjudicar nuevamente el servicio.