Archivo diario: octubre 18, 2019

Puertas abiertas al tren de Arganda

El Ayuntamiento de Arganda del Rey ha convocado para el 26 de octubre una jornada de puertas abiertas en el histórico Tren de Arganda, que invita a los usuarios a viajar en este ferrocarril de manera gratuita y trata de fomentar el turismo en el sureste de la Comunidad de Madrid. Este convoy inició el pasado 6 de octubre una nueva temporada de viajes en la que recorrerá el único tramo preservado del Antiguo Ferrocarril del Tajuña, a cargo de la asociación sin ánimo de lucro Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (Cifvm).

En la jornada de puertas abiertas, organizada a través de la concejalía de Turismo de Arganda, se incluirá, además del propio viaje, una visita al museo del tren y la entrada al ‘paseo del arte’ ubicado en la estación del Puente de Arganda, donde hay reproducciones de cuadros históricos, según indica en una nota el Consistorio. Las salidas se realizarán desde la plaza de la Constitución en diferentes horarios a partir de las 9:30 horas, aunque es necesario reservar previamente. En las jornadas de puertas abiertas suelen participar más de 800 personas, que recorren cada trayecto en unos 35 minutos, a una velocidad media de 12 kilómetros por hora. En concreto, el vehículo realiza un recorrido de 3,3 kilómetros entre la antigua estación de La Poveda y el apeadero de El Campillo.

El Tren de Arganda está gestionado por la asociación sin ánimo de lucro Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (CIFVM). El tren está formado por coches de madera, algunos ya centenarios: El AC-201 fabricado por Carde y Escoriaza en 1916 y los coches C-1 y C-2, reconstruidos por la Escuela Taller Román Aparicio de Arganda, a partir de antiguos chasis de vehículos ferroviarios. Adicionalmente se acostumbra a incorporar un vagón de ‘Jefe de Tren’ reconvertido en coche de pasajeros y procedente del ferrocarril Ponferrada-Villablino (PV). Este venerable tren circula entre la estación de Poveda (Arganda del Rey) y el apeadero de la Laguna del Campillo (Rivas Vaciamadrid) todos los domingos de las temporadas de primavera y otoño, con salidas a las 11.00, 12.00 y 13:00 horas.

En 1987, un grupo de aficionados al tren creó el Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor (CIFVM) para dar rienda suelta a sus hobbies ferroviarios, sobre todo, el modelismo tripulado de 5 pulgadas. Tres años más tarde, decidieron comprar la primera pieza de tamaño real, una máquina de vapor de ancho de vía métrica que iba a ser desguazada y que, una vez restaurada, recibiría el nombre de la localidad de adopción: ‘Arganda’.

Esta locomotora fue alojada en una nave industrial de Arganda del Rey muy próxima al trazado del antiguo Ferrocarril del Tajuña, la cual les fue cedida por el ayuntamiento de esta localidad madrileña. Inicialmente, los miembros del CIFVM, a la vez que empezaron la restauración de la locomotora, siguieron trabajando con sus trenes de 5 pulgadas pero, a medida que iban consiguiendo más vehículos de ‘escala real’, como dos cisternas del Ferrocarril del Tajuña o cuatro vagones dedicados al transporte de mercancías procedentes de los Ferrocarriles de la Generalitat Catalana, decidieron dedicarse en exclusiva a esta nueva tarea.

En noviembre de 1997 dejó de circular el último tren comercial del Ferrocarril del Tajuña en el tramo activo que quedaba (Alto de Morata-Vicálvaro) consiguiendo la asociación, en conversaciones con la cementera Portland-Valderrivas, propietaria del ferrocarril, como con la Comunidad Autónoma de Madrid, que no se desmantelase el pequeño tramo de 3,5 kilómetros por el que ahora circula el tren.

Después de varios años de reconstrucción de la línea y del material ferroviario, el 4 de mayo de 2005 se inaugura el Museo del Tren de Arganda y se pone en marcha la circulación ‘regular’ del conocido tren. A partir de entonces, el CIFVM se ha dedicado a la compra y restauración de material móvil, al mantenimiento del antiguo y también de la línea por donde circula o a la promoción de los viajes en el Tren de Arganda, volviendo a poner en uso el viejo soniquete de “… que pita más que anda”, dada la reducida velocidad a la que se realiza el viaje, lo que permite un completo disfrute del paisaje.