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Protestas en Málaga por el ‘ruido infernal’ del tren

El tren de mercancías vuelve a a entrar en el Puerto de Málaga. La noticia debería alegrar a los malagueños, pero parece que genera sentimientos menos optimistas. Los vecinos de edificios cercanos a la zona de paso se despiertan de madrugada con el sonido del convoy, que les desvela e impide descansar como es debido. Los residentes en la zona portuaria explican que, durante estas últimas noches, el ‘infernal ruido’ les sobresalta y no les deja dormir.

«Suena una alarma similar a las que indican peligro». Así lo describe una de las residentes, que lleva casi un año viviendo en el barrio El Bulto. «Nos despertamos y estaban bajando las barreras. A los dos o tres minutos empezó a pasar el tren», relata. Su compañera de piso, dice que su amiga «suele tener el sueño más ligero, pero a mí no me suele despertar absolutamente nada, por eso me preocupé. Salimos al balcón a ver qué ocurría y vimos que algunos vecinos también estaban asomados. Pensábamos que era algo puntual, pero en la noche del martes ha vuelto a ocurrir».

NO son las únicas. Otros vecinos denuncian la situación por Twitter. Algunos inclusos cuelgan un vídeo en dicha plataforma para que todo el mundo vea el estrepitoso ruido que los vecinos tienen que escuchar durante más de una hora, que comienza alrededor de las 4.00 y que dura hasta las 5.30 de la madrugada, según explican. El vídeo dura 34 segundos y es harto elocuente, porque transmite tal cual viven los vecinos las operaciones de los trenes. Un residente decidió publicar el hilo en Twitter con la esperanza de encontrar a otros angustiados y quizá poner una denuncia conjunta, «porque la situación es insoportable». «El problema es que el mantenimiento de las vías debe ser pésimo y chirrían muchísimo. El tren tiene que ir hacia adelante y hacia atrás varias veces para dejar o recoger bidones en distintas ramas».

El tren regresa al puerto, inmerso en una ambiciosa operativa para el movimiento de aceite. Un convoy formado por 14 vagones cisterna más una locomotora circula por el suelo portuario hasta quedar estacionado en la explanada de carga del muelle número cuatro. Tras fracasar la aventura ferroviaria que entre 2018 y 2019 trajo algunos contenedores por tren, ahora, una iniciativa netamente andaluza pretende convertir al puerto malacitano en el centro de operaciones de una actividad internodal que tiene al aceite como principal protagonista. Importado en buques cisterna aceite de cocina usado de diferentes países asiáticos, especialmente China, por la empresa de origen granadino Iberia Bioenergy, este producto, llegado al puerto malagueño, saldrá vía ferrocarril hasta la terminal jienense de Libitec (Linares Biodiesel Technology), donde tras sufrir una transformación quedará convertido en biodiésel; un biocarburante que nuevamente regresará por tren al puerto malacitano para ser exportado a diferentes países de Europa. Realizada toda la logística de este proyecto por Oil Distribution Terminals (ODT), afincada en el puerto desde 2012, este movimiento comenzó el lunes con la llegada de una caravana ferroviaria de algo más de 214 metros de longitud.

Los vecinos no piensan callar y dicen que van a ponerse en contacto con la asociación de sus barrios. «Se debería haber avisado al vecindario, y también haber elegido un horario más adecuado para el descanso de los vecinos, porque el ruido que hace el tren al pasar es terrible», explican. Fuentes de la Autoridad Portuaria de Málaga señalan que las operaciones del tren se desarrollarán hasta septiembre y que se establecen durante la noche para evitar que los cortes de tráfico afecten al funcionamiento de la ciudad. Respecto al ruido, apuntan que se buscará una solución, aunque «el horario lo establece el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif)».

El diputado popular Mario Cortés recuerda que ya existe un estudio previo sobre el soterramiento de las vías del tren de mercancías a la entrada del puerto de Málaga e insiste en que «sólo se requiere de la inversión necesaria para que esta obra se haga realidad; un proyecto muy importante, ya que el puerto es una fuente de riqueza con un gran potencial que debemos reactivar». El dirigente popular ‘apunta que «el soterramiento de 700 metros lineales permitiría la llegada de hasta doce trenes diarios para la entrada de mercancías, mejorando la competitividad del puerto malagueño respecto a otros enclaves, con el consecuente impacto económico«. Según las previsiones, la inversión para este proyecto se sitúa en torno a 45 millones de euros.

Las vías del puerto afectan actualmente a tres avenidas de la ciudad, ya que se sitúan en una zona muy transitada: «Desde el PP llevamos años demandando esta actuación para aliviar el tráfico de camiones, lo que a su vez llevaría aparejada una inminente mejora medioambiental, al reducir las emisiones», dicen los populares.

Adif debe indemnizar a seis vecinos de Balmaseda que soportan el paso de 38 trenes diarios

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Un juzgado de Madrid condena al gestor estatal de infraestructuras ferroviarias (Adif) a indemnizar a seis vecinos de Balmaseda con 7.000 euros a cada uno por el ruido y vibraciones que soportan debido al paso diario de 38 trenes a escasos metros de sus viviendas. En la sentencia, el Juzgado Central de lo contencioso administrativo número 8 de Madrid condena también a Adif a adoptar medidas correctoras de los ruidos y vibraciones en dichas viviendas provocados por el tráfico ferroviario.

Seis vecinos de Balmaseda, residentes en el Paseo Martín Mendía de esta localidad vizcaína, denuncian las molestias que sufrían en sus viviendas tras la apertura, en abril de 2009, del nuevo apeadero de La Calzada, de la línea de Feve procedente de Bilbao. El fallo judicial recoge que el aumento de la circulación ferroviaria a consecuencia del nuevo apeadero es «enorme», al pasar de una frecuencia de 4 o 5 trenes de mercancías al día, al paso de 38 trenes en días laborables y 21 en domingos y festivos.

El texto subraya que sobrepasar los límites acústicos establecidos supone un «daño efectivo» que «conlleva necesariamente la disminución de la calidad de vida» de los denunciantes «perfectamente comprensible».

Aunque en la sentencia se reconoce que no se han aportado informes médicos que acrediten daños a la salud, la jueza señala que «ello no es óbice para poder concluir que el paso de 38 trenes al día a pocos metros de las viviendas produciendo ruidos y vibraciones que exceden los límites establecidos causa evidentes molestias y, en definitiva, daños morales«.

Los recurrentes «no tienen por qué soportar un impacto que conculca los derechos consagrados constitucionalmente de disfrute de un medio ambiente adecuado, y de una vivienda digna», agrega el fallo. Por ello, se condena a Adif a indemnizar a cada uno de los vecinos con 7.000 euros, excepto para uno de ellos, para el que se fija una compensación menor, de 5.600 euros, ya que ha residido en la vivienda afectada menos tiempo desde que se abrió el nuevo apeadero.

También se condena al gestor ferroviario a adoptar medidas para corregir los ruidos y vibraciones en las casas, como la sustitución de los tendidos ferroviarios de madera por otros de material más moderno y fonoabsorbente, la colocación de paneles con forma de semitúnel que absorban parte del ruido, y la instalación de ventanas con «gran capacidad aislante» en las viviendas.

Universidad y empresas prueban materiales reciclados en Alicante para reducir ruido del tranvía

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La Universitat Politécnica de València (UPV), la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE) y las empresas Aglomerados los Serranos S.A., Prover Ingeniería Urbanismo y Construcción y Laboratorio Andaluz de Ensayos de Construcción desarrollan una iniciativa pionera bajo el nombre de Bitutran cuyo objetivo es reducir el ruido de los tranvías. La colaboración entre universidad, empresas y Administración busca crear una vía tranviaria con nuevos materiales reciclados que reduzcan las vibraciones y el ruido al paso del tranvía por las zonas urbanas.

Si las pruebas con tranvías reales que se realizan en Alicante tienen éxito, el proyecto podría ser una realidad en la Municipalidad de Las Condes, de Santiago Chile, con la instalación de 22 kilómetros de vía tranviaria en una zona de alto poder adquisitivo.

Julia Real, una de las investigadoras del proyecto, ha explicado que desde hace dos años trabajan en este proyecto en el que los «verdaderos protagonistas» son las empresas que han conseguido la financiación y los entes públicos de la Generalitat valenciana. El equipo de investigación ya ha ejecutado la primera parte del proyecto, que consiste en el diseño de la nueva placa bituminosa, y las pruebas desarrolladas en laboratorio han dado unos excelentes resultados, por lo que está previsto pasar a la segunda fase que supone las pruebas con tranvías reales.

Las pruebas se han llevado a cabo en el apeadero de la Línea 1 del TRAM Pueblo Español, en las instalaciones de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) en El Campello (Alicante). En un tramo de esta vía tranviaria de unos 20 metros, donde en la actualidad hay vía en balasto y vía en placa, se dispuso el carril con el nuevo material desarrollado en aglomerado con mezcla con plastómeros. Tras el montaje de la vía Bitutran, coexistirán los tres tipos y se tomarán las medidas de vibración y ruido que provocan el paso de los tranvías, con el fin de comparar el comportamiento entre las tres tipologías (hormigón, bitutrán y balastro)

Real ha señalado que están con contacto con la Municipalidad de Las Condes, en Santiago de Chile, para presentarles los resultados de estas pruebas con tranvías reales y si éstos son favorables se les podría vender el proyecto. Según ha explicado, se trataría de instalar la vía tranviaria nueva en un tramo de unos 22 kilómetros que atravesarían doce estaciones y e una zona de alto nivel adquisitivo de esta zona.

El proyecto Bitutran también consigue un segundo objetivo: la reutilización de residuos de diferentes ámbitos. La investigación de laboratorio ha dado como resultado una nueva dosificación de mezcla bituminosa con un contenido óptimo de residuos, concretamente materiales plásticos, que dotan a la mezcla de elevada viscosidad, permitiendo aumentar el poder atenuador de las vibraciones en el ámbito ferroviario. Tras los excelentes resultados obtenidos en los laboratorios de esta nueva placa bituminosa, la segunda fase consiste en las pruebas que durante estos días se están desarrollando en el apeadero del TRAM Pueblo Español.

Con esta campaña de mediciones iniciada en diciembre y que tendrá lugar en distintos periodos de los próximos cinco meses, se evaluará la evolución del comportamiento vibratorio del Bitutran. Concretamente, se pretende continuar con las mediciones en el plazo de dos semanas, un mes, a los tres meses y así hasta alcanzar los seis meses de funcionamiento.

Investigadores valencianos reducen un 25% las vibraciones que los trenes provocan al pasar por las vías

I+D en el ferrocarril español. Un grupo de investigadores valencianos ha conseguido reducir hasta un 25% las vibraciones y el ruido que provocan los trenes al pasar por las vías ferroviarias mediante la utilización de un nuevo material basado en el reciclaje de neumáticos usados. Este novedoso producto, formado por una mezcla bituminosa fabricada con polvo de caucho de neumáticos, sustituye a la convencional capa de subbalasto granular que se suele encontrar debajo de las piedras de las vías ferroviarias.

Este producto supone, además, una ventaja medioambiental en dos vertientes, respecto al material que se utiliza actualmente: el reciclaje, a través de la utilización de neumático gastados, y la atenuación de las vibraciones de los trenes.

Esta innovación es el resultado de un proyecto de investigación en el que se han invertido más de cuatro millones de euros de fondos públicos que ha sido desarrollado por el Instituto del Transporte y Territorio (ITRAT) de la Universitat Politècnica de Valencia, en consorcio junto a cuatro empresas: la constructora OCIDE, la consultora Aminsa, la firma Intercontrol Levante y el Grupo Los Serranos.

«¿Cuánta gente se queja de que están construyendo una línea de ferrocarril y en mi casa se mueven los platos o se mueven las mesas? Este nuevo subbalasto atenua esos efectos», plantea la investigadora del ITRAT Julia Real. Tras trabajar en la parte teórica de este proyecto, que cuenta con el apoyo de Adif y la colaboración de GTP (Ente Gestor de la red de Transportes y Puertos de la Generalitat Valenciana), desde septiembre el citado consorcio ha estado realizando todo tipo de pruebas para comprobar la veracidad de sus cálculos.

El equipo de investigación ha diseñado un campo de pruebas con los dos materiales -el subbalasto granular actual y su nuevo producto, el bituminoso- sobre el que pasa un camión que simula la carga de un tren. En estos ensayos han verificado esa atenuación de vibraciones y han comprobado que desde la carga 30 centímetros de espesor del subbalasto granular equivalen a 9 centímetros de su nuevo material. Con los nuevos cálculos, incluso se podría llegar a reducir el espesor a 8 centímetros, según ha asegurado José Manuel Berenguer, el responsable del Grupo los Serranos, uno de los mayores fabricantes de polvo de neumático por vía seca en España. «Esto supone una facilidad de ejecución, acortar los plazos, y un ahorro de excavaciones de canteras, tanto en las tareas previas como para la extracción de material», destaca el ingeniero líder del proyecto, Sergio Alfaro.

Además de ampliar la calidad del material utilizado en las vías -por la atenuación de vibraciones y ruidos- y de las ventajas medioambientales que tiene, el nuevo producto también reduce costes en la construcción de las infraestructuras ferroviarias.

Según ha comentado el responsable de Aminsa, Ramón Auñón,el coste económico de una infraestructura de movimiento de tierras depende de la distancia a la que se encuentren los yacimientos de la propia obra, por lo que, según sus análisis, para distancias inferiores a 50 kilómetros entre ambos puntos, el subbalasto bituminoso resulta más económico.

Aparte de las ventajas medioambientales, de calidad y económicas, el portavoz de Intercontrol, José Manuel Martínez, va más allá: «lo que se pretende, en el acceso a las ciudades, es que el ciudadano no se sienta inseguro porque al final esas vibraciones generan inseguridad. Realmente, no hay ningún problema estructural en el edificio y con este material intentamos mitigar esta sensación.

Naharros, un pueblo de Cuenca, declara la guerra al AVE

Guerra al AVE. Los vecinos de la pequeña pedanía conquense de Naharros no quieren la línea de alta velocidad. No hay estación de tren, pero la vida en esa pequeña localidad es un sinvivir desde que los modernos convoyes pasan a más de 250 kilómetros a la hora por las vías cercanas al pueblo. Y ya no aguantan más. Un mes después de la puesta en marcha del AVE Madrid-Cuenca-Valencia los habitantes de esta pequeña villa de Cuenca han recogido firmas para pedir al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) que resuelva el grave problema del atronador ruido que provoca el paso de los rápidos vehículos. Dicen que su día a día es un martirio porque las vías del nuevo trazado pasan a escasa distancia de sus casas.

Naharros casi ni sale en el mapa. Es una pedanía perteneciente al Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey, en la provincia de Cuenca. Su población ronda los cincuenta habitantes, aunque en verano llega a alcanzar las 300 personas. Está situado a 35 kilómetros de Cuenca y a 136 kilómetros de Madrid. Los paisanos se dedican a los cultivos de girasol, olivar y viñedo y a la caza de liebres, jabalíes, corzos, perdices y avutardas. Un paisaje ideal para el descanso, con cierta fama en su gastronomía tradicional basada en gachas, morteruelo y ajo arriero. Vamos, lo que es una vida tranquila que se ha venido al garete con el paso de los convoyes de Renfe.

Los vecinos de este pueblo distinguen incluso cuando los trenes bajan la velocidad, muy alta por estas tierras. Su alcalde espera la llegada de los técnicos de Adif para que midan los decibelios que provoca el paso de estos rápidos trenes y busquen soluciones. Quizá se puedan amortiguar el estruendo con pantallas acústicas entre las vías y las viviendas. A estas alturas a nadie se le pasa por la cabeza que sea posible desviar el trazado del AVE. Y los lugareños que viven en Naharros tampoco están por la labor de mudarse de casa.

Parece que los técnicos de Adif estudiaron el impacto del AVE en la zona durante la construcción del trazado y llegaron a medir la afección del ruido en el pequeño núcleo urbano conquense. El infome debió de resultar positivo porque la obra siguió adelante, como ahora es evidente.

Desde Adif recuerdan que se ha hecho todo lo humanamente posible para amortiguar los efectos perversos del AVE. Cuenca cuenta con uno de los túneles más largos del AVE Madrid-Levante, con 3.957 metros de longitud. En la construcción de este tramo de vías se utilizaron sistemas de reducción de elementos contaminantes a la atmósfera y se usaron motores ecológicos en todos los vehículos pesados que intervinieron en las obras. También se han reciclado los residuos de hormigón para fabricar nuevos hormigones. Pero todas estas medidas, que el organismo de insfraestructura exhibe con cierto orgullo, apenas si importan para los vecinos de Naharros, que solo piensan en el ruido diario del AVE. Y quieren volver al silencio que presidía estos parajes donde el tren apenas si se había hecho presente.